Vivir como un mandala que fluye. (9)
En las dinámicas sociales
de hoy día esas que se dan en las sociedades complejas, no se tienen aún del
todo claros los puntos que concretamente darán las transformaciones.
Daniel Innerarity. (paraf).
Es en verdad muy reconfortante
escuchar a la gente pensante de nuestro mundo, esos seres que dedican su vida
al estudio y proposición de caminos y actitudes que nos lleven a evolucionar.
Habremos de estar más abiertos a estos seres. La UNAM, en una de estas pasadas
noches, nos presentó una entrevista con uno de los 25 (veinticinco) mejores
pensadores del mundo. Nos puede asombrar la humildad de este ser, en serena
platica dio sus puntos de vista. El impacto del estudio y la investigación cada
día estarán más presentes en el actuar. Él
es un filósofo social demócrata llamado: Daniel Innerarity. Invitado por
nuestra máxima casa de estudios en el país, hizo planteamientos verdaderamente
interesantes de los que me permito recoger algunos para compartir.
Uno
de los puntos de los que se le pidió que hablara, fue el concepto filosófico de
democracia. Claramente dijo que la democracia ha de estar asentada en grupos
que puedan convivir aceptando diferencias de fondo, sin temor, y más que nada
para aportar y tener más posibilidades de tomar mejores decisiones que
provengan de la diversidad. Todo gobernante que abre estos espacios de
discusión dará pie a nuevas ideas, ese es uno de sus aportes básicos, proponer
para la discusión que en nuestro mundo actual es muy necesaria. Ante todo, dijo
este estudioso y pensador: -la buena democracia está asentada en un -pensar
bien- y podemos agregar que a su vez este pensar con adecuación nos conduce
al acto de repensar. Nada se logra sin pensamientos bien conducidos, educados,
revisados.
Pensar bien,
no significa creer que en lo que uno piensa, está la respuesta a todo. Cuando
repensamos, abrimos la puerta a saber escuchar a otros.
Con visiones variadas y puntos de vista nuevos, como un
mandala bien configurado con variedad de formas y colores, siempre han de encontrarse
mejores respuestas.
Y entre estos
comentarios dijo que, ante todo, en las sociedades actuales que son las más
complejas de que hayamos tenido memoria la especie humana, se tomarán en cuenta
todos los núcleos de valor del actuar humano. ¿Qué es un núcleo de valor? son: desde
las interacciones entre los grupos de poder, hasta el modo en el trato a cada
ser, sean niños, mujeres o varones, logrando que la dignidad prive. Se tiene
muy en cuenta hoy día el maltrato a la mujer, pero también se maltrata a los
varones y ni qué decir del trato a los ancianos y niños en abandono, todo a fin
de cuentas es parte de una conciencia trastocada. La infraestructura ha de
aportar para la sanidad. La movilidad de los núcleos urbanos y los espacios
concebidos con creatividad no son poca cosa y no tan solo para las ganancias
netas o mal habidas de los que diseñan los entornos. Es un hecho que no podemos
soslayar que las ciencias sociales en estos momentos, aunque están en constante
progreso, se han visto rebasadas y han de tomar nuevos enfoques. Ninguna por sí
misma ha dado respuestas a esto que vivimos que más que crisis de todos los
países, es un cambio de era.
Por otro lado, la tecnología nos ha dividido. Todo lo
técnico no se ha puesto al servicio de una evolución planeada y bien enfocada, queda
claro que ha respondido más bien a grupos de poder que han hecho de ella un uso
a voluntad, y no han sabido qué hacer para que en verdad estos adelantos sirvan
a un humanismo renovado. Ni que decir del mal uso como hemos podido ver, cuando
se propician abusos con masajes de engaño.
El sentido de humanismo se ha postergado por parecer
irrelevante y se ha creído que está en manos de unos cuantos, cuando por medio
de la educación desde la base, es como se abrirán estas posturas
transformadoras en todos y cada uno de los seres humanos.
Respecto a la inteligencia artificial, apuntó el investigador, que se
han creado pensamientos de miedo.
Como bien sabemos
todo lo desconocido nos produce en primera instancia, temor. Se ha considerado
en muchos ámbitos que este avance nos rebasará dejando a muchos seres humanos
sin trabajo, cuando en realidad no es así. Regular las acciones para el bien
común es algo que se está logrando cada día más, y el campo de la inteligencia
artificial puede darnos mucho beneficio si se sabe conducir. Es lo mismo, creo
yo, que sucede cuando un gobernante propone cambios de conciencia que van más
en el sentido de la horizontalidad de los grupos y el pensamiento vertical
obsoleto se siente amenazado. Es normal hasta cierto punto que lo novedoso
produzca miedos, lo que deja de positivo es que la conciencia se vaya limpiando.
El estado del futuro no es patriarcal, es más bien un
grupo interdisciplinario regulador de las propuestas grupales diversas.
El problema de la actualidad es no concebir que la era
que vivimos cambia de fondo. Por otro lado, esto mismo no propicia avances por
los grandes espacios de ignorancia que aún no se han podido abatir. Educación,
consensos y más que nada aceptación y apertura, interés por las masas por
educarse.
Saber lo que se está planteando a largo plazo no es cosa
fácil para el común de los mortales, estamos ya demasiado imbuidos en la
cultura de la inmediatez, de la ganancia por la ganancia misma, sin darnos
cuenta cuando estas mismas acciones y situaciones, así como modos de pensar de
gane, se nos pueden revertir como pérdidas en otros aspectos, habremos de
procurar visión a largo plazo para el futuro. Concebir que el mundo cambia muy
rápido no es algo negativo, nos vendría bien enfatizar por ahí. Somos un solo grupo, una única especie
homínida con conciencia.
