jueves, 30 de noviembre de 2023

 

D.L.V.D. Libertad, es decisión. (13)

                                                               Lo que decidimos puede tornarse tan sutil, que a fin de cuentas se vuelve parte del sentido común. MJ

 

                                        Esto de decidir con acierto, puede llegar a darse como una práctica del sentido común del ser humano. Las decisiones que fueron buenas para cierta etapa de la vida, no necesariamente lo serán para otras, cada momento vital tiene sus dinámicas y exigencias, es circular. Ser decidido se aprende desde niños.  A los peques hay que enseñarles que ese poder de preferir está dentro de ellos, responde más bien a lo que somos y que no siempre es afín a lo que se cree que se quiere. De los primeros 7 (siete) años en mucho se ocupan los padres en decidir las rutinas y actividades, y los niños pueden elegir en otros rubros menos determinantes y así, fortalecer sus preferencias. Los adultos, observantes de la personalidad del peque, podremos orientarle, siempre haciendo hincapié en que el poder de decisión va unido al gozo.

Es importante forjar ese poder de decisión. Puede llegarse a la edad adulta y no tener bien desarrollado ese saber bien a bien qué es lo que queremos, dando pie a sentimientos de ansiedad o discordancias que más tarde no se entiende de donde provienen. No es tan sencillo como parece, elegir uno u otro sentido o asunto afecta la trascendencia.  Cuando nos damos cuenta cuanto pueden afectar las malas decisiones, podríamos decir que estamos más conscientes. Las decisiones en relación a las preferencias materiales son meras cuestiones de gusto, sin embargo, hay que tener cuidado con esto, porque ya el mundo en general está obteniendo materialidad de maneras tan lejanas al trabajo digno, que en muchos ámbitos el despilfarro ya no permite optar con acierto. Ese sentir tan generalizado de que se tiene que tener de todo, por el simple hecho de tener, nos hace olvidadnos del ser.  Alguna vez escuche: -El sentido común, es el menos común-. Mucho de lo que decidimos proviene de regodeos y alabanzas de lo que otras personas piensan o tienen, dejando de lado lo que en verdad sentimos y somos.

 La vorágine del consumismo es como un asunto sutil que absorbe. Cuando los modos consumistas tragan, es difícil reconocerlos.

En estos días vimos en casa, la serie de tres (3) capítulos de la vida de una de las mujeres más ricas del mundo, la heredera de L* Oreal, Liliane Bettencourt. En nada estuvo que perdiera todo su patrimonio, por malas decisiones y por ignorancia. Es de Netflix. La recomiendo.

Otro aspecto de las decisiones se da al pertenecer a una minoría social, esto puede implicar limitantes en las percepciones, así como no tener clara la energía que implica la responsabilidad de tener algunos bienes. Se puede trastocar la objetividad, los bienes son para agilizar la existencia no para trastocarla.  Calificar a los seres humanos de normales o anormales, es otro asunto que habrase de revisar. Einstein, no era propiamente un ser considerado normal, y a fin de cuentas dio uno de los giros más positivos a la humanidad.

La historia de la humanidad, no solo es un proceso de individualización creciente, sino también una posibilidad de crecer en libertad logrando armonía entre lo social y lo individual.

Fromm, dice: -Nunca se ha abusado más que ahora de las palabras para ocultar la verdad. -

                                                             Desarrollar el sentido común, conlleva observar con más detenimiento las palabras que utilizamos y porque las decimos. Un ejemplo, es cuando se dice: -los tiempos de Dios- habrá de quedar claro que es lo que conlleva esta expresión, son ¿tiempos especiales? o más bien se refiere al enfoque que se les da a asuntos triviales del día a día que son fluidos. A Dios no se le condiciona hacia lo que queremos que suceda. A Dios se le percibe en los flujos positivos y a veces basta una sola palabra para saber si está presente en tal o cual criterio.

Marjorie Holmes, en un pensamiento un tanto drástico nos dice una verdad a todas luces muy necesaria cuando apreciamos el valor de decidir y tomar caminos:

-Debo tener presente que cada vida sigue su curso libre, que lo que les ocurre a los demás no tiene nada que ver conmigo. -  Esto da la impresión de tener un aspecto poco humano, mucho más cuando sabemos lo que nos une a los otros seres, aunque tiene más bien que ver con que no podemos estar comprando lo que no es directamente nuestro.

Sarah Ban Breathnach, la escritora de la vida sencilla, en su libro: -El encanto de la vida simple- nos dice: -…se tarda toda una vida en vivir auténticamente. -

Un maestro en los años de preparatoria nos hablaba de cómo en nuestra tierra, se da el cultivo a las personas. Practica que perjudica de fondo, aunque en lo social sirva mucho para hacer creer a algunas personas que son lo que no son. No es fácil a veces entender esto y menos cuando parece ser algo tan natural.  

Leí por estos años a un autor budista, habla de cómo percibir las posturas de cada ser. Dentro de una propuesta más amplia, propone estos puntos:

1.    Siempre percibir los significados.

Tanto el literal como el sutil.

2.    Características positivas del ser:

a. Percibir amabilidad en los ojos: esos que brillan con buen humor. Al hablar, mirar a los ojos.

b. Buen porte del cuerpo: No solo la postura, sino el lenguaje que emana del físico.

c. Voz, modulada. Sobre todo, al dirigirnos a los críos. Ningún niño escucha realmente si la voz es muy álgida.

En lo personal, padezco de esto. Suelo subir la voz, y agradezco cuando me piden modulación. ¿Por qué nos pasa esto? Porque prevalece el sentimiento, mismo que no hemos asentado antes de emitir palabra. Los sentimientos no deben formar parte del diálogo, se pierde el sentido de las buenas palabras cuando se entremezclan con sentimientos.  Es recomendable depurar lo que se siente, y luego hablar.

En tenis, deporte que en un alto porcentaje se rige por un ánimo adecuado, cuando el jugador no logra controlar lo que siente, su juego baja notablemente. Puede llegar a acciones extremas dentro de la cancha, como romper la raqueta. Se entiende en cierta forma que esto se hace para liberar la energía negativa que se ha acumulado ante alguna frustración del mismo juego, mas no porque se entienda un hecho en sí mismo, quiere decir que sea aceptable.

