jueves, 28 de julio de 2022

 

 

De la vida diaria.

Tenis y vida. (3)

Las heridas y los partidos son difíciles de cerrar. José Luis Clerc. (Batata.)

 

                                       Cerrar, en cualquier ámbito de la vida no siempre es fácil y algunas veces produce dolor y desconcierto, lo que hace que se prolongue algo que podría dar paso a un nuevo proceso. En la cancha de tenis puede ocurrir lo mismo, a veces uno como espectador visualiza lo que mejor podría hacerse para cerrar un partido, aunque eso en la realidad del juego no se dé. Todo esto nos habla de que siempre existe un espacio en el que la mente no logra estar totalmente armónica con la realidad. Es bueno tenerlo presente y no presionar ni presionarnos. Al cabo se dará lo mejor, que no siempre es precisamente lo que pensamos de antemano.

Las culturas orientales lo saben muy bien, ahí es en donde ha nacido ese modo de pensar de estar en presente, que no es otra cosa que estar más atentos a lo que se pide de momento. Algunas personas creen que estar en el ahora borra o saca de la jugada el pasado y como que no importara el futuro, y para nada es así, quien vive en atención percibe circularmente lo que hay que resolver, es seguro que lo hace porque conoce las enseñanzas que ha aprendido y sabe que eso mismo le puede proponer buenas alternativas de futuro.

En tenis, una manera de concluir es colocando, es decir llevar una pelota a un lugar exacto previsto, como puede ser al extremo profundo de la cancha, entre otros modos de cerrar.  En este deporte en particular, se observa mucho la dificultad que tiene un jugador cuando tiene que terminar un juego, un set o lo más complicado que es poner el punto final a un partido. Se dice a veces que el jugador camina por la cornisa, porque uno ve claro el cierre, prácticamente está a la mano, mas sin embargo no se logra tan fácil.

                              Uno observa la seguridad de un jugador cuando tiene una derecha limpia y bien ejecutada. ¡Qué bello es el golpe de derecha!, hay momentos en que uno siente que es uno mismo quien lo está ejecutando, como que sin darnos cuenta acompañamos al jugador en todo. Implica un proceso completo, cada golpe es una circularidad. El golpe de derecha de un jugador puede ser lo más original de su juego y también puede considerarse el golpe más clásico de este deporte, en su modalidad más fina se le denomina slice,  es decir la pelota se desliza sobre un viento a favor pasando casi rozando la red con bastante fuerza, lo que puede propiciar un pasing shot asunto que se traduce en que el oponente solo ve pasar y no logra devolver, generalmente estos pases se dan cuando se observa al jugador contrario subir hacia la red. El pegar de izquierda (que se puede hacer a una mano como en el tenis clásico o a dos manos que es la modalidad de hace algunos años para acá) de ambas maneras es un golpe  muy apreciado. Muchos jugadores la utilizan para lo que se llama revés paralelo, va la pelota a todo lo largo del lateral por el que se localiza el jugador que responde. Considero que el golpe de revés a una mano es el mas elegante.

Se dice que se abre cancha cuando por estrategia un jugador pone la pelota en los extremos laterales con angulación. Es un golpe que requiere una meditada posición no solo del cuerpo sino de la raqueta. Como espectadores aprendemos a visualizar qué está pasando en la mente de los jugadores y a veces nos sorprenden con ejecuciones mucho más difíciles de lo que podemos pensar, arriesgadas si su carácter se los permite. En la vida diaria también hay quien se arriesga y quien no.

Se puede pegar con efecto, es decir poner la raqueta con tal angulación, que la pelota caerá en lugar imprevisible o movida del lugar en el que se le espera. En la vida diaria es cuando algo se dice que es inesperado y noquea de momento porque es una respuesta un tanto retorcida, mas  no deja de ser exacta. Puede causar hilaridad lo que de momento cambia y al querer contestar uno se aturde. Es claro que los más experimentados ya saben y ven venir el asunto y se preparan al salir más rápido al encuentro de la pelota y por ende dar más juego interesante. Estas pelotas con efecto a veces se sitúan muy cerca de la red haciendo imposible su alcance, es decir es cuando con buena previsión y estando bien parado un jugador puede poner como si fuera una sencilla gota de agua la  pelota suavemente, se conoce como drop shot.  Una pelota que se responde corriendo no tendrá el mismo resultado, por lo que la pelota como gota de agua necesita mucha atención, suavidad en el brazo, delicadeza en su ejecución. Es como dar un inesperado beso suave en la mejilla a la cancha, aunque quien recibe un drop shot no creo que sea tan feliz, ya que se corre mucho, se trata de devolver, pero no siempre es posible.

Un concepto interesantísimo de este bello deporte es el timing.

