.L.V.D. Vivir como un mandala que fluye. (14)
Hablar de espiritualidad pareciera que nos refiere a lo intangible, lo
espiritual es reflejo de lo que se vive. MJ
Tener claramente la idea de la circularidad de
la vida personal, nos refiere a lo más extenso que es la universalidad. Comprender
como nuestra vida es un todo redondo con los espacios inter materia espirituales,
nos conforma la idea de que somos seres completos y que las partes que
sostienen a todo el ser, son como la inter materia espiritual. Cuando Einstein
habló de la importancia de la materia que sostiene en forma de volutas a todos
los elementos que en el espacio se encuentran, fue el gran descubrimiento de la
ciencia y nos aclaró que todo está unido, la dinámica no es igual en todas
partes y tiene sus razones relativas. Las formas del vivir pueden ser todas
coloridas y cada uno de nosotros podremos apreciar esos colores en la medida
que nos lo proponemos. Cuando pensamos en el aspecto espiritual de la vida de
cada uno de nosotros los humanos, nos convendría referirnos a algo muy
tangible, es verdad que no siempre es fácil tenerlo claro, pero si pensamos en
el aura humana como un ejemplo de coloración, nos podremos imaginar que está
conformada por todos los colores.
El modo y actitud que prevalece cuando vivimos en el día
a día, está muy claro que se localiza mas bien en los espacios comunicantes de
las acciones. Son parte del espíritu,
como la materia interestelar que une a todo el universo. No entiendo a las
personas que solo cuando visitan los recintos sagrados perciben en verdad lo
espiritual o cuando rezan, la vida en sí misma es etérea y su parte no visible
puede ser la más bella. Eso que nos asombra desde que somos niños es algo que habríamos
de tener como la mejor base de nuestro desempeño y talante diario, exacto como
la Biblia nos recuerda que ser como críos abriría las puertas a la gracia
espiritual. Eso mismo nos fortalece y
aprendemos que hay asuntos que han de pervivir en nosotros sin importar la edad
que tengamos. Cuando hoy día observo como mi nieta de dos años se queda absorta
ante algo que jamás ha visto, le permito el tiempo que requiera para observar,
casi ni me muevo para no perturbar ese glorioso momento con maravillosa acción
de parte de un ser que está comenzando a observar la vida misma, me parece que
es bueno reaprender de los niños ese asombro ante todo lo que nos rodea. No
importa si hemos visto la lluvia infinidad de veces, cuando caiga mañana mismo
y podamos darnos el tiempo, bien nos valdría quedarnos viendo un rato el
esplendor que es ver llover, podríamos hasta sentir que es un torrente que nos
purifica. Todo se perfila en cada ser,
tanto si se practica una religión o si preferimos caminar sin ella, todos
maduramos adecuadamente con lo que vamos eligiendo. Los modos de responder y
actuar son asombrosamente personales.
Cuando encontramos menos discrepancias entre las posturas
mentales es verdad que podemos decir que es camino feliz, mas cuando las
diferencias existen no olvidemos que es maduración de aprendizajes, es cuando
una buena parte de la paz se profundiza y ni que decir de los aspectos de la
serenidad.
Muchísimo nos ayuda lograr más sencilla la rutina de cada
día.
Es verdad que son muchos los asuntos a resolver en el día
a día, la misma época lo demanda, si podremos minimizarlos y despejar mucho el
panorama de esas acciones tan exigentes, perfeccionaríamos el sentido de
nuestra organización. Saber lo que se lleva a la palestra del vivir diario sin
olvidar que no todo se resuelve de golpe, los ritmos son valiosos y saber que
hay aspectos que no deben conjugarse con otros, es importante. Es como cuando
queremos compartir convocando a personas que no les une nada entre ellas, se
hiela el ambiente y las gentes en vez de disfrutar se tensan. En el pasado he
experimentado esto en la convivencia, la madurez me hizo comprender que es un
error, a veces es mejor compartir con dos o tres personas, en los que haya
temas comunes. Ese mandala interno
respeta los ciclos y los colores a los que nos toca apostar. Un ejemplo es, si
estamos atendiendo un asunto de salud es recomendable poner toda la energía en
ese aspecto y delegar o postergar todo lo demás. Existe hoy día la actitud que
nos lleva a querer resolver todo por nuestras propias manos, y habremos de
recordar como es importante manejar el arte de delegar. Nos cuesta soltar,
porque hacerlo implica un tanto percibir con confianza a la otra persona.
