jueves, 30 de noviembre de 2023

 

D.L.V.D. Libertad, es decisión. (13)

                                                               Lo que decidimos puede tornarse tan sutil, que a fin de cuentas se vuelve parte del sentido común. MJ

 

                                        Esto de decidir con acierto, puede llegar a darse como una práctica del sentido común del ser humano. Las decisiones que fueron buenas para cierta etapa de la vida, no necesariamente lo serán para otras, cada momento vital tiene sus dinámicas y exigencias, es circular. Ser decidido se aprende desde niños.  A los peques hay que enseñarles que ese poder de preferir está dentro de ellos, responde más bien a lo que somos y que no siempre es afín a lo que se cree que se quiere. De los primeros 7 (siete) años en mucho se ocupan los padres en decidir las rutinas y actividades, y los niños pueden elegir en otros rubros menos determinantes y así, fortalecer sus preferencias. Los adultos, observantes de la personalidad del peque, podremos orientarle, siempre haciendo hincapié en que el poder de decisión va unido al gozo.

Es importante forjar ese poder de decisión. Puede llegarse a la edad adulta y no tener bien desarrollado ese saber bien a bien qué es lo que queremos, dando pie a sentimientos de ansiedad o discordancias que más tarde no se entiende de donde provienen. No es tan sencillo como parece, elegir uno u otro sentido o asunto afecta la trascendencia.  Cuando nos damos cuenta cuanto pueden afectar las malas decisiones, podríamos decir que estamos más conscientes. Las decisiones en relación a las preferencias materiales son meras cuestiones de gusto, sin embargo, hay que tener cuidado con esto, porque ya el mundo en general está obteniendo materialidad de maneras tan lejanas al trabajo digno, que en muchos ámbitos el despilfarro ya no permite optar con acierto. Ese sentir tan generalizado de que se tiene que tener de todo, por el simple hecho de tener, nos hace olvidadnos del ser.  Alguna vez escuche: -El sentido común, es el menos común-. Mucho de lo que decidimos proviene de regodeos y alabanzas de lo que otras personas piensan o tienen, dejando de lado lo que en verdad sentimos y somos.

 La vorágine del consumismo es como un asunto sutil que absorbe. Cuando los modos consumistas tragan, es difícil reconocerlos.

En estos días vimos en casa, la serie de tres (3) capítulos de la vida de una de las mujeres más ricas del mundo, la heredera de L* Oreal, Liliane Bettencourt. En nada estuvo que perdiera todo su patrimonio, por malas decisiones y por ignorancia. Es de Netflix. La recomiendo.

Otro aspecto de las decisiones se da al pertenecer a una minoría social, esto puede implicar limitantes en las percepciones, así como no tener clara la energía que implica la responsabilidad de tener algunos bienes. Se puede trastocar la objetividad, los bienes son para agilizar la existencia no para trastocarla.  Calificar a los seres humanos de normales o anormales, es otro asunto que habrase de revisar. Einstein, no era propiamente un ser considerado normal, y a fin de cuentas dio uno de los giros más positivos a la humanidad.

La historia de la humanidad, no solo es un proceso de individualización creciente, sino también una posibilidad de crecer en libertad logrando armonía entre lo social y lo individual.

Fromm, dice: -Nunca se ha abusado más que ahora de las palabras para ocultar la verdad. -

                                                             Desarrollar el sentido común, conlleva observar con más detenimiento las palabras que utilizamos y porque las decimos. Un ejemplo, es cuando se dice: -los tiempos de Dios- habrá de quedar claro que es lo que conlleva esta expresión, son ¿tiempos especiales? o más bien se refiere al enfoque que se les da a asuntos triviales del día a día que son fluidos. A Dios no se le condiciona hacia lo que queremos que suceda. A Dios se le percibe en los flujos positivos y a veces basta una sola palabra para saber si está presente en tal o cual criterio.

Marjorie Holmes, en un pensamiento un tanto drástico nos dice una verdad a todas luces muy necesaria cuando apreciamos el valor de decidir y tomar caminos:

-Debo tener presente que cada vida sigue su curso libre, que lo que les ocurre a los demás no tiene nada que ver conmigo. -  Esto da la impresión de tener un aspecto poco humano, mucho más cuando sabemos lo que nos une a los otros seres, aunque tiene más bien que ver con que no podemos estar comprando lo que no es directamente nuestro.

Sarah Ban Breathnach, la escritora de la vida sencilla, en su libro: -El encanto de la vida simple- nos dice: -…se tarda toda una vida en vivir auténticamente. -

Un maestro en los años de preparatoria nos hablaba de cómo en nuestra tierra, se da el cultivo a las personas. Practica que perjudica de fondo, aunque en lo social sirva mucho para hacer creer a algunas personas que son lo que no son. No es fácil a veces entender esto y menos cuando parece ser algo tan natural.  

