Día a día, es el reto (20)
Integrar todo lo vivido con soltura, en el día
a día. MJ
Es mucho más sencillo de lo que en realidad percibimos,
el arte de vivir.
Cuando el propósito de la vida permea como un velo que lo
cubre todo, los días y las horas de las que se componen éstos, se nos dan con serena
vivencia. Ese sentimiento de que como granos de arena de entre los dedos se nos
pueden escapar los momentos con sus sagrados minutos, es seguro que no lo
volvamos a sentir. Si de pronto esto es lo que sentimos, tal vez sea momento de
darnos cuenta cómo, en mente ordenada… no hay avispero. Lograr hacer
menos intenso el sentimiento de que estamos como en carrera, con los planes previstos
y propuestos. Todo lo que ha permeado y que conocemos como experiencia, se hace
más vivible.
Lo vivido se integra con liviandad fluida y hasta de una
manera tan natural, que todos deseamos se dé ese buen sentir para percatarnos
de que la vida es plena. Cuando entramos a la tercera edad o más bien a la
parte de las cosechas de la vida, lo que hemos puesto en la palestra es seguro
que esté dando algún fruto, los resultados cada uno de nosotros los cosecha de
diferente manera, con sabores únicos y por supuesto con la presencia de
amarguras que nunca faltan, y que con sobriedad de entendimiento se superan. Si
hemos tenido la costumbre de ser demasiado exigentes con nosotros mismos,
podremos dibujar una sonrisa frente al espejo para decirnos: ¡estás en otro
ritmo, date la mano a ti mismo! ser
dueños del gozo de vernos y sentirnos sonrientes es producto de lo que hemos
logrado. Llega el momento de percatarnos de que no existen ni son parte, esas
necesidades apremiantes que en ido tempore permearon y que solo eran
espejismos.
Leer obras como El Quijote de la Mancha, nos puede ayudar
a agilizarnos las percepciones más valiosas, esas en las que sí creemos y que
en estas obras clásicas se presentan como la mies de una época entera. El
Quijote en su humanismo, es una obra en muchos aspectos con valores eternos.
Poder ver como aun en esos tiempos de la España quijotesca,
¡los molinos de viento… nunca son gigantes que tengamos que combatir!
Es verdad que todo lo valoramos con la realidad y la
mentalidad con la que entramos al mundo, pero mucho más con la que nosotros
seamos capaces de recomponer.
Los beneficios del entorno son de tal variedad que ahora
es el momento de que pinten el día a día y así tambien observar que si
algo nos preocupa habremos de ordenar prioridades, eso exactamente es lo que obtenemos
con los años vividos. Cuando las
encomiendas elegidas han sido genuinas, no hay encantamientos que
valgan, y lo que hemos adoptado cuando tan solo pasamos por los caminos,
han de amalgamarse para dar la esencia de los años que faltan. Don Quijote
camina mucho, encuentra situaciones difíciles, se involucra en cosas que cree
le dignifican y, aun así, sale crucificado, y jamás pierde el ánimo que
le centra, que le da sentido. Sancho le da una compañía invaluable, es rectora
esa presencia en la dimensión más realista, que funge por momentos como un gusanito
de la conciencia. Decir, que es cada día en donde radica el secreto
de la vida plena, es algo que nos viene bien observar como una circularidad. Los homos sapiens destinados a este planeta,
tenemos una fuerza que no podemos desdeñar: la de reinventarnos a cada paso. Algunas
veces la palabra reinventar asusta, la percibimos como el bicho raro que
llega y no sabemos que hacer porque pareciera que nos podría picar.
No es necesario
cambiar con demasiada profundidad algo que ya tenemos establecido en lo que nos
rige la mente, mas lo que sí creo que es posible, es variar los coloridos con
los que percibimos. La determinación o constancia,
no se contraponen con lo nuevo. Solo se nos pide ese conocimiento en renovación,
que pintemos lo que se ha opacado u obscurecido. Permitámonos en el día
a día, ser más creativos.
