D.L.V.D Construir, Paz. (10)
Toda paz interior no depende
de nada, salvo de ti mismo.
Ralph Waldo Emerson.
Tengo la impresión, de que no fuimos pocos los seres humanos que tomamos
decisiones de mejoras en nuestras vidas, a partir de la entrada del nuevo
siglo. Los textos que hoy reviso están situados en ese momento histórico que ha
sido especial y significativo y conforme han pasado los años nos hace apreciar
esa mirada retrospectiva, esa que siempre vale la pena para mejorar, aunque no
se logre del todo. Hemos tenido algunos de nosotros la ventura de hacer algunos
altos y reenfocar. A decir verdad, es constante en mis textos el hacer altos y
revisiones, esos cortes de caja tan necesarios que a veces incomodan
porque parecen ser tiempo perdido, y que al cabo vemos que no lo son. En ese
momento del cambio finisecular, creo que todos sentimos la necesidad de
reencontrarnos con nosotros mismos. Quienes hemos escrito por décadas y podemos
revisar(nos) logramos percibir cuanto bien hace poder observar lo que hemos
vivido, lo que hemos sentido y la forma como vamos yendo, se celebran los
cambios logrados. La adultez permite nuevos coloridos de observación y cómo éstos
mismos van dando pie a que todo se vaya acomodando en nuevos órdenes.
Por ese entonces de principios de este siglo, no nos
imaginamos que depararía al mundo, queríamos percibir esa sensación de estreno,
y en mucho sí que se dio. Actualmente ya
con casi 23 (veintitrés) años transcurridos de este siglo nos damos cuenta cuanta
leña lleva el dulce. El desempeño de nuestra especie en el orbe ha sido multifactorial,
el comienzo del homo como ser social y en función a la supervivencia no fue
poca cosa y presiento que con el transcurso de los años hemos de volver los
ojos a ese singular concepto: sobrevivir. Hemos intrincado todo de tal manera
que ahora corresponde un tanto al acto de desaprender tomar el bastón de mando
y volver a tener más paz.
Hemos hecho acciones con sentido erróneo y en algunos
casos esos errores se presienten sin retorno y peor aún algunos nos están
llevando a escenarios de extinción de ecosistemas y si nos descuidamos hasta de
la especie misma.
En lo personal aun
me latía encontrar en los caminos propuestos dentro de la religión en la que nací,
ideas de renovación y de crecimiento personal, y lo intenté sin lograrlo del todo.
Necesitaba trabajar por mi paz mental y lo fui logrando. Ser realista, y lograr
comprender que todo tiene un límite y cuando este llega, hay que saber ir por
otros lares, se vuelve imperativo. Darnos cuenta que los textos de las fuentes
bíblicas son los más indicados cuando queremos saber más de ese aspecto. El
tiempo que dedicamos a lecturas varias de cada día, se alimenta con la
combinación de textos (a veces es bueno leer varios libros alternando) tenerlos
en la mesita de noche y tomarlos según el grado de cansancio o el interés para
comprender mejor. En lo personal son los enfocados a los asuntos de la especie:
¿Quiénes somos los humanos que hemos logrado subsistir a glaciaciones y a
momentos ecológicos durísimos y que al mismo tiempo algunos pueden de desear
muertes ajenas, hacer guerras absurdas y que a la vez ya podemos contar con
implementos que nos hablen de mejoras en la salud que antes ni soñábamos? Hasta los neandertales (que fueron humanos que
se extinguieron) hicieron cultura ya que tallaron herramientas y enterraron a
sus muertos, pero aun así con esa claridad, su cerebro no fue tan fuerte como
el nuestro y no lograron adaptarse, dejando el camino abierto tan solo para
nosotros los sapiens, la civilización creció y al mismo tiempo nos
fuimos infatuando y creyéndonos dueños de la creación.