No solo se refiere a que todo tenga su propio tiempo, que de entrada ya es un asunto a favor, más bien se trata  de que el jugador no pierda la concentración, potencializando sus tiempos de golpe y movilidad. En la vida diaria pareciera que no es tan importante estar concentrado, más si lo observamos con detenimiento sí que lo es. La puntualidad es básica, hoy día el jugador de tenis tiene un tiempo límite para realizar el servicio, esto se implementó porque antes se tomaban demasiado tiempo y no era justo para nadie. Las penalizaciones por tomarse tiempo de más son a veces motivo de discusión con el juez de silla.

bote pronto se le pega a la pelota cuando no se le permite  lograr completa la trayectoria de la que es capaz y se entra de momento con solidez a pegar mucho más pronto de lo que necesita un golpe clásico. En la vida diaria es como cuando alguien responde antes de haber escuchado todo el argumento que se va a plantear, no es algo desdeñable en lo absoluto ya que propicia una más centrada atención y a veces resulta dar un nuevo sentido y por ende una resolución más concreta.

Errores no forzados, son los errores en los que uno se decide a tener una respuesta que se siente certera y termina siendo errónea, esto casi siempre es por estar mal parados, no lograr la mejor posición y por supuesto por desconcentración, la buena intención no basta. O como a veces coloquialmente se dice: Por buscar la mejor respuesta uno rebusca en demasía para dar al final la equivocada. En lo personal aprendí  cuando estudie  Raja Yoga, que vale mucho la primera respuesta que llega con claridad a la mente. La mayor parte de las veces como hija de la intuición.  Dar demasiadas vueltas a los asuntos solo los enturbia.

Mucho de lo rápido con que responda un jugador podrá lograr una respuesta  asertiva, la fuerza solo se recomienda  cuando hay seguridad de estar en buena posición, porque aunque es agresiva  no es lastimera.  

 Dependiendo del material de la cancha, la pelota rebota diferente. Es como cuando elegimos tener una conversación importante frente a una taza de café o caminando. La serena bolea pertenece a las canchas de pasto, el rebote más suave es de polvo de ladrillo o tierra batida y el cemento que propicia rapidez.   El clima afecta de manera profunda, si hay o no viento, si el sol o la humedad son muy intensos.

La ropa se patrocina por empresas bien consolidadas en las áreas deportivas que les dan las opciones más personalizadas y las elecciones hablan de la personalidad. Las preferencias se convierten en  productos deseados por todos los fans. Me comenta mi hija mercadologa, que cuando un tenista sale con un outfit nuevo éste modelo sólo lo utiliza él mismo. Al final de los torneos las demandas de ese producto rebasan las miles de ventas ya que todos las quieren,  así somos los humanos, nos persuaden a ojos cerrados, a veces imperceptiblemente, parte de nuestra debilidad en el mundo es creer que somos más persona si tenemos lo que el otro desea o tiene. En fin en todos lados se cocinan habas, más vale que la sazón de la vida sea personal y que si las habas nos gustan bien doradas pues a comer a nuestro modo y todos contentos.

A veces un jugador tiene que abandonar algún partido por lesiones in situ. Es triste, pero como en todos los deportes estos malos momentos suceden.

                              No les pido que lleguen al extremo al que llego yo, de tener un cuaderno especialísimo en donde sigo la trayectoria de los veinte mejores tenistas  de hoy día, mujeres y varones, las féminas están un tanto discriminadas en algunos campeonatos porque ni asisten todas las jugadoras y a veces los partidos  no se transmiten, también tiene mucho que ver que el profesional del tenis tiene una vida muy demandante entre aviones y sedes.

El tenista como el ser humano en la vida, ha de saber retirarse a tiempo y no pasar por momentos amargos que pueden ser previsibles, tiene que saber tomarse sus tiempos y por ende algunos optan por saltarse torneos, descansar y llegar al país del campeonato desde días antes del comienzo.

 Hemos sabido de casos de jugadores que abrumados por la prensa y todo ese mundo, optan por bajar su ritmo de juegos, en aras de tener más paz. Es fascinante escucharles en las entrevistas que ofrecen en algunos medios, porque uno mismo se da cuenta de que tan humanos somos y podemos ser, estando en el ámbito que la vida haya dispuesto para nuestro desempeño. MJ

 

 

 

 

 

jueves, 21 de julio de 2022

 

De la vida diaria.

Tenis y vida. (2)

La victoria pertenece a los más tenaces. Roland Garros.