Leí por estos años a un autor budista, habla de cómo percibir las posturas de cada ser. Dentro de una propuesta más amplia, propone estos puntos:

1.    Siempre percibir los significados.

Tanto el literal como el sutil.

2.    Características positivas del ser:

a. Percibir amabilidad en los ojos: esos que brillan con buen humor. Al hablar, mirar a los ojos.

b. Buen porte del cuerpo: No solo la postura, sino el lenguaje que emana del físico.

c. Voz, modulada. Sobre todo, al dirigirnos a los críos. Ningún niño escucha realmente si la voz es muy álgida.

En lo personal, padezco de esto. Suelo subir la voz, y agradezco cuando me piden modulación. ¿Por qué nos pasa esto? Porque prevalece el sentimiento, mismo que no hemos asentado antes de emitir palabra. Los sentimientos no deben formar parte del diálogo, se pierde el sentido de las buenas palabras cuando se entremezclan con sentimientos.  Es recomendable depurar lo que se siente, y luego hablar.

En tenis, deporte que en un alto porcentaje se rige por un ánimo adecuado, cuando el jugador no logra controlar lo que siente, su juego baja notablemente. Puede llegar a acciones extremas dentro de la cancha, como romper la raqueta. Se entiende en cierta forma que esto se hace para liberar la energía negativa que se ha acumulado ante alguna frustración del mismo juego, mas no porque se entienda un hecho en sí mismo, quiere decir que sea aceptable.

Sogyal Rimpoché nos continúa diciendo en -El libro tibetano de la vida y de la muerte-:

3.    Saber practicar la admiración reverente.

O lo que es lo mismo: Si notamos buenas prácticas de cualquier ámbito en alguien, manifestar nuestra admiración. Nadie se desgasta ni se desdora por decirle a otros lo bueno en alguna actitud. A los críos les viene muy bien, porque les reforzamos los buenos actos y hábitos que están en aprendizaje.

4.    Paciencia.

                    Ser paciente, tiene mucho que ver con la práctica de ser observadores.

                             Son tan cíclicas algunas actividades que no hay que preocuparnos cuando algo se cierra. No es fácil tenerlo claro, hasta que lo experimentamos.  No es lo mismo lo que se cierra a lo que se transforma. Quien cierra de golpe algún asunto, es porque ya no tiene más que dar. Y más vale un cierre a tiempo que mil dolores acumulados.

                               La paciencia está unida a la calidez humana. A la sabiduría.

La palabra sabio viene de sabere, de sabor para aprender a saborear la vida. Es una acepción, que en lo personal me agrada.

5.    La buena comprensión de la muerte.

Ante todo, al morir alguna persona habremos de practicar la compasión con los deudos. Habremos de tener ese ponernos en sus zapatos y saber que el duelo no es olvidar, es más bien manejar los sentimientos para que al recordar, no duela.

Algunas personas ocultan la enfermedad como si esta fuera un pecado o un mal no compartible, y se privan del acompañamiento que en el ser humano es algo natural.

Cuando la muerte esté cerca, ser solemnes con quienes están perdiendo la vida (o la batalla contra alguna enfermedad) así como dejar que se expresen libremente de lo que sienten, porque, aunque el misterio de la muerte cada ser lo comprende diferente, todos lo compartimos.

6.Nunca olvidar, que el dolor y el sufrimiento son purificadores del espíritu.

7. Una práctica meditativa asertiva es: Fundir la naturaleza de la mente personal, con el espacio de la verdad que nos circunda. En gran medida meditar es observar en silencio a la mente.

8. Es posible guiar a la conciencia antes de morir. Pero, si la persona muere repentinamente, nosotros podremos acompañarle con la mente, No olvidemos ese poder mental.

9.La vida es un todo continuo que se une a la muerte. Es circularidad.

10. El vivir, es una serie de realidades transitorias, cambiantes, que nos permiten comprender que vivimos en realidad en la impermanencia. Ser impermanentes no quiere decir que nos esfumemos, es más bien que nos transformemos.

11. Cuidado con dejar la mente demasiado libre a las ilusiones. Éstas, son reales, pero no son las mejores consejeras.

12. Cuidado con la vacuidad. Lo vacuo, es el vacío que no tiene real valor.

Existen vacíos muy válidos, como las pausas entre las acciones, esas que los japoneses aprecian en los espacios vacíos entre una acción y la siguiente. También hay vacíos que dan vida, permiten renovar.

13. Cultivar la sencillez. Esto es más bien lo que se da al responder a lo que somos y no tomar acción con las expectativas de los demás. (Continuará).

 

  

 

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