Sogyal Rimpoché nos continúa diciendo en -El libro tibetano de la vida y de la muerte-:

3.    Saber practicar la admiración reverente.

O lo que es lo mismo: Si notamos buenas prácticas de cualquier ámbito en alguien, manifestar nuestra admiración. Nadie se desgasta ni se desdora por decirle a otros lo bueno en alguna actitud. A los críos les viene muy bien, porque les reforzamos los buenos actos y hábitos que están en aprendizaje.

4.    Paciencia.

                    Ser paciente, tiene mucho que ver con la práctica de ser observadores.

                             Son tan cíclicas algunas actividades que no hay que preocuparnos cuando algo se cierra. No es fácil tenerlo claro, hasta que lo experimentamos.  No es lo mismo lo que se cierra a lo que se transforma. Quien cierra de golpe algún asunto, es porque ya no tiene más que dar. Y más vale un cierre a tiempo que mil dolores acumulados.

                               La paciencia está unida a la calidez humana. A la sabiduría.

La palabra sabio viene de sabere, de sabor para aprender a saborear la vida. Es una acepción, que en lo personal me agrada.

5.    La buena comprensión de la muerte.

Ante todo, al morir alguna persona habremos de practicar la compasión con los deudos. Habremos de tener ese ponernos en sus zapatos y saber que el duelo no es olvidar, es más bien manejar los sentimientos para que al recordar, no duela.

Algunas personas ocultan la enfermedad como si esta fuera un pecado o un mal no compartible, y se privan del acompañamiento que en el ser humano es algo natural.

Cuando la muerte esté cerca, ser solemnes con quienes están perdiendo la vida (o la batalla contra alguna enfermedad) así como dejar que se expresen libremente de lo que sienten, porque, aunque el misterio de la muerte cada ser lo comprende diferente, todos lo compartimos.

6.Nunca olvidar, que el dolor y el sufrimiento son purificadores del espíritu.

7. Una práctica meditativa asertiva es: Fundir la naturaleza de la mente personal, con el espacio de la verdad que nos circunda. En gran medida meditar es observar en silencio a la mente.

8. Es posible guiar a la conciencia antes de morir. Pero, si la persona muere repentinamente, nosotros podremos acompañarle con la mente, No olvidemos ese poder mental.

9.La vida es un todo continuo que se une a la muerte. Es circularidad.

10. El vivir, es una serie de realidades transitorias, cambiantes, que nos permiten comprender que vivimos en realidad en la impermanencia. Ser impermanentes no quiere decir que nos esfumemos, es más bien que nos transformemos.

11. Cuidado con dejar la mente demasiado libre a las ilusiones. Éstas, son reales, pero no son las mejores consejeras.

12. Cuidado con la vacuidad. Lo vacuo, es el vacío que no tiene real valor.

Existen vacíos muy válidos, como las pausas entre las acciones, esas que los japoneses aprecian en los espacios vacíos entre una acción y la siguiente. También hay vacíos que dan vida, permiten renovar.

13. Cultivar la sencillez. Esto es más bien lo que se da al responder a lo que somos y no tomar acción con las expectativas de los demás. (Continuará).

 

  

 

jueves, 23 de noviembre de 2023

 

L.V.D. Libertad, es decisión. (12)

 

                                                                 El cuerpo necesita mucho para estar bien, pero el ánimo crece por sí mismo.

Séneca.

 

                                                                 Leer a Séneca y en particular hacerlo en las cartas a Lucilio, es una tarea que puede ser muy asertiva para comprender algunos asuntos esenciales de la vida. Vemos como este filósofo en su estoicismo nos permite entender cosas muy claves de la existencia humana. Poco a poco fui conociendo la obra de Séneca. El libro que me dio todas las posibilidades es un sencillo texto editado por la UNAM, mismo que me permitió leerle con atención desde la primera vez que lo tuve entre las manos. Luego le volví a poner en el librero por un tiempo. Es de esos libros que cuando uno lo toma, no dan ganas de soltarlo hasta obtener todo lo deseado, textos que ofrecen mucho, a veces hasta demasiado y es por eso mismo que se convierten en libros de cabecera, ya que es bueno digerir las propuestas de a poco.  En cuanto al tema de la libertad concretamente, este autor no habla en directo ni con definiciones, más bien se encuentra el concepto en la generalidad de temas afines. El estoicismo bien comprendido, es camino de libertad.

Saber tomar las decisiones adecuadas es también parte de ser estoicos. Es un don que se pule cuando las experiencias dejan un limo justo y muy necesario en el que se asienta todo lo libre que vamos adoptando.  Séneca nos dice:

- Quien no sabe a qué puerto va, ningún viento le es propicio. -

Los vientos propicios se reconocen en la vida misma y en el día a día. Si vivimos atorones con el trato de personas cerradas, la prudencia y el cambio de aires dará conocimiento y en su momento habremos de saber qué es lo que eso aporta. Los seres ausentes de criterios fluidos a veces se oprimen más a sí mismos, que quienes perciben las limitaciones. Saber sobrellevar y darnos cuenta de que no es que las personas sean de mala voluntad, más bien es que no han tenido las oportunidades de crecer en lo interno y no han entendido algunos procesos.

Una pregunta clave le hace el filósofo a su discípulo: - ¿No deseas llegar al precio que sea a la libertad ¿tú qué crees haber nacido en ella? -

Es un hecho. Las libertades tienen encomiendas previas que les dan sustento y que van de la mano de las buenas decisiones. No es libre el ser porque así lo sienta o lo desee, ni porque crea merecer ese don tan enorme de la existencia, la libertad tiene todo que ver con buenos aprendizajes.

                                                         Cada momento vivido tiene su propio encuadre. Es como el reflejo de la estructura de un mandala, en la acción. Cuando en la vida se presenta un nuevo orden de las cosas, ese nuevo formato es capaz de darnos más certidumbre y estructura.

Cuando nos escribimos, es decir hacemos textos para nosotros mismos, los apremios que van restructurándose a base de plasmar con la escritura, dan a las ideas generales más claridad. Puede decirse que es una terapia creativa.

 El entender mejor el asunto de los estados de ánimo tiene todo que ver para alejar las tensiones o el tan mencionado stress. Y, cuando Séneca dice que el ánimo crece rápido, no se refiere que por esto sea descuidado. Lo anímico es la base de todo buen momento.  Si dejamos que crezca el mal sentido como una buganvilia no podada, tomará caminos que pueden volverse intransitables. Luego hasta nos preguntaremos que propició tal o cual dolor, cuando a veces éste puede ser evitable.

