miércoles, 26 de noviembre de 2025

 

Un día, una circularidad. (17)

                                                   El significado de las palabras ha de estar contextualizado, de otra manera pueden volverse como hojas al viento. MJ

 

                                        Muchas de las palabras que utilizamos en el lenguaje coloquial, ese de todos los días, llegan a nosotros por vía de la costumbre. No siempre tenemos el ideario completo, es decir las ideas del porque llegan a nuestro léxico o darnos el tiempo para saber exactamente lo que significan y como las utilizamos en los contextos.

En lo personal me pasa con la palabra -Magia-. Es una palabra que de pronto se ha venido utilizando indiscriminadamente y con significados varios, sin darnos cuenta del contenido total y de todo el peso que conlleva.

Nos dice la Real Academia:

Magia es: -Arte o ciencia oculta con que se pretende producir, valiéndose de ciertos actos o palabras, o con la intervención de seres imaginables, resultados contrarios a las leyes naturales-.

Con esto podremos deducir que no siempre este concepto nos lleva a lo que de pronto queremos significar cuando decimos -magia- que es una expresión que por su esencia percibimos como algo mejor y con sentido especial y que se pueda dar como algo maravilloso. Ya vemos que un significado de lo mágico es algo que está más allá de los ámbitos de lo natural o coloquial y del día a día. Tal vez sí estemos cercanos al verdadero significado, pero la realidad es que nadie quiere que las cosas sean como ¿antinaturales? En lo personal no me gusta nada en el vivir diario que se acerque más a lo ficticio y tal vez por eso ese concepto me choca de pronto, cuando se utiliza para casi todo lo que nos parece fuera de lo común.  

¿Has sentido algún día mágico? Es algo así como cuando estamos más atentos y percibimos cosas no tan obvias, pero que no por eso dejan de estar en el ámbito natural de nuestra vida.

La verdad es que si decimos -magia- a veces lo localizamos dentro de lo que percibimos como algo único, y sí que lo es, y no por eso mismo, deja de ser parte de cada día.

Tendemos a utilizar algunos conceptos indiscriminadamente, cuando en realidad sí vale mucho la pena saber que lleva inmerso el significado del vocablo, para que nos sea realmente útil cuando lo elijamos, al hablar o al escribir.

En donde yo siento que sí se cambian mucho los sentidos de lo que se dice, queriendo decir una cosa por otra, es en política. Tal vez por eso ese ámbito sea el más difícil de controlar en las conversaciones y crear malos entendidos. Tambien en lo que se entiende por religión, porque, aunque el sentido de éstas es para los mismos objetivos en todo caso, sea cual sea la tradición elegida, cada una con sus vocablos nos encausa lo que ahí se propone. De religión y política es muy controvertido hablar y si hay que tener mucho más cuidado. Mucho se habla en esos ámbitos a la ligera, y hoy día mucho más. Por tal motivo, la reflexión de los significantes es bueno que vaya más encaminada a que antes de decir, lo pensado pase por los dientes siete veces, como dice un sabio por ahí.

Luego, la misma Academia nos dice: tambien se entiende por mágico -aquello que lleva encanto, hechizo o atractivo de alguien o algo-. Bueno, claro, ya en estos términos estamos más aterrizados en el uso coloquial, hablando más cercanamente a cuando uno se refiere a algo especial, que sí es posible. Como bien podrimos decir es harina de otro costal. Aunque sea la misma palabra, lleva otro significado. Esta definición está mucho más apegada a como se utiliza en nuestra época. Es bueno observar cómo en una misma palabra, se pueden encontrar direcciones diferentes en las significancias.

En los comienzos del año 2011, buscaba yo apelar a mis sentimientos con más claridad, fueran los superficiales o los profundos para así poder nombrar con más certeza lo que quería yo expresar, el sentido de mis escritos diarios. Más que nada, lo que me quedaba claro era lo que yo misma quería transformar en mi persona, y sin más escribí que quería con cierto contenido de -magia- las experiencias.

 Cuando releo hoy día, me doy cuenta que más bien me refería a que yo pudiera darles ciertamente un significado con más encanto a las acciones, como una propuesta personal y natural. Nunca llevar los pensamientos a asuntos más rebuscados, sino porque tan solo quería agilizar y sentir que lograba vivir con más gozo los días.

