miércoles, 27 de octubre de 2021

 De la vida diaria. (Compartido)

                           Un rompecabezas es un mundo total. Nunca nos rompe la cabeza, mas si no comprendemos su dinámica interna, puede ser que nos haga perder la paciencia. MJ



                          La dinámica interior de los asuntos que vivimos lleva un ritmo y cuando nos va bien podremos descifrar su armonía, misma que es el secreto para saber continuar o detenernos según se nos requiera y precise. Ir de la mano de la serenidad siempre es la mejor opción,  ya que la impaciencia siempre espera muy calladita detrás de la puerta. Todo lo que nos toca vivir está determinado por etapas que se abren y se cierran siendo que muchas de éstas las dicta la vida misma y van dando pie a lo que sigue al frente, a veces sin tener que pensarlo mucho, a veces pudiendo poner el toque personal para definir derroteros. Es normal que como humanos en mucho recurramos al pasado porque así como en la Arqueología éste tiene un significado medular, en la vida del homo sapiens lo ha tenido cada vez con más importancia para poder llegar hasta donde nos encontramos hoy día. Somos la única especie del planeta que puede y sabe como volver a sus recuerdos y en últimas fechas se ha detectado en algunos primates superiores la clara posibilidad de volver a repetir lo aprendido, no se sabe si es porque aprenden con un cierto tipo o nivel de conciencia o si responden por mecanismos reflejos. Todo está en estudios muy serios, pero lo que sí es un hecho es que el conocimiento que vamos albergando como experiencia es el factor que nos hace más sabios.

Esta mañana me sucedió algo muy chistoso. Salí a enderezar la calaca de plástico inflable con cuerpo de humano que hemos puesto en el jardín para disfrute del nieto y de otros crios que pasan por la casa y se detienen a verla ahora que estamos en época de muertos, y que con las lluvias se agachó y tenía necesidad de volverla a su sitio. Al acercarme y levantarla note que había algo escondido dentro del plástico de las manos, y descubrí que tenía los pulgares claramente doblados por dentro. Me reí en mi interior ya que me significó mucho, porque así como en un simple juguete de plástico el pulgar puede estar guardado, en los seres humanos (y también en algunos otros primates) ese pulgar está muy visible, se le denomina pulgar oponible porque gracias a su oposición nos permite sostener las cosas, mas no todos lo vemos para comprender el alcance de su significado. Con gusto hice aparecer los pulgares de plástico y vi como ese muñeco cambió de aspecto. Ese dedo en nuestro grupo específico como especie nos ha permitido la confianza para llegar hasta donde estamos. Ese específico dedo de las manos ha marcado una enorme diferencia en el hacer del rompecabezas humano, se ha estudiado a fondo y se sabe hoy día de como marcó las diferencias, entre otras la posibilidad de tener más claridad mental y mucho se ha dado gracias a que pudimos tomar con más precisión las cosas entre los dedos. 

Es así también que se marcan diferencias cuando los términos que utilizamos en el lenguaje humano nos hacen ver con más claridad. Porque el tipo de lenguaje superior que nosotros podemos manejar es un don enorme. Siempre he disfrutado encontrarme con términos nuevos y que he de descifrar para saber un poco más. Hoy día que el diccionario de la Real Academia de la Lengua podemos tenerlo a la mano en nuestros celulares, es una maravilla como algunos términos se nos aclaran mucho más. Mientras arreglaba el juguete del jardín, se apareció mi hijo con mi nieto de visita. Disfrutamos de todo lo de esta época expuesto en las casas de los vecinos y cuando llegamos a la puerta de la casa de ellos yo exclamé ¡Qué bonita está la puerta con ese adorno! y para mi sorpresa el crío de tres años me corrigió: - ¡NO! No esta bonita, esta ¡asustadora!-  he de decir que el término utilizado me pareció muy exacto en relación a lo que veiamos  y le agradecí la aclaración, asimismo en ese momento me pregunté si ese término en realidad existe. En la Real Academia de la Lengua constantemente están añadiendo vocablos que surgen del habla de cada día y eso nos enriquece. 

Al volver a casa me puse a releer el libro que hoy día ocupa por ratos mi atención (estoy en la etapa de la relectura, porque tengo la costumbre de ir de solapa a solapa y ya luego volver despacio a cada página para encontrarme con los tesoros) y fijarme más en esos pequeños pasajes que todo libro alberga y como que pareciera que nos están esperando para ser notados, en lo personal los marco con resalte de color para poder volver a ellos. Este libro del ser que nació con cuerpo de mujer y logró volverse el varón que siempre fue desde un principio, contiene mucha sabiduría. Aunque el título del texto puede ser controversial (porque nos cuesta pensar que Dios todopoderoso pudiera despistarse) lo que en realidad nos quieren decir es metafórico y que somos creaturas que no venimos perfectas como concepciones cerradas, Dios permite imperfecciones para que la humanidad entienda su trabajo real. Me di cuenta de que cuando no somos doctos en una serie de términos nuevos nos podemos confundir y tuve que corregir un término al texto anterior en el que les hablé de este asunto de disforia y que yo puse como distrofia. Originalmente me dejé llevar por la lógica al leer con cierto descuido y que mi mente me llevó a pensar que era una atrofia o algo así lo que se vive en esos casos de personas que nacen con el cuerpo equivocado a lo que su cerebro es, ya que se ha descubierto que es muy diferente el cerebro masculino del femenino. Así pues, leyendo mejor vi que en realidad se trata de una disforia, y por lo tanto nada está atrofiado sino mal encausado en la naturaleza. Busqué el término en el diccionario y para mi sorpresa solo habla de alteración en la forma. En la terrenalidad todo puede corregirse yendo de la mano de Dios como el mismo autor lo hizo.

En relación a las personas con capacidades y situaciones diferentes al común de los mortales, se dice:"La meta es que las armas sean el respeto, la tolerancia y la igualdad, que unamos fuerzas para poder hacer realidad un mundo en el que entremos todos." D.N.L.

Es un mundo muy especial el de la terminología.

Hoy día que estamos recordando a los muertos, en lo personal me resuena muy favorablemente la palabra ánimas, porque como que su significado está más ligado a que algo sigue animado entre nosotros y en relación a quienes ya se fueron.

Nos puede hacer mucho más interesante la vida el ir descubriendo el significado preciso de los vocablos y esos términos que hasta se hacen divertidos y evocadores.

Regresando al mundo de los rompecabezas, he de decir que siempre me ha parecido muy significativo que se llamen como tales, como diciendo que nos rompen la cabeza cuando en realidad nos la recomponen. Ya adulta decidí entrar de nuevo a ese mundo del armado de figuras que disfruté mucho de niña. Mi padre siempre nos traía cosas para despertar la creatividad y entre ellas figuraron los rompecabezas. Lógicamente tuvieron su momento. Cuando ya de adulta retomé ese gusto, de entrada sentí que era muy entretenido el desafío, siendo que comprobé que mientras más los armaba, más me divertía y más mucho más complicados y grandes los deseaba armar. Nunca han sido  muy grandes en tamaño los que he elegido y la verdad los ratos armandolos  siempre son maravillosos. Aprendí una técnica (que me imagino todos los aficionados a estos asuntos ya manejan) qué consiste tener un camino personal y de gozo. El mio, con lo que me gustan los colores, de entrada comienza con la separación de las piezas por cada color. Una vez lograda esta etapa, pasaremos a la de encontrar las diferentes formas de las piezas y a continuación las que enmarcan el todo. La parte que definirá los límites es preponderante, dando pie a que de ahí vayamos poniendo los colores que la misma figura demande. Conforme avanzamos el gozo se incrementa. Uno como comúnmente se dice, se pica y como nos dice al autor del libro "Fluir": Con lo que fluyes el tiempo se detiene y pareciera que es un instante, cuando a veces nos pasamos horas haciendo lo que más nos gusta y nos hace verdaderamente felices. 

                               Pues bien, pasemos a considerar que la vida misma es nuestro rompecabezas más importante. El mismo Diego Neria nos dice: "Mi vida es una parábola que no comprendo, un rompecabezas". Cada momento conlleva su propia plenitud y hay mucho gozo en ir cerrando etapas y momentos, que es a lo que hemos venido a la tierra. Mucho escuchamos hoy día la idea que es muy plástica, de ir cerrando circulos. Cuando por primera vez me cayó el veinte de lo que son los mandalas, me di cuenta que estarían conmigo para siempre, y los relacioné con esas circularidades de la vida. Nació un interés muy grande que me abrió las puertas de una felicidad  especial, no solo al contemplarlos sino al irlos descubriendo por doquier así como hoy día diseñarlos y ponerles los colores que yo decido. Hice una relación inmediata entre las dos figuras, el rompecabezas y el mandala ya que los dos nos dan estructura.

Al saber que un mandala es una figura que nos da una estructura particular en la mente, nos damos cuenta que perceptivos podemos volvernos hacia las formas, pero mucho más a la circular que nos habla de plenitud. Al mismo tiempo, cuando ponemos la última ficha de un rompecabezas el cuerpo respira diferente, se siente pleno. Digno de seguir. No es casual que en clínicas y centros de educación básica los mandalas ya forman parte del programa.

