jueves, 30 de junio de 2022

 

De la vida diaria.

Circularidad vital (3)

Imponernos tareas, demandas  y ejercicios que nos roban la paz, puede afectar la dinámica general de nuestros círculos vitales y dificultar cierres y aperturas. MJ

 

¿Cuándo comenzó el ser humano a velar por su paz interior como un asunto tan necesario? Ha sido a partir de que los niveles de stress y de demandas en acciones que nos rebasan hicieron su aparición, como que no nos imaginamos a nuestros antepasados siendo tan observantes de esa paz que hoy día se ha vuelto tan necesaria.

Cuando un círculo vital de algún momento vivido no se cierra con adecuación, vienen los problemas, porque cerrar es indispensable para poder abrir con fluidez. Esto no quiere decir que lo que se cierra ya no importe, sigue presente pero de una manera diferente, queda en la memoria, como en el hecho arqueológico: -solo tiene sentido lo pasado si ilumina el camino presente- como cuando apagamos una luz y el influjo de su fuerza aún persiste.

Cuando pensamos que el que debe regir el flujo de nuestros círculos es el corazón,  no siempre es claro entender a qué se refiere tal asunto. Algunos solíamos pensar que resulta muy aventurado dejar a los sentimientos las resoluciones, más no es lo mismo lo emotivo que lo que percibimos con la intuición y aunque ésta última a veces nos pareciera como algo intangible y fugaz, en realidad tiene mucho influjo en nuestras buenas decisiones. En los últimos tiempos cada vez queda más claro como actúa la intuición en nuestro ser. Todo ser que razona demasiado puede propiciar rupturas indeseadas  ya que a veces la razón no tiene ese sentido que tanto se le adjudica, el de permitir claridad. La razón de la sinrazón existe y hay que tenerlo presente. Es así que si queremos ser más razonables hay que dejar que la intuición permee. 

 En una de esas series televisivas que están tan en boga hoy día para el esparcimiento casero, nos encontramos con una situación digna de revisarse. Una joven decide dar a luz al bebé que no era por ese momento parte de su plan de vida, y lo quiere dar en adopción, cuando de pronto el amigo de su hermano (que está muy enamorado de ella y no es el padre) rescata al crío y decide ver por él. Este ser humano varón  que comprende muy claro el ánimo que le habita y toma una resolución tan sería y digna, tiene muy clara su decisión aún en contra de lo que la misma madre del crío  ha decidido. Cuando ésta se manifiesta en desacuerdo por lo que él hace, éste solo le mira en silencio y se nota que la animosidad de su decisión es certera y se puede manifestar en frases claras y concretas, como diciendo:- No hay que decir de más, cuando el asunto es claro como el agua- Se le ve a él en su casa en soledad cuidando del crio, dándole el biberón y velando su buen dormir. Escenas que estoy segura en las generaciones pasadas no podrían entender ni en sueños. ¿A qué se debe que surjan estos cambios en procesos que solo conocíamos de una determinada forma o manera?. Ya ha evolucionado muchísimo el concepto acartonado que se tenía de la paternidad, al mismo tiempo que ya muchos jóvenes optan con toda claridad por no querer ser padres. Cuando yo contraje nupcias mi padre que hablaba muy poco (lo que propiciaba que uno pusiese más atención cuando abría la boca) solo me mencionó con total claridad: - La vida en pareja es una vocación- En verdad yo no tenía tan claro que quería decir exactamente, o si esa vocación era para mí, asunto que fui comprendiendo mucho más con el tiempo y los años. Nadie puede negar que los flujos de la vida de pareja sean a veces intrincados y con dobleces, es un hecho que se necesita una piel especial para saber llevarlos, la paternidad y maternidad no son tareas para todo ser humano, mas cuando uno toma esos caminos ha habido mucho trabajo intuitivo.  Muchos nos preguntamos el porqué de tanto divorcio hoy día, yo creo que tiene todo que ver con elegir lo que no nos corresponde vivir.

Por estar jugando con las demandas sociales, se puede perder hasta el cariño genuino de personas que creemos afines.

A nadie nos gusta saber que alguien que eligió una vida en pareja al cabo la concluya sin más, pero es un hecho que es preferible cuando las vidas ya no se pueden compartir. Obviamente esto sucede mucho más por el  hecho de creer que hacer vida de pareja es una demanda social, cuando bien se sabe que aun con vocación a veces es necesario un esfuerzo extra.

