miércoles, 15 de octubre de 2025

 

Un día, una circularidad. (11)

 

                                                             La visión simbólica, es la capacidad para penetrar las ilusiones.

Caroline Myss.

                                                            Es importante en la vida humana saber a qué nos referimos cuando hablamos de ilusión. La definición nos dice que es un espejismo, algo alejado de lo real. Existe en la mente y no siempre se puede llevar a la realidad. Las ilusiones, juegan un papel preponderante en la construcción de la vida humana, porque son las sustancias en las que se apoyan los hechos que queremos concretar. El simbolismo en la vida de nosotros los homos sapiens sapiens no es poca cosa, es ese pensamiento significante que a pesar de que no tiene un asidero totalmente material, su existencia nos aclara la vida mediante ese saber a qué se refieren las cosas que a veces ni están escritas, ni son tan claras en la realidad. Son otras maneras de expresar. Me fascina ver a algún joven con los jeans llenos de hoyos, eso contiene un simbolismo muy actual, a veces sin saber por qué unos toman unos símbolos y otros seres humanos los siguen. Así se dan los movimientos del pensamiento conjunto. Me queda claro que, para hacer ese acto de moda, en este caso al que me refiero y que tiene una gran implicación social, no cualquiera lo puede llevar a la realidad, en primera porque no le significa lo mismo a todos o no se puede portar con el mismo garbo y acto digno al hacerlo. El decoro es más una virtud que un valor. Las modas extremas han de estar concebidas como parte de una expresión que no a todos nos toca implementar, pero si entender. Así pues, lo simbólico tiene sus tiempos y sus momentos. Casi todo lleva una centralidad simbólica, aunque a veces el símbolo solo sea entendido cuando es vigente.  Escribir un texto, hacer determinados ritos o hasta el modo como nos movemos y nos adecuamos a la vida, está estructurado con variedad de simbolismos. El símbolo es algo que se puede repetir mediante el pensamiento y se puede transmitir sin palabras. No todos nos ponemos a averiguar de más, sabemos bien que hay muchas cosas que damos por sentadas.

Intereses van y vienen y el género humano a pesar de tener la misma esencia, no se apega en todo a los mismos símbolos. Creo que vale mucho la pena saber (por un momento al menos) que esas herramientas cerebrales no fueron un don al azar, han sido parte de nuestra condición otorgada por Dios para poder ser quienes somos y ser mejores seres humanos. El simbolismo es ver más allá de lo evidente. Cuando mis hijos eran niños yo veía y compartía con ellos una programación infantil de dibujos animados y había uno en particular en el que el super héroe tenía esa habilidad: ver más allá de lo que es obvio, y así se expresaba a voz en cuello en la presentación. Un día, el más peque me preguntó ¿Qué es eso de lo evidente? le expliqué a su nivel y vino el verdadero aprendizaje para mí: darme cuenta que estaba yo por educar y guiar a un ser inquisitivo, de una naturaleza con necesidad de explicaciones.  Me encanta, que por otro lado pude descubrir a mi hija la más grande, como iba a ser mi complemento en esas explicaciones y liderazgos de pensamiento porque su modo es más concreto. A veces los hijos son harinas de costales diferentes y cada quien requiere las respuestas a su esencia.

 Los otros seres con los que convivimos cercanamente, son los únicos que nos dicen las cosas tal como son: Por ejemplo, el decir -Por favor responde rápido y concreto, que eso de andarse con rollos no es lo mío- me suelen decir de vez en cuando, porque aún dentro de la misma familia, no todos requerimos aclararnos de más, hay seres que requieren respuestas más concisas.

Los seres que lo tienen todo archi claro son de otro temperamento. En nuestra familia eso nos ha complementado. Aquí en casa nos respetamos los modos, mas cuando yo me explayo y no hay para otros el tiempo para tanto, si se me pide amablemente: -Por favor concreta-. ¡claro que lo hago! porque eso es parte de la sal de la vida.

Todo tiene tambien que ver con lo que hemos comenzado este texto: La dimensión de lo simbólico. Ese simbolismo que nos ha llevado a desarrollar muy ampliamente la conciencia mental, cognitiva y sensible, nos permite comprender el poder energético de cada ser. A veces nos preguntamos porque hay personas que se enferman más que otras, y no hay duda de que tiene todo que ver con la baja de energía y ni que decir el sistema inmune que se descompone cuando nos andamos por donde no nos corresponde.

