jueves, 30 de junio de 2022

 

De la vida diaria.

Circularidad vital (3)

Imponernos tareas, demandas  y ejercicios que nos roban la paz, puede afectar la dinámica general de nuestros círculos vitales y dificultar cierres y aperturas. MJ

 

¿Cuándo comenzó el ser humano a velar por su paz interior como un asunto tan necesario? Ha sido a partir de que los niveles de stress y de demandas en acciones que nos rebasan hicieron su aparición, como que no nos imaginamos a nuestros antepasados siendo tan observantes de esa paz que hoy día se ha vuelto tan necesaria.

Cuando un círculo vital de algún momento vivido no se cierra con adecuación, vienen los problemas, porque cerrar es indispensable para poder abrir con fluidez. Esto no quiere decir que lo que se cierra ya no importe, sigue presente pero de una manera diferente, queda en la memoria, como en el hecho arqueológico: -solo tiene sentido lo pasado si ilumina el camino presente- como cuando apagamos una luz y el influjo de su fuerza aún persiste.

Cuando pensamos que el que debe regir el flujo de nuestros círculos es el corazón,  no siempre es claro entender a qué se refiere tal asunto. Algunos solíamos pensar que resulta muy aventurado dejar a los sentimientos las resoluciones, más no es lo mismo lo emotivo que lo que percibimos con la intuición y aunque ésta última a veces nos pareciera como algo intangible y fugaz, en realidad tiene mucho influjo en nuestras buenas decisiones. En los últimos tiempos cada vez queda más claro como actúa la intuición en nuestro ser. Todo ser que razona demasiado puede propiciar rupturas indeseadas  ya que a veces la razón no tiene ese sentido que tanto se le adjudica, el de permitir claridad. La razón de la sinrazón existe y hay que tenerlo presente. Es así que si queremos ser más razonables hay que dejar que la intuición permee. 

 En una de esas series televisivas que están tan en boga hoy día para el esparcimiento casero, nos encontramos con una situación digna de revisarse. Una joven decide dar a luz al bebé que no era por ese momento parte de su plan de vida, y lo quiere dar en adopción, cuando de pronto el amigo de su hermano (que está muy enamorado de ella y no es el padre) rescata al crío y decide ver por él. Este ser humano varón  que comprende muy claro el ánimo que le habita y toma una resolución tan sería y digna, tiene muy clara su decisión aún en contra de lo que la misma madre del crío  ha decidido. Cuando ésta se manifiesta en desacuerdo por lo que él hace, éste solo le mira en silencio y se nota que la animosidad de su decisión es certera y se puede manifestar en frases claras y concretas, como diciendo:- No hay que decir de más, cuando el asunto es claro como el agua- Se le ve a él en su casa en soledad cuidando del crio, dándole el biberón y velando su buen dormir. Escenas que estoy segura en las generaciones pasadas no podrían entender ni en sueños. ¿A qué se debe que surjan estos cambios en procesos que solo conocíamos de una determinada forma o manera?. Ya ha evolucionado muchísimo el concepto acartonado que se tenía de la paternidad, al mismo tiempo que ya muchos jóvenes optan con toda claridad por no querer ser padres. Cuando yo contraje nupcias mi padre que hablaba muy poco (lo que propiciaba que uno pusiese más atención cuando abría la boca) solo me mencionó con total claridad: - La vida en pareja es una vocación- En verdad yo no tenía tan claro que quería decir exactamente, o si esa vocación era para mí, asunto que fui comprendiendo mucho más con el tiempo y los años. Nadie puede negar que los flujos de la vida de pareja sean a veces intrincados y con dobleces, es un hecho que se necesita una piel especial para saber llevarlos, la paternidad y maternidad no son tareas para todo ser humano, mas cuando uno toma esos caminos ha habido mucho trabajo intuitivo.  Muchos nos preguntamos el porqué de tanto divorcio hoy día, yo creo que tiene todo que ver con elegir lo que no nos corresponde vivir.

Por estar jugando con las demandas sociales, se puede perder hasta el cariño genuino de personas que creemos afines.

A nadie nos gusta saber que alguien que eligió una vida en pareja al cabo la concluya sin más, pero es un hecho que es preferible cuando las vidas ya no se pueden compartir. Obviamente esto sucede mucho más por el  hecho de creer que hacer vida de pareja es una demanda social, cuando bien se sabe que aun con vocación a veces es necesario un esfuerzo extra.

                             A quienes nos gusta el texto escrito lo realizamos desde el alma de las vivencias y mucho de los sentimientos. Ahí en mis escritos encontré que me dije:

Escribir (me) es volcar el alma, porque ahí mismo están las vivencias como más frescas y latentes, esas que al hacerlas consientes nivelan al corazón y vuelven al flujo vital  reforzadas.

Inmaculada, la vida cotidiana puede ser la tarea más creativa de nuestro ser, redonda y bien estructurada desempeñarla no es un asunto de pepita y cacahuate (como solían decir los de generaciones pasadas cuando querían referirse a que lo que se hace no es fácil) es en el día a día en donde se pone en práctica lo perfectible, recordando que lo perfecto que plantea la mente a veces es un espejismo. Hacer lo mejor a nuestros propios ojos, porque los ojos de los demás habrán de estar en la visión de sus propios derroteros.

Al niño se le encausa a estar atento en lo suyo, es algo que se propicia  porque nadie lo tenemos como un don natural. A quien no se le enseña desde la infancia a que estar demasiado atentos en la vida de los otros no es sano, seguro vivirá esos mundos de chisme que tanto mal hacen. El ánimo angustiado contrario a la paz, tiene sus orígenes en estar viendo lo que no nos incumbe. Tan sencillo lo noté el otro día que jugamos Lotería y el niño de esta casa a sus tres años lo disfruta mucho, mas tiende a estar más atento de lo que apuntamos los otros y no de su propia cartilla.