 

                           Uno de los torneos Grand Slam del circuito tenístico mundial, es el que se desarrolla en Paris Francia y lleva el nombre de Roland Garros. Eugene Adrien Roland Garros fue un pionero de la aviación francesa y combatió en la Primera Guerra Mundial, desde 1928 el torneo de tenis lleva su nombre. En la cornisa de la cancha principal del recinto, la Philippe Chatrier (quien fuera  pionero del tenis, luego periodista y presidió la Asociación de Tenis francesa de 1973 hasta 1993) se puede leer la frase que acuño Roland Garros.

Y así es, en tenis como en la vida, la tenacidad es un indispensable ingrediente. Quien se descorazona, quien se distrae o quien se sale del partido (no precisamente en lo físico, sino en lo mental) es seguro que no obtendrá triunfos concretos. Hay jugadores talentosos que por su humor y a veces inestabilidad emotiva, simplemente no pueden tener constancia.

¿Es lo mismo ser tenaz que ser constante? Veamos: Es tenaz quien es pertinaz  en un propósito, es constante  quien persevera en ánimo y en resolución. Creo que ambas acciones se complementan.

Cuando en tenis el primer servicio es fallido siempre tendremos otra opción, el segundo saque. No es igual al primero ya que conlleva más precisión atenuada, más cautela y más centralidad del lugar al que queremos que llegue la pelota, tratándose más de asegurar el juego. Siempre hay opciones en la vida. Es como un plan B. No todo se logra a la primera y menos con toda garantía de bien. Lo que se quiere vivir en positivo, tal vez provenga de un segundo intento y en la vida diaria humana hasta de tres o más,  los que sean necesarios. En el tenis  el segundo saque se enfoca  con otras miras, ya que se baja la velocidad, se asegura y se da precisión al sitio de llegada y se espera que este intento propicie una buena bolea. Jugadores experimentados arriesgan en este momento apostándole a la  fuerza y contundencia y a veces lo logran.  Un rally (las veces  que va y viene la pelota) puede ser de varias idas y vueltas de lado a lado, y es fascinante ver qué estrategia prevén los jugadores para cerrar el punto, hay posibilidades ya conocidas que uno como espectador espera, siendo que a veces las sorpresas que se dan son muy agradables por inesperadas como pasa en el diario vivir. A quienes estamos observando nos puede mantener un momento así, al filo del asiento. Lo que en tenis se llama la bolea  es lo mismo que en la vida el ir y venir de convenciones para llevar una mejor resolución a buen puerto. Es obvio que de entrada  se trata de ser amable y aunque podría ser que se tenga la posibilidad de hacer unos buenos remates  más rápido, a veces se prefiere pasar la pelota varias veces antes de cerrar, con nuevo ritmo, claridad de miras, y hacer juego. Mucho tiene que ver la posición del jugador en la cancha.  Si el contrincante es diestro o zurdo y ha desarrollado las herramientas del propio juego en ese sentido, propiciará  incomodidades en el otro jugador. Es toda una similitud con la vida, todo cuenta, mas al final la contundencia tendrá la última palabra, cerrando siempre  para bien de ambos. La palabra perder ha de utilizarse con cautela, porque en realidad nadie pierde ya que todo es aprendizaje, independientemente de que sabemos que uno de los dos tendrá una ventaja que se reflejará en puntos acumulados y ranking.

                                 Con la actitud comienza la develación psicológica que dará pie a que se dé un partido con presencia de acción: ofensiva o defensiva. Claramente se puede notar quien conduce el juego y como lo va logrando. La mentalidad de cada jugador pondrá en la palestra y por ende en la cancha lo que se va  a desarrollar. Si se sabe que un jugador posee menos herramientas y experiencia que otro, esto implementa en la fuerza mental que está presente y será determinante. Se sabe que un jugador de tenis puede estar o no estar presente y más que nada con ánimo entero en el juego. En la vida diaria siempre es mucho mejor estar en un buen estado mental y bien descansado para hablar asuntos importantes. Uno se pregunta ¿cómo se va a dejar de estar, si se está  en lo físico? es exacto lo que pasa en la vida humana, uno puede estar en cuerpo en lo que le toca vivir y con la mente en otro lado. Mucho comentan los que narran los partidos, que un jugador se ha ido del partido. Esto en el tenis se nota más cuando uno observa un partido en el que ya se conoce  a los participantes y ya se sabe más o menos como son y se ha visto algo de sus herramientas escogidas en otros momentos y más que nada sus reacciones. Lo que se pretende en el juego de este deporte es que precisamente ¡haya juego! Si algún jugador permite que le gane el mal humor o el miedo de cometer errores se desarrollará  un partido laxo. Dicen en ese caso que el jugador no se ha soltado. Si un jugador se amarra y no propicia confianza, estaremos en una especie de inercia. En la vida misma no se puede dialogar en positivo con alguien que de plano no quiere poner sus mejores esfuerzos. Así pues es que se aprecia a los jugadores que saben poner el buen talante y acción asertiva. Esto en concreto es la esencia de un partido, cuando empieza a haber juego el partido puede escalar a momentos que son inéditos y de gran emoción. Es impresionante lo que hace la porra desde las gradas, ahora que hemos visto partidos sin público por la pandemia del Covid, se ha notado la diferencia.

