sábado, 24 de abril de 2021

 De la vida diaria. (En word)

                            El humor es la sal de la vida. Hay que cuidarlo como a la niña de los ojos. MJ

                           Entender el movimiento en toda su extensión, saber que los centros energéticos que nos rigen nos pueden ayudar a comprender porque somos como somos, es saber que nada se detiene.

¿Es lo mismo humor que ánimo?

El diccionario nos define ánimo como infundir vigor, incitar a la acción.Tiene también mucho que ver con decisión.

Humor nos dice que es jovialidad o agudeza. Tener disposición para realizar algo.

Si tenemos el ánimo dispuesto, la agudeza nos ayuda a que la vida misma se de como un conjunto armónico.

                                Cuando algunas veces sentimos que perdemos el buen estado ese humor que nos mantiene estables, se nos olvida el movimiento interior. Aún con los giros inesperados la vida siempre está presente para darnos fuerza. Aún si hemos perdido a alguien porque se nos adelantó en el viaje final, habremos de pensar que esa persona nos quiere enteros y dando lo que aún tenemos para compartir. A veces se aparece un noseque como si algo nos estuviera carcomiendo la vida por dentro.Uno siente como un hueco que abarca todo el interior y la vida se parece a algo más efímero de lo que en realidad es, precisamente por esa sensación de que se está decantando hacia un infinito que parece no ser perdurable. A veces este sentimiento se da en el momento del duermevela, es decir cuando nos estamos empezando a dormir como que de pronto nos abate una inquietud y lo sentimos clarísimo. En muchas ocasiones es la hora en que me levanto y escribo porque plasmar los textos personales a algunos nos implementa la paz.

¿Existen infinitos perdurables?

Absolutamente que sí. Pareciera que es algo redundante y creo que aunque en cierto aspecto si que lo es, con el verbo perdurar concretamos que es algo para siempre. A veces sentimos que el infinito aún siendo eterno se plantea como que se puede perder dentro de su propia naturaleza tan extensa, nada se pierde porque cada uno somos capaces de construir el nuestro a partir de que aprendemos a ser dueños de nuestro humor. No necesariamente es sentido del humor (que éste es un don preciosísimo y a veces raro) más bien a lo que me refiero aquí, es al sentido general que nos sustenta estemos como estemos.

Cuando nos escribimos y más si lo hemos hecho a mano con la letra que nace de nuestro pulso, podemos observar como la cursiva toma direcciones de cambios y se nota con que mood se ha plasmado un texto. En lo personal tengo varias letras, éstas responden a momentos de una búsqueda y a situaciones que se dieron. En mi adolescencia una persona muy cercana a mí y con las mejores intenciones me dijo que poner la mano totalmente en redondo sobre el papel (como lo hacemos los zurdos) era algo que me estaba incomodando sin darme cuenta, y aunque a mí no me parecía incómodo hice caso y cambie la posición de mi mano. Así escribí por muchos años, hasta que pasados los días me volví a preguntar porqué no probar y regresar a la forma como había yo escrito originalmente y lo retome. Es algo que pareciera muy sencillo pero me costó, ya que aunque parezca muy incomodo ver escribir a un zurdo en esa posición como forzada es exactamente la dirección que necesita. 

Una frase que escuché mucho en mi juventud de parte de un amigo a quien aprecio muchísimo decía: no somos nada. Cada que la escuchaba me quedaba helada, porque la tomaba literal. Y sí que lo es, porque al final eso pareciera que se vive. La literalidad de las cosas se desvanece cuando pasan los años y hoy día me encanta pensar en ello y decir: no somos nada porque somos mucho.

                       Dentro de todo lo que nos compone la vida, siempre tenemos un tema que nos hace la centralidad. En mi caso personal ha sido una búsqueda de lo que yo llamé ( hoy día ya no lo cito tanto ni me preocupa como antes) el justo medio. Sabía y todos sabemos que hay un centro muy conocido y percibido que nos rige y que nos da la sensación de tranquilidad y como que hace fluir muy bien todo. Ese centro de pronto se hace difuso, y hasta pareciera que se pierde, cuando en realidad no es así. Siempre está, más no siempre lo percibimos igual. Esa tarea de ajustar el justo medio puede volverse muy divertida.

¿Que detona eso que a veces nos mueve el tapete? 

Tan solo una percepción equívoca.

Y de eso es de lo que debemos valernos para saber que siempre hay disponibilidad para regresar al centro, sea lo que sea que estemos viviendo.

En un momento dado escribí: Saber que la madurez traerá más claridad en la vida de cada día, nos puede dar el asiento para una paz más duradera. He ido comprobando que así es.