Releer es tarea divertida y nos propicia reencuentros, así me encontré el libro Tu yo sagrado de Wayne Dyler. Este autor deja muy claro que el mundo físico solo es un vehículo en el que se asienta la animosidad que puede variar dependiendo de lo que vamos implementando en ella, es decir: crecimiento. Cada problema es la oportunidad para esa evolución que nos va atenuando los sinsabores, que nos va permitiendo que no vivamos con regresiones innecesarias dentro de un mismo círculo. Porque regresar a veces es necesario tan solo para sanear los bríos y renovar.

La palabra expectativa circula con fuerza en nuestros círculos de vida personal. Siempre la escuchamos, el diccionario nos dice a la letra: -Esperanza de realizar o conseguir algo-. Es totalmente válida la expectativa, lo que hay que cuidar es que sea realista.

Una mañana de estos días de verano apareció una pequeña zarigüeya dentro del bote en donde se ponen las bolsas ya cerradas de la basura, en espera de ser recogidas por el camión. El olor atrajo a tan entusiasta animal en busca de  alimento. Le vi mirarme muy de frente con unas pequeñas e intensas canicas negras y brillantes, acurrucada al fondo del bote, como diciendo: aquí buscaba alimento y solo encontré un pozo que me tragó. Que drástico, pensé, un sencillo animalito del campo en busca de su subsistencia y cae en un pozo. Llame a la señora que nos ayuda en casa y le dije que me ayudara  a soltar a esa pobre víctima en un terreno baldío y cuál fue mi sorpresa que me dijo: -Si quiere ahora mismo la mato, siempre lo hago en mi casa. -¿Cómo?- le pregunté. -Y ¿por qué?- y me dio una respuesta válida pero no convincente: -porque se comen a mis gallinas-. Le dije que era mejor que pusiera a buen recaudo a sus gallinas y no matara a un ser vivo que podría encontrar su alimento de otra manera. Solo sonrió y soltamos al animal. En su mirada percibí que me vio como bicho raro. 

Lamentablemente existe la costumbre de matar a los animales que se interponen en nuestros derroteros como  lo más natural, en el área en donde vivo hay una época en la que los chiwos (tarántulas negras) abundan y hay quienes los incendian con alcohol, cuando es sabido que son inofensivos. Así  como se defiende  a  capa y espada a los no nacidos de nuestra especie, más aun habremos de defender a los ya nacidos de otras especies. Creo que es un deber impostergable el enseñar a los niños a liberar a los animales en la naturaleza que es en donde les corresponde estar.

Carl Jung lo deja claro: -todo lo que nos irrita de los demás, puede conducirnos a un envenenamiento de nosotros mismos-. (Continuará)

 

                               

miércoles, 8 de junio de 2022

 

De la vida diaria.

Circularidad vital (2)

La verdadera vida se vive cuando ocurren verdaderos cambios. León Tolstoi.

 

Y, cuánta razón tenía Tolstoi, nada es lo mismo hasta que los cambios nos cambian.

Hubimos de esperar más de un día con todo el cambio encima y aprendiendo de la adversidad, hasta que llegaron los técnicos en ese momento en que el ciclón nos dejó sin luz. El poste había caído exactamente en la puerta de nuestra casa por lo que pudimos seguir completa la faena y nos dejaron muy bien impresionados con sus destrezas y habilidades, ya no importaba si se habían tardado, ya comenzaba el nuevo circulo: ver como algo tan drástico se restablecía. Como si nada, se subieron a la punta del poste inclinado  y aunque les tomó prácticamente medio día desmantelarlo, lo bajaron  con total armonía entre ellos y con la diligencia más espectacular que yo haya visto. Bromeaban a ratos, cada avance lo gozamos junto con ellos que seguían trabajando  sin cejar. Les tomé varios videos que he de guardar para la posteridad. 

Era la media tarde cuando vimos erguirse al nuevo poste, no sin seguir asombrados de cómo tomó su lugar, pudimos ser partícipes de la felicidad del logro entre ellos mismos, compartiendo botellas de agua mas todo lo que los vecinos les hicimos llegar entre refrescos, galletas y mucho más un enorme agradecimiento.

 Fue hasta las once de la noche que la energía eléctrica volvió a todas las casas, la circularidad interrumpida fue poco a poco tomando su curso, hubo gran felicidad expresada en el chat que compartimos como vecinos y los aplausos en la calle de quienes vimos esta proeza única.

¿El ánimo? nunca decayó.

La empatía es el recurso más dinámico que puede darnos el cerebro, es parte de una actitud que nace de un lóbulo frontal sano.

El estado de ánimo tiene todo que ver con nuestra esencia. 

Todo lo anímico está en primera instancia determinado por lo que yo considero el primer pensamiento que nos debe guiar: somos únicos e irrepetibles y así mismo es lo que vivimos aunque a veces no nos guste tanto. Me dio muchísimo gusto observar cómo estas personas que se ocupan de tareas tan difíciles saben muy claramente que sin ellos estamos paralizados.

Se vuelve a valorar todo lo que tenemos al accionar un simple contacto de electricidad dentro de la casa, detrás está ese apoyo de los seres que se ocupan de todo ese tendido de energía. 

Aquí en casa nos quedó clarísimo que los cableados subterráneos no solo son necesarios por estética, lo son por el simple hecho de ser mucho más prácticos, aunque aquí en nuestras tierras a veces se los coman las hormigas, no sé si esto ocurre en otros climas.