Cuando ambos jugadores están presentes se percibe de inmediato desde la práctica preliminar y uno como espectador lo disfruta. Se ve a los jugadores entrar con seguridad y como se alientan entre sí  y  a sí mismos. Cuando se empieza el partido lo más esperado es que vayan con similitud de puntos ganados, esto nos habla que se está jugando con equidad y que lo que sucederá para desenlazar será la mies  y la esencia pura que uno espera. Estos partidos tan competidos o bien jugados son los más apreciados porque se les nota seguros a los participantes y dando todo. Encontrar momentos en que el jugador aplaude un buen punto de su oponente es grandioso, ya que nos denota que  esa persona es segura de sí misma y  tiene claro que no solo está en la cancha para competir y ganar, hay otras acciones apreciadas para  aprender del mismo juego, así como del oponente.

En una ocasión jugando un partido de dobles me sucedió algo inesperado que no puedo dejar de mencionar porque fue comentado entre los de casa y no daban crédito. De momento quedé tan fascinada de la devolución bien ejecutada de una de las oponentes, que le aplaudí desde el lado opuesto con naturalidad, de pronto mi compañera de juego me pidió que fuéramos al fondo de la cancha, yo pensé que se sentía mal y quería cerrar el partido (asunto que es comprensible y que  habremos de apoyar a quien juega con nosotros) pero no fue algo así, simplemente estaba muy molesta por mi actitud de alabar una buena pelota que provino de las oponentes, y me habló con seriedad rotunda:  -Por favor no estés alabando lo que ellas hacen bien, no de eso se trata este juego.- Me quedé atónita. ¡Claro que de eso se trata! Es un juego. Esta persona no era mi compañera habitual, así que queda claro como es importante mirar en la misma dirección cuando se van a compartir ámbitos cercanos. La mentalidad cuenta, y cuenta mucho para la felicidad en la vida y a veces no vale la pena entrar en diálogos que no llevan a nada. Exacto como sucede en la vida de cada día.

Así mismo podremos decir que estamos viviendo plenamente cuando comprendemos que lo que hacen los demás no nos evita a nosotros hacer lo mismo o lograrlo mejor si fuera el caso, y así  observar, decir y hasta alabar lo bien que otro de nuestros congéneres hace algo, no perjudica a nadie y nos redundará en beneficio a todos. Nunca dejar de recordar que estamos en el mismo barco y que aunque de momento pareciera que estamos encontrados  es tan solo una convención subjetiva y necesaria. Se dice que se le quiebra el servicio a alguien cuando el que sirve no logra ganar los puntos para ese juego en concreto (de los seis que forman un set) y da pie a que el otro se quede con ese juego. Se siente tristeza cuando un jugador no puede conservar sus servicios para ganar,  siempre como en la vida diaria, la esperanza está presente. Es anímicamente muy fuerte perder el juego en el que se sirve. A veces la actitud de resiliencia es muy palpable ya que el jugador que va perdiendo sus servicios, tiene dos caminos: o se desanima o se levanta más fuerte. Nada en tenis está perdido hasta el último segundo del partido.

Algo que es determinante para percibir el ánimo, es apreciar el lenguaje corporal, tanto en el día a día como en la cancha esto es patente. Quien mantiene la serenidad vive mas plantado y con esto se logra poner de lado el momento amargo. Si el jugador se mantiene en movimiento, espalda erguida  y va conservando el calor del cuerpo así como saliendo más allá de su zona de confort para ir por la pelota más difícil o más lejana, vemos una muy buena actitud. Algunos jugadores hablan en voz alta para sí mismos y cuando obtienen un punto especial lo celebran con gestos que uno como espectador aprecia y comparte. No dar nada por sentado ya que un solo punto puede abrir un nuevo camino. En el tenis  ver de antemano es básico, se dice que un jugador tiene buena lectura cuando puede prever  como regresará el punto.  Si el enojo invade (que en estos rumbos se expresa con el aporreón de la raqueta, las más de las veces) algunos destrozan la raqueta y hay penalización,  se pierden puntos y a veces hay multas de por medio. Aquí sí que aplica muy claro el dicho de que: quien se enoja lo más seguro es que pierda.

 El primer servicio, que muchos lo sitúan en el centro de la cancha exacto en donde se juntan las líneas en forma de T mayúscula, cuando se logra como un saque as, es un gozo total.

