viernes, 31 de octubre de 2025

 

Un día, una circularidad. (13)

                                 Los momentos creativos en la vida del ser humano son fluidos y no recargados de excesivos pensamientos. MJ

                                                        No siempre es fácil empalmar lo que se quiere, con lo que se hace y mucho menos adosar como catalizador lo que tenemos en mente para lograr que esto sea acorde a la realidad. Estos aspectos si se enredan, nos pueden ganar la partida, la realidad es la que manda el juego. Cuando se quiere vivir una realidad cuadrada, se afecta la creatividad y se desvanece. Es muy importante aclarar lo que es simbólico para nosotros y así mismo hacerlo parte, tambien saber que los simbolismos personales han de dar la fuerza verdadera a la vida real y más feliz.

Prácticamente todo el año 2010 me dedique a reforzar mi mente creativa. No solo en la plástica que realizo y que quería expresar en algunos proyectos nuevos, sino ponía el interés en mejorar la creatividad en la mayoría de los aspectos, siempre con la premisa clara: ser creativos, es más que nada una actitud. Poder sentir que esa fuerza creativa que uno mismo hace presente, se vuelva compañera del día a día. De pronto uno se encuentra con mil pensamientos, poder observarlos es clave, y tener claros cuáles son los que en realidad implementan para la fuerza que necesitamos. El devenir de los años que percibimos de frente y que no siempre llega con toda la claridad deseada, nos permita saber cuáles pensares nada mas están ocupando espacios inútiles.

Cuando el vivir exige presencia de ánimo, tratar de estar en los momentos clave en presente y de ahí derivar de igual manera el estar atentos en momentos importantes de los seres con quienes compartimos. Hoy día, la misma situación de la tecnología que está dada en toda la vida activa, a veces nos facilita las cosas y otras veces solo entorpece. La virtualidad tiene sus bemoles, junto con la IA ya son una parte actuante que hay que saber compaginar con la realidad. Eso exactamente vino a enseñarnos la pandemia, ese saber qué, no en todos los casos habremos de estar en presencia física. Nos dejó claro que hay una nueva dimensión del modo de vivir.

Ese periodo pandémico que de entrada a todos nos significó un asunto doloroso (a unos más que a otros) nos queda claro que fue un momento en el que el mundo nos dijo a gritos ¡Parar por favor! y fue el paro más significativo del siglo. Nos cambió las percepciones a la mayoría. Hasta el caminar podía sentirse como algo diferente. La cautela se hizo más presente y saber llevar el tapabocas ni qué decir, soportarlo aún en momentos en que sentíamos que queríamos arrancárnoslo del rostro. Y así sucede en otros aspectos, la vida demanda y uno tan solo ha de saber cómo y con que responder.

Vivo en una calle cerrada y esa misma condición me encanta. Es una vía propicia para buenas caminatas y al llegar al fondo, poder sentir que se ha concluido algo muy saludable de ejercicio físico. De pronto surgió lo increíble: no poder salir por amenaza de perros que son agresivos. ¿¡Cómo!?

 Hacíamos caminatas hasta el fondo de la privada y nada nos parecía más hermoso. Era tranquilo, hasta que la jauría hizo su aparición.  Jamás volví por esa calle, esa serenidad que representaba saber contar con la calma natural, la vino a interrumpir un vecino con baja conciencia. De pronto nos topamos con seres que no logran comprender que todos debemos convivir en paz y de lo que es el simbolismo de hacer comunidad. Despiadadamente en este caso, esta persona deja que sus perros se escapen y hagan fechorías. Ante las demandas de todos los vecinos, hemos logrado cierta paz. No hay quien coma fuego dos veces: a mi marido esos canes lo tiraron de la bicicleta y paramos en el hospital.

¿A qué nos referimos cuando hablamos de las trampas del ego?

Concretamente a veces, son esas confusiones entre lo que son nuestros derechos y obligaciones. Hay que tener claro en la vida todo lo que permea a nuestro derredor. No todos logramos comprender esto del ego que puede destruir. Es muy cierto que ese vecino argumenta que tiene esa enorme jauría (más de 12 perros, acinados) porque los rescata, olvidando que los que tambien habremos de terminar rescatados somos los que estamos pagando consecuencias de esa desfachatez. Hacer de la casa personal un sitio de rescate de perros, no es lo más común y menos manteniéndolos en condiciones que pueden salirse de control.

Nada se logró cuando quisimos remediarlo con el diálogo. Un licenciado vino a apoyar a todos los vecinos de la calle, se llevó el caso al ayuntamiento. Nada.

 Vinieron los de la autoridad competente y les cerraron la puerta en las narices. Se argumentó al final que: cada persona puede hacer lo que su ego le diga mientras esté dentro de su propiedad. La propiedad tambien se desborda y afecta a otros.

Y, así tambien de pronto se dan otros casos de inconciencia. Estoy segura que muchos de nosotros tendremos alguno en nuestro haber de comunidad en torno a lo que vivimos. Ayer mismo supimos de un gatito envenenado. Los dueños, unos vecinos tranquilos, le dejaban salir a deambular y se metía a casas ajenas. Por la tarde mi hija lo encontró a unas cuadras, muerto. Nadie supo nadie vio, pero el gatito murió. No murió, más bien ¡fue muerto! Qué complicada es a veces la convivencia.  Vivir en un lugar en donde nos podamos entender como sapiens.

 ¿Es tan difícil sabernos parte del otro aun sin vernos tan seguido?

Los Coaties por aquí siguen deambulando. Los vemos por las calles más tranquilas del fraccionamiento y por los muros más lejanos y hasta a veces entran a los jardines, esperemos que no se les empiece a minar por parte del género humano que aquí vive, o los mismos canes que, si no están bien cuidados, atacan.

¿Cómo percibir lo que el otro tiene como un valor, y que, aunque uno mismo no lo perciba tal cual el otro, se pueda resolver la vida sin afectar a los demás? Pues esa es la pregunta del millón, muy difícil de contestar en cuanto nos vamos haciendo más numerosos (cantidad numérica que se nos escapa hoy día de la mente en todos los entornos) y nos aleja de la vida real. Desvinculación acelerada del otro, afectar con cantidades las cualidades, o como si fuéramos de otros planetas.

El valor que le damos a los afectos humanos es crucial. Es claro que todos tenemos a personas mucho más cercanas que nos hacen más vivible la existencia a diario, y esos otros que están cerca de casa, bien valdría la pena saber que nos podríamos entender y merecer la práctica de un respeto mutuo, practicar empatía.

Es claro que las comunidades humanas están sufriendo cambios irreversibles.  Lo más visible que podemos ponderar en los entornos cercanos nos lo dice.

A veces cuando salgo a caminar (por calles en donde me aseguro que no me va a corretear un perro) si me cruzo con un ser humano, le saludo. No siempre obtengo respuesta de quien camina por el mismo entorno que yo. La costumbre hoy día es salir con audífonos, como que el mundo se aleja. Qué bueno que existan esas herramientas para escuchar la música que más nos gusta mientras vamos caminando y meditando, mas vivimos con ceguera a lo que pasa cerca de nosotros.  A veces pasamos junto al otro como si fuéramos ¿invisibles? No me importa quien camine... pensarán algunos, me da igual. ¡Saludar nos hace bien a todos! y aunque a veces la mano sea invisible, es bueno hacer ese gesto cuando es posible.

Tengo la costumbre de ser conversadora, al caminar a veces hago altos para unas cuantas palabras con los jardineros del fraccionamiento, y tambien me encanta conversar con los señores que cuidan de los automóviles en calles y supermercados, ellos nos ayudan a estacionar mejor y cuidan de los autos. Se les llama -viene viene- ya que ayudan al acomodo.  En lo personal trato de saber el nombre de pila de algunos de ellos que están en lugares que frecuento. Hubo un caso de un lugar médico al que acudimos con frecuencia, en donde dejamos de ver al ayudante. En estos días que volvimos, de pronto se apareció y me dio tanto gusto verle de nuevo que en esta ocasión fue más larga la conversada, y le pregunté por su prolongada ausencia en el lugar, a lo que me dijo -Ay señora, tuve una tremenda pulmonía, y casi me voy al otro mundo-. Esto dio pie a una charla aún más larga que nos hizo bien a ambos y fue algo muy chistoso lo que me dijo: -Se me ocurre salir a buscar una toalla a las 11 (once) de la noche a la intemperie y me batió el rocío. Eso basto para que terminara en el hospital-. Le prometí oraciones para su total recuperación. En los años que reviso de estos textos tomé en cuenta en mis actividades diarias hacer oración más seguido.  Me venía dando cuenta como orar nos hace un enorme bien interior a todos, nos pacífica. Esas oraciones que aprendimos de niños, en la adultez nos resuenan diferente, evocan momentos y aunque solo las repetíamos como loros y hoy son parte del recuerdo familiar. También por momentos hacer algunos altos y agradecer al Dios de todos.