Entre la plenitud de un rompecabezas y la circularidad de un mandala podemos hacer  y tener percepciones de lo valioso que es saber cerrar.

La vida misma se compone de sus propios momentos/mandalas que como los rompecabezas se van armando. Cuando descubrimos un pesar dentro del alma es seguro que estamos en uno de esos procesos y lo mas sano es saber de donde vino y como lo iremos a cerrar. Cerrar es sabio, nos permite saber que una etapa ha terminado y que vamos a encontrarnos con asuntos nuevos que definen mucho mejor lo que falta, encaminandonos hacia la etapa total con la que nos despediremos al poner la última pieza.

Parte del dolor de alguna etapa puede traspasarse a la siguiente. Cuando nos entercamos en algo que queremos contra viento y marea puede ser que se convierta en algo que no nos permita ver con claridad lo que sigue. Hay que definir nuestro círculo personal. Cuando decidimos el desafío de armar un rompecabezas el espíritu se toma un respiro, se afina la percepción y al poner la última pieza se entona el alma. Es muy parecido a lo que pasa en la vida misma. Es un hecho que a veces cerrar algunas etapas duele. Eso no lo podremos negar nunca, mas siempre hay que saber que tan abiertos deben estar los ojos de la mente para saber por dónde vendrá el regalo positivo de un cierre, ese es el verdadero valor de la circularidad.

Dice Mario Benedetti: "De vez en cuando la alegría tira piedritas contra mi ventana." D.N.L.

Es sabido que a veces los cierres nos cambian la dinámica mental. La alegría no se vende en la farmacia, por lo que cuando aparece hay que saber conservar su fuerza. Se dice mucho que la escritora Virginia Woolf sufrió sus peores crisi existenciales cuando iba terminando un texto, justo cuando todos pensariamos que estaría más alegre, sentía que al poner la última frase se volvería loca. En esos últimos momentos ella sentía venir el pesar y sabía que sus demonios más feroces iban a aparecerse por su mente.Ya luego se supo de su bipolaridad y en sus escritos eso quedó marcado para siempre. Se comprende mejor cuando se acepta que no somos los seres cuadriculados que la vida tiende a hacernos creer. Sí, tenemos aristas, aunque más bien nuestra totalidad es mucho más suave y curvada.

Muchos de los cambios en la vida deben hacernos  más fuertes en soledad. Se aprende de las gracias que alberga el estar y saber estar con nosotros mismos. No todos (Aun los más cercanos a nosotros) pueden a veces entender por dónde va el camino de nuestro nuevo momento, creo que hay que saber el valor de la soledad. A veces hay mucha crueldad en los ambientes, por lo que no es recomendable compartir tanto en esos momentos de cambio. Cada uno lo sabremos sopesar.

Se dice que la esencia de la crueldad está basada en la separación de la mente con el entorno del ser que la hace activa, es un poco como estar desconectados y no lograr ver el alcance de algunas actitudes. Quien primero que se hace daño es quien la tiene a flor de piel por lo que hay que saber como poner una barrera para que no nos pringue ese tipo de actitud. En una ocasión yo recibí comentarios de este tipo cuando sin quererlo realmente (Soy de palabra rápida y a veces ligera y eso asi como puede hacer mucho bien, puede propiciar problemas) comenté de los asuntos negativos de una situación en la que perdí por manejos sucios, una buena cantidad de bienes materiales. Gracias a Dios jamás he puesto mi fondo de felicidad en nada material, pero duele mucho ver con que descaro profesionales y malosos sueltos (y de las personas que uno menos se imagina) surgen acciones de arrebatar lo que no les pertenece. Lo comenté con seres cercanos en los que creí confiar y que estaban viviendo conmigo esos momentos desconcertantes, y recibí de uno de ellos una respuesta horrenda: -habremos de ver que dice la parte contraria- escuche incrédula, entendiendo que habría que dar voz a quienes claramente se manejan con corrupción. Nunca me imagine que quienes tienen acciones negativas  fueran seres a los que hay que dar voz para que se expliquen, mas bien creo yo deberían hacerlo en los juzgados, mas simplemente en ese momento me quedé callada: a palabras necias, si hay que hacer oídos sordos. Es algo de la cultura de hoy día, hay quien cree que los vivos pueden ser más inteligentes, como si sus destrezas de despojos fueran faros que alumbran. 

En lo personal creo que los seres que no han comprendido que la redención interior tiene mucho que ver con la inteligencia,  esos mismos que se manejan con bajezas, si que los considero tontos, porque están haciendo en detrimento de su espíritu. En el libro que releo hoy, dice así: "Cuando un tonto coge un camino, el camino se acaba, pero el tonto sigue". D.N.L.

Así lo creo. La tontería no es no saber, es creer que sabemos de más y que podremos actuar con ello en detrimento de otros, sin que pase nada. En realidad en lo jurídico muchas veces no pasa nada y los bandidos siguen con sus vidas torcidas, pero habremos de estar seguros que en lo espiritual si existe la Justicia Divina.

Aun con momentos muy intensos y a veces muy dolorosos de la vida, podremos permitir que la luz de la cotidianidad no se eclipse. Existe el absurdo, eso debe de quedar siempre claro, mas hay que saber detectarlo y no darle cabida. Los canales de convivencia con nuestros congéneres son en cada caso muy especiales y hay una especie de dicha cuando sabemos que asunto nos une con cada quien y que nos separa de los que viven más cerca de nosotros. Hay seres que les gusta jugar con los dolores ajenos. Se pierde el respeto y eso es muy triste.

No podemos dejar de tener claro, que uno cierra para abrir.

Esa cotidianidad que a ojos cerrados podría parecer monótona, es el caldo de cultivo para una creatividad bien entendida. Es ahí donde se encuentra la verdadera fuerza de Dios.

En las épocas gloriosas de motivar a los niños en el Arte, planeabamos que un sábado de cada mes saliéramos al campo. Por la gracia de Dios, aquí en donde vivimos hay muchas áreas verdes y lindos jardines con sembrados bellos por donde yo impartía el taller. Un sábado nos acercamos a un inmenso bambú que a la orilla de un laguito se movía al compás del viento. Todos los críos asentaron sus toallas en el césped y se sentaron quietos y felices. En primera instancia les pedí que cerraran  los ojos y que atentos nos pusiéramos todos a escuchar el ruido de ese enorme árbol, ya que mecidos por el viento esos árboles cantan, sus troncos entrechocan  y parece que sus ruidos componen una sinfonía. El viento estuvo a nuestro favor y nos deleitó de lo lindo y todos fuimos escuchando de a poco. Ya con los ojos abiertos me propuse hacerles ver lo que realmente nos interesaba de la clase y observamos formas y coloridos. Todos fueron diciendo lo que veían. Uno les propone colores que no son tan evidentes, los críos como esponjas aprenden a observar. 

Al final les pregunté:-¿Qué les gustaría más de este árbol de troncos espigados y elegantes  con coloridos únicos?-  y tras un silencio maravilloso de observación, una niña como de ocho años dijo: -yo me quiero meter al bambú.- Todos quedamos atónitos, pero lo que ella dijo bastó para que una algarabía de ensueño se diera, todos los demás niños la siguieron, rodearon los troncos y caminaron entre ellos sintiendolos con sus manitas, tocar esos nudos y esas partes tan lisas y bellas que se dan entre los troncos de este árbol tan singular resultó muy grato. Lo pintamos, claro que sí, y fue una linda experiencia.

Abiertos a la naturaleza y a los entornos siempre seremos más felices.

También en el libro que releo encontré esta frase: "La curiosidad es lo que nos hace humanos y nos distingue de los políticos".D.N.L.

En estas épocas que íbamos con un poco de mas frecuencia a la playa, nos tocó  presenciar y disfrutar un bello fenómeno al anochecer. Playabamos en amena plática con los hijos jóvenes cuando empezó a caer la noche y cual fue nuestra sorpresa que en el romper de las olas aparecían montones y montones del fósforo marino iluminando con un tono verdoso brillante no solo las olas, también la arena de la orilla y  la espuma. Maravillados nos paramos a contemplar, regalos de natura que se aparecen de pronto. El alma toma respiros de donde uno menos se imagina. El fósforo marino nos recargó las pilas revitalizando un domingo de esos que uno se prepara para retomar la semana y hasta hoy esa experiencia vive en mi. Con la edad perdemos la capacidad de asombro. Es muy importante recuperarla y ver más allá de lo evidente.

Las alegrías uno las encuentra y mas que nada las propicia. La redondez de nuestro mandala personal se recrea precisamente en las curvas. En esos espacios que van dando la vuelta y van haciendo que el círculo sí se pueda percibir completo siempre, aún sabiendo que pueden faltar muchos momentos para darle las líneas finales.

