Unas líneas para Mike.
María José Roche.
No te confíes a la tranquilidad presente; en un momento
se altera el mar. Seneca.
Te conocí Mike desde que eras niño.
Fue lo primero que me recordaste con tu franqueza
estupenda, el día que nos dimos la mano como adultos. Tenías razón, fue en esos
encuentros caseros en los que uno no pone demasiada atención cuando los críos
llegan a nuestros recintos y de pronto solo corretean sin ser parte de un trato
cercano. Estaba yo en mis primeros veinte
años y tu tan solo un niño. Se dio en la
casa de mis padres en donde solían visitar, ya que mi madre era en cierto grado
prima de la tuya, y se apreciaban con cariño genuino.
Que gusto me dio el día que propiamente nos conocimos. Ya
de adultos, reconocí tu sonrisa imperdible, esa sonrisa que abraza con tan solo
mirarla, era amplia e invitaba a confiar en un ser que a todas luces se veía de
espíritu muy grande. Qué bueno que se volvió a grabar en mi mente en donde
quedará. No sabía cuan rápido dejarías este mundo.
Con el rostro lleno de esa luz tan tuya, nos recibiste en
tu agradable casa, a muchos de los que por tu amable confianza fuimos
convocados a comer juntos. Algunos, como yo, apenas comenzábamos a tener un
espacio para decir, para hablar de lo que más nos importa y así
colaborar. Me cambió la vida ese maravilloso medio digital que nos cobijó y
poder decir: Estamosaqui.Mx.
Propiamente nos
conocimos mediante el vínculo con la escritora muy querida y apreciada amiga
Paloma Bello, que me condujo hacia ti, y el encuentro que nos vinculó.
Una mañana recibí un WhatsApp que venía a dar un vuelco
positivo a mis quehaceres de escribidora. -Amiga- me dijo tan amable Paloma, -quiero
decirte algo: eso que estas escribiendo en tu blog personal, no merece quedarse
ahí, tienes que sacarlo a la amplitud de lectores-. En verdad me quedé atónita.
Había yo decidido que, al cumplir las seis décadas de vida todos mis textos de
la vida diaria escritos a mano, pasarían a la computadora mediante una revisión
y quedasen ahí tan solo para mis muy cercanos. No fue así, porque gracias a tu
apertura, la de tu amigo y hermano de amistad eterna, Rafael Lores y a Paloma
por supuesto, aceptaron mi colaboración.
Comencé a sentir que todo lo escrito en mis múltiples libretas tomaría
un sentido más digno.
Dice un postulado Zen, el cual yo valoro mucho por lo digno de sus
posturas para vivir vidas propositivas y sencillas, que cuando uno en verdad
desea que algo sea muy real y llegue hasta los confines deseados, uno debe
pensarlo, decirlo y proponerlo al menos tres veces. Es así, que, en tres
momentos solo una palabra: Gracias. Gracias. Gracias. Mi querido Mike.
Muchas Gracias Mike por ser quien fuiste y porque tu
legado vivirá, no solo en nosotros que te apreciamos en tu labor periodística,
sino en tu don de ser amable. En esa luz muy personal que nos dejaste.
Creo, sin ningún temor a equivocarme, que cada letra escrita para
compartir en los textos que amablemente nos has permitido compartir en tu
periódico, hoy día serán escritos en tu presencia, que estoy segura que cada
uno de todos los colaboradores seguiremos haciendo viva.
Ahora, te han llamado a Descansar en Paz. Otros
continuaran tus caminos, esos que abriste con decisión y mucha creatividad. MJ
No hay comentarios:
Publicar un comentario