¿Es tan difícil comprender que estamos unidos de diferentes maneras?

Tambien la meditación volvió más fuerte a mi vida cerrando la primera década del siglo. Cada día la practico desde el amanecer para emprender el día con más calma.

Cuando la lucha de luchitas diarias comienza con el buen principio de centrarnos en lo que estamos y llevar la atención a lo que nos corresponde, la vida se vive mucho mejor. Es bueno que la química del vivir siga un buen derrotero.

Y si el día se ve bañado por un pertinaz aguacero las dinámicas cambian, el sentimiento interior del día se ennoblece, al percibir la caída del agua, se nos pide bajar los ritmos. La lluvia puede ser un canto gris para quien solo la ve como una molestia o una alabanza a la tierra mojada que nos regala olores imperdibles.

Me replantee que significa el verbo respetar. Notaba que ante creencias hay que ser muy respetuosos. Lo que nos resuena en el interior tiene bases muy personales. Uno pensaría que la cosmovisión puede ser muy parecida entre congéneres, pero no es así.  Sin embargo, en los textos releídos, noto mucha confrontación conmigo misma, asunto que me ayudó a deslindar y me ha traído tremendos aprendizajes. De pronto llegó la hora de compartir algunos.

Por estos días, aún no lograba tener a la gatita que añoraba. Sabía que llegaría. Esperé con paciencia hasta la hora de una adopción muy fluida. Lo que sí viví fue cómo una prima muy querida y vecina se iba a otros lares a vivir, partía a la ciudad y estaba preocupada por sus gatos viejos que prefería dejar por acá en donde habían vivido buenos años de su vida. Fue así como a mí se me dio la encomienda: Alimentarlos. Ponía yo la comida en la terraza superior de casa y no solo venían los gatos de ella, a los cuales yo ya conocía más y apreciaba mucho, empezaron a venir otros gatos bastante amigables de diferente color y gatidad, así que de pronto yo me encontré alimentando a unos cinco o seis gatos del vecindario con sus modos y remilgos, lo disfruté mucho. Eso de tener claro que SI y que NO, es un don de la vida. Tiene todo que ver con ese conocimiento de nosotros mismos que se va aclarando, que se va afilando como se afina un lápiz o cómo se despeja una maceta de la yerba que le invade. Esa hierba a veces me pesa quitarla, porque tambien es bonita o percibimos que tiene algún sentido (porque salió de la misma tierra mojada que da vida a la planta). Sabemos que la mala hierba le resta vida a la planta.

Con los años, depuramos y nos vamos haciendo mucho más tolerantes hacia nosotros mismos y con los demás. Era algo que a estas alturas de los 55 (cincuenta y cinco) años de vida que ya estaban en mí, me decía y comprendía mejor.

Revisión del cuaderno número 85 (ochenta y cinco).

Estamos en el verano de 2010. ¿Quieres Paz? Me dije. -Solo tú sabes el camino-.

La risa silenciosa del fondo del alma comenzó a emerger, la percibía. Era como un manto de seda azul que se asentaba como cubriendo mi ser, en cuanto empecé este nuevo cuaderno. Sin embargo, a veces al discernir se aparece la nada. Ese sentimiento como de vacío que todos hemos experimentado. Escribí:

La Nadidad

Es periódica y se hace presente, de pronto

Es ese sentir como que todo se esfuma sin sentido

Como si nada quedase, y todo está

Es irruptora la nadidad

No avisa y se instala

¿Puede hacernos sentir que se ha perdido el sentido?

A veces

Otras tantas, las esferas sin nada nos muestran todo

Hay que saber que estando de paso, volveremos

A otra nadidad, la diferente

A otro silencio que tendrá vida propia y no lo conocemos

La nadidad existe

Si se espera algo de ella, es cuando vemos que el vacío tiene sentido. MJ.

(Continuará.)

 

 

 

 

 

 

miércoles, 22 de octubre de 2025

 

Un día, una circularidad. (12)

                                                                           Encontrar la cuadratura al círculo, no es una necesidad real cuando vemos con claridad. MJ

                                                                            Cuantas veces habremos escuchado la frase: -La cuadratura del círculo- sin darnos realmente cuenta de que nada se puede forzar cuando tenemos nítida la realidad, mucho menos cuando estamos hablando de las acciones realizadas en un solo día.

Cuando comprendemos que la realidad tiene dos dimensiones básicas (mental y material) y que solo somos nosotros mismos quienes podemos hacerlas concordantes, muchísimas cosas que vivimos se agilizan, y como se dice hoy día: fluimos mejor. Ese aspecto del fluir, es uno de los aportes más significativos de la psicología en últimos tiempos. Ver los círculos concéntricos de las acciones como se abren y lo que queda pendiente para nuevos momentos, lograrlo sin prisa. En tiempos pasados más bien se enmendaba la acción y no se tenía tan en cuenta el valor del flujo. Por estar tratando de poner la realidad a tono con ideas preestablecidas podía forzarse lo que ya estaba dado con naturalidad. Este modo de pensar conlleva cierta normalidad en algunos grupos y círculos sociales. Las virtudes no siempre se adecuan a los valores de la época y nos olvidamos de que aquellas son más imperecederas que lo que de pronto se valora, sea por costumbre o moda. Cuando las realidades no corresponden con lo que llevamos en mente, se pierde la concordancia, ya que   hay que tomar en cuenta las dinámicas que la vida exige.  El ser humano en el afán de vivir lo más adaptado posible, se puede perder entre la exigencia y la realidad, y cada uno de nosotros puede producir sus propios nubarrones. Existe una esencia dentro de cada ser humano que rige desde el alma. La cultura es una combinación de la condición socioeconómica, el hacer y vida real. Estos tres aspectos han de tener un determinado ritmo acorde a los tiempos o la persona vive en empeños forzados. En el caso de los críos aun teniendo en sus manos la circularidad natural (don con el que se nace) a veces por ignorancia o más bien cerrazón mental del educador, más pronto que tarde se deforma el pensamiento.

 Las exigencias del medio en el que vivimos las vamos conociendo desde la infancia y la circularidad de cada día es la clave. Como olvidar cuando mi marido me decía no querer ir a algún evento en donde no tenía claro todo lo que ahí iba a vivirse. Cuidar el entorno de convivencia es importante. Aunque parezca extraño, el convivir tiene todo que ver con la personalidad, unos son más cautos, otros seres más abiertos y con la edad la forma personal se acentúa.

  Lo que en la vida real del día a día se empieza a dar en función a ese sentido distorsionado entre mente y realidad, tambien puede afectar al sentido común. El ser humano con tal de encajar en algún ambiente tiende a forzar vivencias y de creer que tiene que trabajar la realidad mucho más allá de lo exactamente evidente. Es capaz de mover cielo y tierra. Cuando lo terrenal está dado, solo hay que tener presente los cielos ficticios que se crean en la mente, los que a veces producen esas demandas en las que nos autoimplicamos y puede haber dolor. Todo lo distorsionado del mundo actual, tiene sus bases en esas percepciones no entendidas a tiempo y que creemos muy naturales en la vida, por lo que esa paz tan mentada puede alejarse. Las cuadraturas no existen en el flujo realista del vivir. Solo la mente las crea como trazos implícitos y ni que decir hoy día que vivimos las redes sociales tan intensas y estamos a merced de los algoritmos. Todo es más complejo.

 La complejidad no debe producir confusión. El empeño de los logros en demasía es un hecho más actual, que existe con mucha más demanda en este siglo, y eso nos hace estar en mil cosas a la vez. El consumismo de cosas inútiles nos deja claro cómo tambien se consume gente, en las dos acepciones del término: quienes se desgastan mental y físicamente por creer que lo importante es estar en todo lugar y quienes solo quieren estar cerca de las personas a las que podrán utilizar, como si fueran objetos.  Cuando nos damos cuenta que estamos en el circulo que nos corresponde y que es lo que forma nuestra naturaleza más original, se da una reciprocidad mental y hay más armonía en todo.  La vida en verdad puede ser muy fluida y feliz, todo depende de los ingredientes que le pongamos. Todo esto me ha venido a la mente con más claridad en la década del séptimo escalón de vida.

Entre otras cosas que trae la madurez es que vamos cerrando etapas con más claridad y por naturaleza se nos da saber cómo son las personas. Uno puede pasar más tiempo del necesario tratando de ajustar el pensamiento con la mayoría de los mortales a los que se trata, con los que uno convive, cuando lo único y más importante que hay que saber hacer (exacto como lo hacen los niños) es fluir conjuntamente con quienes tratamos y lo más importante que recordamos observando a los niños: saber estar presentes en la realidad.

Somos nosotros los adultos los que nos empeñamos en estacionarnos en etapas pasadas y cómo el circulo vital tendría que cambiar el derrotero de sus líneas, antes de darnos cuenta cuan valiosa es saber fluir.