Entonces ¿puede la magia ser algo que nos permita fluir mejor y darle a la vivencia un tono especial? Si nos referimos a la definición más cercana a las acciones comunes y corrientes, el encanto, es cuestión de proponérnoslo.

En lo personal me encanta la estética de las fechas. El 01/01/11 me fascinó. Lo registré para decir que daba yo infinitas gracias de haber cerrado el año con bien, esto incluía que no había habido tantas celebraciones demasiado concurridas, los días habían estado bastante tranquilos y serenos, y se sentía una verdadera renovación interna, que es lo que más felices nos puede hacer.  Llega un momento en la vida en que uno solo quiere estar en ámbitos de buen aprecio y que las personas con las que se comparte sean lo más afines a uno mismo. Crear magia, desvulgarizar el trato humano. La magia de la vida existe, y con la edad uno la decanta en los actos más sencillos y bien elegidos y los sentimientos más serenos nos inclinan a eternos agradecimientos. Saber elegir qué hacer y con quienes. Es exacto como uno puede hacer cuando sale de viaje o cuando se visita un museo. Saber elegir que países se visitan con propósito claro y con la armonía necesaria y sin carreras. Los entornos son pequeños mundos no solo para ver, sino para observar. La vida no es feliz por el monto de logros, sino por la calidad de los mismos.  Me volvía a dar cuenta que esta fecha tan bella tendría que ser más bien un parteaguas. Así había sido, empezaba el año con ese sentimiento de revalorar mejor, los dichos y los hechos, las personas cercanas y las no tanto, y en verdad autoayudarnos a crear la magia de cada día.

La vida del ser humano tiene la enorme posibilidad de mostrarnos muchos caminos. Tomar el adecuado, el más claro.  Había yo venido comentando con los míos esa posibilidad de elegir bien, de tener claro lo que no es parte de nuestra vida personal. Eso que nos lleva al centro del ser, y lograr la circularidad.

Mientras seamos compatibles con el ritmo del mundo, sin permitir que ese tapete en el que hemos puesto nuestras fuerzas y esperanzas se mueva de más. Ahí es.

 Cuando vivimos estamos apostando a una serie de días felices. Nadie quiere dias adversos, y en mucho con la madurez aprendemos a proponerlos así mismo, con magia.  Solemos pensar en cosas en demasía, y abatirnos al cerrar y abrir, sin darnos cuenta que a veces esos mismos cierres darán pautas. Cuando caemos en la realidad esta solo se pinta de lo que lleva, tanto de lo que hemos sido como lo que vamos a ser.

Asumir lo personal no es poca cosa. Creemos que en algunos aspectos estamos aun con reservas de espera (los pendientes en la mente) y puede que si sea así mismo. No pasa nada mientras sean parte de la realidad. El ámbito de las ideas es el que nos descuelga de lo certero si no nos las aclaramos como originales y se puede perder esa gracia que solo obtenemos de lo mágico.  No es recomendable permitir que nos permee el caos exterior, y no es que uno lo niegue, lo que sí es, es saber que tanto a cada uno nos corresponde recomponer. Lo caótico existe desde siempre, existe fuera de nosotros mismos, y saber que parte de eso está en la medida de nuestras posibilidades para actuar, y no de las que se nos otorgan por anexión.  Cuando iniciamos un año nuevo solemos ponernos un tanto en modo presión/automática, como que es una obligación cumplir con lo propuesto, valorar, si es que lo es. Luego vienen las decepciones que uno no busca, pero que nos encuentran. Claro que es bueno ponernos propósitos, más estos han de ser lo más realista posible.

Aun estando a unos meses de cerrar un año si es bueno saber que no hay real virtud en tantas exigencias que nos hacemos, las más de las veces.

Luego he registrado otra fecha muy bella que es el 11/1/11. ¡Todos los 1 del mundo han cabido en este día!, lo cual es hermosísimo y creo que puede ser muy bello notarlo y darle su lugar a estos días que traen inmersa una estética original.

En estos primeros diez días del año, se puede lograr un acomodo de cómo será. Ya venía yo decidiendo que libros estarían en mi mesa de noche. Volví a tomar el de Alicia en el País de las Maravillas. Un libro más para adultos que para niños.

