Escribir, leer, ser. (11)
El arte tiene diversas dimensiones. No es
propiamente una mercancía, aunque esa particularidad le ha marcado y se
ha llevado a extremos insospechados. Lo artístico es, ante todo, una expresión
del espíritu humano. MJ
Releyendo con atención los textos que ahora
reviso, se me aparece de nuevo lo citado por el pensamiento del artista plástico
Vasarely, quien escribió un texto muy interesante llamado:
-Plasti-ciudad-cidad-.
Húngaro de
nacimiento y nacionalizado francés. Nacido en 1908.
Escribe un ensayo con textos muy puntuales y reflexivos
sobre el arte, que van desde antes de la década de los años 50 (cincuenta) del
siglo pasado, dándonos unas visiones nuevas de esta actividad, que, si no se
comprende con todos sus haberes y dimensiones, puede resultar controvertida.
Hay algunos pasajes muy interesantes para revisar y hacernos volver a ciertas
reflexiones que nos viene bien recordar a todos.
Quien no se hace consciente de percibir las dimensiones
artísticas, se pierde mucho en banalidades que pueden cansar. La vida diaria puede
resultar cansada en sí misma, esto podría atenuarse si aprendemos a mirar
con algo más de atención.
El artista citado,
llega a proponer un léxico propio para esta actividad y el modo en que él
considera la importancia de lo artístico en los entornos abiertos, en las
ciudades, así como los modos de que al arte alcance más espacios y a más
personas.
El arte siempre es cambiante. De pronto nos encontramos
con facetas que apenas y podemos comprender mientras se van asentando en el devenir
de los tiempos.
Todo puede ser comprensible cuando lo percibimos como
parte del espíritu humano de creatividad, más hay que tener presentes los asegunes
porque bien sabemos que cuando se sacan de contexto los pensamientos se distorsionan,
el sentir nos puede unir y permear la mente o crear controversias y
distorsiones en el pensar.
Con una base antropológica nos dice:
-La evolución y la ruptura son dos factores contrarios,
aunque complementarios-.
Nada evoluciona si no se mueve. A veces se tienen que
romper procesos para llegar a nuevos estadíos.
Lo notamos en todas las áreas del vivir y como unas
permean a las otras. En el caso de la actividad creativa, la arquitectura que
es la resolución de los espacios, se afecta para bien con las buenas
percepciones del color y las texturas, el color a su vez da vida a toda la
obra de arte que ha llegado a muchos ámbitos y que enriquece espacios y
entornos.
En los ámbitos del arte se puede entender si sabemos
mirar, observar la tónica artística hasta en la manera como resolvemos la vida
de todos los días, a cada paso. Es así, que nos damos cuenta del cómo y por qué
los seres humanos necesitamos de nutrirnos por medio de lo artístico, lo
sepamos o no. En la actividad plástica concretamente, no porque una tendencia
deje de ser vigente afectada por modas, o el devenir que trae nuevas
propuestas, quiere decir que ese modo de expresar ha muerto.
El arte mundialmente ha tenido una evolución que puede comprenderse
y aún más, admirarse.
Desde las épocas de las cavernas (ya hemos mencionado en
otro momento que ahí en la cueva, el concepto de arte es muy diferente
al que se maneja hoy día) hasta el arte digital de hoy, todo tiene ese elemento
espiritual.
La ética es un camino con sentido, y de esto no está
exento el arte. En esta dimensión no importa qué tipo de sentido se tome,
mientras nos dé una percepción estética valorable.
Sabemos que existe en muchos aspectos del vivir el dar gato
por liebre, y también habríamos de saber, a fin de cuentas, que esto
termina siendo un asunto de consciencia. Más aún, en el arte que es una
actividad tan noble.
Cuando el arte se degrada a nivel de mercancía, es otro
cantar. Ya la intención primaria se transforma en el mercadeo y se compromete
la creatividad desde el interior, percibiendo lo que es vendible como
prioridad.
Es penoso cuando
no se lleva el sentido ético, porque se está comprometiendo la fuerza interna
del arte y ni qué decir del ser que lo crea.
Se puede crear y
como asunto colateral y natural vender, no poner la intención comercial como
prioritaria, porque se quiera o no eso trastoca la esencia.
Vasarely, en el prólogo de su obra nos dice: -La noción
“arte”, es una idea relativamente reciente. De hecho, tanto la antigüedad como
el Renacimiento reconocían al maestro, pero pasaban por alto al artista-.
Nos comenta este autor que con las nuevas tendencias se
da entrada y apertura a la plasticidad con pureza, como una nueva razón de ser
de la expresión humana. Este concepto va a abrir las nuevas propuestas a las
masas, a las ciudades y espacios abiertos, mas con esta misma puerta abierta,
entra a los ámbitos del arte, el charlatán.
La plástica moderna ha confundido expresión masiva, con expresión
para las masas.
El arte en su dimensión primera es un factor de
bienestar, de alegría, y si lleva buenas y logadas intenciones, este bienestar
se logra con amplio margen.
Desde 1955 Vasarely definió la necesaria noción de la
relación de la forma con el color: y dice -De ahora en adelante, la forma/color:
1=2. 2=1. Y así se constituye la unidad plástica-.
La unidad en la plasticidad se compone de dos constantes:
EL núcleo forma y el complemento que la envuelve:
el cuadrado fondo.
Hasta aquí no se había hecho esta reflexión tan
contundente.
En arte, también se habla de consciencia, y nos dice que
cuando ésta se maneja con adecuación, debe superar todas las resistencias,
inclusive la temporal.
Para Vasarely la obra por excelencia que se empieza a
gestar desde mediados del siglo pasado, es la obra que puede ser para las
masas, ese arte accesible a todo mundo y de ahí que se revalore la obra al aire
libre.
