Un día, una circularidad. (1)
Tomar el aire del día.
Don Quijote de la Mancha.
Cuando
comprendemos la plenitud como algo circular que integra toda la existencia del
ser humano, y en particular tener claro en la mente que esto se presenta en
cada vida humana, cada día, nos es más placentero y llevamos a cabo con
más alegría la misión que hemos venido a desempeñar. Tambien nos ayuda a
entender las misiones de los demás, de quienes no estamos en sus zapatos. En el
mundo cada persona llega con una encomienda a descubrir, y lo más importante es
saber que ese asunto que nos compete sí o sí, es tan importante tanto en el ser
que pasea cabras en la montaña, como para quien vive en las grandes urbes. Se asienta la planitud unitaria y circular a
tal grado, que invade cada instante de un día, viene siendo eso que nos abre
todo un universo de felicidades, las mas de las veces escondidas en las
vivencias diarias.
En cada momento que se vive, vibra la vida en todo su
esplendor. La maravilla de percibirnos como seres únicos e irrepetibles, en lo
personal, me sacude a cada paso y más cuando lo voy constatando con cada uno de
los humanos con los que convivo. A veces
creemos que la vida plena solo está situada en momentos clave o en los
considerados como importantes, esos en los que fuimos felices o vivimos algo
muy singular. Claro que en la vida hay de momentos a momentos, mas lo único que
cambia es el colorido que los asienta, todos aportan. Nunca podemos dejar de
lado todo ese demás… la argamasa que concatena, y que nunca
es lo de menos.
Cuando nos vamos al diccionario las cosas se pueden
aclarar mejor, ojalá todos estuviéramos con esa disponibilidad de saber las
significancias de cada término y notar como eso mismo, propicia mejor la
vivencia. El diccionario nos dice de entrada: Plenitud es: Totalidad. Esa sola
palabra nos bastaría para tener claro que la totalidad es plena siempre, notar como
un término apoya al otro y si de pronto tiene mayor o menor significancia lo
que vivimos, sea solo asunto de forma.
Es una realidad que la vida de fondo está basada en la
circularidad que la contiene.
Saber dar cauces
convenientes a cada circunstancia, es lo que da sentido al fondo de todo y se
vuelve divertido, así como un reto agradable. Esa es la creatividad.
Nada tendría que ser detonante para permitir que la
plenitud se esfume, cuando ya creemos en el camino positivo de nuestra
existencia, y a la vez, la notamos tan unida a la de los demás y el circulo se
puede ver completo, mas propositivo. Vislumbramos parte de los porqués de cada
quien para llevar todo con mas cordura.
La figura circular del día, es la más adecuada para
percibir esas 24(veinticuatro) horas. desde mi punto de vista lo es, porque si
concebimos desde su centro al día, éste tiene todo para permitirnos percibir
las ondas expansivas de cada momento. Todo nace de un sencillo y diminuto punto:
cuando nos levantamos por la mañana. Así como en un lago calmo, si arrojamos un
guijarro se harán ondas plenas y cada una llevará un ritmo único sin desligarse
dentro del círculo completo de con centralidades, así mismo podríamos concebir
cada día, en circularidad. Nunca se
pueden juntar las ondas expansivas, se apoyan entre sí. Nos damos cuenta que el tiempo que cada uno
de nosotros estemos en la tierra, en la existencia que se nos entrega con cada amanecer,
se vuelve muy llevadero todo si tenemos claro el hilo negro de las
razones de cada día. La vitalidad está ahí, y hasta la podríamos percibir
expandiéndose ante nuestros ojos con los colores deseados. La vida del ser humano
conlleva todo lo pleno que nos podamos imaginar.
El circulo que abarca un solo día de nuestra vida, es
similar a una vida completa, sin importar si la vida es corta, es larga o se ha
vivido con mas o menos consciencia. Precisamente en el vivir, es en donde se
gesta la consciencia, mas no debemos olvidar que desde que somos gestados nos
transformamos por medio del lenguaje y ya se ha comprobado en el ser humano que
las percepciones básicas se desarrollan desde el vientre materno. Los bebés son
capaces que reconocer los sonidos de su propia madre desde muy temprano en la gestación.
A, veces nos
cuesta mucho comprender la importancia de un solo día.
Algunos de nosotros pensamos que es tan solo parte del
todo y que a fin de cuentas da lo mismo si logramos los objetivos propuestos: total,
tendremos muchos.