Cuando en la vida diaria algunas personas dicen las cosas a boca jarro y uno se queda  pasmado, a fin de cuentas se agradece porque nos permite una buena discusión, y aunque no se dé, nos hace pensar. Algunos jugadores toman como estrategia contestar fuerte de inmediato y subir a la red,  (ir muy cerca de la misma) para zanjar con una smash (remate sin rebote previo, que se toma en el aire). Esto no es más que decisión de cada jugador,  algunos prefieren el juego de fondo que a veces suaviza el golpe con un globo alto, lo que implica serenidad por ambos lados.

¿Frustraciones?  ¡Sí que las hay! Ser buenos observadores en la vida y en el juego, nos recuerda que no importa cuán preparados estemos, solo nos permite tener claro que como humanos somos limitados. (Continuará) MJ.

 

miércoles, 13 de julio de 2022

 

De la vida diaria.

Tenis y vida.(1)

Para apreciar los valores intrínsecos de un deporte y su relación con la vida, no es necesario practicarlo. MJ

 

                                     Es maravilloso practicar un deporte, mas lo que si me ha quedado claro es que se aprende muchísimo del ámbito humano que se da en el desempeño del deporte, cuando logramos un buen nivel de observación, tanto del comportamiento del jugador en sus tácticas, como en su ser humano en acción.  En tenis se aprecia con claridad la semejanza con la vida misma. Podemos tener claro los lineamientos, las técnicas y tácticas pero mirar los toros desde la barrera es muy diferente que estar a media plaza con el capote. Practiqué el tenis muchos años de mi vida, comenzando desde los seis años y cerrando el ciclo en la década de mis cincuenta años, cuando una lesión en el pie me impidió regresar a las canchas. Aun con esa cantidad de años con la raqueta en mano, no capte toda la dimensión hasta mucho tiempo después, el valor y aspecto conductual de ese debatirse en la cancha. Muchos piensan que es pasar la pelota de un lado  a otro y quien lo logre mejor ganará, sin saber los entretelones de todo ese ir y venir. En la vida es así, la pelota  del vivir se nos entrega al nacer, se eligen las raquetas adecuadas y el jugar será un desempeño muy personal con los tiempos y los espacios que se vayan presentando.  Poco a poco uno puede aficionarse a disfrutar los partidos por televisión o en vivo cuando es posible, hoy día se transmite casi todo el circuito de la ATP, que es: Asociación de Tenistas Profesionales.

No fue sino hasta que comencé a escuchar los pormenores de cada momento tenístico que me cayó el veinte: una cosa es comprender como se da el deporte en la práctica y otra muy diferente es la estrategia (que en mi caso nunca la practique propiamente) es un hecho lo mucho que se parece a lo que hacemos los humanos en la vida diaria y eso mismo es lo que hace muy interesante cada partido. Me fui dando cuenta de cómo se puede volver un gozo ser un observador asiduo y atento. A varias personas a quienes manifesté mi gran afición a observar los partidos de tenis, me decían ¿Y, que más chiste puede tener el estar viendo pasar una bolita sobre la red? Y ahí vino la inflexión decisiva: compartir esta visión que he ido implementando conforme han pasado los años.

En mi caso personal la práctica me ayudo a comprender el valor de madrugar, nunca fue algo pesado, y era muy  necesario ya que se aprovechaban varias horas antes de la entrada al colegio y mi padre y yo creamos un vínculo en ese compartir desde  temprano. Me levante durante varios años algunos días de la semana, a las cinco de la mañana y a las seis ya estábamos en la práctica tenística, percibiendo los olores de las canchas recién regadas, el de las pelotas al abrir las latas en las que se guardan, raquetas y arenas de la cancha se volvieron parte de mi inicio del día y los esperaba con enorme gusto. Aprendí que la mañana puede comenzar antes de lo estipulado y puede disfrutarse si la motivación lo permite y sí que se logra cuando hay la ilusión de perfeccionar algo y percibir las mejorías. Las raquetas están tensadas a una determinada intensidad dependiendo de la edad del jugador y tipo de cancha (hoy día: tierra batida, césped o cancha dura de cemento) así como las preferencias del jugador, cuando un golpe es bueno su sonido lo delata. Así empieza uno a disfrutar del sonido de la pelota cuando toca las cuerdas. Las pelotas son de hule recubierto de fibra en forma de pelusa para un toque certero pero a la vez atenuado, en los años sesenta del siglo pasado aún se jugaba con pelotas de color neutro asunto que cambio para bien, hoy día son de un amarillo fosforescente que las hace más visibles. Ese emitir su propio canto  en las cuerdas nos permite saber si se realizó bien el golpe. Es el tenis un deporte totalmente psicológico y en su modalidad más bella a mí parecer, que es singles (Un jugador contra otro) es en donde se observa más el aspecto mental.

