sábado, 27 de marzo de 2021

 De la vida diaria.

                                 La temporalidad es una aliada. (En word)

                                 A veces creemos que el tiempo es nuestro mayor enemigo, esto es porque no hemos comprendido su dimensión. MJ


                                 Los asuntos que se desarrollan en nuestro día a día, siempre están marcados por los lapsos que ocupamos en ellos dependiendo de su importancia. A veces sentimos que nos ocupa de más algún asunto que hasta podríamos considerar de menor relevancia, porque inconscientemente hacemos de ello una prioridad y le damos el lapso de horas que sean necesarias. Habremos de saber que aunque así le sucede a todo ser humano, lo que nos afana a cada uno de nosotros  es diferente, no solo por estar determinado por la época en que vivimos sino por la etapa de vida que estamos pasando  y ademas  por lo que hemos elegido como lo mas importante. La madre de mi marido utilizo mucho una frase: Cada cosa con su afán, y para decirlo mas ampliamente decía también que cada dia habría de tenerlo. Uno cree que el afán viene solo y que tiene todo que ver con lo que nos pide la vida por la simple demanda, pero para nada es así, el afán uno lo pone y le da la intensidad deseada. Aprendí que lo que no es del afán del día, habría que ponerlo en una agenda y esperar a que le llegue su turno y no volver a pensar en ello hasta el momento en que se hará. En términos de acción, de lo que estamos hablando es de la importancia de diciplinar el tiempo. Nuestro tiempo. En otras  palabras sería decir que mucho bien nos hace organizarnos, ya que las cosas van saliendo una a una y hay mayor disposición para los imprevistos que nunca faltan.

                         Ahora que reviso mis más de cien libretas de vida, me percato de como la emoción esta plasmada con mucha presencia en las páginas y como los asuntos que aún no sabía que la temporalidad iba a resolver, ahí los he escrito como si fueran de vida o muerte. Noto ahí mismo, cuantas cosas se resuelven solo dándoles tiempo, porque es un hecho que vamos viendo de nuevas maneras. Claro que cuando algo nos ocupa como muy importante le damos el tiempo del mundo para resolverlo y así debe de ser. Mas, la verdadera dimensión de la temporalidad es algo que con el pasar de los días bien entendidos se maneja con fluidez. Disfrutar qué tanto nos ocupa algo que amamos y también por otro lado es primordial cómo no debemos desgastarnos en asuntos que deben resolverse y pasar página. Nos puede tomar algo de tiempo comprender y la recompensa es saber que sí hay tiempo para todo. Es un hecho que al ir logrando hacer del tiempo un fiel compañero de apoyo, la vida se goza mucho más.

                         Así como a Proust el escritor francés le tomo muchos años comprender que eso que le interesaba de los salones parisinos era en realidad un espejismo que se había creado en la mente, ya que el  creía que era una vida plena y esplendorosa a la que el mismo le dedico muchas horas, cuando tuvo clara la banalidad de esos ámbitos, decidió escribir su magna obra. El descubrió en carne propia la vanidad y falsedad del ser humano, ese que solo se ocupa de estar en lugares que cree son la definición de su vida, cuando en realidad son puro aire. Así, en la vida de cualquier mortal de pronto nos podemos dar cuenta que los afanes a veces fueron por de más inútiles y tal vez en vano. No importa que así haya sido, porque mientras nos queden las pepitas de oro del aprendizaje de lo vivido, estamos del otro lado.

                         Cuando mis hijos eran niños, les dedique todo mi tiempo y fui la mas feliz. Encuentro en mis escritos como iba buscando los momentos de esparcimiento contemplando un ventanal lleno de pájaros o dispuesta a gozar cinco minutos de brisa fresca mientras  me encontraba en espera de que terminase un entrenamiento de fútbol o de gimnasia. En ciertos momentos me preguntaba si habría de tener tiempo mas adelante para lo que en lo personal quería hacer, que en ese momento aunque no era prioridad era importante para mi. Hoy que ya tengo el tiempo del mundo para hacer todo lo que me interesa, me doy cuenta como a veces llegaba a sentir que ese tiempo  nunca llegaría. He aquí otra falacia de nuestro concebir los tiempos, porque hay momentos en los que creemos que lo que nos ocupa en demasía  sera para siempre y hay otros momentos en los que fluye tan bien la vida que quisiéramos que eso nunca termine. Creo que todos lo vivimos así y es hoy cuando uno esta en las etapas mas maduras cuando podemos hacer aliado al tiempo con mas factibilidad.