Una sobrina a veces me dice: -Invariablemente en verano me acatarro- Me queda claro que sus niveles de protección inmune se bajan cuando realiza el esfuerzo de trasladarse a la playa con todo lo que eso implica. El simbolismo para el yucateco que se traslada a la playa, es único.

 Irse Al Puerto, tal como suelen decirlo algunos, es en verdad asunto serio. Va más allá de lo evidente. Se vive, en los veranos una temporalidad totalmente diferente. No en vano en Yucatán, así se le denomina al verano en el mar: La Temporada.

Sabemos todos, que las temporalidades pueden afectar las temperamentalidades. Si todos los aspectos de la vida se trasladan a una comprensión más realista y las actividades en todo sentido se hacen de diferentes maneras, es muy claro que viene un período obligado de adaptación, esto lo vivimos en diferentes momentos. 

Continuando con la revisión de lo que significa que seamos seres con simbolismos muy acentuados, tambien la misma autora y teóloga americana Caroline Myss nos dice: - el poder energético, actúa entre bastidores-.

 Es decir, solo quien percibe mas allá (de lo evidente) logra sentir las energías que se desdoblan en la convivencia. Muchas veces ni cuenta nos damos de porque nos sentimos de tal o cual manera, y es porque el simbolismo que manejamos para la integridad de nuestro ser, está desfasado. Algunas personas (me cuento entre ellas) cuando nos tenemos que salir de algunas rutinas que nos dan circularidad probada, se puede perder el paso. Un ejemplo es cuando hay que hacer cosas que no se nos dan con el mismo interés a todos, no soy muy afecta a hacer la planeación de viajes, eso claramente en casa se le da de manera natural a nuestra hija que es la mayor y que ha viajado mucho por trabajo y por placer (me queda clero que por mí misma no iría a ninguna parte) mas el ánimo que percibo en los pormenores cuando vamos   salir de la ciudad se me impregna y casi puedo decir, lo robo de los otros, en cuanto los planes de lo que se va a hacer.  Obviamente me encanta pasear y conocer, ante todo aquí en casa somos museofilos, la visita a museos es obligada y así sea el más sencillo o el más grande museo, como el Metropolitan Museum de Nueva York, siempre es una ilusión volver. No es que vayamos cada año, sino que las veces que hemos ido es como si fuera nuevo. Es como sucede con los buenos libros: podremos volver mil y una veces a páginas antes leídas y marcadas y siempre habremos de encontrar nuevos simbolismos. No es lo mismo cuando se visita un sitio cuando somos niños o ya de adultos, ahí en el Metropolitan de La Gran Manzana tuve la primera experiencia de un museo tan grande, a los 7 (siete) años. Regresé años después, y todo lo de la antigüedad me marcó, que fue cuando me significó y tuve mayor interés en estudiar arqueología.  

Ese simbolismo del que somos responsables los homos sapiens, es algo que se has trastocado en épocas recientes. Ya la presencia de la verdad vestida de mentira nos ha doblegado las percepciones, y parte de los miedos ancestrales que ya habríamos de haber superado, están de vuelta. Eso de temer al congénere que de pronto nos puede agredir, eso de vivir con miedo. La civilización debiera habernos dado ya las herramientas para que seamos empáticos por naturaleza, y nada de eso ha sucedido como lo podríamos esperar. Nos damos cuenta que han sido más fuertes las fuerzas sociales del acaparar y hoy día noto claramente como el acto de depredar aún está reinando con simbolismos trastocados. Se ha revertido la significación, la misma paz ya se entiende muy diferente a nivel mundial. Por ratos es difícil aceptarlo. Cuando le preguntaron a Jean Goodall que pensaba del mundo actual, dijo que -los reductos de esperanza no se han perdido- y yo comulgo con ese pensar.

Pues bien, la misma teóloga Myss, nos dice algunos puntos que podemos poner sobre la mesa personal y reforzarnos, para no estar con los bandazos emocionales. Y nos dice y los comento en paráfrasis:

Ten muy claras tus creencias y refuérzalas apenas puedas. Si algo o alguien notas diferente a ti, dale su lugar, pero no continues por ese sendero, puede ser nefasto.

No pierdas la apertura mental. Como hemos dicho: No significa renuncia, sino adosamiento de la fuerza de la verdad en lo que tu sí crees.

