jueves, 17 de julio de 2025

 

día es el reto. (18)

                                                                              Percibir todos los aspectos vitales, y permitirnos una visualización de la vida integral y circular. MJ

                                                                                                                                           

La visualización completa de la redondez de la vida, de cada día, está en la mente. Se apoya tanto en los asuntos físicos que son parte del día y del conocimiento y cuidado del cuerpo humano, (maquina fantástica que se auto conserva si es necesario) así como en los asuntos más internos y espirituales. Cada época del mundo y de la evolución social de lo que somos como grupo, cambia, mas nunca es una radicalidad tal, que no podamos comprenderla para apuntalar la paz personal.

En los ámbitos físicos los adelantos en las ciencias del hombre están dando puntos de vista que nos permiten conocernos mejor, los estudios en genética y física cuántica para comprender los movimientos del cerebro humano son un área de mucho interés y han ampliado el conocimiento de lo que es el lenguaje. En los ámbitos del alma humana, cada ser va eligiendo los derroteros para tener esa formación integral que necesitamos, la vida si puede ser más plena y con una visión de dimensión universal y no tan solo localista.

La vida en particular de cada ser solo se compara en algunos aspectos, porque somos seres únicos e irrepetibles y puede llevar toda la vida darnos cuenta de las características que como unidad nos dan luz especial. Sin prisas, porque sí son muchas las cosas que cada día se van develando y si así nos lo proponemos, cada vez nos acercamos a saber porque somos los que somos. Saber cuándo se cierra una etapa y cuando se abre la otra, y no solo por la curiosidad que esto implica y lo entretenido de observar, sino que es importante porque nos marca en la acción.

Todo esto se va abriendo desde nuestro centro, exactamente como se colorea un mandala: desde el punto mínimo e inicial, con centralidad. Hasta llegar a la línea exterior que a la vez es la de cierre, en la vida humana es hasta el último suspiro. Sabemos claramente (porque es asunto que nos dicen los especialistas) no hay nada que se quede a la deriva. Todo lo vivido cuenta.

Lo que va llegando, se asienta como componente de lo que ya está dado y siempre es diferente. Para que no se nos haga un mazacote la vida misma, es importante dejar ir lo que ya no aporta, y abrir el camino para asentar. La línea nueva, el diseño de la etapa que siempre tendremos de frente a nosotros mismos, es o podría ser más serena si estamos seguros de que lo pasado ha dado la parte constitutiva de la vida que se nos ha entregado y que no se nos desvanece en las manos, sino que la vivimos.  Exacto como en el mandala, es cerrar las partes, la vida que vivimos crea las oportunidades para su realización y nosotros habremos de aprovecharlas aun siendo a veces contradictorias o peor aun siendo adversas. Nadie se escapa a la adversidad, la vivimos en la realidad elegida, así como en las interrelaciones con los congéneres. Vemos que de un punto nace todo y de ahí se deriva el diseño. Unos lo prefieren más lineal, a otros seres les gusta más lo barroco y así también sucede en el devenir de las elecciones de como armamos las líneas, las figuras, y ni qué decir de que colores les añadimos, sea al mandala, sea a la vida misma.

Es muy positivo proponer, mas hay que fijarnos a quienes les proponemos y que asuntos ponemos en la palestra, porque las personas que no saben dialogar, toman las cosas de una manera personal y se crean enconos. Ya lo viví, amigas que no saben el valor de un buen diálogo, tienen fecha de caducidad en nuestras vidas.

En el año 2010 me dedique a trabajar como mejor podía la espiritualidad que deseaba me habitase. El Zen me había ya dejado muchas cosas claras de una metodología para obtener ligereza y agilidad en el pensar, pero aun de pronto se aparecen aspectos que dan la impresión de vacío… ¿descuidamos algo? Quería bajar el nivel de mi apetencia a estar dando explicaciones de más, yo sabía que para mí el lenguaje lo era todo, y, aun así, no lograba depurar ese impacto. El lenguaje afecta hasta nuestras células.

La amistad con uno mismo a algunos nos cuesta trabajo. Ser los mejores amigos de nosotros mismos es un proceso que se aprende. Creemos a veces estar tan desvalidos, que optamos por congéneres que nada que ver con los intercambios.  Interactuar con otros congéneres y considerarlos amigos y amigas de fondo no es la tarea central, hay que tener mucho cuidado, porque las personas mal interpretan.