 Hablo un poco de esto hoy porque conforme avanzo en lo que estoy revisando de mis textos pasados (que no es poca cosa la vida transcurrida a lo largo de más de cuarenta años)  me topo con cuestiones del porque sentí o porque hice tal o cual acción, se nota como se plasmó un estado de ánimo muy particular y que conforme se avanza se va notando en el tono y modo de decir, no sin perder la generalidad del momento de vida, y en mi caso hasta la letra manuscrita que utilizo habla por sí misma porque cambia (he de decir que tengo varias dependiendo si estoy de tal o cual humor, si estoy cansada o si quiero sentirme más serena o recordar tiempos idos). Esto de la variedad de letras no es que yo sea de personalidad múltiple, es que a los 14 años una prima me enseñó a hacer varias letras cambiando la dirección y posición de la mano, tan solo por estética. He aprendido en este camino a reírme de mi misma, ha resultado muy divertido. En un momento dado me quise forzar a tener solo una forma de escribir, mas no duró mucho la intención porque me di cuenta que cada tipo de letra responde a un momento vivido y estado de ánimo particular. Hay lapsos circulares que se han escrito con un tipo de letra y que al llegar lo nuevo he hecho un cambio.

Todo lo que sentimos o concretamente lo que hacemos tiene un fondo anímico irreversible y de la misma forma que nuestro genoma: es algo único. Cuando aprendemos a sacar nuestro ánimo al sol, estamos del otro lado, mucho habremos ganado al no regodearnos en animosidades que ya no proceden. Sí, es bueno saber qué es lo que vamos dejando detrás para ser nuevas personas. Es como cambiar de piel.

Es una maravilla como hoy día ya todos los profesionales de los asuntos de la personalidad humana están dando mucho asiento a las dudas y ayudando. Hay muchas nuevas teorías que apoyan la vida serena, empezando por las teorías de nuevas teologías que están más al servicio de todos, así como posturas en lo psicológico que ayudan a que nuestro ánimo tome sus derroteros más creativos. No olvidemos que la creatividad no es una acción física en sí misma aunque ahí se manifiesta,  es mucho más la actitud.

Somos los únicos dueños y señores de nuestro ser anímico, nadie nos puede ayudar en esos ámbitos, nos pide la vida sacar la buena enjundia y hay que hacerlo dignamente.

Muchas de las personas de mi generación seguro tendrán presente en sus recuerdos que siempre había un presbítero cerca de la familia y era como el conductor de los ánimos del grupo. Hasta si un niño caía y se rompía el brazo, primero se llamaba al padre (no al de familia, sino al de la iglesia, pobres tipos, eran todólogos) Hoy día volví a recordar esa situación viendo una serie televisiva ubicada en el siglo antepasado, en la que de pronto se manifiesta algo así, presentándose la disyuntiva: el hilo conductor entre personalidad y alma, ese hilo que recorre todo nuestro circulo vital y que en cada ser es único. La joven protagonista tiene un alma pura y tocada por el dolor de una orfandad mal llevada, hasta que llega a la casa de sus días, al ámbito de ser parte de un grupo. En los ajustes se dan situaciones difíciles para las dos personas que la reciben y ahí se despliega todo. Es en un momento de incertidumbre ante las acciones poco controladas de una joven que ha vivido durezas y sinsabores, que los adultos piden ayuda al presbítero, este llega a la casa y una vez aclarado el asunto concreto (de que hubo mentiras y que éstas no deben existir) pasa a decirle a esta joven lo que él piensa que deberá ser su destino. Esto que le dice es: -Prepárate para ser esposa-. La joven nada convencida se cuestionó de inmediato (como es lo normal) aunque le cambia el ánimo de alegre a sombrío, para su  su bien logra encontrarse a renglón seguido con que su mentora le apoya diferente y le dice: -Tú, solo serás lo que tú decidas-.

No siempre es fácil ser lo que uno decide, lo sabemos. Antiguamente no se enseñaba a los críos el valor de las decisiones personales porque era mucho más cómodo   decidir por los demás. Muchos tenemos claras las  épocas en que nos ha acomodado mas estar viviendo dentro del círculo de otros y hacer lo que estos habrían de proponer. Menos fácil es tener claras las decisiones cuando no se tiene  el ideal de cada ser y sus preferencias. Yo si soy de las personas que pueden decir que si volviera a vivir, sí cambiaría muchas cosas, jamás lo haría tal cual como lo he hecho, de eso estoy segura.

En la antigüedad el parecer de los hombres dotados de una fe que se consideraba docta e inquebrantable, eran los que decidían los ánimos que habrían de regir, y aún más, sugerían los caminos con una presteza sin imaginar que estaban determinando destinos. Los acontecimientos del mundo ya nos han llevado a poder ver que esa rigidez no es la adecuada y aunque el mundo se haya vuelto más convulso mucho podemos decir que hay de ganancia en esa nueva visión de permitir que lo anímico lo decida cada persona: Hay mucha más responsabilidad propia en encausarnos. Nunca de los nuncas podremos decir a nadie ni insinuar qué derroteros tomar con su vida, esa premisa ya quedó asentada y creo que ya lo es para siempre. 

Es maravilloso observar como una joven que es aconsejada por un extraño en el siglo antepasado logra sobreponer su propio parecer,  controlar su ánimo y preguntarse por dónde querrá ir. Estoy segura que lo hace con mucha más claridad que muchas de las otras jóvenes de su entorno que han sido conducidas para responder a las expectativas de los adultos que las rodean y lo más triste es que obviamente han tenido una vida mucho más llevadera. La adversidad guarda buenas razones, puede volverse muy divertido encontrarlas.

