miércoles, 4 de junio de 2025

 

Día a día, es el reto. (12)

                                                          El anti-tiempo, puede afectar al alma, al ánimo.

  Se da en tiempos actuales. MJ

                                                 Cuando hablamos de anti tiempo nos referimos a ese tiempo que pareciera que se nos viene encima de mil maneras, en este siglo en particular está relacionado con la demasiada información de la que nos acogemos. Presente en ideas, con acciones y peor aún en las creencias que se pueden hacer confusas. Es ese sentir, como que algo nos abate, cuando en realidad nos hace fuertes. Es importante saber que lo que aprendimos es la base, porque no en vano somos parte de la familia terrenal que nos cobija. Definiendo con más claridad: habremos de trabajar a nuestro favor con buena moralidad y ética. Aún hay personas que no lo comprenden, no hay que preocuparnos, ya la vida se encarga. El pensamiento de Einstein nos ayudó a tener más claro el tiempo real, que no es lineal.

                                                 Hoy día, que se habla de las generaciones homo sapiens como si fueran bloques de humanos centrados en temporalidades características, me quedo en verdad muy pensativa, porque es una manera de clasificar que engloba a todos, y puede ser percibido como un tratamiento un tanto injusto que nos descuadra la realidad personal. Es tan solo la manera de saber por qué en determinados ciclos se dan algunas conductas, y eso nos ayuda a comprender cómo lo que pasa en la civilización nos afecta. A veces nos vemos trastocados por fenómenos sociales que no comprendemos del todo, tan solo nos toca vivirlos como parte de una etapa. Escribí bastante sobre esto, por la percepción de cómo cambian los ciclos y hoy día cuando escucho nombrar como Milenials a los nacidos de los años 80s del siglo pasado hasta el 2000, y Centenials a los que han nacido con el siglo XXl, es algo que nos ayuda a situar a tales generaciones con sus modos y respuestas, porque son generaciones que han vivido cambios más drásticos. Lo más impactante es que a los jóvenes actuales se les denomine también la generación de cristal, como si con cualquier cosa se rompiesen.

 

Las situaciones de cada época son clave para la educación, porque educarnos no es llenarnos de conocimiento, sino comprender mejor, adaptarnos. No olvidemos que la antropología tiene esa centralidad bien estudiada: solo por la adaptación la especie ha sobrevivido.

Un ejemplo es el modo de migrar. En los siglos pasados quienes se movían en grupos hacia los destinos más prometedores eran personas que podían valorar mejor ese movimiento, tal vez lo hacían con un sentido preciso. Es por eso que es necesario comprender que cada época tiene los asuntos particulares, que no se pueden medir con lo que pasó en otro momento de la historia. La historia ocurre ante nuestros ojos.

Es preocupante lo que podemos percibir de todo lo que se detona con los tiempos de las técnicas tan avanzadas. Es una realidad que nos afecta en los sistemas de vida, de tales formas que de un año a otro es posible que veamos cosas que nos cueste comprender. Sabemos que el devenir civilizatorio se crea para beneficio de los grupos, y en la medida que se hacen obsoletos los asuntos, habremos de comprender, y pasar página. Me impresiona que los grandes centros comerciales ya no son los reductos más modernos para la adquisición de productos, nunca me imaginé que se pudiera tomar la decisión de hacer un pedido de alguna mercancía a China, y que la tuviésemos en poco tiempo en casa, como si fuera algo que está a la vuelta de la esquina.

Al mismo tiempo habremos de sentirnos orgullosos por los retos que ha superado la especie a la que pertenecemos, a lo largo del tiempo, no son poca cosa. Es así que entre lo que vemos como renovador, mas lo que percibimos cómo inauditamente preocupante (como lo es la inteligencia artificial) pues habremos de pensar qué tanto podemos hacer y que tanto habremos de aceptar como los retos invaluables y nada controlables, para quienes somos el montón de los mortales. Nada fácil es estar viendo las noticias y sentir, bueno, ¿-Y qué puedo hacer yo al respecto-? No sé si les pase a ustedes, pero hay días en los que estoy menos propensa a ver noticias, y hay que respetar y ordenar la mente, no saturarla.

