miércoles, 8 de febrero de 2023

 

De la vida diaria.

Colores del día a día. (13)

 

                                                    Jugué para no perder…no para ganar. Iga Swiatek.

 

                                                                               A todos los que amamos el tenis y que sabemos la cantidad de emotividad que se despliega en cada partido, nos queda claro que las experiencias de los tenistas muy jóvenes y que ya son profesionales, pueden ser de gran enseñanza. La tenista polaca  Iga Swiatek de tan solo veintiún (21) años de edad, tiene entre sus experiencias llegar a ser la numero uno del ranking mundial de la ATP y junto con eso sentir positivo, de pronto sintió que todo el entorno del deporte y de la gente que la rodea de cerca y le ayuda, le presionó para ser una ganadora contante y sonante. Nadie somos máquinas de nada, somos un cúmulo  de acciones y emociones y aunque lo que percibimos algunas veces pueda llevar una buena dosis de imaginación lejana a la verdad, lo que se siente se siente y es válido. En el tenis el jugador no  tiene las de ganar cuando se acumula ranking, y es un hecho que Iga se sintió manejada como un robot. En el deporte blanco, así como en la vida de todos los mortales, uno no necesariamente gana por tener de más. El implementar para bien está ligado con saber qué hacer con lo que se tiene. Este asunto no es nada fácil a veces, porque el entorno puede exigir otro tipo de cosas que de pronto son más fantasiosas que reales y se desligan de lo que en verdad somos.

Es fascinante comprender lo que dijo Iga con total contundencia. Ella jugando y creyendo que ponía todo su potencial para ganar, el modo del juego de su contrincante le propició estar luchando para no perder (¿algo así como estar a la defensiva?) y dejó de hacer su juego. Perdió el partido y ganó en sabiduría. A muchos de nosotros nos puede suceder, dejamos de armar lo personal y lo que nos hace ser creativos y esto nos puede hasta paralizar,  es tan solo el lapso que nos permite volver a enfocar. Una dinámica que podríamos sentir sana.

Ya nos quedó claro que sobrevivir no es lo mismo que vivir y hay que entender la diferencia. Vivir tiene más que ver cuando uno propone, cuando se puede visualizar la vida un tanto de antemano  y cuando lo que se da es algo que lleva pasta creativa.

                                               Es de esta manera, que entramos de lleno al siguiente color para revisar: El naranja. Este color también se asocia al dorado y hasta a algunos tonos del rubí. Se sitúa en el día viernes.

La palabra al que se asocia esta combinación de amarillo/rojo/rosa, es la palabra: Provisión.

No hay provisión efectiva si no hay paz real.

Todo lo que tenemos en la vida y en este mundo que a cada uno nos toca vivir de una manera especial y diferente, tiene algo en común: es proveído por él mismo, es el universo el que nos contiene y tiene todo lo que necesitamos. Esta idea tan primaria a veces se nos olvida y creemos que lo que necesitamos habrase de luchar a brazo partido y hasta a veces creemos que está tan lejos de nosotros que se percibe imposible, aunque lo tengamos en la punta de la nariz.  Hay algo de razón en ello porque el esfuerzo es un don del ser humano, mas los esfuerzos fuera de sitio solo desgastan, no se trata de morir en el intento, ni de que nos esforcemos por logros que no nos corresponden. Es más bien saber cómo enfocar con la gracia necesaria y así provocar que el mundo que nos rodea nos dé, nos provea  mediante nuestro esfuerzo personal.

En cada uno de nosotros está impregnado todo lo que necesitamos y a la vez en todo lo que nos rodea para proveerlo. Es la actitud adecuada lo que abrirá puertas y ventanas para que nos llegue lo que es nuestro. Nunca forzando, nuca con riña ni pleito, el buen talante es el secreto. De pronto el universo promete. A veces tras la promesa se esconde lo falaz de la misma, e incapacitados para percibirlo nos la creemos. El mismo universo se encarga de mostrar y a veces arrebata: lo visualizado desaparece, tal vez nunca existió. Tal vez creímos de más en lo que se nos mostró, para reiterar que lo que tenemos es lo real y no hay nada más.

