jueves, 16 de noviembre de 2023

 

D.L.V.D. Libertad, es decisión. (11)

Si yo no soy para mí mismo,

¿Quién será para mí?

Si yo soy para mí solamente,

¿Quién soy yo?

Y si no ahora, ¿Cuándo?                                                                                             

 Talmud.

 

                                                       Nací en una familia de dos caminos diferentes.                                                                                                                                                                                                                                                                            Había bifurcación, y aunque no fueran del todo paralelos, el suelo que los componía era del mismo material. Las diferencias nunca dieron pie a controversias, hubo buenos acuerdos. Mi madre y mi padre se respetaron mucho. Mi madre por un lado católica por clan familiar y costumbres, y mi padre un católico que no tenía mayor interés en esas prácticas. Entre uno y otro, nos formamos mis hermanos y yo, para al final cada quien hacer una diversidad de creencias. El plan de vida propuso y Dios dispuso.

Encuentro en la libreta de estos días que releo, mi interés en participar en un grupo católico que se nos propuso, después de unos cursos de parejas bastante afortunados. Cuando decidí probar por ahí en lo personal y encontrar caminos de crecimiento interior, las señoras que conducían esa agrupación de CVX, me salieron con una verdadera batea de babas de la que no daba crédito, así escuché:

-para pertenecer a un grupo de señoras de CVX es necesario pasar unos filtros. -  Me quedó clarísimo el impacto social que eso conlleva: si no eres del potencial requerido, es mejor que te vayas a paseo. No esperé la respuesta, me fui por otros lados a buscar lo que necesitaba en ese momento, o más bien me llegó como un envío de Dios (o anillo al dedo, como mas bien suele decirse) porque en menos que canta un gallo conocí a la señora que dirigía unos esplendidos cursos de Biblia.  

Al tiempo que me avisaron que había yo pasado el examen social, ya no me interesé en participar con los católicos, ya era demasiado tarde, demasiado complicado.

Me fui con un grupo de cristianos. Al principio éramos solo mujeres, mas como mi marido me vio tan entusiasmada y aprendiendo como nunca los asuntos espirituales que a los dos nos interesan, al rato ya estábamos en unas sesiones mixtas por las noches. Lo mixto siempre es mucho más enriquecedor y cuando está bien llevado, ni que decir.  Las puertas de par en par y el conocimiento de la Biblia a todo dar. Nadie tenía que escudriñar mis intereses personales, ni saber mi apellido. Fui aceptada porque la esencia de mi estar ahí era aceptada para aprender, no para hacer escalamientos sociales.

Aquí por estos lares (y me imagino que en otros muchos también) ese escalar social es muy común, por aquí creo que porque a parte del cerro de Muna, no hay nada mas en donde practicar esas subidas y muchos deciden hacerlo en los grupos de gente nice, que, presentados como de crecimiento o aprendizajes, terminan siendo más bien de eventos sociales.

No comprendí nunca como puede ser tan cerrado el camino hacia el encuentro con los principios de una religiosidad. Lástima que ya no vivía el hermano de mi madre que fue jesuita, porque me hubiera encantado saber su opinión y más explicación de estas prácticas selectivas.

 Con los cristianos, nada de grupos para socializar, eran grupos para estudiar. Estudiábamos y cantábamos. Cantábamos y estudiábamos.

Cuando se pregunta a si mismo el católico común, por qué su religión cada día está menos concurrida y con poco interés por parte de gente que quiere en verdad crecer, es fácil descubrir que con esas actitudes tan escudriñantes, discriminatorias o qué se yo, se cierran las puertas. Muchos dirán, que a fin de cuentas la Biblia se puede leer sin más y eso es todo. En verdad que no lo creo así, hay caminos y modos de interpretar las escrituras, y sí que es necesario e interesante que gente preparada lo exponga bien y lo comparta.

Exacto como me sucedió durante el tiempo que tuve la ventura de leer, estudiar, cantar y aprender con personas doctas que no son de mi religión. Una experiencia inolvidable.

Aun con los giros de la vida y los encuentros con personas cerradas y de mente obtusa, la vida sigue siendo muy bella, muy propositiva y llena de encuentros de aprendizajes varios.

En lo personal el camino del arte que mi padre abrió con nosotros sus hijos, tomo diversos estilos, y yo fui la que más me dediqué a la plástica. Cuando decidí que también quería motivar niños, llegaron como lluvia fresca recuerdos de cuando mi padre llegaba de trabajar en CDMX y traía material para crear en casa.  En las épocas de fin de año la parte que más disfrute es cuando diseñamos tarjetas personales, esas que pueden tener tanta originalidad que quien las recibe las disfruta mucho.

Son las dinámicas personales compartidas lo que nos hace crecer como grupo. No es necesario demarcar de más, ni tener grupos cerrados, lo importante es que lo que se decida hacer, básicamente proponga.

Mucho he mencionado en mis textos personales el encuentro con los justos medios, esos equilibrios tan necesarios para que en el día a día todo lo que se propone uno, se logre con la mayor armonía.