Dentro de las acciones muy personales que hacía a
principios de siglo, estaba la de guardar artículos que salían en los
periódicos, recortar y volver a leer propuestas que percibía particularmente valiosas,
obviamente no lo hice por mucho tiempo porque hasta los periódicos de papel
dejaron de ser parte de la vida diaria. Entre los artículos tengo varios que
escribió el Papa de entonces, Juan Pablo ll. Un Papa que fue para mi humilde
entender, el ultimo que percibí en verdad con beatitud en su carácter, ya los
que han venido luego han tenido un modo mucho más terrenal y con eso las miras
a poder definir cosas tan necesarias como la aceptación de que todos somos hijos
de Dios y asuntos que van en ese sentido. Hoy día, me pregunto ¿porque el
creyente promedio podría necesitar que se le aclare que todos somos hijos de
Dios? ¿No es acaso algo muy evidente? pues a ciencia cierta parece que no lo
es, porque de serlo jamás discriminaríamos como lo hemos venido haciendo. Noto
que ya la Iglesia católica se ha puesto un poco mejor las pilas y van los
dirigentes encaminados a proporcionar algo muy parecido a lo que reclaman los
críos de hoy, mejores explicaciones. Eso de hacernos creer las cosas porque así
se manda el juego, creo que ya llegó a un punto sin retorno. Quien sea
capaz de decir hoy día ese dicho de: O te aclimatas o te aclimueres, no
ha entendido nada. Esa postura más bien podría ser y es, creo yo, la respuesta
del porque tantos seres se han alejado de la práctica religiosa católica. Es
obvio que no todos somos inquisitivos en el mismo grado ni en el mismo sentido,
pero quien lo requiera y quiera una explicación deberá encontrarla sin mayores secretismos.
Participar en el ritual ya requiere una intención clarificada.
Pues bien, parte de mis escritos de vida se han enfocado
en libretas particularmente destinadas a los textos de la vida espiritual.
Algunas, como las dos primeras de fines del siglo pasado y la de principios de
este, son una ensalada, fue tal la variedad de los intereses que hoy día
cuando me reencuentro conmigo misma me muero de la risa, hay momentos en los
que creemos sentir que sabemos todo lo necesario y dando vuelta a la página
surgen abismos en los que uno debe bucear como en un mar oscuro. Al final todo eso lo vamos concretando sin
mayores recovecos. La belleza que he encontrado en la biblia de los cristianos
es que remarca en color rojo lo que dice el Dios vivo y personal,
que todos conocemos como Jesús. Percatarnos del sentido de la petición
en la vida espiritual es muy necesario, según entiendo es más bien ordenar nuestro
interior, es una acción para proponer dentro de nosotros, no para que otro ser
nos dé, de una manera mecánica, si procediésemos así, seriamos como aquel crio
de un cuento del pasado, que plantándose frente a un altar, dio con todos sus
pulmones el grito petitorio de un X juguete, que cansado de pedirlo a sus
familiares decidió que podría ser más seguro obtenerlo por parte del crucifijo
de su parroquia.
La figura de San José, como la plantea la iglesia
católica es interesante. Un tipo lleno de aceptaciones y de serena vivencia con
el mandato que se le pide. A veces me ponía a pensar que pareja tan especial
eligieron mis padres para nombrarme, y aunque me costó (porque de niña si recibí
cuestionamientos de otros niños del porqué de mi nombre) al fin entendí que
somos duales, y en verdad que la unión de María con José es eso, una dualidad complementaria,
una dupla que se sostuvo con cada uno de esos personajes dando su parte y
logrando un todo. Acepté mi nombre como algo bello, lástima que no tuve el
oportuno momento para decírselos de viva voz a mis progenitores, y cuando
entendí bien, mis padres ya se habían ido. Cuando se cierran los círculos de
vida, más bien nos incumbe en lo personal, no siempre los externos pueden
entender del todo. Yo soy muy comunicativa, a veces me frustro porque cuando
comparto cierres y aperturas se me quedan viendo como bicho raro, tal vez en
algunos aspectos lo soy, y a mucha honra.
