jueves, 21 de julio de 2022

 

De la vida diaria.

Tenis y vida. (2)

La victoria pertenece a los más tenaces. Roland Garros.

 

                           Uno de los torneos Grand Slam del circuito tenístico mundial, es el que se desarrolla en Paris Francia y lleva el nombre de Roland Garros. Eugene Adrien Roland Garros fue un pionero de la aviación francesa y combatió en la Primera Guerra Mundial, desde 1928 el torneo de tenis lleva su nombre. En la cornisa de la cancha principal del recinto, la Philippe Chatrier (quien fuera  pionero del tenis, luego periodista y presidió la Asociación de Tenis francesa de 1973 hasta 1993) se puede leer la frase que acuño Roland Garros.

Y así es, en tenis como en la vida, la tenacidad es un indispensable ingrediente. Quien se descorazona, quien se distrae o quien se sale del partido (no precisamente en lo físico, sino en lo mental) es seguro que no obtendrá triunfos concretos. Hay jugadores talentosos que por su humor y a veces inestabilidad emotiva, simplemente no pueden tener constancia.

¿Es lo mismo ser tenaz que ser constante? Veamos: Es tenaz quien es pertinaz  en un propósito, es constante  quien persevera en ánimo y en resolución. Creo que ambas acciones se complementan.

Cuando en tenis el primer servicio es fallido siempre tendremos otra opción, el segundo saque. No es igual al primero ya que conlleva más precisión atenuada, más cautela y más centralidad del lugar al que queremos que llegue la pelota, tratándose más de asegurar el juego. Siempre hay opciones en la vida. Es como un plan B. No todo se logra a la primera y menos con toda garantía de bien. Lo que se quiere vivir en positivo, tal vez provenga de un segundo intento y en la vida diaria humana hasta de tres o más,  los que sean necesarios. En el tenis  el segundo saque se enfoca  con otras miras, ya que se baja la velocidad, se asegura y se da precisión al sitio de llegada y se espera que este intento propicie una buena bolea. Jugadores experimentados arriesgan en este momento apostándole a la  fuerza y contundencia y a veces lo logran.  Un rally (las veces  que va y viene la pelota) puede ser de varias idas y vueltas de lado a lado, y es fascinante ver qué estrategia prevén los jugadores para cerrar el punto, hay posibilidades ya conocidas que uno como espectador espera, siendo que a veces las sorpresas que se dan son muy agradables por inesperadas como pasa en el diario vivir. A quienes estamos observando nos puede mantener un momento así, al filo del asiento. Lo que en tenis se llama la bolea  es lo mismo que en la vida el ir y venir de convenciones para llevar una mejor resolución a buen puerto. Es obvio que de entrada  se trata de ser amable y aunque podría ser que se tenga la posibilidad de hacer unos buenos remates  más rápido, a veces se prefiere pasar la pelota varias veces antes de cerrar, con nuevo ritmo, claridad de miras, y hacer juego. Mucho tiene que ver la posición del jugador en la cancha.  Si el contrincante es diestro o zurdo y ha desarrollado las herramientas del propio juego en ese sentido, propiciará  incomodidades en el otro jugador. Es toda una similitud con la vida, todo cuenta, mas al final la contundencia tendrá la última palabra, cerrando siempre  para bien de ambos. La palabra perder ha de utilizarse con cautela, porque en realidad nadie pierde ya que todo es aprendizaje, independientemente de que sabemos que uno de los dos tendrá una ventaja que se reflejará en puntos acumulados y ranking.

                                 Con la actitud comienza la develación psicológica que dará pie a que se dé un partido con presencia de acción: ofensiva o defensiva. Claramente se puede notar quien conduce el juego y como lo va logrando. La mentalidad de cada jugador pondrá en la palestra y por ende en la cancha lo que se va  a desarrollar. Si se sabe que un jugador posee menos herramientas y experiencia que otro, esto implementa en la fuerza mental que está presente y será determinante. Se sabe que un jugador de tenis puede estar o no estar presente y más que nada con ánimo entero en el juego. En la vida diaria siempre es mucho mejor estar en un buen estado mental y bien descansado para hablar asuntos importantes. Uno se pregunta ¿cómo se va a dejar de estar, si se está  en lo físico? es exacto lo que pasa en la vida humana, uno puede estar en cuerpo en lo que le toca vivir y con la mente en otro lado. Mucho comentan los que narran los partidos, que un jugador se ha ido del partido. Esto en el tenis se nota más cuando uno observa un partido en el que ya se conoce  a los participantes y ya se sabe más o menos como son y se ha visto algo de sus herramientas escogidas en otros momentos y más que nada sus reacciones. Lo que se pretende en el juego de este deporte es que precisamente ¡haya juego! Si algún jugador permite que le gane el mal humor o el miedo de cometer errores se desarrollará  un partido laxo. Dicen en ese caso que el jugador no se ha soltado. Si un jugador se amarra y no propicia confianza, estaremos en una especie de inercia. En la vida misma no se puede dialogar en positivo con alguien que de plano no quiere poner sus mejores esfuerzos. Así pues es que se aprecia a los jugadores que saben poner el buen talante y acción asertiva. Esto en concreto es la esencia de un partido, cuando empieza a haber juego el partido puede escalar a momentos que son inéditos y de gran emoción. Es impresionante lo que hace la porra desde las gradas, ahora que hemos visto partidos sin público por la pandemia del Covid, se ha notado la diferencia.