                         A fines del siglo pasado mis escritos se centraron  en búsquedas de afinar mis intereses espirituales. Es una maravilla poder tener un camino de búsqueda que luego solo aterrice con algunos conceptos que nos hagan mucho mas consistente la vida. Se puede leer mucho y luego depurar. Yo ya lo hice con varios textos que tal vez vayan saliendo por aquí y mas adelante les hablare mas extenso de esto. Por ahora solo quiero comentar que no hay tiempo perdido en saborear teorías diversas, porque como en una paleta de pintor se hacen las mezclas, todo lo que vamos comprendiendo pinta al alma. Al mismo tiempo que vivía la intensidad de la infancia de mis hijos, me di tiempo para saber un poco más de cristología, así como poder leer mas sobre el Zen,  aprender del raja yoga que es una filosofía de vida. Jugué mucho tenis, deporte que con mucho disfrute desde muy niña siempre como un ejercicio físico fantástico y nunca como una estrategia para ganar o perder, ya que desde los seis años mi padre me despertaba a las cinco a.m. me decía que me pusiera los zapatos de goma  ( así se llamaban los tenis en la época de los años cincuenta) para irnos a jugar. Con ese buen talante lo practique hasta hace una década. Al cabo he comprendido que una cancha de tenis es como un espacio de vida en donde lo psicológico juega un papel preponderante y en donde cada punto cuenta para implementar o para retroceder. No entiendo como hay gente que cree que es solo pasar la pelota de lado a lado, es como si dijéramos que la vida es tan solo amanecer y anochecer. Me puede encantar la frase que se utiliza en el tenis cuando a un jugador se le salen de las manos los tiempos y su ritmo cambia: Se le fue el timing. O lo que es lo mismo, ese tiempo que tiene un jugador para hacer las buenas jugadas basadas en su buen desempeño o talante de pronto se desvanece y lo único que queda es luchar para volver a encontrarlo. Soy muy aficionada a ver partidos hoy día, a observar todo eso psíquico que interviene en cada jugada. Muy buenos jugadores con un ranking alto pierden partidos con jugadores de menor nivel cuando se salen de su tiempo.

Todo lo escrito me beneficia y ayuda a aclarar mejor como los asuntos teóricos a fin de cuentas solo son importantes cuando nos permiten hacer diferencias en la acción. He de decir que mi compañero de vida se dedico junto a mi a todo lo que conllevó tiempo para las actividades de los hijos y eso hoy día lo considero invaluable. Yo sabía que los asuntos de pareja debían involucrar a los dos que la componen y tuve la magnífica experiencia de vivirlo  tal cual,  así como que  los asuntos cotidianos son compartidos y mas aun  los asuntos de los niños. Dos hijos, tal como lo decidimos, tal como lo vivimos y disfrutamos. Al final aunque el amor que une a las parejas se encuentra basado en postulados románticos que se nos aparecen luego como de una época desvanecida, es una buena amistad lo que a fin de cuentas cuenta  y eso tiene un tiempo y un espacio.

                        Así pues me ocupare un poco de compartir como la situación de los tiempos hacen la diferencia en nuestras vidas.

Escribí cuando cerraba el siglo pasado:

Cada momento es único.

Tenía que decírmelo a cada rato, porque con los apremios que se viven en el crecimiento de los hijos a veces uno quisiera salir volando por la ventana. Muchas cosas se comparten muy diferente de lo que se pensó o de lo que se creyó por lo que reajustar los puntos de vista requiere de un esfuerzo adicional de tiempo. Se juntan mil cosas a la vez y la bruma llega. Hay que disiparla con cautela y con ahínco.

Concentrados la acción vital es clara.

No siempre lo es. Por más que nos concentremos las acciones no siempre son claras  por lo que ya hay que saber que aún con dudas habremos de seguir adelante.

Nunca hay esfuerzo inútil.

