jueves, 25 de mayo de 2023

 

D.L.V.D. Construir, Paz. (14)

 

                                              La Paz, es en primera instancia un sentimiento interior. Una vez en el ser, puede expresarse en el exterior. Paz y creatividad pueden ir de la mano: Mientras más conocemos de nuestra especie, más creativos somos. MJ

 

                          La evolución en sí misma, nunca nos da todas las herramientas. Mucho menos cuando se trata del pensamiento, que, aunque es lo que nos distingue de todas las demás especies, a veces soslayamos su verdadera función de utilizarlo propositivamente.  Estando serenos es más fácil percibir el buen flujo y desplegar la creatividad que no es otra cosa que una buena actitud propositiva. Siempre podremos sugerir, desde cómo nos levantamos por las mañanas hasta como poder llevar con más acierto y garbo el devenir constante que implica desde todo lo relativo a la familia nuclear, el trabajo diario, así como realizar los proyectos personales.

                                                                              Es importante compartir las ideas.

Compartir lo que pensamos no es algo indiscriminado, hay momentos que se adecuan más para esta acción.

Volviendo a la idea de que nuestro orden social es imaginado, y no producto biológico, no se pierde la esperanza de que llegaremos a un orden mejor, porque los ordenamientos no son rocas duras inamovibles, son más bien serie de ideas creadas para una mejor convivencia. A veces se crean en desorden y volver a la estructura deseada es faena de la conciencia.

                                  El orden establecido solo tiene sentido, vigor y efecto si es útil.

Esa misma utilidad propició la aparición del lenguaje, los números y la escritura. Ya no era posible al producir bienes, almacenar el orden deseado en el cerebro, habría de asentarse en otros códigos entendibles por la mayoría.

Muchos años han pasado desde que se crearon las primeras redes de comunicación masiva, aunque no eran accesibles a todos. Era un orden en primera instancia liberador. Ya se tiene claro hoy día, que la globalización que nos llevó a muchos nuevos modos de comprender el mundo, también tiene factores opresivos, creados con otros fines, dejan de ser funcionales. Existe ya el pensamiento de que seremos más libres en pequeños mundos, tal vez con insospechados buenos acomodos y acepciones de cultura. Sin crear preocupación en los más jóvenes, al niño es bueno enseñarle a pensar, al joven a proponer, a ambos a convivir con lo que cambia.

El sistema jerárquico social no es en esencia establecido con el fin distorsionado que ha preponderado, se estableció con el principio de orden y luego se distorsionó. Los estratos diferenciados en lo social siempre estarán presentes, son producto de la dinámica socioeconómica, no tienen por qué ser controvertidos. Mas bien han de comprender su transversalidad  y propiciar congruencia.

En casa siempre se decía una frase cuando alguien reclamaba por algo a todas luces corregible: ¿Te pusiste al revés los zapatos? es tuyo el privilegio de tomarte el tiempo para enderezarlos. En la convivencia de grupos esto tendría que ser factible y necesario, solo es cuestión de que la mayoría lo comprenda.

Nada absolutamente nada justifica ningún tipo de discriminación, aunque nos queda claro que ésta se instaló por malos entendimientos en primera biológicos (se superaron apenas en el siglo pasado) así como malos enfoques en la cultura como si las diferencias en sí y por sí mismas hablasen de superioridades. Ya hemos tocado anteriormente que el mito biológico de las razas no tiene cabida. Desterrado el asunto racista como ilógico por su cero fundamento científico ¿Qué puede hacernos discriminativos? Tan solo la ignorancia.

Se piensa que las primeras divisiones jerárquicas de género no fueron otras que las que propicio la división del trabajo, el menor rango en el que se situó al género femenino por principio fue a conveniencia y cierta necesidad, ya que parecía que las responsabilidades con la prole eran solo suyas y de rango menor. Cuando veo a mi hijo bañar, alimentar y cambiar pañales a sus hijos, me queda claro que ya estamos en otros lares, es prueba superada. Con la misma después de las faenas de los críos, él joven padre se sienta frente a la computadora y realiza el cálculo estructural de una escultura. No está reñida una acción con la otra, para él es tan importante y tienen el mismo valor humano la interacción con su hija de un año, que el trabajo que realiza para sobrevivir.

Existen varias teorías en el ámbito de los estudiosos del género humano para comprender que causó lo que en primera instancia esa división discriminatoria de los géneros.

¿Mayor fuerza muscular de los varones? tal vez algo influyo en los principios de la organización de grupos, ya en estos días del siglo XXI eso es obsoleto. A fin de cuentas, fue una mala interpretación de la realidad.

Se ha estudiado con bastante acierto como las féminas somos más capaces de resistir grandes periodos de hambre y periodos de enfermedad. Yuval, lo da por un hecho como producto de las investigaciones.

Cuando se dice que lo establecido en la cultura debe ser permanente estamos en camino sinuoso por no decir errado, son los principios culturales los más cambiantes y los más asertivos para una vida mejor llevada. Cambio + asertividad son la clave.

