Un día, una circularidad. (17)
El significado de las palabras ha de estar contextualizado, de otra
manera pueden volverse como hojas al viento. MJ
Muchas
de las palabras que utilizamos en el lenguaje coloquial, ese de todos los días,
llegan a nosotros por vía de la costumbre. No siempre tenemos el ideario
completo, es decir las ideas del porque llegan a nuestro léxico o darnos el
tiempo para saber exactamente lo que significan y como las utilizamos en los
contextos.
En lo personal me pasa con la palabra -Magia-. Es una palabra
que de pronto se ha venido utilizando indiscriminadamente y con significados
varios, sin darnos cuenta del contenido total y de todo el peso que conlleva.
Nos dice la Real Academia:
Magia es: -Arte o ciencia oculta con que se pretende
producir, valiéndose de ciertos actos o palabras, o con la intervención de
seres imaginables, resultados contrarios a las leyes naturales-.
Con esto podremos deducir que no siempre este concepto
nos lleva a lo que de pronto queremos significar cuando decimos -magia- que es una
expresión que por su esencia percibimos como algo mejor y con sentido especial
y que se pueda dar como algo maravilloso. Ya vemos que un significado de lo
mágico es algo que está más allá de los ámbitos de lo natural o coloquial y del
día a día. Tal vez sí estemos cercanos al verdadero significado, pero la
realidad es que nadie quiere que las cosas sean como ¿antinaturales? En lo
personal no me gusta nada en el vivir diario que se acerque más a lo ficticio y
tal vez por eso ese concepto me choca de pronto, cuando se utiliza para casi
todo lo que nos parece fuera de lo común.
¿Has sentido algún día mágico? Es algo así como
cuando estamos más atentos y percibimos cosas no tan obvias, pero que no por
eso dejan de estar en el ámbito natural de nuestra vida.
La verdad es que si decimos -magia- a veces lo
localizamos dentro de lo que percibimos como algo único, y sí que lo es, y no
por eso mismo, deja de ser parte de cada día.
Tendemos a utilizar algunos conceptos indiscriminadamente,
cuando en realidad sí vale mucho la pena saber que lleva inmerso el significado
del vocablo, para que nos sea realmente útil cuando lo elijamos, al hablar o al
escribir.
En donde yo siento que sí se cambian mucho los sentidos
de lo que se dice, queriendo decir una cosa por otra, es en política. Tal vez
por eso ese ámbito sea el más difícil de controlar en las conversaciones y crear
malos entendidos. Tambien en lo que se entiende por religión, porque, aunque el
sentido de éstas es para los mismos objetivos en todo caso, sea cual sea la
tradición elegida, cada una con sus vocablos nos encausa lo que ahí se propone.
De religión y política es muy controvertido hablar y si hay que tener mucho más
cuidado. Mucho se habla en esos ámbitos a la ligera, y hoy día mucho más. Por
tal motivo, la reflexión de los significantes es bueno que vaya más encaminada
a que antes de decir, lo pensado pase por los dientes siete veces, como dice un
sabio por ahí.
Luego, la misma Academia nos dice: tambien se entiende
por mágico -aquello que lleva encanto, hechizo o atractivo de alguien o
algo-. Bueno, claro, ya en estos términos estamos más aterrizados en el uso
coloquial, hablando más cercanamente a cuando uno se refiere a algo especial,
que sí es posible. Como bien podrimos decir es harina de otro costal.
Aunque sea la misma palabra, lleva otro significado. Esta definición está mucho
más apegada a como se utiliza en nuestra época. Es bueno observar cómo en una
misma palabra, se pueden encontrar direcciones diferentes en las significancias.
En los comienzos del año 2011, buscaba yo apelar a mis
sentimientos con más claridad, fueran los superficiales o los profundos para
así poder nombrar con más certeza lo que quería yo expresar, el sentido de mis
escritos diarios. Más que nada, lo que me quedaba claro era lo que yo misma
quería transformar en mi persona, y sin más escribí que quería con cierto
contenido de -magia- las experiencias.
Cuando releo hoy
día, me doy cuenta que más bien me refería a que yo pudiera darles ciertamente
un significado con más encanto a las acciones, como una propuesta
personal y natural. Nunca llevar los pensamientos a asuntos más rebuscados,
sino porque tan solo quería agilizar y sentir que lograba vivir con más gozo
los días.
