De la
vida diaria.
Colores,
del día a día. (3)
Si aún no tienes claro un color favorito, con observación y un poco
de paciencia llegará. MJ
En los textos que voy revisando y compartiendo,
hubo un momento en el que me pregunté ¿qué tanto podría ser posible que todo lo escrito se
convirtiera en una reinterpretación? y así pudiera ser compartido con más
acierto. Uno nunca puede tener todo claro ni mucho menos dar todo por sentado
en lo vivido y que sea como inmutable, la vida es cambio, mas las revisiones de
vida siempre nos hacen un gran bien y va
quedando claro que al depurar uno vuelve al
camino andado, se reaprende y si
es posible se comparte con más claridad. Eso no cambia la esencia de lo
escrito, tan solo la hace más compartible. Así mismo pasa con el color que
preferimos, probablemente no solo sea uno y es posible que cambie nuestra
percepción al comprender mejor su esencia. No importa si no somos tan
consientes del color que preferimos, éste también está marcado por las épocas
del año. Algunos estudiosos de las energías coloridas, nos dicen que hasta se
puede situar un color para cada día de la semana. En lo personal esto lo tengo
claro desde niña y no fue sino hace unos años que lo plasmé en acrílicos. Cada
libreta que reviso va tomando su sitio en
una caja, se acomodan para descansar. Me emociona ver como se
conjuntan los colores de las libretas que fui eligiendo y mientras las guardo
percibo lo que solo sabía un tanto en la inconciencia: cada color tiene sus
razónes. Llegado el momento de las seis décadas de vida, las fui organizando
con mucho mas orden haciendo una selección por años y las fui tomando una a una
como si fuesen únicas, así la serie de cada color empezó a hablar por sí misma, algo se despertó en mi interior y la
revisión se hizo inminente, exactamente como cuando algo se hace más evidente y
toma la delantera de las acciones. Tal vez lo que me marcó el año en que
comencé a revisar mis textos personales
fue que perdí a mi eterna y muy querida compañera de juegos infantiles y
eso inevitablemente marca un antes y un después en la vida. Ella se fue después
de una profunda batalla contra el cáncer, cumplió sesenta años de vida y unos
días después se fue, nos despedimos, le vimos como batalló y como cuando ya se
dio cuenta que la vida para ella se cerraba en lo físico, vivió sus últimos
momentos en paz. Tuve la ventura de estar a su lado y tomarle la mano el día
anterior a su partida y tan solo me dijo: -sé que volveré a ver a mis papás y
eso es lo que quiero- Solo pude decirle que así también lo pensaba yo misma y
que así sería. No sabía yo que tanto más habría de esperar, cuando al día
siguiente de ese compartir con ella en sus últimos momentos en la tierra, me
avisaron que había partido. Fue tal el impacto que decidí que ese mismo año del
comienzo de la revisión, la acción se haría más disciplinadamente. Nos entra un
afán de orden muy especial con los años, como que sabemos que el tiempo es
implacable y casi nos murmura al oído que si vamos a voltear a ver hacia atrás,
hay que llenar de alegría al corazón, nadie queremos volvernos de sal. Ya desde
antes, cuando supe que ella estaba enferma,
me decidí a escribir un texto de varias cuartillas sobre momentos clave
de nuestra infancia. Lleva por título: Uaymitiun siete (7) Días. (Está disponible para leer en mi blog
personal al que se accede por: majocreativa.blogspot.com).
No
sabía que la vida me reservaba este maravilloso espacio para poder compartir.
Ha sido lo que escribo tan de la cotidianidad, que dudaba si al revisar, algo
habría de cierto en comprender con nuevos ojos lo vivido y saber cómo nos percibimos ¿qué tanto somos seres
cambiantes con constancia? O ¿será que solo cambiamos cuando cerramos etapas? Y cómo mi pensamiento podría ser útil a otros
de mis congéneres. Por estos días andaba yo escribiendo mucho sobre lo que
percibía de cómo la gente que nos rodea a veces se enmascara. Como si en
realidad la vida fuese un baile de mascarada y me parecía muy cansado estar
presentándonos ante los demás como con disfraces. Así suele suceder, en algunos
ámbitos habremos de aceptarlo y mucho
más hoy día que están tan trastocados los valores humanos. Nos gusta vernos
como quisiéramos ser y no como somos en realidad y a veces creo que los otros
nos perciben más con lo que nos caracteriza de fondo. Optamos a veces por coloraciones que ni nos
pertenecen, esas que nos vienen como cómodas. Ya más adelante, cuando comprendí
el valor de las energías del color en cada ser, me di cuenta que no es tanto la
máscara lo que nos define sino los
caracteres de nuestros modos más fidedignos y coloridos. Percibir en que color
vibramos es un don que puede tomar su tiempo desarrollarse y lo haremos cuando
percibamos que tanto somos afines a algunos colores dependiendo de nuestro
carácter. Saber percibir lo que hay debajo de las máscaras de los congéneres es
todo un arte, mas lo mejor es poder comprender las actitudes compartibles. Me
encanta observar y mucho me gusta hacerlo sentándome en un lugar estratégico en
las plazas comerciales y mirar al transeúnte, éste aun sin cruzar palabra con
nosotros nos deja ver expresiones faciales, modos de caminar y de mirar que nos
enseñan mucho.
