lunes, 30 de diciembre de 2024

 

Escribir, leer, ser. (10)

 

                                                        El flojo y el mezquino van dos veces el camino.

Refrán popular.

 

                                               Y, una vez más lo que nuestras madres nos dicen, queda. Ahí en el fondo del alma sabemos cómo han escrito nuestros padres los postulados en los que ellos han creído, creen y creerán y así transformados, los vamos haciendo nuestros y asentamos nuestra vida en esa base. Nos gusta mucho saber que no estamos desligados de una línea genético/temporal y aunque hay un tiempo que nos alejamos de la casa paterna (al menos mentalmente por alguna etapa) lejos de ser desdeñable es muy digno saber de dónde venimos, solo así sabremos a donde vamos. No podemos olvidar que cerrar es abrir.

Cuando nos damos cuenta de cómo se nutren las mezquindades, y que de pronto pueden acercarse y hacernos actuar con pereza o lentitud, es cuando nos damos a la tarea de sacarlas, mucho más cuando se cierran ciclos, tanto en nosotros mismos como en nuestros congéneres más cercanos.

Uno de los aspectos en que la vida se muestra laxa, está en lo que podemos llamar bisutería de la vida, existen muchas cosas superfluas que nos invaden la mente sacándonos de nuestros centros regidores, sucede cuando percibimos ligerezas que no concretan aspectos realmente importantes y hasta un cierto sinsentido se llega a percibir, algo así como que se le pierde la pista a la felicidad que se ha concebido y que muchas veces se cree perenne y constante. De pronto, el mundo nos atrapa y nos olvidamos que somos espíritus que evolucionamos una vida concreta, la dimensión temporal puede ser aliada y darnos los tiempos necesarios.

Cuando caemos en esos sentimientos que son falsedades, nos damos cuenta de que, si logramos sentirnos a nosotros mismos, entramos en una serenidad muy valiosa.

En estos tiempos de relecturas me encontré con un artículo que leí hace algunos años, propone que la felicidad se basa en la genética. Podría ser cierto en parte, porque la felicidad bien lo sabemos: proviene de aspectos y fundamentos que se conjuntan en nuestro ser, que es único.

Mas, como ya vamos comprendiendo y hacemos cortes de caja vitales cuando los tiempos lo requieren, la flojera de saber mejor quiénes somos nos puede paralizar, sin mezquindades es seguro que no tengamos que recorrer caminos dos veces. Hay que tomar por el cuello la revisión de vida. Cortes de caja vitales, para emprenderla con nuevos bríos.

En las relaciones humanas de pronto creemos que es la lógica lo que impera, sin olvidar que es el corazón el que también se adapta.

Somos seres circunstanciales, esa circunstancia nos da el sentido y éste no es inamovible, vamos yendo con los visos de evolución que cada uno podremos visualizar, nada es manda, a fin de cuentas, lo importante es no perder la paz.

De pronto nos damos cuenta de que lo que da base a la vida es la rutina. Volvemos a hablar de ésta, porque cada ser la reconstruye en las etapas que se cierran y se abren durante toda la vida. Llevar un sistema de vida no es poca cosa y apegarnos a él, porque sabemos de la importancia de tener estructura.

Sentirnos seguros en la vida que nos ha tocado vivir para añadir los colores que cazan con nuestra manera de ser y así elegir lo que nos corresponde. No podemos ir por la vida en modalidad ideal, porque podremos desbarrancarnos a la primera de cambio. Saber ver para saber ser. El ideal, no es la expectativa cerrada e inamovible, mas bien es saber el sentido del flujo que aporta.

Los aspectos que nos ayudan al orden de la mente son mucho más importantes que esos placeres efímeros en los que a veces nos distraemos y creemos en demasía.

Hoy día que se leen muchos menos libros de numerosas páginas, se nos olvida el placer de ¿En qué página me quedé?  y volver a la lectura una y otra vez. Hoy, se prefieren los textos cortos y muchísima gente ya ni siquiera toma el libro de papel, en su lugar se toma la tableta electrónica. No me parece nada mal, porque en realidad da lo mismo cuando el sentido de la lectura nos lleva a nutrirnos, sin embargo, ese gozo del papel habrá algunos que no lo cambiaríamos por nada.

El libro, no se toma para acabárnoslo de un solo tirón. Al leer, no estamos corriendo un maratón como si tuviéramos urgencia de llegar a X sitio, o como si nos estuviéramos comiendo un helado que se nos puede derretir entre las manos es en verdad un error. El libro es un ser vivo que nos infunde parte de su vida y que puede tomar una vida concreta para cada ser que se avoca a leer, al libro hay que tenerle respeto. Mi marido se enoja porque marco los libros con plumón de alerta, es algo que en lo personal necesito hacer, mi método como he dicho antes: es ir de pasta a pasta sin marcas y luego regresar en busca de las pepitas de oro. Me gusta básicamente marcar en amarillo, ¡el color de la sabiduría!

Leer, es un desafío que ya no muchos quieren poner en la agenda del día a día. A veces habrase de esperar estar de vacaciones para tomar un libro, ese libro que nos espera paciente como un buen amigo.

¿Qué sentido tiene una reflexión que nos regalamos a nosotros mismos?

Tiene todo el sentido del mundo, siempre. No podemos dejar de observarnos y crear en nosotros mismos esos resabios de bien que nacen de lo que percibimos en momentos de cierre o en momentos clave.

Cuando nuestras metas son claras, perfectamente podemos soltar lo que nos está haciendo agua en la embarcación mental, incrementar el contenido interior de nuestro pensamiento. En un buen libro nada tiene que ver el número de páginas, puede ser un libro de 10 (diez) páginas y darnos una gran enseñanza. Observar por algún rato el párrafo que nos resuena y volver a leer cuanto sea necesario.

Cuando comprender que la actividad que amamos realizar es parte de nuestra persona desde que nacemos, también sabemos cómo la vamos develando conforme pasan las diferentes etapas de la vida, así es como podemos dar un valor agregado a cada día que se vive. No vivir sin ese sentimiento de aportar lo valioso que comprendemos.

La retroalimentación es un concepto que hay que revalorar, es ir añadiendo al camino ya trazado, es volver y refrendar lo que sabemos que es lo que en verdad nos alimenta.

Ej. de mí misma: Yo amé jugar tenis. Lo hice desde los 6 (seis) años de edad. Fue cambiando la actividad adecuándose a las circunstancias vividas. Es así de fácil, no dejar de amar lo que nos resuena, y hacerlo de la manera que más conviene dependiendo de la etapa de vida.

Mi hijo me pide regresar a las canchas… él lo anhela porque sabe hoy día el valor de practicar ese deporte, lo que le digo es que mi momento de juego ya pasó, disfruto de ese deporte de otras maneras porque hay que saber cerrar, es un don saber qué corresponde y qué no.

También hay que aceptar que hay actividades que son temporales.

Se le llama experiencia autotélica a esa que en sí misma percibimos y que nos deja un buen sabor de boca y la realizamos con un alto porcentaje de placer.

Los esfuerzos extras se van dando como algo natural sin que nos cueste mayormente llegar a esos momentos fluidos.

La falta de disciplina puede perjudicar, pero cuando es algo que en verdad se ama, todo fluye.