 Me parece que, en las décadas de este primer siglo (solo llevamos dos y media) estamos haciendo que los críos tengan que responder en demasía a algunos asuntos más demandantes que lo que eran en tiempo pasado. Es verdad que hay una prisa descomunal en la vida de hoy.

  Llueva, truene o relampaguee a veces se cree que todas las actividades del universo han de caber en un solo día, sabiéndolas acomodar… eso es falaz. Si les demandamos a los críos que todo el tiempo estén ocupados ¿en dónde queda el momento de ocio para observar? aunque queramos creer que la esencia humana es de andar con mil cosas a resolver en menor tiempo y las prisas ni qué decir, la normatividad de nuestra esencia es de otra índole, hemos venido al mundo a hacer la misión encomendada y seguro que esa misma no es carrereada.  Creo que propiciar conversaciones con los más peques puede ser una buena respuesta para que en esa comunicación se vaya depurando ese dinamismo que nos está arrasando en el siglo XXI. Saber que la vida es dinámica eso es claro, tambien que tiene sus propios tiempos nos lleva a la premisa Zen que debe acompañarnos: Hay tiempo para todo… el asunto clave es saber ¿Cuál es el tono temporal para uno mismo? Afinar ese tono es lo que nos habría de ocupar. Lo acabo de vivir con mi propio nieto, apenas lleva un mes en el área de la Primaria y me fascino lo que me dijo el otro día. -sabes, todo está mucho más fácil de lo que me imaginé-. Mas elocuencia y concordancia con la realidad no puede haber en esa expresión.

Es lógico tener el pendiente de cómo será el futuro. Mas, en casos de cambio de fondo: espacios nuevos, amigos nuevos, dinámicas nuevas…todo será más claro hasta que no se tiene la realidad en la mano. No divagar futureando.  

¿Qué necesidad hay de cuadrar y comer ansias cuando lo que puede fluir en círculos concéntricos de vida, lo tenemos a la mano y claro? es tan sencillo como que la vida es tal cual y nosotros nos empeñemos en verla diferente. Un ejemplo es el de la puntualidad: Sabemos que no solo depende de nosotros mismos el ser puntuales, a veces nos toca que hay personas que creen que la gasolinera es su taller personal y le checan al automóvil hasta lo más profundo del motor y otros seres humanos van por la calle como si fuera toda de su propiedad y sin tener en cuenta el flujo. Mil acciones y pretextos podremos encontrar antes de llegar a tiempo, mas quien es consciente de esta acción como importante, lo puede lograr con orden y diciplina y porque representa un valor no mutable.

La vida circular está ligada a visualizar lo más importante. No tener todas las encomiendas en el mismo pandero, ni al mismo tiempo. Las acciones se darán más fluidas si las hemos visualizado en cierta manera de antemano, pues es seguro que se darán como nos es conveniente. En lo personal, mi agenda no solo me sirve para programar el día, sino para calcular tiempos y momentos.

Tendemos a creer que podremos con todo. Lo importante es saber que ponemos en la canasta de ese todo personal, para no vivir las acciones con atropello.

Aquí en casa hemos padecido migrañas hormonales desde mi abuela materna. Supe que ella se hacía remojos de pies en agua caliente y se curaba con homeopatía. Vi a mi madre padecerlas sin remedio, hasta que con la menopausia cejaron. Mi hija me ha visto a mí misma y acudir al neurólogo en ese momento. Ahora es ella misma la que está pasando ese curso hormonal hereditario, lo maneja con respeto a tiempos y momentos. El ritmo obligatorio ha sido reconocer esa condición: tiempo y cuidado necesario.   Decía una tía muy querida:  -Cuidado con la liga del accionar diario, que no se puede estirar más allá de lo que da, porque se rompe-. La fuerza mental tambien puede agotarse y veremos la necesidad de parar por la imperancia de la salud. El privilegio del adulto es cada día más, saber elegir.

¿Qué hacer con el tiempo personal si de plano se sale del círculo de sanidad activa? parar. Quien no es dueño del tiempo del que dispone, cae en el absurdo de creer que puede con todo. Es muy diferente, MI tiempo, al tiempo Del mundo y Los Tiempos de Dios que son los más exactos, aunque no siempre nos encanten del todo. Me tomo la libertad de escribir en mayúscula esa temporalidad divina, porque tengo clarísimo que son los más importantes.

Los tiempos divinos vienen a actuar junto a nosotros en el paquete de encomiendas que tenemos al entrar al mundo, éstas, como hemos comentado, se van deformando por exigencias y ninguna exigencia es buena.

 De pronto nos resuena en la mente: -es que tengo que hacer esto-. -Es que tengo que ir a tal o cual sitio-. -Es que tengo a fuerzas que vivir tal o cual cosa-, porque si así lo hacemos, tal pareciera que no estamos viviendo la vida plena. Comerse al mundo a bocanadas no es plenitud, se parece más a una desesperanza absurda que puede cobrarnos tributo.

 Las curvas vitales (exacto como sucede en las vías terrestres) de pronto se aparecen y nos obligan a bajar la velocidad.  No es ni solamente el medio socioeconómico el que debe mandar el juego, ni mucho menos confundirnos con el sentido de cultura que tenemos. Se ha confundido a la cultura con el saber más, así como con el asistir a mil eventos, creo que por ahí la hemos errado.

De pronto notamos que hay aceleres y no nos damos cuenta cómo nos invade una desesperanza sutil que desbalancea, el Fomo del que hablan los jóvenes: fear of misssing out. Hacer al círculo vital deformarse a tales grados que se nos pueden olvidar los porqués más obvios y en esos resquicios es por donde se infiltra el stress. Me parece tremendo cuando en las vías públicas hoy día, los conductores de automóviles son capaces de todo con tal de sentir que pasaron primero que otros. Uno se pregunta ¿A dónde van con esa prisa inaudita? pareciera como un logro de la conciencia tener esa inconciencia de estar desesperados por pasar. Se rebasa por la derecha con toda impunidad, porque aun estando libre el carril de rebasar, es tanta la desesperación por pasar primero, que se pasa por donde no es el camino, con una desfachatez tremenda.

Es en el orden vital de cada grupo familiar en donde se ponen las bases para comprender lo absurdo de la impunidad. No creo que sea necesario hacer que nuestra circularidad se cuadre. El niño, si aprende a conocerse, a descubrir sus propias herramientas, será un ser afortunado y dueño de sí mismo.

Hacer ver al crio que lo que se hace es parte de la correspondencia.  Es decir, lo que nos corresponde como parte del momento vital y circular que vivimos. En la homilía del domingo el presbítero dijo: -No se premia lo que es un deber- O lo que es lo mismo: El niño tiene tareas que realizar y el primer favorecido es él mismo. No se hace un favor a los padres cuando se cumple. Sentido del deber claro.

Es tan importante el valor de la estabilidad interna, que se vuelve un objetivo claro y sereno, cuando se descubre como parte del flujo natural.

Cuando observamos cómo se comportan los pájaros en las ramas de los árboles, y en general el mundo animal, nos damos cuenta como la dinámica vital lleva sus propias dignificaciones y momentos y no se vive a empujones ni a sombrerazos. Se dice que quien convive con un gato, ya tiene al mejor maestro de las parsimonias adecuadas. En casa el gato pide salir… y uno le abre la puerta y éste se toma un buen tiempo para dar los pasos más allá de la puerta, jamás he visto a mi gato salir a cajas destempladas. Hoy día estamos viviendo cómo las chachalacas se quedan en los jardines en grupos, ¡pájaros muy ruidosos! Ese piar puede hablar de felicidad.  Claro que lo de afuera no nos define y tampoco es tal cual lo imaginamos. Cuidar lo que escuchamos en los medios, porque nunca es completo el mensaje.

La total objetividad no existe. En la ciencia si existe la rigurosidad del experimento para poder obtener conclusiones, mas en la vida de cada día lo que más nos viene bien es ser observadores y pausados.

Cuando sentimos al alma personal como si estuviese retrancada, es porque algunas incongruencias están presentes. La pauta más realista es bajar los ritmos y saber que hay cosas que se aceptan con las reservas del caso y uno sigue adelante para mejorar el flujo, eso es respetar la circularidad que hay. (Continuará).

 

 

 

                                                                                                                                 

 

miércoles, 15 de octubre de 2025

 

Un día, una circularidad. (11)

 

                                                             La visión simbólica, es la capacidad para penetrar las ilusiones.

Caroline Myss.

