jueves, 6 de junio de 2024

 

Vivir como un mandala que fluye. (20)

                                                                         Los colores, marcan nuestras vidas, mucho más si los sabemos acomodar, como lo haríamos en un mandala. MJ

 

                                                                                  Siempre he pensado y dicho que comprender las dinámicas coloridas que nos rodean es una práctica que nos remite a saborear mucho más el gusto por lo estético, y así comprender mejor esas energías tan vitales que nos transmiten los pigmentos, a decir verdad, solo los vemos por estar inmersos en la luz. No olvidemos que el color en sí mismo no existe. Poco a poco nos damos cuenta del valor que tienen los colores.

Cuando estamos en el mar o cerca de éste, se puede notar como los cambios del agua son constantes, la superficie marina nunca es igual dependiendo de los momentos del día, la luz del sol rige todo ese colorido.

Con los colores de las vivencias pasa lo mismo. Cada acción está determinada por una coloración.

                                                          Durante el año de 2005, fui teniendo la ventura de ser más observadora de los cambios en los estados de ánimo. Poco a poco también, fui introduciendo el sentido del color en mi vida y así aplicar con más conocimiento, qué color poner en la mente dependiendo de lo que se vive. El observar cómo nos sentimos y con qué color lo podemos asociar es una práctica que se puede volver una buena costumbre. En verdad que las ideas se organizan mejor si observamos más lo que ponemos en la mente.

La vida nos prepara para ser más y más observadores, es casi una exigencia de la vida de hoy y depende de nosotros mismos cuanto caso hacemos y que tanto nos convertimos en más fijados. A veces no se tiene claro cómo se da esto en el día a día, es bueno saberlo, porque observar es vivir con más plenitud. La madurez trae consigo estos nuevos planos de observación, depura y nos enfoca en asuntos más puntuales.

Aprender a aceptar de los congéneres que nos rodean, solo lo que pueden dar. A veces creemos que podríamos propiciar acciones más afines con los cercanos, esto puede resultar falaz, la afinidad con los seres humanos es todo un tema, cada vez se abre más la conciencia y la gente está muy pendiente de su autonomía, esto afecta a las relaciones, ya no digamos de pareja, sino de todo tipo. No podemos negar lo felices que somos cuando encontramos afinidades, esas agujas del pajar son bendecidas. En esos aspectos las generaciones pasadas aún eran un tanto ingenuas, se pensaba que las relaciones era un asunto tan solo de voluntad, hoy sabemos que con la voluntad solo aplica en algunos aspectos.

Las emociones en la vida no son poca cosa. Propiciar un ánimo con movimiento es saber emocionarnos con lo que nos traerá fuerza y estar más serenos cuando hay que resolver y dar soluciones. Nunca es fácil comprender del todo las emociones. Con los años uno lo va comprendiendo mejor y más cuando llegan los nietos a la vida en madurez, como que los colores de la vida se renuevan, los niños eso mismo es lo que nos infunden, luz.

Se dice mucho que la perdida de magnesio en el cuerpo humano se da cuando hay preocupaciones de más, se presentan esas rigideces musculares que hoy en día ya los salones de masajes corporales están atendiendo a la orden del día. En estos días ya se es más consciente de ingerir esos suplementos alimenticios que nos darán mejor calidad de vida.

Por estar menos atentos a lo que pensamos, estamos propiciando desequilibrios. Es verdad que la mente de hoy está más bombardeada con mensajes absurdos, ideas innecesarias, mentiras, descubrir esto es tarea actual. Es parte de la apertura de la conciencia

La valoración de los tiempos es algo principal en la vida de cada ser. La mente suele llevarnos más rápido que la acción, ese incremento entre lo pensado y lo logrado es lo que crea la tensión, el stress.

Hay que dejar emerger a la sensatez, como la madre de la paz.

Apremiarnos es mala idea. A veces creemos que haciendo los pendientes más rápido se sacaran ventajas a los tiempos y si no estamos conscientes de estos flujos, acabamos con desconciertos y cansancios que solo nos traen más problema.

Uno de los regalos de haber llegado a los 50 (cincuenta) años de vida, fue la compra de un ejemplar del Quijote de la Mancha. Quería leerlo con ritmo especial y subrayar lo más importante para mí. Encontré un libro muy accesible para sostener y leer con mejor ritmo, salió al mercado conmemorando el aniversario de la novela. Qué bueno que se hagan estas ediciones más prácticas. En la mayoría de las casas tenemos un ejemplar del Quijote antiguo, difícil de leer por su tamaño o porque está un tanto desvencijado por los años.

¿Qué es el contentamiento?