Si algo nos agrada, vale la pena esforzarnos.

Mucho del dolor acumulado en las sociedades humanas se manifiesta por la discrepancia de mente y metas. Hacer momentos de silencio, escuchar música, valorar en entorno natural, todo esto para darnos momentos valiosos para reencontrarnos con el centro que nos da sentido.

Estar en lo que estamos, puede llegar a ser tan satisfactorio que ya no necesitemos nada más para la realización total de nuestra vida. No es el cumulo de actividades lo que nos recrea el espíritu, sino las elegidas y bien llevadas. Es saber que las que hacemos las realizamos sin mezquindad.

Ese frenesí de búsqueda de nuevas actividades… hay que tenerlo claro: ¿Son en realidad las que nos corresponden? Lo preferencial ha de pasar a ser esencia de vida, no hay que ver tanto a los lados.

Quienes ya estamos en las etapas maduras de la vida, tenemos el derecho a elegir con mas certeza y sin muchos miramientos. Implementar satisfacción no está más que en función de uno mismo.

Hoy dia hay multitud de oferta de cursos cortos que pueden cerrar conocimientos que dejamos inconclusos y que necesitamos refrendar en nosotros. No temer asistir a ellos. En mi caso personal lo hice en función a la Literatura, no ha sido centralidad de mis estudios universitarios, mas ha ocupado un lugar preferencial y por etapas.

Nunca estamos en competencia con nadie en los saberes y haberes, ese sentimiento se nos ha impuesto como un modo de vida que muchos llevan y nos hacen creer que es importante. Lo que uno sabe y lo que uno quiere saber, es algo muy personal. Canalizar la atención en un conjunto de metas renovadas es algo que puede abrirnos canales muy satisfactorios.

Nunca olvidar que hay tiempo para todo lo que nos da centralidad. Si se llega a percibir falta de tiempo tal vez sea porque nos estamos excediendo en las exigencias, solo sentimos que el tiempo nos falta cuando estamos por caminos que podrían ser equívocos.

Si la vida de pronto propone, hay que valora el hecho en sí mismo, saber que tanto nos puede dar nuevos giros que tal vez tuvimos en espera.

De pronto las puertas que se abren no las asumimos como posibles entradas a nuevas experiencias por algunos temores infundados, hay que revisar.

¿Será que veces creemos que ya estamos demasiado grandes para realizar algunas actividades?

Siempre me ha gustado cantar. Lo hago para mí misma en el automóvil y en esta última etapa de vida me he dado el regalo de una nueva guitarra, no es que yo sea buena en esas lides, pero me gusta compartir canciones sencillas en la iglesia y con los nietos.

Aquí en la comunidad en donde vivo de pronto se abrió una puerta: Grupo de canto para adultos mayores. Todos los aludidos estamos felices porque se han hecho diversos grupos en acciones preferenciales. Ya los que juegan cartas tienen esa oportunidad con regularidad, dominó o bingo, tienen un dia de reunión. En estos días hemos catando unas veces para algunas personas y todos hemos disfrutado mucho. Los villancicos han sido parte de nuestras interpretaciones en este cierre de año. Algo muy grato.

Una vecina joven, cantante y muy amable, se ha brindado con alto valor altruista para dirigir el coro de adultos y todo ha fluido muy bien. Se aprecia como hay personas que saben dar su tiempo para la calidad de vida, sin más que eso.

¿Por qué cantar?

Porque a quienes nos gusta hacerlo ya se nos abre una puerta para estar en compañía de otros sin mayores miramientos, es algo que se disfruta por sí mismo.  Compartir se hace con gusto, con gozo y con naturalidad.

Oportunidades mentales y artísticas de grupo, conocer a otros que también tienen esa afición.

Continuaremos hablando de las visiones de Vasarely, el artista plástico que abrió sus pensamientos para expresar del sentido del arte, los aspectos que incumben a las masas, a todos los seres sociales, veremos cómo aporta las ideas para que el arte llegue a mas gente. También volveremos más adelante a las reflexiones sobre los colores, siempre hay nuevos aspectos de esos espectros de luz que viven cerca de nosotros y que no les damos el sentido que tienen en nuestras vidas. (Continuará)

 

lunes, 23 de diciembre de 2024

 

Escribir, leer, ser. (9)

                                                               La ignorancia, no es tan solo desconocer. Es más bien tener lo conocido como inamovible y estático en una realidad.  Ya lo sabemos, la verdad se transforma. MJ

 

                                                                                La realidad del mundo actual, con el devenir de los tiempos se ha ido intrincando y ofuscando. La gente común de mediados del siglo pasado se fue dando cuenta como el sustrato en el que creyó, termino resquebrajado.  Así, también las preocupaciones que solían mantener ciertos límites naturales y sanos en algunos ambientes, se desvanecieron y la vida se fue relajando, nunca para bien y se ha producido confusión. De las religiones ni digamos, unas cayeron en desuso por no responder a demandas concretas de los feligreses. Esa laxitud propicia hasta hoy, la pérdida de la esencia que rige de fondo. No porque algo se pierda se queda la existencia desvalida, mas bien habremos de notar las vertientes nuevas y de ellas sacar los modos renovados. Los jóvenes están aportando mucho. Son signos que hay que seguir para encontrar en las contradicciones, respuestas. Así, dando gusto a los grupos y a las personas, muchos dirigentes religiosos se perdieron en tonterías, en abusos, en distorsiones. Muchos tenemos la esperanza de que todo se recomponga y así surjan respuestas en nuevos ámbitos. No podemos dejar de ver la importancia del granito de arena que podemos dar cada uno de nosotros, como faros en serena dádiva. Las necesidades espirituales son reales.  Sí hablamos de un pasado que no es muy lejano (y que la antropología ha tomado como un tema para estudio) los estudiosos ya están dando su parte. Nada conduce con facilidad en lo espiritual, habremos de apoyarnos en la divulgación seria y lo intuitivo. A la creencia que antes se tuvo de que Dios era fuente de paz como algo natural, ahora hay que bregar ante tanta falsedad para saber qué pensamos del mismo Dios que antes dio certeza. Ya se han abierto mil puertas y nos cuesta saber cómo deslindar cual nos pertenece y cual no. Es tarea personal hacerlo, sin duda alguna.

Es por eso mismo, que nos hace bien saber del pensamiento de algunos filósofos y científicos, no de los que se hacen al vapor, mucho de lo que se publica es falaz. Puede crear más confusión si no estamos alerta.

Aquí mismo seguimos con la tercera parte de las memorias de Simone, porque el pensamiento de las gentes valiosas que ha aportado no habremos de desdeñarlo ni dejarlo de lado, en lo posible nos da otros puntos de vista que son buenos para comparar. Ella, comienza a visualizar caminos de estudios mucho más serios y profundos. Llega a aceptar una catedra que se le propone para dar clases de psicología, la cual disfruta muchísimo. Quien enseña, siempre aprende.

 Se da tiempo de disfrutar mucho mas del arte y ni qué decir de su amor al teatro y los ballets.

Dice, respecto a la pintura: -La pintura me arrancaba de mí misma-.