El control que nos esforzamos en tener pensando que con ello saldrán mejor las cosas  no es tan necesario. Al  vivir los asuntos importantes tener todo bajo control puede resultar mas estresante y lejos de ayudar puede perjudicar y ser de pronto un asunto que se desvanezca y pasemos a otro momento sin más. Si estamos haciendo lo que corresponde al momento de vida, nada tendremos que controlar como a veces se cree, porque si hay necesidad de cambiar o soltar algo la vida se encarga de dar las pautas. 

Cuando damos el justo valor a lo que es de nuestra incumbencia y lo que tiene que ver con la mano de Dios, todo va quedando mas claro en la medida que pasa el tiempo y a fin de cuentas una dupla maravillosa nos habita: Lo que queremos casi siempre va con la voluntad del ser supremo. Nunca es exacto lo que se cree, sino la realidad es la combinación de lo que creemos  con lo que es cierto.

¡El tiempo, el mejor aliado siempre!.

                            Concuerdo totalmente con Marcel Proust: Lo más sagrado que hay es el lugar de nuestro tiempo perdido. Para mi, ha sido sagrado el tiempo que he dedicado a asuntos en el momento elegido. Cuando por las noches cansada, antes de irme a la cama me sentaba frente a mi secreter y vertía todo lo vivido con sus pausas y con sus misterios, aunque se me cerraban los ojos ahí estaba puntual a la cita conmigo misma. Hoy lo estoy disfrutando y aprendiendo más.Lo sigo haciendo, mas ahora es por las mañanas temprano cuando me levanto y sentada frente a mi ventanal contemplando un enorme tulipán africano me doy el tiempo de escribir y revisar antes de empezar la vida casera. Ese tulipán del que les hablo es de mi vecino. Esta precioso y creo que lo disfruto mas yo que los dueños. La casa que lo cultiva hoy día fue de mis padres, así que me recuerda mucho a ellos y nada tengo que ver con su riego.

¿Porque me ocupé de esto? Porque dentro de todo estaba bordando fino en el manto de mi paz. No sabía como iba a encontrarla en concreto y llegue a creer que pudiera ser inamovible. En esos momentos era la vida de nuestra familia nuclear lo que nos impulsaba y ahí tenia una gran dosis de acción elegida y bien cumplida. Obviamente no en todos los rubros uno encuentra la certeza de vivir lo que se pensó y creyó, mas todo se subsana cuando vemos hacia atrás y todo se asienta en una paz que se recrea. 

Hay momentos en los creemos que la paz se nos pierde, se nos esconde. Como que el tiempo se la traga de pronto y creemos que estamos a la deriva. Nunca es así. 

A veces se nos presenta la paz cuando estamos quietos. En la templanza se deja ver y creemos que la hemos tomado por el cuello y sera nuestra por mucho tiempo, mientras el siguiente amanecer puede decirnos que no era tal, que los asuntos inquietantes regresan y bailan su danza de sinsabores y angustias y que sabremos que hay que encarar y encontrar la manera de lidiar con ellos y volver al centro. Esto de la centralidad lo concrete de manera plástica mucho después, cuando conocí los valores de observar un Mandala, esa estructura circular o de cualquier otra forma que se nos presenta completa y cerrada y que es un respiro al alma, es una manera de saber que aunque a veces sintamos que nos desgajamos, en realidad no es así, si nos sabemos en una buena estructura personal. Porque uno no se deshace por lo que decide el otro, uno siempre esta en un centro propio que a veces se descuadra y hay que volverlo a enfocar solos, como hemos venido al mundo. Ayer mi nieto cumplió tres años. Goce tejerle un mándala con la cara de Lago Tranquilo, un panda que es el personaje de unos cuentos muy recomendables que ya los hay también en caricaturas por la televisión. Los recomiendo mucho para los críos, son de mucha enseñanza. Al recibir al panda tejido dijo: ¡Un mándala!  y yo me llené de gozo. Un instante redondo. Los niños aprenden muy rápido y seguro para él los mándalas serán mucho mas parte de su vida desde su infancia.

