jueves, 29 de diciembre de 2022

 

De la vida diaria.

Colores del día a día. (7)

                                          El amarillo (dorado) es el habla y la palabra. El que hace posible que se esparzan las enseñanzas.

                                                       Osuna.

 

                            Mucho de lo que aprendemos está íntimamente ligado al orden y movimiento específico  en nuestras redes neuronales, éstas determinan la mayoria de las respuestas del cerebro (Yuval Noah Harari, historiador hebreo opina que todas las respuestas humanas son condicionadas, lo que da un sentido diferente a lo que hemos considerado por milenios como la libertad. Al final daré la ficha bibliográfica.) Nuestra libertad está determinada, ordenada según las épocas, más el adjuntar conocimiento significativo nunca deja de ser tarea personal.  Esto de tener claro cuál es el mecanismo de nuestra libertad, puede causar  molestia en algunos  congéneres, solo es cuestión de comprender mejor.  A otros muchos nos da paz, porque saber quiénes somos como especie, así como lo que nos rige, es sabiduría.

 Parte de la sabiduría humana es sabernos limitados, no es que nos falte algo, es tan solo que tenemos un ritmo específico. Nazareth  Castellanos, la científica  española lo deja muy claro en la conferencia impartida en el Museo del Prado, en exposición explicativa y amena nos aclara como desde la forma de respirar así como el modo de estar ligado el cerebro a la emoción y ésta  a la memoria, son únicos. La conferencia se llama: - El olfato: memoria y emoción. (En YouTube, recomendable).

                                                                             El color amarillo se asocia a la luz. 

Una buena claridad de mente impregna las ideas y así se enriquece el  lenguaje.   Cuando cambian los paradigmas generales que nos rigen, la flexibilidad ayuda para mejorar el modo de ver.

¿Es la aureola que se les pone a los santos sobre la cabeza un asunto tan solo estético? No, de ninguna manera, estos seres tienen un tipo específico de desarrollo cognitivo y sapiencia específica que los hace dignos de llevar ese signo.

 La sabiduría en muchas tradiciones religiosas está ligada a la humildad, se piensa que el bien material distrae al cerebro sabio, es mejor que sea austero el entorno de estos seres dedicados a un tipo de sapiencia especifica o mística. En el caso del catolicismo el entorno en general se puede interpretar como una contradicción,   por un lado  está la austeridad franciscana y el nacimiento de la deidad/hombre en un sencillo pesebre y por otro la suntuosidad vaticana, dos lados de la misma moneda. ¿Complementarios?

La abundancia de materialidad puede tornarse en distractor, para que esta condición mundana no perjudique, se requiere de un empeño especial, justo y ordenado y así poder poner cada cosa en su lugar.    

Que el Papa actual de los católicos se auto nombró Francisco no es casual, tiene un sentido muy claro de incidir  y dar una mirada renovadora a valores de los que está urgidísima la iglesia que él conduce, si no se reconsidera el rumbo se puede caer en colapsos irremediables. Todo tiene remedio si se retoma la serie de bases teóricas que tengan de nuevo sentido creativo. Cuando se cierra un ciclo es propicio revisar los aspectos en disyuntiva y volver a enfocar con renovación de mente. Si hay un aferramiento al conocimiento estático del mandato divino (que las más de las veces están en escrituras muy antiguas) habrase de reconsider la  interpretación. Desde que Darwin publicó el libro de  -El Origen de las Especies- el barco comenzó a hacer agua y algunas tradiciones de pensamiento se vieron afectadas haciendo necesario reenfocar, ver con nueva luz. Es muy bello ver imágenes del arte en donde los santos con aureola encausan al cielo su mirada de éxtasis, mas las doctrinas hay que fundamentarlas en conceptos viables y actualizados.

El razonamiento lógico, tiene el mismo mecanismo mental desde las épocas antiguas, eso no cambia, lo que si se renueva es la credibilidad, ya que los momentos históricos traen nuevos paradigmas que no se pueden desdeñar.

El despertar de la conciencia ha tomado caminos insospechados hoy día, ya se pone más atención a la presencia de ánimo, ni que decir de la valoración del aspecto emocional y atención para los estudios, prácticamente todo individuo mujer o varón consideran parte necesaria el asistir a la universidad, aunque a veces en el caso de algunas féminas se guarde el título y la dedicación más fuerte sea a los hijos, o también si la decisión es vivir en pareja sin procrear ya las luchas feministas han dado el fruto maravilloso: apertura de la conciencia. La valoración del estudio, el hecho concreto del crecimiento personal ha tomado un buen lugar, quien se quede por voluntad en los lares de la ignorancia, pagará las consecuencias.

Asimismo todos nos hemos convertido en atentos observadores y vamos yendo con sentido de alerta muy diferente al de hace algunos años atrás.

M.Osuna nos dice:

No hay iluminación mental sin conocimiento de base.

No hay camino a una buena sabiduría si no estudiamos.

No hay iluminación mental sin observación.

La iluminación se basa en el diálogo  entre lo que percibimos y lo que llevamos dentro como único y personal.

¿Podremos decir que si cultivamos la sabiduría lo tenemos todo?

Podemos vivir sin cultivar la sabiduría, seguir solo al corazón, pero es un hecho que tener presente los postulados sabios que la vida nos va proponiendo, nos hace mucho más libres.

Con sabiduría se abren las puertas a otros muchos dones, ya veremos cómo estos están ligados a otros colores.

Las situaciones vitales del día a día fluyen mejor si se cultiva la sabiduría y más que nada nos ayuda a tomar mejores decisiones. A veces llegamos a sentir que todo está como en contra, esto nos habla de retomar el sentido de las creencias y deslindar sentimientos de paranoia.

Cuando cultivamos la sabiduría no permitimos los parloteos mentales y mucho menos estarle dando vueltas a los asuntos en la mente, tan solo nos enfocamos y actuamos en consecuencia. Se ha observado que se duerme mejor.

Cuando aprendemos a ser observadores sabemos cuándo  hablar y cuándo  callar. Escoger mejor las batallas que habremos de librar es un acto sabio, así como no entrar en discusiones que se pueden convertir en callejones sin salida. Los problemas se solucionan con mucha más sencillez y presteza, menos emotividad y desgaste, se erradica el discurso culposo.

