miércoles, 30 de julio de 2025

 

Día a día, es el reto (20)

                                              Integrar todo lo vivido con soltura, en el día a día. MJ

                                                

Es mucho más sencillo de lo que en realidad percibimos, el arte de vivir.

Cuando el propósito de la vida permea como un velo que lo cubre todo, los días y las horas de las que se componen éstos, se nos dan con serena vivencia. Ese sentimiento de que como granos de arena de entre los dedos se nos pueden escapar los momentos con sus sagrados minutos, es seguro que no lo volvamos a sentir. Si de pronto esto es lo que sentimos, tal vez sea momento de darnos cuenta cómo, en mente ordenada… no hay avispero. Lograr hacer menos intenso el sentimiento de que estamos como en carrera, con los planes previstos y propuestos. Todo lo que ha permeado y que conocemos como experiencia, se hace más vivible.

Lo vivido se integra con liviandad fluida y hasta de una manera tan natural, que todos deseamos se dé ese buen sentir para percatarnos de que la vida es plena. Cuando entramos a la tercera edad o más bien a la parte de las cosechas de la vida, lo que hemos puesto en la palestra es seguro que esté dando algún fruto, los resultados cada uno de nosotros los cosecha de diferente manera, con sabores únicos y por supuesto con la presencia de amarguras que nunca faltan, y que con sobriedad de entendimiento se superan. Si hemos tenido la costumbre de ser demasiado exigentes con nosotros mismos, podremos dibujar una sonrisa frente al espejo para decirnos: ¡estás en otro ritmo, date la mano a ti mismo!  ser dueños del gozo de vernos y sentirnos sonrientes es producto de lo que hemos logrado. Llega el momento de percatarnos de que no existen ni son parte, esas necesidades apremiantes que en ido tempore permearon y que solo eran espejismos.

Leer obras como El Quijote de la Mancha, nos puede ayudar a agilizarnos las percepciones más valiosas, esas en las que sí creemos y que en estas obras clásicas se presentan como la mies de una época entera. El Quijote en su humanismo, es una obra en muchos aspectos con valores eternos.

Poder ver como aun en esos tiempos de la España quijotesca, ¡los molinos de viento… nunca son gigantes que tengamos que combatir!

Es verdad que todo lo valoramos con la realidad y la mentalidad con la que entramos al mundo, pero mucho más con la que nosotros seamos capaces de recomponer.

Los beneficios del entorno son de tal variedad que ahora es el momento de que pinten el día a día y así tambien observar que si algo nos preocupa habremos de ordenar prioridades, eso exactamente es lo que obtenemos con los años vividos.  Cuando las encomiendas elegidas han sido genuinas, no hay encantamientos que valgan, y lo que hemos adoptado cuando tan solo pasamos por los caminos, han de amalgamarse para dar la esencia de los años que faltan. Don Quijote camina mucho, encuentra situaciones difíciles, se involucra en cosas que cree le dignifican y, aun así, sale crucificado, y jamás pierde el ánimo que le centra, que le da sentido. Sancho le da una compañía invaluable, es rectora esa presencia en la dimensión más realista, que funge por momentos como un gusanito de la conciencia. Decir, que es cada día en donde radica el secreto de la vida plena, es algo que nos viene bien observar como una circularidad.  Los homos sapiens destinados a este planeta, tenemos una fuerza que no podemos desdeñar: la de reinventarnos a cada paso. Algunas veces la palabra reinventar asusta, la percibimos como el bicho raro que llega y no sabemos que hacer porque pareciera que nos podría picar.

 No es necesario cambiar con demasiada profundidad algo que ya tenemos establecido en lo que nos rige la mente, mas lo que sí creo que es posible, es variar los coloridos con los que percibimos.  La determinación o constancia, no se contraponen con lo nuevo. Solo se nos pide ese conocimiento en renovación, que pintemos lo que se ha opacado u obscurecido. Permitámonos en el día a día, ser más creativos.

