jueves, 26 de mayo de 2022

 De la vida diaria.

Mar, inspiración y pintura.(2)

Encontrar dentro de nosotros mismos la voz creativa, puede ser asunto de toda la vida. MJ

Otros entornos de mar que me llegaron profundo fueron los de las islas cercanas a la Península de Yucatán. De esos entornos mis ojos se llenaron de colores tanto del mar con los turquesas varios, así como de la vegetación marina que a veces combina tonos de intensidad llenos de sol en los verdes, sepias y marrones. La claridad de los arenales a veces resulta demasiado fuerte, a mitad del día las playas reflejan tantos brillos, al grado que puede afectar a la vista. Íbamos seguido por esos lares, ya que los hermanos de mi padre tenían una propiedad frente al mar el mismo realizaba construcciones por esos sitios. No creo que exista un ser humano que quede indiferente ante el encuentro del mar Caribe, es una fuerza vital única y plena de un azul que es difícil poner en palabras, de entrada nos captura su intensidad tanto por las tonalidades como por su fuerza y movimiento, nos queda para siempre como impregnada esa imagen, sus movimientos son mucho más profundos que los de la costa Esmeralda. En ese mar aprendí a bucear, asunto que solo se dio un par de veces en mi vida y nunca más. Uno cree que por ser poco frecuentes las experiencias de algún momento vital se irán para siempre, mas la huella siempre hace su aparición en momentos menos esperados.

Después de hacer varios años de la práctica de la acuarela (que fue la técnica mas amada en los inicios de plasmar) fui encontrando otras técnicas. El grafito fue el inicio desde muy joven y me dio gran confianza para todo lo demás en cursos con el Maestro Rafael Pinto en la Escuela de Bellas. Con el Maestro Alonso Gutiérrez aprendí a ver muchas más coloraciones que las que se observan a simple vista, el me enseñó a tener presentes esos colores que no se ven fácilmente pero que ahí están.

Realmente tenía una deuda conmigo misma, de esas que uno tiene que saldar más temprano que tarde: Los lápices de color. Presentes en mi vida desde que tengo memoria, sabía que había mucho más que aprender. La persona para concretar esta tarea de pronto apareció, una maestra de arte muy bien preparada que me visito en el taller que estaba yo impartiendo en ese momento a algunos niños. Nos hicimos amigas, ella venia de la ciudad de México con una carrera en arte muy bien realizada y así fue como recibí toda esta información. Maripé, una maestra muy profesional que además al vivir cerca de mi casa, me dio por varios años las herramientas. Bien se dice que cuando el alumno está listo el maestro llega.

Para estos tiempos de perfeccionamiento de los lápices, descubría yo   el valor de los mandalas, para quedarse conmigo  para siempre. Creo que con la globalidad,   la vida social del mundo entero se ha afectado y nos ha llevado a tales grados de tensión que si no nos proponemos encontrar las maneras de propiciarnos relajación, vivimos a medias.

Mucho después de haber hecho las acuarelas de mi primer momento, tuve la oportunidad de estar participando en una clase de dibujo, eran unos talleres organizados por la facultad de Arquitectura de la Uady. Los impartió el Arq. Miguel  Ángel Reyes (q.e.p.d.), un día tomando café en un descanso le comenté como yo veía y sentía los días de la semana con color, movimiento y forma específica,  en pocos días me animó a realizarlos en trazo de carboncillo sellado con una goma especial, para luego poner acrílicos combinados con arenas silicas. Ya la tenía lista en bosquejos en lápices de color, mas me animó a darles forma en lienzos grandes. Con calma y ahínco fueron tomando forma.

Fue mucho tiempo después de que comencé mi camino por la expresión de la naturaleza que me percaté que los seres humanos no eran parte de mi interés  como tema de mis lienzos, mi esposo que es muy bueno en el dibujo con grafito, realiza muy bien el dibujo de rostros y  se ha encargando de esos retratos que habrían de ser parte de la familia. Del ser humano dentro de la concepción antropológica hablare mas adelante. Toda la humanidad está en proceso de aprendizaje continuo y reconciliación consigo misma. Hoy día los mandalas están haciendo su parte, se dice que en centros de educación de la primera infancia así como en algunos hospitales están llevando sosiego y ayudando serenar la conciencia. Es bueno encontrar el camino de dar nuestra parte sin juzgar.