Algunas personas pensarán que lo convulso y adolorido del mundo actual se debe a que se ha dejado ya más libre el camino de decisiones profundas, mas yo creo que no es así, hoy día podrá haber más movimiento y opciones para los seres humanos lo que propicia que sean más los errores, mas no por ello se cuestiona una felicidad que se basa en la propia experiencia.

¿De cuándo acá? (diría mi madre) ¿tú puedes saber lo que quieres si no lo consultas con  las personas adultas que deben ayudarte a decidir? Y hoy día ya queda muy claro: De cuando ya el mundo se comprende mucho mejor en lo que es,  es mucho más claro lo que somos como  seres que conformamos la especie más pensante del planeta, ya es un deber saber quiénes somos como especie y todo el camino que hemos recorrido evolucionando para lograr mejores decisiones y totalmente libres y soberanos podamos decidir y hacer lo que el corazón conjuntamente con la buena razón  nos mande. (Continuará).

 

 De la vida diaria.

Circularidad vital. (1)

Exploramos sin cesar y al final de nuestras exploraciones llegamos al punto de partida y reconocemos ese lugar por primera vez. T.S. Eliot.

                                             

El estado de ánimo no solo es el balance entre alegrías y tristezas, es el conjunto de todo lo que somos y hacemos, como si todo fuera parte de un círculo.

Lo tengamos en cuenta o no, todo en la vida es circular, son como esferas que en su movimiento invaden el espectro de la vivencia entre unas y otras. A veces añoramos la vivencia pura, más no existe porque todo está interconectado en su propio circulo de acción.

Lo emotivo tiene todo que ver con un equilibrio que comienza desde la forma en que respiramos hasta el modo que la cultura nos ha enseñado a percibir los eventos de nuestra vida. Toda la vida me ha parecido muy interesante que el respirar no sea algo de lo que estemos conscientes propiamente, por decir que es el primer asunto que da base a toda la circularidad de la vida.

Respirar profundo cuando un círculo vital se cierra, indispensable para añadir la nueva pauta del que se abrirá a continuación, porque así es, todo es un continuo, mas es necesario visualizar cuando algo termina y cuando llega lo nuevo.

Los humores que circulan por nuestro cuerpo físico tienen todo que ver para los movimientos del ánimo y ni que decir como son la base para la toma de actitudes.

El diccionario de la Real Academia nos dice: -Lo animado es algo que está dotado de alma,- y yo podría añadir lo que hacemos al respirar da redondez a todo lo que se vive en un solo día, y mucho más en la circularidad que va desde que entramos al mundo hasta que damos el último suspiro.

Eudora Welty dice algo que hay que tomar en cuenta: -Los hechos son cronológicos, pero su importancia no.- y esto tan solo para tener claro que no importa cuando sucedió tal o cual asunto ¿es que sigue permeando tus circularidades actuales?

-No existe total conciencia del valor del olfato en la vida de los seres humanos-, nos dice la científica Nazaret Castellanos. Esta estudiosa del cerebro apunta que cuando respiramos por la nariz todos los millones de neuronas se alinean y nos permiten tener mejores percepciones. En un principio cuando aún se estaba perfeccionando el lóbulo frontal del cerebro el bulbo olfativo estaba más presente (que en realidad son dos, uno de cada lado) Cuando el lóbulo frontal del cerebro crece este bulbo olfativo se retira (pareciendo que es menos relevante en la acción humana) para dar entrada a la parte que rige el libre albedrio. Pletórico de circuitos electritos y neuronas es básico para el orden mental y el equilibrio emotivo. Si respiramos por la nariz seremos mucho más serenos y no propensos a la violencia, la tónica general de salud mejora. Entonar el olfato ayuda mucho a la plasticidad del cerebro y a que funcione con más redondez y armonía con los demás órganos y el corazón. Mucha gente sin darse cuenta en realidad respira por la boca, y tiene mas propensión a desordenes de salud. Hay día se hacen estudios muy serios de cómo todo el organismo influye al cerebro y por lo tanto el funcionamiento adecuado de los órganos. En particular el corazón. Otro órgano que controla lo emotivo está en la base de la nuca, la amígdala, y es estimulada para bien si el aire entra por la nariz.

Así de sencillo, solo respirar con adecuación puede hacer la diferencia en nosotros.

Desde la época de Hipócrates se dijo de la importancia del buen entorno y el cuidado de los olores como base de la salud mental.

El cansancio crónico desestabiliza la redondez del ánimo.

Horacio dijo: -El ánfora siempre guarda el aroma del primer vino que guardó.- Aun así no se sabía que cruciales son para el equilibrio mental, los olores. El olfato aun siendo subjetivo está asociado a la vista de los colores y con esta percepción se entonan las emociones y hasta la facultad cognoscitiva. Aunque no le podemos poner propiamente nombre a un olor, si lo podemos asociar a una vivencia y a alguna emoción, las emociones se hacen presentes y los recuerdos asociados se vuelven parte de la memoria y esta nos puede dar serenidad.

                                            No en vano se dice cada vez más, y con muchas personas para atestiguar, que cuando estamos a punto de irnos de este mundo una película pasa ante nuestros ojos: la de nuestra propia vida. A veces escuchamos cosas como ésta y nos preguntamos qué tan cierto es, porque son cosas que nos inquietan pero que solo viviremos en su momento. Es así que comprendemos que la vida aunque está hecha de momentos, la relevancia del conjunto total es indiscutible. Todo el círculo completo será mostrado en su momento por lo que cada pequeño cierre o apertura tiene un sentido que se guarda, que es parte actuante.