La novela del Quijote se considera una narrativa de situaciones intercaladas, es decir varias historias en una sola emisión de voz, exactamente como se vive la vida humana. La variedad de personajes presentados conjuntamente con la riqueza de nuestra lengua lleva el hilo conductor como en un caleidoscopio de sorpresas. De pronto, pareciera que nada que ver entre sí, porque Cervantes nos pide ser más observadores de las personalidades, como las que entran de pronto en juego en la vida actual de cualquiera de nosotros.

Hay que tener en cuenta que cuando esta obra se escribió, las masas eran en su mayoría analfabetas, apenas se comenzaba a divulgar la cultura por los medios escritos y los libros no estaban tan a la disposición de todos. Hoy, tal vez el pecado es tener tanta propuesta y entrar en indecisiones de ¿qué leer? Volver a lo que tenemos en casa no es acción retrograda, es fundamentación de lo que si somos.

-La actitud crítica de Cervantes hacia las novelas fantásticas se fundamentaba _en la medida en que sobre esto dijera lo que pensaba_ en lo que él consideraba su falta de verdad; y parece que al referirse a la verdad no quería decir mucho más que los datos que suministra el sentido común…-.

El Sacerdote católico español Gabriel Calvo, que hace hoy día esfuerzos de reivindicar un catolicismo mas vivible en la España actual, conjuntamente con otros presbíteros nos traen reflexiones a la red para todos, y abiertos al mundo nos dan puntos de vista de la centralidad de la obra quijotesca en los principios básicos de la buena vida propuesta por el catolicismo original. El punto doctrinal de la enseñanza que a muchos de nosotros nos ha tocado aprender, no es el de las bases claridosas de la visión original y más sencilla, se dice que ya queriéndose adaptar a maneras mas propositivas (para obtener feligresía a como dé lugar) se pierden los principios básicos en el mar de ideas que a muchos confunden. Este sacerdote es claro y puntual en cuanto al Quijote y sus andanzas, comparte la puntualidad de acciones mucho mas humanas como fundamentación de lo católico vivible, y no solo lo ritualista.

En paráfrasis obtenida de su discurso, dice: el Quijote no tiene sentidos ocultos.

 Habría que decir que no es lo mismo comunión que consenso, porque quien comulga adopta, y hace vida lo que le es común con otro, lo puede llevar a la práctica más fácilmente. (Paraf.)

Los conceptos de Cervantes están realmente dentro de una comunión de ideas y más que nada de vivencias.

¿Qué es un consenso, a diferencia de una comunión?

Lo que abarca un consenso está presente en la realidad de un acuerdo producido por varias personas, y puede haber unanimidad que no es lo mismo que comunión.

Comulgar conlleva compartir lo mismo que une, es el pensamiento compartido y que nos hace más fuertes.

El Quijote, sin ser una obra propiamente espiritual, si es posiblemente una obra con claridades católicas de los lineamientos de su tiempo y muy en especial, el propiciar el bien común.

Cervantes además de proponer la crítica básica a los excesos de la caballería en los escritos que en ese momento se daban, tambien permite a su personaje reivindicar sus creencias en ese sentido, así como permitirse ambos, tanto el narrador como los dos personajes importantes del texto, dar sus puntos de vista de los modos de la catolicidad que en ese tiempo se propone.

La caballería si tenía implantes puntuales para su práctica:

-La protección al desposeído-.

-Defender a los católicos de las tropelías de los infieles-.

-Lograr la armonía entre el clérigo y el caballero-.

-El caballero, ha de utilizar sus armas para el virtuosismo espiritual-.

-Su espada es un símil de la cruz. La lanza, es símbolo de rectitud-.

El yelmo, es a su vez protección de la cabeza-.

Fe, esperanza y caridad son las virtudes de un caballero-.

El sacerdote que retoma estos aspectos del Quijote, hoy día nos explica en estas disertaciones que aún existen buenos motivos para leer la mencionada obra y darnos un paseo de vivaz entretenimiento en estas páginas que, a pesar de ser   tan antiguas, hoy día se pueden disfrutar en ejemplares muy viables para la lectura fácil.

