De la
vida diaria.
Colores
del día a día. (7)
El
amarillo (dorado) es el habla y la palabra. El que hace posible que se esparzan
las enseñanzas.
Osuna.
Mucho de lo que aprendemos está íntimamente
ligado al orden y movimiento específico en nuestras redes neuronales, éstas determinan
la mayoria de las respuestas del cerebro (Yuval Noah Harari, historiador hebreo
opina que todas las respuestas humanas son condicionadas, lo que da un sentido
diferente a lo que hemos considerado por milenios como la libertad. Al final
daré la ficha bibliográfica.) Nuestra libertad está determinada, ordenada según
las épocas, más el adjuntar conocimiento significativo nunca deja de ser tarea
personal. Esto de tener claro cuál es el
mecanismo de nuestra libertad, puede causar molestia en algunos congéneres, solo es cuestión de comprender
mejor. A otros muchos nos da paz, porque
saber quiénes somos como especie, así como lo que nos rige, es sabiduría.
Parte de la sabiduría humana es sabernos
limitados, no es que nos falte algo, es tan solo que tenemos un ritmo
específico. Nazareth Castellanos, la
científica española lo deja muy claro en
la conferencia impartida en el Museo del Prado, en exposición explicativa y
amena nos aclara como desde la forma de respirar así como el modo de estar
ligado el cerebro a la emoción y ésta a
la memoria, son únicos. La conferencia se llama: - El olfato: memoria y
emoción. (En YouTube, recomendable).
El
color amarillo se asocia a la luz.
Una
buena claridad de mente impregna las ideas y así se enriquece el lenguaje.
Cuando cambian los paradigmas generales que nos rigen, la flexibilidad
ayuda para mejorar el modo de ver.
¿Es la
aureola que se les pone a los santos sobre la cabeza un asunto tan solo
estético? No, de ninguna manera, estos seres tienen un tipo específico de
desarrollo cognitivo y sapiencia específica que los hace dignos de llevar ese
signo.
La sabiduría en muchas tradiciones religiosas
está ligada a la humildad, se piensa que el bien material distrae al cerebro
sabio, es mejor que sea austero el entorno de estos seres dedicados a un tipo
de sapiencia especifica o mística. En el caso del catolicismo el entorno en
general se puede interpretar como una contradicción, por un
lado está la austeridad franciscana y el
nacimiento de la deidad/hombre en un sencillo pesebre y por otro la suntuosidad
vaticana, dos lados de la misma moneda. ¿Complementarios?
La
abundancia de materialidad puede tornarse en distractor, para que esta
condición mundana no perjudique, se requiere de un empeño especial, justo y
ordenado y así poder poner cada cosa en su lugar.
Que el
Papa actual de los católicos se auto nombró Francisco no es casual, tiene un
sentido muy claro de incidir y dar una
mirada renovadora a valores de los que está urgidísima la iglesia que él
conduce, si no se reconsidera el rumbo se puede caer en colapsos irremediables.
Todo tiene remedio si se retoma la serie de bases teóricas que tengan de nuevo
sentido creativo. Cuando se cierra un ciclo es propicio revisar los aspectos en
disyuntiva y volver a enfocar con renovación de mente. Si hay un aferramiento
al conocimiento estático del mandato divino (que las más de las veces están en escrituras
muy antiguas) habrase de reconsider la interpretación. Desde que Darwin publicó el
libro de -El Origen de las Especies- el
barco comenzó a hacer agua y algunas
tradiciones de pensamiento se vieron afectadas haciendo necesario reenfocar,
ver con nueva luz. Es muy bello ver imágenes del arte en donde los santos con
aureola encausan al cielo su mirada de éxtasis, mas las doctrinas hay que
fundamentarlas en conceptos viables y actualizados.
El
razonamiento lógico, tiene el mismo mecanismo mental desde las épocas antiguas,
eso no cambia, lo que si se renueva es la credibilidad, ya que los momentos históricos
traen nuevos paradigmas que no se pueden desdeñar.
El
despertar de la conciencia ha tomado caminos insospechados hoy día, ya se pone
más atención a la presencia de ánimo, ni que decir de la valoración del aspecto
emocional y atención para los estudios, prácticamente todo individuo mujer o
varón consideran parte necesaria el asistir a la universidad, aunque a veces en
el caso de algunas féminas se guarde el título y la dedicación más fuerte sea a
los hijos, o también si la decisión es vivir en pareja sin procrear ya las
luchas feministas han dado el fruto maravilloso: apertura de la conciencia. La
valoración del estudio, el hecho concreto del crecimiento personal ha tomado un
buen lugar, quien se quede por voluntad en los lares de la ignorancia, pagará
las consecuencias.
Asimismo
todos nos hemos convertido en atentos observadores y vamos yendo con sentido de
alerta muy diferente al de hace algunos años atrás.
