día es el reto. (18)
Percibir
todos los aspectos vitales, y permitirnos una visualización de la vida integral
y circular. MJ
La visualización completa de la redondez de la vida, de
cada día, está en la mente. Se apoya tanto en los asuntos físicos que son parte
del día y del conocimiento y cuidado del cuerpo humano, (maquina fantástica que
se auto conserva si es necesario) así como en los asuntos más internos y
espirituales. Cada época del mundo y de la evolución social de lo que somos
como grupo, cambia, mas nunca es una radicalidad tal, que no podamos
comprenderla para apuntalar la paz personal.
En los ámbitos físicos los adelantos en las ciencias del
hombre están dando puntos de vista que nos permiten conocernos mejor, los
estudios en genética y física cuántica para comprender los movimientos del
cerebro humano son un área de mucho interés y han ampliado el conocimiento de
lo que es el lenguaje. En los ámbitos del alma humana, cada ser va eligiendo
los derroteros para tener esa formación integral que necesitamos, la vida si
puede ser más plena y con una visión de dimensión universal y no tan solo
localista.
La vida en particular de cada ser solo se compara en
algunos aspectos, porque somos seres únicos e irrepetibles y puede llevar toda
la vida darnos cuenta de las características que como unidad nos dan luz
especial. Sin prisas, porque sí son muchas las cosas que cada día se van
develando y si así nos lo proponemos, cada vez nos acercamos a saber porque
somos los que somos. Saber cuándo se cierra una etapa y cuando se abre la otra,
y no solo por la curiosidad que esto implica y lo entretenido de observar, sino
que es importante porque nos marca en la acción.
Todo esto se va abriendo desde nuestro centro,
exactamente como se colorea un mandala: desde el punto mínimo e inicial, con
centralidad. Hasta llegar a la línea exterior que a la vez es la de cierre, en
la vida humana es hasta el último suspiro. Sabemos claramente (porque es asunto
que nos dicen los especialistas) no hay nada que se quede a la deriva. Todo lo
vivido cuenta.
Lo que va llegando, se asienta como componente de lo que
ya está dado y siempre es diferente. Para que no se nos haga un mazacote
la vida misma, es importante dejar ir lo que ya no aporta, y abrir el camino
para asentar. La línea nueva, el diseño de la etapa que siempre tendremos de
frente a nosotros mismos, es o podría ser más serena si estamos seguros de que
lo pasado ha dado la parte constitutiva de la vida que se nos ha entregado y
que no se nos desvanece en las manos, sino que la vivimos. Exacto como en el mandala, es cerrar las
partes, la vida que vivimos crea las oportunidades para su realización y
nosotros habremos de aprovecharlas aun siendo a veces contradictorias o peor
aun siendo adversas. Nadie se escapa a la adversidad, la vivimos en la realidad
elegida, así como en las interrelaciones con los congéneres. Vemos que de un
punto nace todo y de ahí se deriva el diseño. Unos lo prefieren más lineal, a otros
seres les gusta más lo barroco y así también sucede en el devenir de las
elecciones de como armamos las líneas, las figuras, y ni qué decir de que
colores les añadimos, sea al mandala, sea a la vida misma.
Es muy positivo proponer, mas hay que fijarnos a quienes
les proponemos y que asuntos ponemos en la palestra, porque las personas que no
saben dialogar, toman las cosas de una manera personal y se crean enconos. Ya
lo viví, amigas que no saben el valor de un buen diálogo, tienen fecha de
caducidad en nuestras vidas.
En el año 2010 me dedique a trabajar como mejor podía la
espiritualidad que deseaba me habitase. El Zen me había ya dejado muchas cosas
claras de una metodología para obtener ligereza y agilidad en el pensar, pero
aun de pronto se aparecen aspectos que dan la impresión de vacío… ¿descuidamos algo?
Quería bajar el nivel de mi apetencia a estar dando explicaciones de más, yo sabía
que para mí el lenguaje lo era todo, y, aun así, no lograba depurar ese impacto.
El lenguaje afecta hasta nuestras células.
La amistad con uno mismo a algunos nos cuesta trabajo. Ser
los mejores amigos de nosotros mismos es un proceso que se aprende. Creemos a
veces estar tan desvalidos, que optamos por congéneres que nada que ver con los
intercambios. Interactuar con otros
congéneres y considerarlos amigos y amigas de fondo no es la tarea central, hay
que tener mucho cuidado, porque las personas mal interpretan.