Nunca podemos esperar de más, mucho menos de lo que ya sabemos que nada aportará. Ni tampoco esperar de más de las personas. Es nuestra acertada combinación de razón más intuición lo que nos da esa justeza de medianía sana.

Saber que el saber, no lo es todo ya es un paso enorme.

Para comprender mejor ésto habremos de ser mucho más observadores de los niños.

¿Cuantas veces podrán ser capaces los críos de preguntar, ¿porqué? serán las necesarias ya que para ellos eso no tiene límites y en nosotros los adultos en mucho si se los ponemos. Creemos que nuestro ánimo se descompone porque no sabemos algo, porque olvidamos cosas triviales o por cualquier otra razón, mas es tan solo porque no hemos encontrado la posibilidad mental de saber fluir.

Cuando se nos dice que hemos de volver al propio corazón, tan solo ésto se refiere a que soltemos en manos de Dios lo que nos inquieta y abramos más ojos, oídos, nariz y garganta así como percepción y mente, y sepamos ese valor tan grande de intuir.

A veces intuimos que el ciclo con alguna persona ya está cerrado. Es un temor enorme saber lo que corresponde hacer. En ésto es tan solo cerrar en algunos casos o cambiar el tono de la relación. Nunca podrá ser lo mismo cuando nos queda claro que no hay afinidad. Como dicen los españoles: hay que saber guardar la forma. Pareciera que es una obligación ser afines. No lo es. Cuando debemos cerrar hay que hacerlo.

                                Todos los seres humanos sin o con conocimiento de causa hacemos en el interior un contrato con la vida poniendo en el pandero lo que queremos vivir. Cuando ésto no se da tal cual  sentimos como si estuviéramos en deuda con nosotros mismos, es ésto  lo que nos resquebraja el ánimo. Habremos de cuidar que es lo que deseamos que no tiene otro objetivo que ser recompuesto. Mucho solo está en nuestra mente y es ésta la que nos juega las malas pasadas.

Y dice Caroline Myss: Aunque parece irónico, el camino que parece más sencillo puede volverse el más difícil, dependiendo del humor con que lo veamos. Es un don ir comprendiendo qué es lo que nos toca vivir, cómo lo vivimos y cómo lo vamos logrando para de verdad disfrutar de la vida. A pesar de que la vida ante todo siempre será un aprendizaje y nada más, es absolutamente disfrutable y el gozo de vivirla ha de ser muy profundo y cada uno de nosotros tenemos en nuestras manos lograrlo.

Aunque lo correcto de pronto no nos parezca lo más perfecto, con los días el asiento de ese flujo sano y positivo se verá reflejado.

Muchísimo cuenta la intención por la cual se realiza algo. Al vivir tendremos que tener siempre presente que estamos unidos todos y que aunque lo que hagamos nos haga mucho bien en lo personal debe de tener esa mirada de inconsciente colectivo, con las distancias bien dadas.

Hoy la vida de pareja puede ser un ejemplo. Antiguamente no había tanta exigencia en lo compatible. Los seres solían unirse para dar vida a la institución del matrimonio y poder así procrear en un ámbito más seguro. Hoy día se han unido otras variantes que cuentan mucho y los seres tienen más claro el sentido de una misión más específica. No todos han nacido para procrear  como asimismo  no todos están seguros de tener esa misión de pareja dentro de su chip. Cuántas personas encontramos que prefieren vivir la vida en soltería, ésto nos hablará de que los sentidos de Dios se han renovado.

Muchísimo se utilizó a la pareja para ascender en lo social. Se pensaba que solo en vida compartida uno tendría voz y voto en la sociedad, era como un trámite que muchos realizaban como por inercia cuando a veces se hacían vidas separadas en la realidad. Lo más penoso era cuando se hacía vida con otra persona aún sin cerrar la relación previa. Pienso que de ésto no se puede hablar en pasado, mas espero que la apertura de conciencia elimine este tipo de relaciones. Esto aunque no lo veamos todos así, es un desgaste inútil de energía. A veces darnos cuenta cómo está deteriorada la autoestima de algunas mujeres, lastíma. He escuchado de casos de algunas que ya divorciadas siguen haciendo actividades para esa pareja fallida, llevando alimentos o creyendo que aún tienen un vínculo para tener acciones que lejos de ser positivas hablan de servilismo. Más si lo revisamos con cuidado, esto forma parte de un pensamiento milenario pero obsoleto en algunos casos de que hasta que la muerte nos separe... ¿No es ya una relación muerta la que ha decidido tomar caminos separados? entonces está mal entendida esa situación.Claro que habremos de respetar la conciencia individual.