M.Osuna
nos dice:
No hay
iluminación mental sin conocimiento de base.
No hay
camino a una buena sabiduría si no estudiamos.
No hay
iluminación mental sin observación.
La iluminación
se basa en el diálogo entre lo que
percibimos y lo que llevamos dentro como único y personal.
¿Podremos
decir que si cultivamos la sabiduría lo tenemos todo?
Podemos
vivir sin cultivar la sabiduría, seguir solo al corazón, pero es un hecho que
tener presente los postulados sabios que la vida nos va proponiendo, nos hace
mucho más libres.
Con
sabiduría se abren las puertas a otros muchos dones, ya veremos cómo estos
están ligados a otros colores.
Las
situaciones vitales del día a día fluyen mejor si se cultiva la sabiduría y más
que nada nos ayuda a tomar mejores decisiones. A veces llegamos a sentir que
todo está como en contra, esto nos habla de retomar el sentido de las creencias
y deslindar sentimientos de paranoia.
Cuando
cultivamos la sabiduría no permitimos los parloteos mentales y mucho menos
estarle dando vueltas a los asuntos en la mente, tan solo nos enfocamos y actuamos
en consecuencia. Se ha observado que se duerme mejor.
Cuando
aprendemos a ser observadores sabemos cuándo
hablar y cuándo callar. Escoger
mejor las batallas que habremos de librar es un acto sabio, así como no entrar en
discusiones que se pueden convertir en callejones sin salida. Los problemas se
solucionan con mucha más sencillez y presteza, menos emotividad y desgaste, se
erradica el discurso culposo.
Con
tesón y buena voluntad se vuelve tarea del día a día el saber discrepar. No
estar de acuerdo es maravilloso cuando el paso siguiente es descubrir los
avances.
Respecto
al dolor en la vida, ha quedado claro
que es un asunto de aprendizaje y de lograr el mecanismo mental para enfocarlo
hacia un bien. No es aceptar el sufrimiento como asunto masoquista, es saber
transformarlo.
Las
cualidades más fácticas del color amarillo es que nos ayuda a saber dar y
recibir, ese mecanismo de intercambio se aligera, aumenta la lealtad y nos
podemos convertir en seres más comprensivos delante de personas que piensan
diferente de nosotros. Cuando está laxa nuestra sabiduría, nos podemos volver
más duros en cuanto a la comprensión de los demás seres. Sin sabiduría se nos
hace difícil comprender las diversidades mundanas, hoy día más presentes ya que son parte de todos los
ambientes en el mundo entero.
La
sabiduría incrementa la calidad de nuestro pensar, esos cuestionamientos que a
veces nos inundan van obteniendo una respuesta más centrada. El sentido del
respeto se hace viable desde los congéneres cercanos, los modos de ser de los
hijos y amigos. Es difícil perder la motivación en la vida si cultivamos una
sabiduría constante, esa contaminación verbal que a veces nos invade por el exceso
de información, va quedando de lado.
¿Cómo soy?
¿Qué
pienso de mí mismo?
¿Puedo
percibir los cambios que he vivido para bien?
En una
tarde de café, ese momento tan sencillo y simple que algunos disfrutamos, puede
ser el momento propicio para la sabiduría casual, diaria. Así se me dio con una
tía que disfrutaba hacer poesía de sus sentires, yo los recogí para siempre:
Recordar,
perdonar, haber amado.
Ser
feliz un instante, haber creído.
¿Y si
ha llegado el desengaño?
Tener
claro el camino elegido,
Y
luego reclinarse fatigado,
Sobre
el hombro de nieve del olvido./J.J.
Joko
Beck, mujer practicante del zen, en su libro –La vida tal como es- Nos deja
claro que nada importa que hayamos vivido actos de injusticia y de dolor. Todo
lo que es parte del vivir aporta, solo
es conveniente volvernos expertos y atentos a obtener los sentires y sentidos
sabios.
En el
catolicismo se practica una moción de saber vislumbrar la voluntad de Dios. Nada
fácil de comprender en toda su dimensión. Algunos de nosotros (me incluyo) por
algún tiempo creímos que es como soltarle nuestra propia voluntad a otros ser y
quedar a la deriva, hasta que comprendemos que ese pensar va en otro sentido:
Es más bien saber que no podemos controlar todo y una parte de lo que nos toca
vivir está más allá de nuestro poder personal y hay que aceptar que está en
manos de Dios. Los no creyentes tal vez se angustien más, no lo sé. Algunas
personas creen que tienen todo en control hasta que la vida les da un revés y
pierden la esperanza. Mi madre, cuando nos veía en situaciones pico y que no sabíamos
que pasaría al respecto, tenía una frase: Dios
dirá. (Continuará) MJ
Si te
gusta leer, este libro es recomendable: Titulo: Homo Deus.
Autor: Yuval Noah Harari.
Editorial:
Debate