D.L.V.D. Libertad, es decisión. (10)
Nunca quedarnos con una sola definición.
Buscar, comparar y hasta confrontar, es algo muy valioso. MJ
Las definiciones de los conceptos
tienen por lo general una tendencia, es decir están sujetas al ámbito que han
de apoyar, y por eso mismo puede resultar necesario tener varias versiones. Cuando
las sentimos poco objetivas, tal vez sea porque están determinadas por algún
tema. Se podría hablar de la relatividad de lo objetivo, ya que es tan solo esa
manera de concretar lo más afín a la realidad.
En el caso particular del concepto de libertad, estas
variantes se dan con algunas diferencias. En varios casos hasta pareciera que
están definiendo algo más que el concepto mismo, mas cuando observamos bien,
vemos como todo nos lleva a una mejor comprensión. En lo personal hago algunas
veces el ejercicio de comparar escribiendo, puede resultar cómodo y claro.
En el caso de la creatividad, hay mucho de compatible en
casi todas las definiciones. Nos llevan a aseverar que es algo que va unido a
tener en primera instancia, una actitud de proponer y ya luego el sentido
especifico de lo que se propone. En este caso es muy importante deslindar esta
definición de las artes, para poder situarla en la vida de cada día. En los ámbitos de la vida diaria es cuando a
veces no se entiende bien cómo actúa la creatividad, porque nos cuesta más tenerla
clara mientras cocinamos, o cuando disponemos las variantes de la vida misma,
por ejemplo. En lo personal que no soy muy afecta a la cocina, cuando en casa
saben que voy a hacer algo en esos lares me advierten: -Nada de suposiciones
practicas por favor- por no decir: -Ni te atrevas a poner de tu cosecha a la
receta que vas a cocinar. - No hago mucho caso, hay un sonreír por dentro y
aceptar algo que me dice: -tu, pon y quita. Que al cabo vas probando. - Invariablemente la receta de cualquier guiso
me sirve de base nada más. A fin de cuentas, termino haciendo la mía. No puedo
cocinar con tanta exactitud, como tampoco se puede vivir la vida con recetas.
Lo que se va presentando es muy valioso como para
atenernos en demasía a las propuestas estáticas ¡Por supuesto que hay que poner
de nuestro ronco pecho, lo que queramos!, aunque algunas personas no puedan con
nuestro ritmo, y se alejen.
Una Navidad me toco hacer el pavo.
Es un pavo pequeño el que hacemos en casa, somos pocos y
aunque nos gusta que quede una porción para lo que aquí en Yucatán llamamos naches
(lo que queda para el recalentado) preferimos que no quede tanto, porque
llega a aburrir el sabor del pavo, es fuerte. Así pues, me dispuse a ver que
hubiera todo lo que pedía la receta. Divisé la botella de vino asentada en la
despensa y no me tome el trabajo de ver si era vino blanco o tinto. Al momento
de poner el vino (que era blanco el requerido) me doy cuenta que el que tengo
entre las manos es tinto. Ya no había tiempo de salir por otro (vivimos un
tanto lejos de la ciudad y en ese entonces ir al super era lejísimos) Decidí
cocinar e inyectar el pavo con vino tinto. Cual fue nuestra sorpresa ¡Oh! ¡la
la!!! el pavo de Navidad nos dio rebanadas deliciosas de pavo muy jugoso, de
tonos natural, rosa y rojizo. Así, hice por vez primera un pavo marmoleado.
Obviamente que los comentarios fueron la botana todo el fin de año. Hoy día, cuando me toca entrar a la cocina, me
dan la receta bien clara y checan conmigo que no vaya yo a cambiar nada. Puede
ser muy divertida la creatividad, y más, si no cambia nada esencial y que
perjudique. Bienvenida sea con sus propuestas y dones.
Tenía yo unos 11(once) años de edad cuando mi padre
adquirió un automóvil nuevo. Tanto para él como para mí los colores importan e
importaban mucho, y creo que yo le animé a comprarlo color lavanda. Así es, un
automóvil de tonos morado muy claro amalgamado con plata. No se notaba
mayormente el color especial porque lo platinado lo disimulaba, pero fue
la sensación de todos los niños de la cuadra: -Un auto morado-. No, jamás fue
morado ese auto, era a fin de cuentas gris/lavanda. Si algunos lo vieron morado,
fue porque tan solo era de un color no muy común en los autos de esa época, la
década de los años 60 (sesenta). Mas, para completar el verso estaban de
moda unas flores de colores neón muy llamativas. En lo personal había ido a la
ciudad de México y había adquirido varias flores, pegatinas que a fin de
cuentas se le ponían a todo, cuadernos, guitarras, forros de libros escolares
entre otros. Pues, le pedí permiso a mi padre para poner al automóvil una de
esas flores enormes junto a la puerta trasera, en el espacio que queda entre
ésta y el techo, y él accedió. Mi madre puso el grito en el cielo, no era para ese
auto, ese pegoste. Y creo que
tenía toda la razón. Hoy día lo pienso y se me hiela la sangre de pensar en esa
acción tan permisiva de un padre, creo que pensó: mientras no se afecte la
esencia, la expresión es siempre bienvenida.
Nunca estoy cerrada a escuchar o leer más sobre los temas que me
interesan. Creo que eso también se lo debo a mi padre, que ponía todas las
enciclopedias de casa a la mano. Si nos interesábamos en algún libro en
especial, mi madre tendría que dar el visto bueno, -ese libro, es muy complejo,
decía, déjalo para más adelante-.
