jueves, 19 de octubre de 2023

 

D.L.V.D. Libertad, es decisión. (7)

 

                                Toda libertad, implica una dependencia y tiene sus condiciones. Amiel.

                                                       - ¿Qué es lo que hace el encanto de esta vida, en apariencia tan desnuda y vacía? - Nos pregunta Amiel. Y a renglón seguido contesta:

-La Libertad-.

                                                            Muchos de los que amamos profundamente la ciudad de Nueva York, llevamos en la mente una imagen imperdible y ya icónica de la libertad. Esa enorme mujer que con antorcha en mano se yergue tan digna, en la desembocadura del rio Hudson, nos propone: La libertad lleva la luz en la mano, así como también es símbolo de justicia y democracia.

¿En dónde llevamos cada uno de nosotros la fuerza de nuestra libertad? Valdría la pena poder contestar a esta pregunta al menos por una sola vez, y tener claro de una vez por todas, por donde, como y con quienes queremos caminar, así como tener claro lo que determina nuestro pensamiento para lograr más fortalecido y claro el sentido de libertad.

Tal vez lo que unos eligieron como liberador, es encadenamiento para otros. Pues que con su pan se lo coman, diría mi madre. Soluciones simples del sentido común de una vida diaria nos pueden hacer reír, mas llevan muchas veces esas bases de sabiduría natural que en mucho se ha perdido, porque solemos creer la mayoría de nosotros que merecemos mucho más de lo que en la realidad vivimos, a veces sin siquiera saber el porqué. Cada ser vive lo que le toca. Cuando veo en la televisión mexicana el programa que se titula -Aquí nos tocó   vivir- me asombro una y otra vez y me queda claro que asumir es un arte. Dentro de eso que nos determina, uno puede desarrollar el aspecto creativo, ese ya es otro cantar, que, de hecho, solo cuando lo hacemos es que en verdad podemos hablar de libertad positiva.  Estamos tan expuestos (y mas hoy día) a tanta información, que por eso mismo la libertad de elegir se confunde con la libertad de desear, y esto último es lo que puede perdernos en el universo de propuestas. Lo que a cada uno de nosotros nos da camino de libertad, proviene y se traduce en lo que somos, lo que decidimos. Y, no solo lo que somos y decidimos, sino lo que hacemos para ser quienes somos. Y, no solo lo que hacemos, sino lo que pensamos cuando lo hacemos y el gozo de situarnos en ese devenir. Vida es gozo, dice el Zen. Un trabalenguas pareciera lo que nos da vida, mas cuando lo hacemos realmente vida, todo fluye.

  No podemos olvidar que quien corre tras la felicidad en acción frenética… puede tropezar y caer de bruces, los gozos vienen con más serena armonía y se van presentando de a poco.

                                                                         La filosofía moderna parte de la duda.        Una duda irracional que siempre está presente y que es muy necesaria.

Y, ¿Por qué la consideramos irracional? Porque tenemos la idea de que todo lo resuelve la razón, y en la práctica no siempre es así.

 En la medida en que se practica la libertad, esa libertad positiva, esa que nace genuinamente desde dentro de uno mismo, seremos más felices.

El éxito, es producto de una libertad bien encausada, y no algo que se da de un plumazo. Cuando lo exitoso no va en conjunción a las necesidades humanas, no es un logro libre, y fácilmente puede volverse en fracaso. A veces solo vemos la punta del iceberg en los logros de las personas, no olvidemos que bajo el agua reside todo lo que sustenta esos fenómenos.

Cósmicamente no nos pertenecemos a nosotros mismos. Somos parte de un universo dinámico y cambiante, tenerlo presente refuerza en cierta medida la libertad.  Saber cuánto afectan las malas decisiones a nuestro ser y por eso hacerle caso al Zen: ¡Estar atentos! La contingencia con el todo, es un concepto muy genuino que deberá regirnos si queremos ser profundamente libres.

 Las virtudes se desarrollan en función a la generalidad de la cultura, y siempre son buenas compañeras. Sabiduría. Templanza. Humildad. Paciencia. Entre otras.

                                              Ser críticos, es una necesidad real en la era moderna.

Ser críticos nos permite comprender que las formas no importan tanto aun siendo distintas a las que conocemos, las variantes de un sitio a otro del orbe, solo es un asunto de diversidad, son los fondos los que han de abrir camino.  

 Existen seres que al escuchar las verdades se les hace presente el pánico. Es triste, pero así sucede. La verdad da miedo, y lleva a la incertidumbre a veces, porque no hemos hecho el ejercicio de asumirla como un bien que nos transforma.

Entender lo dialectico del mundo es tener claro que todas las condiciones cuentan, el movimiento dialectico es así: se aceptan dos razones contradictorias sabiendo de antemano que derivan de la misma causa y ya resueltas podrán dar mucho mejores resultados. Si la verdad ofende y da miedo, llevando a los seres esconderse de las realidades, el resultado pinta pobre.

El orden social apreciado como un fenómeno dinámico nos evitaría muchas rabietas y enconos.

En el orden social se abre la puerta a la democracia, cuando cada individuo aporta del conocimiento obtenido. Todos tenemos libertad de pensar y de hacer en la medida de nuestras circunstancias, mismas que se tornarán mas iluminadas si cada uno de nosotros conjugamos la sabiduría global y personal. No dejar de autoeducarnos.

En estos tiempos aprendí que las malas acciones a veces llevan el germen de la ignorancia. Los golpes vitales que sufrimos durante la vida, sería positivo procesarlos con lo que Elizabeth Kübler Ross propone para la muerte:  Un tiempo de preguntas, un espacio de reflexiones y más que nada un respeto al duelo, mucho más cuando hay que cerrar etapas.

                                                                                                    Vivir a Dios. Escribí.

De que nos sirve reflexionar sobre la deidad en la que creemos, si no comprendemos ¿en qué forma está presente en la vida diaria?

Lo escribí hace veinte años como una propuesta a mí misma. Necesitaba aterrizar las creencias mucho más de lo que lo venia logrando, de otra manera a la hora de las verdades duras, nos podemos sentir desvalidos.

 Hoy día (muchos años después) tuve la oportunidad de escuchar la plática de un sacerdote católico, de esos que están al día y que proponen que la religión se haga vida. Son los sacerdotes que se han dado cuenta de que la iglesia católica pierde feligresía que se va como arena entre los dedos. Dar todo por sentado y que con algún tipo de inercia se practique una religión, no es garantía de nada, es como creer que, por ejemplo, los sacramentos actuaran tan solo por el hecho de ser otorgados. Así escuché esto:

-Hay personas que van a clases de Biblia y no llevan su Biblia. -

En lo personal he notado que hay personas que van a la iglesia y no llevan su ser espiritual.

-Queremos vida, y nos cuesta comprender como las enseñanzas en verdad nos la pueden dar-. aseveró este sacerdote. Me quedé con la frase, había que repensarla.

Cuando caminamos hacia el encuentro de la palabra, de la religión que seguimos, es factible que esa palabra se haga luz, es claro que hay que saber cómo, porque la religión no es magia.

-La Biblia se escribió no sólo para estudio-, nos dijo. Estudiarla puede ser muy bello, entretenido, hasta aleccionador, pero no siempre se deriva en aporte a la vida de cada día.  La vida es mejor que sea iluminada por las escrituras en las que creemos. Uno de los aspectos de los textos de la religión católica, es que Jesús algunas veces se le presenta como: -El Viviente. -Cada quien investigue que tanto significa ese término.

                                                            Algunas acciones en la vida crean presiones sutiles, de esas que cuando volteamos a ver, ya nos tienen tomados por el cuello. Si detectamos las fuerzas innecesarias en el diario vivir, nos sentiremos mucho más ligeros. Parecería también, que esto dará el espacio necesario para que se asiente la sabiduría. Solo se atenúa lo negativo con la concordancia entre: mente/emoción y pensamiento. No son lo mismo, y no es casualidad que las emociones queden al centro entre la mente y lo que sentimos.  La mente en general alberga la cosmovisión y funciona como un filtro, la mente en concreto es la que razona o intuye, alberga sentimientos. Es la que se recrea en el día a día, y la emoción es el catalizador de ambas. Cuidar lo que nos producen las emociones. A veces hasta nos pueden nublar los pensamientos.

                                                                  Vale mucho la pena ser parsimoniosos.  Observarnos, escucharnos. Hace unos días me contaba mi hijo que a la señora que les ayuda en casa, de pronto se le escucha estar hablando en voz baja sin que haya persona a la vista para ese dialogo, él tuvo la curiosidad y le pregunto: - ¿Con quién hablas? - Y con toda naturalidad esta mujer sabiamente, le dijo: -Conmigo misma. Me gusta recordarme las acciones, las tareas a realizar. -

 Cuidado con los actos que llevan intenciones retorcidas. Las actitudes a veces son mas explicitas que las palabras. Un ejemplo es, como los países occidentales que abogaron para que Israel se asentara en donde está hoy día, son responsables en parte de todo lo que hoy vivimos todos.  

Por estos días, me animaba mucho a escribir mis vivencias con nuevos enfoques, (lo venía haciendo desde los 24 años de edad, más o menos con una regularidad) y me cuestionaba si en realidad valdría la pena hacerlo siendo más incisiva en algunos aspectos. Como que ya no era el momento de preguntarme el hecho en sí mismo, sino los cambios en el sentido. Entra en juego una parte intuitiva. El dudar hace que uno enfoque diferente lo que se va viviendo, aclarando.  Sin más, mi naturaleza me lo exigía, y dejaba que mi pluma plasmase. Las revisiones periódicas me dieron la respuesta, un sí rotundo me afinó los aspectos que eran más importantes. Y como dice Viktor Frankl: -La vida nunca se vuelve insoportable por las circunstancias, sino por la falta de significado y propósito. -

Asia pues, revisar siempre es un ejercicio que abre puertas de libertad.

Cuando nos damos cuenta de que lo que pensamos ayer, es probable que vaya perdiendo vigencia y que podríamos afinar el pensamiento, se vuelve muy divertido revisar y percatarnos que, a pesar de haber afirmado algo, nos podemos retractar y reenfocar. Es de sabios cambiar de opinión. (Continuará)

 

 

 

 

 

 

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