Escribir, Leer, ser. (1)
Lo que la
luz es a los ojos, lo que el aire es a los pulmones, lo que el amor es al
corazón, es la libertad al alma de un hombre.
Robert Green.
Mucho
de lo que conforma nuestra libertad proviene y se asienta, desde el momento en
que aprendimos a expresarnos con letras, a observar las mismas para obtener
mensajes mediante la lectura y éstos, como una dupla inseparable, nos permite
ser lo que somos.
Me
pregunto, tal cual seguramente nos hemos preguntado la mayoría de nosotros ¿Qué
fue primero? ¿Escribir o leer? para luego comprender cómo cada ser humano con
esas herramientas nos avocamos a ser. Dentro de esto mismo, nos queda claro que
este entrenarnos en el manejo de un modo de expresión escrito, ha tenido todo
un recorrido evolutivo en la especie humana, y aun sin escribir propiamente, lo
primero que hicimos como especie, fue leer la naturaleza y los hechos
circundantes para un aprendizaje empírico, que luego se volcó en la escritura,
mismo que ha venido dándose desde que el homo sapiens lo decidió así. No
es que se haya dado a voluntad per se, como una decisión fuera del ser,
los seres humanos estamos hechos para ser expresivos, es parte del libre
albedrio. Si escribimos, es seguro que podamos interpretar lo expresado y de
ahí llega el arte de leer, mismo que nos conduce a poder juntar las palabras y
saber que nos dicen, para llevarnos a lo que habita y se aloja en el bagaje
de nuestro ser.
Dice la escritora Virginia Woolf: -Los libros son los
espejos del alma-.
Si todo el acontecer humano se puede reflejar por medio
de las palabras, éstas cuando toman los visos de ser parte de los sentires
observados en la realidad (ciencia) y en el arte de escribir (literatura) ya
tenemos los dos aspectos más importantes que nos dan conocimiento. Y ¿Qué pasa
con los seres humanos que no tienen la opción de aprender estos caminos de la
expresión humana? Cabría decir, que tan solo pronuncian las palabras.
Es algo así como si provenientes de los sistemas guturales,
los sonidos se pronunciasen un tanto inertes, sin saber qué forma tienen en la
plástica de la expresión.
Tal vez estos seres
tengan que gesticular más de la cuenta, las extremidades superiores son
utilizadas para poder decir más claramente. Son parte de esos lenguajes
corporales que hoy día podemos observar con algo más de atención.
Las
pinturas rupestres no son en primera instancia los medios de representar una
expresión artística, se han venido considerando como parte del arte con el
devenir de los tiempos, más si nos fijamos mejor, son la manera de expresar lo
que se observó, y se vio, se vivió, y lo que se sintió.
Tal vez en los primeros estadíos humanos a falta de
símbolos, letras, glifos o cualquier trazo que unido a otro nos dijera algo, se
expresó el hombre más bien con señas, sonidos y hasta movimientos concretos que
son el decir. Esos seres que pintaron las paredes de las cuevas,
de las cavernas, nunca supieron qué era exactamente lo que hacían, ellos tan
solo estaban expresando sus sentires de la mejor manera posible, esa misma que
su mente les dictaba, algunos congéneres han interpretado todo ese quehacer
artístico como una oración comunitaria. Es un concepto de arte implícito
que no se tenía en la conciencia de nuestros ancestros tal cual lo vivimos hoy
día.
Si todo evoluciona en la cultura, es claro que todos los
lenguajes lo han hecho, y mucho más cuando ya son utilizados para el ámbito de
la superestructura humana, es decir el pensamiento que nos permite ser mejores
en orden, organización y todo lo que compete al grupo. Nada de esto surgió por
casualidad, las causalidades eran más prominentes en lo asertivo y para entender
mejor a la hora de compartir. Es claro que esto tampoco ha sido a fin de
cuentas el logro más grande que nos permita ser mejores personas, porque a
pesar de que en el origen era para eso (todo se expresó para compartir y
entendernos mejor) los inconvenientes de las acciones negativas que se dan
irremediablemente, no lo han permitido.