Una frase útil que podemos anexar a nuestro léxico diario y que yo lo
fui haciendo conforme me daba cuenta de su potencial es: -Que la vida se
manifieste conforme se vaya dando, nunca adelantar vísperas-.
Convivir sin demasiada emotividad en los intercambios
humanos es un arte, fue una tarea del momento que releo, iba tocando el escalón
de los cincuenta años de vida. Me daba cuenta que había puesto demasiados
sentimientos y emociones en cosas del diario vivir, esto mismo había trastocado
la serenidad tan ansiada. A veces cerramos el día con un agotamiento
innecesario, se nos olvida lo mucho que lo emotivo nos desgasta en lo físico.
Como bien nos dice el budismo: -Somos dueños demuestra
propia dicha-.
Antes de morir pasaremos por un estado conocido como powa
o guía de la conciencia. Antes de dejar el cuerpo es seguro que esto se dé con
claridad, es tan solo hacer una sencilla revisión de vida. No sabemos a ciencia
cierta cuando nos tocará hacerlo, así es que a determinada edad siempre es
bueno saber cómo está la conciencia. Hay posibilidad de sentir gozo cuando ya
se nos pide dejar el cuerpo físico.
No olvidemos que la conciencia no es un grillito
que nos habla al oído, como a muchos niños se les ha hecho creer, es una
lástima esta confusión que solo ha servido para alejarles del gozo profundo de
implementar esa parte determinante y necesaria. Y aunque no tengamos claridad
de lo que sigue al morir, ¿Por qué a algunos de nosotros nos preocupa? ¿la
teníamos cuando entramos al mundo? ¡Claro que no!
La salida del
mundo es como otro nacimiento.
Qué bonito lo que dice Joe Lewis: -Lo único que basta, es
vivir bien-.
Mas, ¿que entendemos por vivir bien.?
Me queda claro que
para cada ser esto tiene un significado personal.
Nadie, absolutamente nadie debería estar a merced de la
mente, es nuestra herramienta máxima y habremos de alimentarla bien, cuidar y
aclarar lo que de pronto nos presenta, es la base de la serenidad.
Nos dice Rainer María Rilke: -Ten paciencia con todo lo
que queda por resolver en tu corazón-. Y aunado a otro pensamiento de Sarah Ban
Breathnach:
-Catalicemos nuestros cambios…la plenitud ya te
pertenece-.
Así mismo. Así se da cuando concebimos que nuestro
mandala es totalmente pleno y que los colores los movemos o los ponemos
nosotros mismos. A veces tal vez estemos en modalidad verde… es que estamos
necesitando sanar alma o cuerpo. Otras tal vez nos urjan entender, y esa
necesidad de saber mejor o comprender más claramente los asuntos que de pronto
se presentan, nos ponga en modalidad amarillo. Aprovecho recordar la influencia
de los colores en esas acciones, porque no es un invento, forman parte de la
energía del aura que nos habita. Nos volvemos a poner un poco asertivos
recordando que lo amoroso es en tono rojo/rosado e implica la actitud que
tengamos con todo ser, sea cercano, lejano o persona que tratamos por primera
vez. El color blanco nos ayuda mucho cuando estamos en acción de depurar, en la
planificación de algún asunto siempre estarán presentes todos los colores que
son el color blanco.
Por eso mismo, el
blanco se requiere cuando estamos apostando por flujos más puros y genuinos,
esa es la actitud que nos ayuda a saber que estamos respondiendo bien.
Si hablamos del color naranja no olvidemos que denota
fuerza. La fuerza interna o la de Dios para el creyente, es el color que nos
conduce a la paz. El violeta nos invade cuando estamos en procesos de cambio,
si estas en cualquier tipo de cambio piénsate envuelto en la voluta de tu
mandala en tonos de violeta y eso te dará la fuerza necesaria. El maravilloso
azul lo dejo para el final, porque es lo que cubre todo con su protección, confianza
a cada momento.
Cuando tenemos a nuestro cargo a algún niño, visualicemos
su aura corporal con tonos de azul, pensemos que eso le dará fuerza a la
personalidad que está en proceso de formación.
A los críos y a
los jóvenes se les ayuda a ser fuertes cuando les compartimos los modos de tener
confianza en sí mismos, podremos comprar un libro de mandalas y ponerles color,
es una manera muy sana de compartir con ellos para que se les haga fácil y
natural hacer del color parte de sus vidas.
Mi marido y yo tuvimos la fortuna de colaborar en partes de la revista
artesanal llamada Cariátides, una publicación creativa y artística. Fue una
linda experiencia de estas épocas. Editaba nuestra querida amiga Paloma Bello
desde Nuevo Laredo Tamaulipas y, aun así, estando lejos nos hizo ese honor de
formar parte de tan hermosa publicación. Fuimos muy felices preparando lo
requerido y participando con enorme gusto. Esta gran mujer yucateca, sensible y
culta, hoy día nos la ha devuelto la vida a la ciudad de Mérida. Siempre nos
alimenta con textos estupendos en este mismo espacio creativo llamado Estamosaquí.
Por estos tiempos escribí mucho sobre todo lo que había en los textos e
imágenes únicas de Cariátides, cada ejemplar logrado con especial cuidado. Los
conservo como un invaluable tesoro. En 2004 tuve el honor de diseñar dos
portadas para el numero 45.
Nunca exigirnos de más en esta vida pasajera. Los espejismos creados por la mente, pueden
ser mas bien motivos de imaginación creativa. Lo que tenemos que hacer no es
tanto un deber Per-Se, es mas bien un actuar en favor de la mente y el alma lo
termina agradeciendo. El problema del mundo actual es que se ha confundido la estadía
en el mundo con protagonismos muy acentuados.
Creo que existe un
terror que al dejar el cuerpo ya no esteremos mas, eso nunca. Ya somos parte
del mundo con cada transformación vivida, y ni que decir de la última del
cuerpo físico, que es la muerte.
Intuir, es un saber y sentir profundo que estructura la
dispersión absurda. Al intuir, vamos más allá de la trivialidad, permitimos que
vibre la gracia y mantenemos fresco el ánimo.
Había yo vivido años y años de migrañas muy intensas. Iba
cerrando el año 2004 y no quería llegar a los 50 (cincuenta) años de edad con
la preocupación de que mis hijos tuvieran tan solo la imagen de su madre
eternamente con un pañuelo atado en la frente. Deseaba que mi paso por sus
vidas no fuera con esos pesares y conduermas. Para la década de los cincuenta
años de mi vida, empezaban a espaciarse los dolores, no entendía yo muy bien
porque, era un hecho. Había yo vivido un tanto con descontento, me daba cuenta
que las migrañas en mucho siguen siendo un albur en los diagnósticos clínicos.
Varios especialistas médicos me escucharon y me trataron de ayudar sin mucho
éxito. La vida misma se va reorganizando y los cambios hormonales (en la
medicina actualizada queda claro que son los causantes de algunas migrañas) ya
en mi estaban tomando un cariz menos prominente y eso atenuaba los dolores.
Al fin se fueron casi para siempre los dolores de cabeza.
Se dio de una manera paulatina y hoy día de vez en cuando regresan y se cómo manejarlos.
La ginecología ya está más presta a esos padecimientos y se les trata con mas
tino ayudando a muchas mujeres que padecen esos dolores, mismos que pueden
llegar a ser incapacitantes. (Continuará)
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