Entonces ¿puede la magia ser algo que nos permita fluir mejor
y darle a la vivencia un tono especial? Si nos referimos a la definición más
cercana a las acciones comunes y corrientes, el encanto, es cuestión de
proponérnoslo.
En lo personal me encanta la estética de las fechas. El
01/01/11 me fascinó. Lo registré para decir que daba yo infinitas gracias de haber
cerrado el año con bien, esto incluía que no había habido tantas celebraciones
demasiado concurridas, los días habían estado bastante tranquilos y serenos, y
se sentía una verdadera renovación interna, que es lo que más felices nos puede
hacer. Llega un momento en la vida en
que uno solo quiere estar en ámbitos de buen aprecio y que las personas con las
que se comparte sean lo más afines a uno mismo. Crear magia, desvulgarizar el
trato humano. La magia de la vida existe, y con la edad uno la decanta en los
actos más sencillos y bien elegidos y los sentimientos más serenos nos inclinan
a eternos agradecimientos. Saber elegir qué hacer y con quienes. Es exacto como
uno puede hacer cuando sale de viaje o cuando se visita un museo. Saber elegir
que países se visitan con propósito claro y con la armonía necesaria y sin
carreras. Los entornos son pequeños mundos no solo para ver, sino para observar.
La vida no es feliz por el monto de logros, sino por la calidad de los mismos. Me volvía a dar cuenta que esta fecha tan
bella tendría que ser más bien un parteaguas. Así había sido, empezaba el año
con ese sentimiento de revalorar mejor, los dichos y los hechos, las personas
cercanas y las no tanto, y en verdad autoayudarnos a crear la magia de cada
día.
La vida del ser humano tiene la enorme posibilidad de
mostrarnos muchos caminos. Tomar el adecuado, el más claro. Había yo venido comentando con los míos esa
posibilidad de elegir bien, de tener claro lo que no es parte de nuestra vida
personal. Eso que nos lleva al centro del ser, y lograr la circularidad.
Mientras seamos compatibles con el ritmo del mundo, sin
permitir que ese tapete en el que hemos puesto nuestras fuerzas y
esperanzas se mueva de más. Ahí es.
Cuando vivimos
estamos apostando a una serie de días felices. Nadie quiere dias adversos, y en
mucho con la madurez aprendemos a proponerlos así mismo, con magia. Solemos pensar en cosas en demasía, y
abatirnos al cerrar y abrir, sin darnos cuenta que a veces esos mismos cierres
darán pautas. Cuando caemos en la realidad esta solo se pinta de lo que lleva,
tanto de lo que hemos sido como lo que vamos a ser.
Asumir lo personal no es poca cosa. Creemos que en
algunos aspectos estamos aun con reservas de espera (los pendientes en la
mente) y puede que si sea así mismo. No pasa nada mientras sean parte de la
realidad. El ámbito de las ideas es el que nos descuelga de lo certero si no
nos las aclaramos como originales y se puede perder esa gracia que solo
obtenemos de lo mágico. No es
recomendable permitir que nos permee el caos exterior, y no es que uno lo
niegue, lo que sí es, es saber que tanto a cada uno nos corresponde recomponer.
Lo caótico existe desde siempre, existe fuera de nosotros mismos, y saber que
parte de eso está en la medida de nuestras posibilidades para actuar, y no de
las que se nos otorgan por anexión. Cuando
iniciamos un año nuevo solemos ponernos un tanto en modo presión/automática,
como que es una obligación cumplir con lo propuesto, valorar, si es que lo es.
Luego vienen las decepciones que uno no busca, pero que nos encuentran. Claro
que es bueno ponernos propósitos, más estos han de ser lo más realista posible.
Aun estando a unos meses de cerrar un año si es bueno
saber que no hay real virtud en tantas exigencias que nos hacemos, las más de
las veces.
Luego he registrado otra fecha muy bella que es el 11/1/11.
¡Todos los 1 del mundo han cabido en este día!, lo cual es hermosísimo y creo
que puede ser muy bello notarlo y darle su lugar a estos días que traen inmersa
una estética original.
En estos primeros diez días del año, se puede lograr un
acomodo de cómo será. Ya venía yo decidiendo que libros estarían en mi mesa de
noche. Volví a tomar el de Alicia en el País de las Maravillas. Un libro más
para adultos que para niños.