Una hermosura de sentimiento, cuando nos damos cuenta que la pintura expresa, y nos deja ver el alma del artista, no es una mera mercancía decorativa como muchas veces se cree, cuando el mercado le hizo un espacio injusto al arte volviéndolo un producto material y comercial distorsionó al no tomar en cuenta la dimensión única y espiritual del estilo, un artista con estilo propio ya caminó gran parte de su propuesta. El arte, tiene muchas dimensiones humanas que no tienen cabida en cotizaciones mercantiles.

Si por momentos Simone hace altos para decirse a sí misma como amaba la vida y más que nada a la verdad.

En un encuentro con su primo Jacques, éste le dice: -No hay necesidad de buscar tanto… hay que cumplir simplemente cada día-. Para quienes gozamos con el conocer, con todo lo que nos promueve el pensamiento, nunca nos podremos conformar con vivir el día como sea, como salga. La vida es un conjunto de días, pero ¿No es que cada uno de ellos cuenta y es determinante? No estamos en un ensayo general.

A Simone, ya estando en la Sorbona le cuesta encontrar el nicho que le corresponde. Lo busca a brazo partido, en términos generales el ambiente estudiantil le parece bullicioso, ya que de pronto se escuchaban carcajadas sin contenido explicable. Tuvo varios amigos cercanos que no fueron parejas propiamente, mas si fueron cómplices de su devenir y madurez. Mas tarde llegará Sartre.

Durante la época anterior a Sartre como la pareja de su vida, suele darse una actividad hasta cierto punto movida, salía a bares con amigos, con su hermana, quería conocer esa parte del Paris que sabía era muy ruidoso y disipado. Prueba de todo, bebe sin medida y vuelve a casa con sentires tremendamente de decepción. El hastío y el vacío de esos lugares le harta, es un frenesí que no concuerda con su estilo.

Sartre, Jean Paul tenía que llegar a ella y así lograr un pensamiento alimentado y creado por los dos.

Se vislumbran mutuamente y el paso decisivo lo da él. Una tarde mientras paseaban por los jardines del Palais-Royale, él le toma del brazo con determinación y le expresa sus sentimientos, le dice: -Nuestras relaciones son extrañas: Al menos para mí. Nunca he tenido una amistad femenina, y ella le contestó, preguntando: - ¿Tal vez porque no soy muy femenina? - Y él le dice, - ¿Usted? -, soltando una carcajada que fue determinante, se rio de tal manera, que a Simone le significó mucho.

 Para llegar a esto hubo un camino que fue abriendo uno de los mejores amigos de Sartre, un hombre casado llamado Herbaud, él estudiaba lejos de casa y encontró en Simone una verdadera amiga.

Simone tenía un sentimiento muy especial: -Solo tenía una vida que vivir, quería lograrla-. Buscaba una realización de sus anhelos de todo lo que a ella le resonaba y gustaba.

Con todo, la incógnita de la función del amor en el matrimonio le volvía a la mente, llegó a decir respecto a la pareja: -estoy segura de que no existe aquel que verdaderamente lo será todo, lo comprenderá todo profundamente hermano y semejante a mí misma-.

Ponía en duda la eficacia de la explicación epistolar, mas al mismo tiempo era su herramienta de expresión.

Dentro de los postulados religiosos con los que se formó, la obediencia a raja tabla era lo básico. Se daba cuenta de que esto mismo podría resultar difícil y alejado de la verdad, de la creatividad.

La voluntad de Dios exige estar en una determinada dimensión espiritual, realista e intuitiva a la vez.

                                                                                  Ya la Sorbona prometía, aun sin estar del todo bien relacionada con las personas de los ámbitos universitarios, se sentía ajena por momentos hasta que poco a poco se integra.  Observaba la intelectualidad de algunos de los compañeros con ese entusiasmo de lo realista y verdadero, sabía bien a bien que el porvenir se conquista.

 ¿Cómo exactamente?

El grupo de Sartre era hermético. Ella la entabla en primera instancia con el amigo. De ese grupo de amigos se decía que: -Carecían de simpatía por las cosas-.

De pronto se percató y escribió: -Sartre, no tiene una cara desagradable-.

Ya le trataba de más cerca, pero él le seguía nombrando como “señorita”. Comían algunas veces en la cafetería de los espacios cercanos a los libros y se hablaba mucho de los filósofos. En particular el tema era en torno a Hume y Kant. Las reflexiones eran interesantes, inesperadas y notaba como en esos ámbitos se desarrollan ideas muy propias.

-Esa franca amistad exaltaba las alegrías de la primavera-.

En algunas ocasiones Sartre demuestra indiferencia por ella. Ella recibe un dibujó que Sartre le dedica y que lo manda con el amigo común.

Poco a poco se van entablando ciertos diálogos y el interés mutuo se va acrecentando. Se fueron sintiendo al mismo nivel.

Un día, Sartre escribe directamente en el cuaderno de Simone: -BEAUVOIR=BEAVER, usted, es un castor, los castores andan en banda y tienen espíritu constructivo-. De aquí por siempre y hasta el final, siempre le llamó así.

Las complicidades entre las parejas que se dan genuinamente salen a flote más temprano que tarde, aunque Simone reconoce algo muy válido y que no es necesario para llevar una buena relación: -Las cosas no nos conmovían de la misma manera-.

Dice: (paráfrasis): En Sartre iba encontrando un lazo ineludible, mucho más fuerte que el que se da con las convencionalidades de parejas que se unen por obligaciones materiales.

La primera vez que Simone entra al cuarto de Sartre se encuentra con mucho desorden de libros y papeles, había mil colillas de cigarrillos por todas partes, -se podía cortar el humo con cuchillo. Sartre me recibió mundanamente: Fumaba en pipa. Silencioso, con un cigarrillo pegado a la comisura de su sonrisa oblicua-.

El grupo empieza a estudiar aspectos muy interesantes y Simone ya forma parte. Sartre se encargó de explicarnos el Contrato Social (así como otros muchos textos) de todo tenía conocimientos especiales-. -Es un maravilloso entrenador intelectual-.

Parte de lo que manifestaban en esas sesiones de estudio era que: -los hombres (como humanidad) no eran espíritus sino cuerpos presos de necesidad y arrojados a una aventura brutal-. Y continua Simone: -Pronto comprendí que si al menos al que me invitaban mis nuevos amigos me parecía rudo, es porque no disfrazaba nada. Después de todo solo me pedían que me atreviera a lo que siempre había querido: mirar la realidad de frente. No necesité mucho tiempo para decidirme-.

Y así, cuando Sartre le toma del brazo escribe: -Nunca me habían manifestado tan abiertamente el afecto-. Él le dice: -Verdaderamente la quiero mucho, Castor, me decía-.

-Conversábamos durante horas y horas. Solo nos separábamos para dormir. Por las noches solía invitarle a ver películas de Cow Boys-. Ella se apasionaba como neófita siendo que era una experta en cine de arte, entre otros espectáculos como el teatro.

Para Simone, ese interés tan abierto de Sartre la llevo a confiar todo en él, -Se interesaba en todo y nunca aceptaba nada como resuelto-.

Sartre fue un inconforme irredento. A Simone le entendía completa, situándola con confianza en su propio ambiente y respetando su ser profundo. El, dos años mayor que ella, se convirtió en una especie de mentor.