Tiene una fuerte razón de ser el hecho de que veamos toda nuestra vida como un solo paquete, ya que es así como la vivimos aunque para poderla realizar mejor la separamos por partes. Así es como preferimos ver las partes más iluminadas olvidando que las más sombreadas también aportan. En ese aporte de tonificación necesaria también entran en juego otros elementos, como ¿quiénes somos? y qué hacemos con eso que somos. Qué actitudes tomamos. Todo está afectado por el ánimo.

Con la vida de cada día viene pasando lo mismo, escuchamos de eventos y situaciones pero nada sabemos hasta que nos toca vivirlos en carne propia. Todo está vinculado, al llegar a nosotros esos momentos de vida tan personal y únicos es seguro que lo que sentiremos es algo que ni en sueños imaginamos como tal, cuando contemplamos la totalidad de nuestra vida. Así pues nos sucede con lo anímico: permea todo, porque lo más valioso que tenemos es dar con la respuesta de lo que se nos pide a cada momento. Estar pensando en lo que fue solo nos hace  bien mientras sirva para mejorar el presente.

Los humores son sumamente importantes y están también muy vinculados con la cantidad de stress que permitimos que esté presente, ya que sí es un hecho que uno puede aprender a atenuar los grados de tensión. Se ha descubierto que las personas depresivas tienen afectado el receptor físico de los olores y respiran sin armonía, básicamente por la boca. Se ha comprobado que muchas personas salen de cuadros depresivos tan solo aprendiendo a respirar.

                                 Los eventos inesperados a veces los vinculamos con hechos que no tendrían por qué suceder (o eso es lo que deseamos) pero se nos olvida que todo lo que sucede es totalmente viable y que por algo muy natural llegan. Estando revisando esta parte de mis escritos que pertenece a las fechas de principios de este siglo me encontré con que estoy viendo lo que viví en el mes de agosto de hace veinte años y aunque soy la misma y me reconozco, ya no veo la vida de la misma manera y eso es algo por lo que estoy agradecida, cada evento en su momento parece ser único, mas es tan solo parte. Es mi mismo círculo de vida que no puedo dejar, mas mis percepciones si pueden ser otras.

Ahora quiero compartirles un evento que paralizó todo lo que estábamos haciendo hoy día, ya que percibimos como que todo se detuvo para atender lo más imperioso que llegó. Estuvimos sin energía eléctrica más de cuarenta y ocho horas sintiendo que fueron como cuarenta y ocho semanas. Cuando llega la burbuja de una situación inesperada es un hecho que la temporalidad toma nuevos tonos y se nos presenta como eterna y diferente (esto no tiene la mayor importancia porque tiempo habrá de sobra siempre para lo importante) y aunque de momento no es exacto a lo que queremos vivir, el real problema no es lo nuevo que se vive, sino que nos cambie el estado de ánimo de forma drástica.

Ante una situación de emergencia es normal asustarnos, pero en nosotros está el saber que ante todo debemos estar lo más enteros para ir resolviendo, es seguro que saldremos fortalecidos.

El jueves pasado eran casi las dos de la tarde y llovía a cantaros, cuando sentimos que un ovni nos cayó encima (literal, fueron tan poco comunes los ruidos escuchados en nuestro techo exactamente arriba de donde nos encontrábamos, que creímos que algo había aterrizado ahí) obviamente salimos aún con fuerte lluvia y viento (un ciclón que entraba estaba comenzado a hacerse sentir en nuestro entorno) y desde una terraza vimos lo ocurrido: un poste de energía eléctrica estaba ladeado y solo sostenido por los mismos cables, literal: colgado. No sabíamos todo lo demás que había ocurrido: Un árbol en la misma calle y más allá de nuestra casa, cayó completo y jaló con mucha fuerza otro poste que quebrado se asentó en medio de la calle cerrando el paso a muchas casas que quedaron prácticamente sin salida, se trata de una calle cerrada. Todo esto nos dejó atónitos y solo supimos de la magnitud más tarde.(continuará).

 

 

 

 

 

De la vida diaria.

Mar, inspiración y pintura. (4)

Exigirnos de manera irreflexiva, nos puede quebrar. MJ

 

Como ya hemos podido observar, los intereses que el espíritu demanda a la hora de hacer plástica nacen del entorno mismo, no tendríamos por qué salirnos de esa circularidad personal para encontrar lo que se desea plasmar. Lo que sí es una realidad es que para dar todo el potencial creativo en cualquier ámbito, es recomendable mantener cierto humor que solo de nosotros depende. Hay en mis textos pasajes y más pasajes en los que tengo claro lo que quiero pintar y no le llega el momento. Con el tiempo tuve que aprender a que se crease ese momentum, y solo se crea con una buena dosis de originalidad ya que el momento perfecto como tal no existe.

Con el paso de los años me doy cuenta cómo se refleja en mis escritos añosos las exigencias que me proponía, para luego encontrar a la vuelta de una página (en las revisiones de fin de mes) que muchos ideales se posponían para luego nunca cumplirse. En verdad que a veces nos exigimos de más y en acciones que tal vez nos ocupan en demasía sin ser tan importantes. Ahora que releo, me centro en esas revisiones periódicas con más atención, están a veces escritas con otro color de tinta y me dejan claro esto de la diferencia entre deseos cumplidos y preferencias.

¿Fui infiel a mis deseos? Me llegué a preguntar en un momento dado, ahí mismo al final de una revisión. Y yo misma me contesto  con claridad: Desear no es lo más oportuno, hay que fomentar la disciplina de optar. Forzar a veces se siente fácil, más puede quebrarnos.