Muchos varones habrían de escoger a su compañera de vida como si de un trofeo se tratase. En lo profundo se le veía a la persona como un logro ante los demás, como si esto fuera una competencia. A veces no se mide el alcance del sufrimiento que se está ocasionando con acciones forzadas.

                         Las leyes del universo son implacables. Seguro que conocemos gente que vive de mal humor constante. No debemos de dudar en darles ante todo una sonrisa y dejar que vayan comprendiendo que es lo que están forzando. Todo lo que se hace forzoso duele y no permite que los buenos humores prevalezcan.

La tendencia a la corrupción es un asunto de la limitación del ser humano. Quien tiene los actos corruptos como un asunto de valor pensando que ha logrado poner un pie delante de otros que se consideran tontos, terminará teniendo el peor de los ánimos. Las condiciones amañadas nunca han sido las mejores. En mucho nos hemos acostumbrado a vivir así y se llega a creer que quien no tranza no avanza.

Antiguamente, cuando no había el nivel de conciencia que se da hoy día, el factor de elegir no tenía la preponderancia y la fuerza de hoy. Muchos o se movían solo por la Fe, que no es nada desdeñable pero igual nos lleva a errores garrafales, o desde la parcialidad de creer que tan solo por pertenecer a un grupo dado ya tenían como parte de tal asunto poder hacer triquiñuelas y todo sería zanjado.No es así, porque lo que vivimos equivoco hay que sanarlo o sanearlo, y así limpiar  el alma.

                              El papel de la ciencia en el mundo de hoy juega un papel muy especial. Ya sabiendo todo lo que las ciencias sociales nos han ido aportando más lo que se está dando hoy día con investigaciones más serias, no nos queda más que asumir que sí hay mucho que aprender de ellas. Existen muchos libros de divulgación al respecto y debemos ir por ellos, no solo son para unos cuantos son para todos nosotros.

La ciencia no existe solo por el interés de unos cuantos o por diversión. Es parte integrante de todo lo que es la especie humana, y mientras más seres lo entiendan así, más beneficio para el grupo. Los científicos son seres vistos como seres muy ensimismados, lo que debemos saber es que ellos están aportando en su silencio mientras trabajan investigando y a gritos con sus conocimientos.

Nuestro humor siempre podrá ser el mejor si logramos estar en sintonía con lo que nos mueve de verdad por dentro. Con eso que nos permite un flujo real, aunque no sea constante pero sí claro.

Las decisiones propician derroteros, los derroteros abren nuevos caminos y la vida es mucho más rica si nos salimos a veces de la zona de confort y vamos viendo más acciones propositivas.

A veces los nuevos derroteros abren tanto los caminos que no hay regreso. Hay que tener cuidado de no empeñarnos en regresar a lo que yas se cerró. Se pueden retomar situaciones pero siempre con una mirada renovada. Uno en la mente a veces sigue con ideas que ya hay que dar al viento y renovar ese bagaje.

                           Se habla mucho de la conciencia Divina. Esa que proviene del amor infinito de Dios y que no es tan fácil solo asumirla, hay que comprender como funciona en nuestra vida personal. Para cada ser humano ésto es diferente y tiene un camino. Es un camino sagrado.

Las enseñanzas que nos dejan las experiencias a veces no se toman a conciencia.Tal vez una buena experiencia nos deje muy buen ánimo y esto se asimila, para continuar más fuertes. Hay que aseverar en uno mismo el nivel de ese aprendizaje y tenerlo más presente. Las experiencias buenas no son luchas de poder. Son mucho más que eso de creer en los logros y más que nada son la base de tener presente un buen estado de ánimo.

                           El mayor poder que nos habita esta en la mente.

Al fluir en la dirección adecuada y correcta para nosotros ( no necesariamente ni igual ni relativa a lo que otros viven)  la vida se ilumina. Todo tiene su tiempo perfecto. No importa que de pronto abramos puertas al dolor, sera algo para crecer y debemos despegarnos mentalmente paras ver con perspectiva y seguir lo que estos momentos en realidad nos piden.

Los porqués de la vida no siempre nos satisfacen. Al vivir esto en lo personal trataba de buscar ese justo medio que al final he entendido que es algo que se adecua con la mente. A veces toma sus tiempos para reflejarse en la realidad.

No siempre es genuino lo que el ego nos propone, habremos de ver con desapego y sacar lo que no es parte real.

Vivir nunca es satisfacer deseos y exigencias que creemos, más bien hay que creer en la vida y todo nos será beneficioso y no olvidemos que lo bueno no siempre es lo perfecto.

