jueves, 25 de abril de 2024

 

Vivir como un mandala que fluye. (9)

                                                                       En las dinámicas sociales de hoy día esas que se dan en las sociedades complejas, no se tienen aún del todo claros los puntos que concretamente darán las transformaciones.

Daniel Innerarity. (paraf).

                                                                Es en verdad muy reconfortante escuchar a la gente pensante de nuestro mundo, esos seres que dedican su vida al estudio y proposición de caminos y actitudes que nos lleven a evolucionar. Habremos de estar más abiertos a estos seres. La UNAM, en una de estas pasadas noches, nos presentó una entrevista con uno de los 25 (veinticinco) mejores pensadores del mundo. Nos puede asombrar la humildad de este ser, en serena platica dio sus puntos de vista. El impacto del estudio y la investigación cada día estarán más presentes en el actuar.  Él es un filósofo social demócrata llamado: Daniel Innerarity. Invitado por nuestra máxima casa de estudios en el país, hizo planteamientos verdaderamente interesantes de los que me permito recoger algunos para compartir.

                                                                    Uno de los puntos de los que se le pidió que hablara, fue el concepto filosófico de democracia. Claramente dijo que la democracia ha de estar asentada en grupos que puedan convivir aceptando diferencias de fondo, sin temor, y más que nada para aportar y tener más posibilidades de tomar mejores decisiones que provengan de la diversidad. Todo gobernante que abre estos espacios de discusión dará pie a nuevas ideas, ese es uno de sus aportes básicos, proponer para la discusión que en nuestro mundo actual es muy necesaria. Ante todo, dijo este estudioso y pensador: -la buena democracia está asentada en un -pensar bien- y podemos agregar que a su vez este pensar con adecuación nos conduce al acto de repensar. Nada se logra sin pensamientos bien conducidos, educados, revisados.

Pensar bien, no significa creer que en lo que uno piensa, está la respuesta a todo. Cuando repensamos, abrimos la puerta a saber escuchar a otros.

Con visiones variadas y puntos de vista nuevos, como un mandala bien configurado con variedad de formas y colores, siempre han de encontrarse mejores respuestas.

 Y entre estos comentarios dijo que, ante todo, en las sociedades actuales que son las más complejas de que hayamos tenido memoria la especie humana, se tomarán en cuenta todos los núcleos de valor del actuar humano. ¿Qué es un núcleo de valor? son: desde las interacciones entre los grupos de poder, hasta el modo en el trato a cada ser, sean niños, mujeres o varones, logrando que la dignidad prive. Se tiene muy en cuenta hoy día el maltrato a la mujer, pero también se maltrata a los varones y ni qué decir del trato a los ancianos y niños en abandono, todo a fin de cuentas es parte de una conciencia trastocada. La infraestructura ha de aportar para la sanidad. La movilidad de los núcleos urbanos y los espacios concebidos con creatividad no son poca cosa y no tan solo para las ganancias netas o mal habidas de los que diseñan los entornos. Es un hecho que no podemos soslayar que las ciencias sociales en estos momentos, aunque están en constante progreso, se han visto rebasadas y han de tomar nuevos enfoques. Ninguna por sí misma ha dado respuestas a esto que vivimos que más que crisis de todos los países, es un cambio de era.

Por otro lado, la tecnología nos ha dividido. Todo lo técnico no se ha puesto al servicio de una evolución planeada y bien enfocada, queda claro que ha respondido más bien a grupos de poder que han hecho de ella un uso a voluntad, y no han sabido qué hacer para que en verdad estos adelantos sirvan a un humanismo renovado. Ni que decir del mal uso como hemos podido ver, cuando se propician abusos con masajes de engaño.

El sentido de humanismo se ha postergado por parecer irrelevante y se ha creído que está en manos de unos cuantos, cuando por medio de la educación desde la base, es como se abrirán estas posturas transformadoras en todos y cada uno de los seres humanos.

                                                              Respecto a la inteligencia artificial, apuntó el investigador, que se han creado pensamientos de miedo.

 Como bien sabemos todo lo desconocido nos produce en primera instancia, temor. Se ha considerado en muchos ámbitos que este avance nos rebasará dejando a muchos seres humanos sin trabajo, cuando en realidad no es así. Regular las acciones para el bien común es algo que se está logrando cada día más, y el campo de la inteligencia artificial puede darnos mucho beneficio si se sabe conducir. Es lo mismo, creo yo, que sucede cuando un gobernante propone cambios de conciencia que van más en el sentido de la horizontalidad de los grupos y el pensamiento vertical obsoleto se siente amenazado. Es normal hasta cierto punto que lo novedoso produzca miedos, lo que deja de positivo es que la conciencia se vaya limpiando.

El estado del futuro no es patriarcal, es más bien un grupo interdisciplinario regulador de las propuestas grupales diversas.

El problema de la actualidad es no concebir que la era que vivimos cambia de fondo. Por otro lado, esto mismo no propicia avances por los grandes espacios de ignorancia que aún no se han podido abatir. Educación, consensos y más que nada aceptación y apertura, interés por las masas por educarse.

Saber lo que se está planteando a largo plazo no es cosa fácil para el común de los mortales, estamos ya demasiado imbuidos en la cultura de la inmediatez, de la ganancia por la ganancia misma, sin darnos cuenta cuando estas mismas acciones y situaciones, así como modos de pensar de gane, se nos pueden revertir como pérdidas en otros aspectos, habremos de procurar visión a largo plazo para el futuro. Concebir que el mundo cambia muy rápido no es algo negativo, nos vendría bien enfatizar por ahí.  Somos un solo grupo, una única especie homínida con conciencia.

