jueves, 6 de octubre de 2022

 

De la vida diaria.

Felicidad, actitud que se trabaja. (2)

De nada sirve estar buscando en los lugares equivocados, habremos de volver al camino central una y otra vez.MJ

 

                                                        Cada uno conocemos el centro que nos da paz.

Si sabemos tener paciencia podremos encontrar algunos conocimientos que implementen, los  temas humanos siempre mejoran mucho la vida,  aunque a veces no nos percatemos como toda lectura se asienta poco a poco en nuestro interior, con calma. Cuando hablo de lugares equivocados me refiero a que existen algunas trampas de la felicidad que a veces tienen su asiento en creencias, como la de que debemos tener tal o cual cosa, o más cantidad de algo que nos parece necesario, y sin darnos cuenta nos estamos enrolando en sentimientos de ansiedad. Es claro que lo más feliz es la vida de cada día bien llevada, mas a veces leer y escuchar a otros nos enriquece el vivir. ¿A que nos referimos cuando decimos vida bien llevada? A tan solo concentrar la atención en las tareas que previamente pudimos haber elegido, es decir prepararnos de antemano. Uno de los momentos que roba más la felicidad es que de pronto encontremos en el desconcierto, es decir, no tener claro que tarea nos toca realizar.  No soy tan buena en la cocina aunque me defiendo cuando es necesario,  a veces me llega de momento la necesidad de estar realizando alguna tarea culinaria, tengo que concentrarme un poco más que  los demás (a diferencia de las acciones en las que si fluyo) de no hacerlo seguro me produzco una tonta cortada en un dedo rebanando pan, cortando fruta,  así de sencillo ocurre, cuando algo de lo que tenemos que realizar no es lo nuestro, me ha sucedido con cierta regularidad un contratiempo, para escuchar de mis compañeros de casa decir ¿rebanando eso tan sencillo te cortaste?

 No todos hemos hecho esa relación de cuanto y como los libros nos pueden dar una parte muy considerable de las herramientas para ser felices, claro que nos tiene que encantar leer, pero nunca es tarde para eso. Escribí los textos de la vida de cada día  en mucho para saber por dónde quería llevar la condición personal de mí vida del diario vivir y así enriquecer la experiencia. A veces en la etapa de la vida joven uno observa demasiadas posibilidades y eso puede crear confusión, otro enemigo acérrimo de la felicidad. Una de las herramientas básicas es saber elegir y descartar lo que en verdad nada tiene que ver con uno mismo, y si aun así   hubiéramos  de tener que hacer tareas que nos son más ajenas, hay que estar mucho más alerta. Dar un sentido realmente genuino al ser. Estudié la carrera de Antropología un tanto medio a disgusto de mi entorno ya que no era del todo bien vista la elección que tomé, mis padres eran una maravilla dejándonos ser, mas a veces con temor preguntaban para que hacíamos lo que decidíamos. De otras personas escuche la frese/pregunta ¿y, eso para qué sirve? Como si lo que realmente importa en la vida fuera absolutamente útil ipsofacto, cuando sabemos que hay mucho que no es práctico en lo material pero es muy importante en la vida que no se ve, es decir la espiritual. Es un problema relacionar lo del espíritu solo con religión, porque nos olvidamos de las otras facetas que tiene la vida espiritual. Cuando expliqué a mi padre esos porque de mi interés personal, fue el primero en regalarme textos complementarios, porque cuando somos claros y serenos todo con seguridad irá mejor. Hubo inquietud porque yo leí con ahínco la mayoría de los textos de la época en las ciencias sociales que en verdad a nadie de mi alrededor les interesaba mayormente, algunos textos de un marxismo que en realidad solo era parte de una formación humana y no precisamente de una acción concreta, esa a la que muchas personas le tienen horror porque lo asocian con pérdidas de bienes y vidas miserables. Nunca hay que malinterpretar los textos ni sacarlos de contexto.

Me queda clarísimo que los postulados realmente valiosos los proporciona la ciencia, el problema estriba en que los resultados de ésta, solo se pueden encontrar en la publicaciones muy restringidas, hasta que pasan a la divulgación para el gran público. No siempre la ciencia es capaz de cambiar directamente la realidad como ya quedó más que comprobado en el caso de las ciencias sociales y humanas, pero ayudan muchísimo a comprender mejor y a ser más tolerantes.  Nunca hay que tener miedo de la formación de los seres que van dando pautas, porque no hay que olvidar que la realidad tiene mucho más fuerza que cualquier teoría.

 En ese trance entre lo teórico y lo práctico  es en donde nace la charlatanería y puede ser muy difícil distinguirla si no nos informamos más de la fuente que de las habladurías que se escuchan por doquier.  Vale la pena saber la procedencia de los textos a los que nos podemos acercar. El camino del estudio del comportamiento de nuestra especie sí que ha sido sinuoso, se han cometido enormes errores como los que ya conocemos que produjo el psicoanálisis o los que propusieron los terapeutas que antes que nada hacían retrospección en el dizque enfermo y solo le ahondaron los males emocionales que a veces eran mucho más sencillos de lo que parecían. Hoy día a lo que se ayuda a la gente es a descubrir sus herramientas personales y así poder actuar más sobre seguro, escoger y discernir por el mejor camino y que quede claro ¿para qué somos buenos? Y todo el camino que se recorre de la mano de alguien que nos ayuda es en ese sentido. Muy diferente es el asunto a tratar cuando hay desbalances químicos en el cerebro, eso ya es harina de otro costal.

