miércoles, 22 de diciembre de 2021

 

De la Vida diaria

De buscar y encontrar (2)(Compartido)

Llegados a la meta navideña mucho bien nos hace repensarnos.MJ

Siempre he pensado que es una pena por parte de algunos congéneres el no creer en lo que otras personas estudian e investigan en torno a la humanidad, más concretamente en relación a lo que aportan las ciencias sociales y digo creer porque es un asunto de qué tanta fe se les tiene a los estudiosos y la voluntad de hacer parte de nuestro pensar cuanto nos pueden hacer comprender con publicaciones de divulgación. En estos ámbitos, en lo personal me concreto a lo que la ciencia Antropológica ha aportado y que a muchas personas ni les importa. España se ha visto muy bien al lograr con libros muy accesibles de divulgación, dar a conocer con buenas interpretaciones lo arqueológico, textos  bien escritos y amenos de contenidos valiosísimos. Solo instruidos y con conciencia de quienes somos, es que el mundo podrá tener cambios de fondo. Desde hace mucho me he dado cuenta de la nula sensibilidad de algunos seres humanos, comenzando por la misma tribu, mas con el tiempo he aprendido que eso mismo de no congeniar siempre, puede ser grandioso porque nos obliga a entender mejor las situaciones que nos permiten crecer y cambiar. A mi grupo extendido de consanguíneos les he entendido poco y con la madurez he tenido la ventura de encontrar a tres o cuatro congéneres cercanos a quienes considero como agujas en un pajar, porque aportan. Todos podemos reencontrar a esos seres, con los que nos merecemos un fuerte abrazo aún con tapabocas. Doy gracias a estas alturas del partido el saber que no es fundamental entender a todos, más bien lo que debemos poner debajo de la piel es quienes somos en el grupo y con quienes nos toca interactuar. A fuerzas se nos dice que si tenemos familia somos bendecidos, y no siempre es así con la familia extendida, ya que puede haber baches, es muy diverso el contexto en que se ha formado la mente y como se habita. Se torna difícil lo que de fuera se vería fácil,  por lo que se opta cultivar las ausencias por salud mental. En estos días de festejar, a veces se ven forzados los grupos a convivir creyendo que se cumple con un mandato necesario e imperativo, cuando en realidad a veces es más oportuno no forzar.

No es una obligación tener química con todos, ni todo el tiempo. Quien lo comprende temprano, se hace del mejor autoregalo: La paz real.

Muy diferente es el asunto con la familia nuclear. Con los cercanos se descubre con más coherencia lo que buscamos en concordancia con lo que encontramos, son ámbitos más escogidos y por lo tanto se dan  actitudes más creativas. Ese núcleo que nos acoge de entrada y que se muestra siempre de diferentes matices, nos permite los claroscuros más divertidos, los momentos mejor compartidos. Festejar puede tomar matices nuevos y de verdad aportarnos un momento de satisfacción que nos motive a mejores acciones a largo plazo, mucho más con la vida de hoy que apremia tanto  y que con la pandemia se han hecho más extensos los lapsos entre los tiempos de compartir en cercanía.

 Aquí en casa vemos algunas series de TV del tema de homicidios. Nos atrae la temática porque a todos nos parece inconcebible  cómo es posible que se viva con tanta violencia, porque el homicidio no siempre es de orden físico, también se puede matar espiritualmente. Nos queda claro que es un hecho que hay que aprender de esa disfunción humana, nos preocupa que ya se está volviendo el pan nuestro de cada día teniendo claro que no es parte de nuestra especie sino un acción aprendida. Casi siempre ese miedo que genera ser violento está relacionado con disfunción del grupo nuclear, por lo que hay que tener claridad de que aún sin total compatibilidad probada con quienes convivimos de cerca, siempre es importante que exista aceptación en lo diverso.

Espiritualmente no hay equivocaciones, lo podremos constatar en los momentos de cierre de ciclos, por lo que en el grupo que nos ha tocado desempeñarnos están las respuestas para crecer, solo hay que encontrarlas. A veces todo eso que parece adverso es materia de crecimiento, nos lleva a saber que antes de quejarnos en demasía de lo que sentimos incongruente, nos demos cuenta cuantas bendiciones  aporta lo diferente, entre ellas aprender a ser selectivos, observar las discrepancias, practicar la tolerancia, y ver hacia adelante. Mucho se habla hoy día de aprender a soltar, hay  que hacerlo sin temor, con seguridad de que la espiral de crecimiento real nos llevará por mejores rutas, sin confundir la caridad cristiana que nada tiene que ver con la idea o creencia de estar obligados a una cercanía con quienes no nos son afines. A veces el golpe de pecho nos lleva a tener tranquilidad de convivir por convivir, aunque lo que se asienta en los hechos sea una farsa. La pandemia ha ayudado a ser más realistas y no estar en donde no debemos. Si no hay aporte real, lo mejor es hacer mutis. Nuestro primer prójimo somos nosotros mismos, los cercanos directos y los amigos escogidos.

Sin pesar, sin penas ni glorias que nos atoren la garganta, ir con gozo es un arte que empalma nuestras búsquedas con lo que la realidad aporta, conociendo más de quienes tenemos cerca. El sentido de observar las preferencias, las controversias, los desasosiegos, así como las congruencias, las concordancias y los consensos, va cambiando a lo largo del vivir y es un hecho que se van subiendo escalones en el edificio de los asuntos de grupo para no bajarlos jamás, acción que nos dará pie a conocer mejor a nuestros cercanos.

El cierre de ciclos es grandioso. Cuesta a veces comprender como es que se dará mejor el cambio que llega inevitable, pero si pensamos como lo manifiestan algunos: The more you do it, the more you like it, nos habremos de volver expertos en saber que no hemos venido a acumular gente en esta vida, estamos de paso, vale mucho nuestro tiempo y  cuando volvamos la cabeza en la próxima esquina nos daremos cuenta de que mucho es sin retorno, la calle llena de baches no es recomendable, siempre hay caminos y opciones así como personas propositivas.

Remolinos de agua sucia se pueden acumular en los recovecos de los ríos que a simple vista se ven puros y cristalinos, pensamientos de desecho se pueden quedar a vivir en nuestras  mentes y creer tonterías como que acumular conocimiento es lo valido o es lo importante,  cuando lo que sabemos está en constante renovación. Descuadricular las vivencias y hacerlas más fluidas, como si fueran de aire y luz.

Me encanta ver a los jóvenes en su sencillez. Me encanta observar y constatar que un par de jeans deshilachados les pueden hacer mucho más felices que otros objetos que ellos ya descartan por darse cuenta de cómo se les imponen sin remedio. EL cumplo y miento ya lo percibo mucho más desterrado en las nuevas generaciones.

Es bueno buscar lo que creemos y lo que  nos motiva de verdad, es bueno hacerlo  con más cuidado cuando se cierran ciclos, cuando hay que desear a otros felicidad y nunca comprometer la propia. Cuidado con caer en búsquedas irrelevantes, nuestro ser real cobrará factura inevitablemente y de pronto puede la vida acabarse y tal vez ni tiempo tendremos de darnos cuenta  de lo que en realidad amamos. Feliz Navidad. MJ

 

 

 

 

 

 

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