                             No lo olvidemos, nos purificamos en la cotidianidad. En esos ámbitos somos capaces de tener el buen humor que nos lleve cada día a un animo mas estable.

Cuidado con las demandas demasiado burdas. Cuidado con las demandas que nada que ver con uno mismo.Cuidado con las demandas del mundo.

                               La muerte de mi padre.

                              Yo misma sabía  que ese bambú sería el remanso de sus días finales. Creo que todos lo adivinabamos.

                             Cuando nuestros padres adultos viven con bastante sanidad, se nos olvida (o tal vez no es parte de la costumbre) averiguar cómo quieren cerrar sus días. Esto de planear  ha sido  algo que se ha implementado como parte del entendimiento de la tanatología. En el caso de mis padres nunca se hablo de esos temas, mas se sabía que ellos como personas eran espirituales a su manera y que la muerte no significaba ninguna preocupación de más. La vida que se lleva planeada es buena, mas a veces habremos de detectar planes implícitos, es decir los que se saben pero no se tiene la necesidad de hablarlos.

El paso a la siguiente dimensión puede ser una cosa muy sencilla si entendemos que irnos es renacer en otro entorno. La vida, siempre es parte de la muerte y viceversa. Así, cuando llegó el momento de la enfermedad terminal, con mi padre vimos cómo él se puso en modo fluir y dejo que todo se diera. Hicimos todo lo posible porque no hubiera ni sufrimiento ni dolor ( asunto que no siempre se logra del todo) mas cuando la persona está íntegra es ella misma quien ayuda a que todo sea más fluido. Una mañana me llamó mi madre y me dijo: tu papá se va hoy a la casa, ya no hay más. El, ante lo que vislumbró de estar perpetuando una vida indigna llena de tubos en una clínica, le hizo decidir volver a su nicho. No lo puso en duda, se arrancó todos los tubos y sólo preguntó a qué hora.

Si las plantas reaccionan como lo hacen los animales ante partidas inminentes, tal vez ese bambú estaria un poco triste. Había alcanzado alturas insospechadas y era digno de admiración para propios y extraños. Situado en la esquina medular de la casa en una posición norte/sur, era movido por los vientos con un enorme garbo y serena armonía. El remover del aire hacía que al juntarse entre sí sus troncos espigados cantasen, y a pesar de su altura aún en sus medianías venían pájaros a mecerse con sus cantos característicos. Creo que hasta las ardillas y las verdes lagartijas visitantes habían descubierto su momentánea ausencia mas estaban seguras que habría de volver a decirles adiós.  Fue mi padre el que sembró ese enorme árbol, que ahora estaba ahí para darle digna despedida.

 Llegamos a la casa y con inminencia se puso su cama exactamente enfrente de la parte más visible. Todo estaba dado, una cama sencilla y una vista grandiosa de enormes enramajes majestuosos y altos que al mecerse con los vientos del norte hacían música que él disfrutaba infinitamente.

 Recordé el día en que ese árbol se sembró, fue de mucho gozo.

 Después de haber sido informado que nada había más que hacer con el cáncer que tenía, se dedicó a observar. Las hojas caían cada día a montones y él gozaba con su caída. Se pasó varias mañanas con la vista puesta en esos verdes secos que tanto le gustaban. En esas efímeras hojas que tanto pintó con el gozo del agua.

Sabía que este hombre se despediría exacto como vivió.  Profundo, callado y práctico.

Una mañana uno de sus mejores amigos, un cazador como él, se presentó con varios frascos de medicamentos para el dolor. Nos dijo que acababa de fallecer su esposa y los tenía disponibles para que pudieran ser utilizados. Nada de eso fue necesario, aunque estuvo listo si hubiese sido requerido.

Creo, sin temor a equivocarme que había vivido la vida como él mismo había elegido en un gran porcentaje. Nadie vive exacto lo que piensa, pero trata uno de que los principios interiores hagan su mejor esfuerzo. Creo que se había logrado porque su serenidad fue completa. Si en sus totales bríos jamás habló de más y solo lo hacia escuetamente en estos momentos fue muy silencioso.

Me quedó clarísimo que cuando llega la hora de decir adiós no es lo que uno preparó, lo que cuenta. Es el ánimo atento a lo que sigue, lo que nos abrirá la puerta al mar de luz blanco que muchos nos han dicho es la entrada a la nueva etapa. Desprendernos con serena voluntad. Con entera aceptación. La lámpara encendida con el aceite necesario para una mirada en alto.