Ese sentimiento de todo está completo, es importante que perviva cada día, ya que no sabemos cuándo y a qué hora seremos llamados a cambiar de traje, y nos iremos para siempre. Siempre hay que tener la lámpara encendida. En lo personal es lo que siento cuando pienso en lo que me representa el Espíritu Santo como parte de la religion que tengo por nacimiento. Es una sensación profunda de que llevamos siempre todo lo que necesitamos: Nuestro Ser.

La vida se pule como un bronce brillante cada día. Es como mantener el buen talante siempre.

El Arte con mayúscula, siempre puede ponernos de buenas. Sea que lo practiquemos en alguna modalidad o sea que tan solo seamos observadores, siempre nos pondrá en el camino de esa armonía tan deseada. Evita que los cariños se conviertan en juegos y que la vida se oscurezca por cosas triviales ya que lo artístico siempre nos dará una luz  muy especial.

En otra ocasión en que íbamos por caminos de los pequeños pueblos de la Península, nos tocó ver entre los matorrales un faisán. Nunca me habia tocado ver al pájaro emblema de estas tierras y de verdad que fue un gozo. Los había conocido en cautiverio, pero en la natura cada vez son más difíciles de observar. Yo que anduve mucho de niña por el campo de la Península en los momentos de cacerías con mi padre, solo me había tocado ver pavos de monte así como monos araña y venados, pero ese pájaro en especial nunca.

Kant, el gran filósofo de todos los tiempos afirma algo muy bello: 

"La búsqueda más noble, es saber que debe de hacer uno para convertirse en ser humano" E.K.

¿Es que no somos seres humanos tan solo por haber nacido como tales? No. 

No lo somos. Esa condición se trabaja. Se forja con causas reales de bien, de aciertos en ese camino que se nos ha dado ya intrínsecamente en nuestra naturaleza y que a veces por lo agitado de la vida desdeñamos implementarlo, a veces creemos que tan solo porque se nos ha permitido ser parte de esta tierra, esa condición se nos dará por añadidura.

Hay muchas cosas que nos irritan de los congéneres, según afirma C.Jung , mas si observamos esos desequilibrios podremos llegar a un mejor entendimiento de nosotros mismos.

Encontrar el camino de tan solo estar dispuestos y no interferir en nuestro propio desarrollo.

Hay muchos pensamientos que nos habitan que solo son ideas, y pueden interferir en lo que es real.

                               Uno de los conceptos en los que no podemos cejar en la búsqueda personal es el de La Paz. Esa paz no siempre se puede mantener, sentimos que cuesta trabajo estar viviendo con la calma adecuada, mas cuando recordamos que aún en lo más agitado puede haber Paz, nos queda claro que ésta es en realidad el modo con el que enfocamos, su esencia no se basa en ideas se vive en carne propia y hay que saber defenderla, escogiendo las batallas.

Veo en mis escritos larguísimos qué tanto me ha llevado llegar a ese simple y a la vez fuerte concepto: Paz.

 Mi modo de ver y percibir la Paz ha cambiado con los tiempos, con las etapas, su significado ha variado. y más que nada su presencia en los hechos de cada día. Se va dando de diferentes maneras en el rompecabezas total, y su circularidad cada día puede abarcar más ampliamente los espacios totales. Claro que su significado en la acción nunca es constante, pero uno puede irlo logrando con las decisiones acertadas.

Aprendí que la buena energía que viene de Dios está presente en el flujo elegido. A veces la vida se empeña en arrebatar, pero uno tan solo suelta lo que es prescindible y lo imprescindible se hace más sutil y fuerte y por lo tanto más constante, asentándose en su lugar como sucede con la pieza de un rompecabezas que de momento tratamos de colocar sin saber claramente en donde y que de pronto como si fuera magia aparece su sitio único. No puede tener cabida en ningún otro lado.

Tanto se habla de Ego hoy día que es necesario aclarar lo que es: Es tan solo la parte falsa que nos obliga el mundo a aceptar tan sólo para sobrevivir, mas no olvidemos que hay que Vivir. Y, lo pongo en mayuscula para que no se nos olvide que estamos a veces solo sobreviviendo. Con la madurez también se puede ir diluyendo ese ego, como se mezcla un líquido con otro y queda el de mayor fuerza.

¿Que es la cordura?

Llegué en estos días a una definición personal que me gustó mucho:

Es cuando uno se siente uno con Dios. Cuando no hay separación de esa divinidad que realmente nos hace contingentes y que conocemos y percibimos presente en lo que vivimos. Esto no quiere decir que no habremos de tener momentos de elevar plegarias genuinas para tener más certezas, mas no se trata de estar implorando por implorar.

Escribí:

                                             Pulir el espíritu.

                                             En nuestro existir básico.

                                             Sin empañar lo conocido.

                                             Sin desdeñar lo que nos falta por conocer.

                                             Nada se pierde.

                                             El limo de la vida lo guarda todo.

                                             Ahí está el alma,

                                             En sus sutiles modos.

                                             Esa profundidad alma/mundo

                                             En armonía dará la lucidez espiritual.

                                             Pulir el alma. MJ


D.N.L. Diego Neria Lejárraga.

Continuaremos. MJ

                                             



martes, 19 de octubre de 2021

 De la vida diaria. (Compartido)

                                La necesidad de escribir, es muy parecida a la de respirar y sabemos qué tanto forma parte de nuestro cuerpo físico, y cuánto en realidad alimenta al alma. MJ


                                Uno nunca sabe cuándo nace esa necesidad de escribir(se). Según dice Duccio Demetrio (que es un experto en el apoyo de la escritura personal e individual) una cosa es recordar, mas una muy diferente es la necesidad de rememorar. La memoria es un globo enorme que contiene muchísimo en su interior tanto como en su superficie y que a fin de cuentas todos los aspectos que la componen se vuelven un mélange de imágenes que a veces enredadas y otras veces muy nítidas y tímidas nos dan una realidad que uno puede y debe desentrañar. Otra parte es lo que en realidad se vive y que perdura por algún tiempo con sutileza, a fin de cuentas uno puede volver todo eso una sinfonía de ideas.

                                           Según Diego Neria Lejárraga "Por mucho que nos duela, no hay mejor lugar donde permanecer que el pasado". El pasado es el mejor profesor, es quien nos lleva de la mano de esas eternas rememoranzas que nos dan vida. Diego Neria es el autor de un excelente libro, mismo que recomiendo a ojos cerrados para quienes quieran saber que es en realidad la disforia de género, "ese malestar extremo y persistente con el sexo con el que uno nace". Diego es un hombre de Dios. Es el primer transexual recibido por un Papa, el Papa Francisco le pidió ir al Vaticano en 2015 y lo hizo porque le conmovió su historial tan bien llevado y tan bien escrito.Vale la pena leer el libro que contiene esta historia que recomiendo para quienes quisieran saber más de estos temas tan mal entendidos a veces y que solo nos confunden. El título es:"El despiste de Dios." Editorial Tropo, España. Haré más citas de este valiente individuo que contra viento y marea sacó a la luz su verdadera vida y todo de la mano de Dios. Libro culto, muy bien escrito y lleno de citas que nos pueden hacer mucho más bella la vida. Nunca hay que temer a los temas candentes, hay que tomarlos por los cuernos sin temor y con la mente abierta a aprender más. La posibilidad de entender a congéneres que llegan al mundo con el cuerpo trastocado y el alma lastimada ya es un deber, y es tan solo porque no se les comprende como debe de ser que estas personas sufren sin lograr de la mano de sus congéneres una redención merecida. Gracias a Dios las ignorancias al respecto están siendo abatidas con garbo, con educación como lo es el libro recomendado.

Siempre me ha parecido tremendo cuando las personas ponen más atención en la vida de los demás que en la suya propia, y esto sucede porque no nos damos cuenta cuánto debemos ir tejiendo de nuevo muchas cosas que solo a nosotros nos incumben, también porque hay como una necesidad de comparar que es lo que hace el vecino, mas hay que tener cuidado ya que puede ser una acción de lo más desgastante. Solo por esa mala costumbre de estar observando a los otros es que creo que sería muy terapéutico para toda la humanidad que nos pusieramos más atentos a lo nuestro y así nos convertiremos en nuestros asiduos reformadores de la vida personal. La vida cambia y eso es un hecho ineludible, ahora que me releo me doy cuenta claramente como me metia en los nudos de pensar que siendo mis propios asuntos sabía que más adelante desanudaría. Mucho se ha desanudado ya, varios de los seres con los que conviví ya se fueron y mucho de lo que observo me sirve hoy día para saber que uno sí que es su propio hacedor. Con el tiempo los rostros se hacen más sutiles la vida plantea diferente los asuntos. En estas épocas de principios del siglo me parecía que notaba qué tanto la gente estaba más pendiente de las vidas ajenas. A veces tomar ejemplo de acciones de los demás es bueno, porque no solo fortalecer la vida sino le da nuevas luces, mas hay que hacerlo con cuidado y nunca juzgando. A veces las conciencias se tranquilizan viendo las vidas de los otros. A veces también  uno logra ver qué diferentes somos aún perteneciendo a la misma sangre.