 En primera instancia creemos que la paz es quietud. Nada más alejado de la realidad. La paz no es quieta, es mas bien encontrar el sentido de lo que hacemos y fluir con ello. La paz de verdad se encuentra en la acción bien encaminada. En aceptar lo que no se puede cambiar, por el bien de otros.

 Escribí:

La Paz así con mayúsculas, es la mejor aliada del tiempo y el tiempo nos enseña a apreciarla con sus mil matices.

Es una acción profunda que se expresa en la superficie de los días. Y se enraíza en lo profundo del tiempo.

Es la actitud lo que da asiento a la mente.

En las rutinas se asienta en la acción asertiva.

Lo correcto no siempre es lo feliz, y es por eso que cuesta mucho aceptarlo. Tampoco lo conveniente es siempre lo deseable. En los postulados espirituales mucho se dice que hay que tener cuidado con lo que deseamos, porque casi siempre se cumple y a veces no resulta como creímos.

¿Como decidir pues, la acción que haremos? aprendiendo que si esa acción nos da paz en el corazón, por ahí es el camino.

Lo vivido es mucho mas sencillo cuando lo evocamos, que cuando lo vivimos.

 A veces pienso que esto no es justo, pero he de decir que así es. Porque mucho de lo que vivimos de pronto se cunde de inquietud. Tampoco la justicia total y anhelada existe y no pasa nada. A veces lo justo es enemigo de lo necesario. Es por eso que una  parte bella de la madurez  es saber vivir la acción fuerte y demandante y aunque a veces duela debe de estar llena de paz. Que se depure el grupo que tenemos cerca, que se vayan los seres que han concluido su acción cercana a nosotros y que demos entrada a quienes de verdad nos aprecian. Y como dice una de mis comadres: los seres con los que estamos acordes de verdad, se cuentan con los dedos de una mano y nos sobran dedos.

El temple de ser, es un cultivo personal.

                                  La vibración mas alta del ser humano es la Paz.

Parecería que este elemento de la vida de vivir en calma fuera algo natural, pero no lo es.

La comprensión de la paz activa, puede llevar su tiempo. Valdrá la pena afanarnos en eso.

Antoine de Saint-Exupéry nos dice en Ciudadela: No encontrarás la Paz si no cambias las cosas. Si no te conviertes tu mismo en vehículo, camino y movimiento.

Y como dice Santa Teresa de Jesús, lograr que nada nos turbe, que nada nos espante y saber de verdad que solo Dios nos basta. Llegar a ese momento vital es básico, es necesario. No es siempre lo mas fácil mas siempre es lo mas apetecible.

En épocas de mucha acción vital, esas de sacar la vida de cada día educando y viviendo para hacer de los hijos buenas personas, a veces uno añora que la vida muestre su justo medio. Nunca lo hace. La palabra equilibrio abunda en mis escritos porque el ánimo añora el equilibrio siempre y aunque ese justo medio no esta ahí afuera esperando ser encontrado, sabemos que habita en lo mas profundo de cada uno de nosotros y nada tiene que ver con perfecciones. Nuestros padres si que vivieron vidas muy cuadriculadas, pues ellos así libraron sus propias batallas, mas la vida a partir de los últimos años del siglo pasado comenzó a cambiar ya la visión  que se transformaba en otra y nos ha afectado a todos. Muchos pasajes encuentro ahí  viéndome tratando de hacer ver a mi madre que sus angustias eran vanas, que no había porque tenerlas, mas hoy me quedo convencida de que aunque así lo viví  junto a ella y creí que no tendría porque pasarlas, eran parte de su sino. Visualizo los pasajes en los que interactué con mi padre y lo que prevalece son sus silencios, un ser que hizo del ajedrez su mejor amigo y de su tiempo ocupo mucho en el gozo de la música clásica.Cuando leo los pasajes me vienen a la mente los valses de Chopin con los que amanecía cada domingo. De niña recuerdo como el  iba a regañadientes a la misa de siete de la mañana a la que casi lo llevaba mi madre de la oreja, cargaba su misal para compartirlo conmigo y para no hacer caso a mi madre que se afanaba en que repitiéramos todo lo del rito, mientras el se sumergía en los renglones de su libro. Sepa Dios que leería, tal vez lo que se le ocurría ahí mismo, eso nunca lo sabre, lo que si sé es que me defendía a capa y espada cuando una catequista de la iglesia se acercaba a decirles que yo debía estar en las primeras bancas con todos los niños, mi madre insistía en que yo fuera ahí, era lógico que quería que participara pero mi padre me entendía y decía que si yo prefería estar durante la misa junto a el, eso se haría. Y así era. Me volvía a poner la mantilla en su lugar y ahí me quedaba viendo sus enormes manos pasando las finas hojas de su grueso texto.Yo que era poco sociable, una niña que hasta los seis años fui sola, pues era lógico que mis padres me daban mucha confianza. Al regresar de la iglesia era una fiesta, porque él preparaba los mejores french toast de la creación. No era aficionado a la cocina, pero había comprado en sus viajes cuando iba  a ver a sus amigos cazadores a New Orleans  La. una plancha  eléctrica que era su preferida. Yo era la encargada de ver cuando se apagaba el foco rojo que avisaba que todo estaba listo para poner los panes a dorar. La mantequilla azul bien dispuesta en la mesa y a gozar del desayuno especial. Hablare más adelante de mis experiencias acompañándolo a la caza. En esos tiempos no era mal vista, era un deporte que en realidad es cruel, pero ha formado parte del homo sapiens desde que lo es. Ahí se disfruta mucho de la naturaleza. Y aunque parezca que se mata a animales por el simple hecho de hacerlo, no es así de sencillo. Todos sus amigos cazadores fueron siempre conmigo como otros padres para mi y me hacían cuentos y juegos. 