Es un estado de ánimo que nos permite tener presente un sentimiento de que todo está bien, aunque estemos pasando momentos difíciles. Hacer como una dialéctica de nuestro interior y saber cómo manejarla para estar en equilibrio. Lo dificultoso de la vida no nos priva de estar contentos, y no estoy hablando de masoquismo, estoy refiriéndome a saber dar su sitio a las acciones en conjunción con los pensamientos.                                                                                                                        Las lecciones que nos dan los grandes historiadores y estudiosos sociales del género homo sapiens, nos dicen que jamás habrá procesos sociales que no arrastren controversias, porque en parte, forman parte de su esencia. La historia humana está plagada de momentos difíciles que solo al ser vistos con las miras bien puestas y situados en el devenir del tiempo que nos ha tocado vivir, nos dan la certidumbre necesaria para valorar. La vida es cambiante, los procesos se presentan y nunca se dan en las mismas condiciones. Se nos olvida que los tiempos son cíclicos y mejoran invariablemente, no siempre de las maneras acostumbradas y conocidas. Siempre llegarán a nuevos puertos.  Los ciclos sociales tienen sus términos y condiciones, han sido parte del género humano desde que salió de la cueva a luchar por una vida digna y bien lograda, el asunto es que no siempre benefician directamente de las mismas maneras y por eso da tanto trabajo comprender.

Recuerdo a mi madre diciéndome (y casi reprendiéndome) estando recién casada, que me iba a arrepentir toda la vida por no tener al servicio doméstico de casa de una manera fija. Ella lo había vivido así y creía que esa era la única forma. Se acostumbraba que las personas que ayudaban en lo domestico fueran parte de la casa, casi podríamos decir para toda su vida. Si las situaciones responden a una época, pues solo hay que observar cómo deben evolucionar, Eso de acatar por inercias y costumbres ya es harina de otro costal.

 Mi marido y yo tuvimos claro que no era eso lo que queríamos. Tuvimos que encontrar el justo medio, la ayuda constante es más necesaria cuando los hijos son pequeños, luego las cosas cambian. Las personas habrían de ayudarnos y al mismo tiempo tener una vida propia fuera de nuestra casa. Luego, como es en la mayoría de los casos de hoy día, es más apropiado y digno para quienes tienen todo el derecho de hacer una vida propia, si así lo desean. Ahora que veo que en casa de mi hijo si tienen a una persona viviendo ahí toda la semana para el cuidado de los niños, me doy cuenta que las dinámicas responden a los momentos de vida. La vida de una casa es algo que se ordena y hay que saber qué es lo mejor para todos.

Refrendar en donde estamos parados cada cierto tiempo, es una medida buena para la claridad mental y más que nada para la tranquilidad. Saber que sigue en la escena vital, es muy sano y pertinente. Si lo que se ha logrado ha traído contentamiento, es seguro que estemos listos para lo que sigue. Saber ver el vaso medio lleno, no es fácil y sí muy necesario.

San Benito, nos recuerda: -Nada puede reemplazar el amor de Dios-.

Esta frase solo aplica a quienes descubren ese amor. El amor de Dios es un pensar que no corresponde a todos y si lo queremos entender nos puede llevar años.  El amor de Dios no es algo que nos pongamos como un saco a la medida, es mucho más complejo comprender como se manifiesta. En primera instancia no somos personalmente redentores de nadie, en esta vida pasajera solo nos acompañamos. He ahí uno de los asuntos más ríspidos de las enseñanzas religiosas, porque no es lo mismo creer que infundiremos conocimiento espiritual en nadie, que tan solo estar presentes en compañía que aporte.

¡La conciencia de las percepciones!, escribí, como dándome cuenta como lo que percibimos no siempre está formando parte de la conciencia real. A veces nos llega información que nada tiene que ver ni con lo que somos, ni con lo que tenemos entre manos. Creer que en nuestras manos esta todo, es estar valorándonos de más y propiciando más stress.

Volviendo al valor central de las temporalidades, nos damos cuenta que el apremio en los ritmos y en las acciones puede trastocar todo. Cada persona tiene sus ritmos, cada nación los tiene también y ni qué decir del proceso social. Los hechos se fortalecen mucho más cuando sabemos apreciar las pautas y pausas del silencio. Dejaba atrás la necesidad apremiante de explicarme todo, había vivido mis primeros 50 (cincuenta) años tratando de tener más respuestas de las que en verdad necesitaba. No había llegado aún al zen de mi vida personal.

La plenitud llega cuando menos se busca. No es un estado de ánimo por el que uno procure, no se insiste, se deja que fluya lo que es más propicio. Es el resultado de toda una amalgama de actitudes. Ese hoyanco del vivir que a veces se siente en el centro del estómago es lo que hay que abatir con el contentamiento formal y constante. Eso sí está en nuestras manos.

Escribí:

Los naranjas del amanecer llegan.

El correr del día es un canto aunado al de los pájaros que lo saludan.

Las horas primerizas se tornan indiscretas y van tomando su lugar en los resquicios del ventanal.

Un pájaro murmura por ahí, otro más le contesta por allá.

El sol se tiende y baña la vida, nuestra vida.

Sí, el amor es un canto.

Podemos vivir en paz.

Podemos morir en paz. MJ (Continuará)

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

                                                                       

 

 

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