Aprender a tomar contacto con el silencio interior era una tarea que me proponía y que he de decir que fui logrando de a poco. El silencio se asienta mejor en nosotros cuando estamos pendientes de crecer, de saber todo eso que aún no sabemos y que dará forma a nuestro verdadero ser. Uno puede disponer de algunas horas al día para hacerlo de manera consciente y luego el cerebro aprende y lo hacemos de manera un poco mas mecanica. 

Elizabeth Kubler Ross la gran mujer de la tanatología (leí algunos de sus libros en esta época) decía que el estado mental es muy importante y que uno debe de aprender a ser dueño y señor de ese estado. Cuando nos va llegando la hora de decir adiós al mundo eso ayuda mucho a la paz necesaria para pasar al siguiente estadío de vida. El estado de nuestra mente solo es nuestro, nadie nos puede echar la mano ahí y es por eso que es tan delicado.

Se va fortaleciendo el hubris que es el sentido más alto que podemos tener de confianza en nosotros mismos.

En esta época que me iba adentrando más y más en la fuerza del mundo del color, deseaba tener un hipil (así se le dice al vestido femenino de esta península, deriva de la palabra más general huipil) bordado a maquina  como lo usan las mujeres sencillas de los pueblitos yucatecos,  deseaba uno de cada color, de mi color del día. Lo intenté, pero no fue posible en su totalidad. En un pueblo cercano descubrí que los bordan muy lindos con flores pequeñas como las del campo y me mande a hacer algunos. Nunca logre tener los siete de cada día y creo que porque mi fuero interno sintió que en realidad era un exceso, mas logré combinaciones que he disfrutado mucho. El hipil sencillo y pueblerino con el que cómodamente se mueven las mujeres de los pequeños poblados también se está perdiendo, si que sería una lástima que desapareciera, mas yo soy del pensar que las cosas que vienen como para reemplazar tienen una fuerte razón y hay que dejarlas ser. Ya llegamos a los tiempos de más pluralidad.

Lo que en verdad perdura, es porque tiene una razón de ser.

El sencillo bordado a máquina con flores pequeñas es mi preferido. Con la pandemia ya no pude ir por más, pronto lo haré. Cuando el hipil se complementa con un lindo fustan (enagua más larga que aparece en la parte de abajo, generalmente con un encaje) pues la dupla está completa.

Cuando me pongo mi hipil, siento que un halo energético de complicidad con mi tierra me invade, como si comulgase junto a todas las mujeres del Mayab,  me crea un sentimiento milenario y eterno.

De niña, una hipilera (Señora que vende hipiles) traía hasta la casa de mis padres los muchos y variados tamaños y colores para que nos los comprara mi madre. Así de niñas vivíamos con ese atuendo tan bello. Estos de la niñez invariablemente eran de hilo contado a mano, asunto que con los años se ha vuelto un lujo. 

                                    Los desengaños vitales son parte de la vida como lo es también el respirar. 

Dice asimismo Diego Neria en su libro: "Si algo he aprendido de los documentales de animales es que los enemigos no se muestran hasta que no te ven débil." y es así. Mas no todas las veces la debilidad es de uno mismo, también hay debilidades del sistema que apoyan a los malosos y les dan el beneficio de hacer las trampas necesarias. Contra eso no hay camino más que el de la educación a los críos, enseñar el valor de la honestidad. 

Nunca hay que olvidar que los peores prejuicios son los que se gestan en casa.

Aunque a veces nadie se ocupe de preguntarnos quienes somos, que sentimos y por donde vamos, nosotros somos los hacedores de esos interiores que aún necesitan respuestas por la vida incompleta. No por haber crecido junto a algunos adultos que creímos faros que alumbran, hoy día debemos seguir a pie juntillas sus destellos, hay que ajustar la mente constantemente.

Solo estamos completos cuando cerramos nuestros ojos por última vez. No olvidemos que mientras respiremos podremos esperar y dar lo mejor de nuestro ser.

A principios de siglo me lleve dos o tres catorrazos de los buenos en el seno de la familia ampliada, una vez experimentado el golpe todo se digiere con cuidado cerrando las puertas necesarias para no volver ni a pensar en esos asuntos. Es indudable que son para hacernos crecer. Dejé de creer en lo poco que creía en la familia ampliada y lo corroboré más tarde como una verdad muy personal que he venido a aprender en esta vida, cuesta aceptarlo, pero si todos fueramos mas sinceros diremos que muchos hemos vivido ese tipo de desencanto. Si hay más vidas luego de ésta, pues ya seré una experta en desengaños, mas en estos días ya no me interesa seguir corroborando nada. Una vez comprendido lo hecho, hay que mirar para adelante.

En la religion que yo tengo por nacimiento, la católica (y de la que también he tenido desengaños dentro de la grey de algunos de sus practicantes) aprendí mucho, casi todo provino por parte de mi madre y complementado en la adultez con algunos sacerdotes doctos que supieron transmitir. Sí, es un hecho: hay que tratar al prójimo como a uno mismo, eso me ha quedado claro muy claro, mas a ese prójimo a veces hay que depurarlo y escogerlo. Nuestros principios deberán mantenerse intactos, ese es el secreto y que no nos vengan a decir que es obligado tratar con quienes no tenemos química. Si he de decir que hay que enseñar a los críos de hoy a tener cuidado en quien confían y como se relacionan con gente que navega con las mejores credenciales sociales y religiosas pero que no las tiene a nivel de ser humano.

Proust asevera que: "Nuestra personalidad social está formada tan solo por las mentes de los demás." M.P.

y continúa diciendo: "Sólo los incapaces de descomponer en sus percepciones lo que al primer pronto parece indivisible, se imaginan que la posición social está adherida a la persona."M.P.

Y dice: "La idea que hemos tenido formada por mucho tiempo de una persona, nos tapa los oídos y nos nubla la vista " M.P.

Es verdad. A nadie se conoce tal cual es hasta que se convive o se tienen propiedades en común. Nunca es sano ni fácil estar demasiado asociado a alguien, aún la humanidad no está madura para  vivir en esos contubernios.

"La facilidad con que se atribuyen en este mundo condiciones de buen corazón a los que mas seco lo tienen, por más que en otras ocasiones sean amables con las personas brillantes que forman parte de su ambiente social, no serán más que lo que son."

En todos lados se cuecen habas, eso que ni que. En todos lados hay confusión entre personalidad y espíritu.

Esto no quiere decir que tendremos que pensar como los demás, tan solo nos recuerda cuanto daño o beneficio se puede lograr notando quién es quién en los precios.

En parte le doy toda la razón a Proust, mas yo creo que que en la vida de cada ser humano no es tan solo la personalidad lo que cuenta ya que ésta como en muchos casos hemos visto tan solo apela a la vida de relación, mas la vida verdaderamente importante está dentro de nosotros y a veces es más cercana al alma que nos habita y que vamos desplegando mejor con la madurez. Es decir, no olvidar que alma y personalidad son distintos conceptos y que aunque lo ideal es que deban complementarse, no siempre se logra del todo. Esa es para mi la magna tarea.

Sí es cierto que mucho de las desdichas del ser humano son inventadas. Otras las traemos de nacimiento y ni cuenta nos damos porque son parte muy profunda del ser, que hasta que no empiezan a morder es que nos percatamos. A veces es una necesidad psicológica que se dá, por lo que hay que tener cuidado con eso. Aún sabiendo que algunas desdichas contienen la semilla de un bien mayor. A veces somos expertos en complicar, en ver lo que no existe y en perdernos en el mar de propuestas de una vida mundana que nos entreteje sin que nos fijemos siquiera. Llevamos en la parte más íntima de nuestro ser una lucha de incongruencias que es fascinante deslindar conforme vamos siendo más libres. En el budismo se habla de una acción de la mente que se denomina monkey mind o lo que es lo mismo: Vivir con una mente saltarina que no logra enfocarse para crecer. Hay que aquietar a ese mono brincador y asentar (nos).

No son los incidentes del vivir lo que dan sentido, sino como los enfrentamos. Los brincos no siempre son los mejores consejeros, y ni que decir el solucionar a sombrerazos, eso no es conciencia.

Los gozos bien definidos nos dan tanta fuerza que si se presenta de pronto una desdicha es más fácil acoplarse al sentido de bien. La presencia de Dios uno la crea y tiene su base en la actitud. No quiero decir que seamos masoquistas por deporte, que creamos que el mal es necesario, eso nunca, mas bien creo que fortalecidos en lo que la mente nos propone como válido, seremos más capaces de lidiar con las desventuras.

No siempre nos toca solucionar todo. Así sea asuntos que tengamos en las narices. A veces los malos entendidos de hacer bien al prójimo nos llevan por caminos que no son los correctos metiéndonos en lo que no es nuestro, esas camisetas de once varas, de las que mucho hemos escuchado. Con los hijos adultos habremos de aprender mucho y salirnos de sus decisiones más personales, cuesta mucho pero es lo más sano.

                                     Proust también tiene otra frase que vale la pena recordar: 

"Uno no sabe cuán feliz o cuan desdichado es." M.P.