¿Es uno mismo quien propicia los cambios que nos darán más claridad? O ¿Será que la vida misma los va proponiendo?

Son válidas las dos vertientes. El ánimo, es como una hélice que gira y se asienta en lo que somos unido a lo que propone el día. Es como una amalgama que uno combina. A veces se teme cambiar algo cuando no se tiene claridad. En esos casos es muy válido esperar y ver como la vida propone de nuevo.

Cuando escuchamos la aseveración: -sacar la casta- es una actitud que se refiere a ser fieles a lo que nos ha formado, a tener en cuenta que lo que nos da sentido en lo interno es lo que nos guía. A veces son tan fuertes los cantos de las sirenas de la sociedad actual, que por momentos dudamos.  Las buenas maneras no pasan de moda y como bien dice el dicho: -Cuidado con sacar el cobre, que ese, sí que mancha-. Y que cierto es. No permitirnos alteraciones innecesarias para poder tener mejor mirada conforme pasan los años. Serena Paz.

En estas épocas empezaba a darme cuenta del valor de los mandalas. Todavía no sabía cuánto serian parte de mi vida, lo han llegado a ser tanto, que mi proyecto de plástica del próximo año es el trabajo que me ocupa diseñando algunos.

A veces uno cree que le está dando entrada a demasiados pensares que nada que ver (expresión que me encanta de los jóvenes de hoy) mas, lo importante no es la cantidad de cosas que podamos pensar mientras éstas lleven orden (aunque si hay que tener cuidado en no atiborrar a la mente) el asunto es de calidad. La calidad del pensamiento es clave.  No es lo mismo una mente inquieta, a una mente inquietante. La primera se hace preguntas, las repasa y sabe que van a tener una respuesta que albergará serenidad, lo segundos solo nos dan incertidumbre innecesaria.

Que difícil puede volverse la vida si nos perdemos en las turbulencias que pueden crearse en la mente. Los enredos mentales, provienen de no haber depurado en su momento los pensamientos que se nos entregan como parte de la tribu, y existen también los que sin darnos plena cuenta vamos adosando o se pegan al igual que lo hacen las lapas en los barcos.

¿Has sentido alguna vez la sensación de que no sabes si vas o si vienes?

Cuando la vida asesta golpes secos y duros, esto nos puede ocurrir. Es como estar destanteados, como aturdidos. Nadie está preparado para momentos drásticos y la vida los trae invariablemente. Algunos culpan a Dios, mientras otros pueden ver en la adversidad nuevas luces. Cuando se vive algo muy fuerte, la lección es clara: Hay un camino de enseñanza en ese hecho. Lo que a continuación vale la pena es poner en acción la voluntad, esa acción contundente de hacer lo que está claro.

                                                                 La libertad de adecuar el ánimo personal es algo que solo nos incumbe a nosotros mismos. El camino del ánimo bien logrado empieza desde la primera infancia, los avatares posteriores solo son parte de una adultez conformada sin sobresaltos. La libertad de optar siempre es el camino, que, aunque a veces no sea del todo nítido, es seguir al corazón como algo personal.

A veces todo se vive como permeado por desolaciones conocidas.

 Hay personas que gozan en el regodeo de la adversidad que han vivido y se acostumbran a esos avatares, o más bien es la práctica de una tendencia a estar rumiando algo que no hemos terminado de superar. En el lenguaje de la psicología moderna se dice que esos asuntos habremos de trabajarlos, algunas veces con apoyo profesional. Los fantasmas que nos acompañan y que forman parte de nuestra psiquis, son también asuntos que tienen a veces todo que ver con lo no resuelto.

                                                                         Uno de los asuntos clave para un ánimo bien compuesto es observar la psiquis, y me permito recordar (porque creo que lo he hecho antes) que la psiquis es la combinación de lo que creemos con lo que es cierto.

 Las malas interpretaciones pueden a llevarnos a vacíos insondables y hasta rupturas con amigos y parientes. Cuidar la buena voluntad, lograr lo mejor de las relaciones humanas y volvemos expertos en no esperar nada de nadie. Lo que llega, bienvenido. Lo que se va, bendecido.

No habremos de confundir las habilidades con las decisiones.  

La actriz inglesa Maggie Smith nos dice: - No son las habilidades lo que cuenta, sino las buenas decisiones que tomamos. -

Muchos congéneres de las generaciones que nacieron a principios del siglo pasado han lidiado y liado a algunos de los que les rodearon con esto de las tomas de decisiones. Los adultos mayores que nacieron en las primeras décadas del siglo pasado, dependieron mucho mas de las ideas preestablecidas de sus antecesores. Los hijos de los años medianeros de ese siglo, es decir los que somos de las generaciones de los años50s y 60s, aprendimos ya, que las ideas se asientan mejor cuando las estudiamos, y provienen de buena fuente, el pensamiento a base de las buenas lecturas. Mis padres leían para el solo sosiego y el divertimento.  En particular en la casa de mi infancia se hablaba más bien de biografías. Nunca escuche que se apostara por algún texto de divulgación científica.

La revista -Nacional Geographic- fue una revista que marcó muchísimo la vida en casa de mis padres. En el momento que hubo de tomarse la decisión de deshacernos de cientos de esos ejemplares (cuando mis padres ya no estaban con nosotros) yo tuve la peregrina idea de traerlos a casa. Solo fue por un tiempo. La decisión que se tomó después de donarlos a una biblioteca creo que fue la más acertada. Habremos de custodiar lo que nos es más útil, lo demás debe compartirse.

Un solo libro, que nos mueva por dentro y que nos dé materia para releer en varios momentos, bastaría.

¿Qué libro elegirías si tuvieras tan solo la opción de tener uno junto a tu mesa de noche? Es muy drástica esta elección, pero viene bien hacer el ejercicio para saber mejor, lo que nos mueve. Esto depende de la etapa de vida en la que estemos.

                                                                          En el año 2003 estaba empezando a escribir la libreta número 55. El disfrute de las líneas logradas lo veía asentarse en el porvenir, en estos años que al cabo llegaron. Los textos escritos todos a mano, iban tomando un lugar muy especial, no solo en mis libreros cercanos sino dentro de mí misma, iban acumulando todo lo que a fin de cuentas me daría oportunidad de valorar y como reinterpretaría, como lo hago hoy día.

