jueves, 10 de julio de 2025

 

Día a día, es el reto. (17)

                                         No existen las coincidencias. Todo ocurre por una razón y con un sentido más profundo.

Brian Weiss.

 

                                                                   Aunque a veces percibamos los eventos y creamos que se dan un tanto desligados, todos están concatenados en una redondez. Ésta, no se forma de igual manera en cada persona es particular. Llevan ritmos vitales los eventos humanos y la argamasa principal que une, es el lenguaje. Esto quiere decir que cada momento es integro y total. Al juntarlos, iremos dando las formas al todo, sean circulares o no, la redondez se refiere a la integración total.

Lleva nuestra existencia ritmos tan personales, como los que podremos observar en un mandala, lo redondo forma parte de cada punto estratégico, aun con partes diferenciadas. Aunque la figura no siempre se conciba circular, lo es.

Percibirlo así, da estructura mental asertiva.

                                                        Aquí mismo veremos la libreta # 83. Año 2010.

La libreta para esta etapa la elegí con un diseño floral en las portadas exteriores. Éstas, aparecían en las búsquedas por las papelerías y tenían una razón en ese momento especifico, fueran por el diseño o los colores. Siempre me han encantado las flores, en particular tengo debilidad por las vicarias y con el tiempo han estado más cercanas, creo que las relaciono con mi abuela paterna ya que las tenía al borde de la pequeña terraza de su casa de playa. Esas imágenes que guardamos tan nítidas, así como los olores… son exactamente como le ocurrió a Proust y la madalena remojada en el té: basta un segundo y aparecen los recuerdos. Ahí en la mente profunda y con la madre de mi padre me caló el olor del mar. Yo creo que ahí las flores se daban sin mayores problemas de cuidados, natura fuerte y a la vez sutil, también toxica.  Cuando veo hoy día mi piel cundida de pecas, me pregunto ¿a qué hora se gestaron? ¿genética familiar diríamos?, o será que en esos días de sol y playa a nadie le preocupaba las cantidades de manchas que pudieran estarse gestando.

Según dicen los dermatólogos, las manchas en natura son protección.  

Al no utilizar tan a conciencia los bloqueadores solares en ido tempore, y jugando por horas en los arenales, todo se explica. La protección venia de dentro.

Solo nos ponían una capa de toalla, (así se le decía), era un saco con apertura delantera sin mangas, hasta las rodillas.

 La salida de playa (como también se les decía) en mi caso tenía unas bolsitas laterales que vivían llenas de arena, desde entonces los moluscos bivalvos o pelecípodos me encantaban y cautivaban.  La tesis de licenciatura que escribí más adelante para cerrar mis estudios arqueológicos, fue un estudio de los moluscos que se encontraron en el sitio maya San Gervasio, Isla de Cozumel.

Trataba de ver en estos años la vida más ágil y certera.

Traía algunos malestares físicos, el talón de Aquiles conmigo ha sido el sistema digestivo y me cuidaba como mejor podía. Ni idea tenía entonces, del desenlace cuatro años más tarde de mi salud.  Cuando se habla del ser humano, siempre hemos escuchado decir, que es la única especie bendecida porque se puede ver a sí misma. Tener conciencia de nuestro ser, nos distingue, virtud del homo sapiens sapiens. Darnos cuenta de que es lo que somos, obviamente con las limitantes del caso. Lo bueno es que el aprendizaje de nuestra especie aún está en boga y no a todos llega por igual, saber con constancia en donde estamos parados y que es lo que vamos a vivir, no se devela claramente. Tampoco las certezas son tan profundamente claras, y eso nos evita muchas preocupaciones.

Tengo un interés especial en los Neandertales. Ellos fueron otra especie de humanos de los que no todo se sabe aún, están los paleontólogos en averiguaciones constantes. De lo que se ha descubierto en España en el yacimiento de Atapuerca, hay algo interesantísimo: el cráneo mejor cuidado y entero es prácticamente igual al de nosotros los sapiens, tienen todo para haber desarrollado un lenguaje articulado, completo. Estaré hablando de esto más adelante.