Y no es que no lo sepamos, olvidamos cuáles son las señales que debemos tener al día, para mantener a cuestas lo que sabemos nos hace más felices.

A veces uno solo desea poder sentir el viento del norte en la cara. Otras veces es tan solo poder tener las horas necesarias de sueño y más allá tal vez tan solo poder ver la luz en los ojos de algunos de nuestros congéneres.

¿Valdrá la pena estar tan pendientes de que si somos o no somos felices? 

¿No será que sucede como cuando buscamos los lentes, y los tenemos puestos? 

Como también dice Diego Neria: "No hay nada más sórdido que tu felicidad en boca de los demás."

Es que a veces al ver danzar y bailar al prójimo con algarabías que no compartimos creemos en felicidades llenas de espejismo. Cuidado con creer que lo que hace feliz al vecino nos hará felices a nosotros. Nunca es así. La felicidad en la que yo creo se labra en casa y no necesariamente se comparte con todos.

Escribí:

                                   Ser, ser en lo imperfecto.

                                   Ser, ser en el dolor impoluto.

                                   Ser, ser en el abismo del desfase. MJ

Vivir cada momento tal cual es. Esos abismos de pensamientos de entre lo que queremos y lo que obtenemos nos desgastan en demasía.

Sencillez, para llegar al lugar completo de una soledad acompañada y acompasada por uno mismo.

Ese lugar dentro de nosotros mismos en donde vivimos completamente solos, es sagrado, es necesario tenerlo presente siempre.

Pearl S.Buck a quien leí mucho de joven me marcó con algunas frases  y pensares que me han acompañado:

"Dentro de mí mismo hay un lugar donde vivo completamente solo y ahí es donde se renuevan los manantiales que nunca se secan." P.S.B.

Y yo añadiría: ahí dentro es donde podremos saber como amar y hacer que el color impregnado al alma le de más luz. 

El gran filósofo y estudioso del Arte del siglo pasado John Ruskin dijo: 

"Las mentes más puras y más reflexivas son las que más aman el color." J.R.

                               No se que tanto les ha pasado a ustedes, pero a principios de este siglo, estaba yo entercada en que tenía que cambiar varias situaciones. Era exageradamente exigente conmigo misma y con los que me rodeaban, incluyendo a mis hijos jóvenes. Doy gracias al cielo de que llegó un gato a mi vida para que me alivianara esos momentos de exigir, aprender que el ronroneo de un felino que descansa junto a nosotros mientras vemos un buen programa en la televisión, puede ser la diferencia de respirar en paz y sentir una verdadera alegría. Los hijos son una maravilla cuando saben como desembarazarse de las exigencias paternas. Aquí, como se les ha promovido una autonomía con A  mayúscula, bastante seguido nos mandaban a volar para hacer sus propias resoluciones. Bendita la hora que esto se dió y aprendieron muy bien a labrar sus propios caminos. No hay porque comunicar de más y cuidar cuanto es lo que se dice para no abrumar a quienes aprenden a caminar con sus propias plantas.

Ese determinismo que a todos nos habita, a veces se eclipsa en función de estar comunicando de más.

Escribí:

                                             Vivir, reinventar a cada paso.

                                             Vivir, pulir el alma.

                                             Vivir, respetar espacios.

                                             Vivir, con el canto de natura.

                                             Vivir, sin aprisionar cariños.

                                             Vivir, saber esperar. 

                                             Vivir, ver la luz en la mirada.

                                             Vivir, observar el retoño verde tierno de la primavera. MJ

 

                                              Mi madre me contó algunas historias que tuve que guardar con letras lo más claras posible, en mis libretas. No sabia yo cuanto calarian al regresar a esos escritos y me darían una nueva dimensión de mi madre. Siempre le sentí demasiado abierta y parlanchina (un poco como soy yo y que choca a mis hijos en algunos momentos) Entre otras anécdotas que a ella le impactaron de niña fue como en la época dura de una economía inestable la gente sacaba sus joyas y monedas de oro y se las llevaban a la Habana. Estaba yo arreglando los archivos de mi padre y de pronto tenía que parar, voltear y verle a los ojos ya que lo que decía me impactaba y sabía que tenía yo que escuchar bien para luego llevarlo a mis escritos. Ella seguía hablando y compartiendo. Irán saliendo algunas anécdotas más por aquí.

Mi madre siempre infundió un respeto ganado a pulso y a conciencia de saberse ser quien era y decía:   "Y soy feliz, porque no me parezco a nadie". Era consciente de su valía y de lo que quería sin mayores pretensiones ni recovecos. Hacer feliz a su pareja por medio de una mesa bien servida fue parte medular de lo suyo (no necesariamente ni abundante ni lujosa) que consistia en todo bien hecho.Bien puesto.

Entre otras cosas que eran parte de sus temas, se daba el pensar que la época del auge del henequén sería eterna. Creían que tendrían siempre un flujo de bienes imparable.No entendería que había que transformar la vida del campo como se hizo y que los hacendados deberían haber aprendido a hacer otras actividades, porque el henequén ya no se requería de la misma forma en el mundo. Según pensaba ella, el henequén si debería de requerirse porque es una fibra menos agresiva que el plástico emergente que la suple. Cuando yo le daba mi punto de vista de que debería aceptarse lo que el mundo propone, enfurecida me llamaba comunista. Nos carcajeamos juntas, porque como dice Diego Neria: hay un desgarro hermoso en la amistad. No siempre lo amistoso es miel sobre hojuelas, creo yo. A veces la amistad nos enfrenta, nos hace ver cosas de nosotros que no nos gustan tanto, más eso es bueno. No sé si logré hacerle ver a mi madre que para nada es comunista quien piensa diferente. Creo que le costaba entender qué era lo que pasaba por mi mente.

Muchos de los de mi generación tuvimos padres de pensamiento muy diferente al que se conformó en nuestra mentes, no es culpa de nadie es tan solo el sino de los tiempos. Y no pasa nada.

Cuando de vez en vez volteaba a ver los papeles de mi padre que yo depuraba de un archivero que a fin de cuentas se tuvo que ir casi completo a la basura, sus planos arquitectónicos de acuarelas impolutas y sus notas, solo decía: Dios, dadle el descanso eterno. Yo solo podía acotar y decirle -no lo dudes, tu marido fue un buen hombre y ya descansa en los brazos de tu Dios.-

Es verdad, el Dios de mi madre era muy sui generis. 

Era una figura sentada en el alto cielo que lo ve todo, que lo dirige todo y que interactúa en el mundo de acuerdo a lo que cada humano demanda. Verdaderamente ese tipo de Dios a mi me aterra, porque ha de quedarnos muy claro qué está tan, pero tan ocupado que más bien debe de acabar agotado.

Osé decirle alguna vez que lo que yo creía era que Dios no interactúa en el mundo y ¡Oh mi Dios! que fuí a decir, ahora sí me convertí en una hereje. Hereje y comunista así me vió al final de su vida, mas persistí esmerando mis acciones en hacer por ella lo más posible para que su vida no fuera tan complicada. Creo que no lo fué  a fin de cuentas, porque todos la ayudamos a que fuera de lo más sutil posible su desprendimiento del mundo. Esta señora que me parió  (por cierto ya muy grande para su época) que era tan dueña de sus creencias, se dio el tupé de esperar cinco y seis años entre sus tres hijos, al menor yo le llevo diez años y ella lo tuvo a los cuarenta y cinco. Ustedes podrán valorar que hay personas que nacen con la seguridad de que van de la mano de Dios, más bien de Su Dios. Ella que tenía capilla privada en su casa de soltera creyó a pie juntillas que Dios solo estaba esperando, sentadito y atento lo que fueran  a pedir para darlo sin chistar. Eso es tener un tipo de Fe que no se como se llame más allá de lo católico que la avala.

En una ocasión ya bastante entrada en años me dijo que ella quería ir a votar. Con cuidados y su silla de ruedas encaramada en el auto nos la llevamos al pueblito de aquí cerca donde le correspondía la casilla. LLegamos muy en paz, poca gente y ella con su silla se puso en la fila. Cual fue mi sorpresa que alguien la motivó a hablar y empezó a despotricar contra un partido político que no era de su preferencia, solo me acerque a ella y le dije que era mejor que no hablase de eso ahí, y me dijo -¿y que?- -que oigan bien lo que tengo que decir, yo ya viví y he visto muchas metecatadas en mi propia vida- Ni modo, pensé, así es y así será hasta el final, dirá lo que quiera y que la escuche quien la quiera escuchar.

En verdad noté que la gente se sonrió con ella, le decían con los ojos su silenciosa complicidad con lo que ella espetaba  a voz en cuello de sus pensares, como que estaban de acuerdo total con lo que solo ella a sus ochenta años osó soltar a los cuatro vientos como si fuera una cátedra de vida.

-Así es-, Doña, le dijo un señor que estaba a unos cuantos pasos de ella,-tiene usted toda la razón-.