Una media mañana tranquila, él se fué. Estaba mirando hacia su ventana abierta y entre los pasos y murmullos de las personas que caminaban afuera y los ruidos de esa fronda bella que él mismo puso en ese suelo, se soltó tras un suspiro largo y profundo. Mi madre pidió a un ayudante  avisarme para que yo fuera. Era tan solo una calle lo que nos separaba mas se me hizo eterno ese caminar. Me toco verlo dar el último suspiro. Era la primera vez que me enfrentaba de verdad a la muerte y fue muy blando el sentimiento porque en sus ojos vi que se iba convencido.

Mi madre, que todo lo solucionaba con una comida adecuada y un buen comer, había estado intentando toda esa mañana darle eso mismo que según ella le daría un poco más de ánimo. No logró mayor cosa. Tuvimos que decirle que lo que él quería no era alimento del mundo ya él estaba entrando a su recta final. 

Dos o tres minutos después de que mi padre diera el último suspiro pasó algo muy significativo.

 El teléfono timbra desde Nueva York, era su hermana. Según nos dijo sintió una necesidad de comunicarse y nosotros le dijimos que su hermano acababa de partir. Ella lo sintió mucho, así son las cosas de la tierra, aún si hubo telepatía ésta llegó unos momentos después. Pienso que sí se despidieron aún sin hablar. Soltando el auricular de esa llamada que cerró un momento cíclico, se abrió la puerta del cuarto y entró su hermano mayor, que venía a verle con unas barras de pan francés que sabía cuánto le gustaban. Se las tomamos nosotros de las manos y le dijimos que podía acercarse a él. Me impactó ver el llanto profundo de este hombre que yo había conocido como un bravucón y de voz muy fuerte. LLoró junto al cadáver de su hermano menor a moco tendido y a todos nos dejó muy conmovidos.

Así es la muerte. Un trámite que todos conocemos y que a veces asusta, que nos asuste. Si vamos comprendiendo su esencia no hay nada que temer y mucho que agradecer cuando la muerte puede darse muy dulce. Simone de Beauvoir tiene un texto pequeño y que recomiendo mucho, tiene por título: Una muerte muy dulce. Este pequeño libro habla con el corazón, se trata de la muerte de la madre de la escritora. También creo que quienes se van no quieren que se les llore. En realidad todos esos llantos son por los que se quedan y que viven con la idea de que es muy duro no volver a ver en lo físico a alguien que amamos. Se puede tener una visión más gratificante ya que esas personas siempre estarán junto a nosotros con otra modalidad de vida. 

Mi ánimo mejora mucho cuando despierto y he soñado con mi padre. Me levanto pensando que es lo que él gozaría escuchar de todo lo que me propongo hacer  y recuerdo cuando me decía siempre, solo haz lo que más te guste y asimismo me sigue hablando a veces en sueños. En los sueños se aplica lo que la escritora inglesa Virginia Woolf propone en sus textos: Decir por escrito todo lo que se quiere, sin una palabra de más. En la realidad es mucho más difícil de aplicar.

Si has pasado por el trance de vivir una muerte muy cercana  y quieres que la persona siga presente, puedes pedirle que te hable en sueños. Es algo grandioso.

Cuando acababa de irse mi padre de pronto empecé a sentir como un pesar porque no hablamos propiamente antes de su partida. ¿Qué necesidad había de hablar si con él las palabras salían sobrando? No lo sé. No existe tal propiedad, sin embargo eso me había invadido. Como si fuera un dolor seco. Una noche vino a mis sueños y les tendré que relatar lo que ese sueño fué, por su nitidez y belleza. Íbamos sentados en un sofá de dos piezas de color verde limón. Íbamos gozando del paisaje porque volábamos sobre un campo eterno también de color verde, del tono del pasto. Los árboles debajo se veían muy nítidos y muy pequeños. Así, volando le pregunté sosteniendo su enorme mano entre las mías: ¿Estás bien? y con su amplia sonrisa y muy pocas palabras solo me dijo: ¡Estoy muy bien!  y el sueño terminó. Al amanecer sentí que había cerrado un ciclo.

Los que se nos adelantan aún siguen entre nosotros. No debemos ni dudarlo un momento. Ellos han conectado su alma con la nuestra y lo que tengan que compartir lo harán. A veces con mucho más tino que los mortales que aún nos rodean y que a veces no tienen nada que hacer en cercanía.

En ese momento dí las gracias más profundas por todo lo aprendido de ese ser, supe que lo divino uno lo propicia a través de lo que se aprende a apreciar. Que lo más profundo y real de la vida con alguien a veces se presenta en el último momento. Así también si hemos cultivado un buen ánimo, con ese mismo nos iremos a lo que nos espera en ese espacio que nadie conoce pero que muchos más que los menos nos imaginamos...MJ

Continuaremos.





                       

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