De
la vida diaria.
Tenis
y vida. (2)
La
victoria pertenece a los más tenaces. Roland Garros.
Uno de los torneos
Grand Slam del circuito tenístico mundial, es el que se desarrolla en Paris
Francia y lleva el nombre de Roland Garros. Eugene Adrien Roland Garros fue un
pionero de la aviación francesa y combatió en la Primera Guerra Mundial, desde
1928 el torneo de tenis lleva su nombre. En la cornisa de la cancha principal
del recinto, la Philippe Chatrier (quien fuera
pionero del tenis, luego periodista y presidió la Asociación de Tenis
francesa de 1973 hasta 1993) se puede leer la frase que acuño Roland Garros.
Y
así es, en tenis como en la vida, la tenacidad es un indispensable ingrediente.
Quien se descorazona, quien se distrae o quien se sale del partido (no precisamente en lo físico, sino en lo mental) es
seguro que no obtendrá triunfos concretos. Hay jugadores talentosos que por su
humor y a veces inestabilidad emotiva, simplemente no pueden tener constancia.
¿Es
lo mismo ser tenaz que ser constante? Veamos: Es tenaz quien es pertinaz en un propósito, es constante quien persevera en ánimo y en resolución.
Creo que ambas acciones se complementan.
Cuando
en tenis el primer servicio es fallido siempre tendremos otra opción, el segundo
saque. No es igual al primero ya que conlleva más precisión atenuada, más
cautela y más centralidad del lugar al que queremos que llegue la pelota, tratándose
más de asegurar el juego. Siempre hay opciones en la vida. Es como un plan B.
No todo se logra a la primera y menos con toda garantía de bien. Lo que se
quiere vivir en positivo, tal vez provenga de un segundo intento y en la vida
diaria humana hasta de tres o más, los que
sean necesarios. En el tenis el segundo
saque se enfoca con otras miras, ya que
se baja la velocidad, se asegura y se da precisión al sitio de llegada y se
espera que este intento propicie una buena bolea. Jugadores experimentados arriesgan
en este momento apostándole a la fuerza
y contundencia y a veces lo logran. Un rally (las
veces que va y viene la pelota) puede
ser de varias idas y vueltas de lado a lado, y es fascinante ver qué estrategia
prevén los jugadores para cerrar el punto, hay posibilidades ya conocidas que
uno como espectador espera, siendo que a veces las sorpresas que se dan son muy
agradables por inesperadas como pasa en el diario vivir. A quienes estamos
observando nos puede mantener un momento así, al filo del asiento. Lo que en
tenis se llama la bolea es lo mismo que en la vida el ir y
venir de convenciones para llevar una mejor resolución a buen puerto. Es obvio
que de entrada se trata de ser amable y
aunque podría ser que se tenga la posibilidad de hacer unos buenos remates más rápido, a veces se prefiere pasar la pelota
varias veces antes de cerrar, con nuevo ritmo, claridad de miras, y hacer
juego. Mucho tiene que ver la posición del jugador en la cancha. Si el contrincante es diestro o zurdo y ha
desarrollado las herramientas del propio juego en ese sentido, propiciará incomodidades en el otro jugador. Es toda una
similitud con la vida, todo cuenta, mas al final la contundencia tendrá la
última palabra, cerrando siempre para
bien de ambos. La palabra perder ha
de utilizarse con cautela, porque en realidad nadie pierde ya que todo es
aprendizaje, independientemente de que sabemos que uno de los dos tendrá una
ventaja que se reflejará en puntos acumulados y ranking.
Con la actitud comienza la develación
psicológica que dará pie a que se dé un partido con presencia de acción:
ofensiva o defensiva. Claramente se puede notar quien conduce el juego y como
lo va logrando. La mentalidad de cada jugador pondrá en la palestra y por ende
en la cancha lo que se va a desarrollar. Si se sabe que un jugador posee
menos herramientas y experiencia que otro, esto implementa en la fuerza mental
que está presente y será determinante. Se sabe que un jugador de tenis
puede estar o no estar presente y más que nada con ánimo
entero en el juego. En la vida diaria siempre es mucho mejor estar en un buen
estado mental y bien descansado para hablar asuntos importantes. Uno se
pregunta ¿cómo se va a dejar de estar, si se está en lo
físico? es exacto lo que pasa en la vida humana, uno puede estar en cuerpo en lo
que le toca vivir y con la mente en otro lado. Mucho comentan los que narran
los partidos, que un jugador se ha ido
del partido. Esto en el tenis se nota más cuando uno observa un partido en el
que ya se conoce a los participantes y ya se sabe más o menos como son y
se ha visto algo de sus herramientas escogidas en otros momentos y más que nada
sus reacciones. Lo que se pretende en el juego de este deporte es que
precisamente ¡haya juego! Si algún jugador permite que le gane el
mal humor o el miedo de cometer errores se desarrollará un partido laxo. Dicen en ese caso que el jugador no se ha soltado. Si un jugador se amarra y no propicia confianza,
estaremos en una especie de inercia. En la vida misma no se puede dialogar en
positivo con alguien que de plano no quiere poner sus mejores esfuerzos. Así
pues es que se aprecia a los jugadores que saben poner el buen talante y acción
asertiva. Esto en concreto es la esencia de un partido, cuando empieza a haber
juego el partido puede escalar a momentos que son inéditos y de gran emoción.
