miércoles, 9 de abril de 2025

 

Día a día, es el reto. (4)

 

                                        Cada día, es como una sencilla pieza de rompecabezas, no contiene la imagen completa, si logramos ver, lleva una buena parte de ella. MJ

 

                                          De niña, no armé tantos rompecabezas. No fue hasta la adultez que volví a tener gatos a mi alrededor y me animé hacer puzles de felinos. Los recuerdos de algunos momentos disfrutados en la infancia de los hijos, me despertó la inquietud, e hice algunos de muchas piezas. De pronto los empecé a tener como el hobbie de los domingos por la mañana mientras escuchaba música. ¡Qué divertido es hacer esos acomodos de tantas piezas y de una a la vez!  Y es así que se arma el todo. Por ratos, solía imaginar cómo quedaría, pensando que no sería tal cual como viene la imagen en la portada de la caja. Hoy día me queda claro que así mismo es la vida, aunque sí es bueno imaginarla y hasta programarla, es también muy divertida la parte de descubrir la pieza clave que conforma la totalidad.

Visualizamos con mucha más claridad lo que ya se armó, también nos encanta pensar en la totalidad que tenemos de frente, ese reto que nos motiva, como si en verdad nosotros fuéramos los únicos artífices. Creemos que, porque ya se logró una parte del hacer, el ser puede fluir solo porque sí. Dar con lo que falta nos reta y a veces hasta nos inquieta. Lo que tenemos entre manos es la pieza del día. Al armar un rompecabezas lo último que necesitamos es apuro, la vida misma tampoco debería apurarse, ya sabemos por dónde va, aunque a veces nos guste la incógnita. Se tiene más o menos claro cuales si encajan, tanto las piezas como las acciones, visualizar la esencia que nos define.  La mayoría de las piezas de vida, llegan bien señaladas por los colores de la imagen total, verlas claras es tarea serena y llevadera, cuando aparecen los tonos, es la cautela la que da las pautas. Es así que separar lo que hay que separar y llevar compases de espera, es lo sabio.

 Amo los comienzos, empezar algo. Tiendo a bajar los ritmos de entusiasmo cuando hay que concluir, eso lo he aprendido del tenis ya que cuando llega ese momento de cerrar el partido, la dinámica cambia, las cosas se ponen más emotivas. Cuando nos conocemos mejor a nosotros mismos sabemos cuáles son nuestras debilidades y es ahí donde hay que reforzar. En los rompecabezas la clave son los colores. Tomar los diferentes tonos. Una vez que se tiene claro el colorido, iremos por el encuadre.  Si no tenemos ese contorno vital y que da inicio ¿Cómo vamos a armar piezas así nada mas? Es así que las piezas de la periferia son determinantes. En la vida misma son las partes de la familia que nos ha precedido lo que nos da ese asiento redondo y a la vez indefinido porque no es fácil saber quiénes fueron esos que vinieron antes. Cuando veo como a mi marido le puede fascinar todo lo genealógico de sus antepasados, me queda claro. En lo personal no era tan afín a esas búsquedas y me fui dando cuenta que es bueno saber de algunos de esos seres que nos han precedido. Estudié arqueología y aprendí del valor de las partes estratigráficas de la tierra, y me fue quedando claro que esas estratigrafías también la hay en las familias. Tampoco soy extremista, pero saber quiénes fuimos en la persona de nuestros ancestros, es genial. En lo personal me bastaba estudiar todo lo que la Antropología propone: Somos seres participes de la especie que nos define, y determinados por la cultura desde el más lejano inicio, con eso me era suficiente. Tampoco en mis padres encontré mucho interés concretamente en las personas de sus ascendencias, por lo que con las fotos de familia habidas que mi madre dejó, organicé un álbum que me ha hecho muy feliz y me encanta compartir con los primos. Varias primas me lo han pedido para darse esa zambullida en el pasado. Tuvimos abuelos prolíficos por parte de mi madre y por parte de padre fueron menos. Mi padre hizo las acuarelas de los rostros de mis abuelos, sus padres. Los descendientes de mis abuelos maternos hoy día están catalogados por un primo hermano que con diligencia se ha ocupado de averiguar cuantos somos, quienes somos y en donde estamos. Sin importar tanto cuantos, lo que más me gusta es saber que ahí mismo estamos en esa red parental.

Así que esa parte que sostiene al rompecabezas es básica. Luego los colores nos hablaran de lo que se arma en cada espacio, hasta obtener completa la imagen. Cada familia tiene sus propios coloridos, sin duda alguna.