                                    Cómo somos, qué decimos y como lo compartimos es lo que define muy claramente los derroteros de una época, así como el discurso que tenemos que darle al mundo aún en nuestros silencios. Todo lo que pensamos es algo muy sagrado. Lo que sucede, es que a veces  solemos mimetizar esos pensares en función a que es mejor vivir la paz que creemos más duradera. No hay tal. Hace mucho que aprendí que la Paz más real es activa y nunca debe ser de cuarto oscuro. La Paz es la luz de Dios hecha vida.

La Paz verdadera sólo nos vale para cumplir la misión que se va transformando, esa misma con la que nacimos y que Dios sí que nos la dió en el ser total. Dios, no volverá a estar entreteniéndose en cambiar las cosas a nuestro antojo, una vez que entramos al mundo el trabajito es nuestro, la vida ya se nos dió y de eso está claro que responderemos no ante un tribunal pero sí ante nosotros mismos al cerrar los ojos.

¿Que es para cada uno de nosotros el sinsentido?

He ahí el detalle. Nunca es para nadie el mismo, como nuestra huella digital.

Dicen por ahí, que el 90% de lo que tememos, nunca sucederá. Porque tampoco hay respuestas completas, como un lindo rompecabezas la vida pone y quita piezas, hasta que llega el día de poner la última. Soy muy aficionada a los rompecabezas, creo que son ultra relajantes y divertidos y tengo mis propios métodos de irlos armando para que su gozo sea mayor.

Continuaré. MJ




 

  

                                          


 

martes, 12 de octubre de 2021

 De la vida diaria. (compartido)

Fuerzas que nos mueven.  (Resumen en word, 4 Textos)

                            La fuerza que nos motiva a cada uno, tiene sus orígenes más allá de lo que creemos comprender. MJ



                           Esta mañana de octubre deseando ya que nos llegue el fresco tan esperado de fin de año y que tanto bien nos hace a los peninsulares para tener un respiro de los tremendos calores del verano, me encuentro de pronto divagando en este décimo mes que todos ya esperaríamos más fresco y que nos da cuenta de que es un hecho que las temperaturas ya no son las mismas. Tratar de comprender como todas las cosas que nos mueven tienen un claro sentido dentro de las dinámicas vitales y del grupo en el que nos ha tocado nacer. Así también existe  un sustrato en el que nos encontramos con el infinito, como si la propia vida se nos presentase siempre con más incógnitas ( a veces hasta divertidas) así como aquellas lagunas que son parte del bosque de la memoria y que nosotros queriendo nadar en ellas tratamos de encontrar los hilos conductores de todo. Es un hecho que hay líneas en nuestras vidas que al ser las más significativas se presentan como las más claras y son como los troncos gruesos del árbol del vivir que a través de ellos es que  podemos acceder a muchas ramas. Muchas de estas cosas memorables no son necesarias para la vida diaria, mas si lo son para la vida personal. No se puede seguir un sentido gratificante mientras no se tengan algunas motivaciones más claras y para esto no hay edad. Se cree que los jóvenes son los que están en momento de clarificar, mas para mi todo momento de la vida que nos pida más claridad, es asunto de tomarse en cuenta y darnos esos momentos de reflexion necesaria.

A veces no es algo que nos propongamos. Son momentos que de pronto se presentan y nos damos cuenta de lo grato que es rememorar.

Para la época que releo hoy día, me encontraba en plenitud trabajando en el taller que impartí para motivar niños en el Arte. (existen cuadernos en los que escribí en particular de eso y hasta lo que encontraba maravilloso en cada niño) Ese taller cambió mi vida. Muchos se preguntaran porque no continué a perpetuidad con esa actividad tan noble y he aquí la respuesta: Nada debe ser tan eterno que nos impida poder mirar a otros lados ya que todo tiene su ciclo, su momento y su cierre para poder conducirnos a otros lares. Así fue que la vida me mostró como había otros caminos a tomar. Tomé mis bartulos y me fuí a otras acciones. Creo que fueron como trece o catorce años de actividad sabatina que fue para mí sagrada. Desde que se iniciaba la semana yo preparaba material e ideas a desarrollar para llegar al sábado bien armada. Tuve siempre personas que colaboraron conmigo empezando por los gerentes en turno del Club de Golf así como sus asistentes que siempre motivaron a todos para que esto tuviera flujo. Había veces en que el grupo rebasaba los 25 crios. Otros días no asistían todos y nosotras siempre con el mismo entusiasmo. La persona que me ayudaba directamente (Un tiempo lo fue mi hija, alguna vez una sobrina y un largo y gratificante periodo una prima muy querida que fué mi vecina varios años y quien estuvo ahí más tiempo que ninguna otra gozando conmigo ocurrencias de los niños.)  En las fotos existentes creo que invariablemente todas sonreímos. 

Una actividad muy creativa era la de leer un cuento y después plasmar lo que más habíamos disfrutado del mismo. Los niños desplegaron tal imaginación que les pedíamos que relataran  de viva voz lo plasmado y era muy divertido.

Otras veces les poníamos música de varios tipos y ellos debían (primero con los ojos cerrados) imaginar que colores les evocaba, para plasmar luego escuchando de nuevo la melodía en abstracciones que se convertían en enorme gozo.

Y así fue como aún sin continuar en este bello proyecto (que puso más énfasis en la motivación que en la perfección de técnicas por ser niños pequeños) diversifique con algunas clases a jóvenes y también a adultos. Antes de la pandemia impartir algunas clases en mi taller actual y todas muy disfrutadas. Es grandioso poder dar lo que uno ha comprendido. Nadie que quiera hacer plástica puede o debe privarse de practicar las técnicas que le motivan y hacerlo con buena disciplina porque aunque no es la técnica solamente lo que define el buen Arte, es muy importante contar con esas herramientas bien dispuestas para poder expresar lo que en verdad se siente, y digo sentir porque es un verbo muy importante en las artes en general. No todo se tiene que explicar, mas si todo tiene que mover, emocionar al espectador en su fuero interno de una forma irremediable.  Plasmar no es tan sencillo como parece y no debe serlo porque al hacer plástica estamos no solo moviendo todo nuestro ser interior sino además estamos dando de nuestro espíritu. En esos momentos del taller de niños aprendí valiosas cosas. Comprendí como desde niños los críos pueden o no, recibir apoyo en el camino de desarrollar su ser interior y motivación. Encontraba espléndido el momento en que todos con su plena concentración hacían en sus lienzos lo suyo. Obviamente también aparecían los críos que al no saber qué era lo que podían expresar apelaban a lo que estaba haciendo el de junto. Un momento muy especial de esos cursos era cuando se proponía trabajo libre, el gozo y la algarabía hacían su aparición en algunos, petrificando a otros que no sabían por dónde ir. Y ¿porque? ( estoy segura preguntaría hoy día mi nieto de tres años) Y diré el porque: Lo más valioso que tenemos es aprender a descubrir la pasta de qué estamos conformados o hechos por dentro y a los niños que no se les motiva a ser, aprenden lo que ven pero sin tener claridad de aportar nada suyo. Lo genuino que nos define es el caldo de cultivo de la verdadera felicidad, hay muchas otras cosas que son parte grupal que también gratifican la vida, pero no olvidemos que la razón primordial es la misión personal, por sencilla o compleja que esta sea. Así en los ámbitos del arte sucede lo mismo. No es solamente lo que se pinta, lo que se expresa es lo que se hace por una motivación y con un estilo propio.

Esos mismos pensamientos dentro de los recuerdos de esta gratísima etapa  me llevaron a recordar como me motivó la vida en lo personal. Los primeros contactos que tuve con el valor que se le daba a los colores vinieron de mi padre, del entorno que creó para nosotros así como su empeño en que hiciéramos las cosas con creatividad desde muy niños. Empezando por las cajas de lápices de color que  desfilaron de todos tipos y sabores y otros materiales que siempre dispuso para que la creatividad estuviera cerca y a flor de piel. El olor de los lápices es hasta el día de hoy como un bálsamo de paz para mi. Hoy frente a mis lápices de color respiro el aire de la más pura felicidad. Los contemplo y los ordeno por colores en recipientes destinados a permitir que yo pueda apreciar los tonos que con más facilidad iré eligiendo para mis trabajos actuales. Las reales motivaciones vienen de más allá de la niñez, tienen todo que ver con el alma que a veces es más antigua que nosotros mismos. En la niñez se implantan muchos motivos, pero no hay que olvidar que son de base añeja. Así, cada etapa tiene sus porqués. No es solo sentarse y hacer. Es saber que ese hacer conlleva una motivación y sentido. Así se plantean las temáticas y se realiza la obra de a poco. Nunca una obra plástica se produce como si fueran salchichas en una línea de producción, conlleva todo nuestro ser en movimiento.

 Les contaré de lo de hoy día.

                                      No es necesario saberlo todo. Mucho menos es necesario saber con tanta claridad de dónde proceden nuestros motivos, estos sin duda alguna tienen un sustrato muy profundo que solo nuestra alma comprende del todo. Sabemos que el idioma del alma no es con palabras y esos sentires que de pronto nos dan paz ya lo dicen todo.

