lunes, 18 de septiembre de 2023

 

D.L.V.D. Libertad, es decisión. (2)

                                                     Uno debería saber que la libertad es algo interno, que la vida es un juego constante entre voluntad y destino.

Gabriel García Márquez.

 

                                                               La vida, no se facilita tan solo porque corren los años y pareciera que ya sabemos más. Es un hecho que la experiencia cuenta mucho y por momentos es la madre de la paz, mas, si no la ponemos en el recipiente adecuado, se puede escurrir. Podremos saber cuándo acumulamos conocimiento, aunque no siempre nos quede claro cuando se convierte en sabiduría. Para que ese saber se haga catalizador en las fluidas percepciones de cada día y nos haga más libres y más felices, no es asunto de acumular como granos de frijol, es más bien asunto de quien cocina los granos necesarios y logra un cocimiento sabio.  Nada cambia por sí solo, y mucho menos las personas. Esos individuos que son difíciles en sus relaciones, así lo serán hasta que llegue el día que dejen este mundo, si no es que toman cartas en el asunto y hacen para sí mismos, una vida más consciente.

Dar vueltas en el mismo circulo, ese que a veces solemos denominar vicioso, es muy común, hasta que comprendemos que ya es hora de emprender otras maneras. Y, no solo es encontrar salidas nuevas, porque con descuidos, nos pueden conducir de regreso si no están implementadas con adecuación, y los círculos que hay que cerrar si quedan abiertos, duele. Hay que encontrar esas salidas liberadoras, mismas que nos permitan ver como dejamos el lastre para caminar más ligeros, siempre con miras más allá.

En los momentos en los que queramos definir de mejor manera las acciones más libres en nuestra vida, viene al caso recordar la palabra priorizar, y aunque lo que más amamos no puede estar presente tal cual las 24 hrs. del día, si podemos saber qué es lo que más nos define y así encontrar las horas para compartir y para realizar eso que más amamos.

                                                                En épocas de mi juventud, estuvo muy de moda lo que se denominó Control Mental, todo apuntaba a que, si éramos capaces de controlar la mente, estábamos salvados. Se proponían mil y un herramientas y modos de lograrlo y algunos nos afanamos en eso. Poco a poco se fue descubriendo que la mente más que controlarla se trata de dirigirla, que es cosa muy diferente, mas hoy día que se sabe que nuestro cuerpo es un todo, el cerebro funciona en conjunto, hasta una sonrisa le afecta para bien y no digamos la postura tanto física como mental. Cuando vemos a alguien encorvado por pesares que no ha superado, podemos tener por seguro que el cerebro lo reciente. Eso del control, apelaba a que detuviéramos casi casi la vida misma para poder tener más entre manos lo deseado, y ya hoy sabemos que hay deseos que nos pueden coptar la libertad. Es más bien promover la vida sana, esa que hoy día ya conocemos de otras maneras. Dirigir, es mucho más factible y fácil. En estos tiempos leí varios textos interesantes (hoy ya superados en el aspecto de la propuesta para controlar lo mental) -La mente en las relaciones humanas-, entre otros. Aunque las teorías queden obsoletas, el pasar por ellas nos alimenta.

La neurociencia ha avanzado muchísimo. En España se está investigando con mucho éxito. La neurocientífica llamada Nazareth Castellanos aclara todo esto, nos dice con toda seguridad como es que ya se enfoca el estudio neurocientífico para el beneficio directo del homo sapiens. Se pone muy en claro que el ejercicio físico es capaz hasta de reproducir neuronas, mantenerlas vivas y por ende afectar para bien a todo el organismo.

                                                                   Podríamos acuñar un concepto que se dijera así: Animosidad Creativa, o lo que es lo mismo, dejar que en nuestro ánimo cale, permee todo, se den las señales de acción y rija el bienestar que todos nos merecemos.

Dice Duccio Demetrio: -Nuestra historia de vida es el primer y último amor que nos es dado. -

Muy buena idea, desde ese punto de vista no tendremos complejidad en entender que mientras nos aboquemos a ser nosotros mismos, el camino surge fácil.

Y continua Demetrio: -La vida, nunca se construye como un edificio acabado: es un conglomerado de disonancias y vacíos. Si comprendemos el camino de nuestra libertad personal, es seguro que todo se hace mucho más fácil.

Todos, tenemos un lenguaje interior que hay que respetar, es esa voz que nos habla. Continua Demetrio diciendo y nos recuerda: -La defensa del lenguaje interior, es el estado de ánimo de la intimidad. - La intimidad personal es un baluarte y no ha de responder más que a cada individuo en sí mismo.

Quien no se tiene a sí mismo y se respeta, no logra tiempos para todo lo que le significa, sin atención a uno mismo se puede perder la salud, que no solo es física, es mental en grado sumo.

También hay que comprender bien lo que hay que entender por meditación, porque se ha puesto tan de moda meditar, que así mismo tiene modalidades que confunden. Estar frente a nosotros mismos, observarnos. Vernos, y tratar de ser congruentes. Mucha gente que medita no comprende que esos estados nos permean la vida todo el día, no es solo mientras se está en el estado calmo y meditativo que se sentirá ese bienestar con el cerebro en su santísimo lugar. Luego, he visto gente que medita, pero a la primera de cambio agrade por algo que no ha podido resolver, y eso es incongruencia total. Los asuntos no resueltos de nuestra vida se manifiestan de pronto como esos pensares que nos sacan de nuestro centro, como golpear con palabras, es agredir. Si algo sentimos que nos desbalancea, es hora de tratarlo con un especialista y para esto nunca es tarde. Todos nos merecemos esa libertad interior de ser felices con constancia.