En estos tiempos cambié el tamaño de los cuadernos. Las portadas eran de pronto floreadas, esas que llamaron mi atención en mis caminatas de inspección por un pasillo de supermercado.  Los productos chinos con diseños varios hacían su aparición, con calidad de papel un poco dudosa.  Iba a las diferentes papelerías, en incursiones como si fuera al mismo cielo, porque esos recintos sí que me pueden fascinar. De niña, que iba con mis padres a New Orleans, La. (mi padre de cacerías, mi madre de paseo) al final del viaje íbamos a comprar las cosas del taller de construcción de mi padre: lápices, plumas, colores y acuarelas, y otras cosas que el traía para su trabajo. Ese olor a papelería jamás se fue de mí, hoy día cada que voy a uno de esos lugares es obligado darme una vuelta completa por algunos anaqueles elegidos.

 Con el paso de los años nuestros aprecios se afinan y uno logra afianzar con más claridad, eso que nos resuena. (Continuará).

 

 

                                                                                                         

 

 

 

 

jueves, 16 de noviembre de 2023

 

D.L.V.D. Libertad, es decisión. (11)

Si yo no soy para mí mismo,

¿Quién será para mí?

Si yo soy para mí solamente,

¿Quién soy yo?

Y si no ahora, ¿Cuándo?                                                                                             

 Talmud.

 

                                                       Nací en una familia de dos caminos diferentes.                                                                                                                                                                                                                                                                            Había bifurcación, y aunque no fueran del todo paralelos, el suelo que los componía era del mismo material. Las diferencias nunca dieron pie a controversias, hubo buenos acuerdos. Mi madre y mi padre se respetaron mucho. Mi madre por un lado católica por clan familiar y costumbres, y mi padre un católico que no tenía mayor interés en esas prácticas. Entre uno y otro, nos formamos mis hermanos y yo, para al final cada quien hacer una diversidad de creencias. El plan de vida propuso y Dios dispuso.

Encuentro en la libreta de estos días que releo, mi interés en participar en un grupo católico que se nos propuso, después de unos cursos de parejas bastante afortunados. Cuando decidí probar por ahí en lo personal y encontrar caminos de crecimiento interior, las señoras que conducían esa agrupación de CVX, me salieron con una verdadera batea de babas de la que no daba crédito, así escuché:

-para pertenecer a un grupo de señoras de CVX es necesario pasar unos filtros. -  Me quedó clarísimo el impacto social que eso conlleva: si no eres del potencial requerido, es mejor que te vayas a paseo. No esperé la respuesta, me fui por otros lados a buscar lo que necesitaba en ese momento, o más bien me llegó como un envío de Dios (o anillo al dedo, como mas bien suele decirse) porque en menos que canta un gallo conocí a la señora que dirigía unos esplendidos cursos de Biblia.  

Al tiempo que me avisaron que había yo pasado el examen social, ya no me interesé en participar con los católicos, ya era demasiado tarde, demasiado complicado.

Me fui con un grupo de cristianos. Al principio éramos solo mujeres, mas como mi marido me vio tan entusiasmada y aprendiendo como nunca los asuntos espirituales que a los dos nos interesan, al rato ya estábamos en unas sesiones mixtas por las noches. Lo mixto siempre es mucho más enriquecedor y cuando está bien llevado, ni que decir.  Las puertas de par en par y el conocimiento de la Biblia a todo dar. Nadie tenía que escudriñar mis intereses personales, ni saber mi apellido. Fui aceptada porque la esencia de mi estar ahí era aceptada para aprender, no para hacer escalamientos sociales.

Aquí por estos lares (y me imagino que en otros muchos también) ese escalar social es muy común, por aquí creo que porque a parte del cerro de Muna, no hay nada mas en donde practicar esas subidas y muchos deciden hacerlo en los grupos de gente nice, que, presentados como de crecimiento o aprendizajes, terminan siendo más bien de eventos sociales.

No comprendí nunca como puede ser tan cerrado el camino hacia el encuentro con los principios de una religiosidad. Lástima que ya no vivía el hermano de mi madre que fue jesuita, porque me hubiera encantado saber su opinión y más explicación de estas prácticas selectivas.

 Con los cristianos, nada de grupos para socializar, eran grupos para estudiar. Estudiábamos y cantábamos. Cantábamos y estudiábamos.

Cuando se pregunta a si mismo el católico común, por qué su religión cada día está menos concurrida y con poco interés por parte de gente que quiere en verdad crecer, es fácil descubrir que con esas actitudes tan escudriñantes, discriminatorias o qué se yo, se cierran las puertas. Muchos dirán, que a fin de cuentas la Biblia se puede leer sin más y eso es todo. En verdad que no lo creo así, hay caminos y modos de interpretar las escrituras, y sí que es necesario e interesante que gente preparada lo exponga bien y lo comparta.

Exacto como me sucedió durante el tiempo que tuve la ventura de leer, estudiar, cantar y aprender con personas doctas que no son de mi religión. Una experiencia inolvidable.

Aun con los giros de la vida y los encuentros con personas cerradas y de mente obtusa, la vida sigue siendo muy bella, muy propositiva y llena de encuentros de aprendizajes varios.

En lo personal el camino del arte que mi padre abrió con nosotros sus hijos, tomo diversos estilos, y yo fui la que más me dediqué a la plástica. Cuando decidí que también quería motivar niños, llegaron como lluvia fresca recuerdos de cuando mi padre llegaba de trabajar en CDMX y traía material para crear en casa.  En las épocas de fin de año la parte que más disfrute es cuando diseñamos tarjetas personales, esas que pueden tener tanta originalidad que quien las recibe las disfruta mucho.

Son las dinámicas personales compartidas lo que nos hace crecer como grupo. No es necesario demarcar de más, ni tener grupos cerrados, lo importante es que lo que se decida hacer, básicamente proponga.

Mucho he mencionado en mis textos personales el encuentro con los justos medios, esos equilibrios tan necesarios para que en el día a día todo lo que se propone uno, se logre con la mayor armonía.

¿A qué le podríamos denominar certidumbre diaria?

Ante todo, a lo que significa tener un plan central,  aun sabiendo que es movible. Si somos propositivos, avanzamos. No ser tan severos con nosotros mismos y mucho menos con quienes están cerca de nosotros. Tener ese criterio de saber ajustar. Tener apertura.