No fue hasta que comencé a observar mucho mas atentamente el desarrollo de un partido, que entendí cuanto tiene que ver el carácter, el modo, el pensamiento y el humor de cada jugador.

Cuando uno percibe esos asuntos de similitud con la vida, se observa  como las estrategias se pueden aprender y la aplicación  y las resoluciones vitales son muy personales siendo que puede observarse un partido como si fuera toda una vida en su desempeño, una circularidad total desde que comienza hasta que se apunta el cierre. Observar todo el contexto del deporte blanco –sobrenombre que tuvo, porque los jugadores de ese color vestían (hoy día se juega con indumentarias de todos los colores habidos y por haber) nos permite apreciar la calidad humanan de cada jugador y como ninguno juega igual a otro. Solo en el emblemático torneo de Wimbledon, Inglaterra  (Uno de los 4 Grand Slams) es que se sigue la tradición de jugar todos vestidos de blanco,  a mi gusto es el torneo más elegante del circuito. Apreciar este deporte nos puede llevar a ámbitos muy interesantes del comportamiento humano y disfrutar sus diferentes movimientos, asunto que tratare de compartir en estos textos.

                                Además de los enfrentamientos singles, se puede jugar dobles que es compartir la cancha personal con alguien más como compañero, siendo cuatro las personas en el juego. En cada caso es un tanto diferente la estrategia y cambia en parte el tamaño de la cancha así como algunas tácticas. En este caso haré la comparación basándome en la modalidad de singles.

Cuando los jugadores entran a la cancha al saberse contrincantes ya en sí mismo esto propone  claramente que uno será el ganador, como parte del espíritu deportivo se logra sentir que es importante implementar la camaradería, que se comienza con la rifa para saber quién escogerá servir y quien recibirá, y así mismo comenzar el peloteo  de calentamiento  amistoso. No es un triunfo de rendir  al otro, sino es más bien lo que se logra haciendo bien las cosas en los movimientos tanto de cómo se desplaza el cuerpo así como la gestión de los golpes, siempre propiciando divertimento sin perder de vista las estrategias. Hoy día la tecnología apoya permitiendo ver la nitidez de algunos golpes y donde se ubicaron mediante una pantalla electrónica que graba todo. Es recomendable entrar con buen talante (diría uno de mis primeros maestros) como si uno dispusiera el ánimo para dar lo mejor exacto como en la vida diaria cuando ponemos un pie fuera de la cama y empezamos la vida de un día cualquiera.

                                Quien me dio las primeras lecciones de tenis siempre me preguntó cómo me sentía antes de empezar la clase y se interesaba en cómo había yo amanecido, creo que veía mi cara de sueño madrugador. Los errores eran comentados muy puntualmente, mas en esos momentos no hubo nada de enseñanza de estrategia. ¿Se pensará que un niño o una niña de seis años no tiene por qué estar pendiente de esa dimensión del juego? tal vez eso se creía. Tanto mi padre como el maestro querían que yo me divirtiera. A la larga esto me decepcionó porque no se entra solo para diversión sino para hacer un duelo lo mejor posible. Quien cree que la vida solo es divertimento y no hay aporte sabio en los pasos dados, nunca sabe si implementa o no, asunto que no aporta para bien. He de decir que siempre jugué dando lo máximo pero no me era fácil llevar un sentido constante observándome y captando el propio ritmo, y sí me hubiera encantado que me dieran un poco mas de conocimiento. Tuve un solo triunfo de campeonato en singles a los once años de edad y aunque he de decir que es algo muy singular llegar a ese punto, nunca entendí como fue, surgió como algo natural. Es bueno conducirnos con flujo natural, mas no hay que desdeñar el jugar con un plan. La marca comercial Rolex (de relojes) que apoya mucho al tenis, tiene una frase muy bella y dice algo así: – no jugamos para los triunfos solamente,  sino  para superarnos a nosotros mismos-.