¿Por qué nos cuesta tanto vernos como coparticipes de una
evolución que nos implica a todos?
En lo personal, tengo mis dudas de que esto que se
propone como pensamiento de los estudiosos pueda ser asentado a corto plazo y
directamente en las realidades, mientras no lo comprendamos la mayoría. De no
hacerlo, lo que está amenazado de fondo es la especie misma.
Se ha postergado tanto la comprensión de lo que nos une
de fondo, que ya cuando las ideologías y los cotos de poder su empecinan en
tener la razón, pueda que no haya vuelta de hoja.
Mientras tanto, como ciudadanos comunes y corrientes
habremos de propiciar el abrirnos a mejores aspectos de la información, hoy los
medios presentan muchos espacios en donde pensadores serios dan sus propuestas.
No son poca cosa
los enfoques renovados, aunque a ratos creamos que es a otros a quienes corresponde
dar las pautas generales, no hay tal, todos somos participes.
En el
asunto del alcance del sentido común (a veces un tanto abatido, mas no
desaparecido) encontramos propuestas que muchas veces tienen las mejores
respuestas.
Tengo en mente un dicho que proviene de una persona muy
cercana a mí, a quien aprecio mucho (estamos emparentadas, como sucede en
provincia: por las dos vías de consanguinidad) es una mujer de menor edad que
yo y en la vida muchas cosas hemos compartido. Tiene un dicho, que cada que lo
dice me deja perpleja por la contundencia de la fuerza que contiene cuando de
tomar un camino claro se refiere:
-O lo tomas, o lo dejas o lo manejas-. Nushie.
Ser decididos y tener más clara la acción de sentido
común. Las cosas más imperativas del vivir nos llegan a veces sin previo aviso
y habremos de tomar uno de esos tres caminos.
Los caminos se nublan, mas la mente ha de estar mucho más alerta para
que los nubarrones se disipen.
Parte de la valentía de nuestro ser humanos se asienta
en lo que somos, antes de profesar religiones o credos, creencias o ideologías,
somos seres pensantes y racionales en un medio al que podemos impactar, y
aunque es un hecho que nos ganan a veces el ser imitadores de tendencias, eso
hay que revisarlo porque si bien las tendencias en acciones se dan por algunos
motivos de fondo, no las tenemos que acatar como si fueran mandas. ¿Qué nos
define?, hacer esa pregunta con constancia, es un deber.
He escuchado muchas veces entre las personas que me
rodean, una frase que responde a los principios religiosos que preponderan en
el medio, cuando se dice: -esa persona, es más papista que el Papa-. Y así
sucede, dar puntos de vista a veces rebaza las expectativas y suena como si se
fuera más contundente de lo que en la realidad se es. No creo que nunca esté
descabellado dar nuestros puntos de vista, aunque les movamos el tapete a
otros, mas lo importante es que nuestros pensamientos estén apoyados en un
pensar que avanza.
A veces, quienes quieren ser más papistas, solo repiten
lo que escuchan y eso a fin de cuentas termina por desvanecerse.
¿Cuesta tanto trabajo armarnos de unas argumentaciones
bien fundadas? En lo personal creo que no, pero en realidad la flojera de
hacernos de buenos argumentos es lo que impera entre las mayorías. Es más fácil
seguir lo que dice otro, en vez de proponernos crear en la mente un derrotero más
contundente y personal.
Sarah Ban Breathnach, una mujer propositiva y que nos
conduce con amenidad en uno de sus libros por los mejores recovecos de la vida
diaria argumenta que está en cada uno de nosotros hacer mucho más fácil la vida
de cada día. No vivir como si estuviésemos cargando la piedra de Sísifo, sino
llevar con diligencia y ligereza las acciones del día. Nos dice esta pensadora:
-a la vida, no se les arrancan las vivencias a dentelladas-.
Puede ser tan descabellada la vida a veces, que nos puede
arrebatar el buen ánimo. De pronto mi marido me dijo una mañana: -Tu sonrisa está
reflejando desencanto-.
Me movió y conmovió en lo más profundo. Habría yo de
hacer caso y averiguar qué tanto estaba yo haciendo que se me desdibujase el
buen ánimo. Me propuse poner más atención y poder percibir más claramente que
era lo que sin apenas percatarme, me estaría propiciando un sentimiento tal.
Los sentimientos a veces al quedarse a vivir en nosotros se vuelven amigos,
pero no siempre con las mejores intenciones. Son como esas amistades que se
acercan más que para compartir, para buscar de nosotros beneficios y que les
proporcionemos situaciones mundanas para su propio peculio. No hemos aprendido el
valor de compartir para crecer, más bien lo hacemos para competir. Sí, andaba
tal vez desencantada cuando mi marido lo percibió, agradecida de que me lo
hiciera saber me di cuenta que aún guardaba en la mente asuntos que había que
finiquitar.
El mandala de la convivencia entre congéneres es el más
difícil. Los coloridos de los otros
seres se manifiestan y hay que volvernos expertos en detectar a tiempo que
afinidad compartimos y cual no. Había yo tenido que aceptar que por parte de
algunos familiares de mi padre vinieran vivencias negativas inesperadas. Era
momento de cerrar definitivamente esos asuntos.
Parte del compartir es proponer. Ese esperar de las
personas como si fueran proveedores, es la más vil manera de relación. Nos
relacionamos para crecer juntos, cuando esto no es posible lo factible se
dificulta y es hora de cambiar el rumbo. (Continuará).
No hay comentarios:
Publicar un comentario