Es la
vida, un caleidoscopio.
Estamos.
Estamos
sueltos en el mundo.
Estamos
con miserias, estamos con alegrías.
Estamos.
Estamos
en la ley espiritual, color personal vibrante.
Estamos
en la tiniebla mundana.
Estamos.
¡Qué
trivial ironía!
Este
redil animal en compañía, le habitan las mil soledades.
Las
coloraciones especiales, únicas.
Estamos
y somos.
Somos
y estamos. MJ
Vivimos
en un encuentro constante con lo que somos aunque no nos percibamos de lleno
así, las más de las veces sentimos que estamos faltos de algo y al recibir contrastes constantes, nos complementamos
con los otros seres, nos coloreamos al compartir.
Es
aquí en donde habremos de tener claro que los colores más que nada son una
energía, misma que se hace visible a través de la luz, propiamente el color que
vemos no existe como tal, sino es el reflejo de la luz que lo compone.
La
primera definición que a la letra dice el diccionario es: Color: -Sensación
producida por los rayos luminosos que impresionan los órganos visuales y que
dependen de la longitud de onda.- Son ondas invisibles que solo se hacen
visibles a voluntad.
El ojo
humano es uno de los órganos que tomó más tiempo en la evolución y de cada ser
humano aun hoy día puede presentar cambios como lo es la curvatura de la
retina. Es un órgano que se afinó para superviviencia.
Los
limbos del ser son una realidad, a veces más nítidos a veces más borrosos son
esas partes de la personalidad que de pronto se sienten descoloridos,
permitiéndonos cambiar los tonos o para que seamos más conscientes de los que
nos gustaría implementar.
De
pronto en esta vertiginosa época que vivimos hoy día, nos podemos encontrar con
el sentimiento de no saber si vamos o venimos. Es tan fuerte la demanda
mundana, que llegamos por momentos a esas dualidades desconcertantes. Es lo que
pasa hoy día. Comenzaba el siglo, y en lo personal percibía que ya la
información en general es tan amplia que la vida pide decantar, elegir.
Escribía yo con gran esperanza y muchos de nosotros creíamos que ya la era moderna nos miraba de frente a
los ojos, cómo algo novedoso, cuando tal vez solo era una voluta más en los
movimientos inevitablemente dialecticos.
EL
flujo armónico está presente siempre y habremos de hacerlo nuestro fiel
compañero y recibir toda la fuerza que es capaz de darnos, conlleva como parte
de su ser, sentires de esperanza y ese flujo de armonía siempre lo podamos
asociar a algún color. Todos los colores parten del espectro de la luz blanca
del sol, son siete las radiaciones en que se descompone el haz de luz que al atravesar un prisma
óptico hace surgir el color. De ahí nacen todos: rojo, naranja, amarillo,
verde, azul, añil y violeta.
Todos
los colores son parte de alguna combinación de los tres primarios: El rojo, el
amarillo y el azul.
Los
colores se dividen en fríos: Azul y verde. Y Cálidos todos los marrones partiendo
del amarillo, rojo y naranja.
Cuando
comprendemos que éstos además pueden complementarse con algunos entre sí, la
riqueza de la comprensión de esa fuerza que emanan se hace mucho más
interesante, no solo tienen temperatura, sino tienen a un aliado que los hace
más bellos (su complemento) y además cualidades que podemos percibir para
nuestro beneficio.
Los
colores complementarios son: El rojo con el verde. El amarillo con el violeta.
Y El azul con el naranja.
¿Cómo
nos complementamos con los otros seres? o ¿qué es lo que significa eso de ser
complementos?
Complementar
significa magnificar al otro, que con
nuestras acciones esas personas adquieran mejoría, crecimiento. Nada es
fortuito, todo tiene sus razones y es grandioso irlas descubriendo. Quienes
hemos practicado la docencia sentimos esas complementariedades con los alumnos.
Del
mismo modo iremos descubriendo que colores nos son afines y nos complementan
los rasgos del carácter, dependiendo de lo que la energía que contienen nos
impacta.
En general
y más en la actualidad los neutros se han puesto de moda, están muy presentes a
conciencia en los espacios arquitectónicos y en la vestimenta.
Creo
que a todos los humanos nos marcó de alguna manera el presenciar el inicio de
un siglo.
La
libreta numero cuarenta y tres (43) de mis textos está permeada de los
sentimientos del nuevo siglo, de lo más fuerte que se me dio fue el concretar
el conocimiento de los colores y su energía. Aprendí a percibir los tonos de
renovación.
MJ.
(Continuará).
No hay comentarios:
Publicar un comentario