Mi marido tiene una aseveración que siempre he admirado: -Bajarse del carrusel-. Y si lo pensamos con detenimiento hay mucha razón en esto: La vida es como un tiovivo que gira a un ritmo, lleva ese ritmo implícito para que cada uno que llega y forma parte del giro total, encuentre el propio. Vueltas de más producirán mareo. Alturas con subidas y bajadas, podrán producir vértigos. La confusión vital no es gratuita. Cuando se pretenden ámbitos demasiado complejos que a veces nos producen las vueltas y revueltas, resulta que ya no sabemos si vamos o venimos.  ¿Qué querrían los jueces (¿o eran juezas?) de un grupo religioso/social y dizque de aprendizajes de una religión? ¿Quiénes serían excluidos? No lo sé. Nunca lo averigüe, mas internamente me quedó un mal sabor, pensar que se excluya a seres que quieren crecer. Me admitieron, a fin de cuentas, pero no quise participar. Un sitio en donde se cataloga a las personas cuando no se les conoce, no puede dar total confianza.

 Ahí con los cristianos, llegó el momento de que se me pidió que me bautizara con ellos, a lo que me quedó claro que ya era la hora de marchar. El círculo virtuoso estaba cerrado. Yo nací católica, veo las deficiencias enormes de la religión con la que crecí, y por ende sentí que era buena la hora de poder encontrar dentro de esa misma, las mejores propuestas. Mucho se dice hoy día, que es muy sano conocer lo que proponen otros grupos religiosos, ya que no podemos olvidar que las religiones son en esencia grupos de personas que comparten y no es atinado que paguen justos por pecadores. La espiritualidad siempre es personal. Algunas veces me he topado con gente muy creativa, algunos sacerdotes jóvenes y abiertos que son pequeñas luces, a veces casi del tamaño de una luciérnaga, no importa ya que una pequeña luz abre camino.

                                                                          Nos continúa diciendo Erich Fromm: -En las esferas de la voluntad y de la emoción es donde se pule el pensar-.

Tener la voluntad de encontrar, a pesar de los pesares vividos. Saber que cuando la gente no piensa igual que uno mismo, es tan solo valorar sus porqués y seguir adelante.

El pseudopensar, puede existir en nuestro derredor. Se da cuando se cree que se está pensando, cuando en realidad solo se está reinterpretando, sin percibir como es que se crece. No importa que el pensamiento limitado exista, no a todos les interesa crecer en lo interno. Lo genuino que habita en todos y cada uno de nosotros es lo que permite un camino personal a cada ser. A veces respondemos a los momentos de vida un tanto por presiones, para luego desencantarnos.

Tener claridad en el significado de vivir, no solo es una mimetización a las exigencias de grupos.  

Pensar con un criterio formado toma su tiempo y hay personas que no propician eso en los críos, porque les conviene seguir manipulando los hilos de los hijos aun siendo adultos.

Decir tan solo: No lo sé, a veces cuesta mucho. La cultura de hoy día nos ha hecho creer que todo habremos de saber a pie juntillas, todo y de todo. Es por eso mismo que los apremios de este tipo nos llevan a desfiladeros angustiosos y luego no sabemos ni porque los estamos viviendo.

A veces las personas no están listas en lo interno y no pueden escuchar algunas cosas ya que se toman las opiniones que uno puede expresar para crecer, como algo de agresión personal.  

Dice Fromm: -No es lo que se piensa, sino como se piensa-. Y sí que hay una gran diferencia, porque lo que pensamos a veces puede ser algo adosado y que no tiene asiento verdadero en uno mismo. Como lo pensamos, ya es harina de otro costal. Pensar con uno mismo, es algo que se da porque hemos llegado a esas ideas a base de experimentar, y la experiencia cuesta esfuerzo y claridad para asentarla.

Dice Fromm: Es impresionante el grado en que la gente se equivoca al tomar por decisiones propias lo que en efecto constituye un simple sometimiento a las convenciones, al deber o a la presión social. -

Y, continua a la letra: -La inseguridad en el ser humano se origina cuando el mimetismo con lo externo no permite un equilibrio con el interior de la persona. -

Cuánta gente da demasiado valor al reconocimiento, que a fin de cuentas está bordado en el vacío.

¿Cuándo vamos a comprender que lo que vivimos solo implica un desarrollo para el interior y para el alma ¿qué es lo que a fin de cuentas prevalece de uno mismo? Todo es efímero, sabemos que es impermanente la existencia, nos engañamos creyéndola estática y sin cambios, luchamos por cosas que a fin de cuentas serán perecederas. -Nadie se ahoga por ser él mismo. - Dice Fromm. (Continuará)

 

 

jueves, 9 de noviembre de 2023

 

D.L.V.D. Libertad, es decisión. (10)

 

                                                       Nunca quedarnos con una sola definición.  Buscar, comparar y hasta confrontar, es algo muy valioso. MJ

 

                                                                      Las definiciones de los conceptos tienen por lo general una tendencia, es decir están sujetas al ámbito que han de apoyar, y por eso mismo puede resultar necesario tener varias versiones. Cuando las sentimos poco objetivas, tal vez sea porque están determinadas por algún tema. Se podría hablar de la relatividad de lo objetivo, ya que es tan solo esa manera de concretar lo más afín a la realidad.

En el caso particular del concepto de libertad, estas variantes se dan con algunas diferencias. En varios casos hasta pareciera que están definiendo algo más que el concepto mismo, mas cuando observamos bien, vemos como todo nos lleva a una mejor comprensión. En lo personal hago algunas veces el ejercicio de comparar escribiendo, puede resultar cómodo y claro.

En el caso de la creatividad, hay mucho de compatible en casi todas las definiciones. Nos llevan a aseverar que es algo que va unido a tener en primera instancia, una actitud de proponer y ya luego el sentido especifico de lo que se propone. En este caso es muy importante deslindar esta definición de las artes, para poder situarla en la vida de cada día.  En los ámbitos de la vida diaria es cuando a veces no se entiende bien cómo actúa la creatividad, porque nos cuesta más tenerla clara mientras cocinamos, o cuando disponemos las variantes de la vida misma, por ejemplo. En lo personal que no soy muy afecta a la cocina, cuando en casa saben que voy a hacer algo en esos lares me advierten: -Nada de suposiciones practicas por favor- por no decir: -Ni te atrevas a poner de tu cosecha a la receta que vas a cocinar. - No hago mucho caso, hay un sonreír por dentro y aceptar algo que me dice: -tu, pon y quita. Que al cabo vas probando. -  Invariablemente la receta de cualquier guiso me sirve de base nada más. A fin de cuentas, termino haciendo la mía. No puedo cocinar con tanta exactitud, como tampoco se puede vivir la vida con recetas.