 Estoy muy clara en que cuando sentí los colores por primera vez estos me marcaron. Tenía mis preferidos, que han ido variando. Más adelante me di cuenta que algunos de ellos me representan el color de cada día de la semana. Así pues, en los momentos de encierro de un ciclón,  me dedique a expresar en pequeñas hojas cuadriculadas como sentía cada día con  sus movimientos especiales y su color. Los guarde varios años, fue un arquitecto que impartía clases de dibujo en la Escuela de Arquitectura quien me dijo: -Esto tiene que ver la luz en formato grande-. Hasta ese momento todo lo mío había sido acuarela y más acuarela en asuntos de naturaleza de mi entorno. Me fuí de espaldas pero en 2009 lo logré. Él, que me enseñó a trabajar el acrílico pudo ver esta primera parte, porque a los pocos años falleció. Así la motivación quedó. Más adelante me encontré con que ya se habían hecho estudios respecto a la dinámica de los colores respecto a los sentimientos humanos. Las virtudes del ser humano tomaron un colorido y me quedé atónita de la felicidad cuando lo percibí como tal. Estaba perfeccionando los lápices de color con una maestra espléndida que al manejar con tanto acierto esa técnica me permitió tener la confianza para empezar, y así las virtudes (que no son solo sentimientos, son más bien acciones que nos habitan y nos hacen ser de una manera especial) comenzaron a tomar forma en trazos abstractos de movimiento de zen doodling (una manera de trazar desde el alma, con ingenuidad) es decir sin mayores recovecos que lo que nos representa ese trazo por algún motivo personal. El mío, mi motivo fue lograr una base para que el color de cada virtud con sus tonos se pudiese asentar en estos movimientos. Termine la primera serie y gracias a algunas personas que la han apreciado, toda esta vendida y entregada para que sea parte de otros entornos, de otras sensibilidades con sus reales dueños. Las personas muy apreciadas por mi que decidieron adquirir esa obra me motivaron tanto que ya estoy haciendo la Serie II. Está en proceso y será compartida en su momento.

Quienes hacemos plástica tenemos que motivarnos. Lo que hacemos no es invento, es parte de lo que nos define y es lo que somos. Hacer por hacer no es propiamente algo divertido, así que quien solo hace para comerciar, creo yo que se priva de dar pie a procesos más sentidos. Claro que todo se puede vender y seguro habrá quien lo compre y que bueno, pero es importante saber que el Arte se toma sus tiempos.

¿Que es la fidedignidad? Es la respuesta genuina a nuestras motivaciones. No resulta tan fácil si no lo hemos practicado desde la infancia, pero no es nada difícil si uno se lo propone y va aligerando  mucho el camino que puede reconducirse a cualquier edad. El hecho de estar haciendo para satisfacer demandas fuera de nosotros, nos agota.

Cuando se abrió el mundo de los Mandalas como parte de mi quehacer de plástica me di cuenta que eso era en mucho un camino importante para mi,  y que al abrirse me daba un filón de todo lo que con eso podía plasmar. Asi, comence coloreando al principio (Muchos de mis cuadernos de colorear se fueron de un plumazo en una inundación de mi taller) y me dije: Esto es una señal de que hay que cerrar la etapa de únicamente manejo del color y empezar a diseñar desde la imagen de base total del mandala. 

Ya venía yo bordando mandalas cuadrados en varias formas. Ahora habría que hacerlos desde el primer punto hasta la última línea.

Comencé a diseñarlos y hoy día están en trabajo constante dos proyectos. Uno se llama Hojas en transparencia (Inspirados en hojas de nuestro entorno, que a mi en lo personal me encantan) y el otro que apenas comienza se llama Mandalas con puntos. Son figuras geométricas que llevan la técnica de punteo y de pequeñas figuras inmersas.

Al continuar leyendo, a parte de las enormes gratificaciones de haber llevado un taller con niños, me encuentro como mi madre iba dirigiéndose a volver a ser una niña. Deseaba que fuera tan solo de observadora al taller y gozase desde su silla un rato de actividad creativa desplegada por estos niños que lo daban todo a la hora de plasmar. Nunca lo logré. Me decía que sí iría, pero me daba cuenta yo que era mera fórmula para que ya no se lo volviera a proponer. Nunca fue más que a las expos finales y espero las haya disfrutado. Cuando algo no es lo tuyo lo compartes pero no te llega igual. En estos momentos era cuando de verdad extrañe a mi padre ya que el sí era de expresiones plásticas (Practicó acuarela con  bastantes logros). 

Combinaba yo todos mis asuntos de las clases con el estar lo más posible pendiente de mi madre, entre las cosas que mas disfrute fue llevarla todos los martes a sus diligencias. Solíamos salir temprano para que no se asoleara ( Ya que no se bajaba del auto). Cuando salía a diligenciar con mi madre era toda una odisea. Obviamente mis pendientes quedaban supeditados a los de ella y tal vez ni los hacía el mismo día. Salíamos con un derrotero claro, como a ella siempre le gustó, mas yo tenia que estar atenta a que se cumpliera como ella lo deseaba.

Mujer de carácter fuerte, que empezó su vida de pareja bastante grande y más que nada porque a ella y a mi padre los atropelló la vida de matrimonio. Fueron presentados por un amigo mutuo, tardaron años en casarse y se vieron poco durante sus siete años de espera para hacer su propia familia. Mi padre estaba más que nada apoyando a sus hermanos en la industria incipiente de la sal y vivía prácticamente en el norte de la península. Venia a ver a mi madre los fines de semana. Ellos vivieron acorde a las normas de su época, pero más que nada para mantener un ambiente muy acogedor en su casa sobre todo alrededor de una buena mesa. A los dos les gustaba comer aunque eran muy comedidos. Mi madre enseño a personas que le fueron siempre muy fieles y que una de ellas le cerró los ojos al morir. Esta persona después de cocinar en casa de mis padres por más de cuarenta años se dedicó al cuidado de mi madre al final. Mi madre siempre comió de todo ( para mi envidia de la buena) no conoció de alergias y mucho menos intolerancias, nunca le hizo mal nada, pero lo que sí recuerdo es que a veces le bastaba uno o dos bocados de algo para pasar a otra cosa. Comedida y muy clara en sus gustos.

A mi madre no cualquier chinero (hombre que vende naranjas) le gustaba, tenía a uno que además de venderle las chinas se acercaba a la ventanilla del auto y se enfrascaban en buenas conversaciones. A veces quería yo agilizar los derroteros de nuestro diligenciar yendo con otros marchantes más cercanos y me insistía que el vendedor de tal esquina tendría las mejores naranjas y ahi ibamos. En esta época esto de los fruteros era más habitual en la ciudad. Hoy día ya ofrecen las frutas embolsadas  en los altos y siento que es hasta peligroso no solo para el hombre que ofrece su producto sino para el conductor que puede atropellarlo por un descuido. 

Estoy segura que ese jugo de naranja que se hacía a mano cada mañana le sabía especial y mas  si las comprabamos exacto donde ella deseaba.  Me decía: -Si vamos a comprar pan, el francés que me gusta es de tal lado- Ella se quedaba en el auto y al regreso me la encontraba en gran platica con el cuidacoches, a quien casi casi le decía que se subiera al auto para que pudieran conversar mejor. 

Un día al volver para ya irnos me dijo: -¿Que crees? -tenía que regañarlo- este individuo es muy puerco ya que ya vi que a otros autos, les limpia el parabrisas con su saliva, y eso es una verdadera puerquesa y ya se lo dije.- ¿Cómo? le pregunté, porque casi me da un soponcio al escuchar tal anécdota. Ella al observar algo nunca se quedaba callada, iba en contra de sus más básicos principios de convivencia. Había ocasiones que paraba yo en la tienda de telas o la farmacia y al llegar me decía -¿Que era lo que tenía que comprar aquí?- ya se daban esos olvidos que parecen ingenuos, y yo solo le decía que por favor checara su lista de pendientes. Ni yo misma me daba cuenta de su real deterioro, lo cual agradezco porque creo que me hubiera afectado mucho.

Los montones de basura estancada en algunos sitios públicos eran nuestra conduerma total. Tanto a mi madre como a mi nos parecían algo insufrible, a veces si encontrábamos al señor que barría la calle quería que yo parase y le dijera lo que habíamos visto más allá. Con sus modos muy personales me decía -¿ A quién se le ocurre dejar esas cantidades de basura asi nada mas?- Si estuviera hoy día aquí creo que se vuelve a morir.

Un dia me dijo, -¿sabes? Estoy nerviosa. creo que estoy viendo mucha televisión.- Puede ser, le contesté, pero si depuras tus programas tal vez no te afecte tanto. A esas edades nos da por ver noticias de más y eso nunca es sano.y continuó:- La telenovela no la puedo dejar de ver, te dire que esta terrible, he visto cosas insólitas que me dejan con la boca abierta, pero esta ¡Buenisima!- Esta bien, le dije, pero por favor observa si todo eso que ves no te esta causando esa inquietud que dices. Porque si es así hay que buscar otras cosas para ver. 