Es una realidad
que eso no lo sabemos, porque hasta el moribundo tiene tiempos para su cierre y
quien se va del mundo en un accidente, nos siempre se va sin un momento previo.
Lo tremendo es cuando los seres humanos se matan entre sí con violencia, y aun
siendo los menos, son demasiados. Ese mal con el que convivimos cada día, sea
más o menos de cerca o de lejos, es un hecho que habremos de asimilar como tal,
mas no aceptar en la medida de nuestras posibilidades.
Retorno a lo que nos dice el diccionario y añado una
palabra más: Integridad. Nos dice el texto: la plenitud es interinidad, es
decir abarca todo. Es lo de dentro.
Con el devenir de la edad y más que nada con la
observancia de las instancias que nosotros mismos nos proponemos como parte de
la vida individual, nos damos cuenta de que el enlace en cada acción durante el
día siempre lleva gran razón de ser. Hay un todo interno que rige y que se
desdobla en el lenguaje.
Roma no se hizo en un día. Ni duda alguna de que cada uno
de sus días contó con las premisas activas para la instauración de un cierto
espíritu y ni qué decir de la infraestructura que a todas las naciones impacta
hasta hoy, y dio al mundo grandes bellezas en los espacios tan armónicos que conocemos,
así como el movimiento de la gente en activa proposición del imperio.
La circularidad de una determinada instancia, no es
eterna, se transforma y a los imperios tambien les llega la decadencia. Cuantas veces hemos escuchado que, por
acciones inconscientes, seres se ven afectados en el devenir. Las horas del
día, aun sin ser todas activas en sí mismas, tienen una razón de ser. Bien nos
han dicho los científicos: las horas de cierre, las del sueño nunca son
desperdicio, las ondas cerebrales se reconfiguran y nos dan una nueva
oportunidad circular.
Concebirnos cíclicos no es poca cosa. La naturaleza nos
lo presenta a cada paso y eso que ahí en natura no existe la conciencia, tal
como la vivimos desde el cerebro. Con respecto al corazón humano hoy día ya
sabemos más, lo cardio tiene neuronas tan importantes como las cerebrales. ¿Por qué los ciclos vitales en natura se
pueden regular mejor? Porque llevan los ritmos en el ADN, de cada célula y
muchos son por el instinto bien regulado.
¿Si nosotros tambien tenemos ese ADN y la regulación,
porqué nos distorsionamos? Tan claro como que:
nos hemos creído ser reguladores de aspectos que no nos competen. Libre
albedrío… ¡que no es tan libre!.
Hoy día, muchísimas personas tienen enormes problemas de
digestión. Ese es un ejemplo de enfermedades que uno ni se imagina cómo y cuándo
se gestan, las cuestiones de las alergias en el humano cada dia están más
presentes desde el nacer. ¿Casual? Mas bien causal.
Cuando agradecemos al Dios en el que creemos que nos haya
dado un día más, no es por la cantidad de minutos que se nos otorgan, es por la
calidad de lo que vamos a vivir y lo que podremos mejorar. ¿Queremos los días
con sentido? Entonces hay que tener claro que no solo el acumular vivencias per
se, lo que importa es concatenar toda acción con todo el devenir de la
persona.
Nunca pensar que en vano se han vivido los días. Esto, al
hacerlo consciente nos deja claro lo que es la misión central de nuestra vida. ¿Qué
es lo que nos va dejando claridades? Ese pedacito de vida que llamamos: el día.
Tiempo cósmico… dirían algunos, horas apremiantes, pensarán
otros. A fin de cuentas, ciclos inamovibles que se conjuntan con todos los
movimientos vitales que se nos han entregado para dar nuestra parte, esa misma
que sí es movible.
Cuantos de nosotros al amanecer sentimos: - no me va a
alcanzar el tiempo- estamos produciendo presiones innecesarias, el tiempo, siempre
está disponible y no es importante por su cantidad, sino por la calidad que
conlleva.
Me encanta lo que dice Don Quijote… -tomar el aire del
día-, es como decir: respira profundo y cuida tu -Ruah- ese aliento divino que
se te ha otorgado. Comprender dos acciones de esta sencilla expresión: lo que conlleva ese hacer que tenemos
de frente actitud de crecimiento interior, además de que los vientos que
nos rodean puedan ser percibidos como complementos activos del día. Aun sabiendo
que un solo día es tan solo un lapso finito, ese aire que está ahí mismo es la
acción misma, junto a nosotros lleva consciencia. Si nos limpiamos con buenos
aires, avanzamos.