Al cabo, de plano nos damos cuenta que no todo se puede compartir. Los amigos no siempre lo son. De nada bastan las intenciones en la amistad si el pensamiento y los valores son diferentes, lo que cuenta para crecer son las empatías.

Que expectativas… ¡ni que ocho cuartos! Valorar los momentos y tomar de éstos la mies de la vida. Estar en la vida es responder a las demandas que se crean y que en su seno traen lo expectante que se hace realidad. No se camina de la expectativa a la realidad, es más bien de la realidad a la vivencia concreta.

Es un hecho que cuando ya nuestros dos progenitores han partido de este mundo, la vida se nos presenta con novedosos caminos a valorar, cambian los coloridos y no podemos dejar de darnos cuenta que ya vamos llegando a las líneas divisorias de la vida más centrada. Comenzamos a percibir a los seres que nos dieron vida de maneras diferentes, en algunos objetos vemos su presencia y hasta en sueños se nos presentan por momentos.

Tenía yo 55 años de vida, percibía que ya era hora de dejar descansar algunas dudas más profundas y tener más claros los derroteros del día a día, que ya tenían unos colores bien elegidos. Las líneas de vida sí que se van definiendo diferente conforme nos llega la madurez, lo percibimos y eso es para dar uno de esos respiros de gratitud, haber podido avanzar no ese poca cosa.

En algunos ámbitos muy vitales me parecía que cada día las personas querían menos compromisos de forma, de los que habíamos visto eran parte fundamental de otras épocas, ahora se percibían con cambios drásticos.  

Los jóvenes construyen sus vidas con nuevos patrones que arrastran, motivan y proponen con diferentes puntos de vista. Eso da alegría.

Aprender que en la ayuda de casa las personas que vienen al trabajo doméstico, tienen una vida personal que hay que respetar y no querer que se adapten a la nuestra. Al principio, cuando me avisaban que habrían de faltar quienes nos ayudan, en mucho me parecía falta de responsabilidad. Me indisponía anímicamente por tener que reordenar el día.

 ¡Pero qué tontería!, al fin comprendí: si la dinámica esperada no se logra es por algo, y habremos de encontrar otras maneras. Hoy me queda claro que como yo viví de niña en una casa burbuja en donde quienes nos ayudaban vivían con nosotros, era otro mundo. Eso es cuento del pasado. Ser parte de la vida doméstica ya es otra dinámica que se recrea. Me asombra cuánto varón adulto hace en solitario la compra casera de los víveres.  

 En casa, el trabajo se reparte y se organiza hoy día muy diferente. porque no podemos dejar de ver y apreciar que tanto se nos han agilizado las cosas y ayudas dentro del dinamismo de la casa moderna.

Hoy día, ya nadie quiere planchar la ropa en casa. En lo personal lo termine comprendiendo y aceptando, si quien nos ayuda en casa  ya no va por esas tareas, se plancha la ropa en las planchadurías.

De esto mismo se trata la redondez vital, de saber cómo nos organizamos para que todos puedan tener el equilibrio deseado. No es fácil a veces, el trabajo casero es muy demandante. Hace unos días escuche la entrevista que hizo Sabina Berman a una Dra. norteamericana respecto a las líneas de hoy día de personas que prefieren quedarse solteras y vivir su vida en soltería y soledad. Claramente dijo: es vocación en primera instancia. El matrimonio uno lo elige o no lo elige, así de sencillo.  Las jóvenes tampoco quieren centrarse en lo que se había propuesto como asunto inevitable del género.  Los varones se han visto muy afectados, no se les ha educado para tomar su propia vida casera por los cuernos, por las riendas de las acciones más evidentes.

Dice esta misma estudiosa del comportamiento de las parejas, que hay casos en los que los varones enloquecen, otros se vuelven agresivos y hay estudios de que los tantos feminicidios en todo el mundo se deben en parte a corajes enconados y no resueltos con la mente, sino con la visceralidad. La educación de la emotividad está siendo asignatura pendiente. Ya en todos los colegios eso se percibe.

