D.L.V.D. Creatividad, es actitud. (1)
Cada paso, cuenta.
Cada pensamiento, propone. Y
Cada acción puede ser con actitud creativa. MJ
Sin esperar de más, podremos abrir la puerta a
la creatividad.
Los ojos de nuestros ojos, esos con los que miramos más
atentos al mundo, han de ir proponiendo el color de la aventura que
podremos construir con nuestra propia existencia, sin importar en que etapa de
la vida estemos. Muchos seres humanos reciben desde la infancia los primeros
indicadores de cómo hacer de la vida algo creativo, esa actitud puede ir en
progreso si se convierte en parte de la vida, se empieza con sentir lo creativo
como algo natural, lo que será traducido en acción con mirada personal. Nadie
tiene ni por asomo las mismas experiencias, lo importante es descubrir la
propuesta individual.
La vida es tan personal como el modo de respirar.
Desde que comprendí mejor (gracias a Nazaret Castellanos,
científica que ha estudiado la importancia de respirar adecuadamente) de que
todo se ve afectado por el modo de respirar, cada día al abrir los ojos, siento
el afán de tener esa conciencia del respiro pleno, de la inspiración que abra
las puertas al día como si fuera el único, el mejor o tal vez ¿el último?
Cada etapa presenta sus propios y particulares dones a
considerar y cada día cuando la creatividad está presente, se pinta de manera
única, irrepetible, con vibración colorida, una tensión positiva se percibe,
clara y nítida. Cuando las opciones son dignas, es segura la felicidad. Nunca
es lo mismo proponer que poner, hay un abismo de por medio.
Proponer con
actitud es algo que se siente porque da más claridad a todo, cuando solo ponemos
estamos respondiendo un tanto a ciegas o con ligereza ¿Por qué no logré tal
o cual cosa? Es una pregunta frecuente, tal vez hizo falta intuición o claridad
en la intención. El percibir el mundo de una manera creativa es privilegio de
cada quien. Requiere visualizar.
Cada ser humano se define con una percepción que
prevalece con un sentido más definido ya sea visual, tal vez auditivo o táctil.
¿Qué significa en verdad renovarnos?
Además de la
acepción que nos dice que es volver algo a su primer estado, es parte de la
acción creativa, la renovación tiene todo que ver con un sentimiento de estar
enteros siempre, saber que depende de nuestro enfoque reconstruir lo que se ha
desdibujado. Es por eso que cuando algo necesita un nuevo aire, muchas personas
optan por la soledad. La mejor respuesta es la interna.
Todo lo que se
transforma en nosotros afecta a cada célula de nuestro cuerpo, así es que mientras
más nos tardemos en optar por lo acertado, más vueltas le demos a los asuntos más
difícil será reconstruir. El sentimiento especial de sentir el avance en lo
interior permite lo propositivo, es lo mismo como cuando tenemos claras las
transiciones por las que fluimos. Muchos
no necesitan sentir que crecen, es cuestión de conciencia.
Visualizar y observar habrán de ir en concordancia, son
los remansos de una creatividad bien nacida, no podemos proponer sin antes ser
observadores asiduos.
La temporalidad que lo abarca todo, también tiene una manifestación de
varias dimensiones en cada uno de nosotros, el tiempo total, el tiempo ordenado
para la acción y el tiempo de lo personal. Distinguirlos y hacer que trabajen
para nuestro beneficio.
La vida a veces
nos paraliza.
Hay momentos en que las percepciones como que toman las
de Villadiego y comenzamos a ver moros con trinchetes. Son
momentos en los que habremos de parar, volver a percibir, saber qué tiempo nos habita
para reenfocar. El espíritu es noble, mas no es bueno abusar de esa nobleza,
hay que alimentar a la mente para la claridad.
Compartir cuando el momento sea propicio, cuando se
perciba que lo que se da, cae en terreno fértil.
Corría el año 2001 y llegaba el día 14 de febrero.
Un nuevo siglo veníamos estrenando en el catorceavo mes y
había en el aire el sentir como de una propuesta destinada a dar lo mejor. El
mundo occidental se refrendaba en sus propuestas y los principios orientales
iban calando en algunos ámbitos. No hay
controversia en la diversidad, íbamos aprendiendo de ambos.
No hay que debatirse en ese sentido, y así saber cómo lo
que propone el mundo las más de las veces nos entona. El número 14 catorce del
segundo mes del año nos dice que habremos de pensar un poco en el valor de la
amistad. Así me sucedió este año que reviso, ya lo había venido haciendo desde
años atrás, para desencantarme o encantarme de nuevo. El nuevo siglo lo
proponía y llegar a nuevas visiones era algo natural. En general no soy muy afecta a considerar
esos días establecidos para festinar acciones concretas (que sabemos responden más
bien al mundo comercial) mas cuando se hace presente la reflexión hay que darle
la mano y caminar con sus propuestas, justas y necesarias. Siempre he
considerado que la amistad es importante, y siempre también he notado que a
veces se torna difícil. Al principio de nuestro camino juntos mi marido
presento claramente sus ideas al respecto y me dejo claro que para él la
amistad es totalmente un mito. Muy seca sentí esa frase y me dejó algo
pensativa, para continuar escuchando y corroborando que los verdaderos amigos
están y estarán contra viento y marea. Vamos notando que los seres afines se
presentan claros, no tiene uno que acarrearlos o casi rogarles para poder
compartir. A mis casi siete décadas en este mundo, voy dándole en parte la
razón: Solo están cerca quienes, con su afinidad, no esperan de más. Esos
mismos propiciaran encuentros felices.