Se piensa que quien comienza sirviendo con asertividad tiene mucho para hacer un buen juego, así lo asevera uno de los comentaristas (para mí el mas experimentado hoy día, y muy ameno que fue muy buen jugador en el siglo pasado) José Luis Clerc conocido como Batata. El servir  es poner la pelota en juego del lado contrario en uno de los espacios cerca de la red, se van alternando, cada jugador tiene preferencia por poner la pelota esquinada, centrada o de plano angulada. Aquí habla el carácter, quien en la rifa preliminar prefiere servir, es de carácter más protagónico así como el que prefiere recibir es quien está más atento a observar el modo de juego del contrincante. Se sirve para comenzar el juego, mas a la vez para lograr un saque as o para descuadrar la posición del oponente. ¿Cómo servimos en la vida diaria? Los ámbitos del servicio humano son muy personales. Claro que el servicio tiene su propia dignidad, y está asociado a la personalidad, tanto en el deporte como en la vida diaria. En el día a día somos afortunados si logramos entender que sirviendo a quienes nos rodean estamos hechos, dando pie a que las acciones propongan. A veces los servicios as (que son tan bien situados y fuertes que no regresa la pelota)  no son fáciles y si muy apreciados. Hay jugadores que tienen toda su estrategia basada en hacer servicios as, se aprecia pero es una situación que no propicia peloteos emocionantes que son la sal del juego. Se admiran como acción bien lograda. Es como en la vida diaria cuando tenemos algo tan claro y contundente y aunque nuestros acompañantes de vida quisieran argumentar o darle juego a las vivencias, hay momentos en los que no se puede porque se cierra la acción. Se opta por tener la última palabra rápido y la contundencia impera. Tendremos la garantía de que si todo está nítido, seremos dueños de la situación por ese preciso momento. (Continuará) MJ.                            

 

jueves, 7 de julio de 2022

 

De la vida diaria.

Circularidad vital (4)

Percibir los círculos vitales es una tarea impostergable, intransferible. MJ

 

Los círculos vitales son tan personales como la huella digital.

Solemos sentir algunas veces que en las expectativas está el modo de propiciar lo que queremos vivir, mas con esta visión de las circularidades nos ha de quedar claro que a veces no hay que apostarle tanto a un futuro muy definido y expectante, puede ser mucho más divertido estar más atentos a las intersecciones  de los círculos que estamos viviendo, tomando lo bueno del pasado y atentos tan solo a lo que depare el futuro. Es normal temer un poco a los movimientos vitales que dan sentido a nuestras circularidades, mas es peor apostarle a lo estático, que a veces ya no tiene sentido en nuestra vida y seguimos estacionados ahí. Tener claras las circularidades nos da orden y estas trasportaciones son menos confusas y más determinantes cuando hay claridad. Según nos dice Elías Canetti:- El futuro siempre es falso, influenciamos demasiado en él.-

 Lo que ya no funciona en la vida es como las lapas que se pegan en el cuerpo mojado y remojado de los barcos. Esa parte de las embarcaciones es la más determinante porque es la que convive con el agua con constancia y de una manera muy directa, mas es ahí exactamente en donde quedan materiales incrustados que nada bien hacen. Así mismo hay que saber que la parte más actuante de nosotros es la que hay que cuidar para que no se llene de basura.

Algo que de un tiempo a esta parte me entretiene y disfruto mucho  en los silencios,  es observar a los jóvenes, nos enseñan mucho y hay que estar atentos a sus nuevas modalidades de resolver, no siempre coinciden con ese bagaje que hemos cargado los que fuimos jóvenes a mediados del siglo pasado. Creo que se esperaba demasiado de nosotros y lo maravilloso de hoy día es que las juventudes tienen sus propuesta mucho más claras y serenas.

Es bueno escuchar opiniones, mas a veces hay que dejarlas en tan solo eso: Una opinión. Regocijarnos en nuestra percepción de que el valor de nuestro espíritu personal es irrepetible y va dejando su estela de bien (aunque a veces parezca que es de espuma) hay que continuar con buen talante así vayamos por la sección  de bajada del circulo vital.

En la circularidad se fluye, pero también se sube y se baja y hasta pueden aparecer puntos de inercia, como cuando nos sentimos sin saber con claridad si vamos o venimos. Aparecen los asuntos inesperados, estos solo serán acicates para bien. Se sabe desde hace mucho que el pensamiento dialéctico propone que el movimiento de evolución es como una espiral, se sube, se regresa y de vuelta a subir se llega a nuevos ámbitos.

Una de las circularidades más noble de la que podamos todos disponer para un crecimiento genuino es la que vivimos dentro del círculo paternal. Con los padres se dan esferas únicas  y  no se cierran hasta que ambos padres han partido de este mundo. Vale mucho observar lo que en ese círculo se vive o se vivió, porque los peores atorones  que nos habitan (y que pueden hasta propiciar enfermedades) son parte de lo anímico de la casa de nuestros padres que no hemos resuelto, a veces nos encontramos queriendo remedar lo que en la vida de nuestros padres compartimos, puede ser noble admirar lo que ellos hicieron, mas si repetimos acciones lo mejor es que sean como una propuesta personal.