-Yo, me había creído excepcional porque no concebía vivir sin escribir: El, Solo vivía para escribir-.

Sartre sostenía: -Cuando uno tiene algo que decir, todo despilfarro es criminal-.

El pensamiento de este filosofo era genial. Tenía muy claro lo que quería decir y lo dijo, convirtiéndose Simone en su cómplice total.  Así crearon la teoría que los representa: El Existencialismo. (Continuará).

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

miércoles, 18 de diciembre de 2024

 

Escribir, leer, ser. (8)

 

                                                                         Nadie pondrá la verdad en tu mente.

El mundo es un lugar muy misterioso y confuso, si no estás dispuesto a confundirte, te conviertes en una réplica de la mente de otra persona.

Noam Chomsky.

 

                                                                                Los filósofos que han estudiado el movimiento de las sociedades y de las mentes que las rigen, mucho nos han ayudado a comprender ese dinamismo que se da entre la naturaleza del devenir social y como los seres humanos pueden ser parte e influir en éste. En algunos casos pareciera que es una sola mente la que rige a todo un grupo, esto no es así porque la mente central que preside, siempre está formada por las ideas de otros muchos. La fuerza de las demandas sociales son las que van dando las pautas. Esto, en el mejor de los casos hay que dejarlo a los científicos sociales y a sus investigaciones y propuestas, más nos vale a nosotros mismos observar la conducta y acción social como es la que podríamos denominar doméstica y hacer de la vida un continuo de actos propositivos y creativos. La energía de los colores siempre rige muchos aspectos, ya volveré con mas profundizaciones respecto a los colores y sus acciones sobre los seres humanos.

Cuando escuché por primera vez de Noam Chomsky me interesé mucho en sus postulados. Me di cuenta que era interesante porque apela a los movimientos del lenguaje, ese ser inasible que permea de fondo, no solo en el habla cotidiana o de algún punto específico del saber, así como a las mentes y sociedades, ese poder decir, poder escribir y escribir con sentido, esos signos especiales que dan movimiento continuo en cada grupo social. Desarrolló lo que se llama la Gramática Generativa que dice que el lenguaje no es solo un conjunto de hábitos, sino es innato al ser humano. Nos recuerda que todas las lenguas comparten principios universales. En la cita que he escogido para dar inicio a este texto, podemos ver con claridad como debemos y podemos sin temor alguno estar dispuestos a confundirnos y que esas mismas confusiones nos vayan aclarando el camino. Quien no se confunde es porque ha aceptado el pensamiento de otro y lo cree certero a raja tabla, ese no es el modo que nos saque de dudas.

Quien apela a sus dudas se está dando vida y movimiento mental. Nunca llegar a postulados que manifiestan pensares que ya no concuerdan. Las sociedades son entidades muy dinámicas, esto tiende a dar miedo cuando se piensa detenidamente, ya que al percibir los cambios creemos que lo único que tenemos de frente es un precipicio ineludible, mas cuando nos percatamos que podemos tener un determinado modo en la mente personal, es que estamos apelando a una buena voluntad que dará fruto.

Nadie crece solo, es un hecho que estamos interconectados, en primera instancia con el pensamiento del pequeño grupo en el que hemos nacido y éste a su vez está inmerso en una cultura y en unos pensamientos que la rigen.

 No hay que desdeñar el escuchar y leer, y con los filtros pertinentes de la experiencia ver y aportar a nuestra mente nuevos puntos de vista, el ser se transforma.

Cuando hoy día reflexiono en la aseveración que mucho se escucha:  la vida es corta, me queda claro que todo depende de cómo la mire uno mismo. De que la vida pasa rápido no hay duda alguna y mucho mas cuando lo percibimos todo dentro de la dinámica de las comunicaciones, lo que en realidad sucede es que se cierran etapas concretas y ni que decir para lo que queremos escribir, leer y ser.

Es así que me entero: el padre de los estudios del lenguaje, el mismísimo Chomsky ya no puede hablar, mucho menos escribir. ¿En dónde queda su ser? Este, se mantiene integro en lo que nos lega. Tal vez no a muchos se nos ha dado la oportunidad de leer toda su obra, mas no por eso podemos dejar de tener claro que ha sido grande en su postulación de ideas filosóficas sobre la especie. Este filosofo norteamericano tan actual, ha tenido un pensamiento muy claro en cuanto a sus estudios de los sistemas globales del ser humano.

Durante mucho tiempo he escuchado de Juan Rulfo, el escritor mexicano que en la literatura de nuestro país ha hecho un parteaguas, no había vuelto a sus textos. Recordaba que me había llamado mucho la atención en su momento en el pasado, el hecho de cambios bruscos en la lectura, asunto que hace muy dinámica su escritura y más que nada interesante el modo como conduce todo el pensamiento entre la realidad y lo mágico.  La primera vez que lo leí no capté tanto valor artístico.  

 Es así que volviendo al texto emblema, de la tan considerada la mejor de las novelas mexicanas, he encontrado tanto arte, tanta creatividad expuesta, que ahora que han filmado -Pedro Paramo- (una nueva versión) me he quedado atónita ante el filme, me ha parecido que no solo su director es admirable, sino que los personajes están muy bien logrados con una fotografía muy artística. Habiendo pasado la primera hora del filme, me dije: -esta película es de las que se ven dos, o más veces-.

                                                          Y volvemos con Simone de Beauvoir, porque nos refrenda:

 No hay lectura que no nos deje huella.  Las conversaciones mundanas también enseñan mucho, son esas que sin trastocarse ni entrar a criticas extensivas nos brindan material para reflexionar y con ellas mejorar la calidad de vida. La calidad de la experiencia es básica para evolucionar. Tengo fama de ser muy conversadora, es ahí en donde también aprendo porque escuchar a los otros, enseña.

Cuando el mundo propone ser observado en sus claros y diversos asuntos muy mundanos, Simone nos dice: -Hay que observar, lograr que en nuestra mente se muestre como algo divertido y que se pueda asentar de a poco-.

Cuando el mundanismo es muy fuerte hay que observar con más silencio.

Nos dice: -Nunca me había gustado perder el tiempo-. No importa que el fragor de lo que nos rodea tienda a aturdirnos, y nos haga creer que el tiempo se está ausentando, las claves están en no involucrar al corazón en asuntos banales, jamás resignarnos y al formarnos un juicio si este por momentos parece ser equivoco, es una felicidad prevista el avanzar y sentir claramente cuando nos conducimos en evolución.

Dice: -Estoy sola, uno siempre está solo-

Todos tenemos una manera especial de sentir a Dios, de percibirle como el factor de nuestra contingencia total. Estamos en este mundo y aquí es donde Dios se manifiesta a cada uno. En lo personal el canto me acerca a Dios y no ha sido hasta la tercera edad en que lo he practicado un poco más, que lo termino de comprender.

Dice Simone: -El catolicismo me había convencido de que no se debe considerar a ningún individuo, ni al mas desheredado, como desdeñable-.

Este principio lo promueven las religiones, mas si lo observamos con atención es el principio más humano de interacción entre nosotros y que a muchos nos cuesta comprender. Es verdad que no podemos tener química con todos los seres humanos que tratamos, pero si podemos respetar al que vemos diferente y saber qué es tan digno como cualquiera.