Lo que se va presentando es muy valioso como para atenernos en demasía a las propuestas estáticas ¡Por supuesto que hay que poner de nuestro ronco pecho, lo que queramos!, aunque algunas personas no puedan con nuestro ritmo, y se alejen.

                                                                           Una Navidad me toco hacer el pavo.

Es un pavo pequeño el que hacemos en casa, somos pocos y aunque nos gusta que quede una porción para lo que aquí en Yucatán llamamos naches (lo que queda para el recalentado) preferimos que no quede tanto, porque llega a aburrir el sabor del pavo, es fuerte. Así pues, me dispuse a ver que hubiera todo lo que pedía la receta. Divisé la botella de vino asentada en la despensa y no me tome el trabajo de ver si era vino blanco o tinto. Al momento de poner el vino (que era blanco el requerido) me doy cuenta que el que tengo entre las manos es tinto. Ya no había tiempo de salir por otro (vivimos un tanto lejos de la ciudad y en ese entonces ir al super era lejísimos) Decidí cocinar e inyectar el pavo con vino tinto. Cual fue nuestra sorpresa ¡Oh! ¡la la!!! el pavo de Navidad nos dio rebanadas deliciosas de pavo muy jugoso, de tonos natural, rosa y rojizo. Así, hice por vez primera un pavo marmoleado. Obviamente que los comentarios fueron la botana todo el fin de año.  Hoy día, cuando me toca entrar a la cocina, me dan la receta bien clara y checan conmigo que no vaya yo a cambiar nada. Puede ser muy divertida la creatividad, y más, si no cambia nada esencial y que perjudique. Bienvenida sea con sus propuestas y dones.

Tenía yo unos 11(once) años de edad cuando mi padre adquirió un automóvil nuevo. Tanto para él como para mí los colores importan e importaban mucho, y creo que yo le animé a comprarlo color lavanda. Así es, un automóvil de tonos morado muy claro amalgamado con plata. No se notaba mayormente el color especial porque lo platinado lo disimulaba, pero fue la sensación de todos los niños de la cuadra: -Un auto morado-. No, jamás fue morado ese auto, era a fin de cuentas gris/lavanda. Si algunos lo vieron morado, fue porque tan solo era de un color no muy común en los autos de esa época, la década de los años 60 (sesenta). Mas, para completar el verso estaban de moda unas flores de colores neón muy llamativas. En lo personal había ido a la ciudad de México y había adquirido varias flores, pegatinas que a fin de cuentas se le ponían a todo, cuadernos, guitarras, forros de libros escolares entre otros. Pues, le pedí permiso a mi padre para poner al automóvil una de esas flores enormes junto a la puerta trasera, en el espacio que queda entre ésta y el techo, y él accedió. Mi madre puso el grito en el cielo, no era para ese auto, ese pegoste.  Y creo que tenía toda la razón. Hoy día lo pienso y se me hiela la sangre de pensar en esa acción tan permisiva de un padre, creo que pensó: mientras no se afecte la esencia, la expresión es siempre bienvenida.

                                                                                Nunca estoy cerrada a escuchar o leer más sobre los temas que me interesan. Creo que eso también se lo debo a mi padre, que ponía todas las enciclopedias de casa a la mano. Si nos interesábamos en algún libro en especial, mi madre tendría que dar el visto bueno, -ese libro, es muy complejo, decía, déjalo para más adelante-.

Es un hecho contundente que cuando nos permitimos crecer en los temas que amamos el flujo del tiempo cambia, va más de prisa en un sentido positivo ya que nos sentimos más vivos… Y también se puede percibir, como que se detiene el tiempo, porque hacer, leer o practicar lo que nos encanta, nos sitúa dentro de una especie de burbuja de la que nos cuesta salir.

No he sido afecta a comprar libros de autoayuda, con esto que digo no me refiero a que no sean buenos para quien los disfruta y le sirven, porque es un hecho que cumplen el cometido de ayudar.

En lo personal, algunos que cayeron en mis manos solo me crearon más incertidumbre e inocente confusión inesperada.  Tomar cartas en los asuntos que nos inquietan ha de ser algo que hay que practicar con más asiduidad, aunque siempre me ha quedado claro que las respuestas al ser humano, siempre se encuentran dentro de uno mismo. A veces los libros son como catalizadores.

Somos individuos completos y actuantes y creo que nosotros mismos tenemos la mayoría de las respuestas.

Creo que el primer libro de ese estilo que cayó en mis manos fue el titulado Juan Salvador Gaviota de Richard Bach. Esta fábula novelada la leímos muchos jovenes en la década de los 70 (setenta). Me entretuvo y nada más. ¿Dejó en mi alguna enseñanza secreta? Si así fue, no me di del todo cuenta en ese momento.

Hoy día, hay mucha divulgación científica para leer, mucho antes de caer en formulas secretas para la felicidad.

                                                                                                 A nada estoy cerrada.

 En estos días una buena amiga a quien aprecio muchísimo me regalo un libro sobre la creatividad. Sabe cuánto me gusta el tema, así que lo agradecí mucho. Ella y yo somos amigas desde la más tierna infancia y con el tiempo esta amistad nos ha demostrado cuanto compartimos tanto en gustos como en creencias. No estudiamos juntas, solo hasta la preparatoria coincidimos y nuestra amistad cuajo para toda la vida. Además, nuestras abuelas son primas, nada raro en los ámbitos de la provincia. Así es que recibí el regalo con ganas de leer rápido. ¿Qué más se puede decir sobre la creatividad? Me tomé la libertad de encontrar nuevas propuestas. Lo leí todo en dos madrugadas y encontré algunas pepitas de oro.

Así pues, lo que hice a continuación fue (lo que mi marido considera una herejía hacia cualquier libro de papel) marcar en amarillo fosforescente lo que se quiere resaltar, reconsiderar y hasta pasar por escrito a otro sitio.

Lo primero que nos dice la autora Elizabeth Gilbert es que la semilla de lo creativo está en todos nosotros. No hay excusa para decir que no somos o no sabemos cómo ser creativos. Todo cuenta. Si la mañana es fría, si amanece caluroso, si la preocupación que traemos nos ata la libertad o nos la expande. Nos da una definición concreta de la creatividad para su texto, para llevarnos a comprender que todos podemos ser creativos. Crear, dice: - La relación entre un ser humano y los misterios de la inspiración-. y entendamos: Hasta para lograr un buen café percolado (el más fácil y sencillo de la era moderna, creo yo) es necesario estar inspirados.