Un rompecabezas en cada una de las piezas que lo forma contiene una representatividad importante, no existiría completo sin esa pequeña porción. Ese pequeño pedacito cuenta y cuenta mucho.

 En una ocasión un perrito que teníamos muy ocurrente, se mastico unas tres piezas del rompecabezas en turno… y me dio en verdad el patatús ¿Tanto trabajo para encontrar al final del armado un espacio vació? No, no queremos espacios vacíos, queremos toda la imagen.

Comenzamos la vida con una sola pieza y se vuelve un reto la complejidad mientras sepamos que vamos hacia donde hemos elegido. A veces las piezas necesarias no aparecen y nos desesperamos dejando para otro día asuntos que sabemos tan solo necesitan de saber valorar los momentos y los tiempos.

Pues si la vida pudiera verse como ese armarnos con piezas únicas y que representan cada día vivido, estaríamos más tranquilos de saber ¡Que las tenemos todas! Y que solo es cuestión de paciencia el irlas colocando. Piezas que parecen afines y nada que ver, esperan o se van. Piezas que de pronto son parte de otras áreas mientras nosotros a veces las queremos encajar, en donde no corresponden. Piezas y mas piezas que en la vida podremos definir en su unidad ¡como el día a día!

 No dejar que por descuido estemos revolviendo piezas que han de esperar. De ahí nacen las preocupaciones, de ese estar mirando en donde aún no nos toca ver.

Trabajar lo que nos toca del día. En lo personal había venido descuidando la parte del fortalecimiento espiritual dentro de mi propia religión. Y no es que lo abandonara, sino me fui por caminos diversos. Había escrito en los textos de vida diaria las decepciones tremendas de quienes manejan la iglesia católica y hubo momentos en los que ya no quería saber nada de esa parte. He mencionado aquí mismo cuanto aprendí de los cristianos, que hasta me quise ir por ese rumbo, y con buen sentido común me di cuenta de que ese no era exactamente para mí. Dejé que la vida me mostrase, como cuando una parte del rompecabezas que armamos toma un compás de espera y que solo con el descanso mental. la presencia de Dios y el Espíritu Santo dan la claridad. Aunque los conceptos religiosos sean a veces complejos, es tan solo saber que tienen un sentido especial que puede colocarse en el mueblaje mental. En la mente que se amuebla hay que dejar que manifieste todo, aprendemos que el acomodo la vida misma lo va dando. Cada día puede agregar y transformar una parte importante.

Así, podre compartir algunos conceptos que encontré en este camino. Aparecen de mi puño y letra y me vuelvo a sorprender: Después de ir muchas veces a escuchar el aprendizaje cristiano me quedó claro: -La relación con Dios es personal, se manifiesta en lo grupal-.

Nunca perdí la esperanza de saber que poco a poco esas ideas que de pronto nos decepcionan van a volver mucho más fuertes y darnos la certeza que necesitamos.

En el cristianismo como doctrina, la Biblia se lee con mucha más atención y buscando la vivencia, son certeras interpretaciones valiosísimas, aunque a veces se hacen con libertades que no corresponden a lo que da asiento al catolicismo, no es que estén mal, son tan solo diferentes. Me gustaron esas libertades, las escuché. Observar nuevas formas y visualizar un Dios más cercano hace mucho bien, aunque no eran del todo afines a la base de la religión en la que nací.

Me hice de la Biblia Reina Valera porque me encantó que las palabras de Jesús mismo, las han puesto en color rojo, es mucho más fácil que la Biblia que yo había manejado: La de Jerusalén. Más, no todo se trata de facilidades, sino de verdades.

Es totalmente cierto que: -La alegría de Dios nada tiene que ver con lo religioso, es más bien un sentimiento al que uno puede acceder-. ¡Bellísimo!, pero no todo lo que relumbra es oro. ¿De qué nos sirve estar alegres en Dios, por Dios y con Dios si no tenemos las esencias y las fuentes de procedencia bien claros?  tener bien organizada la cabeza con los conceptos verdaderos. Sé y me queda claro que hay de verdades a verdades, mas hay que definir las de la religión que profesamos. Entonces, he ahí el detalle, no es solo lo emotivo, porque la vida no es así, si nuestro Dios personal no está fuerte, cuando llega la adversidad natural y humana los conceptos que en verdad dan paz, no aparecen.