Con tesón y buena voluntad se vuelve tarea del día a día el saber discrepar. No estar de acuerdo es maravilloso cuando el paso siguiente es descubrir los avances.

Respecto al dolor en la vida, ha quedado  claro que es un asunto de aprendizaje y de lograr el mecanismo mental para enfocarlo hacia un bien. No es aceptar el sufrimiento como asunto masoquista, es saber transformarlo.

Las cualidades más fácticas del color amarillo es que nos ayuda a saber dar y recibir, ese mecanismo de intercambio se aligera, aumenta la lealtad y nos podemos convertir en seres más comprensivos delante de personas que piensan diferente de nosotros. Cuando está laxa nuestra sabiduría, nos podemos volver más duros en cuanto a la comprensión de los demás seres. Sin sabiduría se nos hace difícil comprender las diversidades mundanas, hoy día  más presentes ya que son parte de todos los ambientes en el mundo entero.

La sabiduría incrementa la calidad de nuestro pensar, esos cuestionamientos que a veces nos inundan van obteniendo una respuesta más centrada. El sentido del respeto se hace viable desde los congéneres cercanos, los modos de ser de los hijos y amigos. Es difícil perder la motivación en la vida si cultivamos una sabiduría constante, esa contaminación verbal que a veces nos invade por el exceso de información, va quedando de lado.

¿Cómo soy?

¿Qué pienso de mí mismo?

¿Puedo percibir los cambios que he vivido para bien?

En una tarde de café, ese momento tan sencillo y simple que algunos disfrutamos, puede ser el momento propicio para la sabiduría casual, diaria. Así se me dio con una tía que disfrutaba hacer poesía de sus sentires, yo los recogí para siempre:

Recordar, perdonar, haber amado.

Ser feliz un instante, haber creído.

¿Y si ha llegado el desengaño?

Tener claro el camino elegido,

Y luego reclinarse fatigado,

Sobre el hombro de nieve del olvido./J.J.

Joko Beck, mujer practicante del zen, en su libro –La vida tal como es- Nos deja claro que nada importa que hayamos vivido actos de injusticia y de dolor. Todo lo que es parte del vivir aporta,  solo es conveniente volvernos expertos y atentos a obtener los sentires y sentidos sabios.

En el catolicismo se practica una moción de saber vislumbrar la voluntad de Dios. Nada fácil de comprender en toda su dimensión. Algunos de nosotros (me incluyo) por algún tiempo creímos que es como soltarle nuestra propia voluntad a otros ser y quedar a la deriva, hasta que comprendemos que ese pensar va en otro sentido: Es más bien saber que no podemos controlar todo y una parte de lo que nos toca vivir está más allá de nuestro poder personal y hay que aceptar que está en manos de Dios. Los no creyentes tal vez se angustien más, no lo sé. Algunas personas creen que tienen todo en control hasta que la vida les da un revés y pierden la esperanza. Mi madre, cuando nos veía en situaciones pico y que no sabíamos que pasaría al respecto, tenía una frase: Dios dirá. (Continuará) MJ

Si te gusta leer, este libro es recomendable: Titulo: Homo Deus.

                                                                        Autor: Yuval Noah Harari.

                                                                        Editorial: Debate

                      

jueves, 22 de diciembre de 2022

 

De la vida diaria.

Colores del día a día. (6)

                                                    El azul es la voluntad de la energía divina.

                                                                                                            Osuna.

                                           La Voluntad es la actitud relativa al color azul.                    En el ser humano tener voluntad equivale a tener decisión, es la base de todo el proceso energético en relación a las opciones que habremos de tomar. En algunas religiones el modelo a seguir es la deidad, en otros ámbitos lo que prevalece es lo que las personas han tomado como una fuerza vital, varía según la filosofía de vida. A veces se crean distorsiones naturalmente, para evitarlas es conveniente que vaya de la mano  la voluntad con la intención, esta  dupla dará el mejor asiento a la fuerza que nos conduce.

Los colores que complementan y dan más vigor al azul son los tonos de naranja.

                                       Cuando somos capaces de comprender que la vibración de cualquier color se da dentro de una longitud de onda en un espectro de luz, entendemos mucho mejor el concepto de divinidad asociado a lo que está iluminado. Estos asuntos ligados a la vibración lumínica, pueden estar cercanos a temas sutiles y muy humanos, producen un efecto específico en las personas llegando a afectar hasta las actitudes. Los colores pueden ser parte de la espiritualidad. La sensibilidad es un don y tiene todo que ver con ser capaces de percibir de diferentes maneras o una en especial. No siempre nos gusta cambiar la forma de percibir, mas  esto puede llegar a ser necesario hasta en los asuntos de supervivencia.

Al asociar el color azul a la voluntad como un todo, nos queda claro que es la fuerza  que conduce al buen sentido. Fuerza protectora.

Los diferentes tonos de azul nos apoyan en las elecciones que hacemos para que éstas no se dispersen en el camino,  implementen para nuestra tranquilidad y así tener más seguridad en el aplomo dentro de lo que hacemos.

Aunque algunas culturas asocian al color azul con la tristeza, dista mucho de ser un color triste. Si nos ponemos más perceptivos nos damos cuenta qué tanto por sus características puede ayudarnos a una tranquilidad especial.

El azul ocupa el quinto lugar dentro del espectro luminoso.

Su fuerza bien llevada, procura dar más sentido al pensamiento, lo estabiliza y es por ello que permite optar con más certidumbre.

El azul se asocia asimismo a Principio,  eso que comienza y que lleva un orden. Si la acción que comienza el ser humano lleva buena actitud, es seguro que conducirá a buen puerto. Se piensa que lo ordenado es el estado natural de todas las cosas, somos nosotros los pensantes quienes desordenamos y por lo tanto también  podemos reordenar, a voluntad. Algunas veces no se regresa al orden original, sino con una nueva estructura. El sentido de cambio lo veremos con el color correspondiente: El violeta. 

El azul es el color que permite que en armonía se retroalimente nuestro exterior con lo que tenemos en el interior y el interior tenga las mejores versiones obtenidas del exterior, es decir el flujo interno/externo que se equilibra mediante el color azul. Imaginemos un círculo dinámico en movimiento que recrea lo interno y lo externo, en armonía.

 El orden es el modo como acomodamos, es una conjunción de lo personal y lo general, el equilibrio de estos dos aspectos se hace más armónico.