¿A qué le podríamos denominar certidumbre diaria?

Ante todo, a lo que significa tener un plan central,  aun sabiendo que es movible. Si somos propositivos, avanzamos. No ser tan severos con nosotros mismos y mucho menos con quienes están cerca de nosotros. Tener ese criterio de saber ajustar. Tener apertura.

Mi marido tiene una aseveración que siempre he admirado: -Bajarse del carrusel-. Y si lo pensamos con detenimiento hay mucha razón en esto: La vida es como un tiovivo que gira a un ritmo, lleva ese ritmo implícito para que cada uno que llega y forma parte del giro total, encuentre el propio. Vueltas de más producirán mareo. Alturas con subidas y bajadas, podrán producir vértigos. La confusión vital no es gratuita. Cuando se pretenden ámbitos demasiado complejos que a veces nos producen las vueltas y revueltas, resulta que ya no sabemos si vamos o venimos.  ¿Qué querrían los jueces (¿o eran juezas?) de un grupo religioso/social y dizque de aprendizajes de una religión? ¿Quiénes serían excluidos? No lo sé. Nunca lo averigüe, mas internamente me quedó un mal sabor, pensar que se excluya a seres que quieren crecer. Me admitieron, a fin de cuentas, pero no quise participar. Un sitio en donde se cataloga a las personas cuando no se les conoce, no puede dar total confianza.

 Ahí con los cristianos, llegó el momento de que se me pidió que me bautizara con ellos, a lo que me quedó claro que ya era la hora de marchar. El círculo virtuoso estaba cerrado. Yo nací católica, veo las deficiencias enormes de la religión con la que crecí, y por ende sentí que era buena la hora de poder encontrar dentro de esa misma, las mejores propuestas. Mucho se dice hoy día, que es muy sano conocer lo que proponen otros grupos religiosos, ya que no podemos olvidar que las religiones son en esencia grupos de personas que comparten y no es atinado que paguen justos por pecadores. La espiritualidad siempre es personal. Algunas veces me he topado con gente muy creativa, algunos sacerdotes jóvenes y abiertos que son pequeñas luces, a veces casi del tamaño de una luciérnaga, no importa ya que una pequeña luz abre camino.

                                                                          Nos continúa diciendo Erich Fromm: -En las esferas de la voluntad y de la emoción es donde se pule el pensar-.

Tener la voluntad de encontrar, a pesar de los pesares vividos. Saber que cuando la gente no piensa igual que uno mismo, es tan solo valorar sus porqués y seguir adelante.

El pseudopensar, puede existir en nuestro derredor. Se da cuando se cree que se está pensando, cuando en realidad solo se está reinterpretando, sin percibir como es que se crece. No importa que el pensamiento limitado exista, no a todos les interesa crecer en lo interno. Lo genuino que habita en todos y cada uno de nosotros es lo que permite un camino personal a cada ser. A veces respondemos a los momentos de vida un tanto por presiones, para luego desencantarnos.

Tener claridad en el significado de vivir, no solo es una mimetización a las exigencias de grupos.  

Pensar con un criterio formado toma su tiempo y hay personas que no propician eso en los críos, porque les conviene seguir manipulando los hilos de los hijos aun siendo adultos.

Decir tan solo: No lo sé, a veces cuesta mucho. La cultura de hoy día nos ha hecho creer que todo habremos de saber a pie juntillas, todo y de todo. Es por eso mismo que los apremios de este tipo nos llevan a desfiladeros angustiosos y luego no sabemos ni porque los estamos viviendo.

A veces las personas no están listas en lo interno y no pueden escuchar algunas cosas ya que se toman las opiniones que uno puede expresar para crecer, como algo de agresión personal.  

Dice Fromm: -No es lo que se piensa, sino como se piensa-. Y sí que hay una gran diferencia, porque lo que pensamos a veces puede ser algo adosado y que no tiene asiento verdadero en uno mismo. Como lo pensamos, ya es harina de otro costal. Pensar con uno mismo, es algo que se da porque hemos llegado a esas ideas a base de experimentar, y la experiencia cuesta esfuerzo y claridad para asentarla.

Dice Fromm: Es impresionante el grado en que la gente se equivoca al tomar por decisiones propias lo que en efecto constituye un simple sometimiento a las convenciones, al deber o a la presión social. -

Y, continua a la letra: -La inseguridad en el ser humano se origina cuando el mimetismo con lo externo no permite un equilibrio con el interior de la persona. -

Cuánta gente da demasiado valor al reconocimiento, que a fin de cuentas está bordado en el vacío.

¿Cuándo vamos a comprender que lo que vivimos solo implica un desarrollo para el interior y para el alma ¿qué es lo que a fin de cuentas prevalece de uno mismo? Todo es efímero, sabemos que es impermanente la existencia, nos engañamos creyéndola estática y sin cambios, luchamos por cosas que a fin de cuentas serán perecederas. -Nadie se ahoga por ser él mismo. - Dice Fromm. (Continuará)

 

 

No hay comentarios:

Publicar un comentario