Tuve por mucho
tiempo como asignatura pendiente de juventud, el haber tenido más amigas que
amigos varones, lo achacaba a que mi madre se enterco en la educación en
colegio de monjas, ya luego me di cuenta que nada que ver. Cada que mi padre propuso educación laica y
mixta el grito en el cielo lo ponía mi madre y yo lo recordaba como con cierto recelo,
que superé. Con los años lo aprendido se asienta para bien, tengo buenas amigas
y compartimos el aprendizaje religioso como una base de lo humano, sin fanatismos
ni fundamentalismos.
He tenido tiempo
de observar a los niños de principios de siglo. Necesitaba hacerlo, iba
percibiendo como viven mucha más apertura y propuestas educativas concretas. Cada
vez me doy cuenta que están más presentes en sus propias vidas, y no es
que a los nacidos el siglo pasado se nos quisiera ausentes de las nuestras,
pero era mucho más cómodo para los padres decidir por los críos. Así se creía. Iba notando en los talleres
motivacionales de arte que impartí, esa actitud de propuesta abierta y franca
de los niños y deseaba eso mismo para mis hijos. Las propuestas actuales abren
con claridad decir lo que no les parece, ya es tarea de cada día, ¡qué maravilla!
Se sentía muy claro en este momento de mis reflexiones
personales como estábamos pisando tierra nueva, y me queda claro que solo ese
sentir de que nos tocó estrenar un siglo, nos hace dar un respiro como esos de
los que habla Sabina Berman en sus entrevistas, de larguísimo aliento.
La actitud, es como una chispa interna que explota con
naturalidad profusa, es un sonreír por dentro, empujando y obteniendo la mejor
parte de nuestra mente para asentar el pensamiento en acciones que proponen.
Nunca he temido a
los cierres, lo único que ha cambiado es que tal vez con los años uno los
aprende a ver venir, y se toman previsiones. Prevenir no es siempre muy fácil y
podría decir que en algunas ocasiones ni siquiera es necesario, uno aprende a
ver llegar lo nuevo. Sin duda somos adaptables.
Sin embargo, en estos tiempos de principios de siglo
sentía como un desgano manifiesto en las personas de mi edad, no se comprendía
bien a bien que era eso de la nueva era, había hasta temor. Daba la impresión
que la llegada de un nuevo milenio no estaba dando esperanzas realistas a todos
por igual. A veces, las acciones que se llevan por inercias, repelen los
cambios y se dificulta dar cabida a la creatividad de la mirada con causa, con
determinismo.
De pronto recordé una frase que había estado rumiando en
mi mente, de Sarah Ban Breanach, escritora que por años me ha acompañado: -para
ver cualidades hay que tener espíritus exquisitos-.
El refinamiento en
el pensar y en lo espiritual no siempre viene aunado como un regalo de la
madurez, ésta da el camino, quien lo camina lo hace a voluntad. Ver con más perspicacia
es algo que se trabaja, y leer ayuda mucho, es un camino que no precisamente es
fácil. Los clubes de libros a veces convertidos en reuniones sociales son un
espejismo que hay que saber transitar. Con la temporalidad que cierra y abre,
se puede percibir erróneamente que el mundo está girando demasiado de prisa,
hay momentos en los que uno entra como en un mareo cósmico del devenir y pareciera que al alcanzarnos nos sacude.
Cuando aprendí esto, como consecuencia de que una nueva
era estaba en puerta, conjuntamente se esfumaron de mi mente muchos momentos de
incertidumbre. ¿Cómo nos hacemos amigos de las certezas danzantes? Bailando con
ellas, llevándolas de la mano para que ese delirio en el que nos inmersa, con
el tiempo se afloje y los nubarrones no ofusquen.
Ese aporte de nosotros mismos a nuestra propia vida es
mucho más fluido si los sentimientos están bien claros. No es analizar de más,
es tener claras las cosas y tomar mejores decisiones. Afinar preferencias.
La adultez hace de las preferencias verdaderos gozos. Eso
mismo me sucedió con las plumas. Sean plumas fuentes, bolígrafos o las de gel
del supermercado, al llegar a mis manos son disfrutadas como únicas. En este
principio de siglo, paseando por Paris decidí que una pluma fuente sería un buen
autorregalo. Apareció sin buscar de más,
porque bien se dice que lo que uno ama siempre llega.
En una pequeña tienda de libros nos encontramos de
frente, pluma y humano.
Llegó a mis lares.
Escribí varios meses con ella. Escribir a mano es uno de los placeres más
grandes que me ha dado la vida. De
pronto la deje descansar, porque siempre hay otras opciones a probar. La puse
ante mis ojos en mi escritorio para poder contemplarla. Cambie a una sencilla
pluma de supermercado (son las que utilizo con más frecuencia) y cuál fue mi
sorpresa pasados los años cuando abrí los textos de principios de siglo, y
descubrí que todo lo escrito con esa pluma fuente estaba prácticamente borrado.
No sé qué fue. Hablaremos de lo efímero
en siguiente texto. (Continuará) MJ
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