D.L.V.D. Vivir como un mandala que fluye. (8)
La vida necesita además de replicación, un sistema de aislamiento del
entorno.
Fernando del Castillo Martín.
Es un hecho que somos individuos
sociales, mas habremos de poner mucha atención en el hecho de nuestra individualidad.
Somos parte actuante en el entorno y lo impactamos por naturaleza, nuestra
individualidad debe tener un resguardo seguro. Ese fenómeno actual, de cada vez
más personas que viven en la calle habla de que el individuo se está
desconociendo a sí mismo. Vivir a la intemperie las más de las veces se podría
catalogar como un tipo de violencia/retroceso del humano. Por épocas y dependiendo de las implicaciones históricas,
nos hemos acercado más o menos a saber qué importancia tiene lo que somos como seres
únicos, ahora en estos tiempos este imperativo nos exige más, y el caos del
cierre de era no lo está permitiendo. La
vida de nosotros los sapiens es enormemente compleja para que se haya dado tan
solo para que la contemplemos sin aportes directos, en lo que a cada ser le
toca dar, averiguarlo es tarea principal. Lo más difícil es que tengamos
confusión en los aportes ya que la confusión está propiciando desbalances
inéditos en la historia de la humanidad. Tenemos acciones algunas veces con las
mejores intenciones, mas no siempre hay un camino claro. Es un hecho que a veces
o vivimos distraídos de lo que nos compete o estamos en rubros que no nos
corresponden. Un ejemplo es como en la vida política ya no está en manos de la
gente preparada para esa acción, más bien son personas que llegan un tanto por
inercias que no les sustentan el estar preparados concretamente para el buen
manejo de lo que el total de la sociedad demanda. Se ha perdido en algunos
aspectos el rumbo. Muchos estudiosos de la sociedad ya hablan cada día con más
firmeza que habremos de ser gobernados por grupos formados más bien por coaliciones
de gente preparada en diversas áreas.
Continuando dentro de las cosas interesantes que plantea
el Dr. del Castillo, nos dice que, aunque no se conoce el origen pleno de los
aminoácidos, esos compuestos fueron determinantes para la evolución de la vida.
-su nacimiento espontaneo desde la materia inorgánica es una probabilidad
altamente aceptada en la ciencia-.
Si de lo inorgánico se han dado cambios a favor de la
vida, más claro nos debería quedar que de la vida ya propuesta y lograda lo que
nos hace falta es una evolución digna y estable, propositiva y con miras de un
futuro con esperanza. El aislamiento es básico para la evolución. En el mundo
natural algunos de los modos de aislar se dan a través de membranas. ¿Que
necesitaría el mundo social para evolucionar mejor? Que como individuos sepamos
que, como entidades irrepetibles estamos con posibilidad de impactar y tener más
cuidado en las acciones que realizamos.
Otro avance del conocimiento respecto a la biología que
nos define, es que el aspecto bilateral del ser vivo nos propicia adaptaciones
mucho más fáciles, nos permite mucho mejor equilibrio. Los mamíferos somos
seres más propensos a adaptarnos. Tendríamos todo a nuestro favor como humanos,
si se desarrolla la conciencia.
-En la evolución de la vida, la presencia de una
complejidad continua permite a los seres vivos desarrollar una autoestima
creciente respecto al entorno-.
La vida, no solo es soberanía de las formas que la
contienen, es intrínsecamente tendencia al mejoramiento constante.
-La materia, no es espectador pasivo de la comedia de la
vida, ni la simple estructura física de lo orgánico-.
Hay una participación con los actos propositivos a la
evolución, la materia podría decirse que ve y siente. La materia observa
y propone lo más adecuado para avanzar. Como individuos, nos toca estar más
preparados con sentido de alerta.
El Darwinismo nunca explicó esto, A Darwin tal vez no le
dio tiempo de percatarse de aspectos más amplios, así como hemos apuntado antes,
que tampoco pudo aclarar quienes somos como seres completos los homos,
ese aspecto se está desarrollando aún.
En el cerebro es
donde se dan los cambios activos y definitorios.
Considerar a nuestro pensamiento un motor de fondo de
toda la evolución no solo es necesario, sino primordial para tener propósitos
claros. El primer motivo básico es la supervivencia, una vez lograda ésta con
autonomía, se está cumpliendo la primera etapa. No todos los grupos de humanos
actuales tienen las bases aseguradas para su supervivencia diaria, no digamos
quienes la han perdido por los asuntos de las guerras. El caos está presente y
eso demanda mucha más conciencia.
-Homo sapiens, nos recuerda el autor, no es una
conclusión inevitable del devenir de la vida, pues es evidente que cualquier
cambio importante que hubiera ocurrido en su trayectoria podría haber evitado
la aparición de la especie-. A quienes creen en un Dios, se presenta la parte
con apoyo en una fe. Creer en un Dios, no excluye al sentido evolutivo, solo
son tendencias de pensamiento, sí existen grupos extremos a quienes se conoce
como creacionistas, que no aceptan los principios evolutivos.
Creer, nunca es hacerlo a ciegas, en algunas religiones ha quedado claro que la
voluntad de Dios tiene como esencia: supervivencia y felicidad. Podría verse
como contradictorio creer sin entender, porque eso solo daría incertidumbre. Aunque
la fe religiosa tiene la tendencia a no poner en cuestionamiento nada de lo que
la sustenta, está en la voluntad de cada ser humano, el ampliar sus respuestas
con la claridad necesaria. La conciencia no tendría que estar reñida con la
creencia.
