De la
vida diaria.
Colores,
del día a día. (8)
Amor es
una palabra profunda, según la interpretación que le demos y para qué la utilicemos puede
desgastarse. MJ
El amor
tiene muchos sentidos, la palabra se ha utilizado tan a discrecionalidad que en
algunos ámbitos ha tenido desgastes en su real interpretación, y aunque no
todas las vertientes de este vocablo aplican para la singularidad del amor en cada ser humano, siempre está
presente por ser el motor de todas las
acciones. Por ser parte actuante y constante, es que se torna conveniente
afinar su significado en nuestro léxico así como reconsiderar el impacto que
tiene en nuestra vida.
En las
relecturas que mucho se disfrutan en la madurez, me encuentro un relato que viví y escribí,
mismo que en su momento me conmovió hasta la medula y hoy toma un nuevo giro en
cuanto al sentido respecto al amor.
Una
tía muy querida que no había tenido descendencia (algunas jóvenes en ese
momento no sabíamos el por qué, asunto que ni se preguntaba, porque de esas
cosas no se hablaba antaño). Una mañana de pronto escuchó el llanto de un niño
en la puerta de su casa. Salieron ella y la señora que le ayudaba en el
quehacer doméstico y se encontraron con un bebé de pocos meses, y una nota que
decía: -Aquí le dejo al niño, es para usted-. De entrada quedó desconcertada,
atónita, mas con una voluntad férrea y
forma de ser clara muy característica en ella, prevaleció la realidad de su
carácter: No había tenido hijos ni los quería tener. En ese momento se dio
parte a las autoridades y mientras vinieron a recoger al niño la mucama se hizo
cargo de todo a todo para el cuidado de ese niño.
Cuando
mi madre y otras amigas de ella le preguntaron porque no hizo caso a la voluntad de Dios, montó en cólera y les
hizo ver con contundencia y aplomo que no confundieran, esa no era la voluntad
de Dios, más bien era el desorden que se vive cuando algunas personas procrean
y luego no pueden hacerse cargo del crío.
Esta
señora de carácter definido tenía muy claro que no por no haber procreado hijos
habría de aceptar algo así, en lo absoluto tenia duda de que no era para ella
esa situación y se ocupó de dejarlo bien claro. El niño fue llevado al DIF,
lugar en donde en ese momento fue bien aceptado para darlo en adopción como Dios manda.
¡Cuánto
se aprende de los caracteres bien
definidos!
¿Fue
desamorada una señora en sus primeros
años de madurez, en desdeñar a un recién nacido que el destino llevó hasta su
puerta? Para nada. No hay porque
confundir. El amor, no es hacer de la voluntad de otros algo viable, es la voluntad
de hacer lo que se cree, sin emotividades adyacentes. Esto hay que dejarlo muy
claro, porque con los actos del amor mal entendido se crean chantajes a
tutiplén.
-La
vida, es una aventura atrevida o no es nada- dijo alguna vez Helen Keller.
Crear
desgastes innecesarios en nombre del amor es una temeridad, es más importante
comprender en que consiste la voluntad de vivir, ese asunto de tener claridad
en lo que nos toca hacer y lo que no
nos toca hacer. Cuando tenemos claro el rumbo (sabiduría) y somos dueños de
nuestra voluntad (buenos principios) podemos salir de nosotros mismos y ser
mucho más felices, tener claro el papel del amor en nuestra vida personal, y
así ser mejores compañeros de vida de los cercanos, de los amigos y hasta de
los desconocidos. La relación con los congéneres puede tomar una mejor
dimensión.
Somos
como una rueda, ya que tenemos centralidad e irradiamos, mas la dimensión del
amor en nuestra vida es algo a lo que nosotros le damos el ritmo, los rayos que
surgen de nuestro centro son las actividades que se dirigen en diversas
direcciones.
Ane Morrow
Lindbergh, la esposa del hombre que atravesó el Atlántico en un pequeño avión, escribió:
-Hay que retroceder con reverencia, ante el milagro de otra individualidad-
Todos
los seres se merecen tener la dignidad bien compuesta y puesta en su sitio, no
somos cosas que se mueven al antojo de otros congéneres.
La
Felicidad, si logramos que resulte de una suma de gozos como propone el zen, es
seguro que nos mirará a los ojos, y mucho más si va de la mano del amor.
Así que ahora tratamos el tercer color del
espectro cromático: el color Rojo/Rosa, asociado a toda la dimensión del Amor.
En
esta tierra del Mayab en donde yo habito, al color rosa (rojo más blanco) se le
conoce también como: Rosado.
Uno de
los aspectos más significativos (aunque no siempre del todo claro) del amor, es
el de las relaciones humanas y sus fuerzas, es decir esas acciones reciprocas
que no siempre concuerdan con lo que se piensa por un lado y por otro, es decir
las discrepancias son arenas movedizas en casi todos los casos. Aprender a
aprender (valga la redundancia) de este ámbito, es algo que incumbe a toda la
especie, porque no me dejarán mentir cuando puedo asegurar que a veces con los
seres más cercanos es en donde habremos de afinar mas estas fuerzas. Sin el
amor bien entendido nadie vibra
adecuadamente, ni se da nada ni se mueve nada si no es por la fuerza más creativa
y poderosa del ser. En el amor se dan las fuerzas de atracción y de repulsión a
la vez, no es sencillo el equilibrio y es un reto muy noble. Esta vibración,
del color rojo/rosa se aclara en conjunción a las dos anteriores: la buena
voluntad y la sabiduría. Conjuntar en acción armónica mente /corazón es el
dilema humano.