                             A quienes nos gusta el texto escrito lo realizamos desde el alma de las vivencias y mucho de los sentimientos. Ahí en mis escritos encontré que me dije:

Escribir (me) es volcar el alma, porque ahí mismo están las vivencias como más frescas y latentes, esas que al hacerlas consientes nivelan al corazón y vuelven al flujo vital  reforzadas.

Inmaculada, la vida cotidiana puede ser la tarea más creativa de nuestro ser, redonda y bien estructurada desempeñarla no es un asunto de pepita y cacahuate (como solían decir los de generaciones pasadas cuando querían referirse a que lo que se hace no es fácil) es en el día a día en donde se pone en práctica lo perfectible, recordando que lo perfecto que plantea la mente a veces es un espejismo. Hacer lo mejor a nuestros propios ojos, porque los ojos de los demás habrán de estar en la visión de sus propios derroteros.

Al niño se le encausa a estar atento en lo suyo, es algo que se propicia  porque nadie lo tenemos como un don natural. A quien no se le enseña desde la infancia a que estar demasiado atentos en la vida de los otros no es sano, seguro vivirá esos mundos de chisme que tanto mal hacen. El ánimo angustiado contrario a la paz, tiene sus orígenes en estar viendo lo que no nos incumbe. Tan sencillo lo noté el otro día que jugamos Lotería y el niño de esta casa a sus tres años lo disfruta mucho, mas tiende a estar más atento de lo que apuntamos los otros y no de su propia cartilla.

Releer es tarea divertida y nos propicia reencuentros, así me encontré el libro Tu yo sagrado de Wayne Dyler. Este autor deja muy claro que el mundo físico solo es un vehículo en el que se asienta la animosidad que puede variar dependiendo de lo que vamos implementando en ella, es decir: crecimiento. Cada problema es la oportunidad para esa evolución que nos va atenuando los sinsabores, que nos va permitiendo que no vivamos con regresiones innecesarias dentro de un mismo círculo. Porque regresar a veces es necesario tan solo para sanear los bríos y renovar.

La palabra expectativa circula con fuerza en nuestros círculos de vida personal. Siempre la escuchamos, el diccionario nos dice a la letra: -Esperanza de realizar o conseguir algo-. Es totalmente válida la expectativa, lo que hay que cuidar es que sea realista.

Una mañana de estos días de verano apareció una pequeña zarigüeya dentro del bote en donde se ponen las bolsas ya cerradas de la basura, en espera de ser recogidas por el camión. El olor atrajo a tan entusiasta animal en busca de  alimento. Le vi mirarme muy de frente con unas pequeñas e intensas canicas negras y brillantes, acurrucada al fondo del bote, como diciendo: aquí buscaba alimento y solo encontré un pozo que me tragó. Que drástico, pensé, un sencillo animalito del campo en busca de su subsistencia y cae en un pozo. Llame a la señora que nos ayuda en casa y le dije que me ayudara  a soltar a esa pobre víctima en un terreno baldío y cuál fue mi sorpresa que me dijo: -Si quiere ahora mismo la mato, siempre lo hago en mi casa. -¿Cómo?- le pregunté. -Y ¿por qué?- y me dio una respuesta válida pero no convincente: -porque se comen a mis gallinas-. Le dije que era mejor que pusiera a buen recaudo a sus gallinas y no matara a un ser vivo que podría encontrar su alimento de otra manera. Solo sonrió y soltamos al animal. En su mirada percibí que me vio como bicho raro. 

Lamentablemente existe la costumbre de matar a los animales que se interponen en nuestros derroteros como  lo más natural, en el área en donde vivo hay una época en la que los chiwos (tarántulas negras) abundan y hay quienes los incendian con alcohol, cuando es sabido que son inofensivos. Así  como se defiende  a  capa y espada a los no nacidos de nuestra especie, más aun habremos de defender a los ya nacidos de otras especies. Creo que es un deber impostergable el enseñar a los niños a liberar a los animales en la naturaleza que es en donde les corresponde estar.

Carl Jung lo deja claro: -todo lo que nos irrita de los demás, puede conducirnos a un envenenamiento de nosotros mismos-. (Continuará)

 

                               

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