                                                              Continuando con lo que he estado volviendo a revisar de Erich Fromm, me topo con que Fromm percibía que lo que se estaba dando en lo global afectaba radicalmente la liberad del ser humano y eso no era aceptable. Se llegó a pensar que nosotros mismos, en aras de un desarrollo que percibíamos muy positivo, no nos dábamos cuenta que estábamos desarrollando nuestra propia cárcel. Es como cuando el consumismo nos engaña y creemos que teniendo más y más cosas seremos más y más felices, y muchas veces comprometemos nuestra felicidad real, depositándola en las cosas materiales.

El fin mayor de la civilización ya estaba gestado cuando Fromm y sus colegas empiezan a proponer nuevas maneras de observar, el ser humano ya estaba tocado en su centro, esa sanidad ya estaba quebrada y no captábamos aun cuán importante es para mantener equilibrios.  Las intenciones siempre cuentan y cuando se dieron los parámetros de avances, no se pensó que mas que grandes producciones, habría que tener en cuenta para que serían y como nos afectarían como individuos. En estos rubros entra la enorme contaminación del planeta que hoy día ya es algo muy serio. Nuestro ser tan único se había puesto en el predicamento de no tener claridad en el sentido de ser en verdad libres. La producción masiva es un hecho que no en todos los rubros es positiva, hoy lo vemos con claridad regresando a muchos ámbitos de pequeña producción y más sanidad.

Los fenómenos históricos nos afectan a todos, nadie está libre de estos factores mundiales, por lo que se nos pide enaltecer la acción desde dentro del ser, con nuestra libertad trabajada, decidiendo lo que sí y lo que no.

Se venia aclarando más y más en los ámbitos científicos, la importancia de que somos los homos sapiens seres sociales por naturaleza, con lo que se trata de aclarar que la cooperación cuando es necesaria aporta vida. Resguardarnos de los malos momentos nos es optativo, es necesario, y más aun con respecto a individuos que no comulgan con nuestra manera de ver el mundo. El ser humano es en su libertad de elegir una entidad única, mas sus elecciones están en intimidad con lo que es con el dinamismo individual/social, y ni que decir la libertad de elegir.

La condición bilógica nos determina. El organismo físico nos hace ser seres limitados y esa condición de creernos a veces como dioses, nos ha llevado a cometer algunos errores que ya no tienen regreso. ¿Como se solventa lo que no tiene regreso? Ejerciendo la libertad de acción en ámbitos propicios a desarrollar la conciencia.

Cuando la naturaleza humana cambia, se afecta lo social directamente.  Fromm habla ya de una adaptación dinámica, mucho más necesaria y fluida que la que nos caracteriza como parte esencial de la especie superviviente, de los mundos complejos de los que procedemos. Los cambios sociales de pronto se dan vertiginosamente, y quien no se adapta … ¿Qué pasa a las personas que no saben comprender los cambios de fondo?, en primera entran en sufrimiento, pero no es un sufrir que nos acongoje, es un sufrir que nos aleja de la realidad, a veces sin apenas percibirlo.

Lo psicosocial nos determina tanto y nos afecta de tan variadas maneras, que, si no nos sentimos funcionales con el grupo, sentimos dolor. Aprender a desligarnos de lo grupal que no nos corresponde, nos da libertad.

La conciencia se forma y forja mediante mecanismos psicológicos que a su vez forman parte de la estructura total. La falsa conciencia nos limita, nos hace que perdamos libertad, y se define así: -Falta de adecuación entre la realidad y su interpretación. - ¿Cómo interpretamos? A veces utilizando principios que ya no funcionan.

Si no hay equilibrios reales en la conciencia, ninguna democracia puede concretarse con todos sus valores. Tal vez se logre a medias. Es la conciencia la que rige de fondo. Y dice Gino Germani, (que prologa la edición moderna del libro de Fromm:) -La democracia depende de la capacidad de autogobiernos… asumir decisiones por parte de los ciudadanos, en esferas que antes se veían dominadas en exceso por las tradiciones. Las costumbres son buenas, solo hay que observar cuando ya no son funcionales.

A finales de la Edad Media, es cuando se empieza a valorar lo que significa ser: seres individuales. El pensamiento propio se erigió como un valor, ya no vivir de lo que se dice por ahí sino de lo que se cree porque se ha estudiado o leído de diversas fuentes. Cuando el individuo pierde su sentido, es cuando puede generar en su interior un miedo a la libertad, prefiere ser borrego que pensador autónomo. Claro, para muchos es más cómodo, y no hablo del grupo en general que no tiene por qué saber todo y determinar todo cuando no ha tenido oportunidades, sino de los seres humanos que, siendo capaces, con educación, se cruzan de brazos. Muchos de nuestra especie, una vez solventado el aspecto material, el cerebro se desconecta de su propio crecimiento. (Continuará).

 

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