¿Por qué nos cuesta tanto vernos como coparticipes de una evolución que nos implica a todos?

En lo personal, tengo mis dudas de que esto que se propone como pensamiento de los estudiosos pueda ser asentado a corto plazo y directamente en las realidades, mientras no lo comprendamos la mayoría. De no hacerlo, lo que está amenazado de fondo es la especie misma.

Se ha postergado tanto la comprensión de lo que nos une de fondo, que ya cuando las ideologías y los cotos de poder su empecinan en tener la razón, pueda que no haya vuelta de hoja.

Mientras tanto, como ciudadanos comunes y corrientes habremos de propiciar el abrirnos a mejores aspectos de la información, hoy los medios presentan muchos espacios en donde pensadores serios dan sus propuestas.

 No son poca cosa los enfoques renovados, aunque a ratos creamos que es a otros a quienes corresponde dar las pautas generales, no hay tal, todos somos participes.

            En el asunto del alcance del sentido común (a veces un tanto abatido, mas no desaparecido) encontramos propuestas que muchas veces tienen las mejores respuestas.

Tengo en mente un dicho que proviene de una persona muy cercana a mí, a quien aprecio mucho (estamos emparentadas, como sucede en provincia: por las dos vías de consanguinidad) es una mujer de menor edad que yo y en la vida muchas cosas hemos compartido. Tiene un dicho, que cada que lo dice me deja perpleja por la contundencia de la fuerza que contiene cuando de tomar un camino claro se refiere:

-O lo tomas, o lo dejas o lo manejas-.  Nushie.

Ser decididos y tener más clara la acción de sentido común. Las cosas más imperativas del vivir nos llegan a veces sin previo aviso y habremos de tomar uno de esos tres caminos.  Los caminos se nublan, mas la mente ha de estar mucho más alerta para que los nubarrones se disipen.

Parte de la valentía de nuestro ser humanos se asienta en lo que somos, antes de profesar religiones o credos, creencias o ideologías, somos seres pensantes y racionales en un medio al que podemos impactar, y aunque es un hecho que nos ganan a veces el ser imitadores de tendencias, eso hay que revisarlo porque si bien las tendencias en acciones se dan por algunos motivos de fondo, no las tenemos que acatar como si fueran mandas. ¿Qué nos define?, hacer esa pregunta con constancia, es un deber.

He escuchado muchas veces entre las personas que me rodean, una frase que responde a los principios religiosos que preponderan en el medio, cuando se dice: -esa persona, es más papista que el Papa-. Y así sucede, dar puntos de vista a veces rebaza las expectativas y suena como si se fuera más contundente de lo que en la realidad se es. No creo que nunca esté descabellado dar nuestros puntos de vista, aunque les movamos el tapete a otros, mas lo importante es que nuestros pensamientos estén apoyados en un pensar que avanza.

A veces, quienes quieren ser más papistas, solo repiten lo que escuchan y eso a fin de cuentas termina por desvanecerse.

¿Cuesta tanto trabajo armarnos de unas argumentaciones bien fundadas? En lo personal creo que no, pero en realidad la flojera de hacernos de buenos argumentos es lo que impera entre las mayorías. Es más fácil seguir lo que dice otro, en vez de proponernos crear en la mente un derrotero más contundente y personal.

Sarah Ban Breathnach, una mujer propositiva y que nos conduce con amenidad en uno de sus libros por los mejores recovecos de la vida diaria argumenta que está en cada uno de nosotros hacer mucho más fácil la vida de cada día. No vivir como si estuviésemos cargando la piedra de Sísifo, sino llevar con diligencia y ligereza las acciones del día. Nos dice esta pensadora: -a la vida, no se les arrancan las vivencias a dentelladas-.

Puede ser tan descabellada la vida a veces, que nos puede arrebatar el buen ánimo. De pronto mi marido me dijo una mañana: -Tu sonrisa está reflejando desencanto-.

Me movió y conmovió en lo más profundo. Habría yo de hacer caso y averiguar qué tanto estaba yo haciendo que se me desdibujase el buen ánimo. Me propuse poner más atención y poder percibir más claramente que era lo que sin apenas percatarme, me estaría propiciando un sentimiento tal. Los sentimientos a veces al quedarse a vivir en nosotros se vuelven amigos, pero no siempre con las mejores intenciones. Son como esas amistades que se acercan más que para compartir, para buscar de nosotros beneficios y que les proporcionemos situaciones mundanas para su propio peculio. No hemos aprendido el valor de compartir para crecer, más bien lo hacemos para competir. Sí, andaba tal vez desencantada cuando mi marido lo percibió, agradecida de que me lo hiciera saber me di cuenta que aún guardaba en la mente asuntos que había que finiquitar.   

El mandala de la convivencia entre congéneres es el más difícil.  Los coloridos de los otros seres se manifiestan y hay que volvernos expertos en detectar a tiempo que afinidad compartimos y cual no. Había yo tenido que aceptar que por parte de algunos familiares de mi padre vinieran vivencias negativas inesperadas. Era momento de cerrar definitivamente esos asuntos.

Parte del compartir es proponer. Ese esperar de las personas como si fueran proveedores, es la más vil manera de relación. Nos relacionamos para crecer juntos, cuando esto no es posible lo factible se dificulta y es hora de cambiar el rumbo. (Continuará).

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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