Es fascinante saber que contamos en el mundo con personas
que se avocan a este tipo de reflexiones. ¿Qué sería de nosotros si no logramos
comprender ese lugar tan especial que tiene el arte para los humanos?
Seriamos entes sin resonancia, seriamos como seres
desprovistos de la alegría que da el expresar. De los colores siempre hay mucho
que decir, pero en arte no es necesario en todos los casos la presencia del
color. A veces es con los tonos neutros que se crean los diferentes modos
artísticos. La expresión artística está inmersa y circunscrita en un ser
muy especial. Las líneas, los colores y la forma o no forma, son al arte lo que
los caracteres a la escritura.
Con Vasarely se logra comprender que el arte es y debe
llegar a más personas.
Parafraseando estos textos nos deja claro que cada vez
habrá más consciencia del denominador común entre los que aprecian el arte y la
forma/color que nos invade y nos hace felices, solo puede hacernos felices si
así lo decidimos. Algunos hemos ido durante el siglo pasado como con los ojos
cerrados cuando solo se concebía que lo artístico era algo para algunos, la
mayoría del arte solo se encontraba en los museos y que todo lo que nos rodea
no tendría que estar relacionado con lo artístico. Es por eso que las ciudades
se realizaron un tanto sin ton ni son, como si fuera tan solo lo
necesario a resolver para vivir, pero desprovisto de belleza implícita o
intencionada. ¿Habría conciencia de lo
que era desarrollar una ciudad? Yo creo que no. La mayoría de lo que se creaba
era para satisfacer necesidades, sin duda alguna, olvidando que las formas y
los colores, las dimensiones, así como los sentidos de la materia y las trazas
urbanas pueden ser utilizados para hacernos la vida más ordenada y agradable y
¿Por qué no? más bella.
En lo personal, que nací con la valoración del color a
flor de piel por el entorno de mi educación, es apenas hoy que me avoco a
escribir sobre esto. Como un asunto natural me invadió el sentido del color y
con éste, se me abrió el mundo del arte desde muy niña. Eso podríamos tener
presente para hacer que los críos que nos rodean aprecien más allá.
Es un hecho que las ciudades necesitan de las formas
agradables y coloridas, y esto Vasarely lo ha dicho en muchos aspectos que
iremos tocando. Hoy día sería muy feliz Vasarely si observase esas maravillosas
maneras de utilizar la materia prefabricada, en especial el concreto con sus
tonos grises maravillosos e infinitos.
Hay que tener cuidado de que no se haga el arte como una
charlatanería de algunos oportunistas. El arte merece respeto, mucho se
dignifica dependiendo de la intención como en otros tantos aspectos y acciones
de la vida misma.
El manchismo, o lo que es lo mismo, aplicar el color solo
por sí mismo y sin abrigar la fuerza de su energía actuante y coordinada con
sentido, no siempre nos lleva a la manufactura de un arte creíble. La dignidad
de crear, nace desde lo más profundo, y es lo que dignifica esta actividad.
Dice Vasarely: -La no figuración o manchismo, se ha
convertido en el lugar de todos los abusos, habidos y por haber, impotencias y
privilegios-.
Mientras que más bien habría de ser de transición esta
pintura de camuflaje, resulta que se implanta y osa invadirlo todo. Nos dice.
No es que el abstracto sea algo incomprensible y que no
aporte en sí mismo, más hay que ver como en todo ¿cuál es la intención?
Vasarely desde los años 50s (cincuenta) del siglo pasado
cuestiona el ser del artista y que bueno que así se haya dado, porque
eso ha mantenido más respeto dentro de la actividad. Todos sabemos que lo que
se despilfarra no llega a buen puerto, y lo que se hace por motivos poco dignos
también suele caer en saco roto.
Y dice Vasarely:
-El artista se ha liberado-. Esta reflexión no condena el
asunto, solo lo expresa como un hecho real, y nos habla en su pensamiento de
propuesta de que las premisas clásicas de quien es un artista ya no cuajarán
del todo en el mundo.
El mundo moderno se abrió y con él se dio la posibilidad
de que el arte también se replicara para las mayorías. También de que saliera a
las calles y fuera algo para grupos grandes y abiertos.
Qué bueno que se hayan dado estos cuestionamientos, los
textos de Vasarely son maravillosos para comprender otras dimensiones.
La expresión, es primordial para el ser humano. No es un
pasatiempo ocioso, es una expresión interna de premisas del ser, de conceptos
que han dado pie al arte llamado conceptual, entre otros.
Hacer arte, sí que implica una personalidad particular. Tener
un camino de preparación, la motivación puede perfeccionarse y pulirse
afectando al estilo de cada artista.
Vasarely nos apunta con claridad que, en la modernidad,
se dio prioridad al impulso. Éste, ha afectado mucho la dignificación del
sentido. Mucho más allá de la destreza que se asienta en lo académico, que
todos sabemos es parte del arte clásico.
¿Con que criterio se analiza una obra de arte? Es un
asunto profundo y valioso pensarlo. La obra comienza desde la intención de
quien la crea.
Cuando un artista logra un estilo, parte de lo que
traduce y deja traslucir en cada trazo es que en algunos casos sin mirar la
firma ya sabemos a quién corresponde lo expresado. Hay espiritualidad en el
todo.
Sabemos que lo atemporal tiene un valor intrínseco en sí
mismo. Si algo puede transcurrir sin mayores cambios en la temporalidad,
conlleva un valor agregado.
De pronto el valor de la plástica toma caminos nuevos y
nos recuerda Vasarely: La confirmación del paso dado brotará del conjunto de un
equipo, gente que se une para lograr proyectos. Y la época quedará expresada
por la suma de obras de arte, producidas por individualidades conjuntas.
(Continuará).
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