                                               Las contradicciones, son la esencia de la creatividad.

Existe un concepto maravilloso que todos deberíamos tener muy presente:

La disonancia cognitiva: es en el conocimiento es donde se afina, es la duda de lo que no nos suena bien, en donde hay que volver el camino de repensar y de ahí se hace más fácil llevar lo conocido hacia una sabiduría activa.

                                                                                            La creatividad es actitud.

No se nace con las herramientas para ser creativos, se nace con el potencial, descubrirlo, construirlo y hacer uso de lo que disponemos es parte del gozo por vivir. Tiene que ver con carácter y personalidad.

                                                      Los momentos históricos están asentados en las redes de sus propios mitos, desentrañar los que ya son obsoletos no es poca cosa y es tarea de cada persona, de ahí pasará a grupos sociales. La ciencia puede garantizar los asientos para un pensamiento más certero y, por ende, dar luces hacia una felicidad más realista, propiciar mejoras en el pensar cuando abre las mentes y desatora entuertos de conocimiento enconado.

En estos días hemos estado viendo en casa una serie básicamente de judíos. Situada más o menos en los años cincuenta 50 del siglo pasado, deja ver como se organizaba la vida de una familia y como se encona el modo de percibir, cuando es solo desde una perspectiva. De pronto le toca al abuelo ir a la presentación de los avances escolares del niño de 6 seis años. Los grupos de exposición en la escuela están dados por exámenes previos realizados por los maestros para situar a cada niño en un rubro de creatividad: posibles científicos, ingenieros, humanistas, escritores etc. Y cuando este abuelo descubre que hay una mesa en donde se manifiesta a los críos solamente como felices, como que se le cierra el mundo y peor aún, se siente fatal cuando ve a su propio nieto situado ahí. Antes que nada, se siente agredido en el ego, él quiere a su nieto en una acción concreta como la música, y afirma que ningún hombre de bien y con participación activa en algún aspecto de la sociedad, puede ser feliz del todo. El concepto de la felicidad ha variado, ha avanzado y se considera en verdad necesario como primera instancia vital, la persona que estudia no se prepara primordialmente para ser una troqueladora/productora de monedas, los estudios antes que nada nos dan felicidad. Si se perciben altas capacidades para no hacer nada y tener medios más sutiles de generar riqueza (como el robo sutil de patrimonios tan común hoy día, y logrado gracias al apoyo de abogados corruptos) ya se ha comprobado que es más sano y feliz quien siempre está en activo. El ocio, no es precisamente quietud o inactividad, es más bien enfocarnos en algo creativo que nos dé solaz.  La mesa de la felicidad es un primer paso. Hasta el jubilado, si se cruza de brazos es seguro que no será tan feliz. Ese entercarse del humano en encasillar, preponer y poner etiquetas es el primer mito absurdo que hay que desterrar.

Sin importar nuestro grado de conciencia, la sustancia gris cerebral que nos hace ver con más claridad nuestra misión en la tierra, se ha de cuidar, modelar y ejercitar.

                                                             Dejemos de relacionar el cambio con el dolor.

Para cerrar estos textos enfocados a la paz, es importante recordar que la paz se cultiva, esa misma que nos merecemos y que nos hará felices.

                                                      Hemos de tener presente cada mañana, al poner el pie en el piso, que contamos con un órgano privilegiado, como lo es el cerebro humano y que la actitud creativa se ubica en el.

                     No hemos evolucionado tan solo para dejar nuestras hélices de ADN.

 También hemos evolucionado para tomar sobre nuestros propios pechos el valor que tiene propiciar los cambios y proponer que estos sean fuente de felicidad.

Este nuestro mundo humano lo hemos creado nosotros mismos sin contemplar del todo la parte y el nivel de destrucción, estamos aún a tiempo de abrir más los ojos de la sabiduría.

Estar compartiendo exceso de negatividad en las redes no ayuda en nada y puede bloquear o poner en segundo plano la parte propositiva que todos llevamos dentro.

Si no podemos proponer concretamente las acciones, es mejor el silencio.

No hemos venido a mostrar los logros, sino a hacerlos parte de la vida sin tanto alarde, para activarlos propositivamente y que permeen más en acciones concretas.

                                                Si nos ha quedado claro que la revolución agrícola, fue punto determinante para un camino que parecía a todas luces positivo y ha propiciado dolor, hemos de visualizar la importancia de las decisiones con actitud y que no sean causantes de otros males colaterales.

Humanidad bien entendida es nuestra primera misión y ésta ha de ser una tarea impostergable. Aceptar la ignorancia para estar abiertos a nuevas propuestas.

                                    Con un respirar consciente y pausado podremos enfrentar, no importa el que, sino el cómo.  El cuidado mental de vivir el presente propositivo, para poder decir: estamos aquí, y gozar de lo pasado como aprendizaje y abrir un futuro prometedor. MJ

 

 

 

 

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