De
la vida diaria.
Tenis
y vida.(1)
Para
apreciar los valores intrínsecos de un deporte y su relación con la vida, no es
necesario practicarlo. MJ
Es maravilloso practicar
un deporte, mas lo que si me ha quedado claro es que se aprende muchísimo del
ámbito humano que se da en el desempeño del deporte, cuando logramos un buen
nivel de observación, tanto del comportamiento del jugador en sus tácticas,
como en su ser humano en acción. En
tenis se aprecia con claridad la semejanza con la vida misma. Podemos tener
claro los lineamientos, las técnicas y tácticas pero mirar los toros desde la
barrera es muy diferente que estar a media plaza con el capote. Practiqué
el tenis muchos años de mi vida, comenzando desde los seis años y cerrando el
ciclo en la década de mis cincuenta años, cuando una lesión en el pie me
impidió regresar a las canchas. Aun con esa cantidad de años con la raqueta en
mano, no capte toda la dimensión hasta mucho tiempo después, el valor y aspecto
conductual de ese debatirse en la cancha. Muchos piensan que es pasar la pelota
de un lado a otro y quien lo logre mejor
ganará, sin saber los entretelones de todo ese ir y venir. En la vida es así, la pelota del vivir se nos entrega al nacer, se eligen
las raquetas adecuadas y el jugar será un desempeño muy personal con los
tiempos y los espacios que se vayan presentando. Poco a poco uno puede aficionarse a disfrutar
los partidos por televisión o en vivo cuando es posible, hoy día se transmite
casi todo el circuito de la ATP, que es: Asociación de Tenistas Profesionales.
No
fue sino hasta que comencé a escuchar los pormenores de cada momento tenístico
que me cayó el veinte: una cosa es comprender como se da el deporte en la práctica
y otra muy diferente es la estrategia (que en mi caso nunca la practique
propiamente) es un hecho lo mucho que se parece a lo que hacemos los humanos en
la vida diaria y eso mismo es lo que hace muy interesante cada partido. Me fui
dando cuenta de cómo se puede volver un gozo ser un observador asiduo y atento.
A varias personas a quienes manifesté mi gran afición a observar los partidos
de tenis, me decían ¿Y, que más chiste puede tener el estar viendo pasar una
bolita sobre la red? Y ahí vino la inflexión decisiva: compartir esta visión
que he ido implementando conforme han pasado los años.
En
mi caso personal la práctica me ayudo a comprender el valor de madrugar, nunca
fue algo pesado, y era muy necesario ya
que se aprovechaban varias horas antes de la entrada al colegio y mi padre y yo
creamos un vínculo en ese compartir desde temprano. Me levante durante varios años
algunos días de la semana, a las cinco de la mañana y a las seis ya estábamos
en la práctica tenística, percibiendo los olores de las canchas recién regadas,
el de las pelotas al abrir las latas en las que se guardan, raquetas y arenas
de la cancha se volvieron parte de mi inicio del día y los esperaba con enorme
gusto. Aprendí que la mañana puede comenzar antes de lo estipulado y puede
disfrutarse si la motivación lo permite y sí que se logra cuando hay la ilusión
de perfeccionar algo y percibir las mejorías. Las raquetas están tensadas a una
determinada intensidad dependiendo de la edad del jugador y tipo de cancha (hoy
día: tierra batida, césped o cancha dura de cemento) así como las preferencias
del jugador, cuando un golpe es bueno su sonido lo delata. Así empieza uno a
disfrutar del sonido de la pelota cuando toca las cuerdas. Las pelotas son de
hule recubierto de fibra en forma de pelusa para un toque certero pero a la vez
atenuado, en los años sesenta del siglo pasado aún se jugaba con pelotas de
color neutro asunto que cambio para bien, hoy día son de un amarillo
fosforescente que las hace más visibles. Ese emitir su propio canto en las
cuerdas nos permite saber si se realizó bien el golpe. Es el tenis un deporte
totalmente psicológico y en su modalidad más bella a mí parecer, que es singles
(Un jugador contra otro) es en donde se observa más el aspecto mental.
No
fue hasta que comencé a observar mucho mas atentamente el desarrollo de un
partido, que entendí cuanto tiene que ver el carácter, el modo, el pensamiento
y el humor de cada jugador.
Cuando
uno percibe esos asuntos de similitud con la vida, se observa como las estrategias se pueden aprender y la
aplicación y las resoluciones vitales
son muy personales siendo que puede observarse un partido como si fuera toda
una vida en su desempeño, una circularidad total desde que comienza hasta que
se apunta el cierre. Observar todo el contexto del deporte blanco –sobrenombre
que tuvo, porque los jugadores de ese color vestían (hoy día se juega con
indumentarias de todos los colores habidos y por haber) nos permite apreciar la
calidad humanan de cada jugador y como ninguno juega igual a otro. Solo en el
emblemático torneo de Wimbledon, Inglaterra (Uno de los 4 Grand Slams) es que se sigue la
tradición de jugar todos vestidos de blanco,
a mi gusto es el torneo más elegante del circuito. Apreciar este deporte
nos puede llevar a ámbitos muy interesantes del comportamiento humano y
disfrutar sus diferentes movimientos, asunto que tratare de compartir en estos
textos.