Al cabo, de plano nos damos cuenta que no todo se puede
compartir. Los amigos no siempre lo son. De nada bastan las intenciones en la
amistad si el pensamiento y los valores son diferentes, lo que cuenta para
crecer son las empatías.
Que expectativas… ¡ni que ocho cuartos! Valorar los
momentos y tomar de éstos la mies de la vida. Estar en la vida es responder a
las demandas que se crean y que en su seno traen lo expectante que se hace
realidad. No se camina de la expectativa a la realidad, es más bien de la
realidad a la vivencia concreta.
Es un hecho que cuando ya nuestros dos progenitores han
partido de este mundo, la vida se nos presenta con novedosos caminos a valorar,
cambian los coloridos y no podemos dejar de darnos cuenta que ya vamos llegando
a las líneas divisorias de la vida más centrada. Comenzamos a percibir a los
seres que nos dieron vida de maneras diferentes, en algunos objetos vemos su
presencia y hasta en sueños se nos presentan por momentos.
Tenía yo 55 años de vida, percibía que ya era hora de
dejar descansar algunas dudas más profundas y tener más claros los derroteros
del día a día, que ya tenían unos colores bien elegidos. Las líneas de vida sí
que se van definiendo diferente conforme nos llega la madurez, lo percibimos y
eso es para dar uno de esos respiros de gratitud, haber podido avanzar no ese
poca cosa.
En algunos ámbitos muy vitales me parecía que cada día
las personas querían menos compromisos de forma, de los que habíamos visto eran
parte fundamental de otras épocas, ahora se percibían con cambios drásticos.
Los jóvenes construyen sus vidas con nuevos patrones que
arrastran, motivan y proponen con diferentes puntos de vista. Eso da alegría.
Aprender que en la ayuda de casa las personas que vienen
al trabajo doméstico, tienen una vida personal que hay que respetar y no querer
que se adapten a la nuestra. Al principio, cuando me avisaban que habrían de
faltar quienes nos ayudan, en mucho me parecía falta de responsabilidad. Me
indisponía anímicamente por tener que reordenar el día.
¡Pero qué
tontería!, al fin comprendí: si la dinámica esperada no se logra es por algo, y
habremos de encontrar otras maneras. Hoy me queda claro que como yo viví de
niña en una casa burbuja en donde quienes nos ayudaban vivían con
nosotros, era otro mundo. Eso es cuento del pasado. Ser parte de la vida
doméstica ya es otra dinámica que se recrea. Me asombra cuánto varón adulto
hace en solitario la compra casera de los víveres.
En casa, el
trabajo se reparte y se organiza hoy día muy diferente. porque no podemos dejar
de ver y apreciar que tanto se nos han agilizado las cosas y ayudas dentro del
dinamismo de la casa moderna.
Hoy día, ya nadie quiere planchar la ropa en casa. En lo
personal lo termine comprendiendo y aceptando, si quien nos ayuda en casa ya no va por esas tareas, se plancha la ropa
en las planchadurías.
De esto mismo se trata la redondez vital, de saber cómo
nos organizamos para que todos puedan tener el equilibrio deseado. No es fácil
a veces, el trabajo casero es muy demandante. Hace unos días escuche la
entrevista que hizo Sabina Berman a una Dra. norteamericana respecto a las
líneas de hoy día de personas que prefieren quedarse solteras y vivir su vida en
soltería y soledad. Claramente dijo: es vocación en primera instancia. El
matrimonio uno lo elige o no lo elige, así de sencillo. Las jóvenes tampoco quieren centrarse en lo
que se había propuesto como asunto inevitable del género. Los varones se han visto muy afectados, no se
les ha educado para tomar su propia vida casera por los cuernos, por las
riendas de las acciones más evidentes.
Dice esta misma estudiosa del comportamiento de las parejas,
que hay casos en los que los varones enloquecen, otros se vuelven agresivos y
hay estudios de que los tantos feminicidios en todo el mundo se deben en parte
a corajes enconados y no resueltos con la mente, sino con la visceralidad. La
educación de la emotividad está siendo asignatura pendiente. Ya en todos los
colegios eso se percibe.