                         La temporalidad es una convención lograda  por los científicos. Se dice mucho que quien supera el concepto de tiempo de Newton ( el del correr concreto de las horas inamovibles) y comprende el tiempo de  Einstein ( el del correr relativo que contiene espacios mas amplios que otros) se da más espacio para no apremiarse. Porque el apremio mismo también es una convención mental. Somos a fin de cuentas impermanentes nos dice el budismo y nos pasma saber que estamos al mismo tiempo que nos vamos desvaneciendo para convertirnos en otros.

Hay que recordar siempre que ni lo viejo es malo, ni lo nuevo es lo mejor.

                         Si llegamos a comprendernos mejor durante el anochecer de nuestra vida terrenal, bienvenida sea esa comprensión. No podemos exigirnos de más, y si es necesario saber que solo en nosotros esta la contemplación de la plenitud que da la serenidad.

En el firmamento personal, en esa noche estrellada que es la vida ya que hemos pasado nuestro primer medio siglo aquí en la terrenidad, hay mucho que pulir y mucho que aprender.

¿Cual es la luz real que puede iluminar el cielo estrellado de la madurez? en primera, la luz de las canas que al ser blancas nos hablan de todos los colores. Las cabezas encanecidas son pletóricas de color.  Es la luz de la experiencia que nos hace mucho mas alegre la vida.Con un propósito claro. Aprender a ver, desde lo mas nimio que nos rodea hasta el gozo de una obra de arte abstracto.

Aprender de la naturaleza. 

De esto hablare en texto aparte mas adelante, porque sí he de decir que el contacto con la naturaleza me dio grandes pautas eternas. Para muchos de nosotros estoy segura que el tiempo toma otra dimensión cuando estamos en sus lares.

Tengo la felicidad dentro de mi de no haber cejado en los intereses que la vida me planteo y los que asumí.  estoy acorde y de acuerdo con las temporalidades que se le dieron a las cosas, a los asuntos. A veces por los tiempos y modos llegue a sentir que no tendrían cabida todos, mas hoy se que cada uno de los asuntos que me interesan de verdad han tenido y tienen su nicho y su tiempo destinado para vivirlos.

Pareciera ilógico pensar que cuando uno va acumulando años y la vida se vislumbra como mas corta, puede uno también tener mucho placer en saber que lo que uno prefirió y prefiere esta siendo y  esta sucediendo con sentido porque se ha elegido desde la certeza del corazón. Ni todo ha sido bello, ni todo ha sido placentero como la  juventud nos hizo creer, pero lo que si podemos decir es que todo ha sido justo y necesario.

Habremos de hablar mas de todo esto. Volveremos. MJ


No hay comentarios:

Publicar un comentario