A fin de cuentas, si es importante el cómo enfocamos nuestras energías, que se han vuelto tan vulnerables en la era de las comunicaciones. En verdad que de momento suena absurdo, ¿cómo es posible que la comunión entre los seres humanos esté dando que desear? Si, ¡claro que es posible!, porque mientras se depuran los errores de las maneras vigentes, puede haber confusión. Imperativo: estar atentos.

Por estos tiempos que releo escribía yo como me impactaba la informalidad presente en todos los aspectos, y me daba cuenta que ya esa forma de vida de resolver rápido y sin más miramiento que la posibilidad del logro inmediato, se estaba dando por los mismos apremios en el vivir. Es un hecho, y creo muchos podríamos aseverar: la vida de cada día se aceleró. Todo esto a la vez trajo un sentimiento de que, si no hacemos todo lo que se propone como necesario, estaríamos viviendo fuera de lugar. No todo es necesario. De pronto hasta nos podemos observar cómo marionetas del vivir.

Si se trata de Arte, ya estamos plagados de miles de propuestas, si se trata de alimentos ya sabemos exactamente que contienen y para qué y porque los comemos y así con todo. El otro dia me quedé de una pieza cuando el peque de casa que solo tiene 7(siete) años me dijo: -voy a comer primero la proteína y luego al final de la cena lo que contiene más azucares-. He de decir que me quedé de una sola pieza. Y cuando van a consumir algo los niños de hoy, ya saben que es importante observar el número de sellos que contiene el paquete. -No, (te dice un niño) eso no lo voy a comer porque tiene demasiados sellos-. Es algo que en verdad me pregunto si fuimos nosotros los adultos mayores de hoy día, tan descuidados, o si la vida misma se ha afinado con esas informaciones. La verdad es que ni una ni otra, hay que saber qué es lo que trae cada época y si no afecta a la realidad, hacer de eso parte de nuestra mente. Volvemos a ese reducto de la dualidad: Realidad/mente, donde se dan las percepciones armónicas.

Nuestros abuelos no darían crédito al escuchar el discurso de la vida diaria de los niños de hoy, en verdad que nada que ver, y que bueno. Los niños han activado el chip de la adaptación de la especie de acuerdo a los tiempos, la vida del homo sapiens es la misma en sus necesidades y ocupaciones, solamente que los modos y formas habremos de entender como avanzan. Ahí mismo está situada la cultura. Bien lo dijo Linton y no me canso de admirarle cuando nos dejó claro: lo mejor es observar los modos de ser y hacer: es ahí donde se ajusta la cultura.

Hasta el modo de conversar es muy diferente hoy día. Antes, se guardaban tan fuerte las formas que no se podían tocar algunos temas tan abiertamente, a diferencia de hoy que los niños ya hablan de pronto como adultos, en algunos aspectos. No creo que eso esté descabellado, es tan solo que nos cuesta entenderlo. En la mesa de casa, en estos dias el peque mayor (7 años) reclamó que no le había tocado la palabra. Las aportaciones de los peques son importantes, se les deja ese espacio muy personal para poder plantear lo que quieran, aportar a la conversación da mucha seguridad.

Antiguamente en las casonas de los abuelos había mesa de niños y mesa de adultos, nadie escupía en rueda antes de la juventud. La casa de los abuelos de mis primos, era del tipo antiguo y tenía un gran patio central con una fuente, y ahí jugábamos, para no entorpecer la mesa de los adultos.

De pronto uno cree tener la felicidad en las manos, mucho más hoy día que todo parece darse más fácil, mas no olvidemos que lo fácil, puede cobrar tributos.  No está situada la felicidad en las acciones, sino en la conjunción armónica de la misma realidad y lo que pensamos. Si, esto nos queda claro, seremos más felices. Las redes sociales nos presentan miles de acciones realizadas por todo el orbe, a veces hemos notado que una imagen no corresponde a lo que se dice de ella, se busca ser algo absoluto siempre, mas no hay que perder el aquí y ahora. Las búsquedas y momentos para vivir están en realidad centradas en nuestra personalidad, así ha sido siempre, solamente que hoy día pareciera decirnos el mundo que la persona es tan viable para todo, que, si en algo decide no participar, puede pensarse que está teniendo una conducta inadecuada.

A veces estamos cerrando etapas de vida y apenas y nos percatamos de eso. Solo sentimos que no podemos con tales o cuales actividades y eso habremos de respetarlo, para comprender mejor. No arrastrar acciones a medias.