La vida misma se encarga de ir abriendo puertas de Bien, y lo pongo así con mayúscula porque una cosa es el bien y otra muy diferente ese que llega con más luz. Así sucedió en esta etapa con una muy especial y muy apreciada amiga, que de pronto al hacernos partícipes de un proyecto que venía realizando nos hizo un enorme honor: Participar en él. Paloma Bello, escritora y gran amante de todas las artes y la cultura logró durante un lapso de tiempo bastante amplio (1994 a 2004) dirigir realizar y publicar en Nuevo Laredo, la revista Cariátides. Una revista de formato artesanal que propicio una abierta y esplendida creatividad, se apoyó tan solo en donaciones y buenas voluntades para su existencia. Estaba Paloma de visita en la ciudad de Mérida (vivía entonces en Nuevo Laredo su lugar de residencia de casada) y nos animó, mi esposo colaboro con textos así como yo con algunos diseños en técnica mixta. En una ocasión los dibujos del taller de creatividad de los niños a los que yo motivaba también fueron parte de esta publicación. Es importante saber cuánto esfuerzo y creatividad puso Paloma con puntualidad en  cada número, que salía de un horno especialísimo con sus propios olores, sabores y colores como una entidad única e irrepetible, llegaba en el cierre de cada estación del año, es decir cada tres meses. Fue un honor ser invitados a dar nuestro granito de arena. Cuando ya se dio el cierre e iba a concretarse la edición final,  nuestra amiga me propuso realizar el diseño para cada portada y fue así como eligiendo dos de los días de la semana, el sábado (verde) así como el lunes (sepia muy claro), las realice. Ella me envió los lienzos y una vez listos vieron la luz en la última edición, la numero 45.

Todo lleva en sí mismo una circularidad y Paloma supo cuando dar por concluida esta etapa.

No existe el  cansancio vital y menos el físico, cuando la motivación lleva sentido. Solo se cansa quien no comprende lo irrelevante que  nace del incremento que se da entre lo que pensamos y lo que se concreta en la realidad, cuando logramos que exista armonía entre pensamiento y obra deja de importar el esfuerzo o su exigencia.

No importa lo que nos toca vivir, una premisa invaluable  es:

Amar lo cotidiano.

Saber que las perfecciones no existen, mas el buen trabajo realizado siempre aporta un enorme bien, ese que perdura, ese que se transforma. En cada amanecer con el  acomodo que le damos a nuestras tareas domésticas podremos encontrar el halo de sabiduría más eterna y digna de nuestra especie. Cuando sale el sol y entra por nuestras rendijas sagradas, no solo permea los resquicios de nuestras ventanas sino que llega debajo de la piel si así lo permitimos para percibir mucho mejor. Un buen café nos puede dar la energía necesaria para todo el día, un poco de mantequilla sobre el pan, o el olor a tocino recién hecho, aun sin ser lo mío lo de las viandas he vivido rodeada de gente que ama cocinar y preparar un entorno para tomar los alimentos con gracia y he aprendido un poco de ellos. A veces me toca hacer esos menesteres y los hago con gusto, no sin antes programar mi mente. Como decía un tío muy querido, (que se fue joven de este mundo) -Uno puede desenvolverse muy bien en la tragedia.- Y sí,  lo que no es parte de nuestros gustos puede parecer trágico, está en manos de uno mismo convertirlo en gozo.

 Creemos de más en las propuestas mercadológicas para esa felicidad cotidiana, a veces nos lleva más la vida por lo que esperan los demás, que por lo que nos define a nosotros mismos. Como cuando nuestras abuelas decían que alguien era más un farol de la calle, que luz de su propia casa. Eso mismo pasa cuando hacemos plástica, los temas nos ganan la partida dejando de lado lo que realmente nos mueve.

La creatividad de los entornos tiene su propia voz, y hay que saberlo para disfrutarlo. Se deja de valorar lo que nos llega de generaciones pasadas, esas cosas que nos evocan a los seres que las utilizaron con anterioridad. Tengo la ventura de tener muebles diseñados por mi padre y no los cambiaría por ninguna moda que pudiera hacerme caer en banalidades falsas de mejoras. No hay mejora, si el objeto no nos dice nada. Querer exactamente lo que nos aporta en lo emocional aunque estén pasados de moda o tengan que ser de otro color al que pareciera más adecuado a la decoración. La carga emotiva  de un recinto hay que cuidarla y protegerla. Un cuadro no se cuelga porque tenga cierto colorido que haga juego, más bien se disfruta porque conlleva emoción por lo que es en sí mismo  y representa como tal. Me llevó un poco de tiempo lograr vivir sin la exigencia obtusa de una perfección total, para dar paso a lo que se hace genuino y  que aún lo deteriorado por el paso del tiempo lleva sentido. No todas las paredes con moho han de restaurarse, ni todos los maceteros han de ser nítidamente perfectos, me esmeré mucho en el pasado por estarlos cambiando y renovando. Ya no. He regalado a veces obra que yo he realizado, por malas venturas  me entero que se humedeció, que se rompió y que los recipiendarios  la tiraron a la basura o que las perdieron en cambios de casa, llegue a sentir tristeza por esto. Ya no. Hay cosas y acciones que cumplen su cometido dure lo que dure, es problema del que recibe saber valorar. Una época que se cuenta en años, diseñé tarjetas numeradas para dar a mis amigos en Navidad. En una ocasión deje la tarjeta en el buzón de la casa de su destino, ya que no obtuve respuesta a mi llamado en la puerta. Por alguna razón tuve que regresar, al timbrar de nuevo me abrió el jardinero, junto a él estaba el perro de la casa devorando mi tarjeta como si fueran las croquetas mas apetitosas, estaba totalmente hecha trizas. Me quede atónita. No decir nada dice mucho más que mil palabras, tal vez ¿el creyó que era uno de esos anuncios que depositan hoy día  por miles en los buzones? Si la vida misma es efímera ¿Cómo pensar que una simple tarjeta hecha a mano especialmente para alguien no iba a serlo? De la misma manera sé y me consta como algunas personas han hecho parte de su entorno mis sencillas acuarelas de fin de año. Empezando este siglo realice las últimas para nunca más y cerrar ese ciclo.