La gracia, (la primera vez que escuché este concepto, me la pusieron tan complicada a través de la Iglesia Católica en un retiro, que me quedé pasmada) es una condición que, si la comprendemos, fácilmente la podemos llevar a nuestra vida diaria.

De entrada, la puerta principal a la gracia, es tener un compromiso con nosotros mismos. Por ahí se accede, ¿y luego? Tener muy claro lo que amamos. Como esto último nos puede llevar tiempo descubrirlo, es por eso que hoy comprendo porque me la pusieron tan complicada de entender, en el retiro espiritual de mi juventud.

Cuando comprendemos el sentido positivo de la soledad, esto puede ayudar a acceder más rápido a la gracia. Ahí, se conoce una parte, porque esto no quiere decir que esté ausente en el tumulto. En lo personal no soy de multitudes, así que me es más difícil encontrarla ahí, que en los silencios. Sea en soledad o tumulto la gracia es un equilibrio interior que poco a poco descubrimos y nos conforma.

                                                                   Cada mañana, cuando a lo lejos escucho a las palomas de monte en su mormullo matutino, percibo parte de la gracia que a mí me reconforta. Mi madre decía de pronto: - ¡por favor que callen a esos piches!   obviamente le rompían el equilibrio la gritería de los pájaros en los alrededores de su casa. Cada ser, con sus cada cuales. Somos nosotros mismos los que decidimos, que es eso que nos ata, y que acciones son las que nos liberan. Si luego, algunas de esas aves de borde de ala tocada de blanco, esas palomas de nuestros entornos deciden venir a sus platicas matutinas al alambre frente a un ventanal, ¡Bienvenidas sean! pues he de decir, que en mi caso dejo de trabajar en la mesa donde estoy haciendo algo, y solo les contemplo.

La autora del texto sobre la creatividad, muy claramente dice que la forma creativa no tiene que ser de gran relumbrón ni mucho menos escandaloso protagonismo. Podemos practicar un talento y que el resultado sea de pettit comité.

Dice: -La creatividad nos amplifica el alma. - En principio, creamos para nosotros mismos.

A los miedos humanos, no les gusta que la vida pueda tener una dosis de acción impredecible. Con los años aprendemos que lo que no se puede dar previsiblemente, a veces trae mucho más gozo, y ni que decir felicidad. (Continuará).

 

 

 

 

 

 

 

jueves, 2 de noviembre de 2023

 

D.L.V.D. Libertad, es decisión. (9)

 

                                                          Las angustias se originan de todo aquello que amenaza (real o ficticiamente) y va en contra de los intereses vitales.

Erich Fromm.

                                                                             Lo que como vitalidad definimos, es todo aquello que nos significa para el continuo de la vida personal, tanto en lo material como en lo espiritual. Si ese continuo está lo más ordenadamente posible, es muy factible que las angustias se disminuyan o tan solo sean parte de los imprevistos.  La angustia, esa misma que se aloja en el interior, puede minar al ser total. La persona se resquebraja y puede afectar el cuerpo físico y también el espiritual.

El estado general humano puede verse comprometido y hasta pensar que lo que siente y vive es causa de una depresión, cuando en realidad, a veces es una mala concepción y/o administración de la realidad. Las angustias son expertas en disfrazarse, pueden llevar a pensar que el estado ansiolítico es el natural.

                      La realización humana en todo su potencial, es totalmente necesaria.

Nunca olvidarnos que todo lo que hacemos tiene momentos y etapas en la vida, no siempre los asuntos tendrán la misma fuerza, es por eso que si estamos atentos a lo que corresponde en el momento que estamos, lo venidero se logra mejor. Cuando nos concentramos en lo que parece urgente pero no es lo importante, puede haber desequilibrio. Las urgencias se atienden por naturaleza, se cierra el episodio y se regresa al flujo natural.  

Sea lo que el ser humano elige o lo que el mundo le proponga, tener y trabajar con conciencia entre lo que queremos y lo que podemos, es básico y podría decirse que hasta saludable. Si somos dueños de nuestro pensar, podremos tener más claro todo, el alma es parte del cerebro, no hay que olvidarlo. 

En algunos casos la vida nos urge y hasta nos invita de una manera demandante a conformarnos con lo que vivimos.

 De momento se puede sentir que nos está presionando el destino con algo que no queremos como parte de nuestro plan. No es así, la aceptación es sabiduría.

Ironías de la vida, dirán algunos, aceptar lo que no parece ser parte de ¿mi plan?, no olvidar que a veces ese irónico devenir por el que se puede repelar con fuerza, tiene maravillosas respuestas que se mantienen escondidas y que hay que descubrir.

¿Cómo derivan una serie de acciones en frustración?

Uno de los caminos directos a la frustración es adoptar pautas culturales solo porque están de moda, sin que en realidad formen parte de las acciones creativas.  Al yo, ese yo mismo habría que mantenerlo por el camino de las propuestas vitales y no las exigencias descabelladas.

Dice el autor: -La persona que se despoja de su yo individual, y se transforma en autómata, paga un precio demasiado alto y puede perder aspectos de la personalidad. – y de la estabilidad emocional, diría yo.

Se puede entender como los pensamientos provienen de fuera de nosotros, del exterior del yo mismo y sin embargo aceptarlos como propios y veraces. Si se hacen propios y van respondiendo a nuestra esencia propositiva solo han de responder a nuestra realidad. Vivir fuera de la realidad equilibrada cobra tributo.

¿Cuándo podemos detectar que los pensamientos no son propios?

Tan fácil como que no responden a nuestro camino creativo.

Tengo una amiga que ha definido a las exigencias sociales como el monstruo sin cabeza, y me parece muy acertado, porque ese aspecto de la vida exige con un modo que a veces no es pensante.

Hoy día la práctica tan de moda de la plástica, da muestra de esto. Cuando se esculpe o se pinta el tema elegido es muy significativo. A veces se toman temas porque si, sin mayor razón que practicar las técnicas. Eso es parte del proceso. Ya cuando se pasa al punto de la creatividad personal, los temas tienden a ser más significativos como parte del ser expresivo. En el camino del arte esto es detectable, conjuntamente con el logro de un estilo personal. Así como hay un estilo reconocible en la plástica, también puede haberlo en el vivir, en los modos de resolver los asuntos, en los modos de ser.