Todos somos merecedores de todo lo que necesitamos, mas la mente como bien sabemos puede  jugar pasadas. Parte de reclamar lo que nos toca consiste en  averiguar el camino para que nos lleguen las cosas merecidas. Cuando insistimos en tener algo de una manera insana, esto no llega. Nuestra fuerza interior de Fe, está situada en el Dios que nos guía, que nos fortalece.

En cada uno de los colores que hemos tratado en estos textos, existe un camino místico de encuentro con la energía que el color específico provee. Siempre en los caminos del ser humano existen pruebas, porque las cosas no llegan caídas del cielo sino mediante propuestas de energía que se conjuntan en los hechos reales. Cuando se canaliza y se armonizan: el pensamiento, el sentimiento y la acción es posible que estemos por el camino más asertivo.

La buena energía se reconoce cuando lo que se pretende tiene flujo y se percibe el movimiento, hay cierta facilidad que llega de pronto. Forzar nunca ha sido el camino. Uno mismo es quien reconoce por dónde ir, con voluntad, sabiduría, con la dosis de emotividad que se requiere, esa intuición se va desarrollando con las vivencias y muchos ya las podremos cultivar como parte de la experiencia.

Iga, la tenista que hemos hecho parte de este texto por la frase tan sabia  que acuñó, tuvo que apelar a su modo interno de no querer perder, mas esto nada tenía que ver con sus modos de ganar. ¿Estaba confundida? Cuando no nos toca triunfar en algún aspecto, tendremos que tener claro que tal vez estamos apelando en modo equivocado. Sí puede existir confusión y siempre es reversible.

El mundo exterior de todas las personas siempre es en gran medida la expresión del mundo interior de cada quien. Ante esto, habrase de tener claro qué tan importante es lograr una mente bien compuesta todo el tiempo y acorde con lo que somos, porque de otra manera estaremos bloqueando lo que nos corresponde.

Un ejemplo de cerrar la puerta a la prosperidad es el exceso de deudas materiales o espirituales. El tener asuntos por adjudicación que estén pendientes de tener que ser retornados, puede crea un tipo de energía que no propicia la paz y sin tranquilidad real las cosas se dificultan.

Si llega a ser necesario vivir con estas situaciones, habrase de tener en cuenta que hay que cerrar los círculos de endeudamiento lo más pronto posible, porque de otra manera estamos coartando lo que propicia prosperidad. La prosperidad  no solo es material también lo es en lo  espiritual y   vulnerable a situaciones de desequilibrio.

Es importante dar de lo que somos, porque así mismo crearemos un círculo de donación, es un hecho que mucho de lo que se da, es lo que se recibe. Aun sabiendo esto, hay personalidades que son más propensas a querer recibir sin donar y con esta actitud se cierran los canales.

 Saber dar es un don. No se da indiscriminadamente, uno aporta cuando se percibe que eso es lo que hay que hacer, si es necesario cerrar de pronto un canal de donación hay que percibirlo a tiempo y salir de ahí. Todo lo que se da, todo lo que se entrega a los congéneres  habrase de dar con felicidad en el fuero interno del alma y sintiendo de forma genuina que es un gozo, de otra manera la dádiva  lleva implícito un sentimiento negativo.

Ser generosos es parte de lo que se aprende desde la infancia.

Generosidad es dar los buenos días a las personas con quienes nos cruzamos por la mañana, hasta preguntar como va algún enfermo que está en recuperación,  acciones que aportan a todos.

Ser generosos hasta con el pensamiento, desterrando los sentires que bloquean la buena actitud.

Sacar en claro el arquetipo que nos guía. Un arquetipo, dice M. Osuna: -es un patrón de la formación de símbolos muy asociado a los mitos para describir cómo se expresan las energías psíquicas de la conciencia y el inconsciente.-

Los arquetipos son muy importantes, son los modos como nos encaminamos mejor a las acciones y habremos de tenerlos claros porque es importante que no sean obsoletos. Cambian, claro está, dependiendo de las culturas, de las creencias y de los modos en que nos hemos educado, mas  aun así, hay que tener presente que a veces no son del todo positivos aunque percibamos que las mayorías  los apoyan.