En aquellos días leí el libro: -Muchas vidas, muchos maestros-. Del autor: Brian Weiss. Un oportuno regalo recibido exactamente a tiempo.

 Leerlo, fue ante todo tener todos los sentidos bien abiertos para poder captar tanto lo que propone, como lo que uno tiene que digerir. Es un libro que no se puede leer en cualquier etapa de la vida, porque habremos de saber de antemano que habla de cosas en las que no todos estamos seguros de creer, por lo que hay que tener las creencias personales en una mano y la otra mano tenerla atada al oído mental.   

Lo que creo, es que, sí que es muy bueno leer hasta lo más novedoso o difícil que nos propone la vida, y tratar, de digerir ideas que aun pareciendo difíciles son producto de investigaciones de algunos de nuestros congéneres más capacitados. Hoy día, se ha avanzado mucho en el conocimiento de cómo se dan los procesos del lenguaje que, aun discrepando, cada ser humano y mucho mas los investigadores serios, merecen todo nuestro respeto. Lo que se comparte y divulga nos hace crecer.

 Tanto cuanto aprendamos a ser respetuosos del pensamiento de todos, de otros, más abierta estará la conciencia general y estoy segura que eso hace mucha falta para las renovaciones más urgentes de nuestra especie.

El asunto de que el alma humana vuelva a la tierra después de morir, cuando no ha terminados de cerrar los conocimientos en la vida encarnada, es la centralidad de este libro. Obvio que esto no es fácil de entender y tragar para muchos de nosotros. Asociamos el discurso de este médico con el concepto de reencarnar, yo creo que, si se llega a dar, abarca mucho más profundo que volver a vivir en otro cuerpo físico.

El poder de introspección de nuestro ser, es la clave, nos dice el Dr. Weiss, Mientras nos toca saber si nos quedamos en la siguiente dimensión o si volvemos… algunos seres humanos hoy día, hablan de las experiencias de casi muerte. Esto tiene niveles, pero de que hay casos en que todos los signos vitales se esfuman de una persona y ésta regresa a la vida física ya sea por rehabilitación asistida y a veces por el mismo organismo que reacciona, es un hecho comprobado. Varios médicos y especialistas así lo apuntan.

La mayoría de las personas que han vivido esta experiencia, dicen haber visto un túnel de luz. A quienes han vivido esto, la vida les cambia como voltear un calcetín.

Así sucede también cuando escuchamos y experimentamos cómo el conocimiento nos llega cuando estamos preparados, los maestros se pueden aparecer en cualquier momento de vida, en menos que canta un gallo.

 Se nos voltea la vida de cabeza y de pronto… ¿Quién nos dice que estamos en un nuevo camino de aprendizajes? Nadie. Baste tan solo hablar con quién lo ha experimentado. También sucede que cuando nos interesamos en algún tema, de pronto vemos todo respecto a eso mismo, se nos aparece en conversaciones, libros, revistas y mil maneras tiene la vida para darnos la lección que necesitamos.

En este momento, que tenía yo 55 (cincuenta y cinco años) veía o vislumbraba la entrada a la tercera edad con cierta lejanía y a la vez con bastante claridad. La estilista que me hacia los cortes de pelo me decía que si quería me podía disimular las canas poniéndome tintes mas castaños ¡como franjas…! - ¿Queeee? - le dije un día - ¿Disimular mis canas? - Eso nunca. Me las he ganado a pulso le gusten a quien le gusten, o no le gusten … eso no es mi problema. Mis canas honran a mi propia madre, y ella se acaba de ir de este mundo, ahora soy yo la que llevaré las canas con toda dignidad y gusto. A mi manera-.

Así también con esa actitud leí este libro, entrando a nuevos conocimientos que me encanta explorar. El prefacio nos regala una afirmación muy sana:

-Sé que hay un motivo para todo-, nos dice el autor con claridad. Y continua:  -Tal vez en el momento en que se produce un hecho no contamos con la penetración psicológica ni la previsión necesaria para comprender las razones, pero con tiempo y paciencia saldrán a la luz-. Creo que esto es muy sano realmente, saber que, aunque no todo nos lo podamos explicar de momento, como lo es la misma fe o los milagros del mundo, alguna cosa viviremos para emprender la hazaña de tener nuevos conocimientos.