Unos días después de haber vivido la partida de mi madre y la casa familiar ya iba a cerrarse para siempre, recibí una de las llamadas más emotivas de mi vida, una tía un poco menor que mi madre y a quien bien a bien no había yo tratado mayormente (de CDMX) me llamó. Una sorpresa fue escuchar esa voz no tan familiar –Sí - dije al contestar el teléfono, y ella a boca jarro me dijo: - te llamo porque este es un momento muy especial para ti, para todo ser humano el perder a la madre es algo que cierra una etapa y quiero que sepas que mi alma y mis sentimientos te acompañan- me quede en verdad muy bien impresionada de tan noble gesto (que a veces no se recibe tan claro de los cercanos) y ella continuó: - cuando se va la madre, la vida se convierte totalmente en otra, es una transformación total.  Me llevó a darme cuenta que no es que uno extrañe a quien ya se fue por la inevitabilidad del morir, es más bien ayudar  a valorar ese significado del cierre. Condolerse está muy bien, mas hay que ver de frente porque saber sentir el dolor adecuadamente ayuda a que este trascienda.

La autoestima nos puede dar como resultado sentir que a fin de cuentas estamos en el camino, es como un flujo que permite en todos los círculos tener el catalizador exacto, movernos más dignamente dentro del círculo que estamos viviendo, aún si se nos pidiera cerrar la vida física. Cuando tenemos la autoestima en su lugar, sabremos decir adiós si eso se nos llegase a requerir. Todos sabemos que no tenemos la vida comprada y es por ello que no debemos postergar el pensar en nuestra propia muerte que representa el cierre de todos los círculos.

No es el crédito de los demás lo más importante, ni que tanto están o no están presentes, es tan solo el ánimo bien cubierto que a veces solo quienes nos acompañan saben dar. Todos pasamos por las mismas pruebas (o similares) porque la vida es básica en ese sentido, lo que hace las diferencias está mas bien en como optamos y en qué dirección avanzamos. Algunas veces apoyamos y otras nos apoyarán a nosotros.

La gracia, que es el talento de producir un estilo propio en cada ser humano,  nos ayuda a que los exámenes que se nos piden durante la vida sean más bien resuelto por sí mismos sin darles demasiadas vueltas, los  maestros   se aparecen para darnos las pautas acertadas. Estos maestros no necesariamente son  personas, puede ser que vengan de las enseñanzas de un texto, casi siempre se aparecen cuando nuestro circulo esta de bajada, así que no hay que desesperar sino saber esperar.

                                No es lo mismo creer en Dios que conocerle y mucho más diferente es vivirle. 

Creer es la primera fase, conocer será la segunda pero vivir esa fuerza divina en el día a día es lo valioso.

Muchos creemos, mas a veces no logramos comprender del todo como interactúa esa fuerza divina, eso nadie lo explica, uno mismo debe descubrirlo.  De entrada no interactúa como un asunto físico de tomar y dar (de esta manera ha nacido esa costumbre de siempre pedir y a veces lo que se pide no es lo que en realidad se necesita). Esta fuerza al estar presente nos permite una mirada con gracia permitiendo  más lucidez. Percibir la luz, saber nuestra contingencia.

La experiencia de Dios se ejecuta a nivel celular. Dios no es un mago ni un dador indiscriminado, es una fuerza que se aprende a percibir y que a veces más que clamores pide silencios. Pasan los años y nos damos cuenta de lo efímero de todo, lejos de sentir pesar hay que sentir ligereza. Hace unos días vi la entrevista que le hicieron a un japonés que ha creado el reloj más completo y preciso hecho totalmente a mano y por él mismo. Se notaba a todas luces un orgullo enorme en toda su persona, lo exudaba. Solo hace piezas únicas y parte de lo que dijo es que son tan perfectas que están hechas para perdurar eternamente. El entrevistador le dijo que eso no era totalmente posible, a lo que el esbozó una leve sonrisa y dijo: Lo que sea necesario. Es decir, sabe este ser humano que por más que él así lo desee, lo que ha salido de sus manos tiene un tiempo límite.

¿Cuándo vamos a entender que lo material solo está a nuestro servicio para ser mejores personas? Es el vehículo para ser, porque tener las cosas no cambia nada si éstas no desempeñan su verdadero sentido. Nos podemos ver dentro de una telaraña de posesiones que a veces hasta pueden abrumar.

Los cambios verdaderos son a nivel del espíritu, que en su atemporalidad e infinito perdurar, nos podrá llevar a otros niveles de conciencia.

Solo somos meros testigos en la energía de las acciones, que la bruma de su materia no opaque el verdadero sentido.

 Existe un frenesí interior que nos empuja a ser felices  creyendo que teniendo la razón ya hemos ganado todo, que acumulando bienes seremos los mas felices, cuando  más bien hay que llevar a otro nivel lo que se vive.

                                Somos almas encarnadas, mucho más que si solo nos vemos como cuerpos animados.

En los silencios que nos regalemos cada día, podremos visualizar los vórtices de los círculos que nos conforman y darles el color que el alma nos pida. MJ