Y aun sin gustarme pedir, sí pido en algunas ocasiones. Implorar
puede ser un acto humilde y silencioso que atraiga a nuestra vida lo que en
verdad nos corresponde. Me pido más bien a mí misma y me imploro de corazón el
tener siempre la percepción que la fuerza mayor que me contiene, ese Dios en el
que creo, me proporcione a través de mí misma los elementos solidos para la
lucidez.
Esta semana me tocó participar de un bautizo, fue el de una
beba esperadísima, queridísima, y con mucho llegó a este mundo llena de amor.
El que ofició el sacramento es un diacono, y me fije muy bien en todo lo que
dijo. Antes de escuchar un discurso, hay que observar y fijarnos que lenguaje
corporal tiene el discursante. ¿Qué motivación o inquietud mueve a su ser? no es nada difícil si nos ponemos buzos
caperuzos y notamos las intenciones y así noté como de entrada en este
caso, estuvo muy pendiente de los niños que participan del acto sacramental. Se
esmeró en decirnos a todos los feligreses que tanto los niños como adultos
tienen una participación personal y que cada uno tratase de ponerse en esa
actitud, pidió de favor se dejase a los niños ser ellos mismos en el recinto y
que si hablaban de más o hasta había gritos nadie se inmutase. Que bien, y así fue.
Parece ser que los críos si encuentran adultos tranquilos, ellos lo perciben y
se comportan mejor, no quiere decir que en todos los casos sea nuestra actitud
lo que los niños perciben y se porten mal, pero si hay algo de eso. Eran dos
los críos a bautizar y explicó que se darían palabras dedicadas a cada uno, a
cada familia. Que había una serie de signos a observar. A mi parecer fue fabuloso
que eso se explique y se haga participe al adulto que ya está en otro momento
de vida. Se notó en este oficiante el pesar en su interior de saber que ya hay
mucha deserción en estos lares. Su angustia se sintió sutil. El asunto de explicar demasiado puede ser
contraproducente y algunos lo hacen ante lo evidente de que la grey se esfuma
como humo en ventisca. En mi humilde opinión, no pasa nada si la feligresía se
aleja, solo se está buscando un punto para mejorar y eso seguro se dará con un
nuevo ordenamiento que aún no termina de concretarse en la misma iglesia. Ya
llegará. Estoy de acuerdo de que si es evidente que las propuestas ya no funcionan
como lo hacían en tiempos pasados, habrase de cambiar los modos. Después de
casi una hora al fin terminamos y la ceremonia fue cerrada con un amplio aplauso.
Queremos pensar que lo que se comparte en estas ceremonias permee directamente
en las actitudes, ¿cómo se logra? respondiendo preguntas con paciencia,
procurando que surjan más preguntas, aunque a veces cueste contestar. Todo lo que se renueva se sacude, y todo lo
que se sacude es posible que llegue a otro orden. Es tan importante el tono, el
sentido y la percepción de cómo llevarnos a la paz, que no han tenido tiempo de
sacar toda la paja. Bien lo dice el Papa Francisco, muchas veces le he
escuchado mencionar como es necesario volver una y otra vez al discurso y comprenderlo
desde un ámbito mucho más humano.
Según las bases de los estudios científicos, los humanos
solo cambiamos las acciones aprendidas cuando estamos preparados para eso,
muchos de los cambios necesitan una preparación cerebral. Los otros seres de otras
especies necesitan cambios más profundos a nivel del ADN, para lograr cambios
reales en sus acciones de todo tipo. En el caso del sapiens, es bueno saber esa
ventaja de nuestro entender tan flexible que podemos asumir lo que es bueno de
una manera que solo involucre a la voluntad, mas no hay voluntad que valga, si
no hay convencimiento genuino. (Continuará)
MJ
No hay comentarios:
Publicar un comentario