Por ejemplo, el arquetipo de la Paz, es la paloma blanca, es algo muy generalizado.

El asunto de los arquetipos y nuestra acción es personal. Las imágenes que visualizamos han de ser claras y nítidas.  Por ejemplo, ya sabemos que en el mundo no solo existe un tipo de familia, ya va quedando claro que estas formas de convivencia están variando y es  parte de la evolución de la especie. Aunque no comulguemos con todo lo que se da y lo que cambia, lo importante es aceptarlo y dejarlo ser. No podemos interferir en todo, porque los arquetipos no se cambian solo con las ideas expresadas, hay que tener claro que para los cambios reales lo mas fuerte son las vivencias.

Las dudas reales solo se disipan cuando estudiamos, investigamos y conocemos. Es la actividad de sentirnos en crecimiento la que nos motiva y empuja a mejorar, no tenemos que ser grandes investigadores, con leer y de eso sacar conocimiento es suficiente. Aprender de quienes nos rodean.

Dice M. Osuna: - Cuando nuestra mente decide algo y se pone en movimiento con sabiduría y afinidad con lo que estamos pidiendo, las circunstancias se ponen de nuestro lado permitiendo que las personas, actos o cosas que necesitamos se pongan también en contacto con nosotros.-

Los proyectos a los que nos avocamos habremos de amarlos. La parte emotiva de las acciones es muy importante. Sentir la emoción.

Lo que queremos cambiar no se maneja con detracción y expresando lo negativo, sino proponiendo lo positivo.

La verdad existe. No quiere decir que sea solo una, aunque la que nos corresponde sea particular. Para que la verdad que seguimos y por la cual trabajamos sea plena hay que tener concentración. No distraernos del objetivo planteado y todo se nos dará.

El naranja denota paz. Es un color vigoroso  y puede contener la fuerza que nos mueve. No importa que tradición espiritual sigamos, lo importante es que sea lo más genuina posible, y así hacer activo todo lo que pretendemos. (Continuará ) MJ

 

 

 

 

 

miércoles, 1 de febrero de 2023

 

De la vida diaria.

Colores del día a día. (12)

                                              El genio es el factor autobiográfico, el genio que puede sentirse ofendido por la vida en la tierra, aun  cuando parezca consumir todos sus factores en tocar la tierra y expandirse a fuerzas, con tal de abarcar el mundo en la medida de lo posible. James Hillman.

 

                                         Todos somos constructores de nuestra propia genialidad.

 Ese sentimiento que a veces nos invade y como que nos lleva en flotación, es el genio del vivir, fluyente. Creemos que este  concepto se refiere a asuntos excepcionales o de grandezas sabias, cuando en realidad cada uno de nosotros somos tan irrepetibles que somos asimismo geniales. Esos asuntos que solo nos definen a nosotros mismos nos los debemos creer y sentirlos de gran valía. A veces nos ofende lo que vemos que sucede en este planeta, es normal encontrarnos con muchas anomalías, habremos de hacer nuestra parte y dejar las quejas a un lado. Lo que en realidad nos centra está más que claro, aunque a veces los nubarrones grises parezcan inevitables. Estar en la tierra implica tratar de habitarla lo mejor posible ya que no solo somos moradores, habremos de ser hacedores creativos. Parte de esa creatividad diaria puede verse envuelta en algún color dependiendo del día y de la acción a realizar.

Así, con estas reflexiones vamos cerrando lo que compete a la sanidad, asociada al color verde, la podemos visualizar más fácil si nos abrimos a percibirla,  a fin de cuentas habremos de comprender que es importante la actitud.

Según el filósofo Bertrand Russell, en su libro –La conquista de la Felicidad- (daré la cita al final) El sentimiento de la envidia es destructivo. Esos seres que solo están viendo lo que hacen o tienen los demás viven atrapados en acciones que no son propositivas.