                                                                    La libreta numero 54 (cincuenta y cuatro) se abrió ante mí. Aunque ya mi ser iba encontrando un asiento de serenidad una vez entrado este siglo, hace 21 años insistía en poner al frente y en primera instancia: algunas expectativas. No me daba cuenta cómo iba copando mi propio devenir libre. Es un vicio crear expectativas, mas hasta que no lo experimentamos lo suficiente es que eliminamos esas prácticas. Todo lo que uno ha vivido está ahí asentado en el ser que somos, lo difícil es tener claro que todo eso nos da el sustento diario de creatividad.

                                                                    Repensar con nuevos bríos es algo natural de la vida del ser humano, si lo hacemos serenamente, es posible que se atenúen dudas y conflictos. Estar cada día observantes y dando pie a que la vida se manifieste con lo que trae, es un modo muy positivo.

En esta época me preguntaba varias veces al día, que quería decir exactamente mi madre cuando sin que ni para que aseveraba: -ustedes, creen que eso que quieren hacer, es unto de la Magdalena-.  tal vez para ella, resolvíamos con una actitud de premura y rapidez y sin meditar los asuntos.

¿Atorones? Siempre los hay, y los habrá.

¿Reencuentros con verdades que no nos placen del todo?

Las verdades duras de roer, siempre están a la vuelta de la esquina. Son el pan nuestro de cada día.

En estos momentos viví mucho aprendizaje. Vengo de un grupo humano en donde se planeaba poco, la vida se concebía como iba llegando, y aunque este modo tiene sus beneficios, creo que es caldo de cultivo para la angustia.  Se podría decir que, con promesas incumplidas la vida golpea, más al cabo uno comprende que es tan solo un modo de vivir, y más nos vale siempre proponernos vivir con lo que sí se puede cumplir.

¿Cómo se hace presente la serenidad?

A base de ensayo / error. No pasa nada si de pronto hay que hacer altos inesperados, también en lo que se recompone hay vida plena.

Uno de los valores que ayuda mucho a fluir con más gracia es el de la sencillez. Todo lo que es muy rebuscado o implica propuestas complejas, al cabo acaba cobrando gran tributo. El principio sano de la sencillez estriba en que podemos planear con claridad y mejor, dejando un espacio con apertura de acción. Querer tal o cual cosa de determinada manera no es un pecado, pero siempre hay que tener la puerta abierta a que eso se transforme, y haya que retomar de alguna otra manera. Disfrutar las opciones evita cerrazones.

Cancelar planes con acierto no era aún lo mío. Siempre me causaba pesar y por más que podría yo tener las mil explicaciones, siempre había un dejo de tristeza. Y, aun no podía comprender que lo que no se hace o no se logra, es porque algo más fuerte lo ha impedido y tiene validez.  Decía mi madre: -Líbrenos, trino Señor-. O lo que es lo mismo (entre otras acepciones del dicho), que bueno que eso, no se dio.

No es que seamos contradictorios los humanos, más bien es que las expectativas no son buenas compañeras de viaje.

Sabiendo más claramente lo que se pretende en cada etapa, se evitan muchos atropellos y dentro de esto no tener que dar explicaciones de más.  Yo misma, cuando cambiaba los planes, me sentía en la obligación de estar explique y explique, cuando hoy día eso me parece irrelevante. Son unos cuantos los que deben saber algunos motivos, los demás, están tan ocupados en lo suyo que ni les interesa por qué las aguas toman de pronto otros cauces. Si se nos cuestiona por qué se toman caminos y decisiones muy singulares, habremos de valorar la intención de la pregunta, ya que mucha gente se regodea en el chisme, ¡cuidado con esa energía! (de averiguar de más, o estar en asuntos que no nos incumben) puede hacer mucho daño.

En épocas de fin de año son tantos los compromisos que se generan, que ya nuestro humor está más enfocado en cumplir a pie juntillas, como si fuera manda. Elegir los más significativos es tarea obligada, aunque sintamos que todos son importantes.

Ahora, hoy día que veo lo que viven mis nietos (que prácticamente son unos bebes aun) me espanto de tanto que se propone para festejar, y me da tranquilidad cuando escucho decir a sus papás que no irán a todos los eventos propuestos. Ningún niño necesita festejar el cierre de año con múltiples reuniones.

 La hermana mayor de mi padre que vivía la mitad del año en Nueva York y venia en algunos meses a la ciudad, convivía con nosotros y me decía:  -Que junten a todos los niños que cumplen años el mismo mes, y hagan un festejo colectivo- Me pareció estupenda la idea, misma que jamás vi concretarse.

Creer que uno tiene derecho a vivir particularmente algunos asuntos como mejor le plazca, es algo natural de la condición humana. Algunos de los sacramentos de la religión católica ya se imparten colectivamente, asunto que veo muy práctico. Cuando se Bautizó a nuestra nieta yo sabía que había otros niños que serían bautizados ese mismo día, en la misma iglesia. Cuando se dio, percibí falta de orden a la hora de organizar. Ese día me puse muy molesta, porque estoy de acuerdo en lo grupal, pero bien llevado. Fue tan rápido, que literalmente nos sacaron del altar y área de la pila bautismal pisándonos los talones y quedamos dispersos. Salimos al atrio a reencontrarnos como pájaros despistados por una ventisca. No pasa nada, la terraza exterior de la iglesia es muy arbolada y ahí cerramos el capítulo.  Aunque no puedo dejar de lamentar que un evento así, se apremie, sacando a unos porque vienen los otros detrás. No es carrera de obstáculos.

El momento vivido debe ser pleno, así sea compartido por otros grupos ajenos. Nunca es fácil coordinar, mas de eso se trata la vida actual, cuando ya somos tantos los seres humanos.

                                                                  Cuando en la época navideña pongo el pesebre en casa, y dispongo las figuras tratando de buscar un acomodo diferente cada año, me doy cuenta que la imagen Casita de Nazareth siempre tendrá los elementos en los que creemos y en los que se apoya nuestro sentido de vida, mas, esa imagen no es estática ni cerrada. Si se cree en la perfección, no perder de vista que ésta consiste en tener criterio y si es necesario recomponer, acción que dependerá de lo que estemos viviendo. (Continuará).