jueves, 1 de septiembre de 2022

 

De la vida diaria.

La especie humana. (2)

Solo nacemos, para continuar renaciendo. MJ

        

                         Nacer, es algo grandioso.  Está tan trastocado el pensamiento humano en algunos ámbitos, que ya los nacimientos  son vistos como cualquier cosa y peor aún como un problema. Parte de la degradación de la especie se debe a la laxitud en el aprecio de lo que nos hace posible evolucionar. Es un hecho que quien decide procrear tiene tanto de responsable como quien se atreve a escalar un monte, y aunque  conlleva un esfuerzo extra (por ello no es para todos) en términos generales la decisión de traer  seres humanos al mundo está totalmente fuera  de foco. Hay muchos congéneres que lo han vuelto un asunto sin valor, como si fuera un deber ser que su naturaleza les demanda. Es un hecho que los estudiosos afirman que la función básica de la reproducción de los seres  proviene de una fuerza genética que responde al sentimiento de permanecer de alguna manera en el planeta, mas en el caso del ser humano se convierte cada vez más en un asunto de conciencia.

Nos queda claro a todos que entrar al mundo no es tan solo el asunto de procrear en sí mismo, conlleva un sentido mucho más profundo.  No quiero ni imaginar si las madres que daban a luz en la cueva primitiva de nuestra especie tuviesen tiempo de darse cuenta de la depre post parto,  creo que ahí lo que se salía del plan era sinónimo de muerte. Hoy día que ya se conocen esos bemoles de las madres humanas y se les apoya y médica si se requiere, la vida representa ya un valor diferente. Ya hay apoyo hasta para las que como madres solteras deciden dar en adopción a sus críos. Decidir la maternidad es un asunto mucho más delicado que tener la posibilidad de un embarazo satisfactorio. Siempre me he preguntado y pensado en las dificultades de la cueva. Los estudios de yacimientos humanos que testifican  cómo vivimos esas adversidades y como las superamos, al comparar los asuntos que suelen agobiarnos en el siglo XXI, nos hacen preguntar: ¿no estamos desfasados en nuestras percepciones y con la mente divagando? Hoy día, que se tiene prácticamente todo a la mano ¿Será que nos encanta inventar lo que no es necesario? No, no es cuestión de inventar lo que queremos vivir (aunque se sigue actuando así, sin conciencia y arrastrados por las demandas del grupo) es asunto de no estar en la comprensión más certera de donde hemos venido y a dónde vamos. Todo se  sustenta tan tecnológico en la actualidad, que con facilidad se pierde el poder real de decidir. De apreciar.

La familia extendida no solo es la que lleva de facto un apellido reconocible, a veces, más que la vida en si misma lo que se quiere asegurar es el nombre de un grupo. La familia extensa es la que nos hace participes de todas esas gentes que nos precedieron y nos dieron el encauce de existir, no importa que no les hayamos conocido y no sepamos ni sus nombres. Muchos de nuestros congéneres se avocan en saber quiénes fueron sus antepasados directos, es algo muy respetable, mas antes sería inminente y responsable tener claro que venimos de un pasado muy largo.

Aunque un apellido nos una  a seres que sí conocemos y lo sintamos como un bien social, esto en realidad no marca las diferencias sustanciales, la sustancia de la vida en su modalidad de creativa y evolutiva reside en lo que permea  al grupo en general. Es un deber del adulto  saber lo básico de quiénes nos precedieron como especie. También nos hizo mucho daño en el devenir de los tiempos desligarnos de nuestra unión natural con los animales, es cierto que a muchos de ellos se les ha cazado por subsistencia, mas también no hay que olvidar a los que se les ha domesticado y que no solo son de compañía sino de enseñanzas de sus comportamientos hacia nosotros. Cuanto se ha dicho  y muchos hemos constatado la nobleza de perros y gatos, esto se remonta a que fuimos nosotros quienes les dimos un cobijo especial y los domesticamos. La literatura también habla mucho del amor a los animales por parte de nuestra especie y hoy día las contradicciones van desde su abandono, malos tratos y hasta la muerte. Cuando leemos las Fabulas en la literatura universal es muy ponderable notar cómo se logra aprender de muchos animales.

En tiempos no muy lejanos se acostumbraba que la fauna de los patios caseros fuera exterminada, recuerdo con claridad como en mi infancia se les mataba a las zarigüeyas como si fueran animales indeseables en las cercanías de los seres humanos, se les denominaba como zorros y eran muy mal vistos. Hoy día ya no es así, aquí en los rumbos por donde vivo claramente se les deja coexistir con los humanos, existen dos o tres jóvenes del vecindario que se ocupan de rescatarlos si caen en lugares difíciles y quedan atrapados. No sé mucho de biología, mas he escuchado que son animales que ayudan  al medio ambiente.