Existe una ley universal de correspondencia que dice: Lo que es arriba es abajo y lo que es abajo es arriba. Es como una comprensión dinámica del equilibrio.

La humanidad entera y cada uno de nosotros deseamos que en nuestra vida todo este en su sitio. A  la vez se nos dice que todo es movimiento. ¿Entonces, como estar quietos en movimiento? Este es el aspecto más dinámico del ser.  La acción de lograr el orden personal dentro del movimiento, es algo a lo que se entrena a la mente, se trabaja en el día a día. No es gratis ni se maneja solo, tiene que ver con prever,  es tener conciencia de que todo lo que se trabaja con ahínco puede ser determinante. Es uno mismo quien apuesta para que lo que sentimos en desorden se ordene, sin olvidar que se puede tomar un sentido nuevo.

Para ordenarnos una primera actitud es el entusiasmo. Sin este valor tan fundamental del carácter, podremos estar faltos de la fuerza anímica necesaria. Otro  aspecto a  tener en cuenta es nunca permitir el agobio, en esos momentos en los que sentimos que todo se nos junta en la acción, que todo se nos enreda en la mente y que nos convertimos en algo así como un entresijo de cuerdas atoradas, habremos de poner el color azul en la mente.

Hay gran variedad de textos hoy día para mejorar como seres humanos, muchos son ya demasiado evidentes y simples,  en la actualidad, en este tiempo de vida tan comunicada ya la inteligencia emocional está siendo mejor entendida para el bienestar interior del ser, las dudas se disipan con más rapidez. Siempre es bueno elegir buenas lecturas para ampliar la conciencia.

Del cobalto se derivan pigmentos azules, estos se obtienen hoy día para le creación de pinturas tanto oleosas como de otras tipos.

Existe un ferrocianuro de color azul subido del que deriva el tono conocido como azul de Prusia.

De las piedras de lapislázuli pulverizadas también se obtiene un pigmento azul, muy utilizado en el antiguo Egipto.

Existe una tribu de la República Mexicana en el estado de Sonora, que en año nuevo se ponen líneas en la cara, entre otros colores utilizan el azul, simbolizando la presencia del mar. Están seguros que del mar nació la vida.

El azul de las aguas marinas se forma de las longitudes de onda del color rojo y del color naranja que provienen del sol. Cuando se mezclan, dan pie a todos esos tonos de azul y verde del mar. El color conocido como aguamarina, es una combinación de ambos.

 

El color azul está asociado al día domingo, considerado el primer día de la semana.

Sus cualidades positivas van unidas a: Sentir este tono como una fuerza de protección, que nos permite optar mejor, tener más fuerte la voluntad y estar unidos a la divinidad, si estamos activos en alguna practica espiritual.

Dentro de nuestro poder mental se ejercita el entusiasmo y la voluntad, esto es cuando a la mente se le da el mensaje real de lo que se desea, sin dejar de tener en cuenta que en el mundo real los deseos son a veces de doble filo, por lo que habremos de pulir mucho más el sentido de elegir y tener claro lo que nada tiene que ver con nosotros para no perder el rumbo creativo.

Fomentar la fuerza de voluntad en los niños es necesario y se logra haciéndoles un gozo especial al tomar decisiones. Nunca decidir por ellos.

Cuando se trata de estar cerca de nuestros congéneres aprenderemos a respetar los espacios personales, los trabajos individuales, habremos de interactuar  con estricto cuidado de no interferir en los espacios del otro. Muchos seres humanos hoy día han optado por la soltería, lo que produce incertidumbre en quienes necesitan de una pareja. Se asocia este asunto en parte con egoísmo y soledad y nada que ver, es una manera de optar en la vida y nada más. Son seres que tienen la fuerza y la valentía de tenerse a sí mismos. Su color azul es fuerte y decidido, lleno de voluntad clara.

El siguiente color del que haremos mención es el amarillo.

El amarillo se asocia a La Sabiduría.

                                        A veces pienso que si Dios se apareciera en el mundo con su gran voz, podría preguntar al homo sapiens -¿De qué te ha servido tener todos los bienes encomendados si no has logrado que de ellos se obtenga todo lo necesario para abatir los males? es más (se preguntaría la misma deidad) ¿para que se  ha dado a los homo sapiens la posición en el globo terráqueo si en mucho se han hecho destrucciones irreversibles?  Ha estado ausente la sabiduría.   

Una vez que podemos tener a salvo el gran valor de ser buenos con nuestro sentido de la voluntad y estamos logrando un  orden, el siguiente tono de lo sabio  nos ayuda a poder poner en la mente más que conocimientos y apostar por una buena dosis de sabiduría: con el amarillo. La sabiduría se asocia a grandes pensadores, en parte es así, aunque no es del todo cierto, la sabia vida se obtiene de la observación del día a día. Los puntos que para nosotros resulten sabios habremos de procurarlos y tenerlos claros, es un deber mucho más que un gusto o una preferencia.

Bertrand Russell el filósofo gales nieto del primer ministro de Inglaterra John Russell, además de ser un gran matemático se dio tiempo para hablar de los valores humanos de su tiempo, y nos dice: -Uno de los valores más preponderantes para el hombre sabio es saber abatir sus estados de fatiga-. Nos fatigamos a veces por las cosas más absurdas inmersos en la vorágine de la vida moderna y no nos damos tiempo para saber que nos compete más, por nuestra realidad y personalidad. El industrialismo no ha sido muy favorecedor para mantener al ser humano en contacto cercano con su medio y se ha propiciado sin apenas darnos cuenta lo que este autor considera y menciona como la fatiga nerviosa, esa que nada apuesta para el hombre sabio. Mucho se está desarrollando hoy día  la disciplina mental, el hombre que maneja su sabiduría más flexiblemente solo piensa en sus problemas cuando estos tienen claro el sentido y sabe los tiempos y momentos para transformarlos. Russell nos habla del concepto de higiene de los nervios, que tiene que ver con saber solucionar sin agobios. Y continua: - La preocupación es una modalidad del miedo- hay que tener cuidado con esto, porque nos puede llevar a estados mentales nada creativos. Por ejemplo, no siempre hay que dar explicaciones. En lo personal, no rindo igual en la vida si me trasnocho. Las personas que son nocturnas no lo pueden comprender, y no hay que explicarlo porque es un asunto personal. Ser diurnos o nocturnos es algo que uno mismo descubre.  Es el modo de ser un aspecto de nuestra sabiduría que no incumbe a nadie más que a nosotros mismos. Observar los destellos amarillos del sol por la mañana infunde poder a nuestro sistema de aprendizaje personal. Lo amarillo es luz, y esa luz es sabia.