                                                            Es importante en la vida humana saber a qué nos referimos cuando hablamos de ilusión. La definición nos dice que es un espejismo, algo alejado de lo real. Existe en la mente y no siempre se puede llevar a la realidad. Las ilusiones, juegan un papel preponderante en la construcción de la vida humana, porque son las sustancias en las que se apoyan los hechos que queremos concretar. El simbolismo en la vida de nosotros los homos sapiens sapiens no es poca cosa, es ese pensamiento significante que a pesar de que no tiene un asidero totalmente material, su existencia nos aclara la vida mediante ese saber a qué se refieren las cosas que a veces ni están escritas, ni son tan claras en la realidad. Son otras maneras de expresar. Me fascina ver a algún joven con los jeans llenos de hoyos, eso contiene un simbolismo muy actual, a veces sin saber por qué unos toman unos símbolos y otros seres humanos los siguen. Así se dan los movimientos del pensamiento conjunto. Me queda claro que, para hacer ese acto de moda, en este caso al que me refiero y que tiene una gran implicación social, no cualquiera lo puede llevar a la realidad, en primera porque no le significa lo mismo a todos o no se puede portar con el mismo garbo y acto digno al hacerlo. El decoro es más una virtud que un valor. Las modas extremas han de estar concebidas como parte de una expresión que no a todos nos toca implementar, pero si entender. Así pues, lo simbólico tiene sus tiempos y sus momentos. Casi todo lleva una centralidad simbólica, aunque a veces el símbolo solo sea entendido cuando es vigente.  Escribir un texto, hacer determinados ritos o hasta el modo como nos movemos y nos adecuamos a la vida, está estructurado con variedad de simbolismos. El símbolo es algo que se puede repetir mediante el pensamiento y se puede transmitir sin palabras. No todos nos ponemos a averiguar de más, sabemos bien que hay muchas cosas que damos por sentadas.

Intereses van y vienen y el género humano a pesar de tener la misma esencia, no se apega en todo a los mismos símbolos. Creo que vale mucho la pena saber (por un momento al menos) que esas herramientas cerebrales no fueron un don al azar, han sido parte de nuestra condición otorgada por Dios para poder ser quienes somos y ser mejores seres humanos. El simbolismo es ver más allá de lo evidente. Cuando mis hijos eran niños yo veía y compartía con ellos una programación infantil de dibujos animados y había uno en particular en el que el super héroe tenía esa habilidad: ver más allá de lo que es obvio, y así se expresaba a voz en cuello en la presentación. Un día, el más peque me preguntó ¿Qué es eso de lo evidente? le expliqué a su nivel y vino el verdadero aprendizaje para mí: darme cuenta que estaba yo por educar y guiar a un ser inquisitivo, de una naturaleza con necesidad de explicaciones.  Me encanta, que por otro lado pude descubrir a mi hija la más grande, como iba a ser mi complemento en esas explicaciones y liderazgos de pensamiento porque su modo es más concreto. A veces los hijos son harinas de costales diferentes y cada quien requiere las respuestas a su esencia.

 Los otros seres con los que convivimos cercanamente, son los únicos que nos dicen las cosas tal como son: Por ejemplo, el decir -Por favor responde rápido y concreto, que eso de andarse con rollos no es lo mío- me suelen decir de vez en cuando, porque aún dentro de la misma familia, no todos requerimos aclararnos de más, hay seres que requieren respuestas más concisas.

Los seres que lo tienen todo archi claro son de otro temperamento. En nuestra familia eso nos ha complementado. Aquí en casa nos respetamos los modos, mas cuando yo me explayo y no hay para otros el tiempo para tanto, si se me pide amablemente: -Por favor concreta-. ¡claro que lo hago! porque eso es parte de la sal de la vida.

Todo tiene tambien que ver con lo que hemos comenzado este texto: La dimensión de lo simbólico. Ese simbolismo que nos ha llevado a desarrollar muy ampliamente la conciencia mental, cognitiva y sensible, nos permite comprender el poder energético de cada ser. A veces nos preguntamos porque hay personas que se enferman más que otras, y no hay duda de que tiene todo que ver con la baja de energía y ni que decir el sistema inmune que se descompone cuando nos andamos por donde no nos corresponde.

Una sobrina a veces me dice: -Invariablemente en verano me acatarro- Me queda claro que sus niveles de protección inmune se bajan cuando realiza el esfuerzo de trasladarse a la playa con todo lo que eso implica. El simbolismo para el yucateco que se traslada a la playa, es único.

 Irse Al Puerto, tal como suelen decirlo algunos, es en verdad asunto serio. Va más allá de lo evidente. Se vive, en los veranos una temporalidad totalmente diferente. No en vano en Yucatán, así se le denomina al verano en el mar: La Temporada.

Sabemos todos, que las temporalidades pueden afectar las temperamentalidades. Si todos los aspectos de la vida se trasladan a una comprensión más realista y las actividades en todo sentido se hacen de diferentes maneras, es muy claro que viene un período obligado de adaptación, esto lo vivimos en diferentes momentos. 

Continuando con la revisión de lo que significa que seamos seres con simbolismos muy acentuados, tambien la misma autora y teóloga americana Caroline Myss nos dice: - el poder energético, actúa entre bastidores-.

 Es decir, solo quien percibe mas allá (de lo evidente) logra sentir las energías que se desdoblan en la convivencia. Muchas veces ni cuenta nos damos de porque nos sentimos de tal o cual manera, y es porque el simbolismo que manejamos para la integridad de nuestro ser, está desfasado. Algunas personas (me cuento entre ellas) cuando nos tenemos que salir de algunas rutinas que nos dan circularidad probada, se puede perder el paso. Un ejemplo es cuando hay que hacer cosas que no se nos dan con el mismo interés a todos, no soy muy afecta a hacer la planeación de viajes, eso claramente en casa se le da de manera natural a nuestra hija que es la mayor y que ha viajado mucho por trabajo y por placer (me queda clero que por mí misma no iría a ninguna parte) mas el ánimo que percibo en los pormenores cuando vamos   salir de la ciudad se me impregna y casi puedo decir, lo robo de los otros, en cuanto los planes de lo que se va a hacer.  Obviamente me encanta pasear y conocer, ante todo aquí en casa somos museofilos, la visita a museos es obligada y así sea el más sencillo o el más grande museo, como el Metropolitan Museum de Nueva York, siempre es una ilusión volver. No es que vayamos cada año, sino que las veces que hemos ido es como si fuera nuevo. Es como sucede con los buenos libros: podremos volver mil y una veces a páginas antes leídas y marcadas y siempre habremos de encontrar nuevos simbolismos. No es lo mismo cuando se visita un sitio cuando somos niños o ya de adultos, ahí en el Metropolitan de La Gran Manzana tuve la primera experiencia de un museo tan grande, a los 7 (siete) años. Regresé años después, y todo lo de la antigüedad me marcó, que fue cuando me significó y tuve mayor interés en estudiar arqueología.  

Ese simbolismo del que somos responsables los homos sapiens, es algo que se has trastocado en épocas recientes. Ya la presencia de la verdad vestida de mentira nos ha doblegado las percepciones, y parte de los miedos ancestrales que ya habríamos de haber superado, están de vuelta. Eso de temer al congénere que de pronto nos puede agredir, eso de vivir con miedo. La civilización debiera habernos dado ya las herramientas para que seamos empáticos por naturaleza, y nada de eso ha sucedido como lo podríamos esperar. Nos damos cuenta que han sido más fuertes las fuerzas sociales del acaparar y hoy día noto claramente como el acto de depredar aún está reinando con simbolismos trastocados. Se ha revertido la significación, la misma paz ya se entiende muy diferente a nivel mundial. Por ratos es difícil aceptarlo. Cuando le preguntaron a Jean Goodall que pensaba del mundo actual, dijo que -los reductos de esperanza no se han perdido- y yo comulgo con ese pensar.

Pues bien, la misma teóloga Myss, nos dice algunos puntos que podemos poner sobre la mesa personal y reforzarnos, para no estar con los bandazos emocionales. Y nos dice y los comento en paráfrasis:

Ten muy claras tus creencias y refuérzalas apenas puedas. Si algo o alguien notas diferente a ti, dale su lugar, pero no continues por ese sendero, puede ser nefasto.

No pierdas la apertura mental. Como hemos dicho: No significa renuncia, sino adosamiento de la fuerza de la verdad en lo que tu sí crees.

Actúa, ya que con tus actos estas dando más al mundo, que con tus teorías.

Nunca pierdas la facultad de intuir. Todos la tenemos y hay que utilizarla porque puede evitar muchas disputas.

La realidad es lo más valido que tenemos. Mi madre decía claramente, -ojo, niños, hay que aprender cual es la calidad de la melcocha-. (Melcocha es un dulce hecho a base de miel, que se envuelve en hojas de almendro.)

Jamás permitirnos la autocompasión. Nadie es culpable de lo que nos toca vivir.

Todo es elegido, aunque creamos que tal o cual persona hacen o deshacen y eso nos afecta. Todo lo que vivimos es causa /efecto de la vida por elección.