La novela del Quijote se considera una narrativa de
situaciones intercaladas, es decir varias historias en una sola emisión de voz,
exactamente como se vive la vida humana. La variedad de personajes presentados
conjuntamente con la riqueza de nuestra lengua lleva el hilo conductor como en
un caleidoscopio de sorpresas. De pronto, pareciera que nada que ver entre sí,
porque Cervantes nos pide ser más observadores de las personalidades, como las
que entran de pronto en juego en la vida actual de cualquiera de nosotros.
Hay que tener en cuenta que cuando esta obra se escribió,
las masas eran en su mayoría analfabetas, apenas se comenzaba a divulgar la
cultura por los medios escritos y los libros no estaban tan a la disposición de
todos. Hoy, tal vez el pecado es tener tanta propuesta y entrar en indecisiones
de ¿qué leer? Volver a lo que tenemos en casa no es acción retrograda, es
fundamentación de lo que si somos.
-La actitud crítica de Cervantes hacia las novelas fantásticas
se fundamentaba _en la medida en que sobre esto dijera lo que pensaba_ en lo
que él consideraba su falta de verdad; y parece que al referirse a la verdad no
quería decir mucho más que los datos que suministra el sentido común…-.
El Sacerdote católico español Gabriel Calvo, que hace hoy
día esfuerzos de reivindicar un catolicismo mas vivible en la España actual,
conjuntamente con otros presbíteros nos traen reflexiones a la red para todos,
y abiertos al mundo nos dan puntos de vista de la centralidad de la obra
quijotesca en los principios básicos de la buena vida propuesta por el
catolicismo original. El punto doctrinal de la enseñanza que a muchos de
nosotros nos ha tocado aprender, no es el de las bases claridosas de la visión
original y más sencilla, se dice que ya queriéndose adaptar a maneras mas propositivas
(para obtener feligresía a como dé lugar) se pierden los principios básicos en
el mar de ideas que a muchos confunden. Este sacerdote es claro y puntual en
cuanto al Quijote y sus andanzas, comparte la puntualidad de acciones mucho mas
humanas como fundamentación de lo católico vivible, y no solo lo ritualista.
En paráfrasis obtenida de su discurso, dice: el Quijote
no tiene sentidos ocultos.
Habría que decir
que no es lo mismo comunión que consenso, porque quien comulga adopta, y hace
vida lo que le es común con otro, lo puede llevar a la práctica más fácilmente.
(Paraf.)
Los conceptos de Cervantes están realmente dentro de una
comunión de ideas y más que nada de vivencias.
¿Qué es un consenso, a diferencia de una comunión?
Lo que abarca un consenso está presente en la realidad de
un acuerdo producido por varias personas, y puede haber unanimidad que no es lo
mismo que comunión.
Comulgar conlleva compartir lo mismo que une, es
el pensamiento compartido y que nos hace más fuertes.
El Quijote, sin ser una obra propiamente espiritual, si
es posiblemente una obra con claridades católicas de los lineamientos de su
tiempo y muy en especial, el propiciar el bien común.
Cervantes además de proponer la crítica básica a los excesos
de la caballería en los escritos que en ese momento se daban, tambien permite a
su personaje reivindicar sus creencias en ese sentido, así como permitirse
ambos, tanto el narrador como los dos personajes importantes del texto, dar sus
puntos de vista de los modos de la catolicidad que en ese tiempo se propone.
La caballería si tenía implantes puntuales para su práctica:
-La protección al desposeído-.
-Defender a los católicos de las tropelías de los
infieles-.
-Lograr la armonía entre el clérigo y el caballero-.
-El caballero, ha de utilizar sus armas para el
virtuosismo espiritual-.
-Su espada es un símil de la cruz. La lanza, es símbolo
de rectitud-.
El yelmo, es a su vez protección de la cabeza-.
Fe, esperanza y caridad son las virtudes de un caballero-.
El sacerdote que retoma estos aspectos del Quijote, hoy
día nos explica en estas disertaciones que aún existen buenos motivos para leer
la mencionada obra y darnos un paseo de vivaz entretenimiento en estas páginas
que, a pesar de ser tan antiguas, hoy día se pueden disfrutar en ejemplares
muy viables para la lectura fácil.