Ese justo medio que la misma sociedad ha creado, de pronto se vio trastocado y parece ser que los homos varones se conduelen de que las homo mujeres, ¡estén como con el chongo suelto! ¡Mi Dios! En lo personal no creo que se haya creado conscientemente esta situación, que en algunos casos es demasiado hostil para las féminas. Es un desequilibrio que también nosotras mismas podremos ayudar a reconvertir, es el devenir de los tiempos lo que propone las demandas de los modos de vida que conforman la cultura, ya más adelante hablaremos de la importancia del lenguaje en la creación cultural. La vida les cuesta a los varones mucho más cuando hay que vivirla en soledad, aunque los mas educados hoy día (y ni qué decir de los países nórdicos) están resolviendo las cosas con mucha inteligencia.  Dándonos cuenta que los roles no definen nada, ninguna feminidad se ve afectada porque se tenga que hacer una revisión mecánica al automóvil por algún asunto, ni ninguna masculinidad se ve afectada porque haya que cambiar el pañal al crío. A quien le inoculan algunas tareas como obligación de vida, entre otras el solo hacer determinadas cosas y junto con pegado la otra obligación que asumen los varones de ser proveedores, pues es claro que, si eso se da, es a voluntad.  Cada persona ha de aclararse que misión ha venido a desempeñar y tomarla para dar esa parte en esta vida terrenal. La vida que pasamos en la tierra bastante corta, es el reto mayor y más descuidado.  En próximos capítulos de estos textos estaremos hablando de algunas cosas puntuales de la adaptación humana, comenzando por los otros humanos que fueron las neandertales. Una especie humana muy interesante. Existen muchísimos estudios de esta especie hermana, que para nada es parte de nuestro devenir genético, aunque como veremos más adelante, sí existe evidencia de cruces de relación con los sapiens, que reconvierten y ponen más énfasis hoy día, en lo interesante de estos estudios.

                                                     Es verdad que los neandertales tenían (al parecer) todo para sobrevivir, y se extinguieron. Eso nos pone a tener las barbas en remojo.

Cuando ya peinamos canas, los retos personales jamás han de cejar en cada uno de nosotros y ni qué decir de dejarse abandonados. Todos somos capaces de variadas actividades, habremos de apuntar que todo es motivación.

En lo personal nunca he sido demasiado persistente en mis acciones de hacer ejercicio físico como tarea, o por querer un físico mejor, tal vez si  quiero mi cuerpo más sano y eso me ha hecho ejercitarme, mas todo ha sido con el gusto ante todo de realizar una actividad. Dígase tenis, lo juagué toda mi infancia con mi padre.  En la adolescencia me conflictué un poco, mas no lo dejé, y gran parte de mi juventud y ya entrada la madurez jugué mucho y lo disfruté más, terminé dejándolo por asuntos médicos, muy a mi pesar. Por ese momento mis hijos nadaban en forma y yo me avoque a hacer lo mismo, todos tomamos clases de natación y lo gozamos. Mas adelante me dedique a caminar, por un tiempo lo hicimos mi esposo y yo, y él se dio cuenta de que eso no le agradaba porque tenía unas molestias en las rodillas, así que las caminatas terminaron siendo en solitario y hasta como meditación. Tomaba fotos del entorno, me llaman mucho la atención los retoños. Varios años utilice la bicicleta para ejercitarme, a veces acompañada de alguna amiga, a veces sola. Mas, la sorpresa mayor llegó cuando mis hijos me han motivado hoy día a hacer Pilates. Solo de escuchar la propuesta me acalambré, porque creía que ese ejercicio no era para mí, lo pensaba demasiado demandante y fuerte y que no daría la talla. ¡Nada de eso! de hecho es fuerte, pero se adapta perfecto a cualquier edad y   lo más bello que he encontrado es que hay niveles y las personas que nos guían en la clase no pueden ser más amables. Una vez más, la empatía lo es todo, y siempre y cuando asumamos la realidad. Llevo ya varios meses haciendo Pilates y me puedo sentir feliz porque me siento un tanto más ágil, muy bien recibida en el recinto, aun compartiendo la clase con personas mucho más jóvenes. Muy aptas que son las jóvenes y fantásticas en su desempeño y yo en el mío. Mis músculos de tercera edad creo que han adoptado una nueva sonrisa interior y no podrían estar más felices, ¡están tomando nuevos aires y fortalezas!. (Continuará).

 

 

 

 

 

 

No hay comentarios:

Publicar un comentario