Actúa, ya que con tus actos estas dando más al mundo, que con tus teorías.

Nunca pierdas la facultad de intuir. Todos la tenemos y hay que utilizarla porque puede evitar muchas disputas.

La realidad es lo más valido que tenemos. Mi madre decía claramente, -ojo, niños, hay que aprender cual es la calidad de la melcocha-. (Melcocha es un dulce hecho a base de miel, que se envuelve en hojas de almendro.)

Jamás permitirnos la autocompasión. Nadie es culpable de lo que nos toca vivir.

Todo es elegido, aunque creamos que tal o cual persona hacen o deshacen y eso nos afecta. Todo lo que vivimos es causa /efecto de la vida por elección.

Nunca enjuiciar. No sabemos porque una persona reacciona de tal o cual manera. Los modos son muy personales, no olvidemos que los juicios de valor deshacen la virtud, la hacen laxa e inestimable.

Si vivimos agresiones por parte de alguien, lo que sigue es mandar bendiciones. No sabemos qué pretensiones retorcidas tiene cada ser humano en el ser interno.

Ir de la mano del Dios en el que creemos, (que a veces no es solo asunto religioso) la fe necesaria empieza por tenérsela a la vida misma, y hasta el mismo ateísmo tiene sentido en algunas vidas, porque puede conducir a Dios de maneras mas certeras. Dejar pasar los asuntos que no podemos resolver.

El éxito, la prosperidad, son asuntos personales y no se deben de estar manifestando como logros que a los demás no les interesan. A veces las personas que hoy día se manifiestan de más en las redes sociales, corren riesgos de muchos tipos, aún no hemos terminado de comprender esos rubros.

Esta revisión de escritos pasados, me lleva un tiempo sagrado que valoro como reivindicación del presente. Llevo años con la parsimonia que corresponde al respecto. Dice Duccio Demetrio, cuando propone las valías de escribirse a uno mismo: -podremos recordar, pero rememorar es otra cosa-. ¡Y sí que lo es!, porque el recuerdo no es a veces tan significativo como la rememoración.

En el año 2010, mi mente sufrió un reajuste, y está documentado. Volví a preguntarme de lo valido de tener más viva la religiosidad, de tenerla más presente. Volví una vez más con interés renovado a la Biblia. Para todos los humanos es importante la cosmovisión cada vez mas clara, y mientras ésta se vaya mejorando,  entenderemos el paso de los años y la edad.

Ese magno dicho bíblico del Dios de los católicos que nos dice: -Yo soy, el que soy- retumbó una vez más en mí, porque la esencia que es, nunca cambia.

Ese sentir que a veces uno mismo se achaca de decir -No debí hacer esto o lo otro- como que recrimina con un sinsentido, mas no es así, lo que nos cuestionamos nos puede llevar a mejores respuestas ¿Desandar caminos por los cabos sueltos? ¿Quién tiene todos los cabos de su vida personal bien atados? -. yo creo que nadie.

De pronto tuve un tiempo en que la religiosidad la perciba como una lacra, como un impedimento para pensar con claridad. Y ¿De qué sirve sentir nubes negras sobre nuestra cabeza? De mucho, porque se aprecia mejor la luz.

Las insatisfacciones mentales tienen un camino que solo uno mismo puede zanjar. A veces solo se asientan en ilusiones. Si no hay motivo evidente de cuestionar… ¡pues no hay que hacerlo! porque las cuestiones, tienen su tiempo y nos dan pie a saber que el mando de una realidad elegida y que entendemos es la que dirige en certidumbre a nuestro ser.

Cuando la paz se va implementando en la vida, se sienten los círculos vitales como mantas de seda de colores tenues que se asientan y suavemente documentan nuestra mente de lo valido. Experimentarlo es un logro grande, del que podemos asirnos y saber qué es lo que ahí nos ayuda a ser personas y no meros individuos.

El camino es darnos herramientas para afinar el proyecto de vida. No es tan complejo cuando vamos de la mano del Dios en el que sí creemos, y si nos habla al oído, nos deja claro que las dudas no dejan de existir nunca. Tener la virtud de autoconducirnos en el sendero elegido, ante la grandeza de lo infinito, ¿Qué reparo podremos argumentar?  la mente se asienta y surge la luz de lo que en la vida es realmente importante. (Continuará).

 

 

 

 

 

 

 

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