¿A qué hora salía de la cueva el cazador/recolector? A la hora que le indicaba su intuición. Ya la intuición hoy día, a pesar de no tener  nada que ver con las acciones concretas, es apoyo en las áreas sutiles de las decisiones. El amarillo se complementa con el azul/violáceo. Corresponde al día lunes. (Continuará) MJ.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

miércoles, 14 de diciembre de 2022

 

De la vida diaria.

Colores, del día a día. (5)

 

                                              Una mala respiración puede provocar depresión. M.Osuna.

                                              Antes de entrar de lleno a hablar del primer color que pondremos en la palestra de estos textos, que es el color azul, es conveniente dejar claro algunos asuntos relativos a la respiración. Sí, es un hecho que muchas personas recuperan el buen ánimo en los consultorios médicos cuando el galeno, (generalmente un psiquiatra, entendido del asunto) consciente más que otros, les indica a los pacientes que no están respirando adecuadamente y toman cartas en el asunto. Hay varios puntos relativos al tema del buen respirar que se pueden estudiar y aprender, según tengo entendido en las clases de yoga esto es de primer orden.

Hace unos días que estuve con Faringitis bastante aguda y terminé en el consultorio médico, lo primero que éste revisó fueron los pulmones. Después de checar bien y con buen humor decirme que estaban más limpios que su propia alma (Un médico simpático no tiene precio y cuando uno vive asuntos así con malestar físico, se agradecen comentarios que aligeran) me dijo que al revisar con el estetoscopio no tenía yo que hacer nada más que respirar normal, ¿Qué es respirar normal? Es hacerlo con ritmo suave y casi sin darnos cuenta. En otras ocasiones si me han dicho que respire profundo mientras el medico  revisa, y me llamó la atención su claridad al decir la palabra normal, es decir antes de averiguar nada hay que estar respirando bien. Pues bien, al irnos por la necesaria respiración adecuada durante el día a día  podremos decir lo mismo, con respirar normal es suficiente. Más, cuando queremos un poco más de tranquilidad, meditar o tan solo hacer de la respiración algo consciente podríamos cambiar el modo y bajar el ritmo, inspirando por la nariz lentamente tratando de llevar el aire más profundo, y luego después de unos segundos sacar ese aire por la boca sintiendo como se desinfla el estómago y se hace el vacío en el interior.

Es un hecho que muchos de nosotros  no sabemos respirar o más bien no nos ocupamos en saber más de este asunto,  para mayor beneficio de nuestra salud. Al ir conociendo cada influjo energético de los colores, habremos de tener la conciencia de que hay que respirar mejor, y cuando visualicemos el color que queremos que nos acompañe, habremos de hacerlo respirando con más atención.

Nuestra mente muchas veces es presa de emociones que no nos hacen nada bien. Somos seres emotivos sin duda alguna (algunos más que otros) y esas emociones hay que saber manejarlas, para lo cual la respiración es una buena aliada. Con el mejor conocimiento de nosotros como especie también se ha dejado saber con más claridad la importancia de la emociones. Pasé por una cirugía mayor hace ocho años ( perdí la mayor parte del intestino grueso) el cirujano que es muy consciente de mi carácter (lo cual agradezco infinito) me informó que en parte lo que padecía yo en el intestino estaba en cierta forma ligado a mis emociones y asimismo  me dijo: -Ya tienes que visitar con regularidad al cardiólogo, te voy a mandar con quien creo será más afín a ti, porque esto del corazón es un asunto delicado y tú eres muy emotiva, por lo que creo que el mejor para que tengas de cabecera es a quien te voy a recomendar-, se lo agradecí mucho.  Uno agradece cuando los médicos se fijan en nuestro carácter, no es la costumbre de la mayoría porque se piensa que la curación es más importante que la sanación integral, cuando en realidad son aspectos diferentes y pueden ser complementarios. Ya había yo tenido unas visitas anteriores y esporádicas  al cardiólogo, un joven del que  me di cuenta que  estaba descubriendo el mundo social que se le abría con una práctica médica cuantiosa,  la mitad de la consulta se la pasaba hablando de sus avances en el paddle tenis, asunto que nada que ver con el momento del paciente. Eso pasa mucho, los jóvenes se engolosinan con sus poderes profesionales que les dan nuevas miras en el ámbito social y no se dan cuenta de que eso, no es parte de una profesión bien llevada.  Tuve otra experiencia con un dermatólogo no tan joven  y muy satisfecho por los viajes que había logrado hacer, por lo que decidía sin preguntar que uno querría saber de esos asuntos, la última consulta viaje a sitios de Brasil por bus y salí del consultorio con mil dudas respecto a que tanto este individuo logró observar  bien las pecas de mi espalda (tengo muchas y me preocupa el asunto del cáncer de piel) tuve que ir con otro médico para quedar tranquila,  decidí  no volver a viajar a ese consultorio.  Es un hecho que los médicos también son humanos llenos de emociones y para tratar asuntos delicados nos convienen los que sean más afines a nuestro modo de ser. Casualmente a mí me encanta conversar, pero hay momentos y momentos.

Dominar los pensamientos se dice fácil. Los pensamientos están a veces como automóviles en carretera de coches de carreras, a veces se atropellan unos a otros y hay que observarlos y tenerlos en su sitio. Es un arte saber qué asuntos poner en la conversación y cuando hacerlo. No siempre es fácil ordenar lo que nos conviene pensar en cada momento y que no nos cuenten un cuento de qué se puede poner la mente en blanco porque eso es en verdad  un cuento de pescadores que arrulla el mar. La mente nunca está en blanco, por lo que lo que es importante  ponerla en modo: yo decido que pongo en mi mente.