En ninguna época de la historia el mundo ha vivido sin complicaciones, éstas tienen su origen más profundo en la desubicación de la calidad de la experiencia, peor si seguimos creyendo que las palabras, la escritura y la lectura poco tienen que aportar, nos estaríamos negando una fuente inagotable de sabiduría.

Las conversaciones mas inocentes las percibía Simone como tramposas y dice: -mis padres siempre traducían mis palabras a su idioma personal. Me imputaban ideas que nada tenían que ver con las mías-.

Si, así es. El lenguaje puede volverse opresor. Todos sabemos que las entonaciones, los discursos demasiado largos y otras manifestaciones a veces se vuelven contraproducentes. De plano ese lenguaje silencioso, las campanadas de una iglesia o la música que escucha el vecino de la casa de al lado, siempre nos estarán dando un discurso específico. Ahora, que en estos días se reabrió Notre Dame de Paris (después del incendio que la daño hace 5 (cinco) años) no creo que ningún ser humano haya quedado indiferente a ese tañido tan sonoro y especial del campanario. ¿Qué Nos dice cada campanada? Algo así como: ¡Aquí estoy!, he regresado.

Como podemos ver y cada día nos hacernos más conscientes de eso, lo que se vive en otros países, estados y ciudades nos llega.

Es por eso que también hay que hacernos cada quien un espacio de selectividad de los mensajes. Pensaríamos que podrían ser para nosotros ¿todos los que nos llegan? de ninguna manera, si no seleccionamos lo que queremos escuchar, leer y de lo que nos queremos enterar, así como que es lo que vamos a metabolizar de la información, solitos nos estamos dando píldoras de stress gratuito.

                                                                               Simone, esa mujer tan especial de quien hemos venido comentando y que nos deja traslucir por los signos equívocos que ella percibió, como le hicieron pensar que podría hacer pareja con un primo suyo. A fin de cuentas, como fémina de su tiempo vivió el prurito de ese deseo, que a pesar de saber en su seno interno que no le correspondía, en su fuero de mujer (que iba a cambiar al mundo) si tuvo una idea de que Jacques fuera el indicado. Él le dejaba vislumbrar un cariño genuino, nunca de pareja. Ella se hacía ilusiones que bien sabia todas eran falaces. Así fue que él se va de Paris, y cuando se reencuentran un tiempo después, ella se da cuenta de su error. Mantuvo diálogos muy interesantes con este joven, quien llegó a valorarle con conversaciones fáciles, pero a la vez profundas. Solían ir al teatro juntos, conversar a cabalidad de lo observado en los escenarios, gozaban mucho con los ballets rusos que se presentaban en la capital francesa con platicas que enriquecieron a ambos.

Solo hay ciertos aspectos de la intelectualidad que ayudan a configurar parejas y que estas relaciones sean duraderas y estables. A veces el mismo conocimiento une y también distancía. Se dice que a veces, cuando se dan matrimonios del mismo nivel intelectual, las mujeres suelen sufrir mas, peor aun cuando se traen al mundo hijos que hay que educar por ambos. A veces, si se logra fluidamente la etapa de educación de los hijos, ya como adultos los intelectuales pueden retomar su vida de pareja de muchas maneras, porque en realidad algo que une a las personas es el nivel de intercambio de ideas, es lo más genuino de una unión.

 Son personas que a veces se hablan en sus silencios, asunto hermoso y poco visto en todos los casos.

Al final, Jacques es considerado como un hermano mayor por Simone. Nunca se dejan de apreciar y admirar mutuamente.

En una ocasión de visita en casa de su primo le expresa: - El secreto de la felicidad y el colmo del arte, es vivir como todo el mundo y no siendo como nadie-.

¡Hermosísimo pensamiento!  Nos evoca la comprensión de esa dualidad que habremos de mantener, en primera instancia con la totalidad de lo que nos rodea y en lo particular defender a capa y espada nuestra individualidad.

A los 19 (diecinueve) años de edad casi siempre se sopesa el amor, se vislumbra y a algunos les queda claro que es mejor vivir la vida en soltería.

Cuando Simone valora las posturas del primo como una pareja posible, llega a darse cuenta de: -Decididamente me parecía inestable, versátil, se perdía en pequeñas camaraderías y pequeños disgustos, no le daba importancia a los pequeños problemas que me atormentaban…-. Así lo percibía. No encontraba a ese ser como un buen compañero de vida. Eran muchas las distancias insondables y se había percatado de que algunas veces la sinceridad brillaba por su ausencia.

Llegó a decir: -Yo necesitaba una vida devoradora. Necesito obrar, gastarme, realizarme. Dificultades que vencer, no estoy hecha para el lujo-.

 Jacques a fin de cuentas cultivaba mucho mas los valores burgueses de la época. Simone no estaba hecha para eso. Sabía cuáles eran las prioridades que ella sentía latir en su seno, y no iba a permitirse un matrimonio convencional.

Mis padres llegaron a considerar: -…que mis gustos y mis opiniones eran un desafío al sentido común y a ellos mismos…Consideraban el charlatanismo de los artistas modernos-. (Continuará)

 

 

 

 

 

 

miércoles, 11 de diciembre de 2024

 

Escribir, leer, ser. (7)

 

                                                                              Si das lo que has de menester,

es seguro que el diablo se ría de ti.

Dicho popular. (Paraf.)

                                                                              En realidad, este refrán del diablo lo he oído durante toda la vida cerca de mi madre. Tenía yo 54 (cincuenta y cuatro) años de edad, cuando mi madre partió de este mundo, mas se hizo presente de otras maneras cuando con sus dichos, refranes y acciones pasadas le recordamos en el día a día. Mi madre se despidió de su vida una madrugada durmiendo. Nunca padeció ninguna enfermedad, solo los achaques propios de la edad.

Eso del demonio fue algo en lo que ella se basaba para hablar de los males terrenales, era obvio que así se diera, ante una educación netamente religiosa como centralidad de vida, no se podía esperar menos. Hacía mucho hincapié en esa presencia de los males relativos a lo demoníaco.  Mi marido me decía que no era posible que ese ser como tal, con cuernos y cola me produjera tanto pesar y hasta miedo, porque según él, todos hemos sido parte de una educación doctrinal de la religión católica y en su momento ese ser se sale del pensamiento que se percibe oscuro, para convertirse en esa parte de la vida que se reconstruye con sabiduría. Pero, a mí no se me dio así, yo no lo viví así, tardé mucho más es descartar esa concepción mal entendida.

Tendría unos 5 (cinco) o 6 (seis) años de edad mi hijo, en épocas de Halloween, cuando mi hermana le regaló un disfraz de diablo. Al ver salir de la caja de cartón, los cuernos, la cola y tridente, todo resultó muy divertido, hizo gran algarabía  un pequeño diablillo sonriente todo el día, dar de saltos con su cornamenta colorada fue todo lo que se necesitó, los cuernos se perdian en una cabecita huera y lacia. El niño más feliz. Me ayudó mucho para desterrar de fondo esas imágenes que son en algunos aspectos solo eso, y nada más. Habíamos sido invitados esas vacaciones a la isla de Cozumel, por amigos muy queridos.