Hablar de redondez, nos hace bien a la mente. Si cerramos
los ojos y vemos la imagen de la circularidad llena de coloridos, ¡ahí mismo estamos!
Todos, damos por sentado que ese día que sigue al que estamos viviendo, llegará,
aunque sabemos bien a bien que a veces no sucede así con todos los congéneres,
y no pasa nada si hemos cerrado con los debidos deberes y haceres.
En cualquier momento se nos llevará a la siguiente
dimensión y esto, lo empieza uno a sentir a partir de cierta edad. Los ciclos
así son, finitos y así habremos de aceptarlo. Cerrar o morir no es el problema,
lo importante es saber que tanto hemos logrado la misión.
Nos vamos y es seguro nos iremos mucho mas en paz cuando
hemos terminado la jornada de trabajo terrenal. No es tan importante el tiempo (en
las otras dimensiones del cosmos eso no existe) lo importante es saber que,
pudimos disponer bien lo que venimos a hacer y que cada acción ha aportado a esa
circularidad hermosa de las horas.
¿Alguna vez has pensado porque un día dura lo que dura? Uno en la juventud siente con las horas más
largas y el tiempo mucho más prolongado. Sin embargo, todos sentimos el devenir
constante, y pronto sin más, ya estamos en el medio día, la tarde llega, y ¡oh
lá lá! el fin de un día más.
Las horas del
descanso profundo y nocturno son como un paralelismo a la muerte. Si no tienes
miedo de dormir, tampoco tendrás miedo de irte cuando se te requiera. Todo se ciñe a nuestro cuerpo físico adaptado,
estamos en el ciclo cósmico que por supuesto tiene sus razones que en lo subconsciente
todos conocemos.
Yéndonos a la observancia del significado preciso de las
palabras veremos que el diccionario nos dice:
Circulo es: área o superficie con curvatura constante. Es
muy sencillo pensarlo así.
Mas cuando nos vamos a la palabra circular, es aquí en
donde se nos dice…-que parece no tener fin, porque acaba en el punto en el que empieza.
-
Me parece fascinante esa definición de circular…empieza
donde termina y termina en donde empieza. Infinitud, es la palabra clave de
todo circulo y cuando la concebimos mentalmente nos damos cuenta cuánta razón
tienen los gallegos: -somos más remate que fin-. volver a la luz, siempre.
Nuestro cuerpo está diseñado para adaptarse a lo lumínico
de unas maneras insospechadas y ni que decir a lo oscuro, es cuando es
necesario dejar de pensar, dejar de darle vueltas a los asuntos y que lo brumoso
aporte. Hacernos muy amigos de la almohada. No en vano ahí mismo se nos dice
que consultemos y que mejor que sea con uno mismo.
Y, decimos: cada día con su circularidad, porque
esa línea redonda solo al día le pertenece, es suya. Ese entorno que abre y
cierra, tiene un sentido en sí mismo.
Por eso mismo vuelvo a mencionar el mandala: Nos muestra
e inspira gráficamente lo que se nos ha reglado para obtener lo que tenemos
entre manos. Algunas veces hasta podemos sentir que no ha sido completo un día para
las demandas de nuestros objetivos, esto es falaz, lo que hemos vivido en el
día es lo que nos tocaba. La importancia de lo rítmico. Nunca pensar que, si
una actividad nos tomó más tiempo del que habíamos dispuesto para hacerla, la vida
nos está robando tiempo, eso no creo que sea así, la vida siempre aporta
el tiempo necesario, aunque el proceso cerebral y físico a veces respingue y
piense que no es así. Estamos cada día más condicionados a ir demasiado a
prisa. ¡Cuidado!
En estos nuevos textos trataremos de tener presente en
que consiste ese sentir de la circularidad del día, de un solo día.
Trataremos de dar la explicación a ese sentimiento de que
no hemos tenido un buen día… o tal ez hemos tenido ¡el mejor día!
Para quienes hemos hecho escritos de vida, o lo que
algunos han denominado diarios personales, a veces en el comienzo nos
creemos que será posible con religiosidad escribir cada día, y aunque no se
logre ese diario del diario., es más bien tener la claridad y la
disponibilidad de lo que sí queremos conservar con el buen uso de las palabras
en continuo, éstas son entidades vitales. (Continuará).
No hay comentarios:
Publicar un comentario