Recuerdo como los adultos mayores de nuestra generación llevaban las cosas con más garbo, había como una parsimonia de tomarse los tiempos necesarios, no es que fuera mejor, tan solo eran otros ritmos. ¿Importan los ritmos a los que nos movemos? Todo depende de cada persona.

Cada etapa tiene sus aspectos más adecuados al momento de la acción, de la edad vivida y de las preferencias.

                            Almodóvar, el cineasta tan creativo revolucionó el mundo perfecto. Su país, España lo necesitaba, nos ha dejado claro que hay que reírnos un tanto de nosotros mismos. No hay otro camino, hay que saber que, si siguiésemos pensando que la perfección es tal o cual cosa o vivencia, estaríamos en líneas de sufrimiento.  Esas películas de plano creo que es muy necesario verlas, por estos dias vi algunas de ellas con mi marido para descubrir reductos que nos habíamos perdido cuando las vimos por primera vez, son como los libros que volvemos a leer, hay películas que hay que ver más de una vez. En el caso de Almodóvar a mí en lo personal me cautiva, me encantan las impertinencias que de pronto se dan, las actitudes menos esperadas surgen como reductos creativos que nos dan vida y ni qué decir de los coloridos elegidos, en donde siempre está presente el color rojo, a veces más discretamente, a veces lo abarca todo. Ese color, que como ya hemos dicho cuando hemos hablado de los colores, es el color de lo emotivo, de lo que podríamos definir que nos mueve por dentro y que tiene que ver con esa parte del ser humano que nunca puede dejar de estar presente, la emoción. Almodóvar lo sabe, lo sabe perfecto porque lo utiliza como una buena herramienta y lo dice tan sencillo como poniendo un florero rojo por aquí, o en el sweater de la mujer en escena. No podría decir que alguna de esas cintas fuera mi preferida, me gustan todas, porque a fin de cuentas el tema de fondo es en algunos momentos un mero pretexto para darnos un baño de arte que inunda la pantalla y nos hace ver que nunca todo es de una sola manera, lo cuadrado es bello en sí mismo, más en el cine puede ser arte.

 Si no aprendemos a fluir (nos dicen algunos científicos sociales) y quitarnos de los flecheros de aire cuando no nos pertenecen, pues la vida misma nos engulle. Cuando la vida se aparece con sus extremas demandas, es obvio que no perder la ética humana es lo básico, mas aprender a fluir puede ser uno de los retos más entusiasmantes del día a día y a eso también sé aprende. ¡Quítate del flechero! nos decían nanas y madres cuando éramos niños, porque sabían cómo los vientos afectan.

Avanzaba el año 2009 y mi vida se iba aderezando con la comprensión de que ahora sí, los asuntos eran totalmente diferentes ya sin la mayoría de los adultos mayores que nos rodeaban. En particular los padres ya idos, se hacen presentes de diferentes maneras. A los hermanos ya los vemos en otros ámbitos y aspectos, y la vida compartida alrededor de una mesa, cambia de mesa.

Una de las preguntas que examine en la medianía del año que vivía era ¿Qué ocasiona que los seres humanos nos confundamos o que de pronto se nos cierren los cielos conocidos? algo que mi madre tenía muy claro y que ella llamaba: pretencionismo, o lo que es lo mismo, pretender lo que no somos o ser lo que ya no es.  Las ideas al vivir es claro que provienen la mayoría de las veces de los reductos familiares y claro nos marca toda la idea de comunidad a la que pertenecemos. Cuando estamos en lo que estamos, es difícil que nos sintamos confundidos. Forzar la realidad es tan sencillo a veces… pero como decía un tío sabio que quisimos mucho ya de adultos (porque de niños lo tratamos poco, era gay y los adultos nos alejaban de él, ¡una pena!) y decía: - ¡Cuidado! Que no se te doble el tacón, porque la vida cobrará tributos-. A veces, vemos como hay seres que viven ahogados en un vaso de agua. Las dádivas más preciadas como una buena platica, de pronto se convierten en pesares, esto pasa cuando lo que se aprendió no se pulió desde dentro.

Las confusiones del anti-tiempo existen, es tarea obligada saber porque las sentimos y como las pulimos y depuramos. A veces, sí es muy necesario cambiar el punto de mira.

La realidad, las más de las veces… no es la que se tiene la culpa. (continuará).

 

 

 

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