jueves, 17 de marzo de 2022

 

De la vida diaria.

Cultivar un peral, una hazaña personal.(compartido) MJ

Cuando el Dr. Edelman accede a que se le entreviste, está con toda claridad en un camino muy personal de compartir la hazaña de haber estado en la Segunda Guerra Mundial. Mucho más que eso, él quiere hablarnos de las revelaciones que observa en el aspecto humano. El peral que queremos cultivar a fin de cuentas, viene resultando algo muy personal.

Este médico de quien les hablé un tanto anteriormente fue un ser excepcional, antes de la guerra el soñaba con ser economista, pero como vio pasar frente a sus propios ojos a mas de cuatrocientos mil judíos que se iban a una muerte segura (esa que ya todos conocemos proveniente de hombres que no podemos más que tachar de desalmados, gente de nuestra propia especie que decide liquidar a sus congéneres) le cambió la vida sin más. ¿Los motivos de quien mata? pueden ser los que sean, a fin de cuentas la muerte es un fin para quienes deciden matar y no tienen un sentido empático. Es así que el Dr. Edelman nos habla de haber comprendido la gran diferencia que existe entre la muerte natural y la muerte brutal, esa que es obra de otros seres humanos. Al respecto habla él mismo de la frase: Ganarle a Dios (título del ensayo/entrevista) porque dice: Quien enferma nunca debe perder la esperanza de lograr mediante un buen desempeño médico, que el hilo de vida que alberga en su cuerpo sea restaurado. Cuando se conoce la muerte, la vida se convierte en responsabilidad. “Cada posibilidad de vida, por insignificante que sea, se vuelve muy importante”. “Dios quiere apagar la vela, y yo tengo que apresurarme a proteger la llama..." No importa si se logra por unas horas o por un lapso de vida largo, vivir con la máxima dignidad que se logre, es algo que siempre tiene sentido. Y ¿Cuál es el sentido de morir en la guerra?  Eso es muy difícil de entender, pero sí puedo decir que: -quien combate siempre prefiere morir en la lucha y tal vez empuñando un arma-, él lo vivió cada día en el gueto. Así, en el gueto de Varsovia se armaron como pudieron y muchos lucharon por su vida y la de otros judíos. No todos supieron que invariablemente una vez que se subían a los trenes de la muerte iban a una muerte casi segura, nadie lo decía, aunque muchos lo tuvieran claro. Se repartían tarjetas de vida, es decir  a algunos enfermos o a quienes se les consideraba útiles en las fábricas, eran salvados. Una frase muy significativa nos comparte: “Abrimos fuego, de todos modos no los alcanzamos, pero no importa”, porque la muerte también puede conllevar honor.

Así como podemos diferenciar entre una vida hermosa y una desgraciada, podemos tener claro que la muerte puede ser digna y hasta estética si logramos entender el sentido. Así es como el Dr. Edelman decidió después de la guerra que su misión vital era trabajar con los que enferman del corazón y darles aliento de vida hasta el final. A veces, nos dice: -la ética les complica mucho la vida a los cirujanos-, mas deben estar atentos a cuando hay que luchar por dar esa calidad de vida que todo ser humano merece y luego si llega la muerte que ésta sea con dignidad. A veces a quienes se han dedicado a la intelectualidad durante su vida, les cuesta más aceptar que todos somos mortales, hay que ayudarlos a dejar de pensar durante su enfermedad, porque el pensar de más, acelera el pulso y altera la presión arterial.  -Los cirujanos agradecemos que el paciente no haga tantas preguntas, porque eso altera la mente- Al enfermo se le pide saberse conducir, el médico le ayudará a estar más en paz.

El Dr. Edelman es todo un caso muy interesante. De los cinco comandantes que velaban por las fuerzas resistentes judías de Varsovia, el vivió para contarlo. Vio a unos metros de él mismo como todos los demás compañeros se fueron de este mundo en un momento que el mismo consideró como inoportuno.

¿Puede ser oportuna la muerte?

Personalmente creo que no, uno mismo la entiende mejor cuando es natural.

Honrar la vida siempre. La guerra terminó y se consideró ganada, mas para este médico eso de ganar no existe, nadie gana en estos eventos de tanta muerte, y dice “Para mí, la impresión de que todavía me quedaba algo por hacer, ir a algún lado, de que alguien a quien había que salvar, me esperaba.”

La escritora Yoko Beck postula una de las cuestiones más interesantes con las que yo me haya topado. En los días que le leí y que aprendí mucho de su libro titulado “La vida tal como es”, nos hace una pregunta trascendental en relación a lo que podemos hacer con lo que nos resta de vida:  ¿“Que honras”? Nos resulta obvio en estos momentos mundiales que no todos honramos la vida de la misma manera. Si uno realmente se hace esa pregunta solo podremos tener claro que esta condición de estar vivos y sus motivos no es la misma para todos. Es que tiene todo que ver con una situación mental (algunos estudiosos tienen claro que esto de la nula empatía es una disfunción del lóbulo frontal del cerebro) el ser que decide que es más importante matar que encontrar conciliaciones validas, tiene sus motivos y obviamente  no son entendibles para la mayoría. Cómo plantamos un peral,  que sembramos en él  y cómo lograr que la cosecha sea la más digna posible, es asunto muy privado.

                          Decía mi madre: No te metas en camiseta de once varas. Me preocupaba no comprender del todo esto, hasta que me llego la luz y tuve mas claro que era tan solo apostar a  una siembra asertiva. El latir del corazón lleva fijo un derrotero que cada uno conocemos y aunque se diga misa, no cejar. Es decir, observar a tiempo y resolver con premura y seguridad, exactamente como se hace en un partido de tenis. (Le llegará su momento al tenis en estos textos).  A veces esas camisetas intrincadas en las que la vida nos mete, nos dan buenas consecuencias.

El Dr. Al final de la entrevista asegura: “No hay descanso en la guerra “, y nosotros podremos tener claro que no hay descanso nunca, ni en la vida. Solo quienes no aman lo que hacen quieren que terminen las tareas que les ocupan, más cuando el sentido de la misión responde a una cosecha que se ha dado como fruto de una personal visión, no se presentan cansancios como tales, la buena actividad es motivante.

Al final de la entrevista la escritora le pregunta al Dr. “¿Por qué está vivo?” Y el medico da respuestas prácticas (a pesar de saber que vivir es algo más allá de un asunto de suerte) Y dice medio en broma medio en serio: es que el nazi que en una ocasión me disparó junto al gueto, tenía estrabismo y no tenía las gafas adecuadas.

Encontró en el dolor que vio, la tierra fértil para su propia siembra, un peral enorme que le dio  buen sentido a su vida.

                         Chaplin dijo:

Si estas en el lugar correcto, en el momento preciso, tu autoestima está en su lugar.

Solo surge la angustia, si no respeto mi verdad. Si quiero ser diferente a lo que soy, es que aun albergo inmadurez.

Si forzamos, no respetamos. Nos podemos romper.

Si he de ir hacia adelante, es por mí.

Si he de planear lo haré con los planes más sencillos.

Si he de discutir, no tendré siempre la razón y habré de reconocer las razones del otro.

Si he de ser humilde, recordare que eso es poder sin falta.

Si estoy en presente, promuevo mi plenitud.

Si observo mi mente, doy poder a mi corazón.

                        Se comenten muchos errores cuando se piensa que la vida es lógica. La realidad no siempre lo es, y no hay que temer a esto, sabemos muchos de nosotros que dos y dos no siempre son cuatro y que aunque no haya claridad del todo, si hay buena tierra habrá buena cosecha. MJ

                         

 

 

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