Es impresionante lo que hace la porra desde las gradas, ahora que hemos visto
partidos sin público por la pandemia del Covid, se ha notado la diferencia.
Cuando
ambos jugadores están presentes se percibe de inmediato desde
la práctica preliminar y uno como espectador lo disfruta. Se ve a los jugadores
entrar con seguridad y como se alientan entre sí y a sí
mismos. Cuando se empieza el partido lo más esperado es que vayan con similitud
de puntos ganados, esto nos habla que se está jugando con equidad y que lo que
sucederá para desenlazar será la mies y
la esencia pura que uno espera. Estos partidos tan competidos o bien jugados
son los más apreciados porque se les nota seguros a los participantes y dando
todo. Encontrar momentos en que el jugador aplaude un buen punto de su oponente
es grandioso, ya que nos denota que esa persona es segura de sí misma
y tiene claro que no solo está en la cancha para competir y ganar, hay
otras acciones apreciadas para aprender
del mismo juego, así como del oponente.
En
una ocasión jugando un partido de dobles me sucedió algo inesperado que no
puedo dejar de mencionar porque fue comentado entre los de casa y no daban crédito.
De momento quedé tan fascinada de la devolución bien ejecutada de una de las oponentes,
que le aplaudí desde el lado opuesto con naturalidad, de pronto mi compañera de
juego me pidió que fuéramos al fondo de la cancha, yo pensé que se sentía mal y
quería cerrar el partido (asunto que es comprensible y que habremos de apoyar a quien juega con nosotros)
pero no fue algo así, simplemente estaba muy molesta por mi actitud de alabar
una buena pelota que provino de las oponentes, y me habló con seriedad rotunda:
-Por favor no estés alabando lo que ellas hacen bien, no de eso se
trata este juego.- Me quedé atónita. ¡Claro que de eso se trata! Es un juego.
Esta persona no era mi compañera habitual, así que queda claro como es
importante mirar en la misma dirección
cuando se van a compartir ámbitos cercanos. La mentalidad cuenta, y cuenta
mucho para la felicidad en la vida y a veces no vale la pena entrar en diálogos
que no llevan a nada. Exacto como sucede en la vida de cada día.
Así
mismo podremos decir que estamos viviendo plenamente cuando comprendemos que lo
que hacen los demás no nos evita a nosotros hacer lo mismo o lograrlo mejor si
fuera el caso, y así observar, decir y
hasta alabar lo bien que otro de nuestros congéneres hace algo, no perjudica a
nadie y nos redundará en beneficio a todos. Nunca dejar de recordar que estamos
en el mismo barco y que aunque de momento pareciera que estamos encontrados
es tan solo una convención subjetiva y necesaria. Se dice que se
le quiebra el servicio a alguien cuando el que sirve no logra
ganar los puntos para ese juego en concreto (de los seis que forman un set) y
da pie a que el otro se quede con ese juego. Se siente tristeza cuando un
jugador no puede conservar sus servicios para ganar, siempre como en la vida diaria, la esperanza
está presente. Es anímicamente muy fuerte perder el juego en el que se sirve.
A veces la actitud de resiliencia es muy palpable ya que el jugador que va
perdiendo sus servicios, tiene dos caminos: o se desanima o se levanta más
fuerte. Nada en tenis está perdido hasta el último segundo del partido.
Algo
que es determinante para percibir el ánimo, es apreciar el lenguaje corporal,
tanto en el día a día como en la cancha esto es patente. Quien mantiene la
serenidad vive mas plantado y con esto se logra poner de lado el momento
amargo. Si el jugador se mantiene en movimiento, espalda erguida y va conservando el calor del cuerpo así como
saliendo más allá de su zona de confort para ir por la pelota más difícil o más
lejana, vemos una muy buena actitud. Algunos jugadores hablan en voz alta para
sí mismos y cuando obtienen un punto especial lo celebran con gestos que uno
como espectador aprecia y comparte. No dar nada por sentado ya que un solo
punto puede abrir un nuevo camino. En el tenis ver de antemano es básico, se dice que un
jugador tiene buena lectura cuando
puede prever como regresará el punto. Si el enojo invade (que en estos rumbos se
expresa con el aporreón de la raqueta, las más de las veces) algunos destrozan
la raqueta y hay penalización, se pierden
puntos y a veces hay multas de por medio. Aquí sí que aplica muy claro el dicho
de que: quien se enoja lo más seguro es que pierda.
El primer servicio, que muchos lo sitúan en el
centro de la cancha exacto en donde se juntan las líneas en forma de T
mayúscula, cuando se logra como un saque as,
es un gozo total.
Cuando
en la vida diaria algunas personas dicen las cosas a boca jarro y uno se queda pasmado, a fin de cuentas se agradece porque
nos permite una buena discusión, y aunque no se dé, nos hace pensar. Algunos
jugadores toman como estrategia contestar fuerte de inmediato y subir a
la red, (ir muy cerca de la misma) para zanjar con una smash (remate
sin rebote previo, que se toma en el aire). Esto no es más que decisión de cada
jugador, algunos prefieren el juego de fondo
que a veces suaviza el golpe con un globo alto, lo que implica serenidad por
ambos lados.
¿Frustraciones?
¡Sí que las hay! Ser buenos observadores en la vida y en el juego, nos recuerda
que no importa cuán preparados estemos, solo nos permite tener claro que como
humanos somos limitados. (Continuará) MJ.
No hay comentarios:
Publicar un comentario