Quienes creemos en la acción de orar al Dios que nos es afín, escogemos los momentos adecuados.  Yo no soy de rezar el rosario, prefiero una combinación de medita/oración. Cada quien tiene su modo natural de comunicarse con su Dios. Cada quien implementa para su paz. A mi esposo, quien es afecto a un momento personal para rezar el rosario, le he preguntado qué exactamente le deja en claro esa acción, y su respuesta es contundente: -Me da paz-. La oración es exteriorizar pensamientos, a veces de petición o de agradecimiento, lo importante es que implementen para tener un mejor estado interior. La meditación que es ir más a fondo dentro de nosotros mismos, nos conecta con nuestro: Yo Soy.

A veces la meditación es no buscar nada. Tan solo dejarnos ir, contemplar, estar.

Es importante que para que algo se genere, antes debe de haber vacío. Es por ello que antes de ir comprendiendo como los colores están presentes o podemos hacerlos activos en nuestra vida, es conveniente tener la mente tranquila, que no es lo mismo que tenerla en blanco.

Si los pensamientos entorpecen la mente, también podemos aprender a dejarlos pasar, o lo que es lo mismo ver como fluyen y se van, la respiración pausada ayuda a esto. Si estamos en el reposo meditativo y queremos serenar el interior, no vamos a estar pensando que se descongelará para la comida del día siguiente, es mejor terminar con asuntos del orden casero y comenzar con los asuntos del orden espiritual. El tema del color en la vida diaria tiene una vertiente espiritual que es útil cuando estamos en la vorágine del día a día que es apremiante, es un gozo el sentir el color que nos acompaña y ayude a estar más… ¿Felices? ¿Certeros?

 Por ejemplo, se liga a la Sabiduría el color amarillo. Si logramos observarnos cuando estamos en una encrucijada de resolución, y el saber natural que de momento tenemos en mente no nos da la pauta de que hacer al respecto, poner  el amarillo en presencia, es enfoque que hace proclive la serena respuesta. Tiene también todo que ver con obtener la claridad en el léxico, hablándonos a nosotros mismos. El amor a las palabras está unido con lo sabio y su influjo es amarillo y es luz. Las respuestas se pueden ir aclarando y eso  que desconocemos sea más fácil. No es magia, es concentración procurada y trabajada.

                                         Cuando dirigí un taller para motivar niños en el arte, practiqué con bastante éxito un ejercicio que luego también hice con algunos adultos, y a todos les encantó. Se trata de pintar la música. Es conjuntar los sonidos al color. La música y los colores tienen términos en común, como es la tonalidad. No tiene que hacerse en físico, aunque si se animan háganlo que es de lo más divertido. En lo mental se hace lo siguiente: Se pone una melodía y se trata de que cada ritmo o movimiento musical nos evoque un color. No importa cual color sea, es tan solo aprender a sentir que tal o cual sonido armónico nos puede permitir pensar en tal o cual color. Si se quisiera hacer en vivo solo se toma una hoja en blanco y una caja de colores o acuarelas y conforme empieza a sonar la música vamos eligiendo el color que asociamos al sonido,  son importantes los trazos y la interacción de éstos. Vale mucho la pena hacerlo porque no solo es una manera de expresar nuestro interior sino que produce paz. En lo personal tengo varios de estos ejercicios que he guardado,  lo que queda plasmado es algo agradable a la vista.

El ejercicio mental de pintar la música se puede hacer antes de dormir. Ponemos una melodía que nos encante y tan solo nos imaginamos de qué color se pinta.

 Sentir, observar nuestras emociones es algo que no se propicia mucho y ya es hora de ponerlo en la vida de cada día, porque lo que se espera de todo ser humano es que su parte racional funcione y lo demás solo acompañe, cuando si desarrollamos la intuición y nuestras percepciones más profundas eso afectará a la vida en su conjunto y a la razón. Esto vale la pena hacerlo antes de entrar de lleno a saber más y más de cada color.

 Si tenemos niños cerca, recomiendo hacer este ejercicio de pintar la música, le estaremos dando vida al cerebro mediante la imaginación.

 Hacer conciencia del cuerpo que habitamos. Sentados, en primer lugar tratamos de estar con la columna vertebral bien recta y nos enfocamos en la mente, haciendo unas cuantas respiraciones pausadas. Dirigimos los pensamientos a visualizar desde las piernas y subiendo con la mente hasta la coronilla. Mover la cabeza de lado a lado para liberar la tensión es muy bueno, para poder tener claridad. Cada vez que queramos comprender todo lo que en el texto se dirá de cada color, es conveniente estar relajados. Lo que diremos es tan solo lo que se ha asociado a tal o cual color.

Comenzaremos hablando un poco del negro, éste no es propiamente un color en sí mismo, aunque así lo percibamos, porque en realidad es la ausencia del color. Podríamos decir que los contiene a todos en su profundidad, porque es como si se los hubiese absorbido,  las radiaciones no son visibles como reflejos en este color.  La contraparte que es el blanco,  es la energía que contiene a todos los colores. Es luz y refleja la luz.

Haciendo un pequeño resumen de lo tratado: Como seres humanos somos los únicos capaces de percibir los colores que están asociados a la percepción de nuestras emociones. Si queremos encontrar más bondades en los colores habremos de ser capaces de procurar relajación, observación y percepción sensible. (Continuará) MJ

 

miércoles, 7 de diciembre de 2022

 

De la vida diaria.

Colores, del día a día. (4)

 

                                         Tomando en cuenta el color que más nos atrae, podremos conocer mejor  nuestro carácter. MJ

 

                                          Hemos tocado ya con intermitencias, asuntos del color.  Es asimismo como se manifiesta en la vida, sin un orden establecido y con cierto rigor fincado en lo emotivo, mas esto es parte de la esencia de los colores. El ritmo a fin de cuentas lo damos nosotros, exactamente como disponemos nuestras actividades del día a día y vamos viendo qué es lo que tenemos entre  manos, qué es lo que ya ya se cerró y más o menos tenemos idea de lo que llegará, procurando que esto último no nos cause angustia, ya que si sabemos que vamos en caballo bien ensillado ¿a qué le vamos a temer aunque  el camino sea pedregoso? En trote vital que va rítmico, no hay temores que quepan y es por ello que así vamos dando sentido a sentimientos más estables, nada nos turba y así podemos saber qué color elegir para poner en la mente o para disponer en nuestro entorno. Los colores los vamos eligiendo con más certidumbre cuando ya conocemos un poco más de lo que su vibración representa, una vez que ya sabemos sus virtudes.