Ese periodo que pasamos en el hotel de la familia de una muy querida amiga y en donde a los niños se le presentaba la diversión a cada paso, hizo que a nuestro hijo por un tiempo se le conociera con ese sobrenombre de -el diablo-. El pequeño diablo nos hizo esos días muy felices, al grado que el marido de mi amiga (que le puso ese apodo) en días posteriores y ya adulto, él le nombraba así, con enormes carcajadas características de nuestro buen amigo. También he escuchado que a otros jóvenes les ponen ese sobrenombre, como algo natural y sin ninguna carga.

                                     Las personas tenemos un límite, y ese mismo tanto de bola, rige de una manera particular en cada ser humano. Lo que es bueno para uno, tal vez no lo sea nunca para otro. Descubrir qué cosas necesitamos, como las tenemos y sostenemos en la vida y si es necesario entregarlas a su debido tiempo, cada cual encontrará y sabrá el propio momento.

Algunas personas, cuando llega un determinado tiempo, aunque la vida no lo exija, procuran cambios más que nada en el orden que se conoce, para mayor dignidad.

Cuando Simone de Beauvoir, durante la guerra se vio impulsada por nuevos momentos y vivió un cambio de casa, sintió y resintió todo lo que hubo de necesario para reacomodarse. Ella y su hermana, tuvieron momentos proclives a la angustia. Como adolescentes, lo primero que nos va quedando claro es que el mundo no es armónico (como suele percibirse en la infancia) sino que los desatinos, las rencillas entre los adultos y las necesidades de nuevas adaptaciones afectan mucho. El paso de la niñez a la adolescencia y juventud nos descuadra y desordena, a Simone se le desubicó el papel de Dios que ella había percibido muy claro en la educación básica, luego ya eso se le desvanecía como una nube entre los dedos. Ya observaba verdades que no fácilmente podía compartir con los adultos. El ritual religioso lo seguía con frialdad y la madre le increpaba al respecto.

Su sentido de convivencia en pareja se aclara cada vez más, no se presentaba posible lograrlo como lo había concebido idealmente: -yo quería que entre marido y mujer todo estuviera en común-. A muchos nos cuesta pasar por lo mismo. Yo, lo viví en carne propia, ya que mi marido que tenía una vida personal ya muy estructurada como lector y escritor al llegar a la casa compartida, pidió en el entorno casero del matrimonio un espacio personal. En primera instancia yo puse el grito en el cielo. Luego, di gracias a Dios que tuve la claridad necesaria, misma que llegó con los días de convivencia y quise yo también tener un espacio solo mío, y así, nuestros libros generales se compartieron, y las lecturas particulares ocuparon un lugar tan especial en nuestras personas que cada quien tenía (y tenemos hasta el día de hoy) un librero intocable. Importantísimos recintos únicos.

 Estaba en esos tiempos, comenzando a conocer la obra de Virginia Woolf y su libro titulado -Una Habitación Propia- me vino como anillo al dedo. La vida de pareja no se puede dar en armonía si no se tienen espacios personales bien dispuestos.

Las parejas no se unen para mimetizarse, tan solo se comparte por un tiempo, y luego, viene ese elegir que a muchos nos toca llevar con los hijos adultos de una manera muy agradable. Nuestra hija mayor vive en casa hasta hoy día, (vivió 10 (diez) años sola en Cancún) su regreso nos ayudó, y nos ayuda a respetar los ámbitos y así compartir con ella los tiempos dispuestos. Nuestro hijo menor vive cerca de casa con su esposa e hijos, y también con los tiempos selectivos para una convivencia grata y cordial.

Los adultos del entorno parisino de Simone, creían (respecto a las parejas que se formaban para la vida matrimonial) que no era necesario considerar las preferencias compartidas o por compartir, y ni considerar las preferencias no compartidas, estas eran más bien para los varones. Las mujeres solo se dedicaban a labores a las que se les disponía con cierta inercia y naturalidad en esos tiempos. Se decía que el flechazo sentimental lo era todo y era una realidad ineludible, las parejas se flechaban de pronto y solo eso bastaría para una vida armónica segura. ¿Mundos ideales?, totalmente. Todo esto era tan incierto, que Simone trataba de observarlo como se daba en la realidad, asunto que no encontraba claramente entre nadie que le rodeara. Sabía que eso no le terminaba de cuadrar.

Decían: -en el minuto en que los novios pronuncian ante el sacerdote el Si que los une, la gracia baja sobre ellos y se aman-. ¡Cuánto idealismo! Señor del Universo. Dios de todos los humanos. ¿A quién se le ocurre que las cosas sean así? como llenas de magia. Creo que el romanticismo nos ha ocupado a todos por un buen rato en la vida, el alma y el pensamiento, mas de eso a que la vida se de en una perfección divina… habremos de saber que la vida nunca funciona así. Con estos pensamientos es cuando el diablo: muere de la risa detrás de la puerta.

Es en verdad increíble cómo ha evolucionado el pensamiento con el paso   de las eras, de las generaciones. Como es posible creer que se puedan consolidar relaciones humanas tan solo por pensar que así será naturalmente ¿No podemos comprender lo diversos que somos y más aún cuando vamos a vivir la vida con una persona que ha sido parte de otros modos? aunque se tengan las mismas miras y principios, a la hora de unirnos en matrimonio miles son las cosas que hay que pulir y transformar, reajustar y no solo de la persona sino de los modos de ser y hacer.

Simone, se hace una pregunta muy interesante:  - ¿De dónde salía mi concupiscencia? -.

Se lo va a contestar conforme su mente se asiente en las ideas propias, que guiaron su existencia. Y veamos que no es algo fácil, porque el significado de tan rebuscado termino no es sencillo tampoco, según nos dice la Academia: -En la moral católica, deseo de bienes terrenos y en especial apetito desordenado de placeres deshonestos-. Lo sabemos claramente, el desorden es una puerta directa a que el diablo haga en los caminos sus fechorías, y si regalamos lo que necesitamos, (no solo en lo material, también en actitudes) pues resulta peor esa carcajada del demonio. Es por eso, que no hay que ir por ahí confiando en todo mundo, habremos de saber en qué personas podremos poner nuestra confianza y sapiencia, misma que todos tenemos y nunca debemos desperdigar por ahí con personas que no la saben apreciar, no la podemos entregar si queremos estar en esa paz que tanto hemos mencionado.

Simone, muy joven empieza a leer filosofía. Se daba cuenta como esta ciencia bien entendida nos conduce a las esencias que darán base fiel al pensamiento, no hay necesidad de erudición, solo saber lo que sí es parte de la verdad en la que creemos.

En el año 2008 escribí el cuaderno numero 74 (setenta y cuatro).

Claramente había venido especulando en los asuntos de asentar la felicidad con buen sentido. Me preguntaba una y otra vez ¿qué es eso?, como se comía ese asunto, para no divagar. Así es como, entre los textos que iba leyendo lo que más me convenció es la premisa de saber: podemos hacer de la felicidad, Un habito. No hay habito que valga si no se lleva una vida ordenada. Había comenzado más en forma a preguntarme del significado de la consciencia que es diferente al de conciencia.