Seguía gozando a varios gatos que se habían regalado en
la terraza cercana a mí, y los observaba con la idea de que algún día tendría
uno propio. Ya habían pasado varios meses desde que dejé a todo este grupo
estar en mis lares y aprendía mucho cada dia cuando venían a comer. Les
observaba de lejos.
Faltaba mucho para que la vida me permitiera tener a una
gatita que hoy día ya lleva muchos años en casa, he de decir que me fui
preparando para adoptar, y se dio muy fluido cuando ya estaba lista.
Así fue como comencé a escribir en la libreta # 87. (ochenta
y siete).
Siempre en estos comienzos de libretas que se estrenan,
es como caer uno mismo, como cayó Alicia al pozo y la vida recomienza, con
magia. Se puede sentir el verde tierno de algún pasto o de la vida que se
renueva en sanidad. Dar entrada a nueva luz. El día a día que a veces cumple
las encomiendas completas y es circular, o los dias que son parte de círculos
más amplios, que llevan más tiempo.
No carrerear, nunca. Saber que dias podremos disponer
para compartir con todas las personas que apreciamos y queremos. Dar entrada a
la paciencia, de la esperanza ni se diga y nunca presionar de más. No desfallecer cuando vemos que algunas cosas
nos van a tomar mucho más tiempo del imaginado.
Este año tome la decisión de que tendría que escoger un día
a la semana de solo estar en casa. Es algo que nos regresa invariablemente al
centro del ser y hay que tratar de encontrar cuál es ese día. Puede
cambiar cada año y de hecho en mi caso así es. Pareciera que ahí dentro de los
ámbitos personales no hubiera mayor apremio de quedarnos, pero hay muchas cosas
que solo se resuelven ahí mismo. En
particular los momentos de buena lectura no se logran si tenemos una agenda de
muchas cosas a cumplir, fuera de casa. Ese día totalmente casero, siempre lo he
necesitado, como que le da un respiro as mi vida entera. Para esta encomienda,
del día tan personal, no estamos preparadas todas las mujeres por ese prurito
que ha sido adosado al alma femenina, de que siempre habremos de estar viendo
por otros. El lugar del día casero puede
cambiar dependiendo de otras actividades. Tanto las compartidas como las
personales.
Es muy interesante tener claro que, aunque no sepamos el día que dejaremos
el mundo, siempre está presente ese sentimiento de que sabemos que somos
mortales.
Esto lo tenían a flor de piel los griegos de la
antigüedad y lejos de causarles pesar, les daba asiento para saber que valioso
es el día que se vive. Hoy que las redes
sociales están plagadas de pensamientos varios, de pronto se aparece uno por
ahí que nos dice, agradece, y en verdad que sí que hay que hacerlo con
constancia y certeza de bien. Hacerlo porque nadie sabe el límite de sus días.
Y uno lo hace, y es muy bueno sentir que sin mayor problema podemos decir con total
cuidado y fuerza la palabra: Gracias.
¿Qué nos produce en el interior agradecer? Nos produce sentido, nos da
estructura mental y nos deja llenos de serenidad de poder decir y sentir algo así
como que nos hemos dado cuenta de que hemos sido afortunados a pesar de haber
pasado por pruebas o baches en el camino. No hay ser humano que no pase asuntos
que le perturben, nadie se salva, y aquí viene la siguiente parte: hay que
tener claridad, si queremos tener la fe bien puesta: Somos limitados.
Pues bien, así me vi dando entrada a nuevas propuestas
personales en 2011.
Desde muchos años atrás me ha preocupado la insensatez de
la especie a la que pertenecemos. Me había venido molestado el borreguismo
observado en las vidas de tantos de nosotros, hasta que logré comprender que
los asuntos de cada persona solo esa persona tendrá la última palabra y lo más
que podemos hacer es apoyar o acompañar. Es como cuando alguien pierde a un ser
querido, solo dentro de sí mismo llevará a cabo el duelo, y uno acompaña en
presencia o espíritu.
Las significancias sociales, no todos las vivimos de igual manera. Hay
personas que encuentran la estabilidad y centro en la vida demasiado compartida
y otros seres requieren de la templanza de la soledad. (continuará).
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