La teoría del color se ha desarrollado a partir de descubrimientos que se fueron manifestando en la ciencia física. Los físicos han descubierto y comprendido como los haces de luz se ven coloridos y como la longitud de onda marca claramente el tono. Es por ello que otras facetas de la investigación humana tomaron también en cuenta esto y se pudo detectar que tipo de energía tiene cada color y cómo afecta al ser humano. Así también se hicieron estudios del halo  de energía que emite el cuerpo humano y se encontró como algunas personas lo tienen más definido que otras y como las coloraciones se presentan dependiendo del carácter personal y se determina el estado de ánimo.

Los estudiosos del  diseño industrial así como de espacios exteriores e  interiores comenzaron a tomar en cuenta qué colores son más propicios para el buen ánimo de los humanos y que sentimientos puede provocar que un objeto sea de tal o cual color. Los diseños de espacios se fueron adecuando dependiendo de las necesidades de los seres que ahí interactúan. No es casual que en muchos centros de salud se opta por el verde claro por la sanidad pacifica que emite y otros espacios se dejan totalmente en blanco porque se necesita luminosidad. Y ya que vayamos analizando cada color veremos más estas asociaciónes.

Ahora veremos como a partir de los estudios, se ha logrado hablar un poco más certeramente de las características de cada color, con que sentimientos los podemos asociar, que acciones pueden hacerse con más facilidad si nos enfocamos en determinado color, como su vibración afecta para bien.

En lo personal me empezó a quedar claro, por qué he ido eligiendo algunos colores con más frecuencia que otros, como todas las libretas  de las cuales surgen estos  textos, a la hora de organizarlas descubro que hay series correlativas de un mismo color.

Somos seres básicamente sensoriales, la mayor parte de lo que vivimos pasa por nuestros sentidos y por ello no hay razón para que las energías coloridas no trabajen a nuestro favor.

La escritora Montserrat Osuna ha dedicado mucho en sus textos a hablar sobre el color. Uno de sus libros,  del cual he de basarme en estos textos, lleva por título: -Las virtudes mágicas de los siete colores- De donde haremos algunos comentarios.

                                        La mente humana recibe el influjo de los colores, no es una cosa consciente, mas cuando estamos en contacto con ellos nuestro ser vibra de determinada manera. Lo primero que se piensa y se ha observado es que los colores o un determinado color afecta nuestro estado de ánimo, emiten radiaciones muy tenues que nos llegan sin que seamos del todo consientes. Cuando conocemos mejor algo, esto impacta nuestra felicidad, y aunque nunca podremos saber todo en relación a lo que nos interesa (lo que  crea angustia en algunos congéneres) habremos de tener claro que en la medida que conocemos más y sabemos cosas con certeza, estamos trabajando por un camino con sentido. Nunca entendí una frase que se decía en mi entorno de la niñez: Suerte te de Dios, que el saber poco te importe, por ventura entendí la parte positiva de esta aseveración y comprendí que en cierto sentido quiere decir que no debe obsesionarnos el saber, más si debemos tener la puerta abierta para que nos deje mucho más felices y con claridad cuánto nuestra mente necesita. Habremos personas más inquisitivas que otras, asunto que se adecúa   a la personalidad.

Solo errando aprendemos. Ya lo hemos venido diciendo hasta la saciedad (y tal vez lo volvamos a leer en estos textos, porque es algo que en lo personal me apasiona).Solo podremos evolucionar, aprendiendo, avanzando y abriendo la mente.

Los colores han sido estudiados en varios aspectos. Se ha llegado hasta a situar un día de la semana para cada color, todo dentro de los convencionalismos y posturas, mas no deja por ello de ser interesante. Es así que comenzaremos a hablar del color azul que lo han asociado con el día domingo.  (amarillo/lunes.rosa/martes.blanco/miercoles.verde/jueves.naranja/viernes.violerta/sábado.)

Enfocar la vida con algún colorido es apuntar hacia el lado positivo de las cosas. Los colores nos dan alegría y nos permiten reírnos de nosotros mismos, tarea a veces nada fácil pero que cuando la aprendemos a practicar nos da un plus en el enfoque, nos clarifica. Tener los colores en cuenta se podría decir que nos enfoca a lograr y superar todo con más gozo. La vibración de nuestra mente es importante, aunque a veces no entendamos bien a que se refiere eso de vibrar, podríamos decir que es como percibir un ritmo adecuado al vivir, no quiere decir que vibremos como un celular ni que estemos con una temblorosa actitud, se refiere mas bien a un estado de ánimo preciso y nítido que cuando se logra en su optima valía es para nuestro bien. Si vibramos bien, atraemos personas de bien a nuestra vida. Esas personas que se preguntan ¿porque a mí? ¿Porque me pasa esto o lo otro? podrían dejar de lado esas preguntas y comprender mejor como que está en nuestras manos optimizar el tipo de pensamiento y rutina que a diario llevamos. Aprender a comprender que factible puede ser saber estar en buena vibra atrayendo lo bueno. Podremos dar nuestra parte buena al convivir aunque no se nos haya pedido con verbalización, tan solo interactuando con buen talante. Aunque cada persona elige su vida, cada uno de nosotros estando  alrededor de personas, nos damos cuenta de que es lo más conveniente para el bien de los otros. Se dice, por ejemplo, que un discernimiento adecuado se apoya en el color amarillo, que es el color que nos dará pie a implementar más y más la sabiduría, como ampliaremos más adelante.

                                           Antes de tratar a fondo o con más decisión cada color, diremos que para que estemos óptimamente en la vida, habremos de comentar algunos puntos que son importantes. El modo como caminamos, como nos sentamos y como optamos por posturas benéficas tiene todo que ver para las óptimas condiciones de nuestro ser. Así que sentarnos con la espalda recta es mucho más beneficioso para todo el organismo. Cuando se estará demasiado tiempo sentados en un automóvil o en cualquier transporte es conveniente tener presente algo de movilidad por ratos, no solo para no entumirnos sino para extender las piernas y activar la circulación sanguínea. Si hablamos de estar de pie, procurar caminar un poco por ahí y no quedarnos en la misma posición y cuando nos vayamos a la cama aprovechar a hacer estiramientos y optar por la postura más cómoda a la hora de conciliar el sueño. Se ha dicho mucho que las almohadas no ayudan a las buenas posturas para el mejor sueño y por eso hay mucha gente que prefiere no utilizarlas, esto es a voluntad y gusto, pero las almohadas a muchos nos ayudan a  dormir mejor.