Creo que solo siendo fiel a uno mismo es que la vida reivindica su sabor y su valor.   El éxito es sentir plenitud. Algunas veces se confunde este sentir con demasiado protagonismo externo y en muchos casos se interrumpe ese placer de saber por dónde vamos y a donde.

 Por ahí resonaba en mí la palabra reinventar, en estas etapas que releo hoy día está muy presente, los vocablos hay que saborearlos, escribirlos más seguido y más que nada observar que valor tienen en la acción. El momento del crecimiento y despegue de los hijos absorbe mucho, es uno de los más bellos que podemos vivir si así lo hemos elegido y aunque a veces uno se puede sentir sin aliento acompañando a los hijos, haber gozado tener descendencia es una opción muy personal y llena de valor y buenas alegrías. Admiro mucho a los que tienen claro no querer ese camino, creo que tienen toda la razón de saber por dónde quieren  ir y más que nada ir logrando los caminos elegidos, es obvio que el mundo ya no es el mismo que conocimos los que nacimos a mediados del siglo pasado. Mucho cuidado con las absurdas competencias que se crean al vivir, opacan las verdaderas razones que nos habitan como parte esencial del ser que somos.

La parte mundana de la vida merece mucho respeto, porque es capaz de darnos los espacios físicos, que fluirán mucho mejor cuando en verdad responden a nuestro ser. En algunos momentos uno quisiera salirse de todo el frenesí de la mundanidad para obtener claridad antes de continuar, y es muy válido, si hay que hacerlo si la parte emotiva lo pide, la meditación ayuda a centrar la acción y evitar dispersiones absurdas. Si tienes un mandala  en casa utilízalo como herramienta, siéntate frente a él y obsérvalo para que tu espíritu se aquiete y a la vez se expanda en la plenitud. Si tenemos paciencia podremos observar desde la línea del borde exterior (para recogernos) yendo poco a poco hacia los colores del centro, y si miramos desde el centro hacia la periferia y damos una mirada a la línea que cierra la figura, nos estaremos ayudando a expandir la conciencia. El ego se satisface creyendo que uno pertenece a ciertos grupos humanos como si eso fuera todo lo que venimos a hacer en la vida, en la existencia terrenal, también ese mismo ego conoce el valor de la circularidad y sabe que no todo le incumbe  respecto a nuestro ser. Estoy encontrando mucho que escribí del asunto de la circularidad vital, mismo tema que tratare mas adelante.

                    Asenté mi quehacer en plástica con las flores de mi entorno, esas que me hablan de dos conceptos complementarios: Fortaleza/delicadeza. Las flores del campo yucateco que nacen de un suelo rocoso con muy poca tierra son las más admiradas para mis ojos. Frágiles y pequeñas se perciben a veces imposibilitadas para soportar  las ventiscas.  

Algunos pájaros que también me ocupe de compartir con los niños que venían a mi taller de motivación infantil en el arte, fueron objeto del aqua di colore. Que felicidad es poder decirles cómo han sido nombradas  esas aves, algunas veces con nombres en maya muy sonoros como lo es: Xtacay entre otros. A veces escribíamos cuentos con los temas que pintábamos. Mis temas fueron yendo por algunas búsquedas diversas, me puede fascinar hacer una puerta añosa (proyecto abierto y en proceso) aunque continúo con variantes de flores. Una amiga yucateca que vive en Colombia comparte sus fotos de orquídeas (ella y su esposo son orquideologos expertísimos) ¿Cómo iba a dejar de plasmar esas flores tan especiales? Con el permiso de ellos como fotógrafos, las fui plasmando de una en una en acuarela. La serie se llama: -Orquídeas, Una flor- y se compuso de dieciséis y todas han tomado camino. Son ya parte de muchos entornos que supieron apreciarlas y se las llevaron.

Hace unos años descubrí que eso que me fascinaba hacer con la música (poner música y dejar ir libre la mano al ritmo) también se conocía como Zen Doodling: hacer los garabatos del alma. Decidí hacerlos pensando en las virtudes humanas que había yo estado encontrando expresadas con un color. De todo eso salieron dos series de: -Virtudes Humanas- expresadas en técnica mixta. La mayoría ya tiene dueño. Que felicidad es ver volar lo que una diseña y crea, es la satisfacción más grande dentro de la propuesta creativa de plasmar. (C

No hay comentarios:

Publicar un comentario