jueves, 26 de octubre de 2023

 

D.L.V.D. Libertad, es decisión. (8)

                                                

                                                          El yo, en cuyo interés obra el hombre moderno, es el yo social.

Erich Fromm.

 

                                                           Si no nos apreciamos a nosotros mismos en la medida de lo necesario y no apostamos por ese yo que nos habita como una parte actuante y cambiante, ese mismo que guía nuestras intenciones y nos mantiene a flote, puede resultar que el amor como asunto humano pierda sanidad, y se confunda del sí mismo. El yo, desenfocado de todo el curso de lo social que lo sustenta, de pronto se puede sentir perdido, y entrar como en una angustia de tono de frustración. Lo que nos sustenta en nuestros entornos es básico para vivir los colores de la libertad. Es claro que es más egoísta quien no se autoafirma, porque es tan pobre el contenido de los argumentos que lleva como parte del bagaje para vivir, que no tiene nada que realmente le motive a compartir. El amor a uno mismo es sano cuando crea las opciones para dar a los congéneres, para aportar si así se decide y más aún cuando nos presenta la vida las opciones para ser faros que alumbren en la sociedad en la que vivimos. Se puede dar con toda sencillez si somos conscientes de los caminos que están a la mano y en la liviandad del día a día.  -Un faro que guie- escuché por ahí decir alguna vez, y en verdad me gustó la idea, la frase tan entera y clara, porque siempre he apreciado mucho los faros de las costas del mundo, con los que muchos hombres de mar se orientan, no solo en momentos de oscuridad. De hecho, en el camino de la creatividad plástica he pintado varios. Cualquier ser humano tan solo llevando una vida ordenada, y con la diciplina que aporte a la acción disfrutada, es luz para otros. Es el ser que se nos da para conducir a los peques que nos rodean, con claridad de valores, a los adultos que apreciamos con intercambios valiosos de experiencias.

 Disfrutar la simple compañía y no solo interactuar en busca de beneficios personales. Estar con regularidad en presencia, aunque cada vez se hace más difícil en los días de hoy.

Esas personas que utilizan a sus amistades para escalar en el orden social, literalmente como escalones que se van subiendo con un tremendo ego sobre la espalda, tal vez obtengan beneficios contantes y sonantes, como si los amigos fueran proveedores. Se encona el desánimo cuando lo que se pretende tiene dobles intenciones. A veces no sabemos porque llegamos al final del día con tanto agotamiento, y tiene en parte que ver con la energía desperdigada.

 Los amigos son baluartes de compañía y de intercambio humano, y si los intercambios del ser no se propician naturalmente, la amistad no tiene tanto sentido.

                                                                   Somos nosotros, los seres humanos quienes vamos transformando al mundo. Perdemos libertad cuando endiosamos el producto y no valoramos el factor humano o el proceso de donde viene. La relación directa con los congéneres nosotros la elegimos, nosotros mismos somos quienes percibimos por donde es factible la vida de relación. El sentido directo y sincero es lo más importante que ha de prevalecer antes de pensar en la obtención de bienes.

Los congéneres no son instrumentos utilitarios para nuestras acciones ni creencias.

 Así también, en la vida de pareja ha de haber suelo parejo, o se va directo a un desfiladero de fracaso.

Como ejotes están tronando las parejas de nuevas generaciones. Lo vemos y escuchamos a diario. Cuando el matrimonio es forzado, se quiebra.

Un aspecto social que hoy día tiende a manipular al ser humano es la propaganda. Cuando ésta se dirige a la emoción (en la mayoría de los casos es así) la razón queda desvalida, y ya no funciona como un factor de decisión certera. Puede decirse, comenta Fromm, una forma de -sugestión hipnótica-.

La persuasión en los ámbitos de querer hacer de los bienes y servicios otra cosa de lo que en realidad son, distorsionan el ambiente y nos distorsiona como humanos.

Lo saludable es una armonía entre lo que propone la sociedad total y las necesidades evaluables y netas de los individuos. Muchas veces adquirimos lo que no necesitamos, y creemos que estamos en todo nuestro derecho de hacerlo porque nos empodera tener los medios para adquirir de todo y porque sí, mucho más si lo hemos obtenido con honestidad, pero si no es un bien que en realidad sea necesario, requerirá de mucha conciencia para que cumpla con su cometido.

La sociedad propone, mas no todas las propuestas son para todos los seres conscientes. Si nos dejamos persuadir, pues estamos jugando con nuestra integridad, tan sencillo como que la mente consciente queda rezagada.

A veces creemos que la felicidad real no está asegurada del todo por lo social. Tememos que nuestra libertad se vea limitada, mas cuando todo funciona para un bien común, ese bien hace ondas expansivas y llega a más personas.

Eso que se denomina autorrealización es algo que debe mantenerse vigente. El ser humano con logros nunca se siente rezagado y tiene más potencialidad para nuevas miras. Lo que hacemos, tan solo se aprende mejor y va transformándose con el tiempo. Con un sentido claro, se encontrarán las variantes para continuar al paso de los años, el paso del tiempo da experiencia y sabiduría y puede ser un nuevo camino utilizarlas de diferente manera a como se hacía en momentos anteriores. No son eternos los ciclos de creatividad, son parte de un flujo del que no se debe bajar la guardia, aun cuando algunos aspectos se cierren.

Con el tiempo hay que tener cuidado de los mecanismos de evasión, que pueden darse por cansancio hacia lo que nos significa como algo positivo y creativo. Es a veces que la mente se paraliza o se centra en formatos caducos o propuestos por personas ajenas a lo que nos define y se nos olvida que cada ser es dueño de su destino mientras tenga la fuerza para proponerlo como algo singular y dadivoso.

Libertad positiva es algo así como:

-Expresión genuina de las facultades, emocionales, sensitivas, e intelectuales. Si se logra el ser se concilia con la humanidad. - Dice Fromm.

Cuando el yo individual se trastoca, cuando se pierde el sentido positivo de la libertad, es cuando puede ser propicio el ánimo para considerar como validos los autoritarismos, y los planes de otros seres que guían, pueden confundir al grupo.

La sumisión surge como un valor cuando uno no se tiene a sí mismo, se disfraza de lealtad o hasta de amor que no lo es. Hay seres que se protegen y mimetizan con otros seres a quienes se ve como guías, cuando algunas veces lo único que se hace es perder el sentido individual por tener inseguridades. Si admiramos a alguien es para aprender, compartir, no para ser esclavo de sus pensamientos y peor aún de sus acciones.

Se puede seguir el sentido de los lideres mientras no se pierda el sentido de individualidad compartida. En el caso de Hitler, la masa se perdió porque estaba muy encausada con ciertas ideas y porque tenían carencias tremendas de la post guerra y no pudieron percibir las atrocidades infundadas en creencias que no eran validas. Mientras las creencias sean validas y sean aplicables a la mayoría, el ser que está seguro de sí mismo no solo no teme perder su libertad, sino que la entiende como parte del todo.

La libertad positiva tiene un costo, cuando hay sanidad en la mente este costo se paga con gusto.

La fe, (no solo se aplica este concepto a ideas religiosas) es un sentimiento muy puro que siempre alberga esperanza.

Cuando entendemos la fe como esa fuerza motora, Fromm la define así:

-La segura confianza de que se realizará lo que ahora existe como mera potencialidad. -

Nos dice: -Lo contrario a creatividad, es destructividad. -

-Todo observador de las relaciones personales, que se desarrollan en nuestra sociedad, no puede dejar de sentirse impresionado por el grado de destructividad que hay presente en todas partes. - La destructividad, se mimetiza a veces, es importante detectarla y un camino para lograrlo es el de compararla con hechos logrados y concretos. Palpables propuestas que dan bienestar.

Hay dos tendencias cuando surge la destructividad:

Una de estas es hacia la vida directamente en sus diferentes aspectos y niveles, otra hacia las ideas.  -en este caso la destructividad es el concomitante necesario de la afirmación de la propia vida. -

Cuando las ideas son fuertes y se conducen a la práctica con aplomo y seguridad, no hay nada que temer, los que no comulgan con esos pensares se sienten afectados, asustados y hasta aludidos como si fuera algo personal lo propuesto, cuando en realidad está respondiendo a hechos arraigados a una historia socio/económica.

Toda vida, ante todo debe procurar vivirse con garbo, con buenas intenciones clarificadas con el estudio y de ser posible con buenas lecturas. Nadie puede entender los hechos sociales sin haber comprendido antes las dinámicas dialécticas. Procesos históricos que es bueno tener claros.

Uno mismo, solo es más fiel a la esencia personal, cuando comprende las generalidades. Cuando las reacciones viscerales se sacan de las escenas a la hora de resolver los asuntos del diario vivir, se puede trabajar mejor la conciencia y se resuelve con acierto.

Es un hecho que la vida y más aún que las situaciones de pronto toman giros inesperados, ¿Culpar? A nadie. A nada. La vida es así, insólita, resistente, variable y muy propensa a dar nuevos e inesperados giros. Si comprendemos todo esto, seremos mucho más libres. La metáfora del vaso medio lleno que utilizamos ante la perspectiva de lo que tenemos, no es tan solo sabiduría natural y casera, es una realidad que hay que ver claramente. Mientras consideremos que lo que tenemos tiene sus porques, todo tiene sentido. Pensar en vasos totalmente llenos, es un tanto falaz.

Cuando mi padre marcaba con mi nombre los cuadernos del parvulario (en los que aprendí a escribir) utilizaba plumones de colores muy fuertes, brillantes, y con su letra de arquitecto me asombraba. Al mismo tiempo, el hecho mismo me hacía temer ser rechazada por no tenerlos iguales a los de todos los demás niños. El, se tomaba el trabajo de explicarme y darme seguridad ante algo genuino: -Escribir, es algo muy bonito, y lo puedes hacer con las letras y los colores que tu elijas. - Cada día, me llegué a sentir más orgullosa de que mis cuadernos eran así, singulares. (Continuará).

 

 

 

 

 

 

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