Nos aclaran que, es una obra divertida. Presenta ideas
claras con filosofía muy coherente, su lectura nos puede liberar de la
pusilanimidad, porque un buen carácter necesita ser fuerte y claridoso.
Enriquece nuestro lenguaje castellano, que lo tenemos a
veces muy limitado y tampoco en las lecturas de la modernidad se hace tanto uso
de dichos, pensares y palabras de contexto clásico, como lo están en el Quijote.
En el libro se percibe una España con todos los sentidos
de una nación bien establecida, asunto que con los años se ha deteriorado, y no
solo en España se ha trastocado el sentido de nación, sino otras partes del
mundo, el concepto se está resquebrajando, ya no es fácil la fuerza interna de
los individuos que se identifican entre sí, más unidos, y esto permita aceptar
los cambios. La llegada de migración genuina que a todos nos incumbe, porque
todos tenemos migrantes en nuestra ascendencia.
Juan Manuel de Prada en una de sus disertaciones sobre la
España actual y lo que es una nación, nos dice que, en una nación, ante todo,
se sabe conservar tradiciones con cohesión que no es lo mismo que con coerción.
Nos dan amplitud en el sentido del nosotros en contra de posturas con excesivas
individualidades que se han venido profundizando en líneas actuales. Las
tradiciones se pasan de generación en generación y se van puliendo, es un
acervo cotidiano y moral.
El legado recibido, nos dice este autor, se ha de hacer
mejor al pasar a los descendientes y no quedar como un proceso inerte. (Paraf.)
Si lo que queremos legar no se quiebra, pasará con la
fuerza necesaria del bien auspiciado por los buenos pensares que se pueden
recoger y disfrutar. Cuando vemos cambios de fondo, habremos de observar los
porqués, es verdad que los jóvenes ya tienen sus nuevas posturas muy valiosas y
propositivas.
Si existe tiranía en el mundo, el tirano más fuerte es el
miedo. Las posturas demasiado mundanas a veces son muy duras e irrumpen con
trastocamientos que ya no tienen retorno, habremos de aceptarlo para estar
dispuestos a proponer.
La ingeniería social, nos dice este autor, está trabajando
en pro de algunas posturas demasiado irruptoras para que las tradiciones
propositivas de comunión, se pierdan. Un mundo a la deriva es conveniente para
ciertos grupos, como el que en muchos puntos del orbe ya se vive.
Siempre es importante saber y tener presente el mundo del
que procedemos, eso nos da coherencias para atenuar a esa desvíala espiritual y
hasta la soledad interna.
Que el paso del tiempo no nos desgaste.
¿Somos rebaño? ¡Claro que lo somos!, mas que nada como
homo sapiens, que debe ser nuestra primera identidad general, pero de
ahí mismo tener clara la postura mental ad hoc, tanto en lo que queremos
ser, como en lo que queremos legar.
Todos habremos de preguntarnos al menos alguna vez: ¿que
entendemos por sentido de comunidad? para que no nos enfrentemos entre nosotros
mismo por quítame estas pajas.
No es lo mismo lo que se entiende por tradición en lo científico
que en lo social. A veces hay tradiciones que sirven, pero que científicamente
podrían verse obsoletas y se trastocan rompiendo acciones que pueden ser muy
propositivas par algunos grupos.
Don Quijote es un hombre doctrinal en sus fines vitales,
aunque muchas veces se equivoca y es reconocido en sus devaneos que luego ha de
recomponer.
Sancho lleva a Don Quijote a observancias mucho mas
pragmáticas y eso es un componente muy divertido del relato.
Sancho como un ser oportunista nos presentan el modo de supervivencia
de quienes sabiendo que no están actuando con todas las de la ley, lo hacen a
veces con actitudes que se salen del orden y la templanza, sin mayores
consecuencias.
Ninguno de estos dos personajes lleva en su entraña las características
de hombres modelo ni mucho menos, lo más interesante es que nos brindan todo lo
que son. Ser lo que si somos basta, haremos mas reflexión en este sentido.
(Continuará).
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