 Los últimos pensamientos en la mente antes de conciliar el sueño son determinantes. A veces es cuando empezamos a tratar de ordenar las acciones del día siguiente, y esto no es conveniente, dejemos ese programa del día siguiente en la agenda, y tratemos de visualizar un color que puede estar asociado a algún paisaje mental o simplemente escuchar  música de nuestra preferencia que induzca al sueño.

Dice esta autora: La mente, Ella no debe llevar las riendas de nuestra vida, somos nosotros quienes tenemos que dirigirla…

Nos comparte un proverbio chino que algunos ya conocemos pero que lo importante es que sea parte de nuestra actitud:

Si un problema tiene solución, para qué preocuparte, y si no la tiene ya, para que te vas a preocupar.

Mucho cuidado con frases que son buenas pero que no siempre se aplican para todos los casos, como la que todos conocemos de -No dejes para mañana lo que puedes hacer hoy- y yo diría: Solo si es viable. Porque a veces presionarnos a hacer de más, rompe el saco. Todo tiene su tiempo y el discernir ese momento adecuado es la clave. Porque hacer acciones, tan solo ¿porque sentimos que ha llegado la hora? no es siempre la mejor idea. Como cuando las jóvenes que se ven presionadas por el ambiente social que les indica sutilmente (o a veces por las mismas personas de su entorno)  que ya están en edad de procrear y se casan (o sin casarse) engendran con el postor que aparezca, conduciendo su vida un tanto a ciegas. Darnos tiempo para sentir los colores en nuestra vida es genial, porque nos ayuda a conocer que vivencias son para nosotros o cuales no lo son. Se mejoran los ritmos y ni qué decir de las decisiones.

Antes pues, hablemos un poco más sobre la respiración que es necesaria para una vida sana. El aire en realidad es la vida. No en vano hay una preocupación por la polución de las grandes urbes. A veces pareciera que son posturas ecologistas  porque se quiere molestar a los grandes industriales y no se les deja producir a sus anchas, cuando ya se comprobó lo mal que está haciendo a los individuos que en ellas habitan, de que sirve producir bienes materiales a montones si los seres humanos enferman  más. Hoy día, cuando tenemos oportunidad de respirar aire puro ya lo tomamos como un valor, porque ya sabemos todo lo negativo de la polución. Hacer respiraciones profundas, es algo que nos aporta vida sin duda alguna. ¿Has percibido a tu alrededor algunas veces que hay personas que no dejan de suspirar? ¿Como si algo les aquejase? Pues no estamos equivocados, algo muy serio les ocurre y es tan solo que como no respiran con conciencia están faltos de oxigenación completa y las cosas las miran de otro color, es decir se tiende a la negatividad, a un ánimo pesaroso.(Continuará)MJ

 

 

 

viernes, 2 de diciembre de 2022

 

 

De la vida diaria.

Colores, del día a día. (3)

                                                         Si aún no tienes claro un color favorito,                     con observación y un poco de paciencia llegará. MJ

 

                                    En  los textos que voy revisando y compartiendo, hubo un momento en el que me pregunté ¿qué tanto  podría ser posible que todo lo escrito se convirtiera en una reinterpretación? y así pudiera ser compartido con más acierto. Uno nunca puede tener todo claro ni mucho menos dar todo por sentado en lo vivido y que sea como inmutable, la vida es cambio, mas las revisiones de vida siempre nos hacen un gran bien  y va quedando claro que al depurar uno vuelve al  camino andado,  se reaprende y si es posible se comparte con más claridad. Eso no cambia la esencia de lo escrito, tan solo la hace más compartible. Así mismo pasa con el color que preferimos, probablemente no solo sea uno y es posible que cambie nuestra percepción al comprender mejor su esencia. No importa si no somos tan consientes del color que preferimos, éste también está marcado por las épocas del año. Algunos estudiosos de las energías coloridas, nos dicen que hasta se puede situar un color para cada día de la semana. En lo personal esto lo tengo claro desde niña y no fue sino hace unos años que lo plasmé en acrílicos. Cada libreta que reviso va tomando su sitio en  una caja, se acomodan para  descansar. Me emociona ver como se conjuntan los colores de las libretas que fui eligiendo y mientras las guardo percibo lo que solo sabía un tanto en la inconciencia: cada color tiene sus razónes. Llegado el momento de las seis décadas de vida, las fui organizando con mucho mas orden haciendo una selección por años y las fui tomando una a una como si fuesen únicas, así la serie de cada color empezó a hablar por sí misma, algo se despertó en mi interior y la revisión se hizo inminente, exactamente como cuando algo se hace más evidente y toma la delantera de las acciones. Tal vez lo que me marcó el año en que comencé a revisar mis textos personales   fue que perdí a mi eterna y muy querida compañera de juegos infantiles y eso inevitablemente marca un antes y un después en la vida. Ella se fue después de una profunda batalla contra el cáncer, cumplió sesenta años de vida y unos días después se fue, nos despedimos, le vimos como batalló y como cuando ya se dio cuenta que la vida para ella se cerraba en lo físico, vivió sus últimos momentos en paz. Tuve la ventura de estar a su lado y tomarle la mano el día anterior a su partida y tan solo me dijo: -sé que volveré a ver a mis papás y eso es lo que quiero- Solo pude decirle que así también lo pensaba yo misma y que así sería. No sabía yo que tanto más habría de esperar, cuando al día siguiente de ese compartir con ella en sus últimos momentos en la tierra, me avisaron que había partido. Fue tal el impacto que decidí que ese mismo año del comienzo de la revisión, la acción se haría más disciplinadamente. Nos entra un afán de orden muy especial con los años, como que sabemos que el tiempo es implacable y casi nos murmura al oído que si vamos a voltear a ver hacia atrás, hay que llenar de alegría al corazón, nadie queremos volvernos de sal. Ya desde antes, cuando supe que ella estaba enferma,  me decidí a escribir un texto de varias cuartillas sobre momentos clave de nuestra infancia. Lleva por título: Uaymitiun siete (7) Días.  (Está disponible para leer en mi blog personal al que se accede por: majocreativa.blogspot.com).