Nunca enjuiciar. No sabemos porque una persona reacciona de tal o cual manera. Los modos son muy personales, no olvidemos que los juicios de valor deshacen la virtud, la hacen laxa e inestimable.

Si vivimos agresiones por parte de alguien, lo que sigue es mandar bendiciones. No sabemos qué pretensiones retorcidas tiene cada ser humano en el ser interno.

Ir de la mano del Dios en el que creemos, (que a veces no es solo asunto religioso) la fe necesaria empieza por tenérsela a la vida misma, y hasta el mismo ateísmo tiene sentido en algunas vidas, porque puede conducir a Dios de maneras mas certeras. Dejar pasar los asuntos que no podemos resolver.

El éxito, la prosperidad, son asuntos personales y no se deben de estar manifestando como logros que a los demás no les interesan. A veces las personas que hoy día se manifiestan de más en las redes sociales, corren riesgos de muchos tipos, aún no hemos terminado de comprender esos rubros.

Esta revisión de escritos pasados, me lleva un tiempo sagrado que valoro como reivindicación del presente. Llevo años con la parsimonia que corresponde al respecto. Dice Duccio Demetrio, cuando propone las valías de escribirse a uno mismo: -podremos recordar, pero rememorar es otra cosa-. ¡Y sí que lo es!, porque el recuerdo no es a veces tan significativo como la rememoración.

En el año 2010, mi mente sufrió un reajuste, y está documentado. Volví a preguntarme de lo valido de tener más viva la religiosidad, de tenerla más presente. Volví una vez más con interés renovado a la Biblia. Para todos los humanos es importante la cosmovisión cada vez mas clara, y mientras ésta se vaya mejorando,  entenderemos el paso de los años y la edad.

Ese magno dicho bíblico del Dios de los católicos que nos dice: -Yo soy, el que soy- retumbó una vez más en mí, porque la esencia que es, nunca cambia.

Ese sentir que a veces uno mismo se achaca de decir -No debí hacer esto o lo otro- como que recrimina con un sinsentido, mas no es así, lo que nos cuestionamos nos puede llevar a mejores respuestas ¿Desandar caminos por los cabos sueltos? ¿Quién tiene todos los cabos de su vida personal bien atados? -. yo creo que nadie.

De pronto tuve un tiempo en que la religiosidad la perciba como una lacra, como un impedimento para pensar con claridad. Y ¿De qué sirve sentir nubes negras sobre nuestra cabeza? De mucho, porque se aprecia mejor la luz.

Las insatisfacciones mentales tienen un camino que solo uno mismo puede zanjar. A veces solo se asientan en ilusiones. Si no hay motivo evidente de cuestionar… ¡pues no hay que hacerlo! porque las cuestiones, tienen su tiempo y nos dan pie a saber que el mando de una realidad elegida y que entendemos es la que dirige en certidumbre a nuestro ser.

Cuando la paz se va implementando en la vida, se sienten los círculos vitales como mantas de seda de colores tenues que se asientan y suavemente documentan nuestra mente de lo valido. Experimentarlo es un logro grande, del que podemos asirnos y saber qué es lo que ahí nos ayuda a ser personas y no meros individuos.

El camino es darnos herramientas para afinar el proyecto de vida. No es tan complejo cuando vamos de la mano del Dios en el que sí creemos, y si nos habla al oído, nos deja claro que las dudas no dejan de existir nunca. Tener la virtud de autoconducirnos en el sendero elegido, ante la grandeza de lo infinito, ¿Qué reparo podremos argumentar?  la mente se asienta y surge la luz de lo que en la vida es realmente importante. (Continuará).

 

 

 

 

 

 

 

miércoles, 8 de octubre de 2025

 

Un día, una circularidad. (10)

                                                                Con constancia y un poco más de apertura mental, podremos dar forma al círculo mayor de la vida personal, el potencial circular del día es aliado, nunca contrario. MJ.

                                                                            Cuando hablamos de apertura mental nunca nos referimos a cambios drásticos de principios de vida y mucho menos de que las creencias se vuelvan laxas o transitorias, más bien esto se refiere a que hay que afianzar con nuevos coloridos, esos que se dan en la conciencia, que aun sin darnos mayor cuenta cada dia se renueva. Transformar la vida de cada día no es tarea difícil, es tan solo ese estar atentos como lo propone el Zen, es decir las posibilidades de bien que se nos presentan habremos de tenerlas lo más claras posible. Deslindar, percibir sin tanto argumento adosado y poder ver la centralidad que afirma las acciones de un solo día. Ese día a día que vivimos es una bendición, es ahí mismo donde se da la vida real, esa que en verdad tiene el sentido de la misión elegida, y aunque parezca que es tan solo una parte muy sencilla de lo que vivimos, es mucho más.  Cuando hoy día me entero de que mi nieto en primer año de primaria ya está viendo y hablando de los tipos de comunicación que existen y las cosas relativas a las dinámicas de la informática, esa visión nueva me conforta, nos percatamos de los recorridos que esperan a los peques del futuro. Mientras me lo cuenta mi hijo, aprovechando algún recorrido en el automóvil (que es cuando hoy día se pueden tener algunas conversaciones mas estructuradas) nos encanta poder darnos ese ir y venir de ideas.  Tambien hablamos de que no podemos permitir dejar pasar el asombrarse en la vida, es algo que no podemos desdeñar, quien pierde esa facultad es seguro que se encone en la lógica y el razonamiento extremo y no olvidemos que la mente se abre cuando descubrimos, asombrarnos es como si algo lo viviéramos por primera vez. Los caminos de la ciencia que van tan solo buscando todo razonado, sí que dan mucho, mas la otra dimensión de la que disponemos que es la mental/espiritual no puede soltarse. La ciencia actual es mucho más dinámica y propositiva y va encaminada a un sinfín de conocimientos que solo podremos hacer nuestros a partir de la divulgación elegida, y esa es tarea personal. Hablaremos por aquí en parte de nuestra especie, ese homo que al asignársele el nombre de sapiens a veces uno casi lo pone en duda, más aún sabemos que luego los científicos nos llamaron: sapiens sapiens, y no podemos evitar llevarnos las manos a la cabeza… ¿Qué tan atinado es nombrarnos doblemente sabios? de entrada es un honor.

Si es que así nos quisimos auto denominar sin saber bien a bien que no podríamos con el paquetazo que eso implica, ha llegado el momento de que eso que nos demanda la realidad, como coherencia y asertividad, se convierta en tarea de todos. Con lo que se nos ha entregado tendríamos para dar y repartir y lo único real es que acaparamos como con un ánimo depredador, es normal que exista ese proceder ya en los primeros estadios de la humanidad era la lucha por la existencia un deber, mas eso ya hoy día está superado, vivir tomando de más, y peor aun acumulando sin sentido, está fuera de los ámbitos éticos.

EL conjunto de virtudes humanas ahí está, valdría la pena volver a recodarlas con firmeza. El saber distinguirlas podrá abrir camino y así tambien trabajarse en ellas y por ellas, y hasta hacer divertido a los peques como una enseñanza natural, pasarlas como parte integrante del día a día. Lo virtuoso ayudará para ese inevitable momento que se dará al irnos del mundo, lograr que sea pletórico de paz, saber que el tiempo de Dios es perfecto.

¿Cómo descubrimos en la vida lo que es parte de nuestra paz?, pues entendiendo con cabalidad la doctrina que nos asiste y nos enseña, todos hemos nacido en alguna tradición religiosa que de pronto ni conocemos. Cada camino religioso tiene sus propuestas validas, en el caso de los católicos son las parábolas, los pasajes bíblicos especiales, una lectura constante de nuestro libro sagrado. En lo personal, aunque sabía que había diversidad de Biblias, ahora un presbítero de la parroquia a la que asisto me recomendó -La Biblia del pueblo-. Le dije que yo leía otra, y claramente me dijo:  -es bueno cambiar las lecturas y así enriquecer con los comentarios que algunas traen-. Así es que de inmediato se asentó en mi mesa de lecturas. Le hice caso y la adquirí sin más vueltas, con comentarios de parte de mi hijo, como la recomendación: -lee, empezando por el Nuevo Testamento, así muchas cosas se podrán entender mejor cuando leas el antiguo-. Interesante me parece, y como alumna de mi joven retoño (que busca comprender mejor la religión que se le ha brindado en la familia) pues en primera instancia ahí me veo, lectura y atención en una sola emisión. Lo que sabemos con nuevos enfoques nos hace crecer, y cada oveja sabe en donde pastar para que su digestión sea buena. El crecimiento personal es algo que hacemos patente a nosotros mismos, esa parte no le interesa a nadie, hasta que, por añadidura, (si se da la posibilidad) podremos compartirlo. El bien mayor proviene siempre de nosotros mismos al asentar la lectura sin mayores pretensiones, no es memorizar, es tan solo pensar con atención.  Por ejemplo: la virtud de ser un ser laborioso, este precepto nos ayuda a realizar muchas encomiendas que a veces son tequiosas y las posponemos, pero que bien sabemos que valen la pena y esa virtud por lo tanto nos aleja con más facilidad de la pereza.