Además de los enfrentamientos singles, se puede
jugar dobles que es compartir la cancha personal con alguien
más como compañero, siendo cuatro las personas en el juego. En cada caso es un
tanto diferente la estrategia y cambia en parte el tamaño de la cancha así como
algunas tácticas. En este caso haré la comparación basándome en la modalidad
de singles.
Cuando
los jugadores entran a la cancha al saberse contrincantes ya en sí mismo esto
propone claramente que uno será el
ganador, como parte del espíritu deportivo se logra sentir que es importante
implementar la camaradería, que se comienza con la rifa para saber quién
escogerá servir y quien recibirá, y así mismo comenzar el peloteo de calentamiento amistoso. No es un triunfo de rendir al
otro, sino es más bien lo que se logra haciendo bien las cosas en los movimientos
tanto de cómo se desplaza el cuerpo así como la gestión de los golpes, siempre
propiciando divertimento sin perder de vista las estrategias. Hoy día la
tecnología apoya permitiendo ver la nitidez de algunos golpes y donde se
ubicaron mediante una pantalla electrónica que graba todo. Es recomendable
entrar con buen talante (diría uno de mis primeros maestros) como si uno
dispusiera el ánimo para dar lo mejor exacto como en la vida diaria cuando
ponemos un pie fuera de la cama y empezamos la vida de un día cualquiera.
Quien me dio las primeras lecciones de tenis
siempre me preguntó cómo me sentía antes de empezar la clase y se interesaba en
cómo había yo amanecido, creo que veía mi cara de sueño madrugador. Los errores
eran comentados muy puntualmente, mas en esos momentos no hubo nada de
enseñanza de estrategia. ¿Se pensará que un niño o una niña de seis años no
tiene por qué estar pendiente de esa dimensión del juego? tal vez eso se creía.
Tanto mi padre como el maestro querían que yo me divirtiera. A la larga esto me
decepcionó porque no se entra solo para diversión sino para hacer un duelo lo
mejor posible. Quien cree que la vida solo es divertimento y no hay aporte
sabio en los pasos dados, nunca sabe si implementa o no, asunto que no aporta
para bien. He de decir que siempre jugué dando lo máximo pero no me era fácil
llevar un sentido constante observándome y captando el propio ritmo, y sí me
hubiera encantado que me dieran un poco mas de conocimiento. Tuve un solo
triunfo de campeonato en singles a los once años de edad y aunque he de decir
que es algo muy singular llegar a ese punto, nunca entendí como fue, surgió
como algo natural. Es bueno conducirnos con flujo natural, mas no hay que
desdeñar el jugar con un plan. La marca comercial Rolex (de relojes) que apoya
mucho al tenis, tiene una frase muy bella y dice algo así: – no jugamos para
los triunfos solamente, sino para superarnos a nosotros mismos-.
Se
piensa que quien comienza sirviendo con asertividad tiene mucho para hacer un
buen juego, así lo asevera uno de los comentaristas (para mí el mas
experimentado hoy día, y muy ameno que fue muy buen jugador en el siglo pasado)
José Luis Clerc conocido como Batata. El servir
es poner la pelota en juego del lado
contrario en uno de los espacios cerca de la red, se van alternando, cada
jugador tiene preferencia por poner la pelota esquinada, centrada o de plano
angulada. Aquí habla el carácter, quien en la rifa preliminar prefiere servir, es de carácter más protagónico
así como el que prefiere recibir es
quien está más atento a observar el modo de juego del contrincante. Se sirve
para comenzar el juego, mas a la vez para lograr un saque as o para descuadrar la posición del oponente. ¿Cómo servimos
en la vida diaria? Los ámbitos del servicio humano son muy personales. Claro
que el servicio tiene su propia dignidad, y está asociado a la personalidad,
tanto en el deporte como en la vida diaria. En el día a día somos afortunados
si logramos entender que sirviendo a quienes nos rodean estamos hechos, dando
pie a que las acciones propongan. A veces los servicios as (que son
tan bien situados y fuertes que no regresa la pelota) no son fáciles y si muy apreciados. Hay
jugadores que tienen toda su estrategia basada en hacer servicios as, se aprecia pero es una situación que
no propicia peloteos emocionantes que son la sal del juego. Se admiran como
acción bien lograda. Es como en la vida diaria cuando tenemos algo tan claro y
contundente y aunque nuestros acompañantes de vida quisieran argumentar o darle
juego a las vivencias, hay momentos en los que no se puede porque se cierra la
acción. Se opta por tener la última palabra rápido y la contundencia impera.
Tendremos la garantía de que si todo está nítido, seremos dueños de la
situación por ese preciso momento. (Continuará) MJ.
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