La primera fortuna que tiene el homo sapiens entre
manos, podríamos decir que más bien la tiene entre las cuerdas vocales: El
lenguaje es definitorio.
Es por eso mismo que el lenguaje es la primicia de
distinción del ser pensante. Es lo que nos une para poder expresarnos al
compartir y más que nada adaptarnos.
No sé exactamente cuál
es la escritura más rudimentaria de nuestra especie, tal vez sea la ¿cuneiforme?
En verdad no lo sé. Lo que sí es asombroso, sea ésta simbólica, ideográfica,
pictográfica o de cualquier otro tipo, es darnos cuenta como una serie de
símbolos puestos en determinado orden mediante la repetición de los mismos con
la mano, logran expresar y más allá nos permiten leer.
Cuando uno se permite hacer esta reflexión, es cuando se
puede vislumbrar que primero: se observó (imagen mental) de ahí mismo se
dijo (sonido gutural) luego se escribió (expresión cerebro/manual) y
quien escribió lo hizo para que otros muchos pudieran leer. Todo un
proceso, que abarca también los símbolos expresados en las cuevas. Toda una
serie de eventos que dieron al clavo en los grupos culturales para poder estar
unidos entre sí.
Por todo este análisis también podríamos inferir que los
ancestros del arte rupestre no eran propiamente analfabetas dentro de su
momento histórico, porque de que expresaron no hay duda alguna. Esto se compartió
con todo el grupo existente en ese momento, es algo casi seguro. Por lo tanto,
¿desde cuándo empezó a haber en los grupos humanos personas que no estaban
involucradas en las lides de compartir mediante una simbología? ¿Como podríamos
definir en primera instancia el analfabetismo?, según entiendo, hoy día se
utiliza este término para quienes no saben leer ni escribir como lo conocemos
los homos sapiens sapiens. Se cree que cuando se determinó la producción
en masa, para poder sustentar a los grupos sedentarios, la misma división del
trabajo orillo a muchos a ser analfabetas. Tal vez contar numéricamente era
algo más fácil y común, se aprendía por la necesidad sobre la marcha de la
contabilización de los trabajos de producir alimentos para todo el grupo y que
se distribuyeran con adecuación. Escribir propiamente y leer no se volvió
indispensable y así se dividió nuestra especie y surgen personas que viven en
el analfabetismo involuntario.
Luego se infiere, que a otros seres humanos les acomodó
que hubiera individuos que se dedicasen nada más a la producción directa. Se
hace a un lado en algunos grupos la necesidad de entrar al mundo de los
símbolos, de las letras u otro tipo de expresión. La situación humana llego a
un punto en donde lo importante se convierte en producir para la sobrevivencia
básica.
¿Nos basta para ser personas solo vestir, comer y
tener un techo? O ¿es que en realidad todos podríamos expresar más, poder ser
más allá de la sobrevivencia?
¿Saber el sentido de lo que dicen los demás y como lo
expresan? Yo creo que ese analfabetismo involuntario ha sido uno de los grandes
errores del correr de la especie, porque no se puede ser un ser total
sin esas herramientas de poder expresar las ideas, comprender quienes somos,
sencillamente.
Cuando en una calle cualquiera yo me topo con un grafiti,
me paraliza la emoción. Si tengo tiempo me detengo y observo ¿De dónde nace el
trazo? ¿Hacia dónde va? ¿Por dónde se han dado las intensidades de la expresión
y por donde los trazos débiles? ¿Hay alguna letra involucrada o solo son
volutas plasmadas sin más? ¿impregnadas de sentimientos? Hasta podríamos decir
que es como una pintura rupestre moderna, por llamarla de alguna manera,
por el hecho de tomar cualquier espacio sin un lienzo preparado y ante la
impronta de su obviedad. Alguien decidió tomar un espacio y expresar parte de
lo que lleva dentro y que su ser necesita decir. ¡Caramba! Es lo más
hermoso poder expresar lo personal. Hay que hacerlo siempre ahí donde estamos, con
lo que hacemos, ahí en los pequeños grupos.