El autor cita claramente que estos sentimientos nacen desde la convivencia del núcleo grupal original y en la escuela, cuando se alaba a un niño en demasía en presencia de otros peques, no se está dando algo positivo, hay que tratar a los niños con cautela y  a cada uno con sus dones y así  practicar la justicia distributiva entre los infantes. Las emociones tienen la misma fuerza en los niños que en los adultos, mas los niños aun no desarrollan las herramientas de la inteligencia emotiva que es tan importante como la inteligencia asertiva.

Hay otra vertiente de la insanidad en las actitudes,  es la afición por el escándalo. En algunos momentos en los que nos impacta algo, se tiende a veces a exacerbar los asuntos que se salen del común de los hechos, haciendo que estos impliquen más de lo necesario a las emociones.

El rumor, es otro modo de crear insanidad, se presenta a veces como parte de los hechos reales, creando un ambiente ambivalente y desconcertante que solo propicia incertidumbre.

Muchas personas sufren contratiempos en la infancia que son solo eso, mas si no se canalizan adecuadamente para superarlos fácilmente en la adultez, crearan acciones negativas. A todos nos consta como algunas personas están atoradas en el tener y tener en demasía,  a veces se está compensando solo un sentimiento que tiene su origen en los primeros años de vida. Hay que tener mucho cuidado con todo esto, porque es insano cultivar el acumular de más y vivir con excesos. Adquirir y tener el hábito de la compra cuando es solo por un asunto psicológico, no es lo más sano.

Quien ha cultivado la sabiduría genuina no se inmuta con los asuntos de los demás.  Esa sabiduría vital y creativa propicia la paz. Comprender que cada ser tiene su propia historia, nos permite observar desde la barrera y lograr un sentimiento liberador. Las situaciones vivenciales no hay que observarlas en relación a otras situaciones paralelas, sino como entidades particulares. 

Los trabajos que se realizan cuando uno vive intensamente  lo que se hace durante el día, son los que se asientan como los mejores bienes para la mente sana. Si el día a día tiene un flujo dinámico y justo, nada será ni turbación ni espanto.

 No hay que marearse con el mundo, porque podemos cometer errores que ya no tendrían remedio tal y como quisiéramos, aunque resolver, es algo tan activo que a veces aunque no sea como lo pensamos tiene influjo sano.

A los niños habremos de hablarles con claridad y cariño y hacerles sentir lo  que son, alabar sus herramientas y acciones para que su autoestima siempre se dé en sanidad.

Y dice Russell:

“La inestabilidad de la posición social en el mundo moderno y la doctrina igualitaria de la democracia y el socialismo, han ampliado enormemente la esfera de la envidia. Por el momento, esto es malo, pero se trata de un mal que es preciso soportar para llegar a un sistema social más justo. En cuanto se piensa racionalmente en las desigualdades, se comprueba que son injustas a menos que se basen en algún mérito superior.”

Es a fin de cuentas mucho más simple de lo que siempre creemos, la felicidad la tenemos a la mano pero se nos escapa sin remedio algunas veces, recuperarla puede ser asunto hasta divertido.

En estos precisos momentos me encuentro en la revisión de mi libreta de vida número cuarenta y cinco (45). Las ideas iban en este tiempo fluyendo en mi interior, en el sentido de una comparación de lo que se piensa con lo que se vive, tratando de empalmar los hecho con la mente y las conclusiones iban llegando de a poco.

Mi necesidad de comprender mejor la amistad en el ser humano era constante, revisaba si en realidad tenía una certidumbre de que los amigos lo son en un cien por ciento o tan solo se nos da parcial la amistad y uno  va valorando conforme se comprueba que existen los cariños genuinos. Ya había escuchado algunas veces que la amistad es un asunto volátil, que la creemos tener en presencia de algunos seres humanos y que al mínimo revés  de circunstancias todo cambia.  

 Pude  escuchar a quien llegó a decir que la amistad es una mentira total, hasta encontrar opiniones en el otro extremo, de que la amistad lo es todo para el ser humano que ha descubierto ese don. Tal vez lo justo sería como decía mi madre:- ni tanto que queme al santo ni tanto que no le alumbre-. Este pensamiento con el paso del tiempo se consolidó en mi misma cuando comprendí lo que significa haber tenido batallas junto a alguien y cuánto ese alguien  nos puede entender mejor que otros.

Escribí a la letra: -reales amistades son de cariño eterno aunque no sean de presencia constante- MJ

Para entonces me encantaba reunir a algunos amigos en casa y lo hacía con relativa frecuencia, me parecía interesante conjuntar diversas personalidades y a quienes no se conocían entre sí, asunto que luego comprendí era un tanto temerario porque el flujo de la naturalidad en el trato humano cuando hay diversos modos de ser, se ve afectado. Con los años se ha ido dando el hecho de convivir con amigos en lugares neutros para todos y con pocas personas, la vida que nos va llevando hacia  nuevas actividades como lo es estar más cerca de los nietos, nos absorbe de una manera especial.

Estaba conociendo la obra de Elías Canetti y en -El suplicio de las moscas- dice:

“Los demás dan rienda suelta a su parloteo, y en ese mismo instante se vuelve falso”. Yo me preguntaba en que consiste la realidad certera al convivir, porque queda claro que los parloteos surgen de pronto y sí que tienen algo de falso invariablemente, pero el intercambio de ideas siempre enriquece. Canetti nos habla también de la necesidad de nombrar, de poner una palabra clara que se refiera a lo que vivimos. Es una necesidad como la de respirar,  diría yo misma. Si el léxico es la parte más ínfima de la experiencia humana, como cree este autor, entonces tendríamos que tener claro que el lenguaje es algo vivo y totalmente cambiante, la sanidad es saberlo, para poner más atención en todo lo que escuchamos y decimos.

¿Hay falsedad en el futuro? ¿Qué tanto podemos influir en él?

Si el futuro de pronto se presenta tan intensamente difícil de apreciar ¿qué es lo que nos hace creer en él?

“Solo por los colores ya valdría la pena vivir eternamente”, nos afirma Canetti.

“La muerte no calla nada.”, y si lo observamos bien, la persona que se ausenta de pronto en lo físico, ha dejado mucho a los congéneres para hablar de la vida.

A veces quisiéramos estar demasiado presentes en las vidas de los otros. Quisiéramos tener mas interacción y cuando nos damos cuenta de que en realidad estamos presentes lo justo, lo necesario, esas veces que es poco lo que se comparte en lo físico, se valoran por su cualidad aunque sea virtualmente. Valoramos los silencios y las ausencias. Se dice que en Inglaterra “se juzga a las personas por su capacidad de dejar en paz a los demás.”

 Los recuerdos, Si sabemos cómo traerlos de nuevo, pueden darnos la medicina de sanidad que nos hace falta. Virginia Woolf es una escritora que se ha revisado y revisado por su genio al escribir casi de corrido, para que algunas veces se llegue a aseverar que dentro de sus textos, o la mayor parte carecen propiamente de trama, porque la vida real no la tiene, estamos en una serie de eventos que danzan entre pasado y presente y caminan a nuestro lado transformándose y transformándonos.

En estas épocas de estos mis escritos que les comparto, mi madre llegaba a sus ochenta (80) años de vida. Uno comienza a valorar lo que significa envejecer.  Hizo las cosas exactamente a su manera  dentro de sus posibilidades y de la misma forma concluyó sus últimos días. Había formado en su entorno a dos mujeres que le acompañaron por más de cuarenta (40) años y ellas le fueron totalmente fieles, más que nada al final  le sustentaron el diario vivir y le vieron irse un día de abril. En lo personal me quedé atónita ante este hecho, de cómo algunas personas en la ayuda doméstica se quedan junto al ser que las contrata, le ayudan y le cierran los ojos. Algo insólito   y admirable. (Continuará) MJ

Libro: La conquista de la felicidad.

Bertrand Russell. Ed. Debolsillo.