Nos dice el padre Calvo: -hay que saber que existen palabras pluricenicas, es decir que pueden tomarse con varios significados, me pareció muy interesante el termino, porque jamás lo había escuchado, y aunque no está registrado en el diccionario de la lengua española, me pareció lógico. Si existe, o él se lo inventó, pues bienvenido.

¿Qué es crecer en el espíritu?

Me hago la pregunta así de clara en los renglones del diario en revisión.

Quien crece en interioridad cambia algunos modos de la vida diaria. Eso se puede volver tarea placentera y nada tequiosa cuando lo hacemos con serena armonía, me queda claro que a veces no alcanza el día para tanto, pero ¿qué más importante que vivir con nosotros mismos algún crecimiento personal? y es seguro que con esto no se cae tan fácil en juegos que solo provocan cansancio al alma. Así mismo me dije: -Jamás podremos considerarnos una suma de apartados, más bien somos una concentralidad de círculos que en los tiempos necesarios y justos se van expandiendo, se van fortaleciendo con los años-.

Se van haciendo como tratos y contratos con la vida misma. Los psicólogos de hoy día, proponen acuerdos, algunos serán en cierto sentido inamovibles mientras tengan valor, luego se verá cómo adecuarlos, cuando lo valioso tome coloridos nuevos.  

Como cuando exactamente aprendemos a utilizar la palabra NO, y cuando así lo decidimos, esa misma es la que rige nuestros designios. Nunca tener temblorosa la mente cuando decimos NO. Decirlo, cuando nos estamos dando cuenta que hay acciones que claramente nos roban la paz. Mi paz es el oro en polvo que habita mi vida actual, a cada paso la cuido, la protejo como a la niña de mis ojos.

No existe una conciliación total con la vida misma. En el fondo del alma, es a eso a lo que todos aspiramos, de hecho, cuando yo misma me cuestiono ¿cómo me atreví a asignarme la tarea de escribirme por los años de los años… Amén, ¿y a escribir?  me doy cuenta que los acuerdos se cumplen y los más importantes: los personales, mucho más si se perciben desde el fondo del ser. Esos seres que comparten la vida con nosotros más cercanamente, ¡conocerlos mejor!  Leer un poco más, tanto que ya propone la virtualidad como lo es este periódico tan bien fundamentado con la energía joven que lo caracteriza, Estamosaqui, llevado por caminos muy propositivos y los periodistas tan talentosos que se han dado a esta encomiable labor.   No hemos venido al mundo a mimetizarnos en lo que vemos en otro ser, sino a salir con las propias fuerzas y propuestas interiores y así responder con buenos diálogos o si es necesario con largos momentos de conversación.

                                                                          Cambiando un poco de giro y volviendo a lo que veníamos comentado sobre los neandertales hay algunos asuntos interesantes que tratar, lo propongo porque con eso comprendemos que tan fácil se nos ha dado todo en ciertos aspectos actuales y como eso mismo lo desvaloramos hoy día. El valor de la vida en esos grupos primeros era de otra índole y difícil, lo sabemos mejor cuando escuchamos a los investigadores y nos hacemos más conscientes de quienes somos.

No hemos puntualizado lo importante que ha sido para la misma ciencia Antropológica develar sus caminos con acierto, no ha sido tarea fácil.  Se le denomina Antropología Cultural a todo ese aporte labrado por el ser humano, las manifestaciones materiales e inmateriales, desde las más sencillas como una punta de lanza, hasta la IA, de nuestros días. Para los acuerdos de la ciencia del hombre, se han escrito ríos y ríos de tinta, horas y horas de disertaciones entre los científicos. Ahí está para nosotros, darnos espacio para gozar en las librerías y adquirir algo que nos haga ilusión. El olor de un libro… ¡Cuanta paz!

Esos investigadores se la juegan muchas veces y proponen conocimientos que con el devenir de los tiempos se cambian, y no quiere decir que lo que propusieron estuviera errado, era tan solo el punto de vista al que se podía llegar en tal o cual momento. Exacto como pasa en otros saberes científicos humanos y en especial podremos poner un ejemplo de la ciencia Psicológica y el psicoanálisis de Freud, ya no está en la cúspide.

Imaginémonos el fascínate momento en que se encontró el cráneo de Neandertal en el valle de Neander, tuvieron que pasar algo así como 100(cien años) para que después de miles de interpretaciones y disertaciones se llegara a concretar que era ¡un humano de otro tiempo! de otra índole y que, aunque sí había vivido y convivido en parte con los sapiens no era uno de ellos, era tan solo otra rama totalmente diferente.

Durante el siglo XIX a muchos estudiosos se les tachó de locos, por decir lo menos. Ya durante el siglo XX, se empezaron a tomar más en serio las cosas. Las interpretaciones dibujadas que se hacían de cómo podría verse la especie, sin ayuda de las magníficas computadoras de hoy día, pintaban a estos seres mucho mas grotescos de lo que son. No se había comprendido la cultura aportada en términos de una mente afinada y compasiva, así como inteligente y resoluta. Se encuentran entierros con restos de flores ofrecidas al difunto, así como instrumentos que solo pueden responder a una mente bien estructurada. En el año de 1960, apenas el siglo pasado, se hacen unos dibujos compartidos por dos estudiosos, el ilustrador checo Zdenek Burian y con la colaboración de un prestigiado paleontólogo Josef Augusta, fueron 52 (cincuenta y dos) laminas para un libro llamado -El hombre prehistórico-. Son hermosas, pero para nada ilustraban fielmente a los neandertales.

Características como: -Profundidad en la mirada, inteligencia, sensibilidad y humanidad eran necesarias para poder hablar de que estos seres tenían prácticamente un cerebro muy bien dotado.

No podemos dejar de observar que la dureza y dificultad en sus vidas fue implacable, les tocó vivir las edades del hielo más fuertes e inimaginables, en las que tenían que desplegar la caza compleja para sobrevivir. Existen unas acuarelas en el Museo de Historia Natural de Londres, ejecutadas con mucha maestría por el pintor naturalista Maurice Wilson.

Fue hasta el año 1980, del siglo pasado, cuando los investigadores -comienzan a estar de acuerdo, apoyados por la pujanza de la disciplina paleontológica-.

Se empiezan a estudiar la presencia de ropajes, de manifestaciones mucho mas concebidas simbólicamente, y cuando hablamos de símbolo, estamos en verdad hablando de una inteligencia bien conformada, ¡por la que sí somos sapiens, sin duda!

Se empiezan a escribir historias literarias muy fidedignas a lo que pudo haber sido esa vida neandertal. Existe una película muy elocuente que se titula -La conquista del Fuego-.

Siendo que el cerebro es el órgano humano de donde partió el concepto simbólico, es el simbolismo una característica muy particular de nuestra especie. Se dice que los neandertales lo tenían, mas no tan desarrollado como ya se encuentra en los sapiens. De lo simbólico se dice que se desprende la nueva conciencia, es decir en primer lugar ser capaces de vernos desde fuera. Esto nos lleva a autoevaluarnos.

Es en la parte frontal del cerebro humano en donde se da la planificación, se centra la atención y se realiza la función de tener un juicio.

Existe un área de la ciencia arqueológica, llamada cognitiva, que se ocupa de entender mediante los vestigios parte de la psique. Esto es lo que a fin de cuentas se va a reflejar en lo simbólico y obviamente en el arte. Si se ha podido observar y se observa mejor hoy día, como los neandertales fueron capaces de ordenar sus mentes, pero ya con los sapiens esto se da como un hecho claro y muy relevante.

Fue la voluntad bien conducida lo que dio camino a esos ordenamientos para solucionar la vida de cada día, herramientas muy refinadas, y junto con pegado lo que se dio es una expresión de lo espiritual, es decir asuntos que se reflejan con símbolos, y que apelan a una vida entendida más allá de lo material.

La secuencia abstracta existe desde que el sapiens se dio a la tarea de expresarse culturalmente. Desde las sencillas líneas trazadas con delicadeza en una vasija, en una concha, hasta el movimiento de un bisonte reflejado en la pared de una cueva pintada.

La posición de la laringe es básica, en los neandertales se ve más elemental, por lo que se piensa que el lenguaje no fue muy nítido en esta especie. Ya en el caso de los sapiens es otro cantar, la laringe está mucho más desarrollada.

La búsqueda de los colores para poder expresarse fue a voluntad. Se dice que el color negro se obtuvo del dióxido de manganeso, el ocre provino de algunas arcillas, así como el rojo y marrón de algunos elementos naturales.

El enterrar a los muertos es ante todo un signo de respeto al difunto.