Es un hecho contundente que cuando nos permitimos crecer
en los temas que amamos el flujo del tiempo cambia, va más de prisa en un
sentido positivo ya que nos sentimos más vivos… Y también se puede percibir,
como que se detiene el tiempo, porque hacer, leer o practicar lo que nos
encanta, nos sitúa dentro de una especie de burbuja de la que nos cuesta salir.
No he sido afecta a comprar libros de autoayuda, con esto
que digo no me refiero a que no sean buenos para quien los disfruta y le
sirven, porque es un hecho que cumplen el cometido de ayudar.
En lo personal, algunos que cayeron en mis manos solo me crearon
más incertidumbre e inocente confusión inesperada. Tomar cartas en los asuntos que nos inquietan
ha de ser algo que hay que practicar con más asiduidad, aunque siempre me ha
quedado claro que las respuestas al ser humano, siempre se encuentran dentro de
uno mismo. A veces los libros son como catalizadores.
Somos individuos completos y actuantes y creo que
nosotros mismos tenemos la mayoría de las respuestas.
Creo que el primer libro de ese estilo que cayó en mis
manos fue el titulado Juan Salvador Gaviota de Richard Bach. Esta fábula
novelada la leímos muchos jovenes en la década de los 70 (setenta). Me
entretuvo y nada más. ¿Dejó en mi alguna enseñanza secreta? Si así fue, no me
di del todo cuenta en ese momento.
Hoy día, hay mucha divulgación científica para leer,
mucho antes de caer en formulas secretas para la felicidad.
A nada estoy cerrada.
En estos días una
buena amiga a quien aprecio muchísimo me regalo un libro sobre la creatividad.
Sabe cuánto me gusta el tema, así que lo agradecí mucho. Ella y yo somos amigas
desde la más tierna infancia y con el tiempo esta amistad nos ha demostrado
cuanto compartimos tanto en gustos como en creencias. No estudiamos juntas,
solo hasta la preparatoria coincidimos y nuestra amistad cuajo para toda la
vida. Además, nuestras abuelas son primas, nada raro en los ámbitos de la
provincia. Así es que recibí el regalo con ganas de leer rápido. ¿Qué más se
puede decir sobre la creatividad? Me tomé la libertad de encontrar nuevas
propuestas. Lo leí todo en dos madrugadas y encontré algunas pepitas de oro.
Así pues, lo que hice a continuación fue (lo que mi
marido considera una herejía hacia cualquier libro de papel) marcar en amarillo
fosforescente lo que se quiere resaltar, reconsiderar y hasta pasar por escrito
a otro sitio.
Lo primero que nos dice la autora Elizabeth Gilbert es
que la semilla de lo creativo está en todos nosotros. No hay excusa para decir
que no somos o no sabemos cómo ser creativos. Todo cuenta. Si la mañana es
fría, si amanece caluroso, si la preocupación que traemos nos ata la libertad o
nos la expande. Nos da una definición concreta de la creatividad para su texto,
para llevarnos a comprender que todos podemos ser creativos. Crear, dice: - La
relación entre un ser humano y los misterios de la inspiración-. y entendamos:
Hasta para lograr un buen café percolado (el más fácil y sencillo de la era moderna,
creo yo) es necesario estar inspirados.
La gracia, (la primera vez que escuché este concepto, me
la pusieron tan complicada a través de la Iglesia Católica en un retiro, que me
quedé pasmada) es una condición que, si la comprendemos, fácilmente la podemos
llevar a nuestra vida diaria.
De entrada, la puerta principal a la gracia, es tener un
compromiso con nosotros mismos. Por ahí se accede, ¿y luego? Tener muy claro lo
que amamos. Como esto último nos puede llevar tiempo descubrirlo, es por eso
que hoy comprendo porque me la pusieron tan complicada de entender, en el
retiro espiritual de mi juventud.
Cuando comprendemos el sentido positivo de la soledad,
esto puede ayudar a acceder más rápido a la gracia. Ahí, se conoce una parte,
porque esto no quiere decir que esté ausente en el tumulto. En lo personal no
soy de multitudes, así que me es más difícil encontrarla ahí, que en los
silencios. Sea en soledad o tumulto la gracia es un equilibrio interior que
poco a poco descubrimos y nos conforma.
Cada mañana, cuando a lo lejos escucho a las palomas de monte en su
mormullo matutino, percibo parte de la gracia que a mí me reconforta. Mi madre
decía de pronto: - ¡por favor que callen a esos piches! obviamente le rompían el equilibrio la
gritería de los pájaros en los alrededores de su casa. Cada ser, con sus cada
cuales. Somos nosotros mismos los que decidimos, que es eso que nos ata, y que
acciones son las que nos liberan. Si luego, algunas de esas aves de borde de
ala tocada de blanco, esas palomas de nuestros entornos deciden venir a sus platicas
matutinas al alambre frente a un ventanal, ¡Bienvenidas sean! pues he de
decir, que en mi caso dejo de trabajar en la mesa donde estoy haciendo algo, y
solo les contemplo.
La autora del texto sobre la creatividad, muy claramente
dice que la forma creativa no tiene que ser de gran relumbrón ni mucho menos
escandaloso protagonismo. Podemos practicar un talento y que el resultado sea
de pettit comité.
Dice: -La creatividad nos amplifica el alma. - En
principio, creamos para nosotros mismos.
A los miedos humanos, no les gusta que la vida pueda
tener una dosis de acción impredecible. Con los años aprendemos que lo que no
se puede dar previsiblemente, a veces trae mucho más gozo, y ni que decir
felicidad. (Continuará).
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