No sabía que la vida me reservaba este maravilloso espacio para poder compartir. Ha sido lo que escribo tan de la cotidianidad, que dudaba si al revisar, algo habría de cierto en comprender con nuevos ojos lo vivido y saber  cómo nos percibimos ¿qué tanto somos seres cambiantes con constancia? O ¿será que solo cambiamos cuando cerramos etapas?  Y cómo mi pensamiento podría ser útil a otros de mis congéneres. Por estos días andaba yo escribiendo mucho sobre lo que percibía de cómo la gente que nos rodea a veces se enmascara. Como si en realidad la vida fuese un baile de mascarada y me parecía muy cansado estar presentándonos ante los demás como con disfraces. Así suele suceder, en algunos ámbitos habremos de aceptarlo  y mucho más hoy día que están tan trastocados los valores humanos. Nos gusta vernos como quisiéramos ser y no como somos en realidad y a veces creo que los otros nos perciben más con lo que nos caracteriza de fondo.  Optamos a veces por coloraciones que ni nos pertenecen, esas que nos vienen como cómodas. Ya más adelante, cuando comprendí el valor de las energías del color en cada ser, me di cuenta que no es tanto la máscara lo que nos  define sino los caracteres de nuestros modos más fidedignos y coloridos. Percibir en que color vibramos es un don que puede tomar su tiempo desarrollarse y lo haremos cuando percibamos que tanto somos afines a algunos colores dependiendo de nuestro carácter. Saber percibir lo que hay debajo de las máscaras de los congéneres es todo un arte, mas lo mejor es poder comprender las actitudes compartibles. Me encanta observar y mucho me gusta hacerlo sentándome en un lugar estratégico en las plazas comerciales y mirar al transeúnte, éste aun sin cruzar palabra con nosotros nos deja ver expresiones faciales, modos de caminar y de mirar que nos enseñan mucho.

Es la vida, un caleidoscopio.

Estamos.

Estamos sueltos en el mundo.

Estamos con miserias, estamos con alegrías.

Estamos.

Estamos en la ley espiritual, color personal vibrante.

Estamos en la tiniebla mundana.

 Estamos.

¡Qué trivial ironía!

Este redil animal en compañía, le habitan las mil soledades.

Las coloraciones especiales, únicas.

Estamos y somos.

Somos y  estamos. MJ

Vivimos en un encuentro constante con lo que somos aunque no nos percibamos de lleno así, las más de las veces sentimos que estamos faltos de algo y  al recibir contrastes constantes, nos complementamos con los otros seres, nos coloreamos al compartir.

Es aquí en donde habremos de tener claro que los colores más que nada son una energía, misma que se hace visible a través de la luz, propiamente el color que vemos no existe como tal, sino es el reflejo de la luz que lo compone.

La primera definición que a la letra dice el diccionario es: Color: -Sensación producida por los rayos luminosos que impresionan los órganos visuales y que dependen de la longitud de onda.- Son ondas invisibles que solo se hacen visibles a voluntad.

El ojo humano es uno de los órganos que tomó más tiempo en la evolución y de cada ser humano aun hoy día puede presentar cambios como lo es la curvatura de la retina. Es un órgano que se afinó para superviviencia.

Los limbos del ser son una realidad, a veces más nítidos a veces más borrosos son esas partes de la personalidad que de pronto se sienten descoloridos, permitiéndonos cambiar los tonos o para que seamos más conscientes de los que nos gustaría implementar.

De pronto en esta vertiginosa época que vivimos hoy día, nos podemos encontrar con el sentimiento de no saber si vamos o venimos. Es tan fuerte la demanda mundana, que llegamos por momentos a esas dualidades desconcertantes. Es lo que pasa hoy día. Comenzaba el siglo, y en lo personal percibía que ya la información en general es tan amplia que la vida pide decantar, elegir. Escribía yo con gran esperanza y muchos de nosotros creíamos que ya la era moderna nos miraba de frente a los ojos, cómo algo novedoso, cuando tal vez solo era una voluta más en los movimientos inevitablemente dialecticos.

EL flujo armónico está presente siempre y habremos de hacerlo nuestro fiel compañero y recibir toda la fuerza que es capaz de darnos, conlleva como parte de su ser, sentires de  esperanza  y ese flujo de armonía siempre lo podamos asociar a algún color. Todos los colores parten del espectro de la luz blanca del sol, son siete las radiaciones en que se descompone  el haz de luz que al atravesar un prisma óptico hace surgir el color. De ahí nacen todos: rojo, naranja, amarillo, verde, azul, añil y violeta.

Todos los colores son parte de alguna combinación de los tres primarios: El rojo, el amarillo y el azul.

Los colores se dividen en fríos: Azul y verde. Y Cálidos todos los marrones partiendo del amarillo, rojo y naranja.

Cuando comprendemos que éstos además pueden complementarse con algunos entre sí, la riqueza de la comprensión de esa fuerza que emanan se hace mucho más interesante, no solo tienen temperatura, sino tienen a un aliado que los hace más bellos (su complemento) y además cualidades que podemos percibir para nuestro beneficio.

Los colores complementarios son: El rojo con el verde. El amarillo con el violeta. Y El azul con el naranja.

¿Cómo nos complementamos con los otros seres? o ¿qué es lo que significa eso de ser complementos?

Complementar significa  magnificar al otro, que con nuestras acciones esas personas adquieran mejoría, crecimiento. Nada es fortuito, todo tiene sus razones y es grandioso irlas descubriendo. Quienes hemos practicado la docencia sentimos esas complementariedades con los alumnos.

Del mismo modo iremos descubriendo que colores nos son afines y nos complementan los rasgos del carácter, dependiendo de lo que la energía que contienen nos impacta.

En general y más en la actualidad los neutros se han puesto de moda, están muy presentes a conciencia en los espacios arquitectónicos y en la vestimenta.

Creo que a todos los humanos nos marcó de alguna manera el presenciar el inicio de un siglo.

La libreta numero cuarenta y tres (43) de mis textos está permeada de los sentimientos del nuevo siglo, de lo más fuerte que se me dio fue el concretar el conocimiento de los colores y su energía. Aprendí a percibir los tonos de renovación.

MJ. (Continuará).