Ese justo medio que la misma sociedad ha creado, de
pronto se vio trastocado y parece ser que los homos varones se conduelen de que
las homo mujeres, ¡estén como con el chongo suelto! ¡Mi Dios! En lo personal no
creo que se haya creado conscientemente esta situación, que en algunos casos es
demasiado hostil para las féminas. Es un desequilibrio que también nosotras
mismas podremos ayudar a reconvertir, es el devenir de los tiempos lo que
propone las demandas de los modos de vida que conforman la cultura, ya más
adelante hablaremos de la importancia del lenguaje en la creación cultural. La
vida les cuesta a los varones mucho más cuando hay que vivirla en soledad,
aunque los mas educados hoy día (y ni qué decir de los países nórdicos) están
resolviendo las cosas con mucha inteligencia.
Dándonos cuenta que los roles no definen nada, ninguna feminidad se ve
afectada porque se tenga que hacer una revisión mecánica al automóvil por algún
asunto, ni ninguna masculinidad se ve afectada porque haya que cambiar el pañal
al crío. A quien le inoculan algunas tareas como obligación de vida, entre
otras el solo hacer determinadas cosas y junto con pegado la otra obligación que
asumen los varones de ser proveedores, pues es claro que, si eso se da, es a
voluntad. Cada persona ha de aclararse que
misión ha venido a desempeñar y tomarla para dar esa parte en esta vida
terrenal. La vida que pasamos en la tierra bastante corta, es el reto mayor y más
descuidado. En próximos capítulos de
estos textos estaremos hablando de algunas cosas puntuales de la adaptación
humana, comenzando por los otros humanos que fueron las neandertales. Una
especie humana muy interesante. Existen muchísimos estudios de esta especie
hermana, que para nada es parte de nuestro devenir genético, aunque como
veremos más adelante, sí existe evidencia de cruces de relación con los sapiens,
que reconvierten y ponen más énfasis hoy día, en lo interesante de estos
estudios.
Es verdad que los neandertales tenían (al parecer) todo para sobrevivir,
y se extinguieron. Eso nos pone a tener las barbas en remojo.
Cuando ya peinamos canas, los retos personales jamás han
de cejar en cada uno de nosotros y ni qué decir de dejarse abandonados. Todos
somos capaces de variadas actividades, habremos de apuntar que todo es
motivación.
En lo personal nunca he sido demasiado persistente en mis
acciones de hacer ejercicio físico como tarea, o por querer un físico mejor,
tal vez si quiero mi cuerpo más sano y
eso me ha hecho ejercitarme, mas todo ha sido con el gusto ante todo de realizar
una actividad. Dígase tenis, lo juagué toda mi infancia con mi padre. En la adolescencia me conflictué un poco, mas
no lo dejé, y gran parte de mi juventud y ya entrada la madurez jugué mucho y
lo disfruté más, terminé dejándolo por asuntos médicos, muy a mi pesar. Por ese
momento mis hijos nadaban en forma y yo me avoque a hacer lo mismo, todos
tomamos clases de natación y lo gozamos. Mas adelante me dedique a caminar, por
un tiempo lo hicimos mi esposo y yo, y él se dio cuenta de que eso no le
agradaba porque tenía unas molestias en las rodillas, así que las caminatas
terminaron siendo en solitario y hasta como meditación. Tomaba fotos del
entorno, me llaman mucho la atención los retoños. Varios años utilice la
bicicleta para ejercitarme, a veces acompañada de alguna amiga, a veces sola.
Mas, la sorpresa mayor llegó cuando mis hijos me han motivado hoy día a hacer
Pilates. Solo de escuchar la propuesta me acalambré, porque creía que ese
ejercicio no era para mí, lo pensaba demasiado demandante y fuerte y que no
daría la talla. ¡Nada de eso! de hecho es fuerte, pero se adapta perfecto a
cualquier edad y lo más bello que he
encontrado es que hay niveles y las personas que nos guían en la clase no pueden
ser más amables. Una vez más, la empatía lo es todo, y siempre y cuando
asumamos la realidad. Llevo ya varios meses haciendo Pilates y me puedo sentir
feliz porque me siento un tanto más ágil, muy bien recibida en el recinto, aun
compartiendo la clase con personas mucho más jóvenes. Muy aptas que son las
jóvenes y fantásticas en su desempeño y yo en el mío. Mis músculos de tercera
edad creo que han adoptado una nueva sonrisa interior y no podrían estar más
felices, ¡están tomando nuevos aires y fortalezas!. (Continuará).
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