Nos aclaran que, es una obra divertida. Presenta ideas claras con filosofía muy coherente, su lectura nos puede liberar de la pusilanimidad, porque un buen carácter necesita ser fuerte y claridoso.

Enriquece nuestro lenguaje castellano, que lo tenemos a veces muy limitado y tampoco en las lecturas de la modernidad se hace tanto uso de dichos, pensares y palabras de contexto clásico, como lo están en el Quijote.

En el libro se percibe una España con todos los sentidos de una nación bien establecida, asunto que con los años se ha deteriorado, y no solo en España se ha trastocado el sentido de nación, sino otras partes del mundo, el concepto se está resquebrajando, ya no es fácil la fuerza interna de los individuos que se identifican entre sí, más unidos, y esto permita aceptar los cambios. La llegada de migración genuina que a todos nos incumbe, porque todos tenemos migrantes en nuestra ascendencia.

Juan Manuel de Prada en una de sus disertaciones sobre la España actual y lo que es una nación, nos dice que, en una nación, ante todo, se sabe conservar tradiciones con cohesión que no es lo mismo que con coerción. Nos dan amplitud en el sentido del nosotros en contra de posturas con excesivas individualidades que se han venido profundizando en líneas actuales. Las tradiciones se pasan de generación en generación y se van puliendo, es un acervo cotidiano y moral.

El legado recibido, nos dice este autor, se ha de hacer mejor al pasar a los descendientes y no quedar como un proceso inerte. (Paraf.)

Si lo que queremos legar no se quiebra, pasará con la fuerza necesaria del bien auspiciado por los buenos pensares que se pueden recoger y disfrutar. Cuando vemos cambios de fondo, habremos de observar los porqués, es verdad que los jóvenes ya tienen sus nuevas posturas muy valiosas y propositivas.

Si existe tiranía en el mundo, el tirano más fuerte es el miedo. Las posturas demasiado mundanas a veces son muy duras e irrumpen con trastocamientos que ya no tienen retorno, habremos de aceptarlo para estar dispuestos a proponer.

La ingeniería social, nos dice este autor, está trabajando en pro de algunas posturas demasiado irruptoras para que las tradiciones propositivas de comunión, se pierdan. Un mundo a la deriva es conveniente para ciertos grupos, como el que en muchos puntos del orbe ya se vive.

Siempre es importante saber y tener presente el mundo del que procedemos, eso nos da coherencias para atenuar a esa desvíala espiritual y hasta la soledad interna.

Que el paso del tiempo no nos desgaste.

¿Somos rebaño? ¡Claro que lo somos!, mas que nada como homo sapiens, que debe ser nuestra primera identidad general, pero de ahí mismo tener clara la postura mental ad hoc, tanto en lo que queremos ser, como en lo que queremos legar.

Todos habremos de preguntarnos al menos alguna vez: ¿que entendemos por sentido de comunidad? para que no nos enfrentemos entre nosotros mismo por quítame estas pajas.

No es lo mismo lo que se entiende por tradición en lo científico que en lo social. A veces hay tradiciones que sirven, pero que científicamente podrían verse obsoletas y se trastocan rompiendo acciones que pueden ser muy propositivas par algunos grupos.

Don Quijote es un hombre doctrinal en sus fines vitales, aunque muchas veces se equivoca y es reconocido en sus devaneos que luego ha de recomponer.

Sancho lleva a Don Quijote a observancias mucho mas pragmáticas y eso es un componente muy divertido del relato.

Sancho como un ser oportunista nos presentan el modo de supervivencia de quienes sabiendo que no están actuando con todas las de la ley, lo hacen a veces con actitudes que se salen del orden y la templanza, sin mayores consecuencias.

Ninguno de estos dos personajes lleva en su entraña las características de hombres modelo ni mucho menos, lo más interesante es que nos brindan todo lo que son. Ser lo que si somos basta, haremos mas reflexión en este sentido. (Continuará).

 

 

 

 

 

 

 

 

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