 Cuando tomamos la decisión de leer en las redes, deberá quedar claro que es lo que fundamenta un texto, cerciorarnos de que tengan un asiento científico.  Es claro que para vender mucha  literatura de convención,  tienen que dotar de muchos adornos al texto, a veces no importa hacer esos recorridos de páginas y páginas mientras sepamos bucear por entre las palabras que a nosotros nos resuenen a verdad. Los textos también se decantan y es muy divertido hacerlo.                       

En casa de mis padres hubo acceso a toda una biblioteca bastante bien armada y no había restricción. Nunca se llevó un hilo conductor para inducirnos a leer tal o cual tema, y los intereses  personales se definieron. Todos quisimos saber más allá de lo planteado y leímos tanto de lo que nos regalaban como de lo que íbamos adquiriendo. Yo siempre elegí mis lecturas con mucho interés  en los temas humanos y ni que decir de la vía que escogí en la universidad. Me especialice en Arqueología sabiendo que era muy difícil practicarla, como de hecho resultó y todo me condujo a poder hacer unos años de docencia que fueron maravillosos.

 

Mucho antes  de centrarme en lo que estudié como carrera, leí mucho. Desde niña hubo libros clave. En mis escritos he hecho revisiones periódicas de las lecturas de mi vida, reencontrándome  con los que guardo hasta el día de hoy, algunos de letra muy pequeña que se vuelven como tarea de un reto feliz en su revisión pausada. Disfruto mucho volver a mis libros, muchos ya forman parte del acervo pequeño y que he seleccionado  para momentos  de gozo especial. Uno de estos libros es muy antiguo,  perteneció a mi abuelo materno, las Fabulas de Esopo  con grabados muy detallados en blanco y negro, hojas muy amarillas por el tiempo por  lo que tuve que mandarlo a reencuadernar, es una edición de 1933 de la Editorial Ramón Sopena de Barcelona, y llama mucho mi atención que como complemento de su título le pusieron: Novísima Edición. Me imagino que lo fue en su lanzamiento y hoy día es el libro más antiguo de mi librero. Mi madre gozaba mucho leernos de ahí y yo lo hice del mismo modo con mis hijos. Mis padres amaron sus libros, cuidaron su biblioteca y eso fue significativo. El amor a los libros entre nosotros  se centra en los que son de papel, mucho han propuesto los hijos leer en tableta, pero eso a algunos no nos apetece mayormente porque parte del gozo de la lectura se hace palpando las hojas y sintiendo su olor especialísimo. Hace unos años depuramos una buena parte de los libros de casa  y donamos a la biblioteca de la Universidad Modelo una buena parte, institución que apreciamos mucho ya que de los dos lados de las  familias hemos estado vinculados ahí. Conservo aún los dos primeros cuentos que escogí como a los siete años de edad y que fueron decisión mía. Uno de ellos está en inglés así es que estoy segura de que solo lo disfruté en su momento por las figuras y lo que mi madre tradujo en su lectura. Ese pequeño libro llamó mi atención caminando por la calle Canal Street de New Orleans La., ya que con mi madre caminé mucho por ahí, se lo pedí y ella me lo regaló. Se trata de lo que sucede a una niña durante las 24 horas de un día cualquiera. Se titula A Child s Day y su autora es María Valentine. Cuando lo sostengo hoy día me evoca a mi madre.

 Uno aprende a percibir los flujos de bien y es ahí donde habremos de estar. Recordarlos es bueno y una manera de implementar esos sentimientos felices. Evocar no es negativo y aunque está de moda decir que mejor nos mantenemos con la mente en el presente ¿Qué es el presente sino una realidad conjunta de todo lo que hemos vivido y lo que pensamos vivir? No existe un presente desvinculado. Hace unos días escuchando a un científico que se dedica a las investigaciones del tiempo y del espacio me encantó como dijo que en realidad el presente se da en función al tiempo y éste está unido a todas las dimensiones tanto de lo que ya pasó como de lo que viene. No podemos desdeñar lo pasado, más bien hay que tomar todo lo bueno que ha dejado,  así también aprendemos a saber que libros nos son afines y nos dan esos complementos necesarios para el crecimiento interior y de futuro.

Otro libro que gocé  comprar fue uno titulado Fabiola. Este provino del súper mercado en esas mismas épocas cuando empezaban a surgir esos establecimientos en la ciudad. Se trata de una joven patricia hija de Fabio. Ella va recibiendo de su esclava personal algunos conocimientos sobre el cristianismo y  los destila de una manera velada porque en esa época los mártires de esas creencias estaban a la orden del día. Me acuerdo que me impacto mucho cuando  al leer como por sus creencias eran torturados y llevados a la muerte algunos seres humanos. Así pues, la joven Fabiola aunque de momento no entendía ni lo que era el alma, a través de las páginas de la narración se va dando el conocimiento de los principios de esa religión y cómo al final admira a su esclava y llega a quererla mucho. Una frase muy bella que le dijo y dejó a Fabiola muy pensativa fue: Dios es la luz y penetra en todas partes. Este libro comienza con la frase: ¿Cómo podría ser su hijo y no desear parecerme a él? Y nos deja claro que había la tendencia muy deseada de que los hijos se parecieran a sus progenitores. En lo personal me siento muy contenta cuando me doy cuenta cuantas cosas tengo de mis padres en mí persona, con el paso de los años las detectamos mejor y las disfrutamos, mas ya no es algo que se procure como un bien realmente deseable, somos tan únicos cada ser humano que  claramente hay que centrarnos en la parte de la felicidad que es esa tarea de descubrirnos en nuestra particularidad.

Otro libro, Gog de Giovanni Papinni, varias novelas del escritor Jack London, Walden (O la vida en los Bosques) De Henry David Thoreau, comentaré. (Continuará) MJ.

 

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