Se cree que al neandertal le costó más la innovación. Ellos mantenían sus logros con mucho recelo y muchas cosas eran transportadas con tremendo cuidado, como el fuego. Se cree que luego ya se pudo obtener con más facilidad con técnicas como la de frotación de troncos y la obtención del mismo cuando había incendios.

                                                                        En lo personal soñé con poder estar muy de cerca de esos encuentros arqueológicos de nuestros ancestros mediante la ciencia, vivir la paleontología en el campo de trabajo, mas la realidad es la que manda el juego y habremos de entender que la vida no solo es desear, también es aterrizar en lo que nos toca asumir y vivir.  Le debo a mi padre el haber gozado de muchísimos momentos de lectura en la niñez y juventud con artículos de la revista National Geographic, que ahora me he enterado por mi hermano, que él, cuando mi padre partió de este mundo donó la colección completa a una escuela cercana a su casa en un poblado yucateco.  Ojalá esos niños sigan valorando lo que se puede aprender de una publicación de papel, y nunca se extinga esa manera de hacer textos. Da mucha tristeza enterarnos que muchos libros muy valiosos de pronto se deshojan para hacer un collage y perder esa fuente tan especial de guardar el conocimiento. Creo que hay que tener presente el regalar libros a los niños, a los adultos, y que se continue valorando como un acto de acierto y gozo el sentarse por ratos a leer, sea virtual o no. El otro día en un programa de televisión escuche: -Ya nadie lee-. (Continuará.).

 

 

 

 

 

 

 

miércoles, 1 de octubre de 2025

 

Un día, una circularidad. (9)

                                                                         Concebir la vida como un círculo de círculos, nos permite visualizar mejor y recordar los momentos que han   pasado y como han dejado la línea circular necesaria que concatena todo.  MJ

                                                                                 Saber que todo está ligado, nos da paz.

La fuerza de vivir es redonda y nunca hay días desperdiciados cuando la vida en el circulo mayor va con las pausas que a veces percibimos muy precisas y otras inevitablemente son difusas. Así tambien sabemos que se aparecen las curvas más pronunciadas que pareciera que son capaces de hundirnos en algún abismo, y de pronto las vivencias se hacen más llevaderas. Cuando se amalgama la vida y sabemos qué círculos hemos vivido, así como en cual estamos, es más claro lo que deseamos de frente, tenemos más certidumbre y el cielo se une a la tierra. Escribir para nosotros mismos, por algunos momentos parecería un acto de vanidad absurda, y lo que vamos encontrando cuando se hace la revisión posterior, es todo menos vano, etapa por etapa se presenta como algo que ha sido y será, ante todo de gozo. Lo vivido siempre nos deja ese conocer que no es tan solo conocimiento llano y textual, es algo menos tangible, se guarda en nuestro interior para saber los sabores asentados que se convierten en perdurables, se impregnan en nosotros. En las células se va quedando el limo del saber más allá de las palabras, exacto como lo dice Carme Jiménez cuando nos habla de lo que es y cómo nos impacta a cada ser, el lenguaje humano. Sí, es muy importante saber, mas no es la acumulación cuantitativa lo que le da sustancia a la vida, sino el hilo vital que refuerza al espíritu. Lo que conocemos, y más aun lo que aprendemos tanto de teoría como de vivencia sencilla, logra hacer que todo se perciba redondo en el ser, con mas potencialidades de integridad. El conocimiento mismo per se, hasta puede olvidarse, mas lo que ha dejado para hacer de la vida una circularidad, eso nunca se va. Saber que nada ha caído en saco roto. Nada. Lo vano, es ficción. Ese entramado o saco vivencial con la trama de hilos que van desde muy delgados hasta muy gruesos, sostiene y hace mas vívido el circulo vivencial de cada 24(veinticuatro) horas. Cuando se percibe más claramente, es a la hora del cierre. El paso de los años deja para el final lo más significativo y aun sintiendo que años pasados se fueron apenas sin percatarnos, con el tiempo se hace más claro. Mucho percibimos como más fuerte, a mí me suelen dejar con la palabra en la boca bastante seguido, porque la mayoría de las personas quiere las conversaciones concretas y resumidas, rápidas y sin tanto adorno, y no pasa nada, ya lo sé y me doy cuenta con quienes sí puedo explayarme y con quienes no. A veces son solo las sonrisas las que nos llegan con más luz.

Saber escuchar las carcajadas de los niños que quisiéramos se quedasen grabadas por siempre en nosotros. ¿Qué nos ayudará para capear los últimos años de vida que Dios nos permita?

 Obviamente depurar el equipaje sin duda alguna es tarea ineludible y se vuelve el motivo central, más allá cada uno sabemos cuáles son los rumbos por los que queremos enfocar. Hay círculos totalmente cerrados para siempre. En lo personal siento que las etapas de mi vida están marcadas por diferentes coloraciones, es así que puedo vislumbrar cuando cerré un determinado circulo.  A decir verdad, en mi caso hasta la dirección que toma la letra manuscrita en mis libretas lleva un significado, y noto cuando he escrito cansada o cuando mi ánimo brinca como un grillo verde sobre la yerba fresca.

La realidad con el paso de los años se puede hacer más nítida, y creo que esa es la pretensión del conocimiento de principios religiosos y no lo que a veces se cree que solo sirven como armas represoras. El circulo vital es gozoso, es decir el de toda la vida, se va pintando con tenacidad personal. Los colores están ahí siempre presentes, nosotros los hemos elegido. Grises, que aun pareciendo dolorosos los hemos vivido como entonadores de armonías, azules protectores que nos dan confianzas inauditas y ni qué decir de los amarillos sabios, por mencionar algunos. Y vamos dando a la vida lo que en plástica se conoce como medios tonos. En estos días que con mis siete décadas a cuestas me avoco a revisar esas técnicas de plástica que he amado desde muy niña, me sorprendo de cómo se pueden afinar. Es algo así como cuando vamos a la sinfónica y escuchamos a cada violín repasar sonidos que se nos antojan dispersos, y no lo son.  Con mucha más paciencia, es seguro que caminaremos fuertes en las hondonadas de la creatividad con calidad, y no pensando que lo que hacemos se medirá en cantidades. Johannes Vermeer el pintor, tiene una obra pictórica en la que nos dice con claridad como el valor de la cantidad puede abrumar, el de la calidad puede ofrecer vida pura. En lo personal me basta contemplar el cuadro de -La niña del arete de perla-. Este pintor solo realizó alrededor de 35 (treinta y cinco) obras, las suficientes para que le conozcamos a él mismo y no a sus antojos ególatras por hacer sin medida. El tiempo, nos sonríe diferente cuando lo tomamos pausado, se convierte en el mejor aliado con calmas y silencios y no con ateperamientos y ruidero.  El día, nos muestra las blancuras de sus luces con mas nitidez desde el color que va tomando cada momento y en las personas mayores cada cabello que se encanece habla maravillas de lo que ahí mismo se ha acumulado cuando vemos lo valiosa que ha sido la vida. Tiempo que está y estará mientras no seamos convocados a la eternidad.

Mientras nosotros no queramos tragarnos la temporalidad descabelladamente, el reloj nos dice siempre que confiemos en su nobleza. La obra acrílica que he realizado hasta el dia de hoy, tiene referencia al tiempo, y me he hecho aliada de él.

Creo que en las relaciones humanas tambien podría pasar algo así con los años. Nos damos cuenta de muchas cosas que tienen que ver con las afinidades, con los cariños incondicionales y ni que decir con la pareja que nos ha acompañado ya por años. Todo como que toma un cariz mucho mas añejo y los mohos (ese limo que lo invade todo, y ni que decir por aquí en el sureste que lo conocemos como cuxum) dan ese tono como si todo se embarrase de verde, de negro y grises, sobre todo en los muros. Me llama mucho la atención hoy día que se restauran casas muy muy antiguas, como los arquitectos y restauradores, así como los diseñadores del espacio vital de la construcción, permiten que esas manchas sean parte actuante de la decoración. Todos conocemos cuando vamos entrando a la tercera edad como se hace presente ese limo interior que nos ha cubierto y que habremos de transformar en manchas viables para la vida más plena que nos resta.

La pátina bien aceptada tiene sentido. Toda la vida me han encantado las paredes mohosas he hecho algunas acuarelas de esos espacios y he de decir que esa parte de la pintura con agua me encanta, porque es libre el trazo. Aquí en la península yucateca se dan de a montón, porque la implacable humedad la pinta de maneras asombrosas. De verde o de gris, de negro o de marrones hermosos, sin más. En los cascos de las haciendas henequeneras de estas tierras en donde habito, esos muros nos hablan de una época cerrada y a la vez retomada con tanto tino por las reconstrucciones o construcciones adosadas que las renuevan, hoy dia se restauran dejando esas muestras del tiempo ido con mucha más visibilidad.