Seguía gozando a varios gatos que se habían regalado en la terraza cercana a mí, y los observaba con la idea de que algún día tendría uno propio. Ya habían pasado varios meses desde que dejé a todo este grupo estar en mis lares y aprendía mucho cada dia cuando venían a comer. Les observaba de lejos.

Faltaba mucho para que la vida me permitiera tener a una gatita que hoy día ya lleva muchos años en casa, he de decir que me fui preparando para adoptar, y se dio muy fluido cuando ya estaba lista.

Así fue como comencé a escribir en la libreta # 87. (ochenta y siete).

Siempre en estos comienzos de libretas que se estrenan, es como caer uno mismo, como cayó Alicia al pozo y la vida recomienza, con magia. Se puede sentir el verde tierno de algún pasto o de la vida que se renueva en sanidad. Dar entrada a nueva luz. El día a día que a veces cumple las encomiendas completas y es circular, o los dias que son parte de círculos más amplios, que llevan más tiempo.

No carrerear, nunca. Saber que dias podremos disponer para compartir con todas las personas que apreciamos y queremos. Dar entrada a la paciencia, de la esperanza ni se diga y nunca presionar de más.  No desfallecer cuando vemos que algunas cosas nos van a tomar mucho más tiempo del imaginado.

Este año tome la decisión de que tendría que escoger un día a la semana de solo estar en casa. Es algo que nos regresa invariablemente al centro del ser y hay que tratar de encontrar cuál es ese día. Puede cambiar cada año y de hecho en mi caso así es. Pareciera que ahí dentro de los ámbitos personales no hubiera mayor apremio de quedarnos, pero hay muchas cosas que solo se resuelven ahí mismo.  En particular los momentos de buena lectura no se logran si tenemos una agenda de muchas cosas a cumplir, fuera de casa. Ese día totalmente casero, siempre lo he necesitado, como que le da un respiro as mi vida entera. Para esta encomienda, del día tan personal, no estamos preparadas todas las mujeres por ese prurito que ha sido adosado al alma femenina, de que siempre habremos de estar viendo por otros.  El lugar del día casero puede cambiar dependiendo de otras actividades. Tanto las compartidas como las personales.

                                                                    Es muy interesante tener claro que, aunque no sepamos el día que dejaremos el mundo, siempre está presente ese sentimiento de que sabemos que somos mortales.

Esto lo tenían a flor de piel los griegos de la antigüedad y lejos de causarles pesar, les daba asiento para saber que valioso es el día que se vive.  Hoy que las redes sociales están plagadas de pensamientos varios, de pronto se aparece uno por ahí que nos dice, agradece, y en verdad que sí que hay que hacerlo con constancia y certeza de bien. Hacerlo porque nadie sabe el límite de sus días. Y uno lo hace, y es muy bueno sentir que sin mayor problema podemos decir con total cuidado y fuerza la palabra: Gracias.  ¿Qué nos produce en el interior agradecer? Nos produce sentido, nos da estructura mental y nos deja llenos de serenidad de poder decir y sentir algo así como que nos hemos dado cuenta de que hemos sido afortunados a pesar de haber pasado por pruebas o baches en el camino. No hay ser humano que no pase asuntos que le perturben, nadie se salva, y aquí viene la siguiente parte: hay que tener claridad, si queremos tener la fe bien puesta: Somos limitados.

Pues bien, así me vi dando entrada a nuevas propuestas personales en 2011.

Desde muchos años atrás me ha preocupado la insensatez de la especie a la que pertenecemos. Me había venido molestado el borreguismo observado en las vidas de tantos de nosotros, hasta que logré comprender que los asuntos de cada persona solo esa persona tendrá la última palabra y lo más que podemos hacer es apoyar o acompañar. Es como cuando alguien pierde a un ser querido, solo dentro de sí mismo llevará a cabo el duelo, y uno acompaña en presencia o espíritu.

                                                          Las significancias sociales, no todos las vivimos de igual manera. Hay personas que encuentran la estabilidad y centro en la vida demasiado compartida y otros seres requieren de la templanza de la soledad.  (continuará).

 

 

 

 

 

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