De
la vida diaria.
Circularidad
vital. (1)
Exploramos
sin cesar y al final de nuestras exploraciones llegamos al punto de partida y
reconocemos ese lugar por primera vez. T.S. Eliot.
El
estado de ánimo no solo es el balance entre alegrías y tristezas, es el
conjunto de todo lo que somos y hacemos, como si todo fuera parte de un
círculo.
Lo
tengamos en cuenta o no, todo en la vida es circular, son como esferas que en
su movimiento invaden el espectro de la vivencia entre unas y otras. A veces
añoramos la vivencia pura, más no existe porque todo está interconectado en su
propio circulo de acción.
Lo
emotivo tiene todo que ver con un equilibrio que comienza desde la forma en que
respiramos hasta el modo que la cultura nos ha enseñado a percibir los eventos
de nuestra vida. Toda la vida me ha parecido muy interesante que el respirar no
sea algo de lo que estemos conscientes propiamente, por decir que es el primer
asunto que da base a toda la circularidad de la vida.
Respirar
profundo cuando un círculo vital se cierra, indispensable para añadir la nueva
pauta del que se abrirá a continuación, porque así es, todo es un continuo, mas
es necesario visualizar cuando algo termina y cuando llega lo nuevo.
Los
humores que circulan por nuestro cuerpo físico tienen todo que ver para los
movimientos del ánimo y ni que decir como son la base para la toma de
actitudes.
El
diccionario de la Real Academia nos dice: -Lo animado es algo que está dotado
de alma,- y yo podría añadir lo que hacemos al respirar da redondez a todo lo
que se vive en un solo día, y mucho más en la circularidad que va desde que
entramos al mundo hasta que damos el último suspiro.
Eudora
Welty dice algo que hay que tomar en cuenta: -Los hechos son cronológicos, pero
su importancia no.- y esto tan solo para tener claro que no importa cuando
sucedió tal o cual asunto ¿es que sigue permeando tus circularidades actuales?
-No
existe total conciencia del valor del olfato en la vida de los seres humanos-,
nos dice la científica Nazaret Castellanos. Esta estudiosa del cerebro apunta
que cuando respiramos por la nariz todos los millones de neuronas se alinean y
nos permiten tener mejores percepciones. En un principio cuando aún se estaba
perfeccionando el lóbulo frontal del cerebro el bulbo olfativo estaba más
presente (que en realidad son dos, uno de cada lado) Cuando el lóbulo frontal
del cerebro crece este bulbo olfativo se retira (pareciendo que es menos
relevante en la acción humana) para dar entrada a la parte que rige el libre
albedrio. Pletórico de circuitos electritos y neuronas es básico para el orden
mental y el equilibrio emotivo. Si respiramos por la nariz seremos mucho más
serenos y no propensos a la violencia, la tónica general de salud mejora.
Entonar el olfato ayuda mucho a la plasticidad del cerebro y a que funcione con
más redondez y armonía con los demás órganos y el corazón. Mucha gente sin
darse cuenta en realidad respira por la boca, y tiene mas propensión a
desordenes de salud. Hay día se hacen estudios muy serios de cómo todo el
organismo influye al cerebro y por lo tanto el funcionamiento adecuado de los
órganos. En particular el corazón. Otro órgano que controla lo emotivo está en
la base de la nuca, la amígdala, y es estimulada para bien si el aire entra por
la nariz.
Así
de sencillo, solo respirar con adecuación puede hacer la diferencia en
nosotros.
Desde
la época de Hipócrates se dijo de la importancia del buen entorno y el cuidado
de los olores como base de la salud mental.
El
cansancio crónico desestabiliza la redondez del ánimo.
Horacio
dijo: -El ánfora siempre guarda el aroma del primer vino que guardó.- Aun así
no se sabía que cruciales son para el equilibrio mental, los olores. El olfato
aun siendo subjetivo está asociado a la vista de los colores y con esta
percepción se entonan las emociones y hasta la facultad cognoscitiva. Aunque no
le podemos poner propiamente nombre a un olor, si lo podemos asociar a una vivencia
y a alguna emoción, las emociones se hacen presentes y los recuerdos asociados
se vuelven parte de la memoria y esta nos puede dar serenidad.