Cuando ambos jugadores están presentes se percibe de inmediato desde la práctica preliminar y uno como espectador lo disfruta. Se ve a los jugadores entrar con seguridad y como se alientan entre sí  y  a sí mismos. Cuando se empieza el partido lo más esperado es que vayan con similitud de puntos ganados, esto nos habla que se está jugando con equidad y que lo que sucederá para desenlazar será la mies  y la esencia pura que uno espera. Estos partidos tan competidos o bien jugados son los más apreciados porque se les nota seguros a los participantes y dando todo. Encontrar momentos en que el jugador aplaude un buen punto de su oponente es grandioso, ya que nos denota que  esa persona es segura de sí misma y  tiene claro que no solo está en la cancha para competir y ganar, hay otras acciones apreciadas para  aprender del mismo juego, así como del oponente.

En una ocasión jugando un partido de dobles me sucedió algo inesperado que no puedo dejar de mencionar porque fue comentado entre los de casa y no daban crédito. De momento quedé tan fascinada de la devolución bien ejecutada de una de las oponentes, que le aplaudí desde el lado opuesto con naturalidad, de pronto mi compañera de juego me pidió que fuéramos al fondo de la cancha, yo pensé que se sentía mal y quería cerrar el partido (asunto que es comprensible y que  habremos de apoyar a quien juega con nosotros) pero no fue algo así, simplemente estaba muy molesta por mi actitud de alabar una buena pelota que provino de las oponentes, y me habló con seriedad rotunda:  -Por favor no estés alabando lo que ellas hacen bien, no de eso se trata este juego.- Me quedé atónita. ¡Claro que de eso se trata! Es un juego. Esta persona no era mi compañera habitual, así que queda claro como es importante mirar en la misma dirección cuando se van a compartir ámbitos cercanos. La mentalidad cuenta, y cuenta mucho para la felicidad en la vida y a veces no vale la pena entrar en diálogos que no llevan a nada. Exacto como sucede en la vida de cada día.

Así mismo podremos decir que estamos viviendo plenamente cuando comprendemos que lo que hacen los demás no nos evita a nosotros hacer lo mismo o lograrlo mejor si fuera el caso, y así  observar, decir y hasta alabar lo bien que otro de nuestros congéneres hace algo, no perjudica a nadie y nos redundará en beneficio a todos. Nunca dejar de recordar que estamos en el mismo barco y que aunque de momento pareciera que estamos encontrados  es tan solo una convención subjetiva y necesaria. Se dice que se le quiebra el servicio a alguien cuando el que sirve no logra ganar los puntos para ese juego en concreto (de los seis que forman un set) y da pie a que el otro se quede con ese juego. Se siente tristeza cuando un jugador no puede conservar sus servicios para ganar,  siempre como en la vida diaria, la esperanza está presente. Es anímicamente muy fuerte perder el juego en el que se sirve. A veces la actitud de resiliencia es muy palpable ya que el jugador que va perdiendo sus servicios, tiene dos caminos: o se desanima o se levanta más fuerte. Nada en tenis está perdido hasta el último segundo del partido.

Algo que es determinante para percibir el ánimo, es apreciar el lenguaje corporal, tanto en el día a día como en la cancha esto es patente. Quien mantiene la serenidad vive mas plantado y con esto se logra poner de lado el momento amargo. Si el jugador se mantiene en movimiento, espalda erguida  y va conservando el calor del cuerpo así como saliendo más allá de su zona de confort para ir por la pelota más difícil o más lejana, vemos una muy buena actitud. Algunos jugadores hablan en voz alta para sí mismos y cuando obtienen un punto especial lo celebran con gestos que uno como espectador aprecia y comparte. No dar nada por sentado ya que un solo punto puede abrir un nuevo camino. En el tenis  ver de antemano es básico, se dice que un jugador tiene buena lectura cuando puede prever  como regresará el punto.  Si el enojo invade (que en estos rumbos se expresa con el aporreón de la raqueta, las más de las veces) algunos destrozan la raqueta y hay penalización,  se pierden puntos y a veces hay multas de por medio. Aquí sí que aplica muy claro el dicho de que: quien se enoja lo más seguro es que pierda.

 El primer servicio, que muchos lo sitúan en el centro de la cancha exacto en donde se juntan las líneas en forma de T mayúscula, cuando se logra como un saque as, es un gozo total.

Cuando en la vida diaria algunas personas dicen las cosas a boca jarro y uno se queda  pasmado, a fin de cuentas se agradece porque nos permite una buena discusión, y aunque no se dé, nos hace pensar. Algunos jugadores toman como estrategia contestar fuerte de inmediato y subir a la red,  (ir muy cerca de la misma) para zanjar con una smash (remate sin rebote previo, que se toma en el aire). Esto no es más que decisión de cada jugador,  algunos prefieren el juego de fondo que a veces suaviza el golpe con un globo alto, lo que implica serenidad por ambos lados.

¿Frustraciones?  ¡Sí que las hay! Ser buenos observadores en la vida y en el juego, nos recuerda que no importa cuán preparados estemos, solo nos permite tener claro que como humanos somos limitados. (Continuará) MJ.

 

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