Habremos de quedarnos siempre con las buenas intenciones, aunque estas se conviertan a veces en aire.

 ¿Cuántos de nosotros aún tenemos un teléfono fijo en casa?

Con toda naturalidad he escrito de mi asombro de ver llegar los celulares, porque poco a poco fueron desplazando a los teléfonos fijos.

Hoy día recuerdo cuando decíamos que las llaves del automóvil se habían quedado asentadas en la mesita del teléfono. Ese artefacto que hoy día ha pasado a ser parte de la historia (aunque no se ha ido del todo) nos crea nostalgias emotivas. En la casa de mi niñez el teléfono estaba colgado en la pared, debajo había una mesita singular de forma un tanto triangular con una base de hierro pintado de verde limón, (un color muy presente en mi infancia) mi madre se sentada algunos días a mediodía y hacía el pedido de la mercancía, (así se le decía al pedido de la compra para la semana) que llegaba en una caja de cartón, hasta la puerta de la casa. Eso quedó en desuso, hasta que volvió a ser el pan nuestro de cada día por la pandemia. 

¿Acaso esto no nos hace pensar en la circularidad de las costumbres y de los eventos? Hablaremos de lo circular más adelante.

                          Como dice Miguel Ruiz en Los Cuatro Acuerdos:

-Hacer con todo lo mejor que podamos, o la paz se verá afectada-.

A veces ni haciendo todo lo posible que creemos nos corresponde realizar, se logra la paz. Esto nos habla de que no hemos dado al clavo de su presencia real en cada acción de cada día, porque no es cuantitativa la paz,  tiene todo que ver con la calidad de la vivencia, de la percepción de cada momento.

Los propósitos vitales pueden ser espontáneos, mucho más si estamos en un proceso creativo y son muy validos con la dosis de trascendencia que les toca, desde un sencillo baño de mar, hasta el asombro que su inmensidad  nos deja en el alma. Los asombros de hoy día son de diferente  índole, lo más deseado es que aun existan esas nimiedades que logren robarnos el aliento. MJ

 

 

 

 

jueves, 2 de junio de 2022

 

De la Vida diaria.

Mar, inspiración y pintura.(3)

El aprecio genuino del entorno siempre propone preferencias y observancias únicas. MJ

La inspiración es un concepto que tiene que ver con todos los aspectos de la vida y mucho más de la vida diaria. Lo que menos nos imaginamos es lo que nos marca y más en el caso de hacer de ello un motivo de inspiración. Todo lo que nos motiva se basa en ese sentir de que existe un respiro profundo que guía y conduce, y lleva las acciones como si fueran de viento, fluidas e impostergables. Desentrañarlas y evitar que se enreden con otros aspectos puede volverse tarea divertida, para que así tomen un mejor lugar en nuestro quehacer.

Un tanto eso me sucede con los mandalas, me motivan a tal grado que no pasa un día sin pensar en las ideas para darles forma en diseños personales y es que a veces no hay que andarnos por las ramas tan solo hay que hacer caso a la inspiración utilizando las figuras que más nos agraden y en mi caso más bien me anduve por las hojas ya que la forma clásica de éstas me ha gustado toda la vida y la he hecho parte importante. El sabor de hacerlas en las acuarelas florales me acompaña y es allí donde toman un lugar tan preponderante como las mismas flores. Les llega así, un momento particular en diseños que he titulado: – Hojas en transparencias-. Su factibilidad de reestructurar el espíritu se ha vuelto una motivación en sí misma. Mucho hay que saber para dar su espacio a cada acción, así que aun dando clases en el taller me anime a armar un curso para quienes también querían saber más de estas figuras, apoyándoles con un poco de teoría del color y como hacer combinaciones dentro de un mandala.

Respecto al Zen Doodling,  hay varias cosas que precisar. Todas las personas en un momento dado de nuestra vida hemos garabateado y es un acierto el poder hacer de esos trazos libres una composición. Es hasta tiempos recientes que toman un sentido especial en el mundo del arte. Sin saberlo propiamente, en mis libretas de vida se aparecen con constancia y de diversas formas y coloridos, danzan en medio del camino de las líneas manuscritas cuando cierro un mes de escritura y abro otro, así como cuando cambian las estaciones del año. Cuando hacemos sala de espera, mientras estamos en una llamada de teléfono o tan solo para asentar la mente, si nos nace trazar hay que hacerlo, propicia serenidad. Se puede hacer desde un sencillo trazo de lápiz (que luego se convierta en un asunto de claroscuros con el mismo grafito) así como con la técnica que nos parezca más afín al momento, en formatos viables para tenerlos a mano. Es bueno que los trazos sean libres, es decir casi sin pensar en ellos y acompasando lo que en ese momento sentimos. Yo lo practique mucho en el taller cuando motive niños, utilicé música clásica e instrumental y pidiéndoles que con su ritmo personal trazaran para luego poner texturas, previamente al ejercicio cerrábamos  los ojos para sentir la música y una vez con esta percepción procedíamos a los dibujos.  Es una maravilla hacer este ejercicio con niños, puede ser algo muy motivante para los críos que están descubriendo sus dones, apreciar los colores con más atención y saber tal vez que tanto les atrae la plástica. En lo personal esto de entrar a la música lo practique por primera vez en propuestas de collage, tenía como once años de edad y fue durante dos veranos a mediados de la década de los años sesenta en un  taller en el estado norte de NY. La guía que conducía estas prácticas siempre nos animaba a que hiciéramos muchas combinaciones tanto de forma como de color con el ritmo que escuchábamos, aprender el valor de lo mixto.