Volver a comprender en donde se perdió el sentido creativo de la especie homo sapiens es una tarea de todos y no hay que olvidar que hay aspectos más trascendentes que otros, mientras los antropólogos se ocupan de  la investigación  de asuntos diversos que a muchos  parecen innecesarios y en realidad son básicos para comprender mejor. Uno de estos es el estudio de los Tótems que está relacionado con una especial espiritualidad de comunión con la naturaleza,  lejos de ser fanatismo o asuntos mal entendidos, nos habla de cómo algunos grupos vivían  y viven más la relación con el medio natural.

 Aún hay muchas personas a quienes les afrenta aceptar que hemos entrado al mundo con un sentido animal que debe seguir el camino de conciencia renovada. Es innegable que un aliento divino nos dio un alma y una disertación especial, mas esta animosidad de nada sirve si estamos desvinculados de la mínima información de la base que nos sustenta.

Ya se sabe que nuestro organismo tiene aún respuestas que se generan en el organismo biológico, existen para salir avante de los peligros, como lo es el miedo. Se dice que éramos capaces de detectar claramente la presencia de un tigre tan solo por el movimiento de los matorrales,  hoy día aun sin tener ese objetivo concreto el miedo está presente y hace mucho mal, ya hablaremos de este aspecto más adelante y más extenso.

Nadie en el mundo de las especies es inferior o superior. Esas clasificaciones de mejores o peores ya se superaron. De hecho el concepto de raza que se utilizó antaño para el homo sapiens,  hoy día sabemos que lo que nos diferencia  son fenotipos creados por la adaptación física al medio ambiente, siendo que el cerebro es el mismo en todos. En los primeros tiempos de estudios de los humanos se hacían estas absurdas comparaciones cuando hoy  ya se sabe que lo único que marca diferencias en las especies es el hábitat.  Especies que no tienen libre albedrio podrían ser maestras en modos de organización y supervivencia. ¿Cómo no observarlas?

La cultura, no es un fenómeno exclusivo del ser humano.

Se define lo cultural como el modo de abordar los implementos a disposición, para la superación de tareas y de necesidades, toma visos diferentes y más vinculados a lo espiritual cuando hablamos de Arte y de  Ciencia que están asociados a la mente simbólica del ser humano y aun así no es que estas tareas sean superiores solo pertenecen a otro ámbito.

En Costa de Marfil se ha observado sistemáticamente a los chimpancés, estos utilizan piedras hasta de 10 kg para abrir nueces y esto no es una acción instintiva, requiere de un nivel de pensamiento específico para llegar a esa resolución de convertir un objeto en una herramienta. Ahí mismo se ha observado que afinar este proceso a los jóvenes chimpancés  les lleva hasta tres años de práctica. La destreza si existe y está muy presente en estas especies.

¿Qué es el lenguaje?

Se debate la interpretación de que si es una necesidad que nace del instinto o es más bien un hecho cultural. La evolución biológica proveyó al cuerpo humano de los medios guturales para que esto se diera, hoy día los huesos del oído están siendo determinantes en los cráneos bastante conservados y que aportan información. Chomsky, nos ha dicho que en realidad las diferencias entre los lenguajes humanos son mínimas. Si lo vemos solo superficialmente todos tendríamos facilidad para hablar idiomas diversos,  en realidad a lo que se refiere es al lenguaje esencial.

Las imágenes consideradas artísticas, desde las que se han encontrado en la caverna hasta las más abstractas del arte contemporáneo, tienen una vinculación primordial: Comunicar. Lo interesante de este aspecto es que no todas las comunidades humanas tienen propiamente el ímpetu de hacer arte y los estudiosos piensan que es porque el tiempo que les queda libre para eso, lo utilizan para mejorar sus interrelaciones. Se sabe que el Arte es liberador, mas  no necesario en lo básico de la subsistencia. Una de sus funciones es: Transformar la mente.

Los únicos seres de la naturaleza que hemos tenido el poder de conquistar el fuego somos los seres humanos. Fue todo un acontecimiento en la historia de la humanidad. De hecho existe una película con el nombre: -En busca del fuego- en la que se deja claro este momento único que permitió un salto evolutivo enorme, así como la unión del grupo junto a la fogata, luego propició  cocinar la carne y también ahuyentar a las bestias que amenazaban por las noches al grupo.

Se ha pensado que antes de la última glaciación todos los grupos humanos eran profundamente similares. Luego los establecimientos de sitios sedentarios dieron pie a diferencias que responden al clima y a los modos de cada grupo. La cultura tomó visos de particularidad. En la actualidad uno de los intentos de unificar lo dieron los jóvenes con la utilización de la tela de mezclilla en todo el mundo, ha proliferado como un signo de unión y de armonía. La cultura no ha mutado de fondo, seguimos teniendo las mismas necesidades.

Fernández Armesto asevera que:-Los cambios son la marca del éxito-.  (Continuará) MJ

Recomiendo a ojos cerrados todos los textos de divulgación de: Felipe Fernández Armesto. Uno de sus textos más interesantes se titula: -Breve historia de la Humanidad.- (Un apasionante viaje por la evolución del género humano.) Editorial B.

 

 

 

 

 

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