Ir dándonos cuenta de que los caminos son tan personales como una huella digital, la vida nos sonríe mucho más. Notaba como muchas mujeres de mi generación y yo misma, íbamos percibiendo que la vida de pareja se construye y no se imita de nada ni nadie, nuestras madres tuvieron su momento, era claro que el nuestro era ya de otros giros, modalidades y entendimientos.

El convivir, ese compartir y como se maneja la buena voluntad, es básico.

Cada que queremos comprender en donde está la presencia de Dios, va quedando claro que es un asunto que se aclara de una forma personal. Por estas fechas un pensamiento escribí: -Dios está presente en el humor que nos permitimos, hay una buena relación con la divinidad si en el fuero interno se siente la armonía, exactamente como la percibimos que la viven los niños-.

En estos tiempos me di a la tarea de encontrar el espacio para armar rompecabezas de muchísimas piezas, iba eligiéndolos y armándolos con una enorme satisfacción. Luego los llevaba a poner en un formato de poster para donar al bazar De La Buena Voluntad, las ventas ahí son con un propósito, se dan buenos precios para que esos fondos sirvan de ayuda a enfermos necesitados y sus familias.

Escribí algunos textos sobre tenis (todos localizados en mi blog personal, majocreativa.blogspot.com) y disfrutaba dándome cuenta cuánto he gozado de este deporte, no solo en las épocas en que lo practiqué, sino luego como buena aficionada y observante de cuanto se puede aprender del mismo.

Por estas épocas revisadas, doy fe que el ser que me ayudaría a comprender como plasmar algunas obras plásticas en acrílico, llegó a mi vida: El Arq. Miguel A. Reyes. Este arquitecto fue un buen dibujante de la técnica de grafito, no solo impartía buenísimas clases de dibujo en la escuela de Arquitectura local, sino que a unas amigas y a mi nos instruyó en el manejo de los acrílicos. Fue así que transformé mis percepciones de la temporalidad, en cuadros. Encontré en él a un buen amigo, que luego partió muy rápido de este mundo.

Cuidaba mucho no caer en los aspectos de la bisutería de la vida. Estos ámbitos se perciben de pronto y nos hacen sentir falazmente que estamos en mucha más ligereza que la realidad impone y se hacen presentes cuando en el centro del pecho nos habita un sentimiento de algo así como que: no vamos a ninguna parte. Creo que todos lo hemos sentido, a veces con acciones que pueden parecer muy determinantes y brillantes pero que de pronto se oxidan.  Nos alejan de la centralidad de vida. 

Uno mismo puede darse cuenta cuando la vida se escurre como si se fugase. Hoy día me queda claro que nada se va a otra parte más que a fortalecernos, porque el aprendizaje siempre brinda sus dádivas tarde o temprano.

(Continuará).

 

 

 

 

 

 

 

 

miércoles, 4 de diciembre de 2024

 

Escribir, leer, ser. (6)

                                                                      Mudarse de casa, de ciudad o de país.

Cada quien tiene profundidades insondables. ¿Habrase de comprender por todos, el sentido trastocado de las vidas y sus porqués? MJ

                                                          

                                                       Es bueno poner atención en algunos porqués.  No en todos. Estar sondeando de más en las vidas ajenas jamás ha sido un buen camino, trastoca la interioridad de quien busca lo que no le corresponde saber. Asumir que cada uno de nosotros tendríamos que preguntarnos y decidir los cuestionamientos de índole personal, es elegir para no poner demasiada pimienta. Algunas veces hay que tener cuidado de que nuestra vida no resulte muy picante, y vayamos a estornudar de más. Sin embargo, es necesario salvaguardar lo que nos concierne y más que nada, el cómo se atiende y entiende.

 Nadie puede negar que, en las líneas de ascendencia social, ha habido migración. El haber sido parte de movimientos sociales de cambios en la vida personal, es innegable. Eso de creer que estamos en donde estamos porque ahí se nos inició la vida, es falaz. Todos hemos sido parte de algún tipo de movilidad.

En el caso de Simone de Beauvoir, tuvo mucho dolor, cuando por asuntos de la guerra, sus padres se ven en la necesidad de mudarse de casa. Las niñas pasaron a tener mucho menos espacio para sí mismas, y la necesidad de un momento de reflexión en soledad se fue haciendo cada vez más difícil.

Ella habla de que no tenían la calefacción necesaria para el invierno y que los espacios reducidos le agobiaban.

-No había rincón que fuera mío-. Dice a la letra, Simone.

-Aprendí a hacer mis deberes, a estudiar mis lecciones, entre el bullicio de las voces-

Sabemos que es muy necesario un espacio personal. La misma Virginia Woolf tituló uno de sus textos más emblemáticos: -Una habitación propia-.

La burguesía por definición, ha dado preponderancia al simulacro y más aún a aparentar vidas como perfectas, y sabemos que eso no existe. Si la vida interna de casa se trastoca pareciera que nada se puede decir, nada de comentar, no se vayan a enterar las personas equivocadas. Así nos damos cuenta que a veces temas que se deben tocar y aclarar de inmediato para zanjar malos entendidos o crear malos momentos, se quedan velados haciendo mucho daño a las familias. Por Gracia de Dios hoy día existen los consultorios profesionales que dan pie a que la gente se ordene la mente. Callar, si la vida misma no apela a la dignificación de los miembros de casa, no es la mejor manera de evolucionar, si es menester tener ayuda, hay que pedirla. Tengo una muy buena amiga que ha pasado por momentos de depresión profunda, ahora, siempre le percibo muy entera, le aprecio mucho y hasta ha llegado a decirme que cuente con ella cuando sepa de alguien que necesite hablar de esos temas, ella está dispuesta, su experiencia puede ayudar a muchos.

Hay que comenzar desde los críos, enseñarles a ponerse en contacto con sus sentimientos, hablar de esos asuntos mentales en un afán de ordenar y saber cómo despejar lo que hay que sacar. Los niños de hoy ya son harina de otros costales y eso es porque los mismos padres jóvenes les dan las herramientas. Se lee, mi nieto de 6 (seis) años adora su rincón de los libros de cuentos y ni se diga cuando uno le lee, tiene una libreta especial donde escribe diversos pensares y se nota como lo disfruta mucho.

La elección de la escuela es otro tema muy singular. Cuando hay que elegir no se piensa más que en esos lares exista gente con quienes se va a codear el niño, mucho más que apelar a su formación. Parece mucho más importante junto a quien se está, que el nivel académico que se brinda.

Esto del cuarto propio, es asunto de serias reflexiones. No se trata en estos tiempos de tener solamente un espacio físico que pudiera considerarse personal en la casa en donde se habita con los padres, o más tarde con la pareja o la vida en soltería, es más bien poder disponer de eso y más, un asunto de vida personal interior.

Es decir, ese respirar por los propios medios, ese pensar con los aciertos de saber que uno puede tener pensamientos personales. Finanzas sanas.

 Hay un tiempo en la vida que es menester y más importante escuchar los silencios, en un espacio propio.

Esta segunda parte que reviso de los textos de las memorias de Simone, es una afirmación dentro de una vida que se despliega. Ella, deja amistades, trata de buscar en otros seres respuestas más afines, se abre más caminos. Encuentra su nicho más realista.