                           El  trabajo, cualquiera que se realice (desde barrer, hacer plástica o investigar) o es un gozo, o no tiene sentido. Habrá de percibirse como un bien ya que de otro modo si nos pesa, nada pasa.

Uno de los dichos más bellos del pensador Lin Yutang es: -La verdadera felicidad surge de la dosis adecuada de trabajo durante el día-.

La cultura del trabajo nos es muy frecuente en nuestros ámbitos, mas bien se prefiere pensar en el momento de descanso, sin darnos cuenta que la dosis de entusiasmo al hacer cualquier actividad es la energía mejor empleada para que al descansar también se active lo creativo en nosotros.

 Cada uno de nosotros sabemos cuánto hemos de dedicar a lo que nos apasiona. Yo tengo varias mesas de trabajo dispuestas y voy de una a otra dependiendo de la motivación del día. No tengo días fijos, mas si tengo momentos de rutina en otras áreas por lo que al ir a mis mesas estoy segura de que no interrumpo otras actividades que van de la mano de lo que me compete en casa. No es fácil vigilar las demandas de una casa mientras se plasman los tonos a una flor de buganvilia sobre un lienzo, pero con la práctica se logra. No es la cantidad de lo que hacemos lo que hace valioso el resultado, es el sentido claro de cómo habla nuestro trabajo del ser interior. El autor de -La Vista de Delft- un pintor holandés llamado  Jan Vermeer, pintó poco pero muy conciso. EL cuadro de la vista de un poblado desde una orilla lejana es famoso. Proust menciona en una de sus obras que la magia de ese cuadro, radica en el reflejo amarillo que se nota en uno de los muros. Así de sencillo y nada más.

                                   Precioso me ha parecido entender que cuanto más sencilla la vida, más posibles puntos reales de gozo nos presenta, ya que se profundiza en lo elegido y la abstracción se da. Tal vez a otros les sea más fácil elegir, mas en mi caso ha tenido que ser una acción mas consiente para no querer abarcar de más, aunque aun depurando siempre mi espectro es amplio.  Bien decía mi madre que -quien mucho abarca poco aprieta-. En -Walden o la vida en los bosques- esto se confirma. Escrito por Henry David Thoreau, nos convida a comprender que cuando uno mismo se hace uno con la naturaleza los brillos de ésta se pueden centrar, así como todo su humor palpitante y lleno de vida se nos presenta y nos invade, él quiso abstraerse del mundo y se construyó con sus propias manos una cabaña en el lago Walden, y así seguir sus pasos de ser su propio proveedor tanto de la vida de subsistencia como de sus preferencias más elevadas. (De este libro tal vez hable más extenso en otro momento). Hoy día se habla de lo importante  que es tomar baños de energía verde ya que los enramajes de los arboles sueltan una energía que puede hacernos mucho bien recibir, caminar bajo algunas copas de árboles que tengamos cerca, asunto invaluable.

 Cualquier actividad que con pasión implemente para nuestro ser, debe tomar un sitio claro en nuestras preferencias. En lo personal no es lo mío la cocina y por ello mismo me avoque a principios de siglo a poner en orden mis libretas y así poder disponer de más tiempo para lo que realmente me interesa. No porque una actividad no sea preferente en nosotros la hemos de dejar, hay que darle el significado y cuanto habremos de ocuparnos sin preocuparnos.

Existe cerca de mí un enorme tulipán africano que me acompaña a diario y que al observarlo me recarga la pila, soy participe de su floración o ausencia de ésta debido a las estaciones, me puedo abstraer por buenos ratos cuando sus enramajes son movidos por vientos fuertes  y como se arquean cuando éste es intenso. El movimiento de sus enormes ramas me habla de que la vida se da a borbotones en cada hoja que forma parte de una sencilla rama, tocada por ese intenso naranja de su floración muy exótica. Los tonos de verde pueden hacernos la vida mucho más sana y percibir los dones de la naturaleza de estos montos del color. La vida tiene un latido especial a diario, cada uno tenemos esa encomienda de percibirlo como algo personal.

                       Mis ojos se empezaron a abrir más, cuando mi deuda con los lápices de color comenzó a concretarse, me preguntaba cómo era posible ser tan feliz con un lápiz de color en la mano izquierda y un lienzo para plasmar, ¿Podría ser así de simple la felicidad? Más adelante me interesé en los faros de la costa yucateca. He realizado cuatro, dos de las fotos han venido de un arquitecto que es un magnifico fotógrafo y me las ha proporcionado. Creí que haría más de éstos, mas voy lento porque mis interesas son variados. Tratándose de arte mucho más. Continuaré tal vez con algunos más porque considero que los Faros son estructuras que van más allá de su simpleza, tienen una razón muy noble de existir. A quienes los cuidan les admiro mucho, he escuchado que un antepasado de mi padre cuido de los faros del área de Campeche, tal vez un día de estos lo averigüe con mas cuidado. 

Ser, como faros que alumbran. Es algo factible para todos nosotros, solo es cuestión de decidirnos. 

El concepto de objetividad ha tomado nuevos matices en mi vida conforme han ido pasando los años. Siento como se va puliendo en mis textos,  y aunque creo a pie juntillas en la ciencia, no me ciega la pasión de saber que puede ser inexacta. La objetividad es tan dinámica como la vida misma y mucho más si hablamos de las acciones  humanas. (Continuará).