No en
vano se dice cada vez más, y con muchas personas para atestiguar, que cuando
estamos a punto de irnos de este mundo una película pasa ante nuestros ojos: la
de nuestra propia vida. A veces escuchamos cosas como ésta y nos preguntamos
qué tan cierto es, porque son cosas que nos inquietan pero que solo viviremos
en su momento. Es así que comprendemos que la vida aunque está hecha de
momentos, la relevancia del conjunto total es indiscutible. Todo el círculo
completo será mostrado en su momento por lo que cada pequeño cierre o apertura
tiene un sentido que se guarda, que es parte actuante.
Tiene
una fuerte razón de ser el hecho de que veamos toda nuestra vida como un solo
paquete, ya que es así como la vivimos aunque para poderla realizar mejor la
separamos por partes. Así es como preferimos ver las partes más iluminadas
olvidando que las más sombreadas también aportan. En ese aporte de tonificación
necesaria también entran en juego otros elementos, como ¿quiénes somos? y qué
hacemos con eso que somos. Qué actitudes tomamos. Todo está afectado por el
ánimo.
Con
la vida de cada día viene pasando lo mismo, escuchamos de eventos y situaciones
pero nada sabemos hasta que nos toca vivirlos en carne propia. Todo está
vinculado, al llegar a nosotros esos momentos de vida tan personal y únicos es
seguro que lo que sentiremos es algo que ni en sueños imaginamos como tal,
cuando contemplamos la totalidad de nuestra vida. Así pues nos sucede con lo
anímico: permea todo, porque lo más valioso que tenemos es dar con la respuesta
de lo que se nos pide a cada momento. Estar pensando en lo que fue solo nos
hace bien mientras sirva para mejorar el
presente.
Los
humores son sumamente importantes y están también muy vinculados con la
cantidad de stress que permitimos que esté presente, ya que sí es un hecho que
uno puede aprender a atenuar los grados de tensión. Se ha descubierto que las
personas depresivas tienen afectado el receptor físico de los olores y respiran
sin armonía, básicamente por la boca. Se ha comprobado que muchas personas
salen de cuadros depresivos tan solo aprendiendo a respirar.
Los eventos inesperados a veces los
vinculamos con hechos que no tendrían por qué suceder (o eso es lo que
deseamos) pero se nos olvida que todo lo que sucede es totalmente viable y que
por algo muy natural llegan. Estando revisando esta parte de mis escritos que
pertenece a las fechas de principios de este siglo me encontré con que estoy
viendo lo que viví en el mes de agosto de hace veinte años y aunque soy la
misma y me reconozco, ya no veo la vida de la misma manera y eso es algo por lo
que estoy agradecida, cada evento en su momento parece ser único, mas es tan
solo parte. Es mi mismo círculo de vida que no puedo dejar, mas mis
percepciones si pueden ser otras.
Ahora
quiero compartirles un evento que paralizó todo lo que estábamos haciendo hoy
día, ya que percibimos como que todo se detuvo para atender lo más imperioso
que llegó. Estuvimos sin energía eléctrica más de cuarenta y ocho horas
sintiendo que fueron como cuarenta y ocho semanas. Cuando llega la burbuja de
una situación inesperada es un hecho que la temporalidad toma nuevos tonos y se
nos presenta como eterna y diferente (esto no tiene la mayor importancia porque
tiempo habrá de sobra siempre para lo importante) y aunque de momento no es
exacto a lo que queremos vivir, el real problema no es lo nuevo que se vive,
sino que nos cambie el estado de ánimo de forma drástica.
Ante
una situación de emergencia es normal asustarnos, pero en nosotros está el
saber que ante todo debemos estar lo más enteros para ir
resolviendo, es seguro que saldremos fortalecidos.
El
jueves pasado eran casi las dos de la tarde y llovía a cantaros, cuando
sentimos que un ovni nos cayó encima (literal, fueron tan poco
comunes los ruidos escuchados en nuestro techo exactamente arriba de donde nos
encontrábamos, que creímos que algo había aterrizado ahí) obviamente salimos
aún con fuerte lluvia y viento (un ciclón que entraba estaba comenzado a
hacerse sentir en nuestro entorno) y desde una terraza vimos lo ocurrido: un
poste de energía eléctrica estaba ladeado y solo sostenido por los mismos
cables, literal: colgado. No sabíamos todo lo demás que había ocurrido: Un
árbol en la misma calle y más allá de nuestra casa, cayó completo y jaló
con mucha fuerza otro poste que quebrado se asentó en medio de
la calle cerrando el paso a muchas casas que quedaron prácticamente sin
salida, se trata de una calle cerrada. Todo esto nos dejó atónitos y
solo supimos de la magnitud más tarde.(continuará).
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