Es un hecho que tener buenas actitudes no procede solamente del ritual que podamos practicar, mas ese ritual puede fortalecerlas, si estamos atentos.

 Cuando yo deje de asistir a la iglesia católica era entre otras cosas, porque me molestaba la actitud del párroco, a todos les observaba con un tanto de molestia que desahogaban en la feligresía, había regaños, había objeciones diciendo que no había la atención necesaria y cosas así. Me toco una vez un regaño a unos novios en el sentido de hacerles ver que no era un juego el sacramento que recibían. Eso me molestó. Hoy día me queda claro que es parte de la vida que se quiere armar con fortalezas, el argumentar el comportamiento. En los recintos religiosos a los que asistimos habrá que acatar con mas humildad lo que se proclama. El domingo pasado, que el padre de nuestro templo se disculpó antes de regañar… me pareció una buena actitud y comprendí el regaño: -Por favor, nos dijo, si quieres ser parte de este ritual y enriquecer tu alma una vez aquí, hay que escuchar el mensaje completo ¡No llegues tarde! De entrada, en otro momento ese argumento me hubiera chocado.

¿Quién es el párroco para decir si se llega tarde o no a la misa? Ya me lo había recordado mi hijo: -Es el que tiene la autoridad en el recinto-. No es cualquier recinto el de una capilla, iglesia o catedral.

Ahora que estamos en la época de Cuaresma es bueno abrirnos un poco más. Comprender la Resurrección sin arrogancias y mucho menos servilismos. Ser claros, nos están hablando de algo que es difícil de entender por su relevancia.

El ser que resucita, no lo grita a los cuatro vientos, solo actúa diferente. Desde el anonimato es maravilloso compartir con los cercanos esa felicidad de que se nos otorgue… ¡volver a ser! Setenta veces siete, si así fuere necesario.

Con el día a día bien vivido es mucho más limpia la certeza. Comprendo perfecto a quienes no van al ritual, yo personalmente he vuelto, primeramente, porque me gusta cantar, ¡Bendito canto! Me ha hecho estar más atenta. El sacerdote hace su tarea para cada uno de nosotros. No habla a los cuatro vientos, nos habla a cada quien.

Esa salvación tan mentada por la iglesia católica no es un asunto de cuando nos llegue la muerte, nos estamos salvando en el día a día.  Antiguamente se veneraba con actitudes un tanto exageradas al sacerdote, tampoco eso era equilibrado. En lo personal y muy joven, en mi cama con hepatitis tuve que besar un anillo arzobispal. Fue algo fuerte para mí, de momento me chocó la insistencia de mi madre. Hoy la comprendo. Eran formas instituidas con las que crecieron algunos seres de familias muy cercanas a la iglesia.

La majestad de Dios es para todos. Se incuba en nuestro ser del día con día y abriendo la mente a las enseñanzas. La base de la religión en cuanto la explica Santo Tomás de Aquino nos dice: -no hay discrepancia entre filosofía y razón-. No es tan solo filosofar, ni tampoco aferrarse a la razón. Es un complemento entre ambos sentidos.

Santo Tomás de Aquino, es según se le ha catalogado por los máximos teólogos católicos como: -el más santo de los sabios y el más sabio de los santos-. Leer, La -Suma Teológica- su obra máxima y más accesible al gran público, habría de ser parte de todo católico. Este dominico italiano, nacido en familia aristócrata, fue un iluminado. Nos deja claro que los grupos religiosos que solo están en la filosofía y no toman en cuenta la razón, pueden caer en fundamentalismos.

La Biblia, no se interpreta al libre pensamiento.  Tampoco es pietismo de corazón, ya que, si nos emocionamos de más, también nos distraemos de lo central. Crecer, es comprender el conocimiento. Leer, sin extremismos.

Entre los cristianos escuche la mejor definición de fe: -Certidumbre de lo que no se puede ver-. Nada fácil de comprender a la primera. Todos deseamos ver, y ver con claridad. ¿A qué horas vamos a estar seguros de cosas que no vemos? Y aquí entra un bello concepto que comprendí en cursos de Xtologia católica: Nada debemos dudar cuando comprendemos que estamos contenidos en Dios. Es esa contingencia lo que nos permite realizar la misión que nos corresponde, sin temor. Es ahí mismo a donde volveremos. Nadie se quedará sin volver a la totalidad de donde vino, eso jamás. Sin duda la fe se fortalece en las vivencias de cada día. (Continuará).

 

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