Es
verdad que nadie se ha muerto por analfabeta. Tener o no tener esas herramientas
de escribir y leer no son indispensables para la vida básica de cada día, si lo
vemos con la sequedad de tantos pueblos que han vivido sin prácticamente
tenerlas. Hoy día eso ya está en camino de desterrarse, porque, aunque exista
gente con un sistema de vida bien organizado pueda pasar toda su existencia sin
escribir nada y mucho menos leer algo, ya es parte de la civilización y más de
la cultura humana tener lo mínimo de esta herramienta
De ahí, utilizar
otros lenguajes de expresión, como el arte.
Propiamente leer, es algo que se ha diversificado. Las
lecturas están sujetas a lo que se vive en las culturas, comprendiendo éstas
como lo que se hace y lo que se es, como puntualiza Ralph Linton.
Las lecturas que hacen los científicos son totalmente de
áreas específicas y lo mismo se puede decir del ámbito de las lecturas
literarias, que unos y otros impliquen sus intereses para disfrutar, dependerá
de los hábitos y de las preferencias. Una persona que disfruta de la literatura
tal vez tenga menor tiempo para este gusto si se dedica a la ciencia y un
estudioso de las letras puede también querer saber lo que hacen los científicos
y encontrar los medios para hacerlo en la divulgación científica. Es decir, hoy
día se puede elegir leer o no hacerlo, bajo nuestro propio riesgo. Elegir qué
leer es la primera parte del gozo, y hoy día también elegir si se lee en papel
o en tableta.
Nos puede llevar toda una vida saber bien a bien que lecturas nos
producen más placer o más conocimiento, es algo que se puede lograr si hay
empeño y sabemos lo que en realidad implica tener un libro entre las manos, nunca
es una moda, es un placer que uno se labra y se provee, desde el pensar que elegir,
como se disfruta con los olores y colores que llegan de esas elecciones y si
las páginas las podemos hojear con tiempo, nunca se corretea la lectura.
Hoy que reviso todo lo que he escrito a mano, me doy
cuenta de todos los libros que han pasado por mí, la mirada que se ocupa con
mucho más que mirar, así como el gozo de
haberlos sostenido y de saber lo que contienen.
Algo más concreto para todos y que puede resultar como revelador,
es pensar:
¿Qué nos dejaron impregnado en el alma para siempre,
algunos libros? Desde hace años ha, me fascina volver a los libros ya leídos. Amigos
eternos.
Sucede que lo que leímos
en la juventud nos habla de una manera distinta, cuando lo releemos en la edad
adulta.
Eso mismo estoy encontrando en la etapa que releo de mis escritos.
En las épocas de estudio profesional de la Antropología lógicamente me centré más
en los textos específicos, nunca abandoné mi interés por la literatura. Algunas
de las obras de Simone de Beauvoir tuvieron huella en mi pensamiento. Encuentro
que volví a los libros de ella que leí por primera vez en los años ochenta del
siglo pasado y con la visión renovada los comprendí de otras maneras.
Encuentro que Simone fue educada muy parecido a como se
le educo a mi propia madre en los aspectos de creencias, modos de ser en
interacción con los padres, religiosidad y como se vincula el ser individual
con el desenvolvimiento social. Claro que hay mil diferencias, porque mi madre
nunca tuvo ni la más mínima inquietud de ser universitaria, leyó mucho, eso sí
que lo hizo, sin ir más allá del divertimento de los libros que escogió como
fueron los de biografías, autores como Pearl S. Book, así como Taylor Caldwell entre
otros. La literatura en nuestra vida logra cambios, nos da visiones del mundo y
nos lleva a lugares de plena satisfacción. (Continuará.)