Mi madre se encontraba a veces con personas que le reclamaban que el perro de su casa les correteaba en la puerta ( en esa época eran menos restrictivas las medidas contra los perros sueltos en el fracc. en donde vivimos) y les decía, -¡No hombre, solo le espantas con tu mano y se va!- hasta que un día el perro mordió a un transeúnte y hubo rollo. Así que se tuvo que hacer un encierro ya regular como lo es hoy día y todos más felices. Los perros que agreden lo hacen por miedo, pero los dueños deben aceptarlo, ya que no porque no sea agresivo con los de casa no lo será con las visitas.

Hubo una anécdota en la vida de mi madre que ella siempre relataba como con gracia y algo de humor, pero que si a cualquiera de nosotros nos ocurriese creo que no sería nada chistoso. Resulta que mi abuela pactó con una familia de la hacienda que irían a buscar a la hija de unos trabajadores para que viniese a ayudar a la casa de Mérida. Mi abuela pensó que con decirlo a los padres era suficiente y llegaron por la joven y esta se resiste a ir a la ciudad. Mi madre que vió el atado de sus pertenencias asentado en la mesa decidió que si lo tomaba todo estaría resuelto. Así, tomó la bolsita y el perro que estaba por ahí se le prendió en la pantorrilla dejando una buena herida en la pierna de mi madre. Se complicó la cosa porque no solo no consiguieron a la joven ayudante, sino que tuvieron que ir a la observación del perro ( como creo que se hacía antes) Y creo que se le aplicaron las consabidas inyecciones contra la rabia.

Mi madre leyó varios libros de Somerset Maugham. Fue un autor muy querido en tiempos de la juventud y adultez de mis padres y lo gozaron. En la biblioteca había varios títulos y ella a veces decía algunas frases como:

Si solo estás dispuesto a aceptar lo mejor, muchas veces lo consigues.S.Maugham.

                                          En los finales del siglo pasado comencé a escribir en unas libretas muy originales que disfruté mucho. Era cíclica mi adquisición de libretas porque o dejaban de existir en el mercado tal cual las había adquirido, o me parecía que de pronto había algunas mucho mejores.

Más allá estaría decirles el gozo tan enorme que producía en mí comenzar una libreta nueva. Era necesario hacer un pequeño dibujo que surgía sin mas y que en esta revision me sorprenden al voltear las páginas. hoy día que los vuelvo a ver me dicen mucho. Reflejan lo que estaba viviendo. Es así, que me queda claro que los trazos tienen significado.

Siempre he sido de rutinas. Otro aspecto que me encuentro al releer, es como las épocas de cambios de actividad me producían un tanto de nerviosismo. Ni que decir de las vacaciones que había que crearlas y me sobrecogía el ansia de saber que se lograrían las actividades certeras. Íbamos a la playa, eso sí. Mi marido nunca lo disfrutó. Para mi eso era un penar, porque tenía que armonizar entre lo de él y lo de los críos. Aqui veo como de pronto con los hijos pequeños o adolescentes siempre habremos de hacer malabares. Todos valen la pena así sea para lograr dar gusto a todos. Nunca se logra del todo pero creo que siempre es bueno hacer el intento.

En estas épocas no había entrado a mi vida con tanto valor la palabra pactar, hacer acuerdos sanos y claros, que luego aprendí de voz y consejos de una amiga psicóloga que me ayudó mucho en momentos necesarios.

Una época de mi vida las presiones de la vida diaria me hacían llorar. LLoraba mares y luego hinchada como un globo seguía mis rutinas. Ni modo, he de aceptar que ese fue mi modo. No se cuando dejé de utilizar el llanto para ordenarme por dentro, pero he de decir que me sirvió mucho en su momento. Creo que la rotunda forma de ser de mi marido muy pragmática me ayudó, porque si mal no recuerdo a él nunca le quedó claro eso del llanto como catarsis de cansancio. Me dejaba externar a lágrima tendida todo lo que me causaba estrés, y como decía un tío suyo: Pasar al escuatro y seguir adelante. 

Creo que era muy terca en empeñarme  en tener todo claro y controlado. Cuando uno es más joven cree en esos asuntos. La claridad llega cuando nos damos cuenta que lo claro es que nada lo será mientra tengamos la terquedad en saber qué pasará. Y mucho menos ese control al que se aspira en las primeras juventudes que ya en la madurez nos damos cuenta que solo controlamos nuestro respirar, del resto no hay manera.

Los hijos adolescentes, siempre con novedades que hacer y qué practicar. Uno tratando de mantener el bote a flote, lo mejor es llegar a la madurez y poder volver la vista atrás y decir: No nos hundimos. El abierto mar está al frente y aún hay mucho que navegar.

Que feliz me hace hoy haberme dado cuenta que mi hija desde muy niña manifestó sus gustos y aspiraciones y hoy es una joven muy feliz. Soltera por decisión y una gran compañera de vida. En su juventud fue tan clara que nos recordó a todos una vez más el valor de saber que, a donde vamos lo hacemos por propio pie, y mas les vale a los de alrededor no preguntar de más. Hasta los viajes que hemos compartido son asunto de sus decisiones que nos llevan con sorpresas muy agradables. 

Para estos años mi padre ya se ha ido. Me visita en sueños de vez en cuando siempre para decir que está muy bien. Escribí con otro color de tinta algunos de los sueños que tuve en estas épocas, la verdad da mucha risa observar años después lo que uno ha soñado durmiendo. Nunca he entendido nada de eso, solo puedo decir que tuve varios sueños de vuelo  (un tipo de sueño en el que uno da el talonazo en tierra y se eleva el cuerpo para ver desde arriba todo lo que pasa). Es increíble que un ser que fue tan callado como lo fue mi padre, y muy silencioso en su vida terrenal hoy que habla conmigo en los sueños me cuenta cosas. Que maravilloso es que se nos de esto, como los sueños nos traen tan vívidamente a los seres queridos que se nos adelantan.

Nunca en mi niñez fui muy perruna. Convivir con perros de cacería fue algo de la vida diaria, estos vivían en sus lares y por ratos convivían en la casa o el jardín. Perros de casa aprendí a tenerlos por petición de los hijos que los trajeron sin chistar. Ya bastante adulta aprendí que además del amor a los gatos que tuve desde niña ( Mi padre tenía siameses y se quedaban las camadas llegando a tener algunos a la vez) los perros son unas criaturas increíbles. Son casi personas para el disgusto de muchos ya que en algunos sitios los tratan mejor que a los seres humanos. Creo que no hay que exagerar y cada especie en su sitio, pero los perros merecen todo nuestro respeto y cariño. Hoy día aquí en casa solo hay una gatita y es la dueña y señora del cariño de todos, pero están deseando perros otra vez. No se que depare el destino.

Para las terribles migrañas que me asolaban de manera constante me ayudaba un poco de ejercicio. Nunca exagerado porque se daba el efecto adverso y era peor. Los domingos íbamos a pelotear a las canchas de tenis mi hijo adolescente y yo, que gratos momentos. Tuve que dejarlos un tiempo porque los espolones me sacaron de la cancha, hasta que las cirugías me ayudaron y pude retornar. Lo bueno es que hoy día todos aquí somos amantes del buen tenis. Los que nunca lo practicaron como mi marido, los que lo jugaron de niños y adolescentes y yo que hasta ya bastante grande estuve practicando en modalidad dobles con mucha satisfacción. Mi compañera fue una gran persona que he dejado de ver pero que me dejó muy buenos recuerdos de esa época en que fuimos compañeras de cancha y que fuimos finalistas dos o tres veces.

                                Al ir cerrando el siglo pasado, que poco nos damos cuenta de los cambios tan enormes que habíamos vivido los de mi generación. En verdad hoy que veo todo eso me doy cuenta que así fue, nos tocó ver giros de muchos grados en la vida de cada día. En lo personal acostumbrarme a la computadora me tomo su buen tiempo y ni qué decir de sus anexos que hasta hoy tengo que pedir ayuda a los jóvenes para lograr cosas. Nos dicen a los adultos que lo que nos pasa es que nos cerramos y no ponemos atención, puede que si tengan razón, pero lo que no entienden es que nos representa un esfuerzo diferente al que ellos han tenido que desplegar para ser parte de un mundo totalmente técnico y globalizado.

 Ni modo, la computadora no será nunca lo mío en su totalidad, aún para copiar y pegar un texto me puede causar conflicto y tengo que escuchar el  - ¡mamá, por favor si ya te lo expliqué mil veces!-  y sin chistar digo:-pues ni modo, habrás de explicarlo mil y una.-

                                Escribí:

                                Dormitar en lo profundo.

                                Atención en lo certero, alerta y fluir.

                                Constancia en el vibrar.

                                ¿Amor total?

                                 Sin confundirnos.

                                 Lucidez, que se pinta sola.

                                 Presente de contornos desplegados.

                                 Sintiendo certidumbre.

                                 ¿Amor?

                                 Asunto que no es de olas.

                                 Cuidar los marcos y bajones.

                                 Espíritu asido con esmero.

                                 La vida nos lleva.

                                 Vayamos de su mano. MJ

Continuaremos. MJ