¿Qué pasa en cada persona con los mohos interiores de la vida personal acumulados? Es seguro que los tenemos y a veces no nos gustan, tal vez representan vicios enconados o malos momentos, pero no debemos desdeñar que eso que se nos ha enmohecido en el alma es parte muy importante para sentirnos plenos de momentos superados. Tambien representan cierres eternos y clausurados.

Todos, tanto niños como jóvenes y mas los adultos, vivimos adosando la vivencia, cada paso es seguro que hayamos de haber pasado por algo que nos dejó buenas experiencias. No dudo que habrá algunos que nos preguntamos por momentos que haríamos de la vida si de pronto se nos permitiese resetear, y volver a los tiempos jóvenes, y estoy segura que si eso en verdad fuera posible, no todos lo aceptaríamos porque sabemos que en el fondo tenemos claro que lo elegido se nos ha dado y permitido por alguna razón profunda. Los caminos de Dios, decimos los creyentes, y los seres que no lo son tanto, dirán que fueron decisiones que se tomaron sin mucha claridad y con buena actitud, superadas.

No importa lo que pensemos hoy, porque como decía mi madre - ¿Te han puesto los zapatos equivocados? pues ve sin pachorra y toma los que te corresponden-.

El circulo que vivimos hoy día, esos años solo nuestros, sean pocos, muchos, o que ya se cuenten por décadas, es seguro que con buena actitud y talente dará sus dadivas. Conocer, es decir adosar con conocimiento de causa lo que vivimos, siempre nos hará el camino mucho más llevadero. Lamentar es el error, porque se nos olvida que el lamento solo rebaja la buena energía. Si, es seguro que algunos asuntos mohosos del ser los veamos cómo paredes ennegrecidas del ser y creemos que nada que ver, mas en mi caso puedo dar un ejemplo claro y conciso: cada que abro una nueva libreta de tiempos pasados y la releo, siempre encuentro y me reencuentro con asuntos que me hacen sonreír. Hasta me llego a preguntar ¿Soy yo la que vivió esto? ¡Oh Dios! ¿Como fue posible? porque claro que se nos olvidan los pormenores. Qué bueno que el disco duro del cerebro no guarde tan nítido todo como se logra guardar cuando lo hemos escrito sobre papel, o en la computadora y que aun así, nos permita sentir la felicidad enorme, nunca disminuida. Hace más de 40 (Cuarenta) años que redacto casi a diario y cuando tomé la decisión no imaginé las alegrías que me daría al revisar.

La libreta que a continuación reviso es la numero 84 (ochenta y cuatro).

Ese mínimo circulo que representa cada página redactada es como una congratulación con la vida pasada. A veces me llego a preguntar ¿cómo fui capaz de tal o cual vivencia? o como tuve los ímpetus para resolver tal o cual cosa que hoy día no estaría en posición de volver a vivir. Tremendas caminatas hechas en momentos de viajes, o tambien otras acciones como lo puede ser resolver asuntos de nuestros hijos cuando fueron peques. Hoy día que por momentos percibo que mis hijos son como unos papás jóvenes que nos tienden la mano a los mayores, con asuntos tan sencillos que al grito de - ¡Se me atoró la compu y no sé cómo resolver! - Y viene el hijo, ese adulto joven que ya nos acompaña con asuntos que son tan sencillos para ellos. Es obvio que si no nacimos en la era de tanta informática, pues ellos nos ayudan a resolver lo que para nosotros es un nudo. El otro día mi hijo me dijo: -en verdad no sé cómo llegaste a este embrollo en tu computadora…- alguna tecla se tocó mal, eso es todo. Es claro que con la practica vamos aprendiendo lo que no es de nuestra época, pero la realidad es que no todo podemos resolver. Aprender que solo pidiendo ayuda seremos más dignos, es vital. Pedir a una amiga, a un vecino, que se yo.

El círculo de cada día para mi es sorprendente, he de recordar y lo he dicho en los párrafos de textos anteriores, que, no llevé una vida muy metódica y disciplinada de niña, (mis padres nos tuvieron a mis hermanos y a mí ya grandes y en verdad en mucho vivían para nosotros) la disciplina fuerte y concreta la aprendí en la vida de casada. Ha decir verdad, hemos hecho una nueva manera de vivir, porque no podemos negar que el matrimonio es un collage colorido de vivencias que entran en juego en la casa matrimonial, se vuelve única e irrepetible. Creo que lo viven a la mayoría de los matrimonios, se hacen acuerdos para que las situaciones no sean como decían nuestras madres: ni tanto que queme al Santo ni tanto que no le alumbre.

Es verdad que el circulo vital del día a día en cada pareja se va creando, y no habrá ninguno igual al que cada dúo, hemos logrado. Los ajustes y pertinencias llegan porque no es fácil, por eso mismo comprendo a quienes se separan y no lo logran, y que no haya culpabilidades porque la vida compartida no es la más fácil, los desafíos son tremendos y pueden ser desgastantes. Los nuevos momentos son todo producto de una vida que es claro que se ha pensado y planeado y obviamente disciplinado, pero que lleva harina del costal de cada familia involucrada, eso no podremos negarlo. Cada día me queda claro que es una elección voluntaria y que es lógico que haya personalidades que no quieran vivirlo ni pasar por ahí en sus vidas. El tutti frutti de la actualidad nos asombra, pero más que el asombro, hay que reconocer como cada ser somos un mundo.

De pronto nos puede parecer aburridísimo saber todo lo que la arqueología moderna va develando, en lo personal me apasiona tanto, que no puedo dejar de pensar en que nuevos descubrimientos saldrán. Como han podido observar en los textos que comento, estoy convencida de que quienes no albergamos en la conciencia todo lo que han pasado los humanos que nos precedieron, la vida actual nos significaría diferente. Comprender ese camino recorrido que es tan hermoso y a la vez tan árido y tan difícil, el como se sortearon y lograron tantos triunfos. Jamás dejemos de recordar cómo esos grupos de neandertales no lograron sobrevivir. Hay teorías al respecto, pero la más convincente es que no lograron adaptarse, su organismo no era del todo fuerte por dentro.

Hace poco volví a escuchar una disertación del Padre Gabriel Calvo Zarraute, ese presbítero español que ya había mencionado en alguna parte de estos textos y que llegó a mi como parte de lo que mi hijo estudia hoy día para conocer más a fondo la religión católica. Yo, que ya creía saberlo todo respecto a las enseñanzas que recibí desde la infancia, me encanta que provenga de mi hijo la nueva propuesta, porque en verdad él se ha ido a las fuentes. En lo personal no voy a recorrer ese arduo camino de leer todo lo que él estudia, pero me encantan las sugerencias que me propone y más cuando son de YouTube, porque es otro cantar ver a la persona que nos habla de frente. Así, cada que puedo voy al canal del padre Calvo y aunque me faltan años luz para escuchar todo lo que comenta, si es una ilusión oírle. El otro día dijo algo muy hermoso: -distinguir entre lo que es un valor y lo que es una virtud-. Nuestra iglesia católica en años pasados y en esos tiempos de mas originalidad, mucho antes de que recibiera influencias protestantes que nos cambiaron el sentido de percibir, tenía su asiento mucho más en las virtudes humanas, que en los valores. Los valores son buenísimos, solo hay que tener en cuenta que mucho mas cambiantes. Este sacerdote por momentos hasta ilustra sus ponencias de conceptos con hechos históricos. Da mucha confianza ver cómo se han abocado algunos de ellos en la España actual para darnos más luz.

Nos dice: -El valor, puede ser algo más difuso y mas acomodaticio en el tiempo, no quiere decir que no sea algo importante- porque como nos dice la Academia: -valor es algo que tiene un grado de utilidad o aptitud de las cosas para satisfacer las necesidades o proporcionar bienestar o deleite-. Mas claro ni el agua, y los católicos sabemos que no todo en la vida es un constante bienestar, como se quiere proponer en las doctrinas modernas del vivir cuando se dice que el placer ha de mandar el juego, antes que nada, y es así que el ego se pone la camiseta y nos desbarranca con sus exigencias. ¿Y los inconvenientes, las ingratitudes, los recovecos, son harina de costales rancios? Es claro que no, la vida está plagada de sinsabores que cada uno con las virtudes en la mano podemos aplacar y hasta derrotar. Si llega la tribulación no es que nos encante, porque no somos masoquistas, pero es parte del vivir que hay que saber zanjar, y el valor que va de la mano de la virtud, ayuda para eso.  También el valor es una fuerza o hábito operativo que aclara las virtudes. ¡Cuánto valor necesitamos para realizar algunas tareas difíciles! que lo valen, valga la redundancia.

La virtud va más allá. Es una cualidad más profunda e inherente al ser, que puede tenerse desde la niñez y hacerse más clara y viable con los años y la pertinencia. (Continuará).