En el
amor hay una dimensión de contabilidad cósmica que se encarga de la regulación
de las causas, esos porqués que a veces no es fácil ni comprender y mucho menos
responder pero que nadie se salva de tener y cuestionar, como fuerza natural la causalidad tiene un sentido creativo en sí
mismo, mientras el ser humano la observe con atención. Es en las elecciones
hechas sin mayor cautela cuando se abre la puerta al dolor, el amor se puede
volver con presteza en nuestra contra.
En
estos ámbitos de la presencia del amor lo que regula todo es la ley de
intercambios, es sabio tener presente que no necesariamente son equitativos en
el momento en que se viven, porque lo amoroso está regulado por tiempos que no
rigen los humanos, mucho hemos escuchado que los tiempos de Dios no son los de
los hombres. Si sabemos dar, y conocer los sentidos de la paciencia, asimismo
recibiremos y viceversa. Si damos confusión no recibiremos claridad y así en
todo. Lo primero y más importante que damos es el verbo. Las cosas primero se
nombraron en el devenir de los tiempos, y así su viabilidad se fue haciendo más
y más clara una vez nombrado el hecho. Las palabras pueden ser creadoras o
destructoras, por lo que hay que revisar cómo se emiten, con que intenciones y
en que direcciones. El pensamiento así como la palabra están muy vinculadas a
la energía amorosa, es sabiduría muy necesaria para un buen manejo del amor.
Si somos
generosos es probable que recibamos generosidad, aunque tal vez no en el mismo
sentido en el que se dio. Es decir, podremos ser generosos sin esperar lo mismo
de quienes reciban nuestra generosidad y por otro lado otras personas podrán ser generosos con nosotros sin que
tengamos que hacerlo reciproco, así es la fuerza universal. Nos cuesta
entender, siempre queremos la reciprocidad conocida y concreta de ida y vuelta,
en la realidad no se da así. El amor así
como el dar, es conveniente que lleve una tónica de incondicionalidad, es decir
hacerlo por el valor mismo, sin espera de nada. De la nada pura se puede dar
todo, y esto está bien asentado en el concepto de Fe.
El
amor bien llevado es catalíco y reduce los conflictos, hasta podría resolvernos
del todo si se sabe cómo proceder con esta fuerza. El amor es la fuerza
generadora de todo, por lo que habremos de entenderla como la dinámica interna
que da sentido desde lo más profundo permeando hasta en lo más sencillo. El
color rojo cuando se complementa con el color verde se expresa en toda su
dimensión. Está ligado al día martes. Esta combinación de complementarios en
ciertas cantidades da origen al color terroso, el amor tiene un asiento básico
en la tierra.
El
rojo propiamente es un color primario cálido, se utilizó desde la prehistoria en el arte
primitivo. Los dibujos rupestres tienen una gran presencia de rojo, porque se obtiene
de barros y terracotas naturales que son minerales muy fáciles de aglutinar
para aplicar como pinturas sobre la piedra. Este arte no solo se expresó en las
cuevas sino creo los primeros instrumentos musicales. Este arte primitivo nos
ha ayudado a conocernos como especie, ¿qué fue lo que nos motivó en esos momentos?
Y que ha permeado en lo que nos mueve hoy día.
Para
algunas culturas el solo sentir del color el rojo se vincula con alegría, buena
suerte, fertilidad y fortuna. En la China toma un tono más cercano al naranja.
Los
astrónomos que necesitan hacer mediciones de movimientos cósmicos, hablan de
algo muy interesante que han observado astronautas en el espacio: Le llaman rojo extendido al color que observan que
se da con la rapidez de movimientos en el espacio, solo ahí el color rojo se
nota como amplificado.
Una
cualidad muy unida al amor es la sinceridad, ésta es la actitud que le da
asiento a un amor sano y es cuando se habla desde la verdad para la verdad.
Sabemos la limitación de las verdades ya que en su fuero interna responden a
situaciones específicas, se diferencian dependiendo de los ámbitos, cuando se trabajan con sinceridad todo fluye
mejor. Mas valen verdades que duelan que verdades a medias.
Cuando
el amor priva en nuestras vidas nuestras palabras se hacen más nítidas.
Las
mezquindades humanas son en cierta forma enemigas del amor, son espejismos que
embotan la actitud fluida.
Hojas.
Como Hojas
somos.
Como
una Hoja nos miramos.
Cúmulos
de Hojas en el árbol.
Hoja
única asida de la rama.
Viento
que mueve la nitidez de las Hojas.
Hoja
como amor genuino.
Como Hojas
somos.
Hojas.MJ. (Continuará)
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