Las vidas que vivimos los seres humanos nunca llevan un camino recto… mas sí, redondez.

La dialéctica, hace ya tiempo que lo ha explicado hasta el cansancio, para quienes quieren oír. Claramente nos dice que habremos de aceptar los tiempos de sequias. 

Existe, nos dice este autor, -El inconsciente colectivo- del que habló Carl Jung, es decir hay una mente que compartimos todos, sea de índole mas social o más cultural. El lenguaje es clave para estas percepciones compartidas.

Si de pronto, por poner un ejemplo, descubrimos que somos personas desconfiadas… no será que algo habrá en ese ¿gato encerrado? Explorar los porqués de las líneas que de pronto se perciben borrosas.  

Muy claro tenemos ya, que no podemos controlar todo, aunque algunos congéneres así lo desean, por inercias de la vida, más las líneas que forman las circularidades lejos de controlar, en realidad hablan de fluidez. Quienes somos creyentes sabemos que, al respecto, el saber tener como apoyo el -dejar en manos de Dios- las cosas, no es nunca desidia.  Permitirnos la simple idea llena de humildad de que no podemos resolver todo de momento, en todos los tiempos y asimismo dejar descansar la mente (como se hace con un cuadro que se está creando en la pintura o un texto que se redacta) eso es sabio.

Las experiencias de vida que tenemos no siempre se guardan en la mente vívidamente, no siempre son nítidas, mas a veces regresan para comprender mejor.

El propósito de la vida no es evitar la muerte, mas bien es recrear al ser y la vida evolucione. Cuando nos vamos, lo que hemos hecho queda en el mundo. Marca.

Nos dice Weiss: dentro de cada ser humano existe como un diamante enorme de mil facetas, algunas por la personalidad ya vienen pulidas, pero habrá otras que se pulen durante la vida, y esa es la tarea. (paraf.). Sea el camino de la religión o del conocimiento puro y llano, sea el camino de la ciencia ¿Quién lo dispone? la vida misma va dando la amalgama de las aperturas. Se forma la circularidad.

Lo emotivo a veces nos asusta. Creemos que todo se tiene que sentir, mas no es así, ni la misma religión es sentimiento, es más bien creencia aceptada, validada por convencimiento, aunque no todo se comprenda al mismo tiempo.

 ¿Qué sería de nosotros sin la fe?, hablo de fe en la vida, fe en nuestros padres y maestros, fe en las amistades, etc. En Dios, que, aunque no lo podemos ver si lo podemos experimentar.

La vida, ni es blanca ni es negra. Ya es hora de comprender mejor el sentido que juegan todos los colores en nuestra existencia. La redondez.

Creo que he mencionado que mis años medios se vieron afectados por tremendas migrañas. Había momentos que creía que eso no se acabaría. Gracias a mi familia y los médicos que oportunamente me trataron, esto fue llevado a buen puerto y fue superándose.

Buscaba el justo medio de todo. Había escuchado que cuando uno disfruta de más… se le puede tachar de ¿hedonista? y si uno es comedido, también se le puede tachar de apático. ¿en dónde vive la medianía? Es clarísimo que uno mismo la va develando. La buena circularidad no permite regodeos, todo se supera.

Vive en el alma el proyecto de vida. Los tiempos se van dando más bien al paso que es necesario para cada uno de nosotros, hagamos de las etapas asuntos de vida plena. Algunas veces es fuerte lo que se nos pide, a veces demasiado tupido, lo importante es que nada nos agobie.

Pensé en estos tiempos que las enseñanzas de la religión a la que pertenezco me agobiaban y que me habían limitado. No sabía que, de manos de mi propio hijo, más adelante (hoy día), todo eso volvería a mí con muchas más luces y enseñanzas. La humildad es básica para aceptar que en algunas lides no es fácil labrar, tampoco para los sacerdotes los es, la grey ha cuestionado demasiado.  La atención en las homilías ha bajado, ya no se escuchan para hacernos conscientes. (Continuará).

Referencia:

Muchas vidas, muchos maestros.

Brian Weiss.

Ed. Zeta.

 

 

 

 

 

 

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