Los niños por naturaleza pueden presentar docilidad, mas nunca se debe abusar de ésta. Los niños en ese su ser dependiente (antes de la adolescencia) pueden dar muestras de reafirmaciones muy validas, que hay que saber observar y preservar.

Los negocios del padre iban de mal en peor, nos comenta Simone. Ella se empieza a sentir mucho más vulnerable. La madre, perdía en muchos momentos esa ecuánime aceptación de su papel abnegado y de pronto estallaba.

¿Es normal estallar de ira, en todo ser humano? O será que ¿Hay cosas enconadas que de pronto como si fuera una explosión salen a la luz, sin mayor afectación?

Simone jamás pierde su búsqueda de verdad y vida moral. No importaba qué estudiase, ella sabía que su ética era muy clara.

Ese descubrir que los padres no son ni por asomo perfectos, nos hace mucho más humanos y nos lleva a tomar más las riendas que nos corresponde, nunca temer a los aspectos vulnerables, son los que nos hacen evolucionar.

Los reveces, los temores salen a flote. Simone no fue ajena a éstos, se le presentaban momentos como si fueran espejismos y aun con los caminos planeados, pueden surgir mil atorones como todo mundo sabemos.

-La mayoría de los chicos que yo conocía me parecían sin gracia-. Comenta.

El colegio de toda la vida le deja de parecer el mejor lugar y se da cuenta que muchos cursos y muchos caminos de conocimiento le esperan más allá. Llegará a la Sorbona y se adaptará de a poco.

Distingue dos tipos de emoción:

Una es la forjada y otra es la sincera. La persona se va haciendo más cauta y dice: -Para entrar en el secreto de las cosas, primeramente, hay que darse a ellas-.

Aun creyendo en una igualdad abstracta compartida por todo el género humano, se percata de acciones discriminatorias al por mayor, esas acciones antihumanas que uno no se puede explicar más que por ignorancia de lo que somos.

-No me chocaba demasiado que el mérito estuviera legado al azar de un nacimiento, puesto que la voluntad de Dios decidía la suerte de cada uno-.

¿Se cuestionaba en qué consistía esa voluntad Divina? ¿Esa en la creyó a pie juntillas y se daba cuenta que estaba aprisionada en unas ideas que parecían inamovibles? Sí, sí que se la cuestionaba, porque quien no se la pregunta, jamás la logra completa. Los caminos de Dios se labran, no solo son producto de una gracia cerrada y otorgada de nacimiento. Tampoco tan solo de religión. ¿Qué es el camino de Dios?

Si uno lo piensa así, es tan solo estar en el flujo correcto, creativo, propositivo y constructivo.

Mas, hay que tener cuidado, si a un crio se le abruma en demasía con ideas preconcebidas, pueden venir bloqueos en el pensar y nunca aprender a pensar por sí mismo.

Esta semana actual, por recomendaciones de mi hijo adquirí el libro -El Hobbit-. De Tolkien. Lo busqué exprofeso para la edad del niño que será el escucha (porque, aunque ya lee, este gran libro será leído por un adulto, que creo que seré yo misma).

Saber, que leyendo enseñamos a leer. Que haciendo enseñamos a ser.

Me ha gustado mucho escuchar que ya en la escuela de los peques, se pone un día de lectura con y por los adultos de la familia, un rato de lectura compartida, tal vez por los abuelos, tíos o los mismos padres.

Leer, es parte de la vida que se transforma desde las infancias, porque nunca volvemos a ser los mismos después de poner atención a alguna lectura en especial.

Entrada la juventud de Simone, ya podía estar con más confianza en las bibliotecas cercanas a su entorno. Iba más dedicada y más consciente de que los cambios ella misma habría de proveerlos y esas verdades habrían de ser discutidas con seres pensantes.

Y dice: -Inauguré mi nueva existencia subiendo la escalera de la Biblioteca Sainte-Genevieve. Me senté en el sector reservado a las lectoras ante una gran mesa cubierta de lustrina negra y me hundí en -La Comedia Humana- de Honoré de Balzac. También tome entre mis manos el texto titulado: -Memorias de un hombre de calidad-. ¡Qué títulos!

He ahí, una de las condiciones más sutiles que pudiendo confundir a los espíritus jóvenes, se convierten en impulsos de vida. En lo personal creo a pie juntillas en muchísimos jóvenes que no solo se adaptan a su tiempo, sino proponen con claridad, toman los roles de educar, y no solo ayudan a sus parejas cuando llegan los hijos, sino comparten deberes y gustos por sacar adelante a su familia.

                                                                              En las salas de lectura del Paris del siglo pasado, se vivió la presencia de seres trastocados, muchos vagabundos se refugiaban en los recintos en busca de cobijo y paz, un rincón para mordisquear un pan duro.

Dice: -Había uno que iba y venía, tocado por un sombrero de papel-.

No es rara la indigencia en cualquier época. Es una condición humana que es producto en parte del devenir social y mucho del abandono en la formación del ser humano, a veces las mentes se enferman y hay que reconducir las conductas. Me asombra sobremanera que en pleno siglo XXI sigamos con esas personas por las ciudades y nada se pueda hacer. Hasta me han dicho que es tal el negocio (cuando se dan gentes de buena de voluntad y donan bienes) que las donaciones son robadas por los administradores corruptos, y en esos lugares en donde esas personas desvalidas podrían encontrar la paz, eso no les llega. Los humanos si somos los lobos del hombre, así es como dijo el filósofo inglés Thomas Hobbes en su obra -Leviatán- (1651).

Hoy día, podemos observar en nuestras ciudades, a ancianos caminando entre las masas de automóviles, para obtener unas cuantas monedas. Se dice en términos generales que nada se puede hacer por ellos, se dice que creen que ese actuar está relacionado con su libertad, no aceptan ir a ningún albergue. No lo creo.

¿Qué todos los adultos en condición de calle se reúsen si se les trata con toda dignidad?, es difícil de creer. Si se les ayuda a comprender y a hacer de sus últimos años algo llevadero, ¿Cómo es que se rehúsan?

Y, Simone continua el discurso en los textos de su vida personal, y nos dice: -si hubiera seguido siendo una ignorante como lo habían deseado mis padres, el choque hubiera sido brutal: -Una tarde mi madre se sentó frente a mí, vaciló, se ruborizó, y dijo: -hay ciertas cosas que tienes que saber-. Y yo dije: -Ya las sé-. Ella, más bien quería sondear la lejanía de la mente de Simone de todo lo establecido en casa, más que nada el terror de que la base de los principios religiosos otorgados en la infancia, estuviese siendo trastocada.

Poco a poco las mismas circunstancias de lo vivido, ponen las cosas en su lugar. Esos temores de irrupciones de ideas nuevas casi siempre son acomodos nada más, luego se transforman y la esencia de cada ser se recompone con lo que recibió de fondo y con lo que ha aprendido luego. Todo se amalgama.

Simone, sí que se llegó a sentir oprimida en la casa paterna, y sabía que tendría ella misma que seguir en el camino que la vida le iba abriendo. En su medio social, estudiar era sinónimo de decaer, mucho más en cuanto se relacionaba esta actividad con las féminas. (Continuará).