De la vida diaria.
La especie humana. (1)
Los momentos eternos duran unos cuantos
minutos en la vida real, cuando los
percibimos nos pueden acompañar por siempre.
MJ
No se sabe exactamente cuando el homo
sapiens–sapiens, la especie a la que pertenecemos, comenzó a preguntarse
sobre ella misma, es decir a tener la clara tarea de saber exactamente quienes
somos. Habitantes milenarios de este
planeta y con los cambios adaptativos más insospechados y trascendentes que
nuestra mente pueda imaginar, nos hemos ido transformando y parte de nuestro bagaje, así como los procesos que solo
son nuestros, están presentes aun hoy día sin que en todos los aspectos nos
percatemos de ello. Parte de la conciencia es percibirlos.
Gracias a la tenacidad de algunos congéneres y a la ciencia, es
que hoy podemos saber exactamente desde
lo que se ingirió en la cueva primitiva hasta como nos desempeñamos en esas
primeras organizaciones de vida y supervivencia. Si lo tenemos en cuenta es seguro
que nos renovamos desde dentro y tendremos una perspectiva muy particular. Es
el esfuerzo de muchos otros que nos han precedido a quienes les debemos el
estar en este momento parados sobre la tierra.
Son científicos de diversas disciplinas los que tienen que ver con
este proceso de rompecabezas, en busca de nosotros mismos. No precisamente de
un eslabón perdido (como antaño se pensó) ya no se habla en esos términos que en
realidad solo confundieron, ya nuestro conocimiento va más profundo y se van
encontrando semejanzas y divergencias que van dando respuestas por sí solas. Lo maravilloso es que poco a poco se ha ido
develando quienes hemos sido armando una especie de mapa. Es la ciencia social
en general la que asegura que tal como sucede en la Arqueología: Mientras más
se sabe lo que fue, más se aprende a conformar lo que será, lo que seremos.
Percibir la vida como un asunto que se desdobla hacia la eternidad,
a veces asusta. Algunos hasta llegan a creer que flotaremos en la nada al dejar el cuerpo,
cuando en realidad ya se sabe que la conciencia vivirá por siempre. No es claro el concepto de la fuerza
de nuestra inmaterialidad, mas se basa en la conciencia que es nuestro centro
rector. Nada esta desligado, todo es
consecuencia de algo pasado y es muy necesario saber más allá de lo que nuestra
cosmovisión nos indica. Las preguntas básicas se las ha hecho el hombre desde
que tuvo conciencia de sí mismo (que no es lo mismo que tener conciencia en el
plano espiritual) la conciencia de nosotros mismos es la que está basada en la
pregunta: ¿Quiénes somos? Y más que nada qué fue lo que hemos sido.
Según el historiador español, Felipe Fernández Armesto, quien ha desarrollado serios estudios de
Antropología cultural en la Universidad de Londres (El periódico The Times
apunta: -este investigador hace de la historia un arte inteligente-) nos dice
que el verdadero sentido de vivir está cimentado en lo que sabemos de nosotros,
ese camino anterior que como proyecto natural se ha solidificado desde la
caverna. Cuando no sabemos que nos da sustento, podemos perder la perspectiva
de lo que somos y no implementar con más éxito lo que seremos. Solo los seres
humanos tenemos la capacidad de convertirnos en Seres Humanos, todos los homínidos que nos precedieron con
características humanas ya no existen y los únicos somos nosotros, el
privilegio es nuestro porque hemos sabido adaptarnos. El camino ha sido
descuidado y el mundo se nos ha salido de las manos, hoy reclama todos los
errores cometidos. El albedrio único y que se califica de libre, en realidad
no lo ha sido, porque utilizarlo sin el sentido adecuado más bien nos ha
encadenado y atrapado. Muchas veces me pregunto si es que en realidad somos ¿sapiens? Hay algunos aspectos en los que
se ha perdido la brújula, mas somos seres fuertes y la esperanza está presente.
Algunos afirman que nos hemos creído mas dioses que Dios mismo. La antropología
no puede tener todas las respuestas, más los intentos cada vez son más
clarificadores. Nos llamamos seres evolucionados por la dinámica que nos
caracteriza, es decir habernos superado dentro de los obstáculos más intensos y
duros con desafíos que han sido enormes. Muchos asuntos se vivieron en la
indefensión, en las condiciones más difíciles y sin embargo aquí estamos.
Cuando se le pregunta a Margaret Mead que es civilización para ella y pondera la valía de haber encontrado entre los
huesos ancestrales uno que fue reparado,
nos quiere decir: - fuimos capaces de no abandonar al herido de la tribu, y ese
gesto ya nos hace realmente civilizados.-
La naturaleza humana hasta hoy día no ha obtenido de los
estudiosos científicos una definición total de sí misma, porque abarca muchos
aspectos. El concepto género humano si ha recibido más definiciones, porque
abarca las evidencias de cómo evolucionó la especie en lo biológico. Este
estudioso nos dice que además de vernos amenazados por asuntos catastróficos de
la naturaleza y del mundo que no hemos cuidado, nos afirma que mucho más
desvalido está el ser humano por la falta
del entendimiento conceptual de su
esencia, esa parte sí que está en entredicho y peligrando para la existencia asegurada de
la especie. Tener la mente llena de ideas equívocas, incompletas o
distorsionadas no permite la apertura de la conciencia. Varias fuentes han
estado estudiándonos, la primera es la Primatología en donde se trata de
comprender el uso de un lenguaje y como se desarrolló, ya se sabe que esta
característica de la comunicación verbal no es privativa del ser humano, como
tampoco lo es la creación de herramientas para la subsistencia. Otros aspectos
más sublimes y únicos son: Creación de imaginación simbólica así como el
desarrollo de la conciencia de uno mismo.
Es interesante estudiar el proceso de cómo nos hemos ido
estudiando a nosotros mismos, porque las creencias eran muy sui generis, entre otras formas de
enfoque, hasta se llegó a creer en la no existencia del alma en la época de
Descartes.
La investigación genética de hoy, y el descubrimiento del genoma
(el prefijo oma quiere decir generalidad o totalidad de algo) ha sido un salto enorme
ya que abarca la comprensión de toda la cadena genética y dar ese aspecto tan impactante de saber que
cada ser humano es único aunque comparta el 99.9 % de sus genes con toda la
humanidad.
Una de las preguntas más interesantes que se hacen los investigadores
de la cultura humana es ¿En qué momento nos volvimos nuestros propios enemigos?
Existe en todas las culturas evidencias claras de cooperación que es la base de
los avances evolutivos, esa ayuda desinteresada de unos a otros. Se ha llegado
a plantear que en la luchas internas de territorios y cuando se volvió el grupo
sedentario, el poder malentendido hizo su aparición y con él la controversia
de la propiedad. En lo personal me interesó mucho (desde los primeros años en
el estudio de la antropología) el tema de la violencia y ya hace mucho que se
estudia por diversas disciplinas. Santiago Genovés, hizo un experimento, este
investigador llevo a gente diversa en una balsa a mar abierto para convivir con
lo mínimo en busca de observar que pasaría y se logró afirmar después de este
laboratorio viviente, que de entrada no violentamos porque si, solo nace esta
conducta a partir de ciertas tensiones que no se tiene claro cómo resolver y
por ende aunadas al miedo dan por resultado conductas violentas. El miedo es
factor clave, hay que tenerle miedo al miedo. Está tan extendida esta conducta,
que hoy día ya es tarea obligada para cada persona hacer valida nuestra esencia
pacífica, y cada uno habremos de encontrar el camino que más nos convenza.
También hay que aceptar que la ignorancia nos está ganando la
partida. Cuando no vemos claro lo relativo
a la especie homo sapiens (cuando decimos tener claridad no es literal
pero si algo conducente) hay que ocuparnos de ir ampliando ese conocernos, y
aunque que no nacemos con un manual bajo
el brazo para saber llevar a cabo las misiones que se nos encomiendan, sí
podríamos mantener o crear un interés en leer mas sobre nosotros mismos. Creo
que en algunos casos lo que va ocurriendo es que nos vamos alejando del interés
de saber cómo aportar de fondo, porque la vida se complica en vez de hacerse
más clara y hacer lo que la naturalista y estudiosa de los chimpancés Jane
Goodall propone: -Más vale que sepamos por donde va el sentido de la diferencia
que queremos hacer-. No podemos hacernos de la vista gorda con la misión
primordial que hemos venido a desempeñar, es muy interesante como lo expresa
Mark Twain el escritor norteamericano: -Es importante el día que naces y lo es
más aun, el día en que descubres para qué-. A veces, la bruma de tanta
información ofusca y es por eso que la misión básica habrá de tener más impacto
en el entorno personal. Cuando mi padre quiso que fuéramos mis hermanos y yo
educados en una institución mixta y laica mi madre puso el grito en el cielo.
Siempre pensó que hubiera podido marcar una diferencia en la vida de sus tres
hijos. Esto lo comenté como un hecho que me produjo pesar durante un tiempo de
mi vida (que luego superé) y la persona a quien se lo dije me afirmó:- es lo
mismo, no creo que eso marque ninguna diferencia – Este tipo de pensar no
aporta para lograr, porque es obvio que el sentido que le damos al pensamiento
y por ende a las acciones, sí que hace diferencias. Cuando se percibe la manera
de hacer una diferencia y está en nuestras manos, hay que actuar.
Cuando por primera vez escuche la palabra conciencia, ya
conllevaba una connotación implícita: algo que debe refrenar la vida. El
mecanismo secreto es saber por dónde anda nuestra conciencia personal. En
tiempos pasados se creía a pie juntillas y en demasía que ésta palabra debería
servir para reprender (nos) con un sentido de culpa no muy claro. En esta época
todo se ha aclarado mucho más y ya sabemos que esa percepción de la conciencia
es limitada y algo obsoleta, que la culpa como tal no es una cosa negativa,
nace del lóbulo frontal de nuestro cerebro y nos deja ver lo que hay que
perfeccionar. El gran problema de los seres que propician distorsiones en el
mundo está basado en la imposibilidad de sentir y reencausar esa culpa
reivindicadora.
Hoy día, ya no creo que nadie piense que es más importante la
represión como pauta de aprendizaje o educación, la fluidez de saber encauzar
lo que es válido en la psique es un hecho muy positivo y más que nada necesario.
Viene a colación recordar algo básico de lo que es psique: -modo de conjuntar
lo que sabemos con lo que es la verdad-. También sabremos tener claro que las
verdades no son totales y que deben responder al momento histórico y mucho más
a la persona que las sustenta. (Continuará) MJ