No fue más que una serie de medidas biológicas
concatenadas las que nos hicieron humanos. Hoy día, bastaría que algunos países
perdieran el rumbo para terminar con la especie que ha tomado tantos miles de
años concretar. Si hoy día todo esto lo tenemos claro, gracias al buen manejo
del cerebro podremos evolucionar con buen camino hacia lo que todavía nos falta,
haciendo la parte que nos corresponde.
La evolución no ha terminado todavía.
Darwin creía que la selección de pequeños cambios
graduales en los seres, podía hacer que unas especies se transformaran por
necesidad en otras. Al cabo, obviamente quedo claro que esto no es posible. Es
por este postulado que por mucho tiempo se pensó en eslabones perdidos, que en
realidad eran utópicos y nada realistas.
Por lo tanto, ese pensar del eslabón perdido es en cierta
forma falaz. Solo existen estadios diferentes de evolución, todos dentro de la
línea de una misma especie.
Es claro que a veces cambios intermedios en el
evolucionar de algunas especies se presentan como cambios bruscos, porque la
necesidad de sobrevivir así lo exige. Algunos científicos creen que la evolución
biológica sí se puede dar en brotes de grupos específicos.
A fin de cuentas, algo muy positivo de Darwin fue: -no
consideró al organismo como un todo cerrado-. Esta visión de apertura, ha dado
muy buena base a lo que se va desarrollando después de él.
Se ha cambiado la pregunta de ¿Quién sobrevive? y hoy se
afirma que no solo sea considerada la aptitud de adaptación al medio para
sobrevivir, hay otros factores que están muy vinculados a la supervivencia,
como los caracteres heredados en lo biológico, las tendencias comunes de apoyo
a las necesidades básicas, en lo social.
El Dr. Del Castillo y sus colegas señalan que -la materia
es el agente activo, el motor de la dinámica de la vida, es su impulso
transformador el que promueve el cambio. El medio es tan solo un agente
subordinado-.
Por momentos nos puede parecer un tanto fastidioso saber
tanto detalle de cómo se mueve la materia viva para su evolución. Se nos hace más
interesante cuando comprendemos que de esa materia estamos formados y está en
nuestras manos que se den patrones positivos de cambio. No podemos quedarnos de
manos cruzadas, aunque las tareas que son necesarias no son las mismas para
todos.
El modo de pensar proactivo de cada quien es algo vivo. No
es replica de otros modos de pensar. Pensamos, porque es función que se
desarrolla como única en cada ser, y se nutre de lo qué otros congéneres aportan.
Por estos tiempos que releo, me encuentro cuando mis
hijos empezaban la década de los años veinteañeros de sus vidas. Me daba cuenta
que afortunados habíamos sido en los años pasados de haber podido compartir con
los abuelos. Ya los dos varones habían partido y las abuelas estaban bien de
salud y eran parte actuante. Dios sabe claramente que vida nos toca vivir a
cada quien, y como queremos vivirla. Saber lo que no queremos. Hacer revisiones
de vida.
Dentro de los ámbitos de los terapeutas de vida más
actualizados existe una dinámica terapéutica de grupo, que se ha puesto al
alcance de todos nosotros, que se denomina: Constelaciones. Es una
actividad con mecánica compartida entre los diversos integrantes del grupo que
participa, y que se desarrolla al poder desentrañar con bastante acierto de los
participantes y del psicólogo o profesional que conduce, esos hilos que nos
unen a los seres con los que compartimos.
El dinamismo que
se da más la participación activa es una especie de desatorar lo que no se
tiene claro y se da cuando nos vemos representados por algún participante que toma
vida de algunos personajes elegidos y con diálogos y dinámicas se logran
visualizar las interacciones que hemos tenido con ellos. Esto permite a fin de
cuentas lo más positivo: valorar mejor las interacciones. A veces, no es hasta
que nuestros antepasados fallecen, que nos damos cuenta de cuanto tenemos que
revisar de las relaciones que tuvimos con abuelos y otros congéneres. He tenido
la oportunidad de hacer esta terapia a la que se le conoce como constelar.
Son diálogos bien llevados que nos van dando una claridad muy apreciable y
valiosa.
Nunca faltarán los reveces en la vida de cada uno de
nosotros. Algunas de estas vivencias controvertidas son tan solo el signo de
que algo se ha cerrado y hay dejarlo ir. Cuando uno vive bajezas que provienen
del grupo consanguíneo o de cualquier otra persona, uno cree que es el único
ser humano que vive esas experiencias, y con el paso del tiempo uno aprende que
sea en la consanguinidad o con otro ser humano, el aprendizaje es lo más
valioso. No habremos de guardar ningún mal sentimiento y si fuera necesario, apostar
a perdonar como mandan algunas tradiciones de pensamiento que en su pensar
asertivo nos ayudan a no tener ese tipo de basura en la mente.
La mente no está diseñada para guardar sentimientos
eternamente, y mucho menos de seres que nada que ver con nosotros. Más bien es
saber hacer fluir como fluye un mandala colorido.
Pensando en algunos dolores que se habían cerrado en mi
vida y que aprendía a como deshacerme de esos enconos que de pronto se quieren
quedar a vivir en uno mismo, me di el gusto de estrenar una libreta nueva: la
numero 62. Cada que comienzo la redacción en una nueva libreta de vida, mi vida
cobra nitidez y fuerza.
Es un gusto personal el que tengo de escribir en hojas de
cuadricula, siento que es un formato en el que puedo lograr mejor las formas de
las letras, porque la escritura a mano, para pesar de quienes la valoramos en
todo su esplendor, tal vez va a